Chinchiná (Caldas), 12 feb (SP). “Qué emocionante asistir a la inauguración de esta planta, asistir a este hecho de fe en Colombia, a esta demostración de esperanza del universo cafetero de la Patria.
Quiero felicitarlos a todos: a usted, doctor Gabriel Silva, por su entusiasmo, por su refrescante liderazgo para que los cafeteros de Colombia estén siempre a la vanguardia en los nuevos desarrollos.
Al Comité Nacional, a la Junta Directiva de la Federación, encabezada por el ex ministro Juan Camilo Restrepo Salazar, por su permanencia en todas las horas, no importa los vientos favorables o desfavorables, para sacar adelante la caficultura de la patria.
Quiero felicitar a los ingenieros constructores, a los consultores, a los trabajadores.
Da orgullo para Colombia asistir a la inauguración de una planta de este refinamiento tecnológico, que ha sido producto de la investigación científica, de la investigación aplicada, de la transferencia tecnológica de los colombianos.
El doctor (Juan Francisco) Miranda, director de Colciencias, debe tener hoy aquí una profunda reflexión.
Creo, compatriotas, que en este país las cuentas de la investigación apenas se han dado por la mitad. Generalmente se dice lo poco que invertimos en investigación, pero generalmente no se dice lo mucho que logramos en investigación.
El país invertía el 0,22 (por ciento) del PIB en investigación, muy poco; países invirtiendo el 1 y medio, el 2 (por ciento). Nosotros aspiramos terminar el Gobierno cercano a 1 (por ciento). No es fácil, será una investigación de 3 billones 600 mil millones al año, pero además, acercarnos a ese objetivo que es muy costoso, todavía será una suma internacionalmente baja, lo aceptamos.
Lo que no se le ha contado al país y al mundo, es que en Colombia un dólar que se invierte en investigación, en transferencia tecnológica, rinde mucho más en resultados que en el resto del mundo.
No es sino ver los logros de Cenicafe, los logros de la Federación. Basta mirar este ejemplo: una fábrica que hasta hace pocos años los colombianos presumíamos que no se podía ampliar sino con tecnología y maquinaria adquiridas en países del más elevado desarrollo industrial, se ha hecho con talento colombiano, con ingeniería colombiana, con trabajadores colombianos, y fundamentalmente con maquinaria colombiana, salvo unos pocos componentes, como los explicaban el doctor Juan Camilo Restrepo, el doctor Gabriel Silva y el doctor Genaro (Muñoz, gerente administrativo de la Federación de Cafeteros), quien ha sido el encargado de dirigir el proyecto.
Entusiasma mucho constatar aquí el potencial investigador de los colombianos. Y para efectos prácticos, que produce resultados favorables de inmediato.
Muchas felicitaciones.
Y quiero felicitar a la Federación, por esta manera de estar contribuyendo a la generación de empleo de buena calidad, con afiliación a la seguridad social, y contribuyendo a agregarle valor a un producto, que los colombianos quieren que salga con más porcentaje industrializado y con menos porcentaje en sacos de café verde.
Todo lo que se haga en esta tarea de agregar esfuerzo, es darles más oportunidades de empleo de buena calidad, con afiliación social a los compatriotas. Muchas gracias por ese gran esfuerzo.
Resurgimiento de la caficultura
Apreciados compatriotas cafeteros, se ha avanzado mucho, se han superado épocas muy difíciles, y estamos preparados, mejor preparados, para otras dificultades.
Cuando algunos tenían condenada la caficultura a desaparecer, y no habían medido el impacto que podía producir su desaparecimiento, especialmente para la ladera andina, hoy encontramos una caficultura tonificada, que fue capaz el año pasado de producir alrededor de 12 millones y medio de sacos. Como lo decía el doctor Gabriel, la producción más alta de los últimos 10 años.
Le habíamos restado importancia, como componente del total de facturación de productos de exportación del país, y el reintegro de divisas el año pasado por exportaciones cafeteras ascendió a 1.900 millones de dólares, una suma bien importante.
Veo con mucho entusiasmo que las tiendas Juan Valdez se rieguen por el mundo, que inunden el mundo, y que cualquier consumidor de Asia, de Norteamérica, de Suramérica, de Europa, al entrar a esas tiendas Juan Valdez, sepa que está comprando café producido por campesinos colombianos, industrializado por campesinos colombianos y distribuido por esos productores de café, socios de esa magnífica estructura de asociatividad cafetera que son las tiendas Juan Valdez.
Y vengo hoy a reiterar compromisos con ustedes.
Ofrezco excusas por la ausencia de los ministros de Hacienda y Agricultura, ambos devotos del sector cafetero, que han debido permanecer en Bogotá por las sesiones extraordinarias del Congreso, y porque el Ministro de Agricultura está manejando temas de gran importancia para transformar la mentalidad nacional, los proyectos productivos de Colombia, pero que exigen mucha paciencia y mucha insistencia en los argumentos.
Transformar culturas enraizadas de mucho tiempo, creencias que son muy atractivas en el discurso social, pero muy poco generadoras de resultados sociales, no es tarea fácil.
Hay que aplicarse con constancia y con una gran capacidad argumentativa, como lo está haciendo el Ministro de Agricultura en el tema forestal y en el tema de las granjas de los Llanos Orientales.
Renovación cafetera
Pero he hablado con los dos y con la señora Directora de Planeación, aquí presente, para reiterar ante los cafeteros de mi Patria, que el Gobierno Nacional cumplirá este año con el aporte de 60 mil millones para el proceso de renovación cafetera, es fundamental.
Yo escucho a los cafeteros en diferentes partes del país, quejarse de mano de obra, y me preocupa. ¿Por qué? porque es distinta la situación de café, de la situación de la caña de azúcar, de la situación del algodón.
Soy de la idea que la educación pone a los ciudadanos a avanzar en la escalera de los oficios. Por ejemplo, los hijos de los cortacañas del Valle del Cauca o de Risaralda, gracias a la educación, ya no querrán ser cortacañas.
A mí la semana pasada, hijos de taxistas en San Andrés me decían que necesitaban que los conectara con banda ancha, para poder ser profesores de inglés a través de Internet, desde el Archipiélago al resto de la Patria.
La nueva generación de hijos de trabajadores del algodón no quieren ser recolectores de algodón, pero las cosas allí se van ajustando.
No tardará mucho tiempo en que veamos la caña de alta productividad de Colombia en tierra plana, recogida por combinadas. No tardará mucho tiempo que veamos en los campos algodoneros de Colombia, que la recolección del algodón se hace con maquinaria.
Una de las razones de calidad del café colombiano, es que es un café laborado manualmente.
Los científicos, desde hace mucho tiempo, arribaron a la conclusión de que el café mecanizado es un café de menor calidad que el café que tiene en toda la etapa labor manual. Esa es una de las razones de la calidad del café de Colombia. La otra es que es un café localizado en las pendientes de estas montañas andinas, prácticamente imposible de mecanizar.
El tema de la mano de obra es un tema bien delicado. Yo confío que si cumplimos las metas de renovación cafetera, logramos muy importantes efectos.
Cuando el pequeño cafetero permanece en su finquita, el pequeño cafetero tiene un buen ingreso, sobretodo si la plantación ha sido renovada, si ha combinado los ciclos improductivos con la producción de maíz, de fríjol, si combina con la producción de madera.
Además, ese pequeño cafetero es la mano de obra de su pequeña finca, y también es la mano de obra de las fincas del vecindario.
La renovación cafetera es fundamental para garantizar que la mano de obra se mantenga en el campo cafetero.
Y es fundamental para prolongar en el tiempo la característica democrática que ha sido motivo de orgullo de la caficultura colombiana. Difícil encontrar una estructura propietaria más democrática que la estructura cafetera.
Si el pequeño productor no es ayudado para renovar, termina vendiéndole las dos hectáreas a un turista de la gran ciudad, que las compra por 40 millones, instala allí una casa de fines de semana, se acaba la producción de café, y el pequeño propietario emigra y con eso alcanza a instalarse en los corredores de miseria de las grandes ciudades. Por eso es fundamental el proyecto de renovación cafetera.
En nombre de mis compañeros de Gobierno, del equipo económico, reitero ante ustedes, apreciados cafeteros de mi Patria, el compromiso de hacer cumplidamente los aportes para cumplir las metas que con ustedes hemos acordado, de renovación cafetera.
Hay otros temas. Vamos a tener que estudiar cómo se maneja el tema de mano de obra, qué más ajustes se hacen en las vacaciones escolares, cómo inclusive se puede buscar darle alcance de servicio social, con algunos efectos en la vida académica, en la vida laboral, etcétera.
Me parece que este año debemos hacer un gran esfuerzo para examinar conjuntamente, gremio y Gobierno, cómo vamos a resolver el problema de la mano de obra.
Revaluación
Y hay otros problemas. El tema del precio y el tema de los insumos. Sí, yo comparto con ustedes la preocupación: café a 1,50 (dólares) que tuviéramos una tasa de cambio siquiera de 2 mil 100 (pesos), el precio para el productor sería infinitamente superior.
Hemos vivido un proceso de revaluación difícil en el mundo entero. El más enemigo de la revaluación he sido yo. He creído que el país tiene que tener una tasa de cambio estable, sí, sin esos altibajos, sin esas volatilidades que generan desconfianza, pero en un nivel de estabilidad que al mismo tiempo sea una tasa de cambio competitiva.
No pensé que me fuera a tocar la suerte de tener que convivir en el Gobierno con una revaluación pronunciada y prolongada, como ha sido ésta.
Para algunos sectores hemos encontrado soluciones. Gracias a Dios, en el caso cafetero, la revaluación ha coincidido con un incremento en la cotización internacional del grano.
Algunos dicen que una de las razones de esta tonificación en la cotización internacional es por la debilidad del dólar.
Un buen estudio que estamos en mora de hacer, y que debería ayudar el equipo económico del Gobierno, es simular qué pasaría en cotización internacional del grano y de otros productos básicos, si tuviéramos un dólar no debilitado como el de ahora, sino un dólar fuerte, como el de otras épocas. Pero de cualquier modo vamos a ayudar.
Yo les propongo lo siguiente, porque se que el Presidente de Colombia no puede venir aquí simplemente a saludarlos, tomarse una tasa de café y vamonos. Se han resulto cositas, pero todos los días hay problemas. Uno resuelve un problemita y aparecen mil. En una Patria con necesidades, como la nuestra, uno cree haber resuelto mucho problema y mentiras, lo resuelto es chiquitico frente a lo no resuelto, que es inmenso.
Por eso el Gobierno tiene que laborar todos los días. Por eso yo les digo a mis compañeros de Gobierno que para sacar este país adelante, los funcionarios públicos tenemos que eliminar de nuestro calendario dominicales, festivos, vacaciones, tenemos que tener mentalidad y hábitos de los proletarios ingleses de Manchester, de la revolución industrial, que solo dormían y comían lo necesario para poder recuperar las fuerzas de trabajo, y volver a rendir con plena intensidad al día siguiente.
AGC
Vamos a ver entonces cómo resolvemos algún problema de esta manera: que el compromiso sea aplicarle al sector cafetero, de todos modos, el AGC (Apoyo Gubernamental a la Caficultura) previsto para este año.
¿El cómo? Estudiemos muy cuidadosamente qué va pasando en tasa de cambio, a ver si se aplica en precio. Estudiemos muy cuidadosamente a ver si se aplica en abonos. Estudiemos muy cuidadosamente a ver si se hace una combinación de abonos y aumento de la renovación, si somos capaces de cumplir con el hectareaje.
Yo diría lo siguiente: es justo, que cuando la revaluación les ha quitado un componente tan importante del precio, cuando la cotización del petróleo a 90 - 100 dólares ha encarecido abruptamente precios de fertilizantes y de agroquímicos, es justo que el Gobierno diga: el AGC de todas maneras se les entrega, no queda condicionado exclusivamente a la variable precio.
Busquemos un acuerdo Gobierno y cafeteros, para definir la mejor manera de aplicar, a lo largo del año, ese recurso.
Quiero proponerles algo a los cafeteros y a los agricultores de la Patria. Empezamos a ver en el mundo una inflación de alimentos, la sentimos el año pasado. Todo lo que ha pasado con el petróleo desencadena unas alzas de costos que finalmente llegan a la canasta familiar. Pero también el petróleo ha hecho que suban los precios de aquellos productos agrícolas que se pueden utilizar para generar biocombustibles.
Enfrentar eso es una tarea difícil. Yo he creído que el gran esfuerzo que tiene que hacer Colombia, es aumentar la producción de alimentos. Y chocamos con el tema del costo en abonos, en agroquímicos en general.
La maquinaria relativamente se ha abaratado y la Ley Agro Ingreso Seguro y los esquemas que ha aprobado el Congreso, como Zonas Francas Especiales, los incentivos a la inversión, eso ha permitido que la inversión en agroindustria, el componente de maquinaria, etcétera, de obra civil, todo eso, relativamente tenga hoy menores dificultades en materia de costos. El gran costo es el de los fertilizantes.
Yo les propongo que hagamos un gran esfuerzo en buscar fertilizantes orgánicos. Hagamos un gran esfuerzo en integración de la caficultora con la industria avícola y con la porcicultura, para ir haciendo ese traslado del abono químico proveniente de los derivados del petróleo, al abono orgánico.
Cuando uno ve el área metropolitana de Bucaramanga -y aquí hay un hijo muy ilustre de esa tierra, el señor ex ministro Jaime García Parra- ve que allí hay una intercalación de las granjas avícolas con los desarrollos urbanos.
Me parece que para la ladera santandereana hoy es relativamente fácil, poder abonar con abonos provenientes de la industria avícola.
Yo creo que vamos a tener que hacer esfuerzos para incorporar abonos orgánicos en todo el país.
Yo creo que lo del petróleo es irreversible. Algunos dicen que se va a caer a 60 dólares, otros dicen que se va a subir a 200 (dólares). La verdad es que cuando hace tres años algunos nos decían que el petróleo iba para 100 dólares, pocos creían, y llegó a 100 dólares.
Y autoridades del mundo petrolero dicen que en 40 años no se utilizará el petróleo, bien porque se haya agotado o porque no se podrá utilizar por razones ambientales, que el mundo habrá tenido que transformar el 100 por ciento de la utilización de petróleo en la utilización de energéticos renovables, de energéticos no contaminantes. 40 años parecen mucho, pero para hacer una transformación de esta magnitud es muy poco.
Creo que el gran esfuerzo investigativo que tenemos que hacer hoy, es cómo avanzar con altas productividades y un relativo y creciente abandono de los abonos derivados del petróleo, y su sustitución por abonos orgánicos de fuentes renovables.
Buena parte del AGC podría comprometerse a esa tarea, para ayudar a dotar a la caficultora colombiana de abono orgánico.
Pensando en el futuro, uno encontraría dos opciones: imaginemos que el Comité Nacional de Cafeteros, el presidente de la Federación, el doctor Gabriel Silva, y el Gobierno, mis compañeros que representan al Gobierno en el tema cafetero, acuerden dedicar parte del AGC a subsidiarle abonos, fertilizantes a los cafeteros.
Yo creo que si eso se dedica a subsidiar urea o compuestos derivados del petróleo, eso produce un beneficio en el corto plazo, pero no nos prepara para el mediano y largo plazo.
Yo sugeriría que lo que se vaya a acordar para dedicar del AGC, al tema de los fertilizantes, tenga un alto componente para la incorporación de fertilizantes, como los derivados de la avicultura, de la porcicultura, de otros abonos biológicos. Creo que nos ayudaría mucho. Puede que no se produzca el mismo rendimiento en el corto plazo, pero nos va preparando con más solidez para poder ganarle esta carrera al largo plazo, donde hay unas señales bien preocupantes en materia de petróleo.
Les dejo eso simplemente como sugerencia, apreciados cafeteros.
Cultivos alternativos
Y creo que es bien interesante seguir aprovechando las áreas de soqueo, para el crecimiento de los cultivos de maíz y de fríjol. Es difícil encontrar en el trópico las producciones de maíz que se dan en las áreas de soqueo de café, en la zona cafetera colombiana.
Difícil de encontrar en el trópico algo comparable, pero también para nosotros es fácilmente entendible, porque el cafetero ha sido un gran agricultor.
Cuando a principios del Gobierno proponíamos que eso, que era una cultura de algunos campesinos, que mientras se recuperaba la soca sembraban café o fríjol, que lo convirtiéramos en un programa de mucha envergadura, había mucho temor por los precios del maíz, del fríjol, por las productividades.
Y da gusto encontrar allí no más, aquí en Palestina, en los municipios vecinos, producciones de siete toneladas de maíz por hectárea, en zona de soca de café, y en ciclo de 125 – 140 días de cosecha.
Todo lo que podamos avanzar en este año ayuda mucho al ingreso cafetero. Y hay que prepararnos para ello, porque si va a ser un año importante en soqueo para la renovación, entonces nos tenemos que preparar para lo que me decía el doctor Gabriel: “a más renovación este año, menos producción de café”.
Esa producción vendrá en dos, dos años y medio, entonces la tenemos que compensar con más producción de maíz y de fríjol, que por fortuna hoy tienen más despejadas su situación de precios, gracias a ese fenómeno que ha pasado en la agricultura mundial.
Otros temas
No puedo, al estar aquí en Chinchiná y mirar aquí a un morrito atrás, dejar de referirme a esa gran obra del departamento de Caldas, que es el aeropuerto de Palestina.
Le reitero al señor gobernador, al señor alcalde de Manizales, al señor alcalde de Palestina y a todas las autoridades, el compromiso del Gobierno Nacional para que este año se inviertan 30 millones de dólares, y el año entrante también, para que esa obra vaya avanzando año tras año, y los manizalitas, toda la región caldense, tenga un aeropuerto en ese morro, sin las limitaciones que tiene ‘La Nubia’. Vamos a seguir avanzando en ello.
Quiero expresar nuestros agradecimientos a la Agencia de Cooperación de los Estados Unidos, al embajador de los Estados Unidos, el Embajador William Brownfield, a dona Liliana Ayalde, la directora de la Agencia de la Cooperación de los Estados Unidos, por el apoyo a los cafeteros colombianos.
Ese convenio de 11 millones de dólares suscrito hoy, para renovación cafetera, es un gran avance en la lucha para que este país derrote la droga ilícita que sustenta el terrorismo, y le de a los campesinos colombianos alternativas, como esta alternativa centenaria tan importante, que para el campesino colombiano ha sido la renovación.
El viernes pasado ocurrió algo muy bello. Los invito a pasearse conmigo, compatriotas, por este tramito de la geografía de la Patria.
Vamonos por el Cañón del Magdalena, aguas arriba por el Huila, lleguemos a Pitalito, sigamos al sur, acerquémonos a Mocoa. Esa carretera la avanzaron mucho las administraciones presidenciales que nos antecedieron, al Gobierno nuestro le tocó terminarla, pero lo importante es que no nos quedamos allí. La meta ahora es llegar con una carretera de excelentes condiciones, a dos puntos de la frontera con el Ecuador, a Puerto Asís y al Puente de San Miguel.
El Gobierno ya ha pavimentado de Mocoa a Villa Garzón, del sur está pavimentando y está próximo a terminar el tramo de Puerto Asís a Puerto Caicedo –el viernes faltaban dos kilómetros- e hicimos un acuerdo con la Embajada de Estados Unidos, que nos ayudó con una suma muy cuantiosa, y le doy la buena noticia a los compatriotas, que gracias a esa ayuda el viernes empezó la ejecución de obra del tramo que falta, para dejar totalmente pavimentada la carretera de Mocoa a Puerto Asís.
El Embajador Brownfield nos ha ofrecido ayuda de los Estados Unidos para otro tramo.
Nos vamos derecho de Mocoa a Puerto Asís, y llegando a Puerto Asís, mirando al occidente, se encuentra un río bellísimo que desemboca en el río Putumayo. Ese río es el río Guamués, eso es bellísimo allá, bellísimo. Enseguidita de esa desembocadura hay un sitio que se llama Santana, ahí hay un puente sobre el río Putumayo, y empieza una carretera hacia la zona petrolera del Putumayo, en dirección este - oeste, y después voltea nuevamente al sur, hasta llegar al puente San Miguel.
Eso tiene 130 kilómetros que nos faltarían por pavimentar. Le vamos a aceptar esa oferta al Embajador Brownfield, para que hagamos el acuerdo, para poderle pavimentar ese tramo vial al país, y a doña Liliana Ayalde.
Yo voy a hacer una cosa, si yo llamo ahora al Ministro de Hacienda me dice: “Presidente ¿cómo me metió en eso?, si yo no tengo la plata”. Le voy a decir que lo metí en eso de la siguiente manera: esa carretera no se alcanza a hacer en uno ni en dos años, demora por ahí tres. Embajador, ayúdenos con la cuotica inicial y nosotros nos comprometemos con los aportes presupuestales de los dos siguientes años.
Por habernos ayudado en esa carretera del Putumayo y por habernos ayudado en este convenio de renovación cafetera, usted se aprestigió para que le sigamos pidiendo.
Muchas gracias embajador.
Compatriotas cafeteros, tres cositas necesita el país: consolidar la seguridad, que a los colombianos los tiene que honrar que la estemos consolidando desde la democracia. Cuando en Europa preguntan con curiosidad: “¿Qué es ese cuento de la seguridad de Colombia?”, la curiosidad termina y el reconocimiento empieza, cuando se contesta: muchos países de América Latina enfrentaron fenómenos de inseguridad, pero los enfrentaron con dictaduras, Colombia ha enfrentado este fenómeno de inseguridad desde la democracia, desde las libertades.
Por eso, sin ninguna timidez, hay qué mantener toda la determinación para que este país, todos los días, derrote más bandidos y cree fuentes de empleo, mejores fuentes de empleo como ésta que ha creado hoy la Federación de Cafeteros aquí en Chinchiná.
Hay que escoger: el país es para esos bandidos o para miles de trabajadores, millones de trabajadores todos los días mejor preparados y con más merecimientos.
Lo segundo: confianza inversionista, confianza inversionista.
Lo tercero: avanzar en la política social. Bienestar Familiar, educación, Sena, universidad, Icetex, la atención de los ancianos, de los niños, Familias en Acción.
Los políticos generalmente hablamos de política social, pero en el discurso de nosotros, los políticos, es muy escaso el compromiso con la seguridad y es muy escaso el compromiso con la confianza inversionista. Sin esos dos compromisos previos no se dan los recursos para la política social. Es bien importante insistir en eso: Seguridad Democrática y confianza inversionista.
Estamos en un año de incertidumbres en la parte económica: la crisis de hipotecas en los Estados Unidos, su efecto en Europa, en Asia, el temor de los mercados. Colombia todavía no ha superado definitivamente problemas de déficit y de endeudamiento, hemos avanzados, pero tenemos que seguir con cuidado en esa materia.
Yo creo que lo que a nosotros nos saca hoy adelante es persistir en la seguridad y en la confianza inversionista. Una crisis económica, que ojala no sea muy prolongada, la pasa con menos dificultad un país que sea capaz de atraer inversión, que un país que no sea capaz de atraer inversión.
Ya llevamos tres años consecutivos con inversiones extranjeras del orden de 6 mil 500, 7 mil 800, 8 mil millones de dólares. Ojala este año se repita una inversión de 8 mil millones de dólares.
Y llevamos ya tres, cuatro años consecutivos con tasas de inversión del 19, del 23, del 25 (por ciento). Hasta el tercer trimestre del año pasado estuvo por encima del 27. Que nosotros nos propongamos que cada año en nuestro país no se inviertan por cada 100 pesos que producimos, no se inviertan menos de 25 - 27 pesos, eso, con responsabilidad social, es el camino para tener una Colombia próspera y una Colombia equitativa.
Señora alcaldesa, la felicito, y la felicito por la circunstancia de que los 100 nuevos puestos de empleo directo, son para ciudadanos de Chinchiná. Empleo de buena calidad, con afiliación a la seguridad social.
A todos muchas felicitaciones, apreciados cafeteros de mi Patria”. |