Septiembre 07

Palabras del Presidente Uribe al clausurar el Congreso Nacional de Exportadores

Medellín, 7 sep (SNE). “Quiero dar un saludo muy afectuoso a todos ustedes. Felicitar al doctor Javier Díaz por estos 20 años en Analdex. Le pregunté: “Hombre, Javier, ¿cuántos años tienes? Con esa cara de jovencito y cumpliendo 20 años aquí. Me dijo que empezó a los 31 años en Analdex y que ya había trabajado cinco en la Andi. Es una perseverancia digna de encomio en una patria en la cual se han vivido tantas dificultades. Muchas felicitaciones, doctor Javier.

Tengo muchos recuerdos con ustedes. Hace seis años en un almuerzo, en la casa de Ronald Bakalarz, en Bogotá, lo encontraba totalmente triste, deprimido, con su familia en el exilio. Hoy, a pesar de estas mataduras de la revaluación, lo encuentro, como a la mayoría de ustedes, compatriotas, contento, entusiasmado, con fe en Colombia, y su familia regresando.

Estaba en Cartagena esta mañana en dos foros de gran importancia. Un foro mundial sobre microcrédito, donde nosotros hemos puesto en Banca de Oportunidades uno de los grandes liderazgos de nuestra política social. Y un foro de biocombustibles, tema que ha convocado un gran interés para invertir en Colombia, de colombianos y de extranjeros.

Cuando tomaba el avión para venir a Analdex, dije: “Dios mío, y con esta revaluación”. Yo creí que los iba a encontrar más tristes. Y la verdad es que son conmovedores los ejemplos de las empresas que han recibido hoy el premio. Excúsenme no referirme a todas ellas.

El Presidente Turbay Ayala exigía ser muy riguroso en el protocolo, porque decía: “A uno le perdonan cualquier error en lo sustantivo, pero no una omisión en el protocolo”. Yo voy a hacer una excepción a esa regla que aprendí del Presidente, porque no capté bien, para hacer algunos comentarios, sino a algunas de estas empresas, que me impresionaron todas, pero quiero destacar algunos ejemplos.

Me impresionó mucho, tal vez porque toda la vida he estado en ese sector, lo de Vaquitas de Tuluá. Ahí se le está encontrando un gran valor agregado a subproductos de la ganadería, que hace algunos años se botaban. Excelente eso.

La verdad es que encontrar uno a una empresa en Barranquilla proveyendo buena parte de toda la demanda de vidrio a las nuevas construcciones de los Estados Unidos, enaltece a Colombia. Qué cosa tan importante.

Y cuando vi la empresa vallecaucana de dulces, me sorprendió mucho ese éxito. ¿Por qué? Porque hemos tenido muchas dificultades en ese sector. Primero, se les encareció mucho la materia prima. La agricultura en el mundo se ha cambiado totalmente con los biocombustibles. Y afortunadamente Colombia hoy, después de Brasil, es el gran líder en América Latina. Y Colombia aparece en la nueva generación de biocombustibles liderando procesos en el mundo.

Entonces al transformar en el Valle del Cauca 40 mil hectáreas, de las 200 mil que antes se dedicaban a producir azúcar de caña, al ponerlas a producir etanol, y con lo que ha pasado en el mundo, esos precios se han subido mucho, con enormes dificultades para el sector de dulces y confites. Súmele a eso la revaluación y súmele a eso las enormes dificultades que han tenido en mercados, como el de la hermana República Bolivariana de Venezuela. Y me sorprendió mucho ver ese vigor y después escuchar a su representante con ese optimismo.

Quisiera hacer un comentario sobre todas estas empresas. No puedo dejar la experiencia del doctor Loaiza de Camacol Antioquia. Hasta hace poco era impensable que ese sector se fuera a convertir en un gran sector exportador.

Si le hubieran preguntado a un estudioso de la economía, hace 10 años ó 12 años, si el sector de la construcción podría convertirse en un sector transable internacionalmente en Colombia, habría contestado: “No le vemos posibilidades”.

Nos dijo que hay 27 empresas constructoras de acá que están en el extranjero. Y que hay un gran desarrollo de la materia prima de la construcción, que se está produciendo aquí y que se está exportando, de todo lo que son materiales de construcción.

Y esta semana, cuando asistía aquí a la reunión con las universidades sobre ciencia y tecnología, vi algo muy importante: unos grupos de estudio investigando nuevos materiales de construcción más livianos, más baratos, más estéticos, mejores para construcción de vivienda social, mejores para construcción de vivienda de alto nivel, para construcción de bodegas.

Es muy impresionante lo que hemos visto aquí. Yo quiero felicitarlos de todo corazón.

Y todo esto, queridos amigos, tiene que pasar por el concepto político del modelo. Mis compañeros del Gobierno seguramente han hablado de diferentes temas con ustedes. Escuchamos la juiciosa intervención de María Elvira Pombo, la presidenta de Bancoldex. Ayer vino el Ministro de Hacienda, con la honradez que lo caracteriza, a presentarles un proyecto controversial, que seguramente se va ajustar. La doctora Carolina Rentería, directora de Planeación, y el ministro Andrés Uriel Gallego, les hablaron del plan de infraestructura. Etcétera.

Permítanme hablarles, con un profundo sentimiento de patria, de algunos temas menos concretos, pero fundamentales.

EL MODELO DE ESTADO

El modelo. Nosotros no podemos seguir expuestos a una polarización en América Latina a ver quién es de izquierda y quién es de derecha. Me da mucho miedo que eso contagie a Colombia y que lleguemos a elegir aquí, por allá en el 2010 o adelante, a gobernantes de la ‘social-bacanería’, que tanto daño hacen por su debilidad. Cuidado con eso.

A mí me preguntaba una periodista internacional: “Bueno, Presidente, pero, ¿usted no se siente muy mal, y no se siente muy mal Colombia, con un Gobierno de derecha en una América Latina de izquierda?”.

Primero le dije: “¿Pero hay mucha diferencia en los gobiernos democráticos? Finalmente no”.

Le dije: “Hay más diferencia en el discurso que en las realizaciones de Gobierno. Y la diferencia es más emotiva”.

Le dije: “Usted cree que yo soy de derecha, ¿por qué?”.

Dijo: “Ah, es que esa posición autoritaria”.

Le dije: “Este es el país que más disfruta las libertades hoy aquí. Aquí lo que estamos haciendo es enfrentando el terrorismo, que hay que enfrentarlo con toda determinación. Frente a eso no puede haber punto medio”.

Le dije: “¿Podrían vivir ustedes, los que se llaman de izquierda, sin un concepto de seguridad que se aplique con toda fortaleza desde el Gobierno?”.

Y enmudeció.

Le dije: “Déme ejemplos de América Latina en gobiernos de izquierda”.

Me habló de un Gobierno de izquierda.

Le dije: “A la hora de verdad, si usted estudia los fundamentos históricos de la izquierda, la concepción primigenia del Estado de Derecho como sustituto histórico de los regímenes absolutistas, el nuestro es más de izquierda. Por el respeto a la participación de la opinión publica, por el respeto a la independencia de las diferentes ramas que comprenden al Estado, por el respeto a las libertades”.

Y le dije: “¿Y usted por qué es de izquierda?”.

Enmudeció.

Le dije: “Déme el ejemplo de otro Gobierno de izquierda”.

Y me dijo: “El del Presidente Lula”.

Y le dije, con todo el respeto: “¿Por qué dices que el del Presidente Lula es de izquierda y el nuestro es de derecha?”.

Y enmudeció.

Yo creo que esa discusión muy engañosa y muy peligrosa. Y en nuestro país hay que hacer advertencias conceptuales para proyectar esto en el largo plazo. Soluciones técnicas hay todos los días, pero fundamentos políticos no siempre aparecen adecuados para el momento y para la proyección.

En lugar de dejarnos engolosinar en esa discusión, nosotros tenemos que pensar en nuestro modelo: una democracia moderna.

Una democracia moderna sobre cinco pilares: la seguridad democrática, como valor de la democracia y como fuente de recursos; el respeto a las libertades; la construcción de cohesión social; todos los días más exigentes en materia de transparencia como fundamento de confianza, y el respeto a un Estado compuesto de instituciones independientes, que tienen que trabajar en armonía cuando se trata de los intereses superiores de la nación, como un requisito para que haya equilibrios y se eviten excesos.

Y en desarrollo de esa concepción, hay que preguntarnos: ¿y el papel del Estado y el papel del sector privado? Hay que tener en cuenta la historia, y la reciente, la que le ha tocado vivir a mi generación. Unos cambios muy bruscos de América Latina. Primero, vimos década y media del desmonte del Estado. La moda del Consenso de Washington. Y ahora vemos la nueva moda: el estatismo. Una nueva versión de la social-burocracia. Colombia no puede estar, a mi juicio, ni en lo uno ni en lo otro, apreciados compatriotas.

Nosotros hemos reformado 419 entidades del Estado, pero no lo hemos eliminado. Cuando asumió nuestro Gobierno, muchos mandaron la receta de que había cerrar a Telecom, que el sector privado lo sustituiría, que había que cerrar a Paz del Río, etcétera.

Y dije: “No. Telecom no va a ser estorbo para el sector privado, pero en vez de dejarla morir, la vamos a revivir”.

No se podía tocar aquí a Ecopetrol. Hace cinco años, si me hubieran preguntado ustedes: “¿van a hacer la reforma laboral y pensional de Ecopetrol?”, les habría dicho: “Lo intentaremos”.

Y se me hubieran preguntado: “¿van a hacer la capitalización de Ecopetrol?”, les habría dicho: “No”.

¿Por qué? Conocedor por haber sido actor de los procesos de antagonismo ideológico de la nación, uno advertía que esos excesos ideológicos serían un gran obstáculo para estas reformas.

Pensar hace algunos años en esa reforma de Telecom, pensar hace algunos años que hoy Colombia estuviera en pleno proceso de capitalización de Ecopetrol, era imposible.

Y esa historia, que no le ha tocado vivir directamente a la nueva generación de colombianos, no es lejana. Es de hace poco tiempo.

Ahora estamos frente a otro que parecía intocable: el Seguro Social. Hemos reformado las clínicas de Santa Marta, de Cartagena. La de Santa Marta la administra hoy la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga. La de Cartagena, la Fundación de los Hermanos de San Juan de Dios.

Aquí hicimos un acuerdo con el Gobernador (Aníbal Gaviria) y la Universidad de Antioquia. Ya dimos el primer paso en Bogotá. Y las vamos a reformar todas.

El Estado no puede estar al servicio de la politiquería, ni el Estado puede estar al servicio de los excesos sindicales, ni el Estado puede estar al servicio de quienes, desde la burocracia, atentan contra los fines superiores de la comunidad.

Esa reforma nos ahorra un punto del PIB.

FINANZAS PÚBLICAS

Ha sido recurrente el doctor Javier Díaz Molina para expresar temores frente al gasto público. El gran legado que aspira a dejar nuestro Gobierno, en materia de saneamiento de las finanzas del Estado, es la reforma administrativa. Hasta hoy hemos hecho la reforma en 419 entidades del Estado. Y eso implica atreverse.

Hay que atreverse. Si uno se pone simplemente a congraciarse con los unos y con los otros, no lo hacen.

A mí me preocupa mucho el temor de muchos de los que aspiran a dirigir el Estado colombiano, el temor de enfrentar poderes sindicales, el temor de enfrentar poderes de politiquería. Eso lo tiene que tener en cuenta el país.

La política, en un país con dificultades como Colombia, en las palabras de Gaitán, “no es para pasar como el algodón entre el vidrio, sin mancharse”. En la política hay que correr riesgos en favor del bien común.

No desmantelamos el Estado, pero lo reformamos, para que le sirva más a la comunidad, para que no destruya valor, para que construya valor.

Si no hubiéramos reformado a Telecom, hoy estaríamos pagando, de cuenta del Ministerio de Hacienda, una factura de 500 mil millones por pensionados al año. La empresa los está pagando. ¿Qué sería de las finanzas públicas con eso?

Y sigamos. Está al día con la nómina activa y tiene 8 billones en caja para contribuir a un gran desatraso que necesita el país y que es bien sensible en el sector de ustedes: el desatraso en materia de banda ancha y en materia de conectividad.

Porque si bien en nuestro primer cuatrienio el país dio un gran salto en telefonía celular, al pasar de 4 millones de aparaticos a casi 30 millones, el resto de este segundo cuatrienio es un gran desatraso en fibra ancha y en conectividad. Y uno de los actores es Colombia Telecomunicaciones.

Reformar el Estado sin desmantelarlo y asignarle, ¿qué papel? Que exija responsabilidad social.

Tampoco en el estatismo. A mí me preocupan mucho las nuevas tendencias estatistas de América Latina. Y Colombia no puede ser indiferente a eso, porque el contagio de los virus de la política se da como el contagio de penosas enfermedades: sin que uno se dé cuenta.

Cuando a uno lo están contagiando de una enfermedad, uno no se da cuenta. Se da cuenta cuando se expresa la enfermedad.

Apunte eso, doctora Alicia (Arango, Secretaria Privada), a ver si se lo repito a los compatriotas a lo largo de estos 35 meses, donde empieza a preocupar mucho el futuro del país, que no podemos abandonar hasta el último día de la vida.

Hay que ponerle mucho cuidado al contagio de las tendencias estatistas, pero mucho cuidado.

Y hay que conocer la historia. Me he puesto a repasar en estos días la historia del Brasil, del 30 a los años 60.

¿A qué contribuyeron esos procesos estatistas? Terminaron en un desarrollismo gravísimo, con altos crecimientos de la economía y altos crecimientos de la pobreza. Casi no se recupera la estabilidad democrática en el Brasil.

Ese proceso estatista de Bolivia que empezó en el 50, ¿a qué contribuyó, de qué sirvió?

El proceso de Velasco Alvarado en el Perú, terminó en el Gobierno que antecedió al Presidente Fujimori. Afortunadamente ahora dos muy buenas administraciones en el Perú. La administración anterior del Perú, de una gran responsabilidad. El anterior Presidente del Perú es un líder entre los estadistas latinoamericanos. Y un Gobierno muy serio, presidido hoy por el Presidente Alan García.

Uno piensa: ¿y por qué ese virus del estatismo es recurrente, después de que ha demostrado tantos errores? Colombia tiene que evitar eso. Y eso no se evita sino políticamente.

Por eso hay que pensar aquí en todo lo técnico, en el manejo económico, en las finanzas, y hay que pensar en los conceptos del modelo político.

Colombia tiene que decirle al mundo: en lo nuestro no hay estatismo. Hay todo el espacio para el sector privado, con responsabilidad social.

OBJETIVOS DE GOBIERNO

Me alegra mucho ver que ustedes, para otorgar estos premios, han considerado la responsabilidad social de los galardonados.

Nosotros la entendemos expresada en tres áreas: en la transparencia en las relaciones entre el Estado y los inversionistas, en la responsabilidad de los inversionistas con las comunidades, ultra legal, más allá de las exigencias legales que tienen que ser mínimas.

Esta mañana veía una gran expresión de esa segunda responsabilidad social, con la participación de muchas fundaciones del sector privado, en el tema del microcrédito.

Y una tercera, las relaciones laborales. América Latina vivió décadas de relaciones laborales de capitalismo salvaje y también de odio de clases. Y aquí las guerrillas marxistas de los años 60’s y 70’s (que todavía persisten, pero tenemos que persistir nosotros más hasta acabarlas), inocularon ese virus: el de manejar unas relaciones laborales con odio de clases.

La alternativa tiene que ser: relaciones laborales de fraternidad cristina. Yo creo que el país tiene las mayorías nacionales, tiene que tener mucha claridad sobre ese tema.

En ese modelo estamos trabajando tres objetivos de Gobierno: la seguridad democrática, la confianza inversionista y la política social. Van de la mano.

La relación la explicaba muy bien el doctor Díaz Molina: sin seguridad democrática y sin confianza inversionista, no aparecen los recursos para la política social. Y, a su vez, la política social es la que legitima en el largo plazo la seguridad democrática y la confianza inversionista.

SEGURIDAD DEMOCRÁTICA

Seguridad democrática: vamos ganando, pero no hemos ganado todavía. Nos esperan debates y esfuerzos muy grandes.

Nosotros hemos permitido muchos caminos para buscar el rescate de nuestros secuestrados, por consideración al dolor de las familias.

Pero tenemos unos puntos en los cuales no podemos ceder. Dos de ellos: no podemos entregar zonas de despeje, ni podemos permitir que los guerrilleros salgan de la cárcel para reincorporarse al asesinato, a las minas antipersona y al secuestro.

¿Por qué zonas de despeje? El país estuvo despejado 40 años. Por eso de él se apoderaron guerrillas y paramilitares. Y ahora que se recupera la presencia institucional y que todas las bases populares de la nación las reclaman, no podemos echar atrás.

Es fácil proponer una zona de despeje de Pradera y Florida desde Europa, desde un escritorio de una gran ciudad. Pero vaya y pregunte a los habitantes de Pradera y Florida, para encontrar esa gran angustia, ese escozor, ante la posibilidad de una zona de despeje allí.

¿Y vamos a darle una zona de despeje a la guerrilla para que eluda la seguridad democrática? ¿Para que la utilicen de zona de delincuencia y de escondite, si para nosotros cada uno de estos 35 meses, cada uno de estos días, cada una de estas horas, es fundamental en materia de seguridad democrática?

Y tampoco podemos permitir que los guerrilleros salgan de cárcel a volver a delinquir. Nosotros hemos liberado a 178 guerrilleros, unilateralmente, con el compromiso de que no vuelvan a delinquir.

Rodrigo Granda, liberado por petición del presidente de Francia (Nicolás Sarkozy). Él (Granda) dijo: “No me desmovilizo de las Farc”. Pero aceptó que no se reintegraría al secuestro, que no se reintegraría al asesinato y que sería gestor de paz. Esos compromisos se le exigieron.

Lo que no podemos hacer es lo que ha pretendido las Farc. Sacar unos presos de las Farc de la cárcel y entregárselos, como dicen ellos, en paquete, en la selva, para que se reintegren a las Farc.

¿Por qué? Recuerden lo que ocurrió en el pasado. Liberaron a unos. Y a los dos días ya tenían nuevamente los fusiles, las minas terroristas y el uniforme. Y aparecían en las pantallas de televisión blandiendo armas y desafiando la dignidad del pueblo colombiano.

Tenemos, apreciados compatriotas, en los pabellones de sanidad de los hospitales militares y de policía a 1.700 integrantes de nuestra fuerza pública con algún grado de mutilación, derivado de las minas antipersona. Están en terapias, les están manejando silla de ruedas o esperando prótesis.

Ellos entienden que salgan unos guerrilleros de la cárcel para un canje humanitario. Lo que no van a entender es que esos guerrilleros salgan, y en lugar de vincularse al proceso de reinserción, no irían a entender que esos guerrilleros salieran a reintegrarse al delito.

Algunos me han dicho: “Hombre, Presidente, pero no dé ese debate. Es muy desgastador, ceda eso”

No, no. Hemos dado todas las facilidades, no hemos negado facilitadores, pero hay unos inamovibles que no podemos ceder.

Y esto, como en todos los países de opinión, no se mantiene firme si no con apoyo ciudadano.

El logro más importante del Estado de Derecho es haber asignado, en sus elementos estructurantes, papel primordial a la participación ciudadana.

Yo prefiero, en lugar del facilismo que conduciría a entregar una zona de despeje o a liberar guerrilleros para que se reintegren a delinquir, mantener este debate, con todo el desgaste que exija, en los 35 meses que nos quedan de Gobierno, tratando de que algunos conceptos de esta política de seguridad democrática, los básicos, se proyecten al futuro del país, en el gobernante que los colombianos elijan en el 2010.

Esa seguridad democrática no ha sido fácil de impulsar y le falta mucho. La paz de esta ciudad no salió del cuento. La paz de esta ciudad salió de la energía.

Recuerdo que era yo Gobernador de Antioquia, y era la única parte del país donde había una política de seguridad. Eso sí, prensa nacional e internacional: “Uribe paramilitar”.

Aquí lo que hicimos fue integrar la participación ciudadana y ayudarle a la fuerza pública.

Y me fui yo, me fui el 2 de enero de 98. Dijeron: “Se fue el Gobernador paramilitar, ahora sí se arregló esto”.

Dejaron la Autopista de Medellín – Bogotá cerrada por cuenta del terrorismo. La dejaron cerrada hasta octubre del 2002, cuando empezamos esa política de seguridad desde el Gobierno Nacional.

Y hay que ver la tragedia. Aquí era imposible entrar militarmente a las comunas. ¿Por qué? Porque el discurso predominante era: “No, con ellos, con mañita, el diálogo y el diálogo”. Y los gobernantes rogándoles en el diálogo y esos bandidos avanzando en el terrorismo.

La paz de esta ciudad empezó en septiembre de 2002, cuando era Ministra Martha Lucía Ramirez de Rincón, con dos generales de la República: el General Montoya y el General Gallego. El uno en el Ejército y el otro en la Policía.

Y con mucho desgaste. Las Ong’s, que nunca habían venido a contar muertos cuando aquí asesinaban a cinco mil personas al año, en ese momento vinieron muchas a atentar contra esa política de seguridad democrática, a desacreditar.

Hay que tener en cuenta eso. ¿De dónde surge la paz? La paz surge de la firmeza frente a los delincuentes.

En materia de política de confianza inversionista, creo que es bien importante el modelo, la continuidad de la política de la seguridad democrática.

Ustedes lo perciben. Lo han dicho.

SALUD FISCAL

La salud fiscal de la Nación. Ya me referí a un elemento de la salud fiscal de la Nación: la reforma del Estado. Permítanme referir a otro, a las transferencias. Le agradezco inmensamente al doctor Díaz Molina traer el tema.

¿Qué buscamos con las transferencias, que valerosamente aprobó el Congreso de la República? Un equilibrio entre la necesidad de profundizar la descentralización y el imperativo de evitar la quiebra de la nación.

Me preguntan muchos: ¿pero por qué solamente en el año 2016 habrá la nueva fórmula de que los recursos que se transfieran a las regiones vuelvan a crecer de acuerdo con el crecimiento de los ingresos corrientes de la Nación? Porque nos esperan unos años muy difíciles, algunos de los cuales hemos transitado ya en materia de pensiones a cargo del presupuesto nacional.

Este año el presupuesto nacional le tiene que transferir cinco billones al Instituto de los Seguros Sociales para pagar pensiones. Las pensiones del magisterio oficial valen 37 billones, y no se ha cerrado el cálculo actuarial ¿Quién las tiene que pagar? El Gobierno Nacional.

Las pensiones de las universidades públicas, solamente en la Universidad Nacional, ya algunos estiman que ese cálculo actuarial puede rondar por el orden de cuatro billones. Y lo tiene que pagar el presupuesto nacional.

Creo que lo que hemos hecho es bueno. No es cierto que hayamos marchitado la descentralización. Es que los municipios y los departamentos son grandes beneficiarios de la seguridad democrática, de la confianza inversionista.

Esta ciudad solamente está construyendo hoy dos mil habitaciones hoteleras. Y eso surge de la seguridad democrática y también de los estímulos fiscales. Nuevos hoteles que tienen, gracias a este Gobierno, una exención de 30 años.

¿Ustedes saben en cuánto han crecido los ingresos de los departamentos y los municipios en este Gobierno? Guárdenlo. Muy importante pensar eso para la decisión electoral de octubre.

Municipios: sus ingresos han crecido en un 34 por ciento. Bogotá en un 40 por ciento. Por encima de la inflación. Son crecimientos reales.

Crecimientos de los departamentos: un 13 por ciento real. Eso es bien importante.

Y miren el nivel de descentralización de Colombia. Yo le pido a la Dirección de Planeación que lo midamos de otra manera. ¿Qué porcentaje del gasto total del Estado hacen las regiones y qué porcentaje hace el Gobierno central?

En Brasil las regiones gastan el 30 por ciento y el Gobierno central el 70. En Colombia el Gobierno central el 49, y las regiones el 51.

Es un país que se ha descentralizado mucho y donde todas las entidades todavía están pobres, uno no puede jugar con las finanzas de la nación. Porque si bien ese déficit del Gobierno Nacional central que, sumado con lo del Seguro Social, era del siete y medio y se ha bajado al cuatro, todavía muy alto.

¿Ustedes saben cómo creció aquí vertiginosamente en pocos años el déficit y el endeudamiento? Yo creo que esta cifra no es muy desacertada.

Este país en el año 90 tenía casi equilibrio fiscal, y en el 2002, Gobierno Nacional central, déficit del siete y medio. Agosto del 2002, déficit consolidado, cuatro dos.

Este país en el año noventa tenía un endeudamiento público del 16 por ciento del PIB. Nosotros los recibimos en el 48. Se ha reducido al 28, pero en endeudamiento es del 28. Apenas hemos logrado un pequeño superávit en el balance primario del Gobierno Nacional central de medio punto.

¿Va a ser 1 este año? Magnífica noticia, Ministro. Porque ese es el que realmente mide si estamos ahorrando o desahorrando. Eso es de gran importancia. Pero las cosas no están para jugar. Por eso hemos sido muy cuidadosos.

Yo decía a los alcaldes y a los gobernadores en la discusión de las transferencias. “Hombre, una decisión imprudente rebaja el número de manifestantes en la Plaza de Bolívar y le quita discurso a la oposición, pero a los primeros que quebramos es a los municipios y a los departamentos”.

Yo recuerdo la tasa de interés que se pagaba en este departamento cuando yo era Gobernador. Que cómoda la de hoy.

¿Qué hubiera pasado con las tasas de interés en esta crisis internacional, sin recuperar nosotros grado de inversión, donde hubiéramos sido irresponsables por razones políticas en el manejo de las transferencias?

Y aquí tienen mucha capacidad adicional los departamentos y los municipios. En ese 51 por ciento de lo que gastan, frente al gasto total del Estado, no hemos hecho otras sumas.

Nosotros estamos haciendo Transmilenios en nueve ciudades colombianas. Cuando empezó el Gobierno, Bogotá tenía 32 kilómetros y hoy tiene casi 90, tiene 86. El de Cali lo vamos a inaugurar en mayo. En Pereira ya lo inauguramos. Aquí está avanzando.

¿Quien aporta el 70 por ciento? El Gobierno Nacional central, pero tienen una amplia capacidad de ejecución las entidades locales.

Yo creo que hay muchos argumentos, cifras contundentes, inobjetables, para decir: Colombia dio un paso de madurez, de equilibrio, pero Colombia es el país más descentralizado del continente, del continente latinoamericano.Eso es bien importante en la salud fiscal de la Nación.

CONFIANZA INVERSIONISTA

Confianza inversionista. Los estímulos tributarios, las zonas francas, la ley que autoriza los pactos de estabilidad.

No fue fácil introducir los estímulos tributarios. Se introdujeron contra una gran oposición de la academia económica. Un Congreso formado en el discurso político de que había crear y crear impuestos directos redistributivos, no entendía en las primeras de cambio por qué introducir estímulos tributarios a la inversión.

Esa tarea no ha sido fácil, pero creo que ha sido muy importante. Y hay ya muchos. La deducción del 40 por ciento a las nuevas inversiones.

Alguien estaba proyectando una hidroeléctrica de dos billones y me dijo: “¿Cómo es lo de la deducción?”. Y le dije: “Usted puede deducir 800 mil millones”. Dijo: “¿Y si no los puedo deducir el primer año?”. Dije: “Eso se ajusta a la reforma que se hizo en materia de pérdidas. Se le convierte en un crédito fiscal y lo puede deducir en el número subsiguiente de años fiscales que requiera”.

Y empezó a cuantificar: “¿Y eso cuánto es?”.

Doscientos cuarenta mil millones aporta el Estado por esa deducción, en ese proyecto hipotético.

Veo la preocupación de ustedes con las zonas francas y con la Ley Páez.

Sí, lo reconozco: primero una demora justificada en año pasado. Porque sin saber cómo iba a quedar la reforma tributaria (que esperamos que sea estable y por eso me da mucho miedo proponer cualquier reforma tributaria ahora al Congreso), no era prudente poner a funcionar las nuevas zonas francas.

Tienen razón ustedes sobre los vaivenes este año. Aspiramos que el nuevo decreto tenga mucha solidez y mucha firmeza. Hoy he recibido muchas quejas. Pero he dicho: “Hombre, lo primero que me dijo el Ministro es que, como tantas cosas de este Gobierno, ese decreto se va a someter a la discusión”.

Déjenme hablar con franqueza sobre algunos puntos sobre de ese decreto. A mí me parece que es justo que no se sumen sino que se excluyan el estímulo fiscal general para las zonas francas, de la tarifa del 15, y el estímulo general de la deducción del 40. Si tienen la tarifa del 15, ¿por qué habrá que sumarle la deducción del 40?

Creo que eso es sano. Yo pediría una reflexión de ustedes para apoyar esa parte del decreto.

También me parece muy sano que el requisito de empleo y el requisito de inversión no sean alternativos, sino convergentes. Hoy se dice: “Para tener derecho a estas zonas, se crean tantos empleos o se hace tanta inversión”.

A mí me parece sano (y lo veo más ajustado a los criterios de la Organización Mundial del Comercio, que fueron los que iluminaron la nueva ley), que haya un requisito de empleo, más un requisito de inversión). Y creo que no son tan difíciles de llenar. Yo ahí defiendo el concepto y no los números.

Sé que ustedes, discutiendo con el Ministro, se pondrán de acuerdo en los números, teniendo en cuenta algo bien importante: que, por ejemplo, en el sector agropecuario, con ese gran potencial que reposa en el futuro de los biocombustibles en Colombia, el requisito de empleo puede ser cumplido con la suma de los empleos que se creen en la planta industrial, más la suma de los empleos que se creen en los cultivos agrícolas.

Me han dicho: “Bueno, Presidente, usted es inconsecuente, porque usted habla de emprendimiento y le están poniendo un requisito muy alto de patrimonio a las zonas, cuando estaba con CERT”.

Yo he dicho que el país no puede ser un país de monopolios de Estado, ni monopolios privados, sino un país de una gran dinámica de emprendimiento.

Y eso es bien importante en el mundo actual y le da sostenibilidad al crecimiento. Y acabamos de ganar un premio de una organización privada internacional, que dice que Colombia ha sido en el último tiempo el segundo país en su nivel de desarrollo más importante en emprendimiento, a pesar de los rezagos que tenemos.

Yo le decía al Ministro: “Hombre, revisen eso. No es compatible con nuestra política de promover el nuevo emprendimiento una exigencia patrimonial alta allí”.

Algunos me dijeron: “Bueno, pero es que si ustedes introdujeron el concepto del monousuario, ¿por qué van a cambiar ahora en el decreto el área de extensión?”.

Y me dejó pensativo esa reflexión.

El Ministro me dice: “Es que no podemos tener una operación avispa. El país lleno de pequeñas zonas francas, donde hay que tener unos controles aduaneros, etcétera”.

Pero creo que tampoco podemos exigir unas cabidas territoriales que nos causen dificultades.

Uno ve, por ejemplo, lo que muestran de China. Un país tan extenso, y sin embargo hay unas zonas francas, que es un edificio, una zona especial, produciendo computadores.

Y otras inmensamente grandes. Yo temo que en algunas regiones de Colombia no sea fácil encontrar un terreno de 50 hectáreas.

No sé, doctor Roque, ¿qué piensa usted? ¿Se consigue al pie del Aeropuerto de Rionegro hoy?

Muy difícil, muy difícil.

Yo creo que ese es otro tema que hay que revisar. Yo pediría que en el tema patrimonial y en tema de cabida, el Gobierno tenga flexibilidad.

La Ley Páez. La Misión de Impuestos, cuyo informe recibí en el año 2002, recomendaba eliminar la Ley Páez.

¿Qué decisión tomamos nosotros? No se la revoquemos a la gente que adquirió el derecho. Si eso se hace, se pierde confianza en la estabilidad normativa del país. Más bien digamos que no se autorizan nuevos entrantes para disfrutar de esos beneficios. Así se hizo en la reforma de 2002.

Veo la gran preocupación expresada hoy por el doctor Javier Díaz de que ya se va a vencer el plazo originalmente concebido, y que qué puede pasar en esas empresas.

Veamos el tema de infraestructura. Yo tengo mucha confianza en la malla vial vallecaucana y en lo que venimos haciendo de dobles calzadas. Tengo confianza que podamos sacar adelante Cali – Santander de Quilichao – Popayán. Y eso tiene que ayudar. Pero creo que no es suficiente. Y eso no está para el corto plazo.

Creo que en el corto plazo debemos hacer algo transitorio. Se me ocurre, porque he estado pensando todo el día en el tema, después de que Mateo Restrepo me dijo: “Mire, van a plantear este tema allá”.

Si estoy equivocado, queda autorizado el Ministro de Hacienda para hacer caso omiso de esa proposición, porque generalmente a los Ministros de Hacienda les gusta hacer caso omiso. Pero espero que este Ministro, que debe tener aspiraciones políticas, y yo se las estimulo, no haga caso omiso.

Yo sugiero esto: ¿por qué no pensamos en una transición y buscamos la posibilidad de que en el decreto de zonas francas se les dé a esas empresas un tratamiento especial, que se les diga: podrán gozar del beneficio de zonas francas especiales, si en tanto tiempo cumplen con los requisitos de este decreto.

Y así no pasarían de cero al 34, sino de cero al 15. Pero se obligarían a darle la compensación al país de cumplir, dentro de un período equis, que lo pueda definir el decreto, con los requisitos de zona franca.

Es lo que he estado pensando hoy. Es un borrador para examinarlo con ustedes. Porque me parece que en esto hay que tener, hay que proponer, rectificar.

El Presidente Darío Echandía decía que “la dialéctica de los gobiernos tiene que reposar en la capacidad de acometer y rectificar”. Mírenlo a ver, si una alternativa de esas sirve.

Yo veo la preocupación del doctor Díaz Molina por los salarios. Permítanme decir esto: en el sector exportador, afectado por revaluación, estoy plenamente de acuerdo. Pero hay otros sectores de una prosperidad que nunca habíamos imaginado. Y hay sub-remuneración en niveles del Estado central.

Yo ruego que estudiemos una fórmula cuidadosa, de aquí a diciembre, para que el sector exportador, afectado por revaluación, no vaya a tener un golpe por una decisión salarial imprudente.

Pero que esa fórmula me ayude a resolver problemas en el Estado, y ayude a dar una respuesta equitativa a los trabajadores de sectores que están gozando de gran prosperidad.

Me dirán ustedes: ¿entonces van para un salario diferencial? No es el ideal, pero podría haber tratamientos transitorios. Yo pienso que en esto hay que tener flexibilidad. Hay veces que uno se asfixia porque el dogma no lo deja respirar. Es la sugerencia que yo hago hoy al sector privado y que le pido que la estudien al Ministro de Hacienda y a la señora Directora de Planeación.

La Apec. Empieza la reunión preparatoria en Australia. Hemos hecho todo el esfuerzo para que se levante la moratoria. Les voy a hacer una confesión: lo que hemos sabido es que la razón de la moratoria no es temor a un ingreso de Colombia, sino por los mismos problemas asiáticos. Ahí tenemos una gran dificultad, pero vamos a hacer todos los esfuerzos.

El ministro Luis Guillermo Plata propuso que aceleráramos un acuerdo de comercio con cuatro países de la Apec, que tienen entre ellos un acuerdo de comercio.

Yo creo, apreciados compatriotas, que si lográramos ese acuerdo de comercio para entrar a estos cuatro países, sin esperar entrar a la Apec, podría ser una apertura para que tuviéramos más puertas al interior de la Apec. Lo sugiero. Que eso se examine.

INFRAESTRUCTURA

Quiero terminar con dos temas no fáciles: infraestructura y futuro del TLC.

Seguramente el Ministro Andrés Uriel y la Directora de Planeación les hablaron de todo el proyecto de infraestructura. Yo les voy a hablar del Ministro y de las demoras.

¿Dónde conocí yo al Ministro? Era el mejor profesor de la Universidad Nacional, Premio Nacional de Ingeniería de Cálculo, un gran agitador de los movimientos cívicos del Oriente Antioqueño, y me lo traje a esta tendencia política hace muchos años.

Fui catalogado de blasfemo cuando lo nombré Secretario de Obras de Antioquia, me acompañó toda la Gobernación, adjudicó 3 mil contratos, sin una glosa, con un rigor moral extraordinario.

Me gusta que le haya ido bien aquí, porque este no es el auditorio de él. Él es populista. Y en las obras de las acciones comunales y de los municipios y eso, tiene todo el recibo. Aquí le va mal. Pueda ser que ahora que le fue bien aquí, no le vaya a ir mal abajo, porque necesito que me siga manejando ese populismo, para el bien de nuestra Seguridad Democrática.

Creo que el país es testigo de la honradez con que él ha manejado unas licitaciones muy difíciles y unas soluciones de conflictos muy difíciles.

Como manejó ese tema de el Ferrocarril del Atlántico, la adjudicación de la Concesión de El Dorado y otra bien polémica, públicamente, en televisión, con gran participación de opinión: la doble calzada Bogotá – Girardot.

Y las adjudicaciones de los Transmilenios, que eso no ha sido un camino de rosas, ha sido un camino muy difícil. Y el de los operadores de los Transmilenios, de los recaudadores de los Transmilenios.

Ministro, a mí me parece que eso hay que premiarlo.

Disculpas. Nosotros llegamos con mucho temor al tema fiscal. En septiembre de 2002 el doctor Roberto Junguito nos dice en el Consejo de Ministros: “El déficit es del 4,2 y no hay con qué pagar soldados. Aquí les traigo una proposición de congelamiento de un billón”.

Usted la llevó allá, doctora Carolina. No me desmentirá.

Y además tenemos que derramar el impuesto de la Seguridad Democrática. Todo el pánico, todo el pánico, para emprender cualquier obra pública.

Segundo: todas las concesiones del país importantes estaban en pleito. Solamente aquí en Medellín teníamos en pleito la doble calzada Bello – Hatillo, la comunicación de Medellín al Oriente Antioqueño y la doble calzada de la autopista Medellín – Bogotá.

Sigamos. En pleito la Autopista del Café, en pleito Barranquilla – Santa Marta – Paraguachón, en pleito la Autopista de Bogotá a Villavicencio, en pleito Commsa.

Todos se han resuelto. Falta una etapa en Commsa. Y todos se han resuelto creando tranquilidad de opinión. Ustedes no saben lo difícil que es abocar una conciliación.

Las primeras que hicimos fueron con los 21 asociados de Telecom, 21 pleitos, que nos iban a costar 2 mil millones de dólares. Eso lo transigimos, lo conciliamos por 450.

Con dos problemas: el temor de los funcionarios de conciliar. Los funcionarios decían: “Yo concilio, y ahí mismo me llaman la Procuraduría, la Contraloría y la Fiscalía”. Y la suspicacia de la opinión pública. La desconfianza de la opinión pública sobre cualquier conciliación.

El debate, el haber publicado todos esos acuerdos antes de perfeccionarlos, ha ayudado mucho.

Nos falta Commsa. Qué pleito tan difícil de resolver. Tuvo que intervenir hasta el Rey de España. Hoy está acordado el texto de la conciliación. Tiene visto bueno del Procurador, pero falta que finalmente tengamos el visto bueno del Tribunal de Cundinamarca.

No había proyectos en el país. No es fácil. Entonces muchos me critican: “Ah, Presidente, pero es que usted está haciendo un Plan 2.500 que no le contribuye al comercio exterior. Conecta municipios”.

Parcialmente esa crítica es válida y la acepto.

Pero sí le contribuye enormemente a la productividad, al equilibrio del crecimiento de Colombia. Y ahí hay carreteras muy importantes en ese Plan 2.500, como el acceso a La Mojana, como la carretera Puerto López-Puerto Gaitán, como la carretera Granada-San José del Guaviare, para citar algunas.

Y yo les tengo que decir a mis compatriotas: yo no podía llegar hace cinco años a los municipios solamente con soldados. Ese plan está beneficiando a 400 municipios de la nación.

Y el desplazamiento no se da solamente por violencia. El desplazamiento también se da por falta de universidades, por malas vías, por falta de servicios públicos, etcétera.

¿Qué hemos definido? Hemos definido lo siguiente: se concluye el Plan 2.500, que es la pavimentación de 3.200 kilómetros. No se emprenden nuevas vías departamentales.

Y aquí tengo uno al que le gusta mucho que emprendamos vías departamentales y siempre me dice: “Yo pongo la mitad”. Y ahora me le voy a tener que perder, porque no tengo un peso para más. Es el Gobernador de Antioquia.

No podemos emprender una vía departamental más. Y lo he dicho con todo cariño, pero con toda sinceridad, a los gobernadores y a los alcaldes.

Se les estaba dando un crédito de 1.000 millones de dólares. Ya Antioquia fue el primero. Se le aprobó por 60 millones de dólares, con 25 años de plazo, un período de gracia de 5 años y una tasa de interés muy baja.

Tenemos el compromiso de entregarle a cada municipio 140 millones de pesos al año, por mantenimiento de vías municipales.
Todo lo demás, a los corredores de competitividad de comercio exterior. A los cuales no hago referencia, porque ustedes los debieron ver ayer en extenso con el Ministro de Obras y la Directora de Planeación.

Como le tengo tanta confianza al Ministro, soy con él el más regañón del mundo. Yo me pongo unas gafas gruesas en un helicóptero y empiezo a mirar esas carreteras, y funciona ese teléfono celular y soy un cirirí.

En eso estaremos, a ver si cumplimos con esas carreteras, con esos puertos, con esos aeropuertos.

Lo del Dorado. No sé si les dijeron lo del impacto fiscal. El Dorado ha sido el aeropuerto que con sus ingresos ha sostenido a todos los aeropuertos del país.

¿Qué hicimos ahora? Dijimos: no, señor. En adelante El Dorado dedica el 56 por ciento de sus ingresos a su propio crecimiento.

¿Quién tiene que reponer eso? Es un 56 por ciento de los ingresos de El Dorado que le quitamos a los otros aeropuertos. Pero yo no les puedo decir a los otros aeropuertos que se lo vamos a quitar.

Eso que no les va a dar El Dorado, porque El Dorado lo dedica todo a su propio crecimiento, vía concesión, lo tiene que reponer el presupuesto nacional.

Y a uno le dicen: “Bueno, pero es que las concesiones arreglan todo”. No. Las concesiones que necesita Colombia, retribuyen algo vía peajes. Pero el Estado tiene que hacer un gran esfuerzo con gasto fiscal en esta etapa del país. Sobre eso no debe quedar lamedor duda.

TLC

Futuro del TLC: ustedes sabrán, ustedes conocen todos los acuerdos de comercio que se han negociado y los que se van a negociar. Dos obstáculos: paramilitares y líderes sindicales.

Yo he dicho: hombre, hace cinco años este país estaba sometido a guerrilla y paramilitares. No era sino ir aquí a la Comuna número 13 a ver qué pasaba.

Hace cinco años en este país asesinaban a 256 líderes sindicales por año. Y hace cinco años no nos castigaban. ¿Entonces nos van a castigar ahora que hemos desmontado el paramilitarismo y que hemos hecho este esfuerzo por proteger a los líderes sindicales?

Este país tenía 60 mil terroristas hace cinco años. Y avanzaban casi sin talanqueras. Nosotros hemos desmovilizado a 46 mil: 12 mil guerrilleros y el resto paramilitares.

Ese es un proceso de paz muy importante, surgido de la autoridad, no del apaciguamiento. Y con la guerrilla no ha habido proceso de paz, pero en la práctica sí.

Se han desmovilizado 12 mil guerrilleros, cuando en los procesos de paz que se dieron con la guerrilla no fueron más de 4 mil: 900 del M-19, 2 mil del EPL y unas pocas docenas de la Corriente de Renovación Socialista y del Quintín Lame. Nosotros hemos desmovilizado a 12 mil guerrilleros.

¿Ustedes se imaginan qué es manejar un programa de reinserción de 45 mil personas?

Colombia tiene casi 800 municipios, que en promedio cuentan con no más de 25 mil habitantes. Pónganme dos municipios de esos, en los cuales la totalidad de su población se ha reinsertado.

Ha sido un proceso muy bien manejado por Frank Pearl. Yo creo que vamos a salir adelante con ese proceso.

Hay una reincidencia del 5 por ciento, muy baja en relación con los estándares internacionales de otros procesos. Pero alta en cifras absolutas: dos mil reincidentes le hacen daño a cualquier país.

A la reincidencia le hemos dado un tratamiento severo. Han sido dados de baja 500 aproximadamente, y llevados a la cárcel más de mil.

¿Por qué digo que hoy no hay paramilitarismo? Porque “paramilitar” es una palabra que se acuñó en Colombia para denominar a bandas criminales privadas, organizadas con el propósito de enfrentar a la guerrilla.

Hoy no hay bandas privadas criminales en Colombia enfrentando a la guerrilla. Hoy la única fuerza que enfrenta a la guerrilla en Colombia, es la fuerza institucional del Estado.

Hoy tenemos guerrilla y tenemos organizaciones criminales de narcotráfico, pero no tenemos paramilitares. Yo creo que esto es algo bien importante. Crecieron velozmente en pocos años, un poder inmenso, y en estos cinco años hemos logrado superar el fenómeno.

El tema de la protección a los sindicalistas: asesinaban a 256. Desde la hora cero, y espero que la Ministra, la doctora Martha Lucía, lo diga a la comunidad internacional nuevamente, cuando asumió ella el Ministerio de Defensa empezó nuestra protección a los sindicalistas.

Este año han asesinado a seis. Ninguno, ha dicho la justicia, por razones relacionadas con su actividad sindical.

Protección: Colombia tiene este año a seis mil personas con protección individual, a cargo del presupuesto nacional. Nos cuesta el programa 76 mil millones en el año. De ellos, 1.500 son sindicalistas.

Impunidad: hay que tener en cuenta lo que le ha pasado a la sociedad colombiana. Es que aquí había 35 mil asesinatos. Todavía el año pasado hubo 17 mil. Eso es muy alto. Uno debería decir: no admitimos uno. Queremos mostrarle al mundo cero crímenes contra sindicalistas. La población sindical de Colombia, más los maestros, es de 1 millón 250 mil personas.

La población total de Colombia es de 43 millones. En 43 millones asesinan a 17 mil.

El problema del asesinato aquí ha sido muy duro, contra todo el mundo. Y está bien que este país haga un esfuerzo para decir vamos a llegar a cero asesinatos de líderes sindicales. Pero la comunidad internacional tiene que mirar no sólo al sindicalismo, sino a todos los sectores poblacionales que han sido afectados por el asesinato.

Y mirar la tasa general que la comunidad internacional mide en número de asesinatos por cada 100 mil habitantes, y las tasas específicas sobre objetivos poblacionales también específicos.

Con 35 mil asesinatos, ¿qué justicia iba a poder superar la impunidad? Estamos bregando a superar la impunidad.

Este año se han producido sentencias que ya han condenado a 108 personas, por ser responsables de asesinatos de sindicalistas.

Hemos hecho grandes esfuerzos en justicia. Me refiero a los de orden legal y a los de orden presupuestal.

Esfuerzos de orden legal: introdujimos el Sistema Penal Acusatorio, la oralidad, reforma constitucional. Y reformamos los códigos.

Tema presupuestal: anoche tuvimos un foro con la justicia contenciosa en Quimbaya, en el Quindío. Me pidieron muchas cosas y es normal. En un país en donde hay tantas necesidades, uno entiende que en lugar de que le digan: esto quedó bueno y aquello quedó bueno, que la gente le pida más. Porque aquí a todo el mundo le hace falta. Y el Gobierno tiene que estar abierto a eso.

Pero también reconocieron lo siguiente: en este Gobierno ha crecido en un 45 por ciento el presupuesto de la justicia. Eso hay que decírselo al mundo.

Yo le pedí ahora a la Directora de Planeación que me confirmara las cifras en Fiscalía y en la rama: ¿cuánto gastaba la Fiscalía en el 2.002 y cuánto vale la Fiscalía el año entrante?

DIRECTORA DE PLANEACIÓN NACIONAL, CAROLINA RENTERÍA: En el 2002, la Fiscalía, 658 mil millones. Y el año entrante 1 billón 170 mil millones. Yo tengo acá 982 mil para 2007 y 1 billón 170 para el 2008.

La rama judicial en 2002: 830 mil millones. En 2008: 1 billón 440 mil millones.

PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA: Hemos hecho grandes esfuerzos para resolver problemas de magistrados de tribunales, de fiscales regionales, de jueces. Tenemos todavía un problema del sector laboral no profesional de la justicia. Y hay que avanzar en conectividad. El país todavía tiene un enorme atraso. Reconocemos todo lo que falta, pero pedimos que se reconozca todo lo que se ha hecho.

Y es lo que le hemos dicho al Congreso de Estados Unidos: nosotros no estamos diciendo que estamos en un paraíso. Pero hemos hecho un enorme esfuerzo. Este país se está cercando a extraditar en estos cinco años a la cifrita de 700 personas. Y hemos extraditado unas ‘culebras’. Y por ahí tenemos otras de candidatos a la extradición. ¿Y eso no vale?

¿Qué país en el mundo puede decir eso? ¿Qué país en el mundo puede decir que ha logrado un apoyo de opinión publica para fumigar 160 mil hectáreas de coca al año y este año erradicar manualmente 70 mil?

Nosotros no estamos en un paraíso. Pero aquí se están haciendo esfuerzos muy grandes, seguramente con errores, pero con toda la buena fe, que debería reconocer la comunidad internacional y el Congreso de Estados Unidos.

A mí me parece muy grave que le aprueben ahora el TLC a Perú, enseguida a Panamá, y que el de nosotros lo vayan aplazando y aplazando. Creo que sería una ofensa a esta democracia.

¿Quién mata a los sindicalistas? No son los empresarios. Yo pido a cada uno de ustedes que repita eso: no son los empresarios.

He celebrado mucho la sentencia reciente frente a Drummond, soportada en el veredicto unánime de todos los jurados, que absolvió a la empresa. Ojalá eso se replicara en otras acusaciones.

Aquí no han sido los empresarios los que han matado los sindicalistas. Han sido los terroristas. Yo soy testigo presencial de la época de ese predominio marxista y de odio, en nuestra vida universitaria, donde no se pensaba en el Estado de Derecho ni en la democracia, sino en la dictadura del proletariado. Donde no se pensaba en el conflicto sintetizado por la armonía, sino en el odio de clases.

Ese crecimiento de las guerrillas marxistas predicando estas tesis, y otra: la combinación de las diferentes formas de lucha.

Y en nombre de la combinación de las diferentes formas de lucha, asesinaban y penetraban el movimiento sindical, secuestraban e incursionaban en sectores de la política, penetraban el movimiento estudiantil, crecían desbordadamente, sin que el Estado les atravesara talanqueras, salvo en los períodos de Valencia y de Turbay.

Y vino la reacción paramilitar a competir en crueldad con la guerrilla y a hacer lo mismo. Y entonces los paramilitares asesinan a sindicalistas acusándolos de ser colaboradores de la guerrilla, y la guerrilla se venga asesinando a sindicalistas acusándolos de ser cooperantes de los paramilitares.

Yo procuro tener un almuerzo mensual cada seis semanas con los líderes sindicales. Esta semana les llegué tarde y les dije: “Qué cosa tan importante la evolución de Paz del Río. Allá hay un sindicalismo que no está pensando en la vieja doctrina reivindicacionista, sino que está procediendo con gran responsabilidad gerencial y empresarial, lo que nos permitió salvar a Paz del Río”.

Les dije: “Allá en la oficina del sindicato está el Banco Agrario, acordando con el sindicato cómo cada uno de los 5 mil trabajadores de Paz del Río compra acciones de Ecopetrol”.

Y entré en el diálogo con ellos y me decían: “Presidente, es que usted acusó al movimiento sindical de estar con la guerrilla”. Y dije: “Hombre, no al movimiento sindical, a los que fueron a Quito”.

Que no me vengan a decir a mí que ellos no sabían qué era lo que se iba a declarar allí. Que esas personas no sabían quiénes convocaban.

Este país, que está haciendo este gran esfuerzo por la democracia, no puede permitir que sectores que están en la institucionalidad vayan a convivir con los apologistas del terrorismo, cualquiera sea su orientación.

En eso hay que tener mucho cuidado. Por eso no se puede abandonar aquí la firmeza, con miras al futuro del país. Y esto hay que repetírselo a la comunidad internacional.

Soy consciente del problema de revaluación, que ha afectado a muchos de ustedes. Pero los felicito. Es increíble que con esta reevaluación tan severa, ustedes hayan tenido tanto éxito.

Y les agradezco a mis compañeros de Gobierno por el esfuerzo que han hecho. Primero, para pagar los CERT. Cuando nosotros llegamos, creo que se debían 300 mil millones de pesos de CERT. Eran 300 mil millones. Eso se pagó.

Y segundo, para el esfuerzo de este año que vale medio billón de pesos. Y creo que con visiones modernas, como el apoyo para que puedan asegurar niveles razonables de tasa de cambio en el futuro.

El Ministro de Comercio, el Ministro de Hacienda y el ministro Arias me ha dicho: en todo foro donde haya sectores afectados por tasa de cambio, hay que pedirles que hagan un gran esfuerzo para asegurar tasa de cambio en los papeles de mercado de futuro.

A mí es que no me gusta el anglicismo, estar maltratando el idioma, porque los economistas jóvenes no le hablan a uno hoy de los nuevos instrumentos para los mercados del futuro, sino de los Forward. Coberturas. Bueno. A ver cómo se hace ese gran esfuerzo.

Les agradezco mucho a ustedes, los felicito, y esta patria tiene que salir adelante”.

Imprimir