Campesinos de la vereda
La Yoya arrancaron en menos de una hora las últimas 4 hectáreas
de coca
HISTÓRICA JORNADA DE ERRADICACIÓN
DE COCA EN URABÁ
Necoclí, 17 feb (SNE). La historia del programa Familias
Guardabosques en el Urabá Antioqueño tiene una
magia especial. La jornada de erradicación manual de cultivos
ilícitos que se llevó a cabo el pasado fin de semana
en la vereda La Yoya, estuvo impregnada de un mismo sentimiento:
compromiso, unión y mucha fe para terminar de una vez
por todas con los sembradíos ilegales que azotaron la
región.
Lo realmente importante para la comunidad
fue su compromiso unánime de arrancar hasta la última mata de coca.
Y la meta: cambiar la cultura ilícita que afectó alguna
vez a la región, por acciones que permitieran dejar atrás
muchos años de violencia que los habitantes todavía
recuerdan con horror.
Los municipios de Turbo y Necoclí fueron los protagonistas.
Para sus 3.216 familias no son dos municipios sino un mismo territorio,
sin diferencia de fronteras. De las 1.600 hectáreas de
coca que había en la región sólo quedaban
cuatro, las cuales fueron arrancadas en menos de una hora, gracias
al programa presidencial del Plan Colombia.
Desde el pasado 18 de diciembre, cuando
se firmaron los contratos colectivos de Familias Guardabosques,
los campesinos iniciaron
la erradicación en sus parcelas. Sin embargo, el pasado
fin de semana fue una fiesta en la vereda La Yoya. Cientos de
campesinos iban llegando después de 12, 10 ó siete
horas de camino, para unirse a la gran fiesta de erradicación.
Luis Felipe Vega, líder campesino de la vereda Alto Mulato,
caminó 12 horas para demostrarle a todos sus compañeros
que podían contar con él y con toda su comunidad.
El líder de líderes, Edilberto Álvarez,
o Chilapa, como le dicen en la región, en un momento de
emoción les dijo a sus compañeros de jornada: "Este
es un premio que Dios nos ha dado. Estamos cansados de llorar
y de sufrir. No vamos a permitir que nadie vuelva a sembrar coca.
Con Familias Guardabosques vamos a recuperar todo lo que perdimos
por la violencia".
Adrián Terregosa, otro de los 72 líderes campesinos,
dijo: "Con mucha pujanza y como es debido, se hizo este
trabajo. La paz es muy bonita. La decencia y la cultura no pelean
con nadie. No queremos más fusiles. Tenemos fe en nuestro
Gobierno y en nuestro país".
Ahora sólo resta esperar que las Naciones Unidas entren
a verificar y certificar la zona como libre de cultivos ilícitos.
Con este aval, el Gobierno y las comunidades firmarán
el contrato individual y se iniciará la entrega del primer
pago de 833.333 pesos a cada una de las familias beneficiadas.
A partir de ahí, la comunidad asumirá el cuidado
del bosque y la tarea de recuperar el ecosistema y permanecer
alerta para que nunca más se vuelva a sembrar coca en
el Urabá Antioqueño.