Septiembre 17

Palabras del presidente Álvaro Uribe en la instalación de la primera ronda de negociaciones entre la CAN y la UE

Bogotá, 17 sep (SP). “Muchas gracias a todos por acompañarnos en el lanzamiento ya formal de esta negociación. Nos demoramos bastante para llegar a este punto. Este proceso necesita voluntad política, perseverancia y paciencia. Tenemos toda la voluntad política, hemos perseverado, hemos llegado a este punto con mucha paciencia, pero a partir de hoy tenemos que ser impacientes para lograr este acuerdo en el menor tiempo posible.

Permítanme dirigir unas palabras como Presidente Protempore de la Comunidad Andina y Presidente de Colombia que los acoge hoy a ustedes con todo el afecto.

Hace cinco años pensábamos en la Comunidad Andina que era imposible un acuerdo con Mercosur. Había resistencia e indiferencia. En muchas partes se tenía ese acuerdo y en otras partes ese acuerdo no interesaba.

Nos propusimos sacarlo adelante y salió adelante. Y va llegando rápidamente las fechas; no obstante que se negociaron unas asimetrías, ahí se van cumpliendo los plazos.

Creo que fue una gran oportunidad para ir avanzando en la integración de nuestro continente suramericano. Hace cuatro años empezamos la unión suramericana; va tomando fuerza, confiamos que todos los días se consolide como una gran realidad en avance.

La Comunidad Andina de Naciones ha vinculado nuevamente a Chile como asociado. Un paso extraordinario. Fue uno de los fundadores y circunstancias del destino llevaron a Chile a retirarse y a buscar un camino de mayor celeridad en los acuerdos internacionales de comercio.

El regreso de Chile nos tiene que ayudar a tener más clara visión, más agilidad para vincularnos a las corrientes dinámicas de la economía mundial.

Confío que en poco tiempo podamos tener de nuevo a la hermana República Bolivariana de Venezuela, formalmente, en la Comunidad Andina de Naciones.

Permítanme hacer llegar este mensaje: Todos, en la intimidad de nuestras reflexiones, sabemos que hoy concurren materialmente en nombre de la Comunidad Andina, Ecuador, Perú, Bolivia y Colombia. Pero todos tenemos aquí, reservado, el espacio de Venezuela y estamos seguros que con Venezuela llegaremos a un buen final de esta negociación después de la reintegración total de Venezuela a la Comunidad Andina de Naciones.

Nuestros cancilleres y el Secretario General de la Comunidad Andina, Freddy Ehlers, quien nos acompaña hoy, quien ha puesto tanto entusiasmo para que podamos avanzar en este proceso; nuestros ministros de Economía y de Comercio habrán de jalonar el proceso para que dentro de poco podamos tener otros estados vinculados a la Comunidad Andina, a través de estatus, como el estatus de vinculación de Chile.

Colombia y Perú han firmado sendos acuerdos con Chile. Ahora, Colombia y Perú se proponen un acuerdo bilateral para profundizar las normas que multilateralmente nos vinculan en la Comunidad Andina para derribar todas las barreras a la inversión.

Hace cinco años Colombia buscó y fue aceptada como miembro integrante del Plan Panamá Puebla. Ese paso lo hemos dado en cumplimiento de nuestra obligación derivada de la ubicación geográfica de ser el puente entre Centroamérica, la visión de mesoamérica y esta América del Sur. Confiamos que el Plan Panamá-Puebla nos vaya abriendo a todos hacia el sur y que los países hermanos andinos empiecen a considerar el ingreso al Plan Panamá-Puebla.

Hace pocos días, Colombia y Perú empezamos las negociaciones con Canadá. Qué bueno que esas negociaciones entusiasmen a todos nuestros hermanos andinos; un país tan importante en la democracia universal.

Confiamos poder avanzar en acuerdos de protección recíproca de inversiones con China, con India. Estamos buscando podernos integrar con todas las economías del mundo.

Tenemos una gran participación en el Pacífico, donde ya algunos de nuestros hermanos pertenecen a la Organización de Países de la Cuenca del Pacífico, otros no. Miramos con preocupación que no se levante esa moratoria, que se aplace de nuevo la consideración de levantar esa moratoria hasta el año 2010, porque tenemos el legítimo interés, como países de la Cuenca del Pacífico, de estar allí todos en la Asociación de Países del Pacífico.

Empezamos hoy este proceso con la Unión Europea, después de haberlo buscado durante largo rato.

Las preferencias unilaterales son incompletas y muy precarias en el tiempo. Son apenas unos privilegios furtivos para ingresar productos a un mercado, pero carecen del esquema de cooperación y del diálogo político. Y su precariedad no permite que llegue la inversión.

Quien va a ser una inversión considera si el acceso a los mercados está garantizado en el largo plazo o apenas es un privilegio transitorio.

Tener la Comunidad Andina el privilegio transitorio de ingresar productos a la Unión Europea, no genera confianza a los inversionistas.

Los inversionistas tendrán confianza en nuestros países cuando sean notificados que ese mercado de acceso a la Unión Europea está garantizado a través de la negociación del Tratado que empezamos a negociar.

Me parece de gran importancia como este acuerdo no es simplemente un acuerdo de comercio. Lo es de cooperación, de diálogo político.

Cooperación y diálogo político para temas tan importantes como los temas a los cuales se refirió el director general adjunto de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, el señor Joao Aguiar Machado.

El diálogo político, la cooperación para avanzar en la lucha contra el calentamiento global, para superar la pobreza, para poder ganar definitivamente la batalla en la lucha contra las drogas.

Miramos con mucho optimismo este acuerdo que es atípico por los elementos que incluye. Yo recomendaría, muy respetuosamente, al equipo negociador de la Comunidad Andina, que en lo posible aceleremos la negociación. Para la superación de la pobreza, todo día que pase sin avanzar con medidas concretas es un día más de sufrimiento de nuestros pueblos.

Veo que hay confianza entre todos los países andinos y la Unión Europea. Eso debe aprovecharse para acelerar esta negociación.

Me preocupa que se fije un plazo de 24 meses, a partir de hoy, para tenerla concluida. No es el primer acuerdo que negocia la Unión Europea, ni el primero que nosotros negociamos. Deberíamos ser capaces de acortar los plazos.

Finalmente, todos anticipamos donde tenemos que llegar. Si todos somos capaces de anticipar con buena aproximación donde tenemos que llegar, ¿por qué demorar tanto la llegada a ese punto; por qué no acortar los plazos?

Para nosotros estos acuerdos de comercio no son categorías ideológicas ni devienen de valores políticos. Son oportunidades para nuestros pueblos; son oportunidades para superar la pobreza, para construir equidad, para darles a nuestros pueblos más fácil acceso a la tecnología de avanzada, más fácil acceso a los mercados de alta capacidad de consumo.

Estos acuerdos son oportunidades para generar empleo de alta calidad, con afiliación a la seguridad social. Son oportunidades para que florezca el emprendimiento.

Un acuerdo de comercio acompañado del diálogo político es una garantía de que los beneficios tienen que estar en directa relación con la superación de la pobreza y con la consecución de equidad.

Me preguntaba un estudiante: ‘¿Cómo así que acuerdo de comercio con la Unión Europea más diálogo político?’ Le decía: ‘Entendemos que el diálogo político incluya allí la superación de la pobreza y que, entonces, vamos a enfrentar esa meta en dos estadios relacionados: en el estadio del diálogo y en el estadio de la realidad económica’.

Si bien hay diferencias entre las economías y para unas es más urgente que para otras llegar a estos acuerdos, finalmente para todas es benéfico. Además, si algo ha demostrado la Unión Europea es que ha venido incorporando muchos países del mundo con instituciones y con condiciones de equidad. Eso nos tiene que dar más confianza.

Algunos todavía piensan que hay una exclusión entre el imperativo de estimular la economía interna a través de vincular las grandes masas excluidas y los tratados de comercio.

No, no se excluyen. Se complementan. Lo tratados de comercio estimulan la inversión, ofrecen mercados, dan más oportunidades que, bien orientadas, se dirigen a poder vincular grandes masas excluidas en nuestros países, a las corrientes dinámicas de la economía y a las corrientes de definitiva superación de pobreza y de construcción de equidad.

Qué bueno que no sea dentro de dos años, sino antes. Que podamos sentarnos todos a decir: ‘Se ha concluido satisfactoriamente esta negociación’. Y darle ese motivo de optimismo, de tranquilidad a nuestros pueblos.

La semana pasada 1.500 colombianos aceptaban un compromiso: crear un consenso nacional sobre una sociedad productiva, como uno de los caminos para una sociedad con equidad.

Estos caminos ayudan a convertir esos propósitos en realidades. Estos acuerdos de comercio dan oportunidades pero traen retos. El reto de preocuparse y afanarse más por la productividad, por la competitividad. De convertir el discurso social en realidad; de aplicar las políticas de protección del medio ambiente más allá de la retórica. En fin, todo, todo es conveniente.

Agradezco inmensamente, en nombre de mis colegas andinos, a la Unión Europea, por permitirnos hoy empezar esta negociación. Deseo toda la suerte a los negociadores.

Y quiero recordar que cuando en Río de Janeiro estudiábamos la candidatura de Freddy Ehlers a la Secretaría de la Comunidad Andina de Naciones le dije: ‘Apreciado Freddy, miramos su candidatura con mucho entusiasmo. Ayúdenos a que rápidamente empiece esta negociación con la Unión Europea’.

Ha cumplido Freddy. Pero ahora le toca otro trabajito. A mí se me acabó la tintura de este pelo y a usted le ha pasado algo más. Ni usted ni yo tenemos ya tiempo para esperar 24 meses. Hagámoslo rápido, que estos pueblos nuestros tienen urgencia.

Muchas gracias”.

 


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