VIII
CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN NACIONAL DE EMPRESAS
DE SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS (ANDESCO)
Junio 30 de 2006 (Cartagena
de Indias – Bolívar)
Compatriotas:
Quiero saludarlos muy afectuosamente.
Creo que la circunstancia de haber mantenido, a lo
largo de estos
años, un diálogo concreto sobre los problemas
del sector, sus necesidades, la visión de largo
plazo, el trabajo cotidiano, ha sido útil. Pienso
que les ha traído más claridad a ustedes
sobre las posibilidades y limitaciones del Gobierno,
y por supuesto le ha dado a este Gobierno más
claridad para cumplir con mayor eficiencia sus deberes.
Y a eso ha contribuido que no han sido unas reuniones
de ceremonial sino unas reuniones de trabajo, a las
cuales se les ha hecho permanente seguimiento.
Quiero dar, en presencia de
ustedes, gratitud inmensa a mis compañeros de Gobierno que han liderado
la tarea en estos años: al doctor Santiago Montenegro,
director de Planeación, quien hoy está en
la ciudad de Pasto; al ministro de Minas y Energía,
Luis Ernesto Mejía Castro; a la señora
ministra de Comunicaciones, a la doctora Martha Pinto
de De Hart; a la doctora Sandra Suárez Pérez,
ministra de Ambiente y de Vivienda, y a la doctora
Evamaría Uribe Tobón, nuestra superintendente
de Servicios Públicos.
Ellos y todos sus compañeros han hecho una
tarea en uno de los temas más difíciles
de la Patria, una tarea con patriotismo, con eficacia,
con transparencia, y yo soy el primero en deplorar
que algunos de ellos nos abandonen. Santiago Montenegro
porque se va al BID. Luis Ernesto porque nos mantenemos
su padre y yo en una competencia a ver si su padre
se lo lleva o yo lo retengo. A Evamaría la tenemos
que mantener amarrada porque lo problemas que aún
faltan son inmensos. Sandra porque empieza el martes
de la semana entrante en la Universidad de Harvard.
Creo que su juventud y la tarea de servicio al país
que le espera por delante, a todo eso le es muy importante
esa experiencia académica que va a tener.
Y con el doctor César De Hart he tenido una
rivalidad porque él se quiere llevar a Martha
para Bucaramanga. Nosotros logramos tenerla cuatro
años en Bogotá. Entonces el compromiso
con ella y con César es que, bueno, está bien
que regrese a su casa de Bucaramanga, pero no se puede
retirar de la vida del servicio público. Ha
hecho unas reformas la verdad muy impresionantes. Hacer
unas reformas que tantas veces habían fracasado,
tan difíciles, y haberlas sacado adelante.
A todos estos compañeros yo les quiero expresar
toda la gratitud y pidamos a Dios que estos años
que vienen nos permitan seguir resolviendo problemas
y avanzar más en esta tarea tan importante de
los servicios públicos.
Y quiero felicitarlos a ustedes.
Todos los días
veo más madura la Asociación, más
focalizada en los temas prioritarios. Yo creo que este
diálogo permanente nos ha ayudado muchísimo.
Y la verdad es que en medio de las dificultades, pienso
que hay cosas buenas en Colombia. Han mejorado las
empresas y en términos generales han mejorado
las relaciones con los usuarios.
No estamos en el paraíso pero hay mejorías
evidentes. Por ejemplo, cuando uno ve el balance de
Luis Ernesto compara en qué estaban las electrificadoras
hace unos años y ahora. No obstante que quedan
pasos tan importantes como la solución de esas
disparidades de mercado entre Bogotá y Cundinamarca,
Antioquia y Valle de Aburrá, la creación
del pool de electrificadoras, su democratización,
pero pienso que hay un gran avance.
En el tema, por ejemplo, de
la Superintendencia, hemos salido adelante con muchas
empresas, faltan otras,
hay que consolidar todo el proceso de recuperación
de Emcali, y allí apenas empieza lo de Emsirva,
temas muy difíciles. Entonces la tarea que queda
es muy grande.
Quiero felicitarlos no sólo por los logros
de la asociación sino por los logros de cada
empresa en particular. ¿Vinieron los vocales
este año o no? Bueno. Porque eso es muy importante.
Es un símbolo de algo que tiene que profundizarse,
que es esa construcción de una buena relación
entre la comunidad de usuarios y los prestadores.
Hace cuatro años aquí en la Costa Caribe
encontramos un incendio, porque las empresas prestadoras
del servicio de energía querían irse
del país y los usuarios estaban enardecidos.
Todavía nos quedan problemas. Yo diría
que en algunas partes ha mejorado mucho. Hay zonas
de la Costa Caribe todavía con problemas serios,
como esa área de Mompós, toda la Depresión
Momposina, pero ya hay otras partes donde se ha mejorado
mucho. Y hemos recibido la buena noticia, me la dio
el señor Ministro hace dos días, de la
decisión de Electrocosta y Electricaribe de
hacer una capitalización grande de los recursos
que sus empresas matrices tenían allí como
créditos. Eso es un muy buen aporte.
Pienso que tenemos que seguir
trabajando todo ese tema de la integración
de las empresas con los usuarios.
Diría yo que un punto muy importante que está bien
concebido pero se ha desarrollado poco, es el de todos
esos esquemas innovativos para llegarles a mercados
pobres. Creo que el ejemplo de las microempresas de
distribución hay que generalizarlo, expandirlo
por todo el país. Y pienso que unos mecanismos
de mercado, como ventas por tarjeta, sistemas de prepago,
etcétera, ojalá en los años que
vienen eso lo pudiéramos generalizar. Y encontrar
todos los días mejor entendimiento entre las
empresas y los usuarios. Entre otras cosas para evitarle
al sector las contradicciones agudas que se dan cuando
hay cargas ideológicas.
A uno le da mucho temor cuando
hay una contradicción
aguda entre quienes quieren que todo sea privado y
quienes quieren que todo sea estatal. O cuando hay
una contradicción antagónica entre una
empresa y los usuarios. Por eso esos acuerdos y esos
puntos de equidad, esos nuevos mecanismos de mercado,
esas formas de participación ciudadana, ayudan
mucho a evitar esas contradicciones.
Yo tengo mucha fe de que el
fondo de solidaridad de Emcali produzca muy buenos
resultados. Todavía
hay sectores que lo siguen discutiendo. Pero pienso
que es un gran camino. Porque hace cuatro años
en Cali amplios sectores de la población pedían
que se privatizara la empresa. Y la organización
sindical y la clase política se oponían
radicalmente a la privatización de la empresa.
Y era una contradicción muy aguda. Que si la
empresa no sale adelante, esa contradicción
puede volver a reaparecer en toda su fuerza.
El fondo de solidaridad en
alguna forma nos ayuda a tener un mecanismo de participación de todos
los ciudadanos, que vigile la administración
de la empresa, que garantice que la empresa sea eficiente
como empresa estatal, desclientelizada, y al mismo
tiempo nos ayuda a apalancarla financieramente y nos
ayuda a que los ciudadanos se sientan partícipes
de la empresa. Porque una cosa que me sorprendía
en Cali es que la gente veía a su empresa con
mucha rabia. Decía: pero si es estatal. Entonces
ya la ciudadanía no veía que fuera estatal
o privada, sino que le tenía malquerencia por
su ineficiencia y por su desgreño. Y esas malquerencias
hay que superarlas.
Yo creo que esos fondos de
solidaridad ayudan mucho, y esos mecanismos como
la participación de microempresas,
etcétera, para que se garantice estabilidad
en largo plazo. Cuando hay contradicciones antagónicas
de por medio, se corre el riesgo de que haya bandazos,
se corre el riesgo de que no haya estabilidad en el
largo plazo. Por eso superar esas contradicciones,
una buena relación permanente entre las empresas
y los usuarios, los gerentes de las empresas y los
vocales de las empresas, etcétera, creación
de mecanismos como los fondos de solidaridad, empresas
comunitarias que participen en la cadena, todo puede
ayudar a resolver todas estas contradicciones y a garantizar
estabilidad.
Un mensaje que yo quisiera
dejar hoy para que lo trabajemos en los próximos años, es: garanticemos
estabilidad. Y esa garantía de estabilidad necesita
crear una sensación de tranquilidad en la opinión
ciudadana. Si no hay esa percepción que le dé tranquilidad
a la opinión ciudadana, es muy difícil
garantizar la estabilidad.
El tema de la tributación. Me voy a referir
a algunos de los que trató el doctor Gustavo
(Galvis, presidente de Andesco).
El Gobierno está preparando la reforma tributaria.
Esperamos que la agenda legislativa del Gobierno se
radique en el Congreso el 20 de julio, y que esté previamente
consultada con las bancadas. Incluso me parece de la
mayor importancia para el país, para Gobiernos
de opinión, que la discusión no sea la
discusión burocrática sino la discusión
de la agenda.
Si queremos Gobiernos de opinión, hay que sepultar
la discusión burocrática y hay que sentarse
a la discusión de la agenda. Por eso el Gobierno
va a procurar en los próximos 15 días
tener listo el conjunto de proyectos de ley y tenerlos
consultados con las bancadas antes del 20 de julio.
Yo llamo la atención al Gobierno y a los compañeros
elegidos para el Congreso, sobre la necesidad de que
olvidemos discusiones burocráticas y nos focalicemos
en la discusión de la agenda. Es el gran reclamo
de la opinión pública. Y a la opinión
pública, en los Estados de opinión, menos
que se le puede defraudar.
Entonces la reforma tributaria:
aspiramos que tenga características que llenen cinco parámetros.
Que estimule el crecimiento.
Que sea redistributiva, más que por el origen
de los recursos, por la posibilidad de financiar las
soluciones sociales que mejoren la distribución.
Que sectores analistas la entiendan
como estructural. Un tema muy difícil, porque
cuando uno habla con un tributarista le da un concepto
de reforma tributaria
estructural muy diferente al que le da el otro. Casi
cada uno de los tributaristas tiene su propio concepto
de reforma tributaria estructural.
Que sea un paso definitivo
para que al país
le regrese el grado de inversión. Nos hemos
olvidado en los últimos años, por la
reducción de las tasas de interés, que
el país perdió hace algunos años
el grado de inversión y todavía no se
ha recuperado. Es muy importante que la reforma tributaria
que vayamos a hacer, sea un paso definitivo para regresarle
al país el grado de inversión.
Y que nos ayude a formalizar
la economía.
Esas serían las cinco características
de esta reforma tributaria.
En cuanto a la primera, ahí respondo a la inquietud
del doctor Gustavo. Para combinar la primera con la
segunda, o sea que estimule el crecimiento y al mismo
tiempo estimule la redistribución, más
que en el origen de los recursos, en la focalización
de los recursos al tema social, yo diría lo
siguiente: me parece que el país necesita estimular
las inversiones productivas y gravar más la
mera propiedad. Creo que eso estimula la necesidad
de fomentar el crecimiento y al mismo tiempo avanzar
hacia una mejor redistribución. En ese sentido
estamos trabajando.
En cuanto al primer punto.
Estimular las inversiones productivas, yo soy partidario
no solamente de la reducción
de la tarifa de renta, sino de la preservación
de estímulos generales a la reinversión
de utilidades.
Creo que lo que ha pasado en
los dos últimos
años en Colombia, habla muy bien de ese esquema.
Recuerdo discusiones con sectores del Congreso de la
República, con mis propios compañeros
del Gobierno: había mucho temor a introducir
esos estímulos. Los resultados han sido muy
buenos.
El más pesimista frente a esos resultados reconoce
que por lo menos se anticiparon en el corto plazo inversiones
que las empresas tenían programadas para períodos
de largo plazo. Que los estímulos obligaron
a que esas inversiones se anticiparan. Y todos los
temores que había en el sentido de que esos
estímulos afectarían el recaudo, los
resultados se encargaron de disipar. Y se comprobó lo
que muchos empresarios le dicen a uno: mire, no hay
mejor inversión para el Gobierno, que saber
introducir los estímulos adecuados. Eso tiene
una tasa de retorno para el fisco muy elevada, como
se ha comprobado en estos últimos dos años.
Entonces yo soy partidario
de la reducción
de la tarifa general de renta y complementar eso con
estímulos, porque no se le puede dar el mismo
tratamiento al que crece que al que no crece. Más
aún, hay un sector de tributaristas que dice
que la sola reducción de la tarifa aumenta el
recaudo. Yo particularmente, mirando muchas experiencias,
acepto que sí. Pero si eso no está adicionado
por estímulos a la inversión, ese aumento
del recaudo se estanca.
Hay unos años iniciales de aumento del recaudo,
pero por falta de esos estímulos adicionales
para la inversión, se estanca. Entonces lo que
necesitamos es proyectar un aumento del recaudo en
el largo plazo, no solamente de dos o tres años.
Nada nos ganaríamos con tener unos aumentos
de recaudo por disminución de la tasa de renta
dos o tres años, y que después se estanque.
Para tenerlos en un horizonte de largo plazo, yo creo
que no basta con disminuir la tarifa de renta, sino
que es necesario complementar eso con estímulos,
estímulos a la inversión.
Y esos estímulos a la inversión compensarlos
con gravámenes a la propiedad.
He pensado mucho en los libros
de don Hernán
Echavarría, en estos días, cuando medito
sobre esa reforma tributaria, y creo que un país
que necesita forzar inversión productiva y hacer
redistribución, iría por buen camino
al estimular la inversión y al gravar más
la mera propiedad. Al estimular la inversión
con disminución de la renta, y gravar más
la mera propiedad.
Y entonces ahí llegamos al sector de los servicios
públicos. Hablemos de dos estímulos.
Del estímulo general de la deducción
del 30 por ciento a las nuevas inversiones, que ha
operado en los últimos dos años, está en
el tercer año. La reforma tributaria debe contener
un estímulo que mantenga esta filosofía
a largo plazo. Yo no sabría exactamente cuál,
pero sí uno que mantenga la filosofía.
Quisiera darles tranquilidad sobre eso.
Y el segundo estímulo, el específico,
que se introdujo para las inversiones regionales de
empresas de servicios públicos, que veo que
lo aplica la Empresa de Acueducto de Bogotá,
que ya es socia de varios acueductos regionales y ahora
empieza a aplicarlo EPM con el acueducto regional de
Urabá.
Ese estímulo apenas lo introdujimos, y una
de las personas que más lo impulsó es
la doctora Nancy Patricia, por allí está.
Eso se definió en un Consejo Comunitario en
Girardot.
Yo tengo mucha fe, no obstante
que se aplicó en
el año 2003, que se aprobó en el año
2003, apenas se empiece a aplicarse. Pero lo que pasa
es que a los procesos hay que darles tiempo de que
maduren. A mí me parecería un error,
ahora que empezaron a conocerlo y que empiecen a aplicarlo,
que el Congreso y el Gobierno fueran a retirarlo de
la reforma tributaria.
Yo soy partidario de mantenerlo
en la reforma tributaria porque apenas ahora empieza
a aplicarse. Uno de los
errores nuestros es esa visión cortoplacista,
creer que un estímulo de esta naturaleza, en
un país con tanta inestabilidad normativa, va
a producir resultados de la noche a la mañana.
Hay que darle tiempo.
Entonces el Gobierno tiene
el compromiso de mantener este estímulo y de buscar que el estímulo
general se preserve en su filosofía.
Sería importante también escuchar de
ustedes. Y para esa alianza de la Empresas Públicas
de Medellín y la Empresa de Acueducto de Bogotá,
ese estímulo es importante.
Mi impresión, a riesgo de estar equivocado
y salvo mejor opinión de ustedes, es que ese
estímulo es importante. Pero quisiera oírles
la evaluación sobre ese estímulo.
Por supuesto, hay un tema muy
exigente. El Gobierno que comienza tiene que trabajar
muy de la mano, obteniendo
como mira las metas que el país empieza a trazarse
al 7 de agosto del 2019, la visión del Segundo
Centenario. Porque sería desastroso que no se
avanzara hacia esas metas en el próximo cuatrienio,
que va a ser fundamental para que el país las
logre en el 2019.
Y hay unas metas muy exigentes.
El doctor Gustavo acaba de hablar de esa inversión de 107 billones,
de los cuales 75 por ciento tendrá que invertir
el sector privado. Metas muy exigentes. De ahí la
importancia de estos estímulos.
Y ahí viene otro tema. Los aportes extras del
presupuesto nacional. En el Gobierno que termina se
eliminaron los auxilios parlamentarios. Pienso y creo
que eso fue un gran avance para darle transparencia
al ejercicio de la política. Las elecciones
que hace poco se sucedieron en Colombia para elegir
Congreso y Presidente de la República, tuvieron
dos características: primero, no hubo auxilios
parlamentarios. Y segundo, no hubo presupuesto adicional.
Sería muy importante que los politólogos
conocieran esto. Nosotros tuvimos este año elecciones
de Congreso y elecciones presidenciales sin que se
hubiera aprobado presupuesto adicional para la vigencia
2005. Que de haberlo aprobado, se habría aprobado
en diciembre y se habría ejecutado en todo el
período electoral. Eso no se dio. Yo creo que
ese es un gran paso de transparencia en la política.
¿Qué pasó con los auxilios parlamentarios?
Se eliminaron y en su defecto se aprobaron en audiencias
públicas partidas adicionales del presupuesto
para las regiones del orden de un billón de
pesos. Allí hubo un componente de 360 mil millones
para acueductos y alcantarillados. Lo otro para otros
destinos.
¿Cuál es mi sugerencia que me voy a
permitir respetuosamente hacerla al Congreso de la
República a través de Planeación
Nacional y el Ministerio de Hacienda? Que el dinero
de audiencias públicas, en el cuatrienio que
viene, vaya todo a acueductos y alcantarillados, que
hagamos un gran esfuerzo en esa materia. ¿Cómo?
Lo he pensado en borrador, sobre todo al oído
del distinguido grupo de congresistas que nos acompaña.
Por ejemplo, hacer una asignación regional
teniendo en cuenta una matriz que combine necesidades
específicas insatisfechas en saneamiento básico,
necesidades básicas generales insatisfechas
y los esfuerzos fiscales del respectivo ente.
Hoy, a raíz de escuchar al doctor Gustavo,
aparecería otro elemento, que le rogaría
a la doctora Carolina tenerlo en cuenta para la reglamentación
de Planeación: es exigirle a las entidades territoriales
que reciban ese aporte del Gobierno Nacional, exigirles
que estén a paz y salvo con las empresas de
servicios públicos. Y yo le agregaría
otra cosa: exigirles además que, de acuerdo
con los interventores de Planeación Nacional,
demuestren un buen uso de las transferencias para acueducto
y alcantarillado.
O sea que habría una matriz con los tres elementos,
más los otros que el sector técnico defina,
para distribuir ese dinero de audiencias públicas.
Está Leyla (Rojas, directora de Agua Potable).
Está bien que se vaya Sandra a estudiar a Harvard,
pero a tí te amarramos también.
Entonces el doctor Juan Lozano,
que va a asumir esa cartera, y la doctora Leyla,
es bien importante que
vayamos pensando con Planeación la matriz para
discutirla con los honorables congresistas y los requisitos.
Y ese requisito del paz y salvo de buen manejo de las
transferencias debe ser fundamental, como el requisito
de que estén al día con las empresas
de servicios públicos.
Alguien me decía estos días discutiendo
el tema: bueno, Presidente, cómo no van a gastarse
eso sino en servicios, en acueducto y alcantarillado,
si hay partes del país ya muy desarrolladas.
Yo les decía: miremos. Sí, la ciudad
de Bogotá no tiene problemas, aparentemente,
pero tiene uno muy grande: el río Bogotá.
Entonces uno podría pensar: lo que en esa matriz
le corresponda a Bogotá, apórtelo por
el presupuesto nacional al saneamiento del río
Bogotá. Entonces me dicen: usted no puede comparar,
Presidente, el Carmen de Bolívar con Armenia.
Armenia tiene muy buen servicio de acueducto y el Carmen
de Bolívar no lo tiene. Sí, pero uno
va a Armenia, y por el crecimiento del turismo necesitan
construir una represa en la Cordillera Central.
Bucaramanga, por ejemplo, que
tiene hoy un muy buen servicio, tiene que hacer unas
ampliaciones muy grandes
en los años que vienen.
Pero imaginemos una ciudad:
Medellín, que va
bastante adelante no solamente para atender las necesidades
presentes de acueducto y alcantarillado sino las futuras
y que ha avanzado bastante en la descontaminación
del río Medellín y que tiene los proyectos
para el faltante. Entonces su participación
puede ser para contribuirle a Medellín a que
culmine el proceso de saneamiento de las aguas residuales
que son vertidas al río.
Pensemos los municipios que
están bien atendidos
por corporaciones regionales, pequeños municipios
que ya tengan resuelto el problema del acueducto y
el problema de las redes de alcantarillado, casi ninguno
tiene resuelto el problema del tratamiento de las aguas
residuales.
Entonces un municipio de la
Sabana de Bogotá tiene
el acueducto y tiene las redes de alcantarillado. ¿A
dónde enviaríamos los dineros de audiencia?
A la inversión que se requiere para el tratamiento
de las aguas residuales.
De esa manera he pensado el
esquema, y quería
este borrador inicial proponerlo hoy en esta reunión
de ustedes: que nos gastáramos todo el dinero
de audiencias en acueductos y alcantarillados.
Con esa matriz de esos tres
elementos, más
los otros que ajuste el sector técnico. Con
esos dos requisitos. Y para salvar la discusión
de que hay unos mucho más adelantados que otros,
pues se supone que al Carmen de Bolívar hay
que financiarle lo que le falta del acueducto básico.
Y a un municipio que está muy bien en el Quindío,
habrá que financiarle la planta de tratamiento
de aguas residuales que aún no tiene.
Bueno, les agradezco su asistencia y ahora quisiera
escuchar a algunos de ustedes.
Muchas gracias.