Palabras del presidente Uribe en la inauguración del
Centro de Eventos Valle del Pacífico
Noviembre 06 de 2007 (Bogotá D.C.)

 
 

“Cuando fui nombrado Alcalde de Medellín me dijeron: ‘Hay que buscar fuentes de capital social donde la empresa privada sabe integrarse con el Gobierno para lograr grandes resultados comunitarios. Esas fuentes están en el Valle del Cauca y en la ciudad de Cali’.

Nos daban un gran ejemplo a todos los colombianos con esta integración, en aras del civismo, de la promoción del capital social.

Siempre nos sorprendía el Valle del Cauca con sus adelantos, con su infraestructura, con su investigación, con su visión cosmopolita.

Cuando visité esta tierra de la entraña de la Patria, a finales de los años 90, asistí, primero, a un acto emocionante y después a uno muy triste: la posesión de Monseñor Isaías Duarte Cancino como arzobispo de Cali y después a sus exequias, tras ese vil asesinato.

Pero en ese momento veía que había con quién superar la tragedia por este enorme capital social del gran pueblo vallecaucano.

Desde otras regiones de Colombia veíamos un túnel sin salida, cuando los secuestros masivos y todas las dificultades que se le sumaban. Pero ahí estaba subyacente la vallecaucanidad, esa gran fuente de capital social apuesta para superar todas las dificultades.

Cuando los colombianos me permitieron asumir la Presidencia de la República y tomar posesión un miércoles, el jueves en la noche realizamos aquí el primer Consejo Comunitario, para emprender el tema de la recuperación Emcali, de la construcción del Mío y del desarrollo de la industria del etanol.

Esa noche, mis compañeros de Gobierno y yo salíamos de Cali casi a media noche, con unos números que nos abatían sobre el pasivo de Emcali y sus dificultades. Pero con un gran activo, la capacidad de los vallecaucanos.

Y, con inmenso respeto, pero con profundo afecto de Patria, tuve la oportunidad de ir conociendo a muchos de ustedes en esa tarea pública. Y de comprobar en cada uno de ustedes ese elemento trasversal de los 6 millones de vallecaucanos: su capital social, su empuje.

Qué grato haber tenido la oportunidad de conocer a Rosita Jaluf de Castro y al doctor Julián Domínguez.

En medio de las dificultades que teníamos que afrontar, mientras debía venir al Valle del Cauca cada semana con los altos mandos militares y de Policía, por los problemas del terrorismo y por los permanentes secuestros colectivos y la quema masiva de tractomulas en la carretera a Buenaventura, el doctor Julián Domínguez y la doctora Rosita Jaluf de Castro expresaban ese optimismo vallecaucano por salir adelante.

Cuando me plantearon este Centro, me pareció excelente, que era necesario, pero no creí que fueran a hacerlo tan rápido, tan bello y con tanta visión de futuro.

Qué bueno, mientras hemos vivido tantas dificultades, tener ciudadanos y organizaciones con esa capacidad de emprender, como la tiene este liderazgo vallecaucano.

Cuando llegábamos hoy, por esa bellísima autopista del Aeropuerto a Yumbo, cruzaba por los puentes de la malla vial vallecaucana, encontrábamos, en un lado, la construcción de una enorme fábrica de Bavaria, estimulada por la Seguridad Democrática y por el nuevo concepto de Zonas Francas, que generará 4 mil empleos directos de alta calidad y con afiliación a la seguridad social.

Y en frente, levantándose, otra parecida de Postobón. Y allí, un poquito al sur, el edificio de la Epsa. Y aquí, este gran Centro de Encuentro, como lo ha denominado el doctor Julián Domínguez. Qué emoción de Patria se siente en este recorrido de hoy.

Permítanme, con inmenso afecto por esta tierra vallecaucana y con inmenso respeto por cada uno de ustedes, reiterar una proposición: Aquí hay una milla que expresa todo el futuro vallecaucano, aquí donde se han levantado estas magníficas obras, consideren la propuesta de denominar una milla de esta carretera la Milla de la Esperanza, para que todo el que cruce por aquí sepa cuál es el futuro vallecaucano.

Y por supuesto, mañana hay que emprender la búsqueda de los inversionistas para hacer los hoteles, porque la capacidad hotelera de la ciudad queda copada con la capacidad de convocatoria de este gran Centro de Eventos del Pacífico.

Pero ahí estamos, firmes, a discreción, doctor Julián y doña Rosita, convoquen, ojalá esta misma noche, para que empecemos esa tarea adicional.

Quiero felicitarlos muy de corazón. Me emociona conocer compatriotas como ustedes. Me emociona presenciar lo que aquí presencié: 526 aportantes vallecaucanos. A esta gran obra subyace una extraordinaria convocatoria democrática, 526 vallecaucanos.

Aquí vimos grandes aportes, como la generosa donación del terreno y, también, pequeños aportes, grandes en el corazón de los vallecaucanos, como aquellas docenas de vallecaucanos que compraron una silla.

La estructura democrática en la financiación de este gran Centro de Eventos del Pacífico merece el aplauso de reconocimiento de todos los colombianos. ¡Nos han dado un gran ejemplo!
A todos esos 526 compatriotas, personas naturales y representantes de muchas empresas, nuestra voz de gratitud y de felicitación.

Y quiero expresar mi gratitud al señor gobernador del Valle del Cauca (Angelino Garzón), quien tanto entusiasmo le aportó, tanto acompañamiento le ha aportado y recursos, en unas situaciones fiscales estrechas del departamento. Muchas gracias, doctor Angelino, por haber contribuido a esta gran obra de su comarca.

Y en el corto tiempo del alcalde (de Cali) Ramiro Tafur, nuestra gratitud, porque el día que oficiábamos en un salón de estos, de martillos, para buscar recoger una platica, para terminar el Centro, porque al no tenerla el Gobierno teníamos que hacer el esfuerzo de buscarla entre los particulares, aquí estuvo el alcalde (de Cali) Ramiro Tafur, con todo el entusiasmo.

En las palabras del doctor Julián Domínguez (presidente de la Junta Directiva de la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio), tengo que ofrecer todas las excusas por las omisiones. Pero decir que hay 526 vallecaucanos que son un ejemplo de determinación en la construcción de capital social de la región para toda Colombia.

Tratar de saludar aquí a los obreros y las personas de los restaurantes que atendían la reunión de Confecámaras, y al estrechar la mano de cada unos de estos compatriotas vallecaucanos sentía que hay contento, disposición de futuro. Esto es un gran imán de generación de empleo, es una gran fuente de promoción de emprendimiento.

La alegría de hoy no nos deja anticipar el futuro que ustedes le abren al Valle del Cauca, en términos de prosperidad social, de superación de pobreza, de construcción de equidad, con esta gran empresa que hoy inauguramos.

Permítanme decir que algo ha ayudado un modelo que estamos trabajando en Colombia.

Mientras en otros países de la región se mira con desprecio al sector privado y se impulsa el estatismo, nosotros reformamos el Estado, pero no aceptamos el estatismo.

Le damos todo el espacio a la iniciativa privada y le exigimos toda la responsabilidad social. Hemos reformado 415 empresas del Estado: empezamos por Telecom, por Emcali; vamos por Emsirva y por Ecopetrol. Ahora empeñados en reformar todas las clínicas del Seguro Social.

Eso le ha ahorrado al Estado un punto del PIB (Producto Interno Bruto). Quizá pueda ser la mejor herencia fiscal que le dejamos a la Nación, pero también ha ayudado a tener un Estado que supere el exceso del privilegio sindical. Un Estado que busque el tránsito del sindicalismo histórico de reivindicación al sindicalismo de participación, como lo logramos en Paz del Río (Acerías Paz del Río). Un Estado que se desmonte definitivamente de la politiquería y del clientelismo; que se comprometa con la transparencia y con el servicio eficaz al éxito de la comunidad. Le asignamos toda la importancia al emprendimiento de la iniciativa privada.

Esta Patria nuestra está integrada por una ciudadanía más resuelta al emprendimiento que a la subalternidad laborar.

Si hay alguna nación en América Latina con potencial de emprendimiento es Colombia. Por eso nuestro empeño de estimular la iniciativa privada con toda la responsabilidad social.

Responsabilidad social que debe expresarse en tres aspectos: primero, en la transparencia, en las relaciones entre el Estado y los inversionistas. Transparencia en los contratos, en las concesiones, en el manejo de los recursos públicos, de las tareas públicas, en la resolución de conflicto con el Estado.

Responsabilidad social en la solidaridad de los inversionistas con la comunidad. Aquí hay una gran solidaridad expresada en el aporte de 526 vallecaucanos con toda la comunidad vallecaucana.

Responsabilidad social expresada en las relaciones laborales, ajenas, contrarias al odio de clases; contrarias al capitalismo salvaje. Relaciones laborales regidas por la fraternidad cristiana.

No estamos nosotros inmersos en un obsoleto debate entre izquierda y derecha, que tenía razón de ser cuando muchos países de América Latina confrontaban dictaduras y para ello se nutrían de las tesis de la entonces izquierda europea.

Nosotros creemos que tenemos que luchar por la configuración de una democracia moderna, en permanente mejoramiento. Por eso, los 5 pilotes de esa democracia moderna, a nuestro juicio, son la seguridad con alcance democrático, el respeto a las libertades públicas, la construcción de cohesión social, el esfuerzo por la transparencia y un Estado integrado por instituciones independientes de origen democrático. Que cada cual respeta a las demás, pero obligadas a la colaboración armónica, por los fines superiores del Estado y de la sociedad.

Objetivos del Gobierno

Guiados por esos 5 elementos, insistimos en 3 objetivos principales del Gobierno: consolidar la seguridad democrática, consolidar la confianza inversionista y cumplir con las metas sociales.

Sin seguridad democrática, sin confianza inversionista, no se dan los presupuestos para poder superar la pobreza, para poder construir equidad.

Sin metas sociales no se legitima a la confianza inversionista ni tampoco a la Seguridad Democrática.

Creemos que la prosperidad social hay que llevarla de la mano de la prosperidad económica.

América Latina se equivocó en los (años) 60 cuando pensó que el camino era el desarrollismo brasilero, que le asignaba toda la importancia a la prosperidad económica y le deba la espalda a la prosperidad social.

Pero también se equivocó América Latina cuando, décadas más tarde, el discurso se centró exclusivamente en la prosperidad social; se abandonó la prosperidad económica y el discurso social terminó en frustraciones y en odios.

Nosotros creemos que hay que llevar la prosperidad social de la mano de la prosperidad económica. Por eso, el esfuerzo en esas tres directrices que tenemos que repetir diariamente ante los oídos de los compatriotas, porque pueden ayudar a que el país vaya saliendo adelante.

En Seguridad Democrática vamos ganando, pero no hemos ganado todavía. Hemos ganado en la vida material, pero hemos ganado más en intangibles. Los colombianos hoy perciben, a pesar de que hay reveses y dificultades, que es posible vivir en una Nación sin terrorismo guerrillero, sin terrorismo paramilitar, sin narcotráfico, sin corrupción.

Los colombianos hoy están más confiados de la posibilidad de que el Estado recupere totalmente el monopolio del cumplimiento de las funciones constitucionales que le han asignado, como aquella de portar las armas de la República.

Desmovilizados

Vamos avanzando en medio de dificultades. Eran casi 60 mil terroristas. Hemos desmovilizado 46 mil, tarea no fácil.

En esta Patria, compatriotas, de los 1.099 municipios hay cerca de 800 que en promedio tienen menos de 25 mil habitantes. Imaginen ustedes dos municipios que sumen 46 mil habitantes, habitados exclusivamente por desmovilizados. Ahí se ve la complejidad del problema, el desafío. Pero con la ayuda de Dios salimos adelante.

El terrorismo se enquisto durante 40 años. Había temor o daba pena enfrentarlo. En la Patria se asoció la debilidad con el civilismo y había indiferencia para dialogar con los colombianos, pero obsecuencia para atender a los terroristas. Eso se ha superado. Aquellos terroristas que parecían inderrotables, hoy empiezan a estar derrotados y a otros, ahí, poco a poco, se les aproxima el final.

Pudimos llegar a este proceso electoral sin organizaciones criminales privadas, constituidas para enfrentar la guerrilla u otras organizaciones criminales. Por eso decimos que llegamos sin paramilitares. La palabra se utilizó para denominar las organizaciones privadas criminales cuyo objeto era combatir a la guerrilla. El Estado ha recuperado el monopolio que nunca debió perder.
En el país hay guerrillas en proceso de debilitamiento. Bandas criminales dedicadas al narcotráfico y a la delincuencia, pero ya no hay poderes criminales cuyo objetivo sea combatir a la guerrilla o a otras expresiones criminales.

Por eso reclamamos ante el mundo que hemos desmontado el paramilitarismo. Bastante impensable hace 5 años, dado ese poder económico y esa arrogancia criminal, como bastante impensable el debilitamiento de la guerrilla.

Con el heroísmo de los soldados y policías de la Patria y la fe y la determinación del pueblo colombiano, Colombia seguirá la tarea de derrotar totalmente el terrorismo.

Cuando antes no había leyes de Justicia, sino leyes de perdón que permitían que un día se incendiara el Palacio de Justicia y al otro día los incendiarios llegarán al Congreso de la República, ahora tenemos una Ley de Justicia y Paz, ejemplo en el mundo, sin antecedentes en nuestra Patria y sin normatividades comparables en el mundo. Con una perseverancia de todas las horas, esa ley llegará a buen puerto y nos tenemos que preparar, porque muchos de sus críticos que la encuentran muy débil frente a los paramilitares, también dicen que es muy fuerte y que para la guerrilla se necesitará un estatuto más suave.

Pienso, y lo reitero todos los días ante mis compatriotas, que no podemos dar tratamiento diferente a la guerrilla que a los paramilitares. Finalmente ambos le han hecho inmenso daño al país y nuestro deber frente a las nuevas generaciones es una Patria sin los unos y sin los otros.

Confianza inversionista

Hemos avanzado en confianza inversionista. Hace 5 años, de cada 100 pesos que se producían en Colombia, se invertían entre 12 y 15; hoy, entre 26 y 28. Solo nos gana un país de América Latina, pero allí toda la tasa de inversión está a cargo del Estado. En Colombia, de esos 26, 28 puntos, 19, 21 corresponden a los particulares. Empezamos a tener una de las tasas de inversión extranjera directa más sostenidas y altas en el contexto Latinoamericano. Por tercer año consecutivo, vamos a tener una alta tasa de inversión extranjera directa del orden de los 8 mil millones de dólares.

Esa confianza inversionista hay que cuidarla, consolidarla. En el discurso político es fácil hablar de lo social, pero muchas veces se es ajeno a la confianza inversionista y se le da la espalda a la Seguridad Democrática.

Hay que cuidar la confianza inversionista, hablar de ella sin temor, estimularla. Es más importante preocuparse por la confianza inversionista, que por el crecimiento. Puede ser que en un año se dé un alto crecimiento porque se eleva dramáticamente el precio de un producto básico y al otro año el crecimiento se deprima, porque se cae ese precio. Cuando hay confianza inversionista, sostenida en el tiempo, se va logrando un crecimiento económico alto, sostenido en el tiempo.

Para contribuir a esa confianza inversionista, a mi juicio, debemos perseverar en la Seguridad Democrática. Debemos darle todos los días señales de confianza a la inversión. Porque en América Latina, en muchos partes, hoy la ahuyentan; que mientras allá la ahuyentan, de acá reciba señales de confianza.

Esa confianza inversionista necesita la salud fiscal de la Nación. Este país, en pocos años, dio saltos negativos. Cuando el presidente Barco terminó, el endeudamiento público estaba entre el 14 y el 16, era el año 90. Cuando nosotros llegamos ya estaba entre el 48 y el 50; todavía está en el 28, a pesar del enorme esfuerzo de estos 5 largos años.

Cuando el presidente Barco terminó, el déficit de este país era mínimo. Nosotros, en el Gobierno Nacional central, sumándole pensiones, lo encontramos en el 7 y medio, en el consolidado en el 4.2. Se ha reducido bastante en el consolidado, está alrededor del 0.5 - 0.7.

En el Gobierno Nacional central hemos tenido que girarle al Seguro Social una suma considerable cada año, para cumplirles a los pensionados. Este año, solamente, le tenemos que girar casi 5 billones.

Colombia se debe sentir honrada de la manera como le ha cumplido a los pensionados. En otros países de América Latina licuaron las pensiones, no honraron los compromisos.

Con lo que le tenemos que trasladar al Seguro Social este año, haríamos varias veces la doble calzada Buga – Buenaventura. Pero el país honra los compromisos sociales.

Transferencias y descentralización

La salud fiscal de la Nación es fundamental. Por eso, después de un largo debate -y lo digo en una tierra que con la mía ejercen un liderazgo de descentralización en Colombia- logramos aprobar un acto legislativo bien difícil, el de las transferencias. Las regiones querían más, pero requeríamos el equilibrio de estimular la descentralización, cuidando de no quebrar a la Nación.

En medio de rechiflas y dificultades, el Congreso lo aprobó, con gran responsabilidad.

No se pudo regresar a la fórmula de la Constitución del 91, porque es impagable. Lo peor que le pasa a la descentralización es frustrarla con ofertas que después no se pueden cumplir. Yo creo que aquí hay un proceso de descentralización sólido.

Muchos compatriotas, en el Valle del Cauca, me preguntan: ‘Presidente, ¿y por qué aplazan hasta el año 2016 la aplicación de una fórmula que permita que las transferencias crezcan en la misma proporción en que crecen los ingresos corrientes de la Nación? Justamente por el costo de las pensiones.

Las pensiones de los maestros del Estado valen 40 billones; las pensiones de las universidades públicas -solamente en la Universidad Nacional- valen 4 billones.

Esperamos que, bien conducida la economía colombiana, en el año 2016 ya haya menos dificultades pensionales y pueda operar la fórmula de transferencias a las regiones.

Usted, que hablaba ahora de la tesis de Michael Porter, doctor Julián Domínguez, de transferir los esfuerzos de competitividad de la Nación a las regiones -lo que compartimos plenamente- permítame decirle al pueblo vallecaucano que si bien no hemos podido regresar a la fórmula de la Constitución del 91, por impagable, de todas maneras, el esfuerzo para incrementar los recursos de descentralización es importante.

Y es un país muy descentralizado. Mientras otros países de América Latina, de naturaleza federal como el Brasil, muestran que allí las regiones gastan el 30 por ciento del gasto total del Estado, en Colombia las regiones no gastan el 30, gastan el 52, y el Gobierno central, el 48.

Esto demuestra que en medio de los recursos que le falta a cada municipio, a cada departamento, a la Nación, es un país con una muy importante descentralización. Que cómo es de importante en la actitud del pueblo vallecaucano.

Y para estimular la confianza inversionista ha sido muy importante nuestra reforma administrativa, a la que ya me referí.

Unos números interesantes: 526 aportantes al Centro de Eventos del Pacífico, 520 mil colombianos asociados a Ecopetrol, más 7 millones de trabajadores de los fondos de pensiones.

Una reforma que parecía imposible. Por eso, hay que escoger la prosperidad social y la prosperidad económica, sobre los radicalismos ideológicos. Los radicales ideológicos no habrían dejado hacer la reforma de Ecopetrol. Qué difícil, por ejemplo, introducir allí la reforma laboral y después la pensional, dirigidas por esas manos pulcras de un vallecaucano del alma, Isaac Yanovich.

Y cómo era de difícil pretender una capitalización en una América Latina que políticamente solo ve hoy en la actividad de hidrocarburos monopolios estatales.

Esas reformas deben producirle una reflexión al país: los radicalismos ideológicos consumieron muchas energías y frenaron el progreso. Por eso, hay que tener todo el compromiso social, pero sin radicalismos ideológicos.

Y hemos utilizado el instrumento tributario para estimular la confianza inversionista. Qué bueno. Por ejemplo, a los Estados Unidos se le critica que el gobierno del presidente Bush, en alguna forma, ha repetido el error del gobierno del presidente Reagan de rebajar los impuestos para todo el mundo, para darles regalos a los más ricos y que eso no garantiza vigorizadas tasas de inversión.

Ese no ha sido el camino nuestro. Es diferente.

Y lo explicamos aquí cuando le decíamos a los particulares: ‘Aporten al Centro de Convenciones, al Centro de Eventos del Pacífico, que hay nos incentivos’.

Nosotros lo que hemos hecho es estimular la inversión, en la seguridad de que es el camino que nos ayuda a crear empleos de buena calidad, con afiliación a la seguridad social.

Todo colombiano, los 526 vallecaucanos que aportaron a este Centro de Eventos del Pacífico, eso se les contabiliza como una inversión y pueden deducir, de su renta líquida gravable, el 40 por ciento de esa inversión. El estado les aporta más o menos el 12.8.

Otros estímulos bien importantes a la producción de alcoholes carburantes, de biodiésel, a los cultivos de tardío rendimiento, los hoteles que deben construirse en Cali para acompañar este Centro de Convenciones tendrán 30 años de exención tributaria.

Y no por capricho nuestro, no porque estemos de un lado u otro de la teoría. Es porque por encima de la teoría hay una realidad. Es la única manera de competir con República Dominicana, con Costa Rica, con Cuba. Y es la única manera de lograr unos recursos importantes de capital, para invertir en estas actividades que, generalmente, generan empleos de buena calidad, afiliados a la seguridad social.

Allí veo, por ejemplo, la nueva fábrica de Bavaria. Está estimulada con la figura de Nuevas Zonas Francas, recientemente expedida por el Gobierno. Quienes cumplan con esos requisitos de empleo y de inversión no pagarán sino una tarifa del 15 por ciento y podrán importar los equipos sin arancel, los equipos sin pagar IVA.

Y eso se puede replicar en el sector de la salud, en todos los sectores industriales, en la agroindustria, en los vallecaucanos, en el Valle del Cauca, por fuera… donde quieran producir biodiésel o alcohol carburante tienen la posibilidad de instalar allí una Zona Franca. Y para cumplir el requisito de empleo, que le permite esos estímulos tributarios, pueden sumar los empleos del área industrial con los empleos del área de cultivos.

La tributación, para fomentar la inversión, es igual a la tributación para fomentar el empleo de alta calidad, con afiliación a la seguridad social.

Y para que no haya dudas de un país que ha preferido la retórica sobre el progreso, la demagogia sobre el crecimiento, el Congreso de la República nos ha aprobado la Ley que le permite firmar al Gobierno firmar pactos de estabilidad con los inversionistas, para que los inversionistas sepan que las volatilidades de la política no les van a cambiar las reglas del juego bajo las cuales tomaron las decisiones de inversión.

Seguridad Democrática, confianza inversionista son fundamentales para que logremos lo social, para que un país que dio ese salto dramático hacia el desempleo, lo reduzca severamente.

Entre 1994 y el año 2000, el desempleo en Colombia saltó del 8 por ciento a casi el 20. Hoy está en el 10.6. Muy alto, pero estamos haciendo todo el esfuerzo para que en el año 2010 no supere el 7, el 8 por ciento.

Y lo que es más grave: el desempleo de jefes de hogar, en esos mismos 6 años, pasó del 4 al 10 por ciento. Ahora está en el 5 y medio. Estamos haciendo todo el esfuerzo para poner el desempleo de jefes de hogar por debajo del 4. Porque ese es el que más martiriza la sociedad. Pierde el empleo el jefe de hogar e inmediatamente el cónyuge, la cónyuge busca abandonar la casa para explorar la posibilidad de un empleo. Los hijitos abandonan la universidad, también los hay desertores en los primeros años de educación.

Avanzando en confianza inversionista, en Seguridad Democrática, podemos resolver ese problema del desempleo que tanto afecta a la sociedad colombiana, no con la idea de competir con empleos mal remunerados, sino con empleos de alta productividad, de buen salario; con empleos estables.

Estas zonas francas, hoy se lo contaba al Gobernador, dados sus antecedentes de lucha por los trabajadores, estas zonas francas exigen que los empleos sean empleos estables, bien remunerados, de tiempo completo, directo, no a través de intermediarios, a través de contratos a término indefinido, con vinculación a la seguridad social.

Y de esta manera los invito para que avancemos, a fin de tener en el 2010 una Colombia con plena cobertura en educación básica, con un 34 por ciento de cobertura en educación universitaria. Con unas primeras cohortes de cobertura en educación de primera infancia, una Colombia con plena cobertura en salud, una Colombia con un gran avance en la cartera del microcrédito, que ojalá para ese momento represente el 7, 8 por ciento de la cartera total.

En estos días llegamos a millón y medio de Familias en Acción, pero la idea es hacer un gran esfuerzo, y ojalá la economía nos acompañe, para que podamos decir, a finales del 2009, a principios del 2010, que ya no es un millón y medio, sino 3 millones para poder cubrir el sector más pobre de la población colombiana. Y entonces, así, encontrar en la superación de la pobreza, en la construcción de equidad, el gran factor de legitimación del esfuerzo de los colombianos por la seguridad y por la confianza inversionista.

Apreciados vallecaucanos, ustedes han hecho este esfuerzo, hay que empezar el de los hoteles, terminar el MIO.

Yo tengo un sueño: que cuando los colombianos vengan a esta milla de la esperanza y se monten en un bus articulado del MIO, vean en Cali el paraíso con que siempre hemos soñado. Que eso empiece a cambiar para bien, definitivamente, factores de pesimismo que la violencia, el narcotráfico y la corrupción han introducido en muchos sectores y en muchas regiones de la Patria y que empiezan a superarse en este gran Valle del Cauca.

Yo tengo el sueño de que recuperada Emcali; que recuperada Ensirva; tengo el sueño de que construidas las 5 mil viviendas que se están empezando; que construida la doble calzada Buga - Buenaventura, que ya está contratada en muy buenos trayectos y se va a concluir la contratación de todos los trayectos; que ampliado el Puerto de Buenaventura con los puertos adicionales como Aguadulce y el puesto de la Sociedad Industrial; que construidas 3 mil viviendas sociales en Buenaventura, construcción que bajo la responsabilidad del ministro Juan Lozano debe empezarse entre los meses de febrero y marzo, el palpito de optimismo del Valle del Cauca y de Colombia tiene que ser superior.

Esta tarde pensaba, definitivamente mis compatriotas vallecaucanos le ponen a todo un ritmo de salsa y cuando hay un ritmo de salsa en la alegría de corazón, no hay dificultades que sean capaces de abatir ese corazón.

Vallecaucanos, al ritmo de salsa, sin perder un minuto para seguir luchando por el progreso, por la felicidad de las nuevas generaciones.

Como dice ese bello himno de aquí: firme el paso al compás redoblante, adelante feliz juventud, adelante Valle del Cauca. Hicieron esto, todo lo demás les queda chiquitico. Muchas felicitaciones”.

 

 

 
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