Bogotá, 4 abr. (SNE).- El vicepresidente de la república,
Francisco Santos, reiteró este martes el llamado a los
grupos terroristas para que dejen de sembrar minas antipersona,
a la vez que denunció que las FARC ahora están
usando estos artefactos para proteger los cultivos de coca.
“Ahora en La Macarena ellos (FARC) han
colocado minas en las matas de coca, lo que demuestra que lo único que les interesa
es proteger el negocio”, expresó el Vicepresidente,
al informar que con esas acciones murió un erradicador
de arbusto de coca y varios uniformados.
Santos Calderón lamentó que Colombia ocupe el primer
puesto en accidentes por estos artefactos y sostuvo que para
prevenir nuevos accidentes, el Gobierno ha empezado “en
60 municipios a capacitar a toda la población, empezando
por los niños, para que puedan prevenir (accidentes con
minas)”.
Además, dijo que Colombia está trabajando para
elevar el estándar de atención médica de
las personas que son victimas de este crimen de guerra, para
que así puedan acceder a una atención total.
Manifestó que desde su despacho se viene adelantando
un trabajo para referenciar todos los lugares donde se han presentado
accidentes con minas, donde se han encontrado minas y donde se
han desactivado, “para que más adelante cuando estos
grupos terroristas dejen colocar minas podamos ir a desminar”.
En el marco del día mundial contra las minas antipersona,
el Monitor Mundial de Minas, entregó unas cifras según
las cuales en Colombia hay un promedio de tres accidentes diarios
con estos artefactos y 626 municipios están afectados
por la siembra indiscriminada. Registra además cerca de
5 mil víctimas desde 1.990 hasta la fecha: 1.167 muertos
y 3.637 heridos.
La Asamblea General de las Naciones Unidas, el organismo de
la ONU que representa a la totalidad de los países miembros,
declaró el 4 de abril como el día internacional
de la conciencia contra las minas y las municiones abandonadas
sin explotar.
Durante el 2005, 1.060 colombianos fueron víctimas –resultando
muertos o mutilados- de las minas antipersona. Fue en 1990 cuando
se detectó el primer accidente de este tipo y desde entonces,
más de 620 municipios de todos los departamentos colombianos
-con la sola excepción de San Andrés y Providencia-,
en algún momento han dado cuenta de estos letales artefactos.
Cada mina sembrada es un peligro latente, ya que puede explotar
hoy mismo o hasta dentro de 40 o 50 años. Es decir, colombianos
que aún no han nacido podrán ser víctimas
de ellas. Incluso en circunstancias de paz las minas seguirán
cobrando vidas inocentes. De otro lado, ninguna actividad económica
es posible en zonas donde se haya detectado la presencia de minas.
EL EJEMPLO
Cabe recordar que como parte de la lucha en contra de estos
artefactos, el Gobierno Nacional destruyó el 24 de octubre
de 2004 las últimas 6.814 minas antipersona almacenadas
por la Fuerza Pública, mediante una explosión controlada.
Con la destrucción de este último arsenal, Colombia
además de cumplir con los compromisos de la Convención
de Ottawa, también avanzó en el respeto por los
derechos humanos.
“Lo cierto es que mientas el Gobierno cumple con sus tratados
internacionales, muestra su respeto por los derechos humanos,
las FARC -en especial-, pero el ELN también siguen sembrando
de muerte este país de manera indiscriminada, sembrando
minas en fuentes de agua, en colegios, patios traseros de las
casas como sucedió en Vista Hermosa donde murió un
niño y dos quedaron heridos”, expresó Santos
Calderón.
Finalmente, Santos calderón aseveró que estas
acciones son “indignantes” y que todos los colombianos “debemos
hacer es levantarnos en contra de estas organizaciones, como
uno solo, para decirles: basta ya, no coloquen más minas”.
COLOMBIA RECHAZA SIEMBRA DE MINAS
‘Contra las Minas somos Uno, una voz, una conciencia,
una sola fuerza a favor de la vida…’con esta propuesta,
todas las instituciones que mancomunadamente luchan en Colombia
contra las minas, rechazaron el uso de las mismas.
Asimismo, en las diferentes actividades los colombianos exigieron
a los actores armados al margen de la ley ‘que dejen de
sembrar minas’.
La manera más contundente de enfrentar el horror de las
minas, que castiga a las poblaciones más pobres y vulnerables,
es expresando el rechazo al uso de estos artefactos, en concordancia
con los postulados de la Convención de Ottawa de la cual
Colombia es parte.