Medellín, 22 sep (SP). “Sobre el tema del acuerdo humanitario: Repito un recorrido. Cuando nuestro gobierno empezó, yo asumí la posición que había anunciado en campaña, para el evento de ser elegido en 2002. Dije: “El Gobierno no es partidario de un canje humanitario, a no ser que haya un nuevo proceso de paz con cese de hostilidades”.
Y eso tenía muchas razones. Una de las razones era: en proceso de paz con cese de hostilidades puede haber zona de ubicación, de lo contrario, nosotros no podemos permitirlo, y ahí nace el no al despeje. Tenía la razón.
Otra: En proceso de paz, con cese de hostilidades, uno entiende que los que salgan de la cárcel no van regresar a delinquir. De ahí sale la exigencia hoy, de que aquellos que salgan de la cárcel no pueden volver a delinquir.
Pero tuve reuniones con el presidente (Jacques) Chirac de Francia, con los familiares de los secuestrados, con la Iglesia Católica, con el Secretario General de Naciones Unidas. Y todos me dijeron que por favor variara de posición, y se aceptó. Abrí la posibilidad de un acuerdo humanitario (con las) Farc, sin vincularlo a un nuevo proceso de paz.
Autorizamos facilitadotes. Se autorizó al ex presidente Alfonso López Michelsen, que en paz descanse. Me dijo que él procedería con independencia frente al gobierno. Eso se le respetó. Se autorizó al señor ex presidente Ernesto Samper. Se autorizó a la Iglesia Católica.
Recuerdo que la Iglesia Católica me dijo: “Presidente, nos hemos reunido con algunos de las Farc, y ellos dicen que no aceptan que los guerrilleros de las Farc que salgan de la cárcel, se tengan que ir al extranjero”.
Di una alternativa, les dije: “Lo importante es que nos den la seguridad de que no van a volver a delinquir”. Entonces, si no se van a ir al extranjero, que por lo menos al quedarse en el país, se queden en el programa de desmovilización y de reinserción. Siempre dando alternativas.
Esto es muy importante, porque ahora las Farc quieren jugar a que el Gobierno obstruye el proceso. Es bien importante que el país conozca toda la flexibilidad que hemos tenido buscando posibilidades.
Le recuerdo al país: Durante más de dos años, aquí estuvo el señor (James) Lemoine, delegado de las Naciones Unidas, aceptado por el Gobierno, buscando el acuerdo humanitario. Infructuosa búsqueda, por las Farc.
Les recuerdo a los colombianos, a la comunidad internacional: Nosotros liberamos 27 personas de las Farc de la cárcel, unilateralmente, como un gesto de buena fe. No tuvimos ninguna respuesta positiva.
Recuerdo, en una mañana me buscó el Comisionado de Paz, el doctor Luis Carlos Restrepo y me dijo: “Acaba de llegar esta propuesta de dos delegados europeos. Que el Gobierno acepte una zona de encuentro en la cordillera central vallecaucana, de 220 kilómetros, sin guerrilla, sin soldados de la Patria, con observadores internacionales”. La acepté.
¿Qué dijo las Farc? Primero dijo que no le habían hecho esa propuesta. Cuando los desmintieron y los sorprendieron en la mentira, dijeron que no aceptaban.
Después me dijeron: “Hay que abrir un corredor militar, Cauca – Valle del Cauca, porque van a liberar a Clara Rojas”. El Ministro de Defensa y los altos mandos lo hicieron. Los europeos, que supuestamente iban a recibir a Clara Rojas, allá se ubicaron. Mintieron las Farc. A los días dijo que era un mal entendido.
Hemos hecho cualquier clase de esfuerzos.
Miren, ahora que se habla de que se pida que la señora ‘Sonia’ y el señor ‘Trinidad’, regresen de Estados Unidos a Colombia -con lo cual el Gobierno de Colombia no está de acuerdo- quiero recordar lo siguiente: Antes de extraditarlos, propusimos en el Gobierno que si las Farc hacía un gesto de buena voluntad, de liberación de secuestrados, no los extraditaríamos. Eso lo propusimos. Los extraditamos después de que no hubo una sola respuesta positiva de las Farc a esa proposición nuestra. Eso es bueno recordarlo en este momento.
No hemos negado una sola alternativa.
¿Por qué mantenemos hoy la exigencia de no al despeje? Porque este país estuvo despejado 30 años. Por eso se llenó el país de guerrilla y paramilitares. Porque uno no puede ser abusivo, de dejar la comunidad de Florida y Pradera en manos del terrorismo guerrillero, desprotegidos del Estado. Porque los colombianos lo que nos reclaman en toda parte es presencia del Ejército, de la Policía, de las instituciones, cero presencia del terrorismo. Porque una zona de despeje llevaría a los terroristas simplemente a eludir la política de Seguridad Democrática.
Para no hablar de lo que se ha conocido que tenían preparado las Farc, para el evento de que hubiera una zona de despeje en Pradera y Florida.
Se dice: “Bueno Presidente, pero es que en la facilitación internacional que usted ahora permite, nosotros le hemos autorizado, hemos autorizado una nueva facilitación nacional, que está siendo ayudada por el Presidente Chávez”. Algunos dicen: “Es que eso es pérdida de soberanía”, no. En este tema tiene que estar involucrada la comunidad internacional, porque aquí está secuestrada una señora de nacionalidad francesa, la doctora Ingrid Betancur, porque aquí hay tres norteamericanos secuestrados, y un país democrático, no se puede negar a que haya ayuda internacional. Lo que es peder soberanía, es permitir que el terrorismo ejerza el poder en una zona de la Patria.
La soberanía es el ejercicio superior del poder del Estado, es la capacidad de tomar decisiones sobre un territorio, frente a una población, y hacerlas cumplir con las herramientas del estado.
La soberanía puede ser legítima o ilegítima. Es legítima cuando emana de la democracia y se ejerce de acuerdo con la constitución. Es ilegítima cuando ese poder lo ejerce un usurpador.
Permitir que sea el terrorismo el que ejerce el poder soberano en una zona de despeje, es renunciar a la soberanía legítima que ejerce el Estado, y conceder esa soberanía al poder terrorista. Como venía ocurriendo en muchas partes de Colombia.
Una de las diferencias entre los procesos electorales anteriores a este Gobierno y el de ahora, es que muchos de los procesos electorales anteriores se ejercieron bajo el poder efectivo e ilegítimo, en muchas partes del país, de grupos terroristas. El de ahora, ya en casi todo el territorio, es un proceso electoral que se realiza bajo el poder legítimo y democrático, soberano, de la Nación colombiana, del Estado colombiano.
Me dicen: “Es que la facilitación internacional pierde soberanía Colombia”.
Colombia pierde soberanía, si permite que salgan de la cárcel guerrilleros para volver a delinquir. Porque lo que nosotros hemos hecho es recuperar soberanía legítima, que estaba perdida en manos de soberanía ilegítima. Lo que nosotros hemos hecho es recuperar soberanía democrática, que estaba perdida en manos de soberanía terrorista.
Si permitimos que salgan unos guerrilleros de la cárcel para volver a delinquir, lo que vamos a hacer es fortalecer el intento del terrorismo de recuperar la soberanía ilegítima, que viene perdiendo, ahora que el Estado recupera la soberanía legítima, constitucional y democrática.
Por eso es bien importante llevar este debate desde los presupuestos fácticos elementales, hasta la más consumada teoría del Estado y del derecho, en el orden democrático.
Nosotros hemos cuidado esos dos inamovibles, pero hemos facilitado opciones.
¿Por qué se facilita una opción o la otra? Porque así como cuidamos la soberanía de la Patria, el derecho de los colombianos, a no tener que estar presionados por la guerrilla; el derecho de la Fuerza Pública a que sus esfuerzos de captura de guerrilleros, el país no los desmerite soltando guerrilleros para que se reincorporen nuevamente al terrorismo y al secuestro, así como cuidamos esto, también tenemos que ser cuidadosos con el dolor de los familiares de los secuestrados.
Y como somos cuidadosos con el dolor de los familiares de los secuestrados, y queremos que nos liberen a los secuestrados, por eso hemos hecho esfuerzos.
¿Recientemente cuáles? No nos conformamos con haber liberado hace casi tres años o más, 27 guerrilleros de las Farc. Recientemente ordenamos liberar 150, proceso que se está cumpliendo en su totalidad, no fácil, porque como lo ha explicado el ministro (del Interior y de Justicia, Carlos) Holguín, eso requiere la intervención de los jueces de al República.
Y aceptamos la sugerencia al Presidente francés, de liberar a Rodrigo Granda. Todo con la exigencia de que no regresen al terrorismo.
Y hemos aceptado la nueva facilitación de la senadora Piedad Córdoba.
¿Y cuál ha sido la respuesta que hemos obtenido? El asesinato de los once diputados.
El país no se puede olvidar cómo nos asesinaron al gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria Correa. El país no se puede olvidar, y la comunidad internacional debe conocer, cómo en ese mismo asesinato también fue asesinado el ex ministro de Defensa, Gilberto Echeverri y otros compatriotas.
En la noche del día de ese asesinato, un sargento sobreviviente me dijo, cuando lo visite aquí en un hospital de Medellín -impresionado yo por las heridas de leishmaniasis que padecía ese sargento- me dijo: “Mire Presidente, nos tenían en el peor trato en la selva. Era el peor trato, las condiciones físicas del Gobernador y del ex Ministro eran deplorables, era condiciones físicas de moribundos. Sentimos helicópteros que sobrevolaron, e inmediatamente la guerrilla se fugó. Y como el Ejército no llegaba rápido, los guerrilleros se regresaron, y un señor que dirige esa guerrilla, a quien le dicen el ‘Paisa’, dio la orden de que nos mataran allí, a todos acostados, a la mansalva, con sevicia”.
Así los mataron.
Y me contó cosas como esta: El gobernador de Antioquia, el doctor Guillermo, y el ex ministro Gilberto Echeverry, muchas veces le dijeron a esos integrantes de las Farc: “¿Pero cómo nos torturan a nosotros, si nosotros hemos sido amigos del diálogo? Ustedes no secuestraron, justamente, cuando estábamos en una caminata para buscar el diálogo”.
¿Saben qué les contestó las Farc? Y es bueno que lo sepa el país y la comunidad internacional. Las Farc le dijo al doctor Gilberto Echeverri y al doctor Gaviria Correa: “Ustedes no son nuestros amigos, ustedes son nuestros enemigos de clase, ustedes son nuestros idiotas útiles”.
Es muy bueno tener en cuenta todos estos antecedentes, para saber muy bien cómo tenemos que proceder en los días que vienen.
Yo quiero decir lo siguiente: El Gobierno sigue explorando opciones para la liberación de nuestros secuestrados, sin renunciar al rescate, que ojalá en el algún momento pudieran realizar las instituciones armadas de la República.
Y quiero también decir lo siguiente: Nuestra apertura de opciones no es para que las Farc nos vuelva a engañar. Hemos sabido que estos señores de las Farc no están interesados en liberar a los secuestrados, sino en utilizar la nueva opción que se ha abierto, para hacer política. Lo que nosotros no podemos permitir.
Si van a liberar a los secuestrados bien, ¿pero un grupo terrorista haciendo política?, ¿vamos a volver entonces a la combinación de las diferentes formas de lucha, a lo que vivimos aquí hace 30 años en la Universidad de Antioquia que entraba aquí la guerrilla y mataba y asesinaba, y también penetraba el movimiento estudiantil y el movimiento obrero?
¿Vamos a permitir que la guerrilla ahora quiera valerse de la generosidad nacional e internacional, para buscar el acuerdo humanitario simplemente como un conducto para posar de personajes de la política, cuando hace pocos días asesinaron a los diputados y siguen procediendo con toda la crueldad frente al pueblo colombiano? Eso no lo podemos permitir.
Estamos dispuestos al canje humanitario en las condiciones que se han anunciado, pero lo que no estamos dispuestos es a un nuevo engaño de la guerrilla.
No estamos dispuestos a permitir lo que la guerrilla quiere: un reposicionamiento político, cuando en realidad ellos lo que tienen es un posicionamiento terrorista.
Ahora, yo le he explicado muchas veces al país y a la comunidad internacional, por qué nosotros los definimos como terroristas. ¿Por qué es que acaso ellos combaten una dictadura? En América Latina se calificó con la benevolencia de insurgentes, grupos armados que combatían dictaduras. Estos son terroristas porque estos lo que hacen es maltratarles la democracia.
Esta es una democracia muy importante.
Estamos a un mes de elecciones, y es oportuno decirle al país y a la comunidad internacional, lo siguiente: En un país de 43 millones de habitantes, a un mes de elecciones para gobernaciones, alcaldías, concejos, ediles y asambleas, tenemos 86 mil candidatos, 86 mil 233 candidatos, esa es la muestra de una democracia vigorosa. Quien atente contra ella no es un insurgente, es un terrorista.
Solamente en once localidades del país, un país que tiene 1.099 municipios y 32 departamentos, solamente en once hay candidatos únicos. Solamente se han excluido 124 mil cédulas, y se han trasladado, en virtud de la pureza electoral, 313 registradores.
¿Cuántos cargos están en juego para ser provistos por el proceso democrático? 18 mil 332. Una democracia de amplias posibilidades participativas. Un país de 43 millones de habitantes, con 32 gobernaciones de elección popular directa, 500 diputados, 1.099 alcaldías, 12 mil 034 concejales, 4 mil 749 ediles, 18 mil 332 cargos, 86 mil 233 candidatos, de 235 orígenes diferentes, que es la suma de los partidos políticos, de los movimientos, y de quienes han aspirado después de haber registrado sus candidaturas, soportados en firmas.
Esta es una democracia respetable, por eso nosotros hoy no podemos conceder sino una denominación a la guerrilla: son terroristas, terroristas que viven atacando permanentemente esta democracia.
Por eso le hacemos esta advertencia a la guerrilla: estamos dispuestos a avanzar hacía el canje democrático por la liberación de nuestros secuestrados, pero no vamos a permitir que la guerrilla utilice la generosidad del Gobierno para reposicionarse en lo político, cuando todos los días actúan como terroristas.
Le hago otra advertencia a la guerrilla: si quieren hacer política, que se desmovilicen, que se sometan a la Ley, con este Gobierno pueden pactar la paz en cinco minutos. Lo que no vamos a permitir es que asesinen y secuestren y trafiquen con droga en Colombia, y enseguida posen como personajes de la política ante la comunidad internacional. Esa incongruencia no estamos dispuestos a admitirla.
Vamos a seguir con opciones, buscando la liberación de nuestros secuestrados.
Y le pido hoy a las Fuerzas Militares y de Policía, y al Ministro, que intensifiquemos todas las operaciones.
Y le quiero recordar al país y al mundo: este país estuvo despejado, sin declaratoria de despeje, 30 años, y con declaratoria de despeje, alrededor de 42 meses. Y eso solamente sirvió para que avanzara más el terrorismo.
Bienvenido el acuerdo humanitario, pero rechazamos las pretensiones de la guerrilla de un nuevo engaño, a través del cual quieren un reposicionamiento político, cuando el mundo lo que tiene que hacer es respetar la dimensión profunda de la democracia colombiana.
Si nos quieren ayudar a que liberen a nuestros secuestrados, estamos dispuestos, pero lo que no permitiremos es que la guerrilla siga buscando que cuando asesinan en Colombia, por fuera reciban el trato de personajes de la política, porque solamente hasta hoy son siniestros personajes del terrorismo,
Muchas gracias apreciados concejales”.
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