Con el ataque a Toribío (Cauca),
la guerrilla de las Farc, además de matar
a un niño y tres policías y atacar
a la población civil, destuyeron la vida
e ilusiones de sus habitantes. Tristeza y desolación,
fue lo que encontró el presidente Álvaro
Uribe Vélez en el recorrido que hizo por
la zona, luego del ataque, del que dijo "se
sintieron muy fuertes mientras herían
y masacraban a los civiles, pero cuando llegó la
Fuerza Pública vino la otra explosión,
la de su cobardía, ahí mismo emprendieron
la huída".