PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE ANTE CONCEJALES
Bogotá, 6 abr. (SNE). Las siguientes
son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez, al intervenir
en el seminario “La participación ciudadana y las
corporaciones públicas”, que se realizó en
el Hotel Tequendama con la participación de los concejales
del país.
“Esta lucha contra el terrorismo es dura. Recuerdo que
me posesione el miércoles 7 de agosto de 2002, y a las
5:30 de la mañana del día siguiente aterricé en
Valledupar y en las calles de esa ciudad realizamos una especie
de primer Consejo Comunitario, para empezar la tarea de recuperar
la seguridad en las carreteras del Cesar y del Magdalena.
En las horas de la tarde fui a Florencia para iniciar el proceso
de la ampliación de las oportunidades educativas para
los colombianos, y encontré los Alcaldes de los municipios
del Caquetá todos agolpados en la Alcaldía para
poder medio guarecerse de un terrorismo que los perseguía
de manera inclemente. Y en esa situación estaban casi
400 alcaldes de la Patria.
Nos propusimos adelantar en estos cuatro años una política
de Seguridad Democrática. Democrática para profundizar
el pluralismo, democrática para recuperar las libertades,
democrática para marcar diferencias con otros países
del mismo continente donde en nombre de la seguridad se limitaron
las libertades, se censuró la prensa, se afectó el
pluralismo. La nuestra ha buscado todo lo contrario: recuperar
las libertades plenamente, profundizar el pluralismo.
Hemos avanzado, pero en el proceso se presentan reveses. Hoy
los 1.098 alcaldes de Colombia ejercen sus atribuciones en sus
municipios. Hay unos casos en los cuales por amenazas se repliegan
constantemente en las capitales de los departamentos. Allí hay
un avance importante.
En esta Patria asesinaban en años 165 dirigentes sindicales.
El año pasado todavía nos asesinaron 12. Quisiéramos
decirle al mundo que ya no asesinan dirigentes sindicales en
Colombia. No lo hemos logrado, pero hay un enorme trecho de 165
a 12.
En esta Patria tuvimos años en los cuales asesinaron
15 periodistas. Todavía el año pasado nos asesinaron
dos. Quisiéramos decirle al mundo que la Seguridad Democrática
ha triunfado y que no hay asesinato de periodistas en nuestra
Patria. Hemos mejorado mucho, pero todavía tenemos dificultades.
Las elecciones de 2003 permitieron a opositores y a abstencionistas
del Referendo ejercer a plenitud en todo el país sus derechos
democráticos.
Al día siguiente asistimos a unas elecciones de concejales,
diputados, alcaldes y gobernadores, en las cuales por primera
vez, para los más altos cargos del Estado en el nivel
territorial, fueron elegidos candidatos de partidos alternativos
a los tradicionales, de profunda oposición, también
en coaliciones en las cuales participaban partidos políticos
integrados por miembros de antiguas guerrillas.
Los candidatos recibieron plenitud de garantías. Muchos
de ellos fueron elegidos, y para la Seguridad Democrática
no bastó con las garantías para la campaña.
Tampoco fue suficiente con las garantías efectivas para
la elección.
Nos hemos propuesto, desde esa elección de octubre de
2002, que la Seguridad Democrática les brinde todas las
garantías para el ejercicio de sus cargos y de sus competencias.
Hemos buscado construir con todos ellos gobernabilidad. Dije
a los alcaldes y gobernadores elegidos en octubre de 2003 que,
con el propósito patriótico de construir unidad
alrededor del respeto de la Constitución, el Gobierno
quería entenderse constructivamente con todos, independientemente
del origen político de su elección. Así lo
hemos practicado, apreciados concejales de la Patria.
Acaban de sucederse las elecciones del Congreso. Esas elecciones
tuvieron una particularidad: los candidatos de todos los partidos,
afectos unos a las tesis de Gobierno y otros en la oposición,
visitaron todos los lugares de la Patria. Hace cuatro años
muchísimos lugares estaban vedados.
Hubo candidatos, como en mi caso, que tuvimos que permanecer
muchas semanas en Bogotá en un estudio blindado de televisión.
Esas elecciones que acaban de surtirse se dieron con otra característica:
los candidatos comparecieron a elecciones sin auxilios parlamentarios,
sin presupuestos adicionales, un esquema más transparente
para la sana competencia.
El Gobierno, por razones de transparencia democrática
y de disciplina fiscal, no presentó proyectos de presupuesto
adicional y convinimos con el Congreso que no se tramitarían.
Hace pocos días, el nuevo coordinador de Naciones Unidas
en Bogotá me decía que estaba asombrado por nuestra
democracia. Que en pleno proceso electoral, en lugar de estar
el Gobierno nombrando personas para impulsar votaciones, el país
se convoca a unos concursos de méritos para escoger funcionarios
públicos a través de los procedimientos concursales
de la carrera administrativa. Creo que todo esto es sano para
la democracia, le da transparencia.
Hemos logrado, a consecuencia de la Seguridad Democrática,
la desmovilización de más de 34 mil personas: alrededor
de 28 mil de los paramilitares y alrededor de 7 mil de las guerrillas.
Estamos en la víspera del desmonte del movimiento paramilitar.
Este Gobierno tomó la decisión de enfrentar, con
toda la determinación a unos y otros, en la búsqueda
de una Nación sin guerrilla, sin paramilitares, sin narcotráfico,
sin corrupción, que honre las libertades y reivindique
a los pobres.
Para nosotros el tema paramilitar, el tema guerrillero, no ha
sido un tema de coctel, sino un tema de ejercicio de autoridad,
con espíritu democrático. La desmovilización
de los paramilitares ha sido antecedida por una tarea heroica
de la Fuerza Pública, que ha abatido a más de 1.640
integrantes de esos grupos.
Y la guerrilla empieza a entender que, ante una autoridad firme,
sostenida en el tiempo, con criterio democrático, el camino
correcto debe ser buscar una negociación seria y de buena
fe. El Gobierno, que ha tenido toda la determinación para
enfrentar la guerrilla sin claudicaciones en todo el territorio,
también ha tenido toda la disposición de buscar
la paz.
Estamos haciendo todos los esfuerzos para no fracasar en ese
proyecto, tan desafiante y ambicioso, que es la reinserción
de 34 mil colombianos, y que puede superarse todavía ese
número.
Con lamisma determinación con que hemos perseguido estos
grupos, hemos abierto las puertas de la negociación. Hoy
dirigentes del Eln disfrutan decretos de levantamiento de las órdenes
de captura, decretos producidos por el Gobierno para estimular
esas conversaciones preliminares, exploratorias, que se han adelantado
con esta organización en Cuba, queriendo apostarle a que
ese proyecto de diálogo avance y se convierta en un nuevo
eslabón de paz en Colombia.
Confío que Francisco Galán y Antonio García,
al percibir en su propio ser los aromas amables de la libertad,
se comprometan definitivamente a que pasemos de esas conversaciones
exploratorias a consolidar acuerdos de paz.
Así lo deseamos. Y con la firmeza que hemos impulsado
el ejercicio de la autoridad contra los violentos, con un nivel
semejante en prudencia, buscaremos que avance este proceso de
paz con el Eln.
Pero esta tarea tiene reveses. Al salir de una reunión
ahora con las EPS de salud, fui informado por el señor
Alcalde de Bogotá del estallido de dos petardos en la
ciudad contra buses alimentadores de Transmilenio. La cifra preliminar
nos habla de 11 heridos.
Cómo afecta eso. Estamos esperando las decisiones que
se tomen en el consejo de seguridad convocado por el señor
Alcalde, para acoger esas recomendaciones y ejecutarlas, y complementarlas
con todas las decisiones pertinentes para enfrentar esta amenaza
terrorista, decisiones que comunicarán los altos comandantes
en las próximas horas.
Esta tarea la tenemos que mantener sin claudicaciones. No hay
presión que nos pueda hacer ceder en el propósito
de la Seguridad Democrática, apreciados concejales. Con
la ayuda del Dios, el heroísmo de nuestros soldados y
policías, la fortaleza del pueblo colombiano, sosteniendo
la Seguridad Democrática, llegaremos a la paz.
Aquí hay otro revés, y no es fácil acudir
ante los concejales: el asesinato de los concejales de Puerto
Rico en el Caquetá, el asesinato de los concejales en
Rivera, Huila, y asesinatos aislados en muchos sitios de la Patria.
Mientras hemos avanzado en la Seguridad Democrática para
proteger alcaldes, gobernadores, para proteger periodistas y
sindicalistas, hemos tenido estos serios reveses en la política
de protección de concejales.
Todavía me pregunto, y espero que concluyan las investigaciones
de la Policía, ¿por qué los guardias de
policía que estaban en el recinto donde fueron asesinados
los concejales de Rivera, no reaccionaron con la eficacia con
que pudieron reaccionar? Ellos no estaban distantes, estaban
en el mismo sitio.
Asumo ante los concejales la responsabilidad de reconocer que
allí hay un interrogante bastante preocupante. No puedo
guardar silencio ante ustedes. Al Gobierno preocupa enormemente
la pregunta: ¿por qué no hubo reacción?
Estamos dando plazo prudente para que terminen esas investigaciones
a cargo de la Dirección General de la Policía,
y para tomar las decisiones necesarias y complementarias a las
ya tomadas.
El terrorismo no se derrota con apaciguamiento. El terrorismo
no se derrota con claudicación. El terrorismo solamente
revisa su comportamiento, cuando siente que hay un ejercicio
de autoridad y una opinión que lo derrota. Y eso exige
perseverar en medio de la amenaza de las dificultades, perseverar
a pesar del dolor de los reveses.
La historia de la humanidad está llena de ejemplos: cuando
se busca apaciguar el terrorismo, el terrorismo se crece. Cuando
uno cree que puede sobar el lomo del terrorismo, termina en su
vientre, devorado, termina en sus fauces.
Pero la historia de la humanidad también es sabia: el
terrorismo nunca ha derrotado un Estado democrático que
procede con toda la firmeza de autoridad y de buena fe.
Las negociaciones con el terrorismo no nacen a partir de posiciones
apaciguadoras ni débiles. Las negociaciones con el terrorismo
nacen a partir de mantener posiciones firmes en el ejercicio
de la seguridad, que hagan que el pueblo sienta confianza en
la firmeza de esas decisiones y que produzcan finalmente reflexiones
en el terrorismo.
Ayer me preguntaban unos distinguidos periodistas de Neiva que
qué opinaba yo de los diálogos regionales. Les
dije: los hay de diferente naturaleza: si son diálogos
para construir escenarios de convivencia, de connivencia con
el terrorismo, ¿para qué? Son inútiles.
Es simplemente concederle espacio al terrorismo.
Si llegare a hacerse un acuerdo para empezar un proceso de paz
serio, con cese de hostilidades, ahí cabe perfectamente
la posibilidad de que ese proceso pueda avanzar en parte a través
de diálogos regionales.
Quería insistir ante ustedes, apreciadas concejalas y
concejales de mi Patria en esa tesis. Sé de sus convicciones
democráticas, de su propósito de tener una Nación
en paz. Sé de su afán por lograr la tranquilidad
de sus regiones. Pero también todos ustedes, todos nosotros
los colombianos, tenemos acumuladas experiencias que nos enseñan
que la paz sólo nace de la autoridad firme y que todo
lo opuesto ocurre cuando se consiente y cuando se claudica ante
el terrorismo.
En nuestras últimas reuniones hemos escuchado una agenda
propuesta por ustedes, y hoy valdría la pena revisar con
ustedes algunos temas de esa agenda.
En Pereira se habló muchísimo del tema de la educación.
No ha sido fácil, porque no faltan obstáculos,
emprender el proyecto piloto.
Ha trabajado inmensamente la Federación, su director
ejecutivo, el doctor Óscar Andrés Núñez
Parra. El Gobierno reconoce que, por sus persistencia, han venido
saliendo estos programas.
Sería bueno, doctor Antonio (Galán, presidente
de la Federación Nacional de Concejos), poder escuchar
de ustedes cómo perciben ese proyecto. Porque nada ganamos
con reunirnos, con tomar decisiones y después no evaluarlas.
También aprovechar la presencia del Ministro de Protección
(Diego Palacio), para que nos cuente sobre los decretos de seguridad
social, y escucharlos a ustedes sobre cómo va la implementación
en esos municipios.
Aquí está el honorable senador Hernán Andrade,
ponente del proyecto de iniciativa popular de los concejales
de Colombia.
El señor presidente de la Federación, el doctor
Antonio Galán Sarmiento, ha solicitado al Gobierno presentar
al Congreso de la República una petición de trámite
de urgencia a ese proyecto.
Es bueno, aprovechando aquí la presencia del doctor Hernando
Angarita, viceministro del Interior, quien es esa especie de
enlace permanente entre el Gobierno y los concejales de la Patria,
que también examinemos, en conceptos del senador Andrade,
de ustedes mismos, los principales puntos del proyecto y aquello
que ameritaría la solicitud de trámite de urgencia
al honorable Congreso.
Yo quisiera repetirles un saludo muy, muy afectuoso. Me da tristeza
venir a esta reunión y ver esta primera fila con los retratos
de los sacrificados.
No es fácil darle la cara a esta reunión. Cuánto
quiere uno que la Seguridad Democrática produzca más
rápidos y plenos resultados. Pero también veo allí una
pancarta que dice: “Terrorismo o democracia. No más
asesinatos a concejales” Qué buena esa disyuntiva.
Qué pertinente ese dilema: terrorismo o democracia.
Qué diferencia la acción del terrorismo colombiano
contra la democracia, con las iniciativas que algunos movimientos
insurgentes de América Latina tuvieron contra dictaduras.
En el momento que aquellos otros, en otros países, batallaban
contra dictaduras, merecían el calificativo de insurgentes,
que en alguna forma ennoblecía su lucha.
Pero estos de acá, en lugar de actuar contra dictaduras,
han actuado es contra la democracia.
Era yo estudiante universitario, la universidad pública
colombiana parecía guiada exclusivamente por el marxismo.
Nos hacían pensar que el mundo no tenía más
alternativas que escoger entre las versiones maoísta o
leninista del marxismo o la revolución cubana. No nos
permitían anticipar que pocos años después
iría a caerse el Muro de Berlín. Y las Farc hacía
llegar a esas universidades unos comunicados, en los cuales sostenía
que persistía en la lucha armada porque en Colombia no
había democracia local.
Después de un debate de más de cien años,
Colombia incorporó la elección popular de alcaldes.
Ese acto legislativo fue sucedido por la Constitución
del 91, que trajo la elección popular de gobernadores
e instrumentos de democracia directa, que han creado un buen
balance en nuestra Patria entre la democracia representativa
y la democracia participativa.
¿Cuál fue la reacción de la Farc? La misma
Farc que había pedido que se avanzara hacia la democracia
local, se convirtió en asesina de alcaldes, de gobernadores,
de concejales. Qué inconsecuencia.
Hace pocos días, y lo he repetido mucho en la Patria,
he dicho que la Farc en lugar de seguir asesinando concejales,
que es asesinar la democracia, que son hechos para descalificarla
como insurgente y para denunciarla como terrorista, debería
hacer la reflexión, la revisión de los comportamientos
y trabajar por la paz.
También dijeron en algún momento que no hacían
la paz porque en Colombia no había garantías para
la oposición. Si algo ha ocurrido en este Gobierno es
que hemos pasado de las garantías retóricas, meramente
declarativas de los textos constitucionales y legales, a las
garantías eficaces en procura de que la oposición
pueda ejercer plenamente sus derechos.
Hace pocos días, me llamó un amigo y me dijo:
Presidente, estoy muy preocupado porque la oposición,
que critica su Gobierno y que dice que es paramilitar, cuando
su Gobierno es el que ha desmontado el paramilitarismo, la oposición
fue a Tierralta y a Valencia y allá gritaron: abajo el
paramilitarismo.
Le contesté yo a ese amigo interlocutor: qué bueno
que hubieran ido. Y qué bueno que otros colombianos hubieran
ido al Caguán. Y qué bueno que en Tierralta y en
Valencia hubieran gritado lo que en años anteriores no
se atrevían a gritar.
Esa es la demostración de que esta Seguridad Democrática,
en medio de reveses, avanza.
Y le dije a ese amigo: el derecho penal ha venido avanzando
de la tipificación de conductas por acción, a la
tipificación de conductas por omisión.
Yo diría que en Colombia no ha habido cercenamiento de
libertades democráticas por acción del Estado,
sino por omisión. Y justamente, cuando nosotros hemos
enfrentado a los terroristas para recuperar las garantías
democráticas, lo hemos hecho pensando que si el Estado
no los enfrenta, a pesar de que la Constitución dé garantías,
la práctica las niega.
¿
Para qué un texto constitucional garantista, si en la
práctica, por omisión de los gobiernos frente al
terrorismo, esas garantías no se manifiestan?
La diferencia que marca nuestro Gobierno es que ha estado regido
por las mismas garantías constitucionales de siempre,
pero ha pasado de la indiferencia a la acción total frente
al terrorismo, para convertir esas garantías constitucionales
retóricas y declarativas en garantías efectivas.
Si la práctica no honra las garantías constitucionales,
la ciudadanía las demerita.
Si la práctica honra las garantías constitucionales,
la ciudadanía las legitima.
Yo creo que para bien de la legitimación de las garantías
constitucionales, hemos avanzado con la Seguridad Democrática
en esta Patria colombiana.
Nos duelen mucho estos reveses, pero el llamado de la hora es
persistencia.
Cuando pusieron un carro bomba aquí en Bogotá,
esta ciudad se volcó a las calles y gritó: Bogotá llora,
pero no se rinde.
Cuando yo veo las fotos de los concejales acribillados por el
terrorismo, pienso en el fondo del corazón: los concejales
de Colombia, expresión genuina de la democracia, lloran
a sus compatriotas, a sus colegas, pero no se rinden.
Ustedes tienen un mandato y una función en la democracia,
que no podemos permitir que lo enturbie el terrorismo, que lo
debilite el terrorismo.
Sé que la mayor responsabilidad la tenemos en el Gobierno,
para poder avanzar con la Fuerza Pública hacia una protección
más efectiva de ustedes, y no vamos a escatimar esfuerzo
alguno.
Los invito, pues, a que con la participación de ustedes
miremos los temas de la agenda que dejamos en Pereira, que reiteramos
el año pasado, y si lo tuvieran a bien ustedes, el doctor
Antonio (Galán Sarmiento), su presidente, el doctor (Óscar
Andrés) Núñez, su director ejecutivo, podríamos
empezar por un informe sobre cómo avanza el piloto educativo.
Y en segundo lugar, con un informe sobre el tema de seguridad
social, y también escuchando un resumen de la ley, y analizando
y sopesando la conveniencia de recoger la solicitud del doctor
Galán Sarmiento, de presentar una petición de trámite
de urgencia al Congreso”.