Agosto 23

Palabras del presidente Uribe al clausurar congreso de Acopi

Bogotá, 23 ago (SNE). “Quiero saludarlos muy afectuosamente por la realización de este nuevo congreso nacional de las micro, las pequeña y las Medianas Empresas. Y saludar a su presidente, el doctor Juan Alfredo Pinto, a quien acabamos de entregar la Orden al Mérito por su valiosa trayectoria al servicio de una actividad tan importante para la vida social y democrática de la Nación, como es la pequeña y la mediana empresa.

Tuve oportunidad de conocerlo en 1990. Él en la Cámara y yo en el Senado, sacamos adelante la Ley 50, tan controvertida. Y hoy preguntamos: ¿qué habría pasado sin ella? ¿Qué sería del país y de los trabajadores y de los empresarios de haber mantenido el viejo sistema de retroactividad de cesantías? Malo para todo el mundo. Malo para los empresarios porque no paraba el taxímetro. Malo para los trabajadores porque les creaba cualquier clase de ilusiones y después les traía cualquier clase de frustraciones. Malo porque afectaba la confianza inversionista y laboral en el país.

Se necesitaba coraje. Y tuvimos un compañero en la Cámara de Representantes con coraje, el doctor Juan Alfredo Pinto. Al servicio siempre, con criterio democrático y social, de la iniciativa privada en su expresión de la pequeña empresa. Humanista, servidor público, a toda hora un líder de los intereses colectivos de la Nación.

Felicito al gremio de mis compatriotas de la pequeña y mediana empresa, por haber tenido el buen sentido de apoyar en el liderazgo a un colombiano tan destacado.

Ahora lo espera otra tarea: la tarea de representarnos en una economía sorprendente, que crecía al 1,5 al 2, y que con unas reformas empezó a crecer al 8. Que ha hecho una de las transformaciones en productividad más importantes del mundo. Una economía sorpresa, una economía ejemplo, una economía de un salto vertiginoso, la democracia con el mayor número de votantes del mundo.

Y hay una tarea, que sé que no es imposible (esta mañana me reuní con una delegación de empresarios de allá que ya empiezan a llegar a Colombia con mucho entusiasmo): traerse en los dos y medio largos años de Gobierno que nos quedan, cuando él va a estar allá, si quiera tres mil millones de dólares para invertir en nuestro país. ¿Ustedes creen que es capaz o no? Hay con quien y hay de dónde. Y aquí los necesitamos.

Mis compañeros de Gobierno han tenido la oportunidad de participar con ustedes en este congreso. El ministro Luis Guillermo Plata presentó el plan de apoyo a la renovación empresarial. La señora directora de Planeación, Carolina Rentería, el documento Conpes, que nos impone a todos tareas para sacar adelante la pequeña y la mediana empresa. Firmaron el convenio con la doctora María Elvira Pombo, directora de Proexport.

Yo tenía algunos temas para plantearles y el deseo de escuchar unas preguntas, unos comentarios, unas preocupaciones de ustedes, pero veamos alguna cosita: creo que en una patria que tiene dificultades, pero que tiene mucha esperanza, mucha combatividad, mucha garra para salir adelante, que no siente pereza, hay que resaltar las cosas buenas. Empecemos por las de casa. ¿Cómo estaba el gremio hace cinco años? En afiliados, en aportes. ¿Qué decía el termómetro del ánimo empresarial en el gremio hace cinco años?

PRESIDENTE DE ACOPI, JUAN ALFREDO PINTO: Teníamos 1.313 afiliados y hoy tenemos 7.011 afiliados. Estábamos en seis regiones y hoy estamos en 14 regiones.

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA: De 1.300 a más de 7 mil. ¿Y cuántas regiones?

PRESIDENTE DE ACOPI: Teníamos seis seccionales Y ahora tenemos 14.

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA: De seis regionales a 14. ¿Pagan las cuoticas?

PRESIDENTE DE ACOPI: A eso hay que batallarle mucho. Eso es duro. Teníamos 2.500 exportadores y hoy tenemos 7 mil exportadores en las pyme en general.

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA: ¿Teníamos cuántos?

PRESIDENTE DE ACOPI: 2.500.

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA: ¿Hoy?

PRESIDENTE DE ACOPI: Hoy hay 7.000 pequeños exportadores en Colombia.

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA: Ese es el termómetro. ¿Cuántos afiliados había? ¿Cuántos hay? ¿En cuántas regiones y en cuántas está? ¿Cuántos eran los exportadores y cuántos hay? Ese es el termómetro.

PRESIDENTE DE ACOPI: Una más, Presidente: el 6 por ciento de los afiliados hacían inversión neta nueva y hoy el 45 por ciento de las pymes están haciendo inversiones nuevas.

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA: Pero como siempre nos falta el centavito para el peso. Cualquier cosa que se vaya a hacer en nuestro país da mucha dificultad, pero se siente muy poquito. Uno cree que en un avance de Familias en Acción, en Banca de Oportunidades, en afiliación a la seguridad social, avanza mucho. Pero a la hora de la verdad, con tanta pobreza y tanta dificultad, no se ve. Es importante destacar ese ánimo inversionista en todos los afiliados de Acopi.

Yo quisiera intercalar con preguntas de ustedes algunos temas: la insistencia en el modelo colombiano, en los objetivos de Gobierno, el tema del acuerdo humanitario, el tema del crédito, la inflación, los tratados de comercio, el impacto de la inversión extranjera, los obstáculos como el de infraestructura, el tema del empleo, las cooperativas de trabajo asociado, los parafiscales.

Acabamos de escuchar un discurso muy bueno. Citas muy bonitas. Llegaron al alma. Qué le voy a competir a usted en discursos esta tarde. Permítanme plantear tres temas iniciales y en seguida les escucho unas preguntas, ojalá referidas a este temario.

Tema del modelo. En todos los foros de mi patria (políticos, gremiales), he venido hablando de la necesidad de hacer claridad sobre el modelo colombiano. ¿Por qué? Porque la situación política internacional lo requiere. Necesitamos que el mundo, al conocer a América Latina, conozca bien a cada país. Y en el lenguaje campesino, distinga a Colombia y sepa qué ocurre en Colombia.

América Latina estuvo en una moda de desmonte del Estado. Nosotros reformamos el Estado, pero no lo desmontamos. América Latina quiere ahora estar en otra moda: el estatismo, el cierre de oportunidades al sector privado. Nosotros no estamos en esa moda. Nuestro modelo político es de total espacio al sector privado con responsabilidad social.

La reforma al Estado. Nosotros pudimos haber dicho: que se muera Telecom, vamos a reemplazarla con el sector privado. Haber permitido que se desmantelara el Estado. No. La reformamos.

Hoy Colombia Telecomunicaciones es una empresa próspera, que no era. Con capacidad de inversión, que no tenía. Al día con los pensionados, que estaban en entredicho. Al día con la nómina activa. Con una inversión que se está adelantando de 8 billones. Que, con todos los operadores del sector de las telecomunicaciones, le va a traer un gran desatraso al país. Y la nación es dueña del 50 por ciento menos una acción.

Nosotros pudimos haber acogido cualquiera de los siguientes caminos en Ecopetrol. Decir: eso allá es intocable por ese antagonismo político, dejémosla que se muera. En el largo plazo no le hagamos nada. O dejémosla que se muera y promovamos simplemente refinerías privadas, desarrollos privados de hidrocarburos.

¿Qué hicimos? Primero, la reformamos en lo laboral, en lo pensional, y ahora estamos haciendo algo que hace cinco años no habría sido capaz de ofrecer: la capitalización. Se va a convertir a Ecopetrol en una de las empresas más importantes del continente y del mundo.

Ideológicamente, los que nos formamos en la universidad pública, mi generación, que estuvo en el corazón del debate ideológico de Colombia de los 70, habría sido incapaz de anticipar, por razones de fanatismo ideológico, el proceso de transformación de Ecopetrol. ¡Qué importante para el país!

Creo que si logramos la meta de que de 200 mil colombianos sean socios de Ecopetrol, eso produce una gran transformación en el espíritu nacional.

Estamos reformando las clínicas del Seguro Social. Quienes de ustedes son de Santa Marta, de Cartagena, de Medellín, habrán notado ya un mejor servicio en esas clínicas. Cartagena ya no a cargo de la vieja institución sino con un administrador–operador, una comunidad religiosa. Y la de Santa Marta, administrada ahora por la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga. Y la de Medellín en un proceso con la Gobernación de Antioquia y la Universidad de Antioquia. Y vamos a reformar todas esas clínicas.

Hasta la fecha hemos reformado 419 entidades del Estado. A mí me preguntan: ¿cuál es el principal legado que usted le quiere dejar a Colombia? Y pregunto: ¿en qué? Y me dicen: por ejemplo, en seguridad.

El principal legado de estos ocho años que quisiera dejar en la convicción de mis compatriotas es que la seguridad es un imperativo de todas las horas. Es un valor democrático, es una fuente de recursos.

Y pregunto: ¿en qué? Y me dicen: en economía. Y digo: dos legados: la reforma administrativa y la confianza inversionista.

Si uno no hace la reforma del Estado, no hay reforma tributaria que sirva. Si uno no hace la reforma del Estado, no hay camino que permita superar los altos déficit y las crecientes tendencias de endeudamiento.

Esta reforma al Estado hasta ahora nos ha permitido ahorrar un punto del PIB. Ha sido crucial. Es uno de los determinantes para poder decir que se ha venido reduciendo el endeudamiento del 50 al 28. De cada 100 pesos que producíamos, debíamos entre 48 y 50. Hoy 28.

Teníamos un déficit en el Gobierno Nacional central (sumado el déficit, más el que estaba implícito y que se explicitó en este Gobierno: el agotamiento de las reformas del Seguro, que ahora lo tiene que compensar el presupuesto nacional con aportes), del 7 y medio. Debemos terminar este año entre el 3 y medio y el 3,8. Todavía muy alto.

A todo eso ha contribuido enormemente la reforma del Estado. Vamos a seguir reformando.

Hemos pasado por todo el Estado. Por ejemplo, la liquidación del IFI. Bancoldex incursionó en la política de crédito a la microempresa. Y la reforma del Sena, la liquidación de cinco entidades del sector agropecuario y la creación de una sola. En fin. Tenemos mucho entusiasmo con ello.

Punto filosófico: el Estado tiene que estar al servicio de la responsabilidad social, al servicio de la comunidad. No al servicio de la politiquería, no al servicio de excesos sindicales.

A mí me decía el sindicato de Telecom: Mire, Presidente, no nos echen toda la culpa a nosotros. Nosotros proponíamos pliegos de peticiones laborales y los gerentes accedían a ellos. Los gerentes salían, les dábamos un aplauso, nos olvidábamos de ellos. Y llegaba otro. Los gobiernos enviaban a Telecom gente a completar la pensión o a mejorarla. Y toda la culpa se le echaba al sindicato.

Tenían razón en ese reclamo. Hoy nadie se atreve a pedir un puesto en Colombia Telecomunicaciones, ni a pretender una acción clientelista allí. Ya nadie va a la Presidencia a decir: colóqueme a fulano en Colombia Telecomunicaciones. Se le contestaría: hable con los socios.

Todavía me piden puestos en la junta directiva de Ecopetrol. Apenas salga esta capitalización, le voy a decir: ¿ya habló con los otros 200 mil socios?

Un gran derivado de esta reforma es el buen gobierno que se gana en cada empresa.

Ahora, es un Estado no al servicio de un capitalismo de Estado, sino al servicio de un capitalismo de iniciativa privada con responsabilidad social. Eso es bien importante. Nosotros no queremos un capitalismo de Estado, no queremos capitalismo de monopolio de transnacionales o de monopolios nacionales. Nosotros queremos un capitalismo de emprendimiento, de mucho dinamismo en la gran empresa, en la mediana empresa, en la pequeña empresa. Todas van de la mano.

Estoy seguro de que muchos de ustedes en sus empresas medianas, pequeñas, tienen relaciones muy dinámicas con la gran empresa y con la micro. O son proveedores de unas, distribuidores de otras. Producen componentes para las unas, tercerizan con las otras. O sea que se necesita esa gran dinámica del emprendimiento en todas las áreas.

¿Y qué pensamos de la responsabilidad social, en un modelo donde el Estado le tiene que dar todas las oportunidades al sector privado con responsabilidad social?

Hemos querido que la responsabilidad social la miremos los colombianos en tres áreas:

Primero, en la transparencia en las relaciones de los inversionistas con el Estado: transparencia en la contratación, en la solución de litigios, en la tributación.

Segundo, solidaridad en la relación con las comunidades. Toda empresa tiene que tener solidaridad con su vecindario. Solidaridad que trascienda a sus clientes y a sus trabajadores. Lo que hemos dicho en el Cesar: responsabilidad social empresarial allí. Uno no puede permitir que una empresa extractora de carbón envíe 600 tractomulas al día, que crucen un casco urbano a través de una carretera destapada, levantando una polvareda que afecte la salud de los ciudadanos. La responsabilidad social obliga o a hacer una variante o a pavimentar esa carretera. Hacer que esa actividad empresarial no maltrate a esa comunidad del vecindario.

Y responsabilidad social en las relaciones laborales. Ni de capitalismo salvaje, ni de odio de clases. Relaciones laborales fraternas, dirigidas por los principios cristianos de la fraternidad. Creemos que eso es bien importante en nuestra patria.

Una nación con toda la vocación para el emprendimiento. ¿Hay en América Latina en un país comparable un gremio de pequeña y mediana empresa como este?

Yo creo que la fortaleza de este gremio muestra algo bien importante: me atrevería a decir que en América Latina, Colombia es el país con más dinámica de emprendimiento en pequeña y mediana empresa. La dinámica de este gremio lo dice. Y eso es una gran ventaja para que este país salga adelante. La vocación de mis compatriotas se orienta más a emprender, que a ser subalternos laborales.

Con unas líneas generales sobre el modelo, a mí me preguntan: Presidente, ¿y los objetivos de gobierno? Son tres: consolidar la seguridad, consolidar la confianza inversionista y cumplir nuestras metas sociales.

Falta mucho en seguridad, en cabecillas, en secuestrados. Hemos avanzado mucho, pero falta mucho. En este país, todos, empezando por el Gobierno, tenemos que que estar mirando todo lo que falta, diariamente, reconocerlo, para trabajar con mucho ahínco para lograrlo.

Todavía tenemos problemas graves en la seguridad cotidiana. Si bien delitos como lesiones personales, hurto a residencias, hurto a personas, hurto a establecimientos de comercio, en términos generales han disminuido, hay ciudades donde no, como Barranquilla. Entonces todos los días hay que estar trabajando ese tema. Lo más importante es tener una voluntad permanente, inclaudicable, en materia de seguridad.

Y me hacen una segunda pregunta muchos compatriotas: ¿usted por qué habla más de confianza inversionista que de crecimiento económico?

Puede hacer crecimiento económico por la aparición y explotación de un pozo de petróleo, pero se agota y termina esa dinámica. O por una bonanza cafetera, pero se agota y termina esa dinámica. O porque se afectó la producción de un producto básico en un país por una tragedia y entonces se valorizó el nuestro, pero se recupera el otro país y se acaba esa dinámica.

Cuando hay confianza inversionista se garantiza un crecimiento económico alto, sostenido, de largo plazo. A fe que lo hemos logrado.

En la asamblea de la Andi, hace 15 días, veíamos unas cifras muy importantes: hace cinco años, de cada 100 pesos que se producían en Colombia, se invertían 12 ó 15. Ahora se invierten entre 25 y 27.
El sector privado invertía 6 y medio. Ahora invierte entre 19 y 21. Reto: sostenerla. Sostener esa confianza inversionista. Eso es, finalmente, lo que nos va a resolver el problema del empleo. Eso es, finalmente, lo que nos va a permitir los recursos para la inversión social. Eso es, finalmente, lo que nos va a dar mayor productividad, mayor competitividad, mejor ingreso y la posibilidad de menos inequidad en la distribución del ingreso.

A esa confianza inversionista confluyen muchos aspectos: el modelo. Yo procuro, en la Presidencia de la República, recibir todos los inversionistas que llegan a Colombia. Y veo entusiasmo por las garantías que da Colombia.

La confianza inversionista depende de la insistencia nuestra en la seguridad, de la salud fiscal, buen manejo de la economía; de orientar la tributación para estimular la inversión. Lo hemos hecho.

Yo creo que los estímulos tributarios que hay hoy en el país son muy importantes para estimular inversión. Y no fue fácil. El país era un país muy opuesto, en su academia económica, en sectores de la política, a utilizar este tipo de incentivos.

Nosotros, con mucha dificultad, logramos introducir unos en el 2002, transitoriamente, y preservarlos y convertirlos en permanentes en nuestra Reforma Tributaria de 2006.

Ese 40 por ciento de deducción a todas las inversiones… La posibilidad de que eso no se tenga que utilizar en un solo año, sino que se pueda convertir en un crédito fiscal del cual se haga uso en el número de años que se requiera. El nuevo tratamiento a las pérdidas. El tema bien importante de los estímulos a sectores particulares, específicos; a los biocombustibles, a los cultivos de tardío rendimiento, a la madera, a las empresas de turismo ecológico, a los nuevos hoteles, a la remodelación de hoteles. Yo creo que todo eso ayuda mucho a la confianza inversionista.

Ayuda mucho el nuevo concepto de las zonas especiales. Primero, los inversionistas no se tienen que ubicar en una zona en particular, pueden escoger sitio. Y tienen hoy el derecho legal de pedir que en el sitio que ellos escojan se les permita actuar como empresa de zona especial y puede ser para un solo inversionista. El concepto de monousuario que tanto reclamaron ustedes.

Segundo, puede funcionar como zona especial no solo en la medida que exporte, sino también para vender en el mercado interno. Si venden en mercado interno paga arancel y paga IVA. Pero la tarifa preferente del 15 por ciento es igual, exporte o venda en el mercado interno.

Y algo bien importante: Además de tener esa tarifa reducida del 15 por ciento, si esa inversionista hace inversiones tiene también la deducción del 40. Yo creo que eso hace al país muy, muy atractivo para invertir.

Hemos desmontado el impuesto de remesas. La ley que permite firmar los pactos de estabilidad -espero que el ministro Plata, de Comercio, Industria y Turismo, dé un buen balance de pactos de estabilidad a final de este año-.

Y nos hemos comprometido con los gremios a seguir trabajando en todo lo que deba hacerse para garantizar más estabilidad, trascender esta ley que ha sido aprobada.

Los TLC (Tratados de Libre Comercio), que les dan a los colombianos mayor oportunidad, se constituyen también en factor de confianza inversionista.

La seguridad y la confianza inversionista son presupuestos para poder cumplir con la política social. Sin seguridad y sin confianza inversionista no hay recursos.

La política social se reduce a un discurso. Y muchas veces la historia de Colombia ha mostrado que en materia de política social se da mucho discurso y poco resultado. Mucho tilín, tilín y muy pocas paletas. Uno tiene que coger si hace una política social con prosperidad o sin prosperidad.

Si la hace sin prosperidad, simplemente reparte pobreza. Si la hace con prosperidad, reparte bienestar; puede crear equidad redistributiva. Nosotros tenemos confianza en eso.

Nos hemos propuesto unas metas muy ambiciosas. Metas en educación, como la plena cobertura en educación básica, 34 por ciento de cobertura en universidades, multiplicar por 5 el Icetex.

El Sena, al final de este Gobierno, tendrá seis millones de estudiantes por año. Empezamos con un millón 100 mil. Este año debe terminar con un millón 200 mil estudiantes permanentes en ambiente virtual.

Nos hemos impuesto una meta muy ambiciosa en Familias en Acción: estamos llegando a un millón y medio; cien mil aquí en Bogotá. Se les da a esas familias un subsidio para la educación y la nutrición de sus hijos. Y algo bien importante: yo creo que ese es uno de los programas, como los programas de Bienestar Familiar, donde la política social se convierte también en un gran factor de activación económica.

Millón y medio de Familias en Acción equivale a un desembolso anual de billón 300 mil, billón 400 mil millones. Recursos directos a las familias. ¿En qué lo gastan? Ellas no van a enviar ese dinero al extranjero ni lo van a ahorrar. Lo gastan en vestuario, calzado, alimentación. Cuánto tonifica eso la economía.

Yo quiero esperar el primer pago en las grandes ciudades, porque estábamos apenas en los pequeños municipios. Y tengo confianza que eso se va a sentir, que eso se va a sentir en la demanda, que eso va a ayudar muchísimo.

Como lo de Bienestar Familiar. Estamos pasando de 2 millones 300 mil jóvenes en restaurantes escolares a 4 millones. Eso le ayuda mucho al tejido social de la Nación y cuánto reactiva la economía. Servir 400 mil almuerzos al día equivale al almuerzo de 400 mil monterianos; 400 mil almuerzos que se le están sirviendo a 400 mil ancianos.

Atender un millón de ancianos entre almuerzos y subsidios, cifra a la que vamos a llegar -este año debemos terminar en 750 mil, empezó el Gobierno con 60 mil-, yo creo que eso ayuda muchísimo.

Allí hay una especie de sincronía entre la política social para superar exclusión y la política económica para superar exclusión.

Superamos exclusión vía política social y vamos vinculando más sectores excluidos a las corrientes dinámicas de la economía, a través de la activación económica que se produce con la aplicación de la política social. Por eso ese engranaje entre los tres objetivos.

Y viene Banca de Oportunidades. No es una tarea fácil. Prestarle a un riquito es muy fácil. Prestan 100 millones por teléfono, ahí mismo se los abonan en cuenta. Prestarle a un pobre es muy difícil. Esa es la tarea en que estamos empeñados en Colombia.

Prestarle a una señora que tiene una venta ambulante -no la pongamos sino en mi ciudad de Medellín- 400 mil pesos para que vaya a la prendería y saque la plancha que la tiene empeñada, pague 200 mil pesos en la prendería y los otros 200 mil pesos los utilice para surtir la chaza. Eso es muy difícil, pero lo estamos logrando.

La meta en el primer Gobierno era apoyar con crédito millón 800 mil empresarios. En este segundo Gobierno, cinco millones.
Ya logramos un millón 250 mil. Es un tema, yo insisto, cansosamente, cada sábado, en Banca de Oportunidades porque es el único camino.

Si uno sueña con eso, pero no sale a trabajar, no lo logra. Entonces, por eso, semanalmente, sábado tras sábado, insistimos en eso.

No hay cosa más emocionante que saber que un compatriota que está recibiendo por primera vez un crédito institucional, sale con él a pagarle a la usura, a la casa de empeño, y le queda para un capital de trabajo.

Cuando nosotros empezamos, la cartera del sector microempresarial representaba el uno y medio de la cartera total del sistema financiero. Hoy representa más del cinco; tenemos mucha, mucha fe en esto.

Ahora, hay temas muy delicados. Por ejemplo, el acuerdo humanitario, frente al cual nosotros tenemos dos… Ahí sí corren los periodistas; véanlos cómo dinamizan esas máquinas. Pero les voy a decir antes de que las prendan… Nosotros tenemos ahí dos principios que yo llamo inamovibles: no al despeje y que los guerrilleros que lleguen a salir de la cárcel no vuelvan a delinquir.

Y eso no es caprichoso. Mire, hemos hecho muchos esfuerzos nombrando facilitadores, liberando unilateralmente guerrilleros. Las dos liberaciones suman 177 guerrilleros. La liberación del señor Granda, quien hoy está en Cuba a solicitud del Presidente (Nicolás) Sarkozy…

Por el despeje ustedes no saben las llamadas que uno recibe de Algeciras. Cuando allá proponen el despeje de Algeciras o de Florida y Pradera. Me llamaban de Algeciras y me decían ‘Presidente, mire, aquí estuvimos 40 años despejados en poder de la guerrilla; ahora que se está recuperando la presencia de la institucionalidad, ¿por qué se va a despejar esto’.

El país estuvo mucho tiempo despejado. Lo vimos en esas regiones colombianas. Y aquí no estaban en la gloria. Aquí se trataba de ocultar en el lenguaje oficial la presencia de todos esos grupos.

Yo recuerdo la campaña 2001, 2002, la presencia de las milicias Antonio Nariño de las Farc en Bogotá y de grupos paramilitares en algunos sectores de Bogotá, como el barrio Restrepo.

El país estaba despejado. Yo creo que lo que hay que hacer es recuperar plenamente el control institucional. La gente le dice a uno ‘pero sí usted ha dicho, Presidente, que una Colombia sin guerrilla, sin paramilitares, sin narcotráfico, donde los ciudadanos tengan la exclusiva protección de las fuerzas institucionales de la Patria, ¿por qué van a echar para atrás? ¿Por qué van a despejar?’.

Y con un problema práctico: a nosotros ya nos falta menos de tres años. Un despeje es darles un recreito a los terroristas para que eludan la acción de la Fuerza Pública. Y yo sí no les doy un solo minuto de recreo. ¡Qué tal!

Vamos a ver quién se cansa primero en estos dos largos años que nos quedan: si ellos de maltratar a los colombianos o el Presidente de la República de trabajar con entusiasmo para acabar con el terrorismo.

Esa apuestita sí la hacemos y tengan la seguridad de que se la ganamos porque no nos vamos a cansar un momento. Enfrentamos el terrorismo con todo entusiasmo, porque mi generación no ha vivido un día completo en paz y queremos que las nuevas generaciones puedan vivir felices en el suelo de la Patria.

Ahora me dijo el doctor Correa Calderón, el presidente de la Junta, que su niñita está cumpliendo hoy diez años, que le escribiera una notica. ¿Qué le escribí yo? ‘Felicitaciones por su cumpleaños. Mi fervoroso deseo: que viva feliz en Colombia’. Para que la nueva generación de colombianos puedan vivir feliz en la Patria esta tiene que ser una Patria de emprendimiento, de costumbres sanas. Una Patria alegre como es, espontánea como es. Pero sin las plagas del terrorismo, el narcotráfico y sus aliados.

¿Y por qué el otro inamovible que los que salgan de la cárcel no vuelvan a delinquir?

Se ha hecho un esfuerzo muy grande. Cuando empezó este Gobierno había alrededor de 60 mil terroristas en todos los grupos. Anoche decía Frank Pearl, el Alto Consejero Presidencial para la Reintegración, que se han desmovilizado en el Gobierno más de 45 mil. Los que están en el programa de reinserción más los que ya salieron, eso suma alrededor de 12 mil guerrilleros; los otros son paramilitares. Diría yo que hoy no hay paramilitares y hay un gran debilitamiento de la guerrilla.

¿Por qué no hay paramilitares? Sí, unos de ellos no se sometieron a la ley. Están fugitivos. Otros de ellos han reincidido. De los reincidentes se ha capturado a más de mil y se le ha dado de baja alrededor de 500.

¿Por qué digo yo que no hay paramilitares? Porque hoy no hay bandas privadas de criminales en el país, cuyo propósito sea enfrentar la guerrilla. Hay esas bandas emergentes de extorsión, secuestro, narcotráfico o guerrilla. Pero si algo bueno hemos recuperado en Colombia, aquello que nunca debimos perder, es que hoy es solamente el Estado, a través de las fuerzas institucionales, el que en toda Colombia le hace frente a la guerrilla.

Yo diría que por eso, a pesar de los problemas con todas esas bandas emergentes, que no las vamos a dejar pelechar; de los problemas con el narcotráfico, haber recuperado ese monopolio estatal nos permite decir que hoy en Colombia no hay paramilitares y hemos debilitado bastante la guerrilla.

Pero eso ha tenido un costo muy alto. Solamente este año han muerto más de 300 integrantes de la Fuerza Pública. Si ustedes van a los pabellones de sanidad del Ejército y de la Policía hay 1.700, entre soldados y policías, mutilados por las minas antipersonal.

La Fuerza Pública necesita motivación. Un soldado mutilado, un policía mutilado entiende que un guerrillero salga de la cárcel en aras de un acuerdo humanitario. Lo que no entiende es que ese guerrillero se reincorpore a delinquir. Nosotros decimos ‘sí, estamos en la disposición de soltar unos guerrilleros, pero que salgan con el compromiso de no volver a delinquir’. ¡Qué tal después de este sacrificio soltarlos para que vayan a reforzar las filas de las Farc, para asesinar y para secuestrar! Yo creo que no puede ser. Por eso tenemos esas dos restricciones, apreciados compatriotas, al tema del acuerdo humanitario.

Tema de los TLC: Hemos firmado el acuerdo de comercio Comunidad Andina Mercosur; el acuerdo con Chile. Estamos negociando un acuerdo para desmontar barreras inversionistas con Perú; firmamos el acuerdo con 3 países centroamericanos; empezamos a negociar con Canadá -a propósito, fui informado hoy de unas declaraciones públicas muy favorables a Colombia sobre los TLC del Primer Ministro (Sthepen) Harper de Canadá-. Estamos negociando el acuerdo de comercio entre la Comunidad Andina y la Unión Europea. Aspiramos el reintegro de Venezuela a la Comunidad Andina.

Le hemos ofrecido a Venezuela que considere algunos puntos. Por ejemplo, que la Comunidad Andina permita un status especial para el reingreso de Venezuela; para que Venezuela pueda preservar una especie de discrecionalidad para el manejo de algunos de los temas que se refieren a la integración. Y también incluir una cláusula social que nos comprometa a todos a informar ante la Comunidad Andina sobre cómo avanza el tema de la superación de la pobreza, del empleo de calidad, del apoyo del emprendimiento, de la construcción de equidad, de la afiliación a la seguridad social, etc. Y estamos con todo el entusiasmo para lograr algunos acuerdos de protección de inversiones. Me parece que la situación esta madura para avanzar en el acuerdo con la India.

Esta mañana recibí un grupo de inversionistas hindúes y unos datos muy interesantes: primero, ya han hecho grandes inversiones en nuestro país en petróleo. Pero están invirtiendo en exploración con mucho entusiasmo.

Segundo, se están vinculando al país en todo el sector de los servicios públicos, que tanto necesitamos en acueducto y alcantarillado en tantas regiones de Colombia.

Tercero, en el tema de los software. Ya hay empresas indias aquí, contaba que hay una empresa hindú con 250 ingenieros de sistemas en Colombia, trabajando en la prestación de servicios de software.

Y cuarto, en algunos meses va a empezar nuestra farmacia a vender medicamentos hindúes, de óptima calidad. Otro oferente de medicamentos que ayuda mucho a la regulación de los precios en favor de la salud de los colombianos, del acceso de los colombianos a la salud.

Dicen que en la primera etapa van a ingresar aquí a vender sus medicamentos, y en una segunda etapa, a construir sus factorías. Confió que nuestro Embajador, nuestro Ministro, nos puedan dar la noticia en pocos meses de que firmaremos el acuerdo de protección de inversiones con India. Y ojalá lo podamos hacer con China. Vemos eso con mucho entusiasmo.

Bueno, hay tantos temas y tantos que son obstáculo. Cuéntenme algunos de ustedes qué obstáculos están viendo para el crecimiento de sus empresas”.
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