asesorará para que arregle sus problemas jurídicos.
El mandatario le recomendó que viajara a Francia. “Hombre, Isaza, le aconsejo que se vaya, para que pueda comenzar una nueva vida y se olvide de esa tragedia que usted vivió en el monte”, le dijo Uribe.
Y agregó: “Vamos a ver cómo le ayudamos para que le reconstruyan el ojo, y pueda estudiar y consiga un trabajo. Francia está dispuesta a recibirlo. Llévese a su novia”.
“Cucho, yo lo voy a sacar a usted”
Dicha decisión la comunicó el Presidente al país, por televisión, desde Telepacífico. ‘Isaza’ apareció por primera vez en público. Tenía una curación en un ojo, que había perdido hace cinco años en un combate con el Ejército.
Como abrebocas, el Presidente presentó el video con los detalles de la conversación que acababa de sostener con el guerrillero. Luego narró los hechos y comunicó las decisiones mencionadas.
Explicó que ‘Isaza’ tenía una novia, una muchacha que había desertado de la guerrilla hace cuatro meses, quien podría acompañarlo en su nueva vida en Francia.
Además el Presidente refirió las palabras que ‘Isaza’ le dijo al doctor Lizcano, cuando tomó la decisión de ayudarlo a escapar: “Cucho, viejo, yo lo voy a sacar a usted”.
“Nosotros gozamos cuando un guerrillero rectifica”
Tras felicitar a los soldados y policías, al Ministro de Defensa y a los Generales (entre ellos el comandante del Ejército, general Mario Montoya, y el director de la Policía, general Óscar Naranjo), el Presidente hizo votos para que el doctor Óscar Tulio Lizcano, sometido a tratamiento médico, se recuperara del martirio que le dejó el secuestro.
“Nos da mucho gusto por la familia del doctor Lizcano y por la tranquilidad de los colombianos”, dijo.
Y se dirigió al ahora ex guerrillero de las Farc: “Isaza, muchas gracias. Esto es lo mejor que ha podido ocurrir. Nosotros no gozamos cuando se le da de baja a un guerrillero. Nosotros gozamos cuando ese guerrillero rectifica, abandona la acción violenta, se reintegra al mundo de la libertad, a las instituciones de su patria y a su familia”.
El Presidente añadió: “Mientras esta situación jurídica se resuelve, el Ejército lo tendrá a usted en las mejores condiciones. Hoy su patria lo ha rescatado a usted. Hasta esta madrugada, usted era una víctima del terrorismo, al cual quería servir. Desde esta madrugada, usted se ha reencontrado con su patria, que lo quiere y le ofrece todas las posibilidades”.
“Que esté ahora tranquilo en el sitio militar donde lo van a alojar. Llame a su familia. Que le den todas las posibilidades de verse con ella, con todos los miembros de su familia, con su señora. Vamos a tramitar, con ayuda de la Fiscalía, que usted pueda rápidamente salir para Francia con su señora. Ministro de Defensa: estamos en una crisis económica mundial, pero para esto tiene que haber. Esa recompensa la pagamos”.
Mensaje a los guerrilleros
Y de inmediato envió un mensaje a los guerrilleros: “Queremos invitar a todos los guerrilleros a que se desmovilicen. Estamos muy preocupados por quienes siguen secuestrados. Nuestra invitación a los guerrilleros es que sigan el ejemplo de ‘Isaza’. Abandonen la guerrilla y traigan consigo a los secuestrados”.
‘Isaza’ también grabó un mensaje para sus antiguos compañeros, en el que les dijo: “A los muchachos, mis compañeros, ¿qué les digo? Que tomen la misma decisión que yo tomé. Que no es lo que dicen los comandantes superiores a uno allá: que aquí lo torturan a uno, que lo meten a la cárcel, que todo eso. Seguramente eso es negativo.
“Entonces los invito, de todo corazón, a que se desmovilicen y se reintegren a la vida civil, como lo han hecho muchos, como lo hice yo. Que es la mejor salida para volver a vivir, porque allá no hay futuro, como supuestamente dicen que hay. La guerrilla, con el tiempo, al paso que va, se va a terminar la guerrilla. Porque cada día el Ejército va a estar más metido en las zonas, menos accesos de comidas, entonces no hay futuro allá. Y de todo corazón, repito, que se vengan, que aquí muchas oportunidades de muchas cosas”.
“Los queremos escuchar”
Concluía este capítulo feliz, pero seguía sobre la palestra la reunión con los delegados de los indígenas del Cauca. El Presidente aprovechó la ocasión para renovarles la invitación a dialogar: “Desde aquí quiero invitar de nuevo a las comunidades indígenas que están en el CAM. Muchos compañeros de Gobierno y mi persona hemos venido hoy a ese diálogo. Los queremos escuchar. Tenemos toda la voluntad de hacerlo. El Ministro del Interior había hecho un convenio de modo, sitio, transmisión, temas, oradores. Y lo que quiere el Gobierno es escucharlos. Escucharlos y darles unas respuestas. Invitamos, de la manera más respetuosa, más cordial, a que puedan asistir a este lugar, donde hemos llegado, de acuerdo con la oferta que se había hecho”.
Pero las noticias en este sentido no eran las mejores. La mediación de Mauricio Puerta y del Alcalde de Cali no logró su cometido. Los líderes indígenas no se ponían de acuerdo sobre el sitio donde se celebraría el encuentro con el Presidente. Algunos dijeron que podía ser el Concejo de Bogotá. El Presidente dijo: “Inmediatamente. Vamos para allá”. Pero al llegar allí, se le comunicó que a este lugar tampoco irían los indígenas. Entonces Uribe decidió ir a buscarlos a la plaza del CAM.
El Presidente, megáfono en mano
El Ministro del Interior, Fabio Valencia, y el Gobernador del Cauca, Guillermo Alberto González, fueron los primeros en llegar a la plaza. Cuando intentaron subir a la tarima, algunos indígenas, utilizando bastones de mando, con agresión de por medio, les impidieron hacerlo. Mientras tanto, algunos en la plaza gritaban: “¡Mátenlos, mátenlos”.
Y al saber que el Presidente se aproximaba, algunos líderes indígenas ordenaron desalojar la plaza, poniendo en movimiento los buses escalera que tenían parqueados en el lugar. Así que para cuando el Presidente arribó, muchos de ellos se habían marchado, quedando varios universitarios, quienes procedieron a proferir insultos contra el mandatario.
Al no poder subir a la tarima, megáfono en mano, desde un puente peatonal, el Presidente se dirigió a la gente, explicando el punto de vista del Gobierno, recordando que se intentaba engañar a los indígenas porque desde la diez de la mañana él había estado dispuesto para el diálogo en la sede de Telepacífico, tal como se convino de antemano, y reiterando que el interés del Gobierno era escuchar los reclamos de los indígenas y darles las respuestas del caso.
Si así fue el desayuno…
Debido a que los insultos arreciaban, el Presidente les dijo: “Esa berraquera que tienen, conviértanla en argumentos. Hombre, si eres de la universidad, ven a hablar a aquí”.
De igual manera, les increpó: “No me digan paraco, que así me dicen las Farc. Yo sí quiero que ustedes se diferencien de las Farc”.
Y finalizó, cuando intentaron presionarlo para una nueva reunión, este lunes, en el estadio Pascual Guerrero: “¿Para qué me invitan a dialogar mañana en el estadio, si vean el desayuno? El desayuno es de insultos. ¿Entonces cómo será el diálogo?”.
Con todo, algunos de los allí presentes subieron al puente y, por el megáfono, expusieron sus argumentos sobre el paro de corteros de caña y sobre la protesta indígena.
Al concluir, el Presidente invitó a los indígenas a un diálogo serio, el próximo domingo 4 de noviembre, bajo mínimas condiciones de seguridad para las dos partes.
Mensaje a los colombianos
Se creía que el Presidente viajaría de inmediato a Bogotá, donde este lunes le espera una intensa agenda desde las primeras horas de la mañana. Pero no fue así. Se dirigió a Telepacífico, donde, en un mensaje televisado a todos los colombianos, se refirió al retorno a la libertad del doctor Lizcano, al paro de corteros de caña y al frustrado diálogo con las comunidades indígenas del Cauca.
Sobre el caso del doctor Lizcano, reiteró lo que había dicho en su primera intervención. “A esta hora, el doctor Lizcano se recupera de ese estado anémico en que salió del cautiverio, aquí en una clínica de Cali. Y el guerrillero ‘Isaza’ recibe un tratamiento totalmente humanitario de parte del Ejército y de la Policía de Colombia”, dijo.
En relación con el paro de corteros de caña, el Presidente urgió a los ingenios y a los trabajadores a acelerar un acuerdo justo para las partes, con la garantía de que un organismo internacional como la OIT pueda hacer el seguimiento del caso para que lo que se convenga se cumpla.
“Colombia necesita fraternidad laboral. Colombia necesita prosperidad. No podemos tener unos ingenios desmotivados y unos trabajadores maltratados. Por eso se necesita esa equidad. Y se percibe hambre y muchas dificultades en la economía por la prolongación de esta enorme dificultad”, dijo el Jefe de Estado.
Mini-consejo comunal por TV
Respecto al frustrado diálogo con los indígenas, el Presidente hizo un recuento de los esfuerzos hechos desde el comienzo por el Gobierno para satisfacer las demandas de los indígenas, se refirió a los atentados contra miembros de la Policía (como el caso del intendente que perdió sus dos manos por un explosivo), contó las peripecias de este domingo en Cali para lograr un diálogo amable con los indígenas, y dio paso a varios de sus ministros y viceministros para que, cada cual en su área, expusieron los avances y retos del Gobierno en materia de tierras, TLC, Código Minero y seguridad social para los indígenas, entre otros temas.
Para culminar, el Mandatario expresó su deseo de reunirse con los indígenas, pero con unas mínimas condiciones de seguridad para las partes.
¿Cómo sería el formato? ¡El que sea!
Al respecto dijo: “Ahora, en la última reunión que tuvimos con los facilitadores de las comunidades indígenas, el Padre de Roux, el Padre Darío, el ex Ministro Juan Mayer y dos delegados de Naciones Unidas, el Gobierno expresó que tendría toda la voluntad de volver a un nuevo diálogo con ellos el próximo domingo en la ciudad de Popayán. ¿Cómo sería el formato? Yo dije: el que quieran. Simplemente esto: la Presidencia de la República va a exigir condiciones de seguridad para todos, porque les conviene a todos. Tienen que decir cuántas personas irían, en qué lugar nos reuniríamos para poder preparar eso debidamente, y los escuchamos con todo respeto, y respetuosamente les damos todos los argumentos”.
El telón bajó a las diez de la noche. Fueron doce horas de un domingo que salió como no se esperaba. |