“Ha sido un día muy grato en el Cauca. Lastima que no pudimos llegar más temprano porque yo tenía una reunión en Soacha, en Cundinamarca, pero de todas maneras pudimos adelantar unos diálogos muy positivos con la comunidad en Morales y en El Tambo.
En esta tierra tan bella, se pone uno a ver esta meseta de Popayán, y es una meseta que por el clima, la topografía, el régimen de lluvias, allí hay un potencial de producir comida para alimentar al mundo entero.
Es una meseta que no tiene problemas de inundaciones que se padecen en otras partes de Colombia, ni de sequías, promisoria. Parece hecha por una fábrica de riego automático. Sobrevolarla recrea el alma y lo llena a uno de fe en Colombia.
El diálogo con los compatriotas de Morales y El Tambo, fundamentalmente para defender la democracia.
Hemos avanzado mucho en seguridad gracias a la Fuerza Pública, al heroísmo de los soldados y de los policías, pero todavía tenemos estos retrocesos, estas dificultades como el asesinato del diputado Elmar Durán en Corinto, que nos duele inmensamente.
Nuestros compatriotas tienen un camino: apoyar a la Fuerza Pública para rescatar totalmente la seguridad, y apoyar la democracia, para darle un golpe final al terrorismo.
Por eso estamos invitando a una votación masiva, sin antecedentes, el próximo domingo. Todo el mundo vote en conciencia por el candidato de sus preferencias, pero que sea una votación sin antecedentes.
Y que el lunes en cada departamento, en cada municipio, amanezcamos con el propósito de contribuir desde un ángulo o desde el otro, al éxito de los alcaldes y los gobernadores que se elijan el domingo, en un proceso que no ha sido fácil para Colombia.
Recordábamos hoy que la Constitución de Rionegro, de una incidencia tan importante como la que allí tuvo el Cauca, como quiera que se reconoce como el gran convocante al General Mosquera, y él fue quien anticipó la tesis de los estados federales de Colombia, ampliamente federales. Él, con Manuel Murillo Toro, en el año 61 o 62, habían logrado ya la declaratoria de independencia de varios estados, como en el Estado del Tolima.
No pudo esa Constitución de Rionegro incorporar la elección popular de alcaldes. Se pensó que los estados soberanos que formaban entonces los Estados Unidos de Colombia irían a hacerlo, no lo hicieron.
Vino el Congreso Ideológico del Liberalismo en Ibagué, en 1923, la reclamaron en el primer punto las reivindicaciones política, pero hubo que esperar hasta la administración del presidente Belisario Betancur, cuando por acto legislativo propuesto por el entonces senador Álvaro Gómez Hurtado -que en paz descanse, otra víctima de esta violencia- Colombia incorporó la elección popular de alcaldes.
Y fue posteriormente, en la Constituyente del Presidente Gaviria, que incorporó la de gobernadores.
Un gran significado para la democracia.
Pensaba yo hoy, en Morales y en El Tambo: “estos compatriotas nuestros de aquí de Morales, de aquí de El Tambo, sí tienen al Gobernador en Popayán, al Presidente en Bogotá, ¿pero a quién acuden diariamente? a su Alcalde, la autoridad inmediata, la autoridad tangible, la autoridad asible, que no aparece en las pantallas de la televisión, ni tiene que aparecer en las emisoras, sino que lo pueden ver, lo tienen al alcance todos los días. Eso de poder elegir la autoridad inmediata, es un paso trascendental para la democracia.
Y recordaba yo un episodio con las Farc. Era yo estudiante de la universidad pública, y las Farc nos hacían llevar unos panfletos, en los cuales decía que en el momento en que Colombia hiciera un proceso de apertura democrática, adoptara la elección popular de alcaldes y la elección popular de gobernadores, ellos dejarían las armas.
Colombia dio esos pasos, y ellos se han convertido en los sicarios de la democracia.
Y le enseñaron a hacer lo mismo al paramilitarismo. Afortunadamente el paramilitarismo hoy desmontado. Lo que honra a este Gobierno.
Me preocupa cuando el Gobernador nos cuenta que en el lenguaje político caucano, se estigmatiza a personas de una trayectoria transparente, de ser paramilitares. Qué peligro eso. Que peligro en un Gobierno que ha desmontado el paramilitarismo. Ese poder que tenía el paramilitarismo hace cinco años.
Colombia tenía dos poderes. Piensen ustedes en el poder que tenía las Farc allá en la zona de despeje y el poder paramilitar.
Este señor de las Farc a quien dieron de baja ayer, en la Costa Atlántica, que manejaba todo el Bloque Caribe, le decía a Fernando Araujo, hoy Canciller, durante el cautiverio, al principio del cautiverio cuando todavía existía la zona de despeje: “no, es que nosotros somos un poder, un Estado dentro del Estado, ahí tenemos todos los empresarios colombianos yendo a negociar con nosotros al Caguán”.
Estamos en el 2007, esos poderes son del 2002.
El Caguán apenas se desmontó en marzo del 2002, y al paramilitarismo apenas se le empezó a golpear cuando llegó este Gobierno.
Aquí se hablaba de paramilitares pero en voz baja. Era tema de cóctel, era tema de tertulia, pero no era tema de Estado. Eso habrá que reivindicarlo, para que lo cuenten objetivamente los historiadores.
Al único que le decían paramilitar hace cinco años era a mí, y por razones de animosidad política.
Hoy sí hablan de los paramilitares, porque están en la cárcel, y hablar mal de los presos es tan fácil como hablar mal de los muertos. Pero hace cinco años no los enfrentaban. Este es el único Gobierno que los ha enfrentado y ahí están los resultados a la vista.
Quién iba a pensar que ese poder económico, ese poder criminal, cinco años después tendría casi todos sus cabecillas en la cárcel: 32 mil desmovilizados, más los de la guerrilla, suman 46 mil. Un proceso sin antecedentes.
Es bueno recordarlo ahora que hace carrera ese injusto discurso político en el Cauca, con el cual se quiere estigmatizar a algunos compañeros líderes de la democracia. Haber defendido la democracia en este departamento en tantos años de violencia es un heroísmo.
¿Por qué digo yo que hemos desmontando el paramilitarismo? Por los hechos. Ustedes recorren el país hoy y ven guerrilla debilitada, ven bandas criminales dedicadas al narcotráfico, a la extorsión, pero no ven paramilitares en su significado original.
La palabra se adoptó para denominar aquellas organizaciones privadas criminales, cuyo objetivo era combatir la guerrilla. Hoy no hay particulares combatiendo la guerrilla. El Estado ha recuperado el monopolio que nunca debió perder.
Yo creo que esto es un gran avance para la democracia colombiana, y qué bueno repetirlo estos días en el departamento del Cauca, que ha sufrido tanto.
La semana pasada yo atendía una reunión con el Fiscal, el Ministro del Interior, Defensa, el Alto Comisionado. Nos contaban cómo avanza el proceso de paz, la Ley de Justicia y Paz. Han aparecido 87 mil víctimas, y los 10 mil guerrilleros sometidos a esa ley no han empezado a confesar.
Las fosas comunes que se han descubierto con miles de compatriotas cuyos cadáveres habían sido depositados, incrementan sustancialmente las cifras de asesinato de aquellos años. La Fiscalía dice que corresponden, básicamente, al período 96 - 2001. Tienen el problemita que tenemos ahora: s la indemnización de 87 mil víctimas, más las que no han aparecido.
Confesiones escabrosas. Nos contaba el Fiscal que uno de los sometidos a la Ley confiesa haber cortado las extremidades de sus víctimas antes de asesinarlos, haberles sacado los ojos aún vivos y haber cortado la cabeza y jugado fútbol después de haberlos asesinado.
Yo salgo de esas reuniones con tres sentimientos: dolor, de pensar que en mi Patria hemos vivido esa barbarie; contento, de saber que el Gobierno nuestro enfrentó eso y que lo vamos desmontando; e indignación, porque al Gobierno que ha desmontando eso, a su Presidente le dicen paramilitar, como hoy maltratan a líderes de la democracia caucana por eso. Pero por eso estamos en pie de lucha.
Uno tiene dos opciones: o quedarse en la casa rabiando por lo que le dicen, o trabajar con más intensidad. Desde que uno escoja la segunda opción, tiene todas las de ganar. Desde que uno enfrente la calumnia, el epíteto, la maledicencia, con amor patrio y con voluntad de trabajar, y con energía de trabajo, ahí vamos saliendo adelante.
Y esa guerrilla la hemos debilitado mucho. Esta ahora en una etapa muy parecida al final del narcotráfico. Recuerden que Pablo Escobar tal vez en los dos años finales, lanzó una campaña en la cual pagaba 500 mil pesos al ciudadano que matará un policía, era un plan pistola contra la policía. Eso están haciendo estos bandidos ahora. Un plan pistola contra los luchadores de la democracia. Y además van de civil, ya no de camuflado. Y entonces aprovechan que van de civil para que cuando el Ejército les de de baja, ahí mismo salen a decir que fue un asesinato fuera de combate.
Entonces la acusación anterior al Gobierno era Gobierno paramilitar, y ahora que desmantelamos el paramilitarismo y que el país observa en este proceso electoral que esta desmontado el paramilitarismo, ahora la acusación es de ejecuciones extrajudiciales.
Porque esos bandidos, que nunca cumplen los derechos humanos, cuando sienten que la Fuerza Pública los esta derrotando, ahí mismo apelan al recurso de querer protegerse en los derechos humanos. Pero con el heroísmo de nuestra Fuerza Pública vamos a ganar esta batalla.
Yo le decía hoy a unos periodistas en El Tambo y voy a decírselo a quienes nos acompañan esta noche. Me preguntaban sobre el caso de la acción operativa muy eficaz de la Fuerza Pública ayer, en el departamento de Bolívar. Mi reacción ha sido la siguiente: primero, felicitar al Ministro, al General Padilla, comandante General de las Fuerza Militares, a los altos comandantes y a todos los integrantes de las fuerzas que participaron en ese operativo.
Felicitarlos, fue un trabajo exitoso, vienen trabajando con método, con mucha determinación.
Y segundo, una reflexión: ¿Qué quieren estos bandidos de las Farc? Seguir derramando la sangre de los colombianos y seguir exponiéndose ellos mismo a que la Fuerza Pública los tenga que dar de baja.
Porque no reflexionan y facilitan un proceso de paz. Que así como los perseguimos con toda la determinación, estaríamos dispuestos también a negociar la paz con toda la buena voluntad y en cinco minutos. Es la reflexión que quiero enviar al país desde aquí de Popayán”. |