Noviembre 16

Presidente Uribe espera que TLC con Canadá esté cerrado en las próximas semanas

Según el Presidente de la República, para prolongar el cuarto de hora que vive el país en materia de crecimiento económico, hay que acelerar las obras de infraestructura y los TLC. El mandatario explicó que Colombia no necesita la presión de Estados Unidos para resguardar la vida de los sindicalistas. “La protección a los sindicalistas la incorporamos en el Manifiesto Democrático, que presenté a los electores colombianos en el 2002”, añadió.

Cartagena, 16 nov (SP). El Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, espera que el Tratado de Libre de Comercio (TLC) de Colombia y Perú con Canadá llegue a feliz término en un par de semanas.

Así lo expresó en el discurso de clausurará del IV Congreso de Infraestructura que culminó en Cartagena, donde explicó que para prolongar el cuarto de hora que registra la economía colombiana, hay que acelerar las obras de infraestructura y los tratados comerciales.

El primer mandatario recordó que en las negociaciones TLC con los Estados Unidos se han esbozado dos obstáculos: “el primero es el paramilitarismo y el segundo es el asesinato de líderes de los trabajadores”.

“Hasta ahora la justicia no nos ha informado de que un solo sindicalista haya sido asesinado en este año por razón de su actividad sindical”, dijo Uribe Vélez, tras explicar que el país no necesita “la presión de los Estados Unidos para protegerlos”.

“La protección a los sindicalistas la incorporamos en el Manifiesto Democrático, que presenté a los electores colombianos en el 2002”, aseguró el mandatario.

“Seguridad Democrática es seguridad para todos los colombianos, líderes gremiales o sindicales, empresarios agrícolas o trabajadores del campo, voceros amigos del Gobierno, voceros políticos de la oposición”, reiteró Uribe Vélez ante en el evento que congregó a cerca de 1.200 empresarios de la ingeniería.

Según cifras del Gobierno Nacional, hoy hay seis mil colombianos con protección individual directa; de ellos, 1.200 son trabajadores, líderes sindicales, lo que implica un costal fiscal de 40 millones de dólares al año.

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