"LOS COSTARRICENSES TENEMOS UN APRECIO ENTRAÑABLE
POR ESTE PUEBLO GENEROSO"
Bogotá, 23 feb (SNE). El siguiente es el discurso del
presidente de Costa Rica, Abel Pacheco, durante el almuerzo que
en su honor ofreció el presidente de Colombia, Álvaro
Uribe Vélez:
"PUEBLOS AMIGOS, ALIADOS DE LA
PAZ
Es un gran honor dirigirme a ustedes
con motivo de mi Visita Oficial a esta nación hermana.
Llego a tierra de libertadores y prolíficos pensadores,
escritores y artistas, exploradores de las riquezas recónditas
de nuestra latinidad y exponentes ante el mundo de la identidad
cultural de la gran patria latinoamericana.
Los costarricenses tenemos un aprecio
entrañable por
este pueblo generoso merced a una prolongada trayectoria de cercanía.
Las primeras exportaciones comerciales
de Costa Rica, consistentes en envíos de café,
se produjeron hacia el mercado de Colombia.
Más tarde, muchas familias colombianas
-entre ellos algunos distinguidos descendientes de la familia
Uribe- se asentaron
en Costa Rica y contribuyeron a abonar los nobles sentimientos
de los costarricenses hacia esta tierra culta.
Esta cercanía ha continuado a través del tiempo
y explica, la comunión de intereses que unen a nuestros
pueblos.
El pueblo colombiano posee enormes riquezas
espirituales y un fervor cívico encomiables.
En medio de la violencia y el terrorismo, esas fortalezas invulnerables
son halo de esperanza de esta tierra.
Por ello, me produce un firme optimismo
lo que está aconteciendo
en esta nación.
Estoy admirado de la unidad nacional
que experimenta este pueblo, que al final habrá de poner fin a las dificultades políticas
provocadas por el terror y la barbarie infames.
Colombia anhela alcanzar la paz a la
que tiene derecho y Costa Rica la secundará en ese cometido.
Costa Rica comprende y respalda la política de Seguridad
Democrática promovida por su gobierno, que ha denotado
en pocos años resultados categóricos en todas las
esferas de la sociedad colombiana.
Me siento profundamente complacido de
observar el proceso de recuperación económica, el buen nivel de sus índices
de desarrollo humano sostenible y la profundización de
la vivencia democrática de esta nación.
Esto obliga a la comunidad internacional
a actuar sin reservas para cooperar con el Presidente Álvaro
Uribe en sus esfuerzos por eliminar las hostilidades y por
disolver el negocio de la
droga.
Recordemos el alto grado de responsabilidad
compartida que debe existir entre países productores y países consumidores
para enfrentar solidariamente el narcotráfico y sus ramificaciones,
un flagelo que ha quebrantado cualquier barrera.
Frente al terrorismo y frente al narcotráfico,
los esfuerzos nacionales deben ser complementados con acciones
multilaterales.
Las tragedias que producen estos dos flagelos no pueden dejar
indiferente a nadie.
El Presidente Uribe es un hombre de buena
fe y firme determinación.
No es un accidente que la mayoría
de su pueblo respalde sus acciones para combatir el terror
y la droga.
Este sentimiento popular debe servir
de orientación para
todos aquellos sujetos de la comunidad internacional empeñados
en contribuir de manera positiva y sin dobleces con el tenaz
pueblo colombiano.
Costa Rica y Colombia poseen una agenda
bilateral constructiva y dinámica.
Ambas naciones defendemos causas y temas
comunes en la esfera internacional que suponen retos que han
logrado aumentar nuestra
determinación por ver concretados propósitos que
son insoslayables.
Nos hemos pronunciado vehemente a favor
de la "Ronda del
Desarrollo de Doha" en la Organización Mundial del
Comercio.
Reconocemos la trascendencia del comercio
internacional en las actividades de la humanidad como factor
que estimula considerablemente
el progreso y el desarrollo económico de todos los pueblos
del mundo.
Por esta razón es imprescindible el justo acceso a los
mercados y la sustancial reducción de los subsidios a
la producción agrícola por parte de las naciones
altamente industrializadas.
Para tal efecto, consideramos crucial
el correcto funcionamiento del comercio mundial, en el sentido
de que los acercamientos
comerciales entre países desarrollados y en vías
de desarrollo no se vean obstaculizados por barreras arancelarias
y no arancelarias.
Colombia y Costa Rica tienen en común tareas pendientes
ante la Unión Europea y en ello iremos a redoblar esfuerzos
coordinados para seguir disfrutando de los beneficios arancelarios
bajo el Sistema General de Preferencias, otorgado por ese bloque
de naciones.
El año pasado fuimos objeto de
algunos cambios que vinieron a inquietar el ritmo de las exportaciones
de nuestras frutas
tropicales, flores y follajes.
Estas resoluciones han captado la máxima atención
de ambos gobiernos y abogaremos por la implementación
de mecanismos renovados de cooperación económica
y comercial con la Unión Europea, que sean capaces de
sustituir de manera favorable el esquema unilateral derivado
de ese sistema de preferencias.
En esta dirección, estamos trabajando de manera conjunta
en la defensa de los precios internacionales del café y
por conseguir condiciones más favorables para nuestras
exportaciones de banano.
Heroicas han sido nuestras posiciones
por evitar colapsos en estas dos actividades productivas a
causa del fenómeno
de la sobreproducción global.
Ejemplarizante fue el encuentro del Presidente
de Colombia con los Mandatarios Centroamericanos, celebrado
en enero del año
2003, en el cual sentamos las bases para dar cumplimiento de
las normativas nacional, regional y mundial vigentes en materia
de terrorismo, encaminadas, entre otros aspectos, a minar sus
tentáculos criminales.
Nuestra región confía plenamente
en Colombia para avanzar mancomunadamente en estrategias de
seguridad para enfrentar
las diferentes modalidades de criminalidad y terrorismo.
Asimismo, la cooperación bilateral en materia de seguridad
policial se ha intensificado, por lo que se han asestado golpes
severos a las organizaciones delictivas que operan en la región
del Caribe.
Permítanme expresar mi complacencia por el positivo panorama
que manifiestan tener el sector empresarial de cada uno de nuestros
países y las múltiples oportunidades de negocios
que estamos generando en los distintos sectores, lo que elevará todavía
más los flujos de comercio y las inversiones recíprocas.
Tenemos un futuro promisorio para desarrollar
nuevos proyectos e iniciativas bajo la visión de alianzas conjuntas en áreas
relacionadas con el desarrollo turístico, el ecoturismo
y planes multidestinos.
Para el éxito de dichas alianzas, hay condiciones reales
para incorporar a naciones hermanas como Panamá y el Ecuador,
que abrigan, al igual que nuestros dos países, riquezas
naturales e históricas, que son parte del patrimonio de
la humanidad.
Quiero expresar mi profunda gratitud
por los gestos de hermandad de Colombia y, en particular del
Presidente Uribe y del embajador
Riaño, para con mi país en lo concerniente a respaldar
las actividades técnicas de nuestra entidad refinadora
de petróleo.
Señor Presidente, gracias a la oportuna y generosa ayuda
de su Gobierno, nuestro país pudo evitar la paralización
de su única empresa refinadora y, con ello, garantizar
el normal desenvolvimiento de las actividades fundamentales de
la sociedad costarricense.
Este capítulo de nuestra agenda de cooperación
simboliza los lazos de hermandad indisolubles entre ambas sociedades.
Esto último hace renacer los pensamientos de aquellos
costarricenses que construían su naciente Estado, que
visualizaron el sur de la frontera de mi país como un
horizonte inagotable de amistad y cooperación.
El tiempo se ha encargado de darle la
razón a nuestros
padres fundadores en la medida en que nuestras relaciones bilaterales
son hoy más fructíferas, intensas y positivas que
nunca antes.
Es justo reconocer el aporte invaluable
de su Embajador, don Julio Aníbal Riaño, en la construcción de
tan elevados niveles de intercambio, cercanía y cooperación
entre ambos pueblos.
Señor Presidente, tiene Usted
en este servidor a un amigo y esta Patria un aliado en la lucha
por la paz, el desarrollo
humano y la felicidad de este pueblo.
Muchas gracias".