Bogotá, 9 oct (SP). “Quiero dar a todos un saludo muy afectuoso. Agradecer inmensamente las palabras del doctor Álvaro José Cobo Soto y del doctor Danilo, presidentes de Asocajas y Presidente de Fedecajas.
He tenido el privilegio de trabajar durante muchos años con las Cajas de Compensación Familiar. Celebró, como todos mis compatriotas, estos 50 años. Como tuve oportunidad de decirlo la semana anterior, en la Asamblea de Asocajas, ¿qué habría pasado en Colombia en estos cincuenta años, sin las Cajas de Compensación Familiar? Cuando al país lo querían incendiar con la violencia, con el odio de clases, con el narcotráfico, guerrilla, después paramilitares, después ambos, las Cajas de Compensación constituyeron una especie de oasis, donde las confrontaciones se dejaban afuera y adentro se imponía la solidaridad.
Una institucionalidad bien sui generis de Colombia, bien difícil de entender hoy en la comunidad internacional, porque se sostiene con impuesto que llega directamente a las Cajas, que lo pagan los empleadores y son administradas, conjuntamente con empleadores y trabajadores, con un régimen jurídico más parecido al derecho privado, pero con un objetivo esencial, único, de satisfacer las grandes necesidades sociales.
Hemos hablado mucho, a lo largo de estos días, de las Cajas de Compensación, de la importancia de mantener estos recursos parafiscales. Porque aquellos que dicen que para generar empleo hay que eliminar estos recursos parafiscales, yo les contesto: ‘miren, y qué pasa con las Cajas, el Sena y Bienestar Familiar?’. Me replican: ‘que lo sostenga el presupuesto’. Eso costaría el año entrante 5 billones 400 mil millones y ese día empieza la desaparición de las Cajas, del Sena y de Bienestar Familiar.
Colombia ha hecho reformas muy importantes en los últimos años. Nuestros estímulos tributarios a la inversión y el decreto a expedirse en las próximas horas sobre la Zonas Francas Especiales, con tarifa de renta del 15 por ciento, buscando generación de empleo directo, estable, a término indefinido, con afiliación a la Seguridad Social, son estímulos a la inversión cuya finalidad es la creación de empleo de buena calidad y deben entenderse, esos estímulos, como una alternativa a la que se había propuesto el desmonte de los parafiscales.
Ruego a ustedes en estos días recordarle al país: por favor, no insistamos en desmontar los recursos parafiscales que sostienen las Cajas, que en Colombia se ha hecho un gran esfuerzo para darle unos estímulos tributarios muy significativos, en materia de deducciones, tarifas especiales de zona franca y exenciones, a sectores claves de la economía que tienen que ser ayudas efectivas a la generación de empleo.
Cualquier cosa que digamos hoy de las Cajas redunda. El sueño es que puedan crecer mucho. Yo le he dicho al Ministro que qué bueno hacer un seminario con ustedes, que nos de luces a ver cómo podemos avanzar.
Yo siento mucho orgullo del avance de afiliación en este Gobierno. Excluyendo el Régimen Subsidiado de Salud, en promedio, Régimen Contributivo, pensiones, riesgos profesionales y afiliación a Cajas, muestran un crecimiento de la Seguridad Social del 42 por ciento. Eso es significativo. Y revisé esos números muy cuidadosamente cuando me aprestaba a escribir las líneas que leí ante la Asamblea de las Naciones Unidas.
Pero cuando veo que Colombia tiene 19 millones de trabajadores, que tiene más o menos 8 ó 9 millones en el sector formal y que los afiliados a las Cajas son poco más de 5 millones, digo ‘el crecimiento en estos años ha sido muy importante, pero la cobertura todavía es muy baja.
Y en un país con conflictos sociales como el conflicto colombiano, que es un conflicto de pobreza, no un conflicto con los terroristas, cuando hay grupos armados atacando una democracia no se puede hablar de conflicto de orden público, sino de desafío terrorista a la democracia. El conflicto que tenemos aquí es social, un conflicto de pobreza. Cuando hay un conflicto de esta naturaleza, los gobiernos no pueden contentarse con lo poco logrado, sino aprovechar hasta el último día a ver cómo se avanza más.
Quiero invitarlos a que nos sentemos en un seminario, para hacer una especie de tormenta de ideas y ver cómo podemos avanzar en la afiliación de trabajadores colombianos. Pienso que la norma que estamos aplicando del formulario de la declaración única y del pago único son herramientas muy importantes llamadas a cumplir dos efectos: el primer efecto, eliminar trámites, y el segundo efecto, ponerle talanqueras a la evasión.
Y aprovechando que hay aquí distinguidos dirigentes empresariales y de los trabajadores, saludo al doctor Julio Roberto Gómez, quiero reiterar una invitación que he venido haciendo en los últimos días: para pensar tranquilamente la formula de ajuste salarial para el año entrante, he sentido el reclamo de que en los estratos medios y bajos de la nómina de empleados públicos y trabajadores oficiales, de empleados públicos de la Nación, se necesita un incremento más elevado.
Por otro lado me dicen, ‘cuidado Presidente con los incrementos elevados, que producen dos impactos muy negativos: El uno fiscal, por el costo pensional, y el otro, laboral, por el impacto en el empleo.
El costo pensional. Ese tema definitivamente es un freno salarial. ¿Por qué? Colombia ha sido muy cumplida en pensiones, pero con un alto costo. Recuerden qué pasó en la crisis argentina, cómo para ayudar a superarla licuaron las pensiones y esas pensiones valieron nada. Aquí, un Gobierno que llegaba como el de nosotros del 2002, al encontrar esa situación pensional de tanto costo, bien podría haber buscado disculpas para reducir el valor de las pensiones. No lo hicimos. Y enfrentamos el reto de trasladar sumas muy cuantiosas al Seguro Social, para que el Seguro Social pueda pagar sus pensiones. Este año le trasladamos alrededor de 4 billones 900 mil millones. Eso cuesta la doble calzada Bogotá - Santa Marta.
Por ejemplo, a los profesores del Estado, el costo pensional vale 37 billones. Universidades del Estado, solamente la Universidad Nacional, costo pensional 4 billones. Este país no ha afectado las pensiones, no le cobra impuestos a las cotizaciones pensionales y no le cobra impuestos a los pagos pensionales. Este es un país cumplido, honrado con los pensionados.
Esos 4 billones 900 mil que le trasladamos al Seguro, más, aproximadamente dos billones, dos billones y medio que recibe el Seguro por cotizaciones, es la suma con la cual se le paga a 650 mil pensionados, en un país de 43 millones. Un esfuerzo pensional muy grande para una población pensionada muy reducida.
Entonces, por eso hay que ser cuidadoso para no hacer excesivas alzas en las asignaciones de los pensionados, porque nos afectan más la situación fiscal y, además, en la medida que hay una cobertura tan pequeña, eso no luciría equitativo.
La otra preocupación es el de las empresas afectadas por la reevaluación. Hay unos sectores muy afectados por la revaluación. Uno atenta contra el empleo si le pide a esos sectores un alza salarial como quisiéramos. Pero también hay unos sectores que han prosperado mucho.
Entonces yo quiero plantearles a los colombianos lo siguiente: pensemos en un alza más equitativa para dos sectores: para los sectores económicos que han tenido alta prosperidad y para el sector de empleados públicos medio y bajo en el Estado central. Pensemos que tenemos dificultades en el tema pensional y en el tema de las empresas afectadas por revaluación.
¿Y qué pido? Una discusión constructiva. No es un sí in limine, ni un rechazo in limine. Es una discusión constructiva a ver si se puede hacer sobre estas materias un acuerdo novedoso en el mes de diciembre. A eso los invito.
Es injusto negarle un buen aumento a los trabajadores de los sectores prósperos por la excusa de las empresas afectadas por revaluación. Pero también es temerario arriesgar el empleo de las empresas afectadas con revaluación, haciendo allí un aumento excesivo. Busquemos, entonces, como podemos dar tratamiento diferente a situaciones diferentes.
A cada uno de los representantes de las Cajas que han recibido el galardón esta noche, la Medalla Jorge Bejarano, nuestra gratitud y nuestra felicitación. Les repito: esperamos con entusiasmo la EPS Social de las Cajas de Compensación y el Estado. No es una privatización. Es un proceso de eficiencia social. Como lo dije en Cartagena y lo repite hoy el doctor Álvaro José: estamos pasando del desgreño administrativo y la esperanza es llegar a la eficiencia social. Sé que con la ayuda de Dios y la buena experiencia de las Cajas de Compensación, lo vamos a lograr.
Y en un momento en que se quisiera revivir el odio de clases en América Latina, el imperio de las tesis estatistas, que importante es fortalecer este punto de encuentro del capital y el trabajo sui generis en Colombia, para bien de nuestro país y que el mundo debería pensar cómo lo replica.
Muchas gracias a todos y espero que el Ministro nos agende un seminario para estudiar cómo avanzamos y no nos quedamos en esos 5 millones de afiliados a las Cajas de Compensación Familiar. Muchas Gracias”. |