Bogotá, 9 may (SP). “Quiero felicitar a la Unión Europea en este día del 9 de mayo. Agradecer a la Fundación (Jean Francoise) Revel, en Colombia; a Carlos Salazar (Presidente de la Fundación Jean Francoise Revel) todo su esfuerzo de pedagogía democrática, a través del euromodelo.
La propuesta francesa, un 9 de mayo de 1950, por el Canciller, que había sido concebida por Jean Monnet, parecería tomar por sorpresa al mundo.
A muchos les parecía imposible de llevar a cabo. Pero abrió el camino para hacer el tránsito de una Europa destruida por la guerra, a una Europa respetada hoy en el mundo entero, no solamente por su recuperación, por su progreso material, sino por su institucionalidad y sus valores democráticos.
El camino de la Unión Europea ha sido un camino ejemplar, porque ha enseñado a superar dificultades, ha enseñado a convivir en la democracia dentro del pluralismo. En alguna forma, la institucionalidad europea ha superado los antagonismos radicales.
Haberse organizado los países europeos en lo que hoy es la Unión Europea, los ha llevado a organizarse en lo que podríamos llamar un ‘punto de equilibrio’, que facilita la convivencia entre todos, no obstante sus diferencias.
Una democracia que permite que haya diferencias y, también, una obligación de unidad que evita que esas diferencias lleguen a antagonismo radicales.
Importante eso: lograr que la unidad de los países permita que dentro de la democracia tengan unas líneas comunes, que respeten la diferencia, pero no lleguen a los antagonismos.
Creo que es un buen ejemplo para nuestra América Latina. Para avanzar en los procesos de integración en América Latina, que exigen esos esfuerzos. El esfuerzo de respetar, todos, la democracia; el esfuerzo de profundizarla; el esfuerzo de respetar la diversidad y el esfuerzo de entender que no podemos llegar a antagonismo insuperables.
Y qué buen ejemplo da la Unión Europea cuando también tiene unas metas comunes, como la meta común para luchar contra el terrorismo, para erradicarlo definitivamente. La meta común de garantizar la sostenibilidad energética, que pude ser el reto económico más importante del presente y del futuro.
Este tipo de metas también se convierten en un ejemplo de Europa al mundo y a nuestro subcontinente latinoamericano.
Quiero también agradecer toda la cooperación que recibimos de la Unión Europea. Una cooperación magnífica para nuestra democracia, para nuestro Estado de Derecho, al cual se refería el Embajador (Fernando) Cardeza García (Jefe de la Delegación de la Comisión Europea en Colombia). Una cooperación magnífica para el tema de los desplazados; una cooperación magnifica para el tema de la niñez.
Muchas gracias a la Unión Europea.
Aspiramos poder avanzar en el acuerdo. Ojalá los ministros de la Comunidad Andina, la semana entrante, en Lima, puedan ratificar el acuerdo que se propuso el año pasado en Bolivia, en el sentido de que la Comunidad Andina apruebe que cada uno de sus países es libre para avanzar en el Acuerdo Comercial con Europa.
Tenemos que respetar la diversidad. Y desde Bogotá, quiero hoy hacer este llamado a mis compatriotas y quiero hacer este llamado a los países andinos: cada uno tiene que respetar lo que el otro defina en materia de acuerdos comerciales.
Pero así como en la Comunidad Andina hay países que respetamos que otros países no puedan hacer, por lo pronto, por su manera de pensar, por su orientación política, el Acuerdo Comercial con Europa, también pedimos que estos países permitan que los países que estamos con la voluntad de adelantar ese Acuerdo Comercial con Europa, podamos cerrarlo en el plazo más breve posible.
Hemos el esfuerzo de empezar las negociaciones conjuntamente. Hemos hecho el esfuerzo de adelantar, conjuntamente, etapas de la negociación. Pero ya se va haciendo tarde y el tiempo es precioso para nuestros pueblos, que necesitan oportunidades para superar pobreza.
Si todos los países andinos estamos de acuerdo en negociar el convenio de cooperación, en negociar el convenio de asociación, avancemos en ello y permitamos que los países que quieren ya negociar el Acuerdo Comercial, como Perú y Colombia, lo puedan hacer, respetando Perú y Colombia la decisión de Bolivia y Ecuador, que parecería ser no negociar aún el Acuerdo Comercial.
Ojalá la reunión de ministros, en Lima, la semana entrante, pueda definir esto.
Y confiamos que rápidamente termine nuestro Congreso la ratificación del Convenio de Estocolmo sobre sustancias peligrosas, para que, notificada la Unión Europea de la aprobación en el Congreso, teniendo en cuenta la glosa que presentó la Corte Constitucional, inmediatamente se abran para nuestro país más mercados para más productos, en ese gran continente europeo.
Quiero felicitar a los jóvenes de la Fundación Revel, a los jóvenes del Llano, de Bogotá, de tantas ciudades colombianas, por este ejercicio democrático.
Lo han hecho con sentido de Patria y con sentido universal. Lo han hecho estudiando el caso europeo y lo han hecho pensando en la democracia colombiana.
A todos ellos; a ustedes, apreciados jóvenes, muchas gracias.
Nosotros insistimos en tener una Colombia que construya confianza: confianza para vivir en el país, para trabajar en el país, para estudiar en el país, para invertir en el país.
¿Por qué hemos escogido la palabra confianza como la guía de este Gobierno? Porque por allá en el año 2000 -y hoy recordaba Carlos Salazar algunos episodios de aquella época-, cuando asistía yo a las universidades colombianas, solía preguntar a los jóvenes: ‘¿Muchachos, ustedes en algún momento han tomado la decisión de irse de Colombia?’. La inmensa mayoría levantaba la mano.
Y venía yo con otra pregunta: ‘¿Quiénes de los que han levantado la mano han pensado en irse de Colombia sin tiquete de regreso?’. Y casi todos los que querían irse de Colombia, que eran la mayoría, querían irse de Colombia sin vocación de regresar al país.
En esa experiencia me dije: aquí hay desarraigo, aquí hay rompimiento de las raíces con la Patria, aquí hay desilusión, aquí hay desconfianza. Por eso, nos propusimos hacer de la construcción de confianza el emblema mayor de nuestro Gobierno.
Y eso lo hemos sustentado en tres pilares: seguridad desde la democracia, inversión desde la responsabilidad social, y el tercero, superación de la pobreza y construcción de equidad.
Europa ha sido muy fuerte en construcción de seguridad. Ha sido muy eficaz; ha dado ejemplo. En Europa se acabaron las guerras entre los países, pero, al mismo tiempo, se acrecentó la firmeza para derrotar la criminalidad y el terrorismo internos.
Lo que durante estos 50 años, 58 años de avance del proceso de integración europea hemos visto en paz entre naciones, también lo hemos visto en capacidad europea de eliminar la violencia interna. Tantos países que la tenían y la han superado.
Como la ha superado España. ¡Y cuánto le ha ayudado la pertenencia a la Unión Europea en el proceso de superación de la violencia interna! Como la ha superado Gran Bretaña e Irlanda. ¡Y cuánto ha ayudado su pertenencia a la Unión Europea para superar esa violencia interna!
¡Como la ha superado Italia!, que sufrió, en algún grado semejante a nuestro país, la mafia interna. Y cómo ha logrado superarla, en buena hora estimulada por su pertenencia a la Unión Europea.
Europa, para nosotros, es un modelo de lucha contra el terrorismo desde la democracia.
Cuando muchos interlocutores y contradictores se quejan porque yo denomino terroristas a los grupos violentos, suelo contestar que los llamamos terroristas porque atacan la democracia, porque se financian con drogas, porque ponen minas antipersonales, porque asesinan mujeres embarazadas, niñitos. Y todos los días confirman eso.
Antes de llegar a esta reunión hablaba con el señor general Barrero, Comandante de la Brigada XXIX, y me contaba cómo en los últimos días, en las operaciones militares que adelantamos en Nariño contra el Eln -que tantas veces ha engañado, haciéndose pasar por un grupo insurgente de nobles ideales-, en esas operaciones que adelantamos en Nariño contra el Eln, en estos días nuestros soldados han sufrido enormes mutilaciones por las minas antipersonas plantadas allí por el Eln. Eso es reciente, es de las últimas horas. Por eso los llamamos terroristas.
Y me preguntan: ¿y de dónde surge eso? Y digo: de la misma Europa.
En la Europa de la Unión Europea, en la Europa de estos 58 años de integración, se encuentra un elemento transversal en sus ordenamientos jurídicos: la mayoría de las legislaciones internas de los países europeos señalan como actividad terrorista la violencia o la simple amenaza de uso de violencia, por razones ideológicas, religiosas o políticas.
Y pregunto a los profesores y a los políticos europeos: ¿por qué definen esa violencia como terrorismo? Y dicen: porque tenemos una democracia de tantas libertades, que no podemos permitir que se esgrima el argumento ideológico, el argumento político o el argumento religioso para darle justificación a la violencia.
Europa nos inspira en la necesidad de los procesos de integración; en la necesidad de respetar a las otras naciones, pidiendo que nos respeten a nosotros; en la necesidad de combatir el terrorismo.
Algo muy importante: la integración de los países europeos ha impuesto, también, obligaciones de algunos que sentían que no tenían compromiso con el terrorismo de sus vecinos, para ayudar a sus vecinos en la lucha contra el terrorismo.
Creo que habría sido más difícil esa colaboración en Europa, de no haberse avanzado en los procesos de integración que hoy el mundo entero aplaude.
Europa nos inspira ese pilar de confianza que es la seguridad desde la democracia. Y Europa nos inspira otro pilar de confianza: Europa es un continente de libertad para la empresa privada, pero con la obligación de la responsabilidad social, de la solidaridad, del entendimiento entre empleadores y trabajadores.
Nosotros creemos que el modelo europeo es bien importante mirarlo en esta hora de América Latina. Porque algunos de los países de América Latina corren el riesgo de que se acabe la inversión privada a su interior y eso puede causarle muchas dificultades, mucho desempleo, mucha pobreza a sus poblaciones.
Mejor que avanzar por el camino hostil contra la inversión privada, es avanzar por el camino garantista de Europa, que, además, dice: aquí hay libertad para la inversión, pero obligación de responder por lo social.
Y Europa nos ha dado ejemplo de crear un continente que ha superado la pobreza y ha sido un gran constructor de equidad, de justicia social.
Europa es una clase media próspera; el ideal de cualquier sociedad democrática. Ejemplos para que nosotros sigamos trabajando esos tres pilares: seguridad, inversión, política social.
Muchas gracias, Europa, por darnos ese ejemplo.
Apreciados embajadores: ayúdennos a ver si nuestros ministros logran el Acuerdo la semana entrante en Lima. Que la Unión Europea permita negociar lo comercial solamente con los países andinos que ya están listos para hacerlo y que los países andinos acepten que así como unos no pueden negociar y los otros lo tienen que entender, estos últimos también deben entender a aquellos que necesitan ya cerrar el Acuerdo Comercial.
Muchas felicitaciones a los jóvenes que han practicado el Parlamento Europeo.
Levanten la mano los jóvenes. Volteen a mirar atrás. Allá tienen también otro edificio (el Capitolio Nacional) para que lo vayan mirando y lleguen a él, ya que hicieron la práctica del Parlamento Europeo.
Y ahora miren para acá (Casa de Nariño). Prepárense, también, para que asuman por la vía de la democracia este edificio y le den prosperidad a Colombia.
Europa tuvo un sueño, el de la integración. Nosotros tenemos un sueño, el sueño de la felicidad de las nuevas generaciones de colombianos.
Muchas gracias". |