Este municipio santandereano, que este sábado 14 de junio será sede del Consejo Comunal de Gobierno, fue recuperado de las manos de la violencia, gracias a la política de Seguridad Democrática. Actualmente se convierte en un importante polo de desarrollo turístico, cuyo centro de atracción recae en su clima benigno y en la belleza de las cuevas de sus montañas.
Por: Mauricio González
Zapatoca, Santander, 13 jun (SP). La política de Seguridad Democrática permitió que el municipio de Zapatoca, Santander, le ofreciera un nuevo rostro al mundo: sus cuevas, únicas en el planeta, según expertos europeos en espeleología que han visitado la región. Así lo relató Octavio Gutiérrez, hijo de esta tierra y alcalde del municipio.
“Un español experto en el tema de la espeleología visitó nuestra región, por iniciativa propia, para conocer lo que él llamó las cuevas más lindas del mundo, superando lo que ha visto en Europa y en otras regiones del planeta, gracias a su majestuosidad“, explicó el mandatario local, uno de los constantes visitantes a estos sitios.
Cada paso de las cuevas tiene una leyenda como resultado de un hecho que, grande o pequeño, permite construir historias entre los habitantes de la región, como ‘El paso de la monja’, sitio en el que resbaló una religiosa que visitaba una de las cuevas, o como la leyenda según la cual las cuevas son tan largas que pueden conectar con otros municipios santandereanos.
“Eso es algo que no se ha podido comprobar, ya que, luego de caminar unas cinco horas, el aire falta, lo cual obliga a cualquier persona a salir del sitio, y hasta ahora no conocemos al primero que haya salido atravesando la montaña”, expresa Gutiérrez.
Las paredes de estas cuevas se asimilan a finos cristales, que parecen sostener sin esfuerzo las cientos de toneladas que conforman estos sitios, cuyo suelo está lleno de agua cristalina, que brota sin cesar del corazón de la montaña, hogar de los peces ciegos, una pequeña especie que habita en la oscuridad total del sitio.
Y es que la belleza natural y la confianza de los colombianos para rodar por las carreteras, son aspectos que se han visto reflejados en el desarrollo del sector turístico de este municipio, aledaño al Parque Nacional Natural de los Yariguíes.
Es tan relevante turismo para la región, que, junto con la competitividad, vivienda, salud y agricultura, fue uno de los temas tratados en las mesas de trabajo que se desarrollaron durante los días previos al Consejo Comunal.
El retorno de la tranquilidad en esta población, enclavada en las montañas santandereanas, son hechos que todos los pobladores reconocen, como Eugenia Rueda, ama de casa cuya vida ha transcurrido en este suelo santandereano.
“Algún tiempo hubo guerrilla, pero eso fue hace rato. En general, Zapatoca siempre ha sido territorio de paz, una región tranquila. La guerrilla sí pasó, pero eso, gracias a Dios, quedó atrás. Entre semana las calles del pueblo son solas. Pero comenzando el fin de semana, sobre todo cuando hay festivo, llega mucha gente a visitarnos, y eso es una bendición”, dice Eugenia
La ciudad del clima de seda
Se suma a estos atractivos naturales del municipio, una temperatura ambiente que en promedio es de 19 grados centígrados, lo que permite que propios y extraños disfruten día y noche de un clima agradable, por lo que se le atribuye el nombre de ‘La ciudad del clima de seda’. Este hecho fue explicado, en forma didáctica, por Jaime Ardila, comerciante del municipio, propietario de una cafetería ubicada en el marco de la plaza principal.
“Aquí todos la pasamos bien porque el clima nos favorece. No hace ni frío, ni calor. Del cielo no nos quejamos. Vivimos con un clima de seda, que en ninguna parte lo encuentran. Ni tanto que queme al santo, ni tan poquito que no lo alumbre”, explica Ardila, quien de manera amable recibe a diario a las personas que llegan a la plaza principal en los buses de servicio público que provienen de Bucaramanga.
Zapatoca, que por primera vez en su historia recibe a un Presidente de la República, este sábado, es una tierra de gente amable, de calles pequeñas y espacios deslumbrantes.
Es el hogar de la antigua comunidad indígena de Los Guanes, la ciudad del clima de seda, famosa en la actualidad por su producción de dulces y tejidos, atractiva por su turismo. Es la misma región que venció días de violencia y encontró en el turismo una fuente de ingresos para los lugareños.
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