Bogotá, 14 may (SP). “Quiero agradecer inmensamente al Congreso de la Republica, a sus directivos, a la señora Presidente del Congreso, la convocatoria de este Foro, y felicitarla por la manera valerosa como ha encarado esta situación, advirtiendo lo que le he dicho muchas veces a ella en privado: no se puede confundir la medicina con la enfermedad.
Colombia tiene que estar tranquila. Estamos superando una crisis que se creó por descuido estatal, por crecimiento de la guerrilla, por reacción paramilitar, que encontramos en 2002; la mayoría de los crímenes que se investigan son anteriores a este Gobierno, corresponden a elecciones de 2002 o anteriores, y lo que hemos venido, con la política de Seguridad Democrática y con la Ley de Justicia y Paz, es aplicando una medicina.
Entonces hay que tener firmeza, pero tranquilidad.
Lo que pasa es que muchas veces las medicinas, como dicen los campesinos, producen rebotes, pero hay que estar tranquilo y tomar algunos calmantes. No nos vamos a desesperar, con la Constitución, las Fuerzas Armadas de Colombia y el pueblo, con la ayuda de Dios salimos adelante.
Ustedes han planteado aquí una serie de temas: víctimas de la violencia, desarrollo económico, desarrollo sostenible, relaciones internacionales, estructura productiva, narcotráfico e infraestructura.
Voy a hacer un comentario muy breve sobre cada uno, teniendo en cuenta lo siguiente: Planeación Nacional, dirigida por el antecesor de la doctora Carolina Rentería, el doctor Santiago Montenegro, realizó un bello ejercicio democrático en el país, para construir lo que se llama la Visión Segundo Centenario: Colombia de cara al segundo centenario de la batalla de Independencia, 7 de agosto de 2019.
Allí hay unas metas bien importantes. Eso tendrá una revisión parcial en julio de 2010, al finalizar este Gobierno, cuando estemos en el segundo centenario del grito de la Independencia. Y se ha pedido a todos los departamentos y a las ciudades capitales hacer ese ejercicio para incorporarlo como anexo a la visión nacional Colombia Segundo Centenario.
Ahora, eso tiene que ser un documento dinámico, que se vaya actualizando a medida que avance el debate en el país y a medida que se van conociendo resultados.
Yo no creo que pueda ser una publicación del común y corriente, para dejarla ahí estática, sino un documento con una revisión periódica.
Llevamos el documento original del doctor Santiago Montenegro, después la segunda edición, y yo creo que nos debemos preparar para presentar a finales de este año una tercera edición actualizada con lo que aparezca nuevamente en el debate.
Confianza en Colombia
Lo segundo: nosotros hemos venido buscando que la principal palabra que guié a Colombia, sea la palabra confianza. ¿Qué lo inspiró? En los años 99, 2000, 2001, 2002, en auditorios como éste, yo le preguntaba a los estudiantes: “Muchachos, ¿ustedes han pensado irse de Colombia en algún momento?”. Y la mayoría levantaba la mano. Y decía: “¿Quiénes han pensado irse de Colombia sin tiquete de regreso?”. Y la mayoría levantaba la mano.
Se advertía en los foros universitarios una especie de desapego, de desarraigo, de ruptura con el país. La gente quería irse.
Y en muchas regiones de Colombia los ciudadanos se sentían ajenos o contrarios a las instituciones. No confiaban en las instituciones para que les resolvieran sus problemas, o tenían que contrariar a las instituciones buscando cada quién la solución de sus problemas.
Entonces, en la medida que se recupere la confianza en Colombia, este tipo de problemas se tiene que ir resolviendo.
Por ahí, compartiendo temas de manera muy elemental, nosotros hemos dicho que deberíamos asociar a Colombia a una figura parecida a una casita, en cuyo techo está la palabra confianza, y que se soporte en tres pilares: seguridad desde la democracia, inversión desde la responsabilidad social y cohesión social desde las libertades.
Esto tiene relaciones verticales y relaciones horizontales. En la medida que los tres pilares avancen, producen una acción determinante en favor de la confianza. Y si hay más confianza, entonces la confianza tiene que incidir en el fortalecimiento de los tres pilares.
Y a su turno, están profundamente relacionados horizontalmente. Si hay seguridad se da un presupuesto necesario para que haya inversión; y si hay inversión con responsabilidad social, el país puede avanzar en el tema de construcción de cohesión social.
En el avance en construcción de cohesión social, cuyas metas están claramente definidas en la Visión 2019 y en el Plan de Desarrollo de 2010, el avance en cohesión social tiene que ser el gran legitimador, el gran legitimador de la inversión y de la seguridad.
Entonces, entremos, para no seguir profundizando en este tema, en los temas a los cuales nos han, nos han convocado.
Víctimas de la violencia
Por lo menos ya la gente reclama sus derechos, por lo menos el concepto de víctimas dejó de ser un discurso exclusivo de unos pocos y pasó a ser un reclamo del sentimiento nacional.
Diría yo que es una gran ganancia, y diría yo que es la prueba categórica de que se ha superado violencia, y han superado temor. Cuando las víctimas están dominadas por el temor, no tienen confianza en las instituciones, las víctimas manejan su dolor casi que clandestinamente, no se atreven a reclamar.
Yo diría que la circunstancia de que en Colombia tengamos hoy ese sentimiento general en favor de las víctimas, es una prueba de que se ha ganado confianza en nuestras instituciones y de que se ha perdido temor.
Nosotros tenemos varios mecanismos para resarcir a las víctimas. El primero es no olvidar las víctimas potenciales. Hay víctimas presentes y víctimas potenciales.
Las víctimas potenciales las salvamos en la medida que derrotemos la violencia.
Y ese es un tema fundamentalmente de autoridad. La paz, en concepto nuestro en este Gobierno, no surge de un dialogo con debilidad sino de una política de seguridad con firmeza.
El dialogo es el conducto entre la política de seguridad y la paz, pero si no hay ese antecedente que es la política de seguridad, el dialogo no produce la paz.
Entonces, para evitar que este país siga afectando a la comunidad con la violencia como ha ocurrido -no podemos ignorar que el 50 por ciento de las familias en Colombia han sido víctimas de esta violencia- necesitamos continuar con una política muy firme en materia de seguridad.
Para las víctimas actuales, hablemos de la reparación pecuniaria y de la reparación moral.
Para la reparación pecuniaria hay tres elementos: primer elemento, la obligación de la Ley de Justicia y Paz de que aquellos que quieran obtener su beneficio, que es una sentencia reducida, entreguen su riqueza para reparar a las víctimas.
El Gobierno se queja de que la entrega de riqueza no ha avanzado suficientemente. Y la apreciación que ha hecho el Gobierno de esa materia es una de las razones para haber tomado recientes decisiones en materia de extradición.
Segundo elemento: continúa la aplicación de la Ley de Extinción de Dominio. El Gobierno siempre ha entendido que aquella obligación que se deriva de la Ley de Justicia y Paz, que es entregar la riqueza para reparar a las víctimas, no se excluye con la aplicación de la Ley de Extinción de Dominio.
Por iniciativa del Ministro (del Interior y Justicia) Fernando Londoño, antecesor muy ilustre del Ministro Carlos Holguín, este Congreso tramitó la Ley que reformó la extinción de dominio. La hizo más expedita, más ágil.
Hoy, por ejemplo, se están haciendo unas incautaciones de gran importancia en todo el país.
Hay que avanzar en la extinción de dominio
Quiero hacer desde este foro del Congreso un gran llamamiento a la Policía Nacional, a la Policía Judicial, a los fiscales de la Patria, para que avancemos en la extinción de dominio.
Y quiero hacer una conminación de nuevo a los testaferros, para que después de las decisiones recientes, los testaferros entiendan que tienen que acudir a la Fiscalía a facilitar, devolver al Estado para reparar a las víctimas, aquellos bienes que figuran de su propiedad, pero que fueron ilícitamente adquiridos por criminales.
Alguien me ha preguntado: “¿Y cómo se relacionan la Ley de Extinción de Dominio y la Ley de Justicia y Paz?”. Yo creo, simplificando, pero por una vía que simplifica y trata de acercar, que se relacionan de la siguiente manera apreciados compatriotas: si hay una persona en la Ley de Justicia y Paz, no ha entregado los bienes, y llega la Ley de Extinción de Dominio y le incauta esos bienes y avanza hacía una sentencia de extinción, la persona puede decir: ‘Voy a cumplir con mi obligación en la Ley de Justicia y Paz, no presento oposición a la Ley de Extinción de Dominio, acepto que esos bienes son míos, que los debo entregar para reparar a las víctimas’, y entonces se evita la parte litigiosa en la Ley de Extinción, y se puede hacer el traslado de esos bienes detectados en la aplicación de la Ley de Extinción, se puede hacer el traslado al Fondo de Reparación de Víctimas.
Eso nos ayudaría mucho, porque ustedes saben que la Ley de Extinción de Dominio, después de la medida cautelar de la incautación, exige un proceso litigioso que toma tiempo, no obstante la agilidad que se introdujo con la reforma aprobada por el Congreso en 2002.
El otro escenario. La persona a quien se le incautan esos bienes se opone, y se prueba que si son de él, que los adquirió ilícitamente o que los tiene que aportar para reparar a las víctimas, en ese momento la persona no cumple con una de las condiciones de la Ley de Justicia y Paz, que es entregar sus bienes para reparar a las víctimas, y por tanto debe ser excluida la persona de los beneficios de la Ley de Justicia y Paz, y contra el patrimonio, por ser ilícito, debe continuar la acción de la Ley de Extinción de Dominio.
Aquí llevamos dos caminos.
Uno tercero. El Gobierno Nacional en los últimos seis meses, estudió un mecanismo para poder indemnizar a las víctimas desde el punto de vista pecuniario por vía administrativa, a través de una conciliación administrativa.
Después de haber discutido ampliamente el decreto, con el liderazgo del Ministro Holguín, fue expedido hace dos semanas, consultado con organismos internacionales, nacionales. Yo creo que tuvo un proceso de concertación bastante exhaustivo.
Estimamos que eso le puede costar al presupuesto siete billones (de pesos), para que tengamos en cuenta la magnitud.
Y creo que es un gran paso. Expertos en la materia dicen que es el mejor instrumento de reparación administrativa de víctimas que se ha dado, en lo que se conoce. Por ejemplo lo han comparado con casos de África, con casos de Centroamérica, etcétera, y el nuestro ha salido bien calificado.
Yo creo que todavía no se conoce suficientemente, porque se expidió el Decreto, empezará a conocerse a medida que se acuda entre el Estado y las víctimas a pactar, en virtud de ese decreto, la indemnización administrativa, y por ende a sellar la conciliación ante el juez competente.
El acuerdo con Estados Unidos
Y viene el tema de los Estados Unidos. Los extraditamos.
El acuerdo que se ha hecho con los Estados Unidos, es que los bienes que los extraditados entreguen, en virtud de acuerdos con los jueces de los Estados Unidos, en su totalidad, en su totalidad, se dediquen a reparar a las víctimas colombianas.
Creo que ese es un paso muy importante, porque una de las quejas que se sentía en el país era, cuando nos informaban de anteriores acuerdos en los Estados Unidos, entre jueces de ese país y narcotraficantes colombianos extraditados allí, era que ellos obtenían una rebaja de penas por entregar bienes, pero no se tenía la certeza de que esos bienes beneficiarán al Estado colombiano para reparar víctimas.
En esta ocasión eso ha quedado expresamente acordado con los Estados Unidos. Yo creo que es un buen paso.
Y viene entonces el tema de la reparación moral. Se puede hacer aquí o desde allá, lo que se necesita es que se tenga voluntad para hacerlo, que es una condición de la Ley de Justicia y Paz.
Esta mañana proponían un punto jurídico bien importante. Algún compatriota me preguntaba: ‘bueno, pero es que allá los van a juzgar por narcotráfico, y aquí tienen unos delitos de lesa humanidad distintos al narcotráfico’.
Los juristas nos han dicho: ‘es posible que allá los juzguen por narcotráfico y delitos de lesa humanidad conexos, pero se debe respetar entonces la acción que ha incubado el Estado colombiano que está en la Ley de Justicia y Paz, si la cumplen, o que puede trasladarse, para ser continuada esa acción de acuerdo con la ley ordinaria, que es lo previsto para aquellos que no cumplan con la Ley de Justicia y Paz’.
¿Qué creemos nosotros que ocurre? Lo siguiente: se adelanta el proceso en los Estados Unidos por narcotráfico y aquí por los otros delitos. Pagan la pena en los Estados Unidos y quedará pendiente el saldo de la pena en Colombia, que puede ser, o el saldo de la pena de Justicia y Paz -que de acuerdo con la Ley sería un máximo de ocho años de cárcel en Colombia, si cumplen todos los requisitos de la Ley de Justicia y Paz- o el saldo de la pena derivada de la imposición de una sentencia, en virtud de la legislación ordinaria, que es mucho más extensa, dada la gravedad de los delitos.
Hay un tema muy relacionado con las víctimas, que es el tema de la verdad. Primero, es importante decir, este es el primer proceso que exige verdad. En Colombia nunca se exigió verdad, ni se exigió reparación.
Además, sería por las circunstancias históricas, no se llevó a la cárcel a los responsables de delitos atroces, simplemente se les perdonó, y pudieron pasar de cometer delitos atroces a aspirar a la Presidencia de la República, a estar en el Congreso, etcétera.
Nosotros pensamos, primero, que ha habido mucho tiempo en Colombia para que digan la verdad. Pudieron decir la verdad en todos estos meses.
Segundo, que los que se han ido son muy poquitos, porque hay tres mil, más de tres mil que están hoy en la Ley de Justicia y paz. Los que están aquí, deben decir la verdad, y los que se fueron para allá, si quieren seguir en la Ley de Justicia y Paz, tienen que decir la verdad, y habrá manera de buscarla. ¿Cómo? Tenemos los acuerdos ordinarios de cooperación judicial con los Estados Unidos, en este momento vigorizados por un acuerdo jurídico-político en virtud de las recientes decisiones, para que el Estado y el pueblo colombiano tenga acceso al proceso de los Estados Unido, a fin de obtener pruebas o de utilizar las pruebas que los jueces de loe Estados Unidos obtengan.
Yo creo que estos casos es menos difícil la verdad allá, porque aquí empezaba a haber un fenómeno enrarecido, una especie de alianza de legales y de ilegales, calculando a ver qué decían y a ver cómo utilizaban la noble figura de la tutela para evitar la extradición.
Ahora, esto tiene que servir de antecedente para futuros procesos de paz, y tiene que llamar la atención para completar los del pasado.
Procesos de paz más estrictos
Yo creo que los futuros procesos de paz con las guerrillas no pueden ser menos estrictos que este proceso, y para eso se tiene que preparar el país.
Y eso sí que es visión. Como puede empezar mañana un proceso de paz con la guerrilla, puede que no empiece sino dentro de unos años, o puede ser una cosa de mediano plazo o de largo plazo. Pero, yo creo, nosotros hemos querido ser totalmente cuidadosos con este proceso y además rigurosos, por dos razones: una de mis aspiraciones cuando salga de la Presidencia de la República es poder mirar a los ojos a mis compatriotas, con la conciencia tranquila de haber perseguido todas las expresiones del delito con toda la fuerza.
Y lo segundo, sentar un precedente para que en el futuro no vengan aquí con indulgencias frente a las guerrillas, que además son los creadores del paramilitarismo.
El paramilitarismo nació en Colombia por las guerrillas y por descuido del Estado.
Es más difícil con las Farc y con el Eln un proceso estricto, que un proceso indulgente. Y para eso se tiene que preparar el país.
Además, un proceso con indulgencia no es garantía de paz, un proceso estricto sí es garantía, porque definitivamente el delincuente no se resocializa con la indulgencia, sino con el rigor de la autoridad.
Si queremos resocializar delincuentes, el Estado colombiano tiene que mostrar todo el rigor. Y es una de las señales que hemos querido dar con las decisiones recientes. Eso en cuanto al futuro.
En cuanto a lo que falta de procesos de paz anteriores, pensamos que las decisiones tomadas deben hacernos reflexionar sobre lo siguiente: en el pasado no se exigió reparación, no se dio reparación, al contrario, lo que se hizo fue entregarle fabulosas sumas de dinero a los grupos que se desmovilizaron.
El país no sabe qué paso con esas fabulosas sumas de dinero. Es importante una rendición de cuentas.
Segundo: muchos colombianos tenemos derecho a preguntar, ¿por qué no repararon las víctimas y sí fueron indemnizados por el Estado? No repararon las víctimas y ahora reclaman por las víctimas.
Yo creo que es importante que ya que no repararon pecuniariamente a las víctimas, ni se les exigió, por lo menos las reparen moralmente. Al menos, para que tengan la autoridad de reclamar hoy en favor de la reparación de las víctimas.
Y que digan la verdad de lo que hicieron, porque ahora algunos de ellos son muy celosos en exigir la verdad, pero nunca dieron ejemplo. El país les perdonó todo, sin exigirles que dijeran la verdad.
¿Cuál es el efecto práctico de pedirles esto? Que por lo menos contribuyan a la memoria histórica, para que los colombianos conozcamos -especialmente las nuevas generaciones- todo lo que pasó en el país, esa tragedia que estamos tratando superar y para lo cual no ahorramos riesgos, ni para lo cual no ahorramos decisión que haya que tomar.
Me preocupa sí, que las víctimas -y con eso cierro este capítulo- se dejen engañar de algunos representantes suyos, que se han aliado en la práctica con delincuentes para evitar la extradición.
La extradición es una figura de orden público de la mayor importancia, derivada directamente de la Constitución, y no creo que la noble institución de la tutela se pueda utilizar para afectarla.
Y me parece gravísima esa alianza entre representantes supuestos de las víctimas o representantes reales de las víctimas, en la práctica, que coinciden con sectores ilegales, para estimular por vía de tutela el desmedro de la extradición.
Desarrollo económico
Tema desarrollo económico, que es el segundo tema. Para nosotros lo fundamental es confianza inversionistay tasa de inversión, y sostener esto en el largo plazo.
Yo creo que se han dado unas medidas muy importantes.
Primero, es lo implícitamente ha reiterado Colombia. Mientras hay una tendencia de nuevo estatismo de revivir monopolios estatales en el continente y al mismo tiempo de hostilidad hacia la inversión privada, Colombia, a nuestro juicio, debe hacer todo lo contrario.
No desmantelar el Estado, pero no empeñarse en monopolios estatales y en una política de hostilidad a la inversión privada.
Cuando el continente aparecía abierto a la inversión privada, los nuevos desarrollos políticos indican que hay un germen de hostilidad de inmensa peligrosidad. Y Colombia debe amojonarse frente a esas tendencias y decir claramente que no las comparte.
Algunos me dicen: ¿entonces nos vamos a quedar solos? De pronto corremos el riesgo de ser la excepción, con unos pocos. Pero la pregunta no va a ser: ¿están dentro de la excepción o dentro de la regla? La pregunta va a ser: ¿van por buen o por mal camino? Yo creo que es la pregunta que nos tenemos que preparar los colombianos para formular.
Inversión con responsabilidad social
Nosotros creemos que la condición que tiene que tener esa inversión es la condición de su responsabilidad social. Y esa responsabilidad social la orientamos básicamente en tres áreas.
Primero, transparencia. Transparencia entre la inversión y el Estado, transparencia en la tributación, en la asignación de contratos, en la solución de disputas, etc.
Segundo, responsabilidad de los inversionistas con las comunidades, especialmente en temas del medio ambiente.
Y para eso se tiene que preparar el país. Creo que el ejercicio que estamos en la Jagua de Ibérico puede dar una señal de largo plazo. Allí ha habido protestas de la comunidad, razonables, por problemas ambientales derivados de la explotación de carbón.
El Gobierno no ha adoptado ninguno de los extremos que se conocieron en América Latina. En virtud de un extremo, se silenciaba la protesta social. Y en virtud del otro extremo, se adoptaba una posición populista, de hostilidad, con los inversionistas.
Nosotros hemos dicho: ni lo uno ni lo otro. Respetamos la propuesta social y vamos a buscar soluciones con los inversionistas, sin hostilidad.
Creo que el país se tiene que preparar para manejar permanentemente una política de forzar el entendimiento entre comunidades e inversionistas.
Los ejercicios que hicimos en la Jagua el año pasado, tres consejos comunitarios, nos enseñaron mucho.
En la plaza pública, inversionistas, Gobierno, comunidad, buscando acuerdos que permitieran la presencia de los inversionistas y el desarrollo de las inversiones, y al mismo tiempo acuerdos satisfactorios para la comunidad, que reflejen la responsabilidad solidaria de los inversionistas con la comunidad, especialmente en materia ambiental.
Y el tercer tema es el tema de las relaciones laborales. Nosotros creemos que Colombia debe pensarse más como un país de emprendimiento, que como un país de subalternos laborales. Eso implica hacer un gran esfuerzo para apoyar el emprendimiento, la pequeña, la mediana empresa, la gran empresa desconcentrada, etc.
Las relaciones laborales, en nuestro concepto, tienen que orientarse más todos los días para que no sean de capitalismo salvaje, tampoco de odio de clases, para que sean fraternas.
El primero de mayo nos dio muchas luces, porque miramos casos como el que se viene presentando en Paz del Río, como el que se viene presentando en algunas electrificadoras, casos de algunas empresas privadas, donde empezamos a tener desarrollo de sindicalismo de participación y de empresarios más solidarios.
Y es muy importante mirar el tema no solamente a la luz de la teoría sino a la luz de los casos prácticos.
El caso de Paz de Río es digno de estudiarlo, porque puede dar muy buenas luces para el futuro del país en esta materia.
Casos como la Compañía de Empaques, como el de algunas electrificadoras, como los que empiezan a ocurrir en algunos hospitales.
Nosotros creemos, en esa materia, que se necesita más solidaridad de los empresarios y responsabilidad empresarial de los trabajadores. Ese es el punto de equilibrio.
El empresario no puede pensar solamente en la competitividad, en la productividad de la empresa, sino en su sostenibilidad social. Y el trabajador no puede pensar solamente en sus reivindicaciones, sino también en su responsabilidad con la sostenibilidad de la empresa.
Confío que se pueda dar en los meses que vienen otra solución que dé un buen ejemplo, que es con el caso Grajales del Valle del Cauca. Y que eso pueda quedar de propiedad de trabajadores y un inversionista estratégico.
Que logremos ese equilibrio de solidaridad y responsabilidad empresarial. Solidaridad de empresarios y responsabilidad social de trabajadores.
Proyecto de ley sobre cooperativas de trabajo asociado
El sindicalismo de participación es una necesidad en el país. Ahora que el Congreso está estudiando, está para último debate en el Senado la ley que les impone obligaciones a las cooperativas de trabajo asociado, y que nosotros esperamos que esa ley, que necesitamos para tener en el país condiciones más equitativas en lo laboral, que necesitamos para cumplir con la Organización Internacional de Trabajo, que necesitamos para efecto de los tratados internacionales, que esa ley quede aprobada en los próximos días.
No anula las cooperativas de trabajo asociado, pero impide que las cooperativas deformen su naturaleza y operen como intermediarios laborales para maltratar derechos de trabajadores.
Contratos sindicales
Creemos en un punto fundamental relacionado con éste: las empresas deben buscar la tercerización o el ‘outsourcing’, a que se refieren los anglicistas, contratando con las propias organizaciones de trabajadores.
Colombia tiene consagrado en su legislación, desde hace muchos años, el contrato sindical, pero era letra muerta.
Ojalá los casos que están surgiendo y la reforma que se está haciendo con la cooperativas de trabajo asociado, le de gran desarrollo al contrato sindical, que es una manera fraterna de estimular relaciones de trabajo, una manera de impulsar responsabilidad empresarial de los trabajadores y responsabilidad solidaria de los empresarios. Y que es una manera de tercerizar para ser más competitivo, pero con solidaridad.
Tasa de inversión
El tema del desarrollo sostenible. Lo voy a llevar solamente al tema de los biocombustibles.
Pero para terminar el capítulo anterior, lo que nos ha ayudado el Congreso en reforma del Estado: 420 entidades reformadas, las que hay que seguir reformando, en incentivos tributarios.
Aquí no llegamos al extremo. Hicimos una cosa tributaria muy diferente a la que nos habían propuesto. Nos habían propuesto: o subir todos los impuestos o bajar todos los impuestos.
Aquí lo que hicimos fue introducir incentivos para la inversión. Creo que eso va ayudar mucho. No hemos logrado simplificar la tributación, pero sí tener una tributación muy competitiva en materia de incentivos para atraer inversión.
Eso, más las zonas francas, más los acuerdos de estabilidad, todo lo cual ha pasado por el Congreso de la República, más las reforma de la administración pública, la reforma de Ecopetrol, de Telecom, Clínicas de Seguro, etc., todo lo cual le ha ahorrado al Estado 6 puntos del PIB, todo eso ayuda a crear condiciones de inversión.
Hemos visto que la tasa de inversión ha pasado de 12 – 14 al 28. Nuestro afán es más por la tasa de inversión sostenida en el largo plazo, que por crecimientos excepcionales y de corta duración
Y cuando se invita aquí a pensar en el largo plazo, una contribución muy elemental que quiero hacer es pensar en la tasa de inversión en función del largo plazo.
El ejemplo chino. Se ha demostrado que con una tasa de inversión alta en el largo plazo, se reivindica a la gente. Pero que se necesita el largo plazo para poder reivindicarlos a todos.
Llevan 20 años con una tasa de interés alta y han logrado reivindicar a 400 millones de chinos, pero les falta por reivindicar a 800 millones.
La tasa de inversión es un componente fundamental de política económica y de política social.
Desarrollo sostenible y biocombustibles
Nuestra contribución más importante el desarrollo sostenible puede ser la política de biocombustibles.
Colombia tiene condiciones para no afectar la selva y para no afectar la seguridad alimentaria. Las dos grandes preocupaciones que expresan quienes se oponen a los biocombustibles, son esas: la destrucción del bosque remanente en el planeta y la afectación o limitación de las áreas dedicadas a la seguridad alimentaria.
El país tiene un millón 160 mil kilómetros cuadrados, de los cuales 578 mil están todavía en selva. Cuando ustedes suman la extensión de los departamentos del Oriente colombiano, encuentran que allí hay 630 – 640 mil kilómetros. Dos cuales 460 mil están en selva. Empezando por 110 mil del Amazonas. Lo otro está en sabanas.
Nosotros estamos en el plan de que el país no destruya la selva, que no se le cambie el uso del suelo a la selva. Por eso la política de Familias Guardabosques, para vincular como guardabosques a familias campesinas que estaban en el problema de la droga. Llevamos 66 mil. Pero necesitaríamos muchas más.
El país puede, con 43 millones de hectáreas que tiene en sabanas, adelantar una gran política de biocombustibles, sin tumbar la selva y sin afectar la seguridad alimentaria.
Nosotros apenas tenemos 23 millones de de cabezas de ganado y 5 millones de hectáreas de agricultura. Entonces todo lo que es la oferta alimenticia tiene un amplio espacio de crecimiento y no va a competir con el espacio que se le dedique a la producción de biocombustibles.
Hay muchos países en el mundo que destruyeron la selva o que, para crecer la frontera agrícola, tienen que destruir selva. Colombia no. Entonces Colombia esta hoy exenta de lo que serían las objeciones a la política de de biocombustibles.
Uno revisa Europa. Allí para producir biocombustibles tienen que afectar áreas dedicadas a la producción de alimentos. Nosotros no. Estados Unidos tiene copada la frontera agrícola. Si quiere dedicar maíz a la producción de etanol, entonces lo que tienen que hacer es dejar de producir maíz para concentrados o para consumo humano directo. Tienen que sustituir. Nosotros no.
En muchos países de América Latina tienen agotada la frontera agrícola o tienen que entrar a afectar la selva. Nosotros no. Nosotros allí tenemos una posición privilegiada.
Una de las decisiones que han tomado los Ministerios de Agricultura y de Minas, es exigirles a todos los proyectos de biocombustibles en Colombia tener una certificación de validadores internacionales, en el sentido de que no están afectando la selva y no están afectando la seguridad alimentaria.
Relaciones internacionales
En relaciones internacionales el momento es difícil. Hablemos de las relaciones internacionales políticas y económicas.
Hay que tener paciencia. Es preferible ponernos colorados un rato, que quedarnos toda la vida descoloridos, por temor a las Farc. Lo que ha pasado hace parte de la medicina. Y el país en eso tiene que ser constructivo, pero firme.
Nosotros no nos podemos poner, por reglas de cortesía, a ignorar la presencia de las Farc en otras partes. Esta es una democracia respetable, que es respetuosa de lo que cada país piensa, pero pide que se respete el derecho de los colombianos a vivir libres de terrorismo.
Esta política nos ha causado tensiones. Pero era que el otro fenómeno que ocurría, nos causaba riesgos.
Es preferible tener que pasar por una medicina de tensiones, que estar toda la vida expuestos a los inmensos riesgos de un terrorismo refugiado y disparando desde afuera.
Hay que buscar, con claridad en esta materia, avanzar en los procesos de integración. Sería más fácil, en el corto plazo, hacerlo omitiendo esta materia. Pero para el largo plazo es más seguro exigir que esta materia sea tenida en cuenta.
Ustedes saben los esfuerzos que está haciendo el país en materia de integración a través de acuerdos entre grupos de países o acuerdos exclusivamente bilaterales.
Creo que Colombia, con miras al mediano y al largo plazo, debe entender que esos acuerdos no son imperativos ideológicos sino pragmáticos. Dada la oferta presente y futura de lo que podemos exportar y la necesidad de inversión, esos acuerdos son imprescindibles.
Pienso que en el corto plazo son más benéficos por la inversión que atraigan, que por las mayores exportaciones que nos posibiliten.
Aspecto social de los acuerdos de comercio
Y algún elemento para el futuro –y creo que desde ya va a ayudar a quitarle carga ideológica a la negociación de acuerdos de comercio–, es la inclusión en esos acuerdos de los capítulos sociales.
En el país deberíamos hacer una pedagogía demostrando que los acuerdos de comercio, hoy son otra garantía para los trabajadores.
Globalización sin responsabilidad social, no habrá. Ningún país en el mundo está hoy dispuesto a aceptar procesos de integración económica sin responsabilidad social.
Nosotros le asignamos toda la importancia a los capítulos sociales en los acuerdos de comercio. Y eso puede ser lo que definitivamente le abra campo a algo que necesita Colombia: tener abundante mercado.
Los chilenos, sumados sus acuerdos de comercio, tienen tres mil millones de habitantes del mundo que son consumidores de sus productos. Nosotros muy poquitos.
Cuando Chile pierde un mercado no se trasnocha. Nosotros no podemos perder un solo mercado de los pocos que tenemos.
Estructura productiva
Estructura productiva. Una cosa es recuperar la utilización de una estructura productiva, como ha hecho Argentina, y otra cosa es construir una estructura productiva.
Nosotros estamos en una fase de construcción de estructura productiva, que está siendo apuntalada por la confianza inversionista, que hay que mantener. Y eso se demora mucho.
Algo que me preocupa a mí es el cortoplacismo de algunos.
A mí me preguntan: si tuvimos crecimientos económicos del 7 y medio el año pasado, y del 6,8 en el antepasado, ¿por qué no hemos eliminado la pobreza?
Estos procesos necesitan tiempo, como lo ha demostrado China. Han servido allá para reivindicar a 400 millones de habitantes, pero les falta reivindicar a 1.200 millones de habitantes.
Revolución Educativa
Pensamos que hay dos canastas productivas: la que ya está visionada y la que debe descubrirse. Para que la que ya está visionada sea totalmente competitiva, hay que trabajar sobre el factor líder de nuestro tercer pilar, que es la educación.
Una Revolución Educativa inagotable, que creo que empieza a tener puntos muy importantes, que es la educación por fases, y la integración de la educación secundaria con la educación vocacional o técnica. Y de está con la educación universitaria, como ya se ha avanzado bastante en el país en los últimos años.
Un proceso sostenido de Revolución Educativa, en permanente dinámica, es lo único que nos puede llevar a tener una infraestructura productiva constantemente actualizada.
El tema del narcotráfico
El tema del narcotráfico. Este es el sexto. Son siete temas que han propuesto.
El país debe persistir en la batalla. Creo que hemos avanzado bastante. Nosotros hemos introducido unos elementos bien importantes, como la erradicación manual. Eso es muy bien recibido en la base de esas regiones.
El primer año de nuestro proyecto de erradicación manual erradicamos 32 mil hectáreas. En el segundo, 43 mil. En el tercero, 67 mil. Este año debemos erradicar 100 mil hectáreas.
Pienso que en la medida en que avancemos, habrá una transición de fumigación a erradicación manual.
Y pensar en alternativas como los guardabosques para proteger la selva.
Dosis personal
Me preocupa enormemente es el tema del consumo. Vamos a tener en los próximos días una nueva encuesta de consumo.
Y me preocupa que no hayamos podido aprobar la reforma que permita sancionar la dosis personal, un gran reclamo de la base popular de la Nación.
Una vez me preguntaba Moreno de Caro a mí: ‘Es que yo a usted no lo puedo apoyar políticamente, porque yo no soy del estrato 6’.
Y le dije: ‘¿Pero usted me ha visto a mí con amigos del estrato seis?
Tal vez los que haya en el Gobierno. Yo paso los fines de semanas, todos, es con los estratos unos, dos, y tres.
Allá sus compatriotas de los estratos populares tienen una queja profunda por la permisividad del país en consumo.
Allí en Bosa le dicen a uno: ‘Vea, Presidente, aquí en este parque de los naranjos salen los niños a jugar, y rápidamente los enganchan a distribuir cocaína, a distribuir marihuana. Y el niño que iba a jugar, termina enrolado con delincuentes’.
La relación de causa–efecto entre la permisividad con el consumo y la criminalidad en Colombia, es muy grande.
Y en la Comisión Primera del Senado de la República no hemos podido tener una mayoría para aprobar esto.
Yo urjo al Congreso a que demos este paso. Los científicos han demostrado que funcionan más los programas de prevención y de rehabilitación acompañados con la sanción, que en un escenario de permisividad.
Y no hay derecho a que mientras aquí hay soldados mutilados porque están cuidando erradicadores de droga y los sorprende una mina antipersonal, no hay derecho a que cuando mueren tantos colombianos en la lucha contra la droga, que cuando hay que extraditar a tanta gente por el narcotráfico, se permitan entonces reuniones sociales con dosis personal de droga, en virtud de una interpretación errónea de libre desarrollo de la personalidad.
Creo que esos desafíos de la ‘social-bacanería’ hay que enfrentarlos radicalmente. Es preferible, hacia el largo plazo, dar estas batallas ahora, que seguir en la permisividad, alimentando la esperanza de que venga la legalización.
Eso es muy grave. Ser permisivos con la esperanza recóndita de que venga la legalización, es preferible que el país siga una batalla que es ejemplar en el mundo.
Infraestructura
Finalmente, el tema de infraestructura. Ahí tenemos un gran atraso, por condiciones naturales, fiscales, etc. Las naturales, y después las confesiones de nuestros errores y dificultades.
Ustedes recorren América Latina. No encuentran centros productivos como en Colombia, a esta distancia del mar. Uno revisa los países centroamericanos: todos los centros productivos están prácticamente en la playa. Vámonos de aquí para el sur.
Bolivia, por ejemplo, tiene una hidrovía allá en Santa Cruz, magnífica, a pesar de ser un país sin costa. Y de la frontera boliviana con Chile y Perú al mar hay 100 kilómetros.
Esta ciudad está a casi mil kilómetros de Santa Marta y a 580 kilómetros de Buenaventura, con unos obstáculos topográficos inmensos.
Qué decir de Medellín.
Cali, muy cerca de Buenaventura, aparentemente, 140 y pico de kilómetros, pero con una topografía y geología muy difíciles.
Nosotros tenemos muy serias dificultades.
Hemos tenido dos problemas. El problema de la ubicación de los centros productivos en la Región Andina, y el problema de indiferencia para dotar de infraestructura a los sectores costaneros. Hay que superarlos.
El Gobierno nuestro empezó con mucho temor por el endeudamiento, por el déficit fiscal. No creíamos poder emprender obras importantes.
Segundo: encontramos una ingeniería muy quebrada, sin maquinaria. El tiempo que toma la ingeniería para dotarse es largo.
Tercero: encontramos ideas, mas no proyectos.
Y mucho miedo nuestro en lo fiscal. Ya nos vamos desatrancando. Vamos a cumplir el Plan 2.500, que pavimenta 3.300 kilómetros de carretera.
Todo el mundo lo crítica. Yo voy a un Congreso de la Andi y me dicen: ‘Cómo les está haciendo vía a los municipios, si lo que necesitamos son las grandes autopistas de competitividad’.
Entonces, les digo: bueno, tienen razón. ‘¿Pero cómo llegamos nosotros a los municipios solamente con soldados? En este país el desplazamiento no sólo se da por violencia. El desplazamiento se da por falta de servicios públicos, vías de comunicación, etcétera’.
Renovación urbana
Creo que hay que pensar un aspecto para el futuro del país: evitar estas macrociudades. Sería muy grave que Bogotá, con esta sabana tan bella, tan fértil, tan productiva, de calidad de vida, se convirtiera en un Sao Paulo o en una Ciudad de México.
Qué tal aquí un desorden urbano entre Girardot y Sogamoso, pasando por Bogotá.
El país ha tenido una condición estructural de muchas ciudades y de muchas ciudades intermedias y de muchos municipios. El crecimiento equilibrado es bien importante.
Nosotros deberíamos orientar incentivos en materia de asignación de subsidios de vivienda hacia las ciudades intermedias y hacia los pequeños municipios, y forzar estas ciudades.
Hemos hablado varias veces con el Alcalde, que en lugar de estas expandiendo su perímetro urbano, con el costo que eso implica en construcción y en sostenimiento de infraestructura, forzar estas ciudades a que hagan renovación urbana.
Compren, hagan demoliciones, a nivel de superficie mejoren espacio público y construyan en altura. Y los instrumentos tributarios los creó este Congreso.
Hoy el colombiano que aporte su casa a una renovación urbana, los ingresos, la utilidad que obtenga de esa renovación urbana, eso implica un ingreso exento, de acuerdo con la reforma tributaria, que ustedes aprobaron, honorables congresistas.
Entonces a uno lo cuestionan en los gremios. Y al otro día llega a una reunión de alcaldes. Y los únicos contratos del Plan 2.500 que mencionan, son los 20 contratos que van mal, de 150. Los que van bien, eso no es noticia. Y está bien.
Y enseguida viene el regaño. Porque en Los Curos, Málaga, no se están pavimentando sino 40 kilómetros, y faltan 80.
Entonces el primer día lo regañaron a uno por invertirles a los municipios. Y el segundo día, por no hacer lo suficiente en los municipios.
Y todo mundo tiene razón en esos regaños. En un país donde falta de todo, todos los reclamos son justos.
Decisiones en infraestructura
Nosotros tomamos decisiones.
Primero, terminar en esta materia el Plan 2.500.
Segundo, ayudarles con un crédito a los departamentos y a los grandes municipios para vías municipales. El Ministro de Hacienda tiene definido ya un mecanismo para el primer billón, pero ellos van a tener que asumir esa responsabilidad.
Tercero, tenemos unos compromisos excepcionales, por ejemplo, con el Fondo de la Paz para el sur del Tolima.
Cuarto, unos compromisos con partidas que se les deben entregar a los alcaldes para el sostenimiento de las vías municipales.
Quinto, nos toca hacer un gran esfuerzo en mejorar los corredores viales del país, para no hablar ahora de aeropuertos, puertos, etcétera. Y un gran esfuerzo con las dobles calzadas.
Nosotros vamos a dejar obras contratadas, que van a tomar largo plazo para ser ejecutadas, como la doble calzada Bogotá – Buenaventura.
Con el Túnel de Línea, que ojalá lo llamáramos el Túnel del Segundo Centenario.
Avanza bastante bien la doble calzada Bogotá – Sogamoso.
Se va a abrir la licitación para mejorar la carretera de Sogamoso a Yopal.
Confiamos que una vez termine el Banco Mundial la estructuración de la doble calzada Bogotá – Santa Marta, podamos abrir la licitación.
Otro de los problemas que encontramos es que todas estas concesiones estaban en pleito. Apenas hace unos pocos meses terminó el pleito de Commsa, que llevaba 10 años en Colombia.
Todas estaban en pleito. La Vía al Llano en pleito, Commsa en pleito, en Boyacá no había posibilidades sino de un tercer carril y no de doble calzada.
Por donde uno volteara en el país, todas estaban en pleito.
Y hay una serie de dobles calzadas hoy asignadas, adjudicadas, y otras en proyecto, de gran importancia.
Adjudicada, toda la carretera de Rumichaca – Pasto – Chachaguí.
Área Metropolitana de Bucaramanga, con alcance progresivo a Barrancabermeja.
La Córdoba– Sucre.
La doble calzada Barranquilla – Cartagena, que le daría también mayor utilización al Aeropuerto de Barranquilla.
En vía de adjudicarse, de abrirse licitaciones y adjudicarse, además de las mencionadas, la doble calzada Medellín – Turbo y la doble calzada Cúcuta – Bucaramanga.
Lo que se llama la Transversal de las Américas, en la idea de conectar los centros andinos con las costas, y de mejorar la infraestructura de las costas.
La Transversalde las Américas, para lo cual se está creando un patrimonio autónomo, con los recursos de la antigua Corelca, para hacer la doble calzada de la frontera con Venezuela, en Paraguachón a la frontera con Panamá, en Palo de Letras.
Creo que los avances institucionales del país en materia de posibilidades de inversión privada en aeropuertos y en puertos, son de gran trascendencia.
Confío que el país empiece a sentir un desatraso en infraestructura, donde aceptamos que todavía estamos muy mal.
Planes Departamentales de Agua Potable
Y en infraestructura de acueductos, soy muy optimista, por los planes departamentales de acueductos.
Un error que habíamos cometido en el país era ignorar los departamentos. Fortalecer los municipios e ignorar los niveles intermedios de gobierno.
Les estamos radicando competencias, como esta de adelantar los planes de acueducto. Que la relación con la Nación no sea de cada municipio con la Nación, sino que el departamento agrupe a todos los municipios y tenga relación con la Nación.
Estos, señora Presidenta, son unos puntos sobre estos siete temas que usted ha propuesto.
Les agradezco mucho”.
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