Junio 28

Intervención del Presidente Álvaro Uribe sobre biocombustibles, en la Cumbre de Tuxtla

Villahermosa, Tabasco, México, 28 jun (SP). “Presidente Saca (Elías Antonio Saca, de El Salvador), permítame hacer unos comentarios sobre el tema de los biocombustibles y responder algunas preocupaciones que presentó sobre este tema el Presidente Ortega.

Y voy a hablar del caso particular de Colombia, porque nosotros, allí, no podemos usurpar lo que pueda pasar en otros países; no podemos hacer generalizaciones.

En cuanto a los alimentos: la situación particular de Colombia permite que no haya contradicción entre una política de promoción de producción de alimentos y una política de promoción de biocombustibles.

En efecto, me gustaría que ustedes o sus delegados visitaran Colombia. El año pasado algunos delegados de ustedes visitaron a Colombia, recorrieron regiones y de ahí salió la idea de las pequeñas plantas de etanol y de biodiesel y observaron cómo estamos promoviendo las dos políticas: la política de biocombustibles y la política de producción de alimentos.

En esto es importante anotar que hay diferencias. Hay países que están dentro de la frontera agrícola, sustituyendo la producción de alimentos por producción de biocombustibles; eso puede hacer mucho daño. Hay otros países que tienen unas tierras ociosas y que las pueden dedicar a biocombustibles; eso hace mucho bien. Hay otros países que pueden afectar la selva.

Nosotros estamos haciendo un gran esfuerzo por cuidar la selva. El gran enemigo de la selva en Colombia ha sido el terrorismo, con su fuente de financiación, que es la droga.

Colombia tiene un 52 por ciento de su territorio, un poquito menos, 51 y algo, todavía está en selva. Son 578 mil kilómetros en selva y estamos haciendo todo el esfuerzo para que no se destruya la selva; más aún, hoy tenemos 66 mil familias campesinas, que estaban vinculadas a la droga, las tenemos como Guardabosques. Creemos que el mundo tiene que sensibilizarse de la necesidad de pagar el cuidado de la selva.

El tema del petróleo: sí, es muy discutible, pero yo hacía esta cuenta en lo que a Colombia concierne: mientras el petróleo ha crecido en su valor en los últimos años en un 500 por ciento, el dólar se ha devaluado frente a nuestra moneda en un 50 por ciento. Entonces, las cifras muestran que en países como Colombia, un mayor encarecimiento, pero infinitamente mayor encarecimiento del petróleo, que lo que es la pérdida de valor del dólar.

También hemos encontrado otros problemas. Cuando nosotros empezamos la política de biocombustibles, el precio del azúcar estaba tan deprimido, que los pequeños productores de Colombia se estaban arruinando. El mundo saturado de oferta azucarera. Nosotros tenemos unos ingenios relativamente grandes, pero tenemos 300 mil familias productoras de caña en regiones de laderas y en minifundios, que generalmente producen panela. Sigue el precio de la azúcar, todos esos compatriotas se estaban arruinando por el bajo precio de la azúcar.

La puesta en marcha de la producción de etanol a partir de caña, ha ayudado en alguna forma a sostener el precio de un producto alternativo, como es el precio de la panela, todo para impactar favorablemente el nivel de ingreso de familias campesinas.

Otro punto bien importante: en Colombia hay proyectos de grandes productores de etanol y de biodiesel y el Gobierno viene haciendo un enorme esfuerzo para promover a los pequeños.

Las plantas experimentales que estamos instalando en Colombia y las tres plantas que se acordaron dentro del Plan Panamá Puebla, con los hermanos de El Salvador, Guatemala y Honduras, son para promover la producción en pequeña escala.

¿A quién le sirven esas plantas? Le sirven, por ejemplo, a una región donde hay los minifundistas, que a nivel individual no pueden resolver el problema y eso les ayuda a mejorar sus ingresos, a estabilizarse en su propiedad, etcétera.

Nosotros, cuando empezamos esta política, no encontrábamos tecnología de pequeña escala. Encontrábamos unas plantas muy importantes, fabricadas en el Brasil, en Suecia y en (…), lo que yo hasta ahora recuerdo.

El esfuerzo de Colombia en estos cuatro, cinco años, de experimentación es desarrollar tecnología para acomodar la producción de biocombustibles en estas plantas pequeñas, que se pongan al alcance de cooperativas, de asociaciones campesinas y, justamente, es lo que se ha hecho con el único propósito de ser solidarios con tres países centroamericanos. Para nosotros la integración no es un tema de lucro, es un tema de solidaridad.

Y voy a hablar una cosa positiva mencionando un ausente y una cosa negativa, sin mencionar el ausente.

Por ejemplo, en nuestro comercio con la hermana República Bolivariana de Venezuela, nosotros tenemos problemas de inflación y a mí me recomendaban algunos economistas: ‘Mire, usted tiene que parar exportaciones de alimentos por la inflación’. Pero ahí viene un tema de solidaridad y le dijimos al Presidente Chávez y previamente se lo dijimos a su Canciller: es la hora de probar que el comercio no puede tener un fin predominante que es el fin lucrativo, hay que ser solidario.

El Gobierno de Colombia en este desafío de inflación no paraliza exportaciones de alimentos a Venezuela. Si nos queda una libra de carne la compartimos con Venezuela. Si nos queda un litro de leche lo compartimos con Venezuela.

Nosotros, en la promoción de esto de biocombustibles, lo que queremos es llegar solidariamente al interior del país, a los sectores de pequeños productores.

Es también importante señalar lo siguiente: en el caso particular de Colombia, cultivos como la palma africana nos ayudan mucho para sustituir la droga.

Ustedes recorren regiones del país donde, con la iglesia Católica, concretamente el Magdalena Medio, los dueños de pequeñas parcelas, muy tentados a sembrar coca, los estamos organizando en asociaciones, con un gran apoyo de recursos fiscales del Gobierno. Y allí es muy difícil sembrar lo que uno quiera, porque hay climas, hay topografías, hay suelos, hay condiciones de sequía, condiciones de humedad, que son las que van indicando qué se puede sembrar.

Entonces, nosotros tenemos unas tierras donde no podemos sembrar lo que quisiéramos. Por ejemplo, tenemos que sembrar allí palma africana y eso nos está ayudando mucho a brindarle al campesinado una alternativa diferente a la droga. Ahí encontramos también un tema social bien importante.

Y vemos una relación en los biocombustibles, también, con la producción de energía limpia. Acabamos de aprobar en Colombia una Ley para estimular la cogeneración, que ya se venía haciendo en el país, ya empieza a hacerse. Y ahora se van a instalar muchos proyectos.

¿En qué consiste? Un ingenio azucarero que tiene una destilería de alcohol, con la misma energía ellos utilizan el bagazo, con el bagazo alimentan una caldera y con el vapor de esa caldera se produce el fenómeno de destilación de alcohol. Alcanza también para generar energía, la cogeneración.

Entonces, con la misma fuente estamos produciendo etanol para mezclarle a la gasolina y, al mismo tiempo, estamos incorporándole generación de energía al sistema eléctrico nacional. Eso es bien importante.

Ahora, esto hace parte de una promoción de Colombia a todo lo que son energías alternativas. Nosotros hemos adoptado una política, por ejemplo, frente a la energía eólica. Hoy, también, la producción de energía eólica en Colombia está exenta de impuestos nacionales; o sea que esto hace parte de una política alternativa.

La conclusión es que es buen discutir estos temas, pero también mirar las condiciones particulares de cada país. Quería hacer, muy respetuosamente, esas reflexiones frente a ese tema, distinguidos Presidentes”.

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