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Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez durante la celebración del Día Internacional de la Mujer

Bogotá, 8 mar (SP). “Quiero saludar a las mujeres colombianas desde el corazón en este Día Internacional de la Mujer. Agradecer a una de ellas: a Martha Lucía Vásquez su dedicación, la seriedad del trabajo, el profesionalismo de su acción, en estos años, como Consejera Presidencial y Directora del programa de Equidad de Género.

Lo que acaba de decirnos es una condensación muy seria de logros y temas pendientes. Diría que es un punto de referencia sumamente serio para que la Patria avance en el tema de equidad de género.

Permítanme complementar las palabras de Martha Lucía Vásquez con algunas observaciones.

Ustedes saben que este Gobierno ha hecho todo el esfuerzo para que mejore la confianza de los colombianos en la Patria y de la comunidad internacional en nuestra Patria, trabajando la seguridad con valores democráticos, la promoción de la inversión con fraternidad y la política social con resultados.

Creo que es necesario que los gobiernos tengan metas para la Patria de largo plazo, ejecutorias de corto plazo, que insistan en esos postulados, que se vuelven postulados sencillos, pero finalmente son bien profundos.

Derecho a la no repetición de la violencia

Quiero examinar algunos elementos de la política de la mujer a la luz de estos caminos:

La seguridad. En estos 200 años de vida independiente, cuando al recorrer obras de la historia se concluye que la Nación apenas ha vivido 47 años de paz, también se arriba a dos conclusiones: las grandes víctimas han sido las mujeres. Han sido las viudas, han sido las madres que han llorado los huérfanos, han sido las que han tenido que llevar sobre sus hombros las cenizas de los hogares destruidos por la violencia.

Una violencia que nos ha calcinado. Una violencia que empezó en la propia Conquista. Fue muy difícil la Independencia. Cuando se dio el Grito de Independencia aquel 20 de julio, se creyó equivocadamente que todo estaba ganado. Y nos dedicamos a unas luchas violentas entre nosotros que nos llevaron a descuidar la independencia. Caímos en la Patria Boba.

Antonio Nariño lo advirtió, a pesar de que el dirigía una de las facciones. Eran dos. Una facción centralista radicada aquí en Bogotá y otra federalista de las provincias, radicada en Tunja, dirigida por Camilo Torres.

Y Nariño, que había participado en una de esas facciones, lo advirtió. Y dijo, uno lo podría repetir: ‘Apenas pusimos el primer huevo, esto tenemos que afianzarlo’.

En estas proximidades del 20 de julio, vale la pena recordar todos estos episodios, porque la Patria descuido aquella gesta de independencia por unas peleas internas. Pasamos de la Independencia a la Patria Boba. Violencia entre nosotros y esa violencia de la Reconquista Morillo y Sámano.

Y esa violencia entre los nuestros, que todavía tiene expresiones en la Colombia contemporánea. Por eso cuando me junto con la mujeres colombianas a examinar el tema de los desplazados; cuando me reúno con las mujeres colombianas a ver el tema de la reparación de víctimas; cuando tengo que reconocer que las grandes sacrificadas de este proceso de violencia han sido las madres que han enterrado a sus hijos, las esposas que han enterrado a sus esposos, las mujeres cabeza de familia que han tenido que llevar las cenizas de los hogares destruidos por la violencia sobre sus hombros; cuando me junto con todas ellas, pienso que hoy podemos avanzar en reparación, pero que lo fundamental es que las nuevas generaciones de colombianos tengan el derecho a la no repetición.

Nada ganamos con reparar hoy, si no se garantiza que en este país cese definitivamente la violencia. Nada ganamos que el país haga un gran esfuerzo de billones de pesos, que empieza a hacerse, para entregar una indemnización económica a 280 mil víctimas registradas de esta violencia, y no garanticemos el derecho a la no repetición.

El país ha perdido mucho en posibilidades de prosperidad por tantos años de violencia. Las generaciones vivas desde los años 1940 no recordamos un día completo de paz.

La violencia entre los partidos había se terminado en 1902, en el último trimestre, cuando se le puso un punto final a aquello que se llamo la Guerra de los Mil Días. En realidad fue de 1128 días. Murieron en esa violencia 100 mil colombianos. Hubo tres pactos de paz a finales de 1902: uno en la Hacienda Neerlandia en el departamento del Magdalena, otro en Chinácota cerca de Cúcuta en Norte de Santander, y otro en el Buque Wisconsin que en aquel momento estaba en Panamá.

Al pacto de paz de la Hacienda Neerlandia en el Magdalena, acudieron el general Florentino Manjarrés en nombre del gobierno de la época, y el general Rafael Uribe Uribe en nombre de los insurgentes. Cuando se firmó la paz el General Uribe Uribe dijo: ‘Hemos hecho la paz, no porque tengamos sinceras convicciones de paz, sino porque ya no hay algo porque pelear. Destruimos el país. Todo está por reconstruir. Nuestros padres y nosotros mismos incurrimos en el horror de pensar que haríamos Patria con los fusiles destructores de la guerra. La única manera de hacer Patria es con las herramientas fecundas del trabajo’.

El país vivió unos años de paz. Quedó sumamente deprimido. A los 14 meses, el 3 de noviembre de 1903, se separó Panamá. Era la cabeza de la Nación. Diría que era el gran filón de progreso de Colombia. Se separaron en un acta de independencia hermosa, nostálgica. Dicen: ‘Nos separamos como hermanos, llegamos a la mayoría de edad y queremos ejercer nuestros derechos’. Se separaron sin violencia y sin que nosotros resistiéramos.

Y creo que allí influyo, sí, la política del ‘Gran Garrote’, del presidente Roosevelt de Estados Unidos, que querían apropiarse del Canal, y la política nuestra del gran descuido. Perdimos Panamá, en muy buena parte por el gran descuido, porque esa violencia aquí nos llevó a que abandonáramos a Panamá, que era el filón progresista de la Nación.

Entramos en unos años de relativa paz, de 1902 a principios de los años 1940. Estalla la violencia entre los partidos. Los ex presidentes Alberto Lleras y Laureano Gómez jalonan los pactos del Frente Nacional. Cesa la violencia entre los partidos.

Y si ustedes preguntan a sus papás y a sus abuelos, creo que ellos estarán de acuerdo conmigo: todavía a muchas regiones de la Patria no había llegado la noticia de los acuerdos del Frente Nacional, que ponían fin a la violencia entre los partidos, pero ya se oían los disparos de los fusiles de la guerrillas marxistas, que recién empezaban en Colombia con el ánimo de estimular el odio de clases, la lucha violenta, la destrucción criminal del Estado de Leyes y su suplantación por la dictadura.

Y crecieron esas guerrillas y azotaron los campos de Colombia. Y vino la reacción igualmente cruel del paramilitarismo. Y unos y otros, cooptados por el narcotráfico, el narcoterrorismo. Y hoy se dice equivocadamente que era una violencia rural. Urbana. Porque dicen: sí, ha habido seguridad para los campos pero no para las ciudades. Es bueno reflexionar sobre eso.

Cuando yo llegué a la Presidencia, nuestra capital Bogotá asistía a un enorme crecimiento de los grupos terroristas. Por un lado las milicias ‘Antonio Nariño’ de la Farc, y por otro lado los grupos paramilitares de Miguel Arroyave y Martín Llanos, y el narcotráfico.

Debemos recordar los colombianos los diferentes atentados terroristas que en esta capital se dieron contra candidatos a la Presidencia en 2002. Aquel 7 de agosto de 2002, cuando las Farc lanzó toda clase de artefactos terroristas contra la Casa de Nariño, y murieron en sus alrededores muchos ciudadanos de los sectores más pobres, y muchísimos quedaron heridos.

Hemos mejorado, pero esta tragedia no se ha superado. Y voy a decir hoy algo: esta tragedia se supera definitivamente teniendo todos los colombianos el valor civil, la firmeza que caracteriza a muchas, a la mayoría, a la regla general de las mujeres de la Patria.

Las mujeres de la Patria, las mujeres del común, las ciudadanas de la Patria, aquellas que viven muchas veces en el anonimato, sin reconocimiento en la agenda pública, son un ejemplo de lo que necesita Colombia: firmeza, firmeza, firmeza para superar esta tragedia, porque las mujeres han sido las principales víctimas en la historia de Colombia y saben la importancia de que recuperemos definitivamente la seguridad.

Las mujeres saben que este país tiene que hacer un gran esfuerzo con la seguridad y todas las políticas de promoción reprosperidad para lograr la equidad social.

La mujer y la política social

Martha Lucía Vásquez se refería ahora a unos temas bien importantes. Si nosotros miramos la mujer en el tema educativo, podemos decir lo siguiente: en Colombia, en estos años de Gobierno, hemos pasado del 78 por ciento en cobertura de educación básica y estamos llegando al ciento por ciento. Ya hay muchas ciudades con el ciento por ciento. Allí está participando la mujer en un 49 - 47 por ciento.

En educación media, hemos pasado de una cobertura del 57 por ciento a una cobertura del 80. Colombia graduaba antes de este Gobierno, en el último año anterior a este Gobierno, 424 mil bachilleres, y ahora está graduando 700 mil bachilleres. La mitad, mujeres. Eso es algo bien importante.

El Sena. Con el Sena se ha hecho una gran revolución. Nosotros entendemos que hay que llevar la seguridad de la mano de los instrumentos sociales. La seguridad y las políticas sociales son inseparables. Cada una necesita de la otra. La seguridad necesita de la política social como el gran validador, y la política social necesita de la seguridad como fuente de recursos. Sin seguridad no hay fuente de recursos.

Cuando empezó el Gobierno, el Sena capacitaba un millón 100 mil colombianos por año. El año pasado 7 millones 800 mil. El 53 por ciento, mujeres.

Yo creo mucho en una medición de Naciones Unidas y del Banco Mundial, que se llama el Índice de Oportunidades.

Saludamos al Defensor del Pueblo, doctor Vólmar Pérez Ortiz, que nos acompaña en esta reunión.

¿Qué mide el Índice de Oportunidades? Qué está haciendo un país en sus políticas públicas para que los cuidadnos puedan tener prosperidad dentro de la equidad.

Entonces hay que medir qué está haciendo un país en educación, hay que medir qué está haciendo un país en nutrición de infancia, hay que medir qué está haciendo un país en salud, para anticipar qué puede lograr ese país en el futuro.

Nosotros creemos que con estas acciones Colombia, y así lo ha registrado el Banco Mundial, es uno de los países que más está avanzando en Índice de Oportunidades. Y eso se tiene que traducir en una sociedad más equitativa, más próspera en los años que vienen.

Cuando nosotros llegamos, el Sena tenía 41 mil ciudadanos matriculados en técnicas y tecnologías, y ahora tiene 500 mil. El 54 por ciento, mujeres.

Y uno de los elementos de la revolución educativa ha sido este: que las personas que estudian una técnica o una tecnología, después puedan entrar a una universidad. Quienes validen allí los créditos aprobados para el grado de técnicas o tecnólogas, que sumen los créditos que requieran para acceder al grado de educación superior.

Eso que se llama la educación por ciclos, que con el liderazgo de la señora Ministra de Educación, Cecilia María Vélez, se ha introducido en este Gobierno, ayuda muchísimo a que los colombianos le quiten la aversión a la técnica y a la tecnología, porque antes la formación técnica y tecnológica se interpretaba como una formación de segundo nivel de importancia; ahora hay entenderla como una paso fundamental en la formación superior. Creo que eso es bien importante.

Creo que el país necesita algo en lo que hemos venido avanzado, pero falta mucho: el país necesita que todos los bachilleres, todos los bachilleres al momento de graduarse, estén listos para entrar a la universidad o para entrar al emprendimiento, o para ambas tareas.

Que estos 700 mil bachilleres que debemos graduar este año, 737 mil, la mitad mujeres, que estén listos para entrar a la universidad o para entrar a las tareas del emprendimiento.

Por eso venimos haciendo una integración del Sena con el bachillerato. En este momento el Sena está ayudado a formar 300 mil estudiantes de bachillerato, pero tiene que llegar al ciento por ciento. Esta es una primera cuota para que esos muchachos, esos jóvenes colombianos, al momento de graduarse, estén listos para entrar a la universidad y para emprender actividades productivas.

El país necesita, en su inserción a la comunidad internacional, ser un país que maneje sumamente bien nuestra legua castellana y que sea un país maneje bien otra legua.

El Sena se ha convertido en la institución que está capacitando masivamente a los colombianos en inglés, enseñándoles inglés a un millón de colombianos a través de Internet. El 55 por ciento mujeres, que muestra el afán de capacitación de las mujeres colombianas. Esa es una garantía excelente para el país.

La mayoría de los profesores están en San Andrés. La transmisión hoy es satelital. Pero este Gobierno está instalando un cable submarino, para que San Andrés y Providencia de se puedan convertir en un gran centro revolucionario para el acceso de Colombia a todas las bondades de la revolución de las comunicaciones.

El país ha venido avanzado muchísimo en nutrición. Aquí nos ha acompañado la Directora de Bienestar Familiar, Elvira Forero. Recuerdo con inmensa gratitud al ex Presidente Carlos Lleras Restrepo por la creación del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar; al ex presidente Virgilio Barco, porque él sacó adelante la ley, a mí toco trabajar esa ley en el Congreso de la República, que aumentó del 2 al 3 por ciento la contribución de los empleadores a Bienestar Familiar para ese gran programa que se llama Madres Comunitarias.

Este Gobierno ha dado otro paso. Nosotros encontramos a Bienestar Familiar llegándoles a cinco millones de colombianos, y hoy tiene 12 millones de colombianos que son beneficiarios.

Por eso hemos hablado de política social con resultados. BNada ganamos con una política social de discurso. La política social necesita es resultados.

Estamos llegando a la plena cobertura de nutrición de los niños pobres, pero tenemos un gran desafío que importa mucho a las mujeres colombianas, a las mamás colombianas, que es la educación de primera infancia.

Nosotros hemos logrado un gran salto en nutrición de primera infancia, pero tenemos pendiente otro gran salto, que es la educación de primera infancia. Este Gobierno empezó, vamos a terminar el mes de julio con unos 500 mil niñitos de los sectores pobres en los programa de educación de primera infancia. Un gran reto del país, lograr plena cobertura. Se deja allí una primera etapa bien importante.

Las mujeres de Familias en Acción

Creo que es muy importante el tema de Familias en Acción. Esta mañana acudí a una reunión con otro grupo de compatriotas, de mujeres colombianas a las que tengo mucho afecto: las mujeres que trabajan en los programas de Acción Social de la Presidencia.

Esas compatriotas que trabajan allá han logrado que el programa Familias en Acción les llegué hoy a dos millones 900 mil familias colombianas. Y ese programa es un programa que se radica especialmente en la mujer colombiana.

Ese pago lo reciben las mamás, porque la mujer es la que mejor maneje el dinero del hogar. La mujer es la que lo sabe priorizar. La mujer es la que lleva esa plática a garantizar la educación de sus hijos.

La verdad es que yo llevó ese programa en el alma, porque ese es uno de los grades avances de esta Patria para que, entregando un dinero del Estado a las mujeres colombianas de los hogares más pobres, ellas cumplan con esa tarea que es propósito de cada mujer: la educación de sus hijos.

Este país va a cambiar si logramos que definitivamente, a través de las mamás colombianas, los hijos de los hogares más pobres puedan tener un ciclo educativo completo.

A mí me preguntaba un periodista económico hace pocos días: ‘Presidente, ¿en su concepto cuándo debe terminar Familias en Acción?’. Y le dije: ‘¿Es que acaso es un programa de elecciones?’. Es un programa estructural de la vida colombiana, porque si nosotros queremos que este país supere pobreza y construya equidad, tenemos que garantizar que los hijos de los hogares más pobres puedan educarse, completar el ciclo educativo.

Y hemos aumentado las transferencias y los créditos universitarios y el Icetex y la universidad y el Sena y los dineros de gratuidad de educación. Y hay dos complementos bien importantes: Bienestar Familiar y Familias en Acción.

Tengo mucha fe que esas 2 millones 900 mil mujeres colombianas que reciben este apoyo del Estado para garantizar la educación de sus hijos, son un motor transformador de Colombia, para que Colombia construya equidad, para que Colombia supere pobreza.

Quien más se preocupa por la educación de los hijos, es la mujer. Y cuando los hijos se educan, la educación es el mejor camino para que también sea la mujer la que defina el tamaño de la familia. Y la educación es el mejor camino para que la mujer cumpla otra actividad: la de incursionar en la vida laboral y del emprendimiento.

Yo quiero agradecer a Martha Lucía, a Carlos Moya, el gerente de la Banca de Oportunidades, esa tarea conjunta que han hecho, y lo que les falta de aquí al 31 de julio. Breguen a hacer la última reunión de mujeres de emprendimiento el 6 de agosto. Hay tiempo para gastarse bien esos días entre el 31 de julio y el 6 de agosto.

El Gobierno nuestro tiene que trabajar hasta el 7 de agosto con toda intensidad, con todos los bríos, con todo el afecto a Colombia.

Les quiero agradecer el esfuerzo que han hecho. Miren: crédito que se pone en manos de una mujer, es crédito que se traduce en emprendimiento, en expansión de la economía, en generación de empleo.

Este país no tuvo más desempleo en los últimos meses, con esta crisis tan grande de la economía, en muy buena parte, porque Banca de Oportunidades el año pasado colocó millón 600 mil microcréditos. Y un altísimo porcentaje a las mujeres.

Y eso permitió que, no obstante que los colombianos que buscaron empleo pasaron del 55 al 63 por ciento, el país pudiera absorber muy buena parte de ese crecimiento que los economistas llaman de la tasa de participación laboral.

Yo tengo mucha fe en que, combinando los programas de capacitación y de crédito, en cabeza de la mujer, el país va a superar muchísimo el desempleo.

Porque alguno dicen: ‘Es Uribe está equivocado, Uribe no ha querido quitar las contribuciones al Sena, a Bienestar Familiar, a las Cajas de Compensación, para generar empleo’. Yo no aceptó eso, haríamos un enorme daño, ojalá no se haga ahora en el futuro, y se les pregunte a los candidatos presidenciales qué piensan de eso, para que de una vez queden comprometidos.

Yo pienso esto, apreciadas compatriotas: uno le quitas esa platica al Sena, a Bienestar Familiar o a las Cajas de Compensación, y hace un daño y no obtiene beneficio alguno. Se generan unos empleítos, un rato, pero no se resuelve el problema de fondo estructural de empleo.

Seis elementos de la generación de empleo

Si ustedes me preguntaran a mí: Presidente, ¿cómo se puede resolver el problema de fondo estructural de empleo?, les diría seis elementos:

1. La seguridad. Sin seguridad no hay política económica que genere empleo.

2. La promoción de la inversión. Esta Patria nuestra tenía tasas de inversión del 8, 12, 14 por ciento; en los últimos años han estado por encima del 25 por ciento; el año pasado Colombia fue el país latinoamericano con más alta tasa de inversión, cuando un pondera los sectores públicos y privado, del 25,3.

Pero algunos me dicen: ‘Presidente, pero con una tasa de inversión tan alta, ¿0y por qué todavía no hay empleo suficiente?’. Los resultados no se consiguen de la noche a la mañana. En esto hay que persistir. Apenas llevamos cuatro años con una alta tasa de inversión.

Entonces esa política hay que mejorarla, sostenerla, pero no olvidarse de ella. Uno necesita recursos para hacer política social. Y si no tiene una alta tasa de inversión, se carece de esa fuente de recursos.

Esta Patria nuestra recibía de inversión extranjera entre 400 y 2 mil millones de dólares; en los últimos años eso ha oscilado entre 8.500 - 10.500 – 9.531. Pero es que no basta con cuatro años. China lleva más de 20 años con una alta tasa de inversión, y apenas han superado la pobreza 400 millones de chinos, de una población total de 1.300 millones de chinos.

Yo veo todas esas zonas francas que se están haciendo en Bogotá, los centros industriales, los hoteles, las nuevas clínicas, todo eso ayuda mucho a generar empleo de buena calidad. Seguridad, promoción de la inversión.

3. Acceso a mercados. Nosotros abrimos la economía entre 1989 y 2003, hicimos una apertura unilateral. Abrimos para que aquí entraran los productos extranjeros, pero no abrimos mercados para que llegaran nuestros productos. He ahí una gran preocupación.

Por eso este Gobierno ha venido haciendo el esfuerzo para pasar de una economía de apertura unilateral, a una economía de acceso a mercados: el acuerdo con Chile, el acuerdo Comunidad Andina – Mercosur, el acuerdo con tres países centroamericanos, ahora el acuerdo con Panamá, el acuerdo con Estados Unidos, el acuerdo con Canadá, con la Unión Europea, con China, con India, un acuerdo con Cuba.

Nosotros tenemos que poder acceder a todos los mercados del mundo, darles oportunidad a los colombianos de que sus bienes y servicios lleguen a todos los mercados del mundo. Acceso a mercados.

4. Y viene otro tema. Es innovación. Si el país no entra en una tarea permanente de innovación, nos estancamos. Lo que vale es aquello que lleva valor agregado. Y el valor agregado de ayer se convierte hoy en valor estancado. Todos los días en la economía hay que estar agregando valor.

Es bien interesante pensar en los nuevos sectores en los cuales Colombia tiene oportunidades: que en los biocombustibles, que en el software, que en la producción de medicamentos, que en la producción de cosméticos, que en el turismo de salud.

Muchos extranjeros quieren venir a Colombia por servicios de salud, y los colombianos que están en el extranjero dicen: toca ir a Colombia a la dentistería, tengo que ir a Colombia a tal examen, porque aquí los servicios son muy buenos y son comparativamente de precio más asequible que en el extranjero. Ahí tiene Colombia una gran posibilidad.

La tiene en el call center en lo que se llama el business process outsourcing. La ciudad de Manizales ha dado un magnífico ejemplo. Esa ciudad ha venido reduciendo drásticamente el desempleo, porque se ha traído compañías internacionales de call center y se están instalando en Manizales. Ellos dicen que de aquí a agosto van a generar por call center otros 5 mil empleos en Manizales. Y eso sí que se siente y sí que ayuda: innovación.

5. Revolución Educativa. Un país que no tenga una revolución educativa permanente, un gran proceso de animación de investigación, es un país que no es capaz de innovar. Por eso la Revolución Educativa.

6. Y un sexto elemento: infraestructura. La verdad es que yo admiro mucho esta ciudad de Bogotá. Vivo pensando en la generosidad de la capital de mi Patria, para recibirnos a colombianos de todas las regiones. La Sabana más linda de la Cordillera de los Andes, que ojalá se preserve.

Ojalá en lugar de que crezca y crezca el perímetro, haya renovación urbana, para que el urbanismo no convierta esa reserva ambiental de la Sabana en otra selva de concreto.

¿Y saben lo que más admiro de Bogotá? Su progreso, a pesar de las distancias. Bogotá tiene 580 kilómetros de distancia al Pacífico. La Paz, la capital de Bolivia, país sin mar, no tiene sino 540 kilómetros. De aquí al Pacifico hay más.

Bogotá tiene mil kilómetros de distancia al Caribe. Nosotros estamos procurando que, al terminar este Gobierno ahora en agosto, podamos decir: quedan contratados y en ejecución todas las obras de infraestructura que conecten a Bogotá con los diferentes destinos en vías de doble calzada.

La doble calzada Bogotá-Buenaventura: vamos a ver si el Domingo de Ramos inauguramos el Túnel de Melgar, parte de esa doble calzada, que hemos propuesto lleve el nombre del ex presidente Guillermo León Valencia, Presidente que fue hombre de mucha firmeza, transparencia, firmeza sin dobleces.

Y esta en plena construcción en Túnel de la Línea, que ojalá se llamara el Túnel del Segundo Centenario. El sábado, en el Consejo Comunitario de Ibagué, vamos a repasar cómo va la construcción del Túnel de la Línea. Ustedes saben que ya hicimos el primero, está el segundo.

Queda contratada y en ejecución toda la doble calzada Bogotá-Buenaventura; la doble calzada Bogotá-Sogamoso-Duitama, con la continuación de una gran carretera a Yopal, hoy en plena construcción a Arauca y a Venezuela.

Queda contratada la doble calzada Bogotá-Villavicencio, todas las salidas de Bogotá para darle competitividad a la ciudad.

Y en plena construcción, gracias a la concesión, un aeropuerto para que Bogotá tenga en el Aeropuerto El Dorado, uno de los aeropuertos mejores de toda América Latina.

Infraestructura necesita esta Patria. Una gran necesidad. Y ha sido muy difícil, porque nos ha tocado trabajar con una chequera delgaditica, pero mi Dios hace las cosas bien hechas. A nosotros nos dio una chequera delgaditica, pero un amor a Colombia grueso e indefinido.

A nosotros nos dio déficit de dinero pero superávit de afecto a Colombia. De pronto un Gobierno que nade en el dinero, se apereza y se duerme. De pronto un Presidente con mucho superávit, el sábado a las cinco de la mañana dice. ‘Yo me quedo de de locha, qué me voy a un consejo Comunitario’.

Y de pronto el domingo se queda con las cobijas hasta la 1:00 de la tarde, y se hace llevar el desayuno y el almuerzo a la cama.

Mi Dios hace las cosas bien hechas. Pero el país va a tener prosperidad. Lo importante es que se dé cuenta el país que la prosperidad nace es del trabajo afectuoso y honrado a la Patria en todas las horas.

Pienso que Banca de Oportunidades, el emprendimiento de la mujer, estos seis elementos a los cuales me he referido, son un camino seguro de empleo, que el camino del empleo no es quitar los recursos de Bienestar Familiar, que los sienten su bondad las mujeres pobres de Colombia.

El camino del empleo no es quitar los recursos del Sena, sienten su bondad las mujeres pobres de Colombia; el camino del empleo no es quitar los recursos de las cajas de compensación, sienten su bondad las mujeres pobres de Colombia.

Mujeres en las Fuerzas Armadas y la vida política

Y quiero rendir un homenaje a las mujeres en nuestras Fuerzas Armadas. La verdad es que uno se siente muy orgulloso de ver que ya en la Policía de Colombia hay mujeres que son Generales de la Republica.

Se siente muy orgulloso de que próximamente las va a tener el Ejército, de que están avanzando en la Armada.

Tienen las mujeres de las Fuerzas Armadas valor, sentido de dignidad, transparencia, firmeza.

Quiero rendir un homenaje a las mujeres que están en la vida política. Les voy a pedir el favor a las honorables senadoras Nancy Patricia Gutiérrez, Luz Helena Restrepo, y a nuestra muy apreciada representante a la Cámara Lucero Cortés, que se pongan de pie.

Quiero rendir un homenaje a ellas y convocar al país para que así como las mujeres han aumentado su participación en la educación, en los programas sociales como Familias en Acción, han aumentado su participación en el Ejecutivo, las mujeres aumenten su participación en los concejos, en las asambleas, en el Congreso de Colombia.

Apreciadas congresistas, voy a compartir con ustedes una experiencia personal. Yo ya estoy viejo, yo soy modelo 52, como los jeeps del Quindío. Y recuerdo en 1957, de la mano de mi madre, ella hacía parte de los comités de mi departamento que luchaban por los derechos políticos de la mujer. Y hacía una gran campaña para que se aprobara aquel plebiscito.

Y ella hizo parte del primer grupo de mujeres que fueron elegidas concejalas de Colombia. Y en ese Concejo Municipal fue la primera Presidenta. Ella me infundió la importancia del acceso de la mujer a la vida pública, por lo que significan las virtudes de la mujer colombiana.

Por eso quiero rendir a las mujeres que están en la vida pública, a través de Lucero Cortés, Luz Helena Restrepo y Nancy Patricia Gutiérrez, un homenaje de admiración. Y llamar a la participación de la mujer en todos los cuerpos colegiados de la Nación. Las felicito a ustedes tres, distinguidas señoras.

Mujer colombiana, la mejor creación de la naturaleza

Hace pocos días estaba leyendo una discusión de algunas personas, en términos muy sencillos, sobre cuál era la mejor creación de la naturaleza. Y alguno decía: el Cañón del Colorado. Uno podía responder: el del Chicamocha.

Y en esa discusión, el otro decía: los glaciares. Y uno ve con tristeza que se achican, y también que hay un deshielo en nuestros picos nevados, por el calentamiento.

Otros decían: la mejor creación es la Selva Amazónica. Otros decían: las flores, y entonces discutían que las rosas, que los claveles, el otro decía que los anturios.

Y estaba yo ahí en esa discusión con uno de mis hijos. Me dijo: ‘Papá, te veo que todo lo que estamos leyendo aquí de esa discusión, como que no te deja satisfecho’. Y me preguntó: ‘Papá, entonces dime tú, en tu concepto, ¿cuál es la mejor creación de la naturaleza?’. Y le dije sin vacilación: ‘¡La mujer colombiana!’.

Jorge Montoya Toro, un poeta por allá de mi tierra, les decía a las mujeres:

‘Me gustas porque sí, sencillamente mi corazón te quiere. No encontraría en la íntima alegría la palabra que te expresara lo que mi alma siente.

Yo te quiero así, te quiero simplemente, como el día al paisaje, como el agua a la rosa que levanta su ufanía frente a la primavera floreciente.

Te quiero con sencilla transparencia, con un amor apenas insinuado, que se vuelve silencio en tu presencia. Te quiero con tan alto corazón herido, que si no te dijera lo que te he amado, lo sabrías oyendo los latidos’.

Hoy, que los latidos de amor y de admiración de los hombres de Colombia por las mujeres de la Patria, que esos latidos los oigan todas las mujeres de la Patria, para que sepan cuánto las queremos y cuánto las admiramos. Muchas gracias”.

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