Septiembre 19

Palabras del Presidente Uribe en los 140 años de la Universidad Nacional

Bogotá, 19 sep (SP). “Siento un gran honor al acudir esta noche a celebrar con ustedes los 140 años de la Universidad Nacional de Colombia, que se confunden con la historia independiente de la República, con las épocas difíciles y las menos difíciles de la nación.

El primer esfuerzo de la administración Santander, desde la Vicepresidencia de la Gran Colombia, quiso organizar un sistema universitario laico, al crear la Universidad Central de la República, con las tres sedes de Bogotá, Caracas y Quito.

Hacia 1830 comenzó a funcionar con profesores y estudiantes, que mantenían viva la experiencia de la Expedición Botánica.

El presidente Santander contrató misiones de profesores europeos para la Universidad, pero su éxito fue muy cuestionado en la época.

La corriente de don Florentino González impuso la tesis de la libertad completa de enseñanza y en contra de la creación de universidades. La plasmó en ley de mayo de 1850. Se decretó libertad de enseñanza, se desestimó la exigencia de títulos para ejercer una profesión, se cerró la Universidad Central.

Decía don Florentino González: “Esos cuerpos que llaman universidades, que se arrogan el título de Corporaciones Científicas, son en nuestro concepto el sepulcro de las ciencias, o por lo menos la rémora más pesada que se opone a sus progresos. La nación no debe costear sino la enseñanza primaria, que es la que interesa a todas las clases de la sociedad. La secundaria tiene por objeto formar hombres especiales. No hay necesidad de que la nación la pague, ni la reglamente. El interés particular es bastante para que haya profesores, el interés particular hará que haya mejores discípulos y mejore profesores”.

Estas palabras de don Florentino, muestran que el tránsito de estos tantos años de lucha por la universidad en Colombia no ha sido fácil.

El gobierno radical, desde 1864, consecuencia directa de la Constitución de Rionegro, que propuso rectificar esa línea. Y, hubo una constante de apoyo de todo lo contrario, en los gobiernos de Murillo Toro, Mosquera, Santos Acosta, Santos Gutiérrez.

Llegaron en aquella época también los pedagogos alemanes, que tanto contribuyeron al florecimiento de las normales.

El 1864 don José María Samper, antiguo radical, presentó un proyecto de ley al Congreso, que lo llamó: “La Creación de la Universidad Nacional de los Estados Unidos de Colombia”.

El 22 de septiembre de 1867, la Ley 66, funda oficialmente la Universidad Nacional, con seis facultades.

Se reestructuró el sistema educativo y se anexaron a la Universidad, el Observatorio Astronómico, el Mueso Nacional, el Laboratorio Químico, la Biblioteca Nacional, el Hospital de la Caridad y el Militar.

Las seis facultades eran: Derecho, Medicina, Ciencias Naturales, Ingeniería, Artes y Oficios, Literatura y Filosofía. Se utilizaron algunos de los bienes expropiados a los Jesuitas, para organizarla como universidad pública.

Estuvo dispersa en muchos puntos de Bogotá: Derecho, en el Claustro de Santa Clara; donde hoy es el Ministerio de Cultura estuvo la Escuela de Matemáticas; donde hoy es el Mueso Militar estuvo el Instituto Técnico Industrial. En otra parte funcionaban las ingenierías. La Escuela de Medicina, donde hoy es el Batallón de Reclutamiento; frente al Parque Nacional estaba Veterinaria; en el Parque de la Independencia, Bellas Artes.

En la época del federalismo se crearon las sedes de la Universidad Nacional en Antioquia, y Pedro Justo Berrío, como ya lo dijo nuestro rector, por contraposición a los radicales, refundó la Universidad de Antioquia. En el curso de la historia, después de haber nacido como un polo antagónico con la Universidad Nacional, convergieron en el mismo camino.

Don Manuel Ancízar, bastante bien citado esta noche por nuestro Rector, fue ese puente entre el espíritu de la comisión coreográfica, de la cual fue secretario, y la Universidad Nacional. Llevar la universidad a las fronteras fue la herencia de esa comisión.

Don Manuel Ancízar, gran pensador, filósofo, antropólogo, sociólogo, le debemos mucho en el rumbo y en la orientación a la Universidad Nacional. Nos lo dijo el Rector esta noche: en él están los orígenes más próximos de las dos reivindicaciones de la libertad de cátedra y de la autonomía universitaria.

Historia de conflicto y amores

La historia de la Universidad es una historia de conflicto y amores con los gobiernos de turno. Y en algunas de las guerras civiles, los libros fueron utilizados como barricadas.

De todas maneras hay temas que no se entienden bien, porque algunos interpretaron en el gobierno del Presidente Núñez, la Contra-Reforma a lo que se había logrado en los bienios de los radicales. Y sin embargo, en ese gobierno, nacieron como hijas de la Universidad, de su propio seno, las Escuelas de Minas de Medellín y de Ibagué.

Es bella la historia en la Universidad Nacional, cuando se separa a Panamá, a consecuencia de esa depresión que sumió al país, concluida la Guerra de los Mil Días, los estudiantes de la Universidad Nacional encabezan una huelga para nacionalizar el tranvía, que era propiedad de una empresa norteamericana. Tomaron esa victoria como la patente para convertirse en permanentes protagonistas de la vida social y política del país.

Estudiantes como Germán Arciniegas, inspirados por el Movimiento Universitario Argentino de Córdoba, abanderaron la integración de la Universidad Nacional en un mismo lugar, y el restablecimiento de los sueños de Manuel Ancízar de autonomía y libertad de cátedra.

Las ideas de Arciniegas adicionaban reclamos por participación estudiantil, una universidad de más ciencia y menos profesional.

Examinando alguna de las ideas que ustedes tienen, sobre reformas a la universidad, encuentro en los reclamos de Germán Arciniegas, de aquella época, buena parte de los orígenes de lo que ustedes quieren hoy, cuando desean orientarla más a la ciencia que simplemente a la entrega de títulos profesionales.

Es bien importante recordar que estudiantes y profesores como Carlos Lleras y Jorge Eliécer Gaitán, estuvieron vinculados a las tareas de protesta de la universidad, a los reclamos contra regímenes que encontraban como feudales, y a los reclamos para que se abrieran los espacios a las nuevas ideas.

La parte culminante en esa tradición de rebeldía, que marca en la administración de López Pumarejo, donde se busca una sinergia de universidad, sociedad y empresa. Se le considera vital en todo el proceso reformista de la revolución en marcha, entre 1934 y 1938. No solamente se construye esta ciudadela universitaria, sino que se abre la universidad, con el propósito de que a ella lleguen todos los colombianos, y se le da especial importancia política a la participación de la mujer en la Universidad Nacional de Colombia.

Bella la historia del paso de Gerardo Molina por la universidad.

Bien particular esa manera revolucionaria de concebir la sociedad colombiana del maestro Gerardo Molina. Una visión integral, un reformista eficaz, pragmático, a pesar de su densidad intelectual, totalmente pacífico. Era consecuente en su discurso, en su cátedra, en su tertulia; encontraba que la única revolución que podía estar dando sus frutos a diario era la revolución pacífica.

Revivir la manera como integró todas las facultades de la Universidad Nacional, a los profesores, a los estudiantes; sus concepciones sobre el país, que no obstante que escandalizaban algunos, estaban en el punto exacto de lo que necesitaba nuestra sociedad, es algo bien útil en nuestros días.

Quiero destacar también, cómo el profesor Antonio García y el ex presidente Carlos Lleras Restrepo inauguraron la era de los profesores vinculados a la Universidad por concurso, tema tan difícil, que después de tantos años logramos introducir en la educación básica.

Después vienen unos años difíciles: el asesinato de los estudiantes en 1954 y unos años de recuperación, de tranquilidad, de optimismo, iniciados por la administración del doctor José Félix Patiño, que todos los colombianos recordamos con gratitud y admiración.

Podríamos esta noche deleitarnos largas horas, volviendo sobre la historia de la Universidad Nacional de Colombia.

El discurso del Rector empezó en la Universidad, pero se paseó por el presupuesto, por la ciencia y por el futuro de la universidad pública, y entonces eso me obliga a abandonar estas páginas que muchos de ustedes conocen a profundidad, y a ocupar unos minutos de ustedes para referirme a estos temas.

Modelo de país

Nuestro Gobierno está empeñado en un modelo de país y en unos objetivos de gobierno. Una Nación democrática, pluralista con dos ideales, a los cuales hay que acercarnos todos los días: una Nación sin exclusiones y sin odios. Ambos han hecho inmenso daño, el círculo vicioso entre la exclusión y el odio.

Una Nación en permanente debate, pero no un debate sesgado, anquilosado, en los antagonismos insuperables, sino un debate con creatividad, con fraternidad, que sea capaz de estar encontrando opciones, puntos de salida, escalones para que la sociedad colombiana avance. El debate de los antagonismos insuperables se estanca, el debate de la creatividad pone las cosas en movimiento.

Para construir escaños de verdad relativa, los únicos alcanzables por nosotros los humanos, se necesita que el debate se dé todos los días, que sea profundo, pero que el debate siempre tenga la visión no sentar una posición, sino de contribuir a una solución.

Nosotros creemos que Colombia no puede entrar en la era del estatismo, como tampoco entró en la era del desmonte del Estado, que se requiere un Estado en todas sus expresiones, más integrado a servir a la comunidad y menos privatizado por gustos de interés, excesos sindicales o burocracias anquilosadas.

Por eso hemos reformado 419 entidades del Estado. Ahora estamos en la reforma de Ecopetrol, en la reforma de las clínicas del Seguro Social. No es fácil esa tarea reformista, pero yo creo que va a ser útil para la Nación.

Y destaco que es diferente una tarea reformista de entidades del Estado, a una tarea desmanteladota del Estado. Reformarlo a tiempo lo fortalece, no reformarlo por evitar el desgaste, no reformarlo por evitar la controversia, no reformarlo por apaciguar los grupos que de él se han apoderado, finalmente lo destruye.

Quienes más defienden el Estado, al evitar la reforma han terminado destruyéndolo. Por eso nosotros queremos insistir en la necesidad de que toda entidad del Estado viva en permanente proceso reformista.

Creemos en la iniciativa privada, más en una Nación de emprendimiento que de subalternidad laboral. Una iniciativa privada regida por la responsabilidad social, expresada en la transparencia entre la relación de la iniciativa privada y el Estado, en la solidaridad, la iniciativa con la comunidad, y en la fraternidad en las relaciones laborales y en las posibilidades de emprendimiento.

Trabajamos cinco valores que concilian posiciones ideológicas que parecían excluyentes, que superan la vieja y obsoleta división que se pretende en América Latina y en el país entre izquierda y derecha.

La seguridad democrática, las libertades, la construcción de cohesión social, la búsqueda de transparencia como elemento generador de confianza y además, el respeto a la independencia de las diferentes instituciones que concurren al formar el Estado, pero también ante el imperativo de la colaboración armónica, para cumplir los fines superiores de la sociedad.

La universidad, su autonomía, la hace una de esas instituciones a las cuales hay que respetar su independencia, que concurren a la formación del estado.

Objetivos del Gobierno

Estamos empeñados en tres objetivos: consolidar la Seguridad Democrática, consolidar la confianza inversionista y cumplir nuestras metas sociales. Vinculamos la universidad a los tres.

¿Cómo asocio la Seguridad Democrática con la universidad? La universidad tiene que ser el laboratorio que procese los problemas sociales de la Nación, y que ejerza una acción de réplica sobre el tejido social de la Nación, para poder determinar -a través de la réplica- los correctivos sociales de manera permanente, sin estancamiento.

La universidad, en todo país, en aras del concepto evolutivo de la ciencia, tiene que vivir en permanente ebullición. Nada se puede entender concluido en la vocación universitaria, y en un país con la inequidad y las dificultades sociales de Colombia, la universidad tiene que vivir en permanente debate, pero no en violencia.

Nosotros, cuando hablamos de Seguridad Democrática, hablamos de seguridad contra la violencia y de democracia para estimular el debate. La universidad no ha podido, no puede, no debe afectar la libertad de cátedra en ninguna de sus etapas.

En Colombia la vimos pasar de extremos, de uno al otro. Pasó de la universidad confesional a la universidad marxista. En ambos momentos se anuló la libertad de cátedra, y se sustituyó por la imposición del dogma.

Nosotros creemos que la Universidad tiene que estar abierta a todas las tendencias del pensamiento, pero siempre examinarlas todas con espíritu crítico, con vocación dialéctica y noción de estancamiento.

Respetamos profundamente la universidad crítica, pero creemos que la universidad violenta ha hecho mucho daño. Y por eso nos parece tan importante pensar la universidad en el concepto de la Seguridad Democrática.

Confianza inversionista

El Gobierno está empeñado en la confianza inversionista. La confianza inversionista en una democracia moderna no es un camino hacia el capitalismo salvaje, es un camino hacia la prosperidad social, que tiene que ir acompañada y basada en la prosperidad económica.

Hemos avanzado. Hace cinco años, de cada 100 pesos que se producían en Colombia, se invertían 12 – 15, hoy 25 – 27. El sector privado invertía seis y medio, hoy entre 19 y 21. Tenemos que hacer un inmenso esfuerzo, para que la tasa de inversión no se sitúe por debajo de 25 por ciento.

Esa confianza inversionista está sustentada en la visión de Estado y sociedad, en la Seguridad Democrática, en la orientación de la tributación para estimular no el reparto demagógico, para estimular, no la acaparación de utilidades, sino para estimular la inversión con responsabilidad social.

Esa confianza inversionista la estimulamos, en el propósito de integrar la economía colombiana a las economías del mundo, con Suramérica, los Estados Unidos, Centroamérica, India, China.

Antes que haber firmado nuestro Tratado de Comercio con Estados Unidos, este Gobierno lo firmó con Cuba, algo que ha pasado a un nivel prácticamente de desconocimiento en el debate colectivo.

La confianza inversionista es una gran oportunidad para la universidad, y la universidad es un imperativo para la confianza inversionista.

Universidad y comunidad

Cuando escucho al rector contarnos que en todas las sedes se está haciendo un gran esfuerzo para vincular la Universidad con la comunidad, y que es una de las finalidades principales de los programas de extensión, reitero, confirmo esa conclusión.

En una época donde la economía colombiana quiere ser pujante, esa economía y la universidad se necesitan mutuamente. Es la gran posibilidad de que la universidad se integre más a la sociedad.

Yo los felicito por ese proceso, no era fácil.

Durante muchos años la sociedad miraba a la universidad pública con mucha desconfianza, y la universidad pública miraba a la sociedad y a la empresa privada con odio, lo viví en mi época de estudiante de la universidad pública.

Esos esfuerzos, como los que viene haciendo la universidad para integrarse en todas las regiones de Colombia con la empresa, con la sociedad, son esfuerzos totalmente necesarios para el país, necesarios para la comunidad empresarial y necesarios para la comunidad universitaria.

Celebro los acuerdos que están haciendo con el sector privado para la nueva biblioteca, con las cajas de compensación, y espero que el acuerdo con el sector privado para el tema de la clínica, se pueda llevar a feliz término.

Déjenme decir esta noche, que en Colombia, por fortuna, ha venido pasando el periodo donde existía un gran debate que proponía una contradicción entre la universidad pública y la privada.

El Gobierno nuestro fue muy claro desde el primer día, acerca de la necesidad de ambas con responsabilidad social. Hemos procurado a lo largo de estos cinco años, que la universidad colombiana se sienta igualmente apoyada. Cinco años de Gobierno no le permiten al Presidente de la República, decir algo contrario a lo que hayan sido los hechos.

Creo que son cinco años en los cuales se ha venido borrando, para bien del país, esa contradicción, donde hemos buscado resaltar todo lo bueno de la universidad pública y apoyarla.

Que falten recursos, como faltan en todos los sectores de la vida nacional -le faltan recursos a los departamentos, le faltan a los municipios, le faltan recursos a la nación- no hay entidad en Colombia hoy, que se declare con abundancia de recursos, todas notifican escasez crítica de recursos, faltan recursos sí, pero si hay algo importante a lo que hemos contribuido, es a borrar la contradicción que se quiso profundizar entre la universidad pública y la universidad privada.

Veo que se han resuelto problemas en muchas universidades públicas. Era gravísimo el problema financiero en la Universidad Industrial de Santander, lo superamos. Hemos avanzado mucho en la superación de problemas de la Universidad del Valle, de la Universidad del Cauca, y recientemente de la Universidad del Atlántico.

Allí sí que enfrentamos el desafío, porque el discurso político era que queríamos cerrar la universidad pública, simplemente aportarle recursos a los fondos de estimulo a la demanda, y dejar los estudiantes de los sectores populares sin opciones.

El caso de la Universidad del Atlántico es la fiel demostración de que hemos querido es reestructurarla profundamente para que viva, y en ningún momento cancelarla. Lo que pasa es que era insostenible con sus excesos pensionales, con los abusos administrativos. Era una universidad pública privatizada por intereses protervos.

Ha faltado presupuesto, señor Rector, pero hay todos los hechos para demostrar nuestro compromiso y nuestro respeto con la universidad pública.

El país todavía está en una recuperación fiscal y financiera, que obliga a tener un manejo muy severo.

Situación fiscal

Quiero hacerles esta reflexión: en 1990, ayer, esta nación estaba prácticamente en equilibrio fiscal, en el 2002 el déficit consolidado del sector público era del 4.2 (por ciento), y el del Gobierno Nacional Central, al sumarle, el agotamiento de las reservas del Seguro, que aumentaba ese déficit por la necesidad de la transferencia del presupuesto nacional al Seguro, subía al 7 y medio. Este año, solamente, le tenemos que transferir casi cinco billones al Seguro Social, para que cumpla sus obligaciones con los pensionados de Colombia

Hemos hecho un gran esfuerzo y hemos reducido el déficit consolidado al 0,7 (por ciento) y el déficit del Gobierno Nacional Central al 4 (por ciento), pero todavía es muy alto.

Esta nación en el año 90 tenía un endeudamiento público entre el 14 y el 16 (por ciento) del PIB. Cuando nosotros llegamos en el 2002 estaba en el 50 (por ciento). Aún está en el 28 (por ciento), después de un enorme esfuerzo.

Después de que nos habíamos preciado de tener el mejor manejo macroeconómico de América Latina en el largo plazo, en el 2002 las autoridades financieras internacionales empezaban a hacer recetas, diagnósticos de inviabilidad de la economía colombiana

Eso nos ha obligado a nosotros a proceder con mucha severidad en el frente fiscal.

Sin embargo, todo el mundo ha hecho un gran esfuerzo. Yo veo que la cobertura universitaria ha pasado del 20 - 22 al 29 (por ciento), y si todos cumplimos bien, en el 2010 puede estar en el 34.

Celebro las buenas noticias que nos daba el señor Rector sobre la disminución de la deserción en la Universidad Nacional. Eso entusiasma mucho.

Esfuerzos adicionales

Ahora, esfuerzos adicionales.

El primero es con Conciencias. Lo ubicamos en nuestra visión general de educación, que hace parte de lo que es la cabeza y el eje estructural de ese objetivo de Gobierno, uno de los tres, la política social, donde tenemos que trabajar cobertura, calidad, pertinencia, investigación y además tecnología, Trabajar todo eso, donde en todo hay atraso, no es fácil, costoso y toma tiempo

Esta tarde, cuando lanzábamos en Medellín el programa para empezar la cobertura de primera infancia, y nos decían: “bueno, pero es que de los estratos 1 y 2 hay cuatro millones de niñitos en Colombia menores de cinco años, y ustedes apenas le van a llegar con recursos oficiales a 400 mil en esta primera etapa”.

Qué difícil financiar esos 400 mil cupos, y qué meta tan pobre. Hemos pasado de un 85 por ciento en cobertura básica a un 93. El compromiso con la señora Ministra es llegar en el 2010 al ciento por ciento.

Y todavía tenemos inmensas dificultades presupuestales, para poder atender los requisitos de escalafón de maestros, y poder homologar los sueldos del sector administrativo de la educación.

Hemos hecho un enorme esfuerzo con el Sena. Ha pasado de un millón 100 mil estudiantes por año, este año tendrá 4 millones 600 mil; ha pasado de cinco millones de horas de enseñanza, a 16 millones de horas de enseñanza; acaba de adquirir una plataforma tecnológica de última generación, que le permitirá tener en ambiente virtual 1 millón 200 mil estudiantes.

Me decía el decano ahora, el avance de la Universidad en el tema virtual. Qué bueno, en muchas regiones de Colombia es la única posibilidad.

Y yo, que de todo corazón pretendo a toda hora ir a todas las regiones de la Patria a escuchar a los compatriotas, en todas partes reclaman Universidad Nacional. El rector nos ha acompañado a algunas partes. La reclaman más intensamente en San Andrés, y más intensamente en el Amazonas, y más intensamente en la Orinoquía. Creo que ese esfuerzo en el tema virtual va a ayudar mucho a atender esos reclamos desde diferentes regiones de la Patria.

Y entonces hay una queja de los colombianos por el tema de investigación, que es valida: el presupuesto de investigación en Colombia se había caído al 0,22 (por ciento) del PIB. Nosotros creímos haberlo elevado al 0,7 (por ciento), ahora me dicen que los últimos estudios lo muestran apenas en el 0,5 (por ciento).

Estamos tramitando una ley. Le he dicho a sus muy ilustres autores, el profesor universitario, Rector y hoy representante a la Cámara, el doctor Jaime Restrepo Cuartas, y a la senadora Marta Lucía Ramírez, que busquemos una alternativa diferente a la idea de crear el Ministerio de Ciencia y de Tecnología, que fortalezcamos a Planeación Nacional como Dirección de Planeación de Ciencia, y que en lugar de tener nuevas inflexibilidades en el Presupuesto, con nuevas rentas de destinación específica, comprometamos en la ley una senda, para que gradualmente el presupuesto de la Nación, consolidando todos los factores, pueda mostrar una llegada al 1 y medio por ciento del PIB como inversión en ciencia, que sea el resultado de el esfuerzo de todos los actores, el presupuesto a través de Colciencias, las universidades, el sector privado, las fundaciones.

Tenemos allí un problema, un problema de falta de unificación de criterios de contabilidad.

Le he preguntado a varios expertos, y mientras algunos les da que el consolidado en investigación es del 0.78 (por ciento) del PIB, a otros les da que es del 0.47 - 0.5 (por ciento). Se necesita también unificar esos criterios.

Ahora, yo no soy pesimista. Yo creo que trabajando en esto lo logramos. Llegar al uno por ciento no es fácil, es llegar a una investigación de 3 billones y medio al año. Pero será insuficiente, ojalá lo logremos. Y puede favorecer muchísimo a la Universidad. Allí hay una respuesta a las aspiraciones del Rector.

Yo creo que en el campo económico podemos trabajar tres áreas: primero, que la Universidad se beneficie más de los incrementos presupuestales en ciencia y tecnología. Segundo, los acuerdos con sector privado. Y tercero, buscar recursos para proyectos especiales.

Estímulos

Quiero ofrecerles esta noche dos cosas, para consideración de ustedes, para que la manejen con la Ministra de Educación y con el Ministro de Hacienda: Primero, para estimular los acuerdos de ustedes con el sector privado, buscar que las actividades Universidad Nacional - sector privado, sean catalogadas de zona franca, para estimular con esa tarifa de renta a sus socios del sector privado. Y yo veo allí una gran posibilidad en áreas de investigación, de aplicación y de producción, integradas.

Veo hoy un gran entusiasmo del sector privado colombiano por esas Zonas Francas. Y yo me comprometería a examinar con ustedes, si encuentran que les puede ayudar, llevar esa figura al decreto reglamentario de las Zonas Francas.

El sector de la salud ha pedido mucho esas Zonas Francas, el desarrollo que ustedes están buscando en la Clínica que le compraron a Cajanal, con el sector privado podríamos considerarlo como un desarrollo con Zona Franca, y estimularía mucho más la presencia del sector privado allí. No obstante, que ustedes saben que el sector privado tiene hoy estímulos bien importantes para aportar recursos a los programas de investigación de las universidades.

Y quiero invitarlos a otro tema. El presupuesto de la nación del año 2008 está prácticamente cerrado. Y hoy escucho la queja del Rector: “hombre, es que el presupuesto de la Universidad Nacional año tras año ha mantenido el valor constante”.

Rector, busquemos unos proyectos –usted sabe que tenemos una responsabilidad bien grandes con ese tema pensional, que no es de poca monta, yo creo que resolverlo le da mucha tranquilidad al futuro de la Universidad, no resolverlo puede ser inocularle un virus fatal a la Universidad- yo estoy dispuesto a mirar unos proyectos especiales, y a buscar inicialmente financiarlos con crédito, puede ser de Findeter, para que se vayan pagando con vigencias presupuestales posteriores.

Examinen ustedes, dentro de su autonomía, esos proyectos, mírenlos con la Ministra, me los dejan saber, y yo haré todo el esfuerzos para tramitarlos con entidades del gobierno, como Findeter.

Les siento una preocupación, una queja, por lo que podría ser el crecimiento de los recursos del Icetex, como canalizador de recursos de crédito, para apoyar la educación universitaria por la vía de la demanda. Es otro esfuerzo, no del tamaño que lo necesita el país. Yo creo que no hay que reparar en él.

Si quiera convertimos al Icetex en una entidad independiente, que le va a dar flexibilidad financiera. La hemos desburocratizado, hoy trabaja en una forma virtual y a través de las universidades. Cuánto mejor que con las universidades y en forma virtual se canalicen esas solicitudes de crédito, que con las viejas oficinas burocráticas, costosas, donde un muchacho, para ir por un crédito universitario, necesitaba llegar con una tarjeta politiquera.

Efectivamente estamos haciendo un esfuerzo, pero es muy insuficiente. Nos acreditamos con el primer hervorcito, y ahora nos vamos a acreditar porque no damos abasto.

Recibimos el Icetex con 60 mil - 64 mil créditos, ahora debe estar en 188, más o menos. Aspiramos terminar el gobierno en unos 360 (mil créditos). Pero, antes se había adormecido la solicitud de crédito, porque la ciudadanía estaba frustrada. Ahora que lo revivimos, ya se ha despertado la demanda de crédito, y entonces ahora ya empieza a pasar la gente del agrado a la frustración, porque ya hoy hay mucha demanda que no hemos podido responderle positivamente.

Yo creo que ese esfuerzo, de una entidad que, con su flexibilidad, va ser todos los días más autónoma, no tiene porque entenderse como un esfuerzo que sacrifique presupuesto de la universidad pública.

Yo quiero mucho la universidad pública. En parte, mi razón de ser disidente y de controversia de todos los días, la culpa es de la universidad pública. Así lo forman a uno. Y a mí me tocó esos diítas facilitos de los años 70, allá en la Universidad de Antioquia, como eso era facilito, y no había controversia, entonces ¿cómo quieren, como pretenderían que uno hubiera quedado calmadito y tranquilo?

Yo le reitero esta noche todo mi afecto por la universidad pública, mi admiración y aprecio por lo que ha sido la Universidad Nacional, mi confianza en el futuro del aporte de la Universidad Nacional a esta Patria, y en estos dos años largos de gobierno que nos quedan, procuremos dar unos pasos de estímulo al proceso de integración entre la Universidad Nacional y la comunidad empresarial de Colombia. Unos pasos para financiarle proyectos específicos, y unos pasos para avanzar en el presupuesto de ciencia y tecnología, que tiene que ayudarle enormemente a las universidades de la Patria.

Señor rector, por su conducto mi felicitación a todos los estamentos de la Universidad.

Nuestra gratitud a todos los que han hecho la historia, la bella historia de la Universidad Nacional de Colombia, y nuestra esperanza por el aporte de la Universidad al futuro de la Patria.

Muchas gracias a todos y muchas felicitaciones”.

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