Historia de un joven santandereano, beneficiario de un crédito del Icetex, que hizo parte de un grupo de estudiantes invitados a la Casa de Nariño para que hablaran con el Presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick. Natural de San Gil, Fredy Rodríguez estudia Ingeniería de Mantenimiento Industrial y Hospitalario en Unisangil.
Por Víctor Gamba
Bogotá, 22 may (SP). “Hoy voy a hacer 3 cosas que no he hecho en mi vida: montar en avión, viajar a Bogotá y conocer al Presidente del Banco Mundial”.
Con estas tres ideas se levantó cierto jueves de mayo, muy a las 5:00 de la mañana, Fredy Rodríguez, un santandereano de 24 años que se gana la vida lavando carros en San Gil (Santander), y que, sin proponérselo, tuvo la suerte que envidiaría cualquiera empresario o banquero: codearse con Robert Zoellick, el Presidente del Banco más importante del mundo.
Fredy fue uno de los 10 estudiantes universitarios invitados a la Casa de Nariño por el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (Icetex), el pasado 8 de mayo, para que le explicaran al ejecutivo del organismo multilateral los beneficios que se obtienen a través de los créditos educativos otorgados por el instituto.
Habla con marcado acento regional, tiene 1,65 de estatura, piel trigueña y ojos claros. Ese jueves, mientras los otros estudiantes lucían trajes de corbata, en rigurosos tonos oscuros, Fredy vestía de jean y una chaqueta azul sobre la camisa blanca de rayas que había comprado para el viaje.
El susto del avión
De su natal San Gil (Santander), donde vive con su esposa y sus dos hijas, se desplazó en bus intermunicipal hasta el aeropuerto Palonegro de Bucaramanga. Viajó tranquilo porque sabía que ese recorrido “sobre ruedas” era lo de menos. Lo que verdaderamente le causaba temor era la perspectiva de tener que subirse por primera vez en ese pájaro de acero.
“Eso fue toda una odisea. No conocía el aeropuerto. Me subieron al avión y estaba nervioso. Cuando arrancó el aparato yo sentí que me caía y me agarré del cojín por miedo”, relató.
Para Fredy, estudiante de séptimo semestre de Ingeniería de Mantenimiento Industrial y Hospitalario de la Universidad Unisangil, el día apenas comenzaba cuando llegó hacia las 9 y 30 de la mañana al aeropuerto internacional ElDorado de Bogotá.
Como si se tratara de un gran asesor, un vehículo del Icetex lo esperaba en el aeropuerto ElDorado. Subió al carro, recorrió las amplias avenidas de la Capital, visitó centros comerciales y hacia la 1:00 de la tarde llegó a las instalaciones del Instituto, en el centro de la ciudad, donde fue recibido por la Presidenta del Icetex, Marta Lucía Villegas.
Después fue instalado en un hotel vecino al Instituto y luego del almuerzo se preparó para ir a la Casa de Nariño, al encuentro con el ejecutivo del Banco Mundial.
‘Nice too meet you’
A las 4:15 de la tarde se inició el encuentro entre Zoellick y los universitarios en el Salón de Conferencias de la Casa de Nariño. El ejecutivo saludó a cada uno de los estudiantes y les repetía, cortésmente, “Nice too meet you” (encantando de conocerlo).
Fredy se alcanzó a asustar y, presuroso, se puso en la oreja el aparato de traducción para entender el saludo. Luego le respondió al Presidente del Banco Mundial, con su inglés básico: “meet too” (yo también).
Zoellick comenzó la charla y relató que este encuentro se hacía con el propósito de saber la incidencia social de los programas que apoya el Banco a través de los créditos otorgados. Después les dio la palabra a los estudiantes para que contaran los beneficios de estudiar una carrera profesional.
Fredy levantó la mano, se acomodó el traductor y empezó a contar su historia: que venía de una familia humilde y de bajos recursos; que siempre quiso estudiar una carrera universitaria y que actualmente trabaja lavando carros en una estación de servicio en San Gil (Santander).
“Yo nunca pensé en todo esto –confesó-. Nunca pensé llegar aquí a Bogotá, montar por primera vez en avión y tener una experiencia como es conocer al gestor del crédito Icetex”.
“Hasta aquí llegué de sopetón. Me habían comentado por ahí cosas sencillas: que era el Presidente del Banco, que era una persona muy interesante…Y pum… ¡de sopetón me lo encontré!”, contó el estudiante santandereano.
Cuando empezó a relatar detalles de la carrera que cursa en la Universidad Unisangil, el nerviosismo comenzó a ceder. Del joven tímido y humilde que minutos antes había ingresado al Salón de Conferencias poco quedaba.
“Es una carrera que se enfoca mucho hacia la parte de hacerle control, lubricación y todo lo que tiene que ver con mantenimientos de equipos hospitalarios; ponerlos a funcionar bien; dejarlos funcionando perfecto. Voy en séptimo semestre, comencé en el 2005”, decía, con el entusiasmo pintado en sus ojos.
Curiosamente, Fredy fue el que más habló y al que más preguntas le hizo el alto ejecutivo. Zoellick le preguntó sobre el semestre que cursaba, sobre sus expectativas profesionales y sobre su familia. También quiso saber si acaso les había contado a otros muchachos de su comunidad su experiencia con el crédito del Icetex.
“Le contesté que yo les he dado a conocer lo que es el Icetex, para que ellos tengan una mejor oportunidad y puedan seguir sus metas. Les he dicho que con el Icetex pueden alcanzar sus sueños y que es fácil pedir el crédito”.
El regreso
El encuentro entre los jóvenes universitarios y el alto directivo culminó a las 5:00 de la tarde.
Fredy salió de la Casa de Nariño hacia las 5:30 de la tarde rumbo al hotel. El viernes al mediodía regresaría a su natal San Gil.
Fiel a su tradición católica y santandereana, le dio gracias a Dios y a su mamá por lo vivido y recordó las palabras que ella le dijo minutos antes de tomar el bus hacia Bucaramanga:
“Me dijo que aprovechara, que le diera muchas gracias a Dios porque Dios fue el gestor, el que hizo que yo estuviera aquí. Y le doy muchas gracias. También le quiero dar gracias al Icetex por ayudarme a cumplir mi meta de estudiar”.
También dijo que nadie, en su barrio y en su trabajo, le iba a creer que se había codeado con semejante personaje. Pero recalcó que en su memoria quedaría grabado “el día en que conocí al Presidente del Banco más importante del mundo”. |