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26 de abril

PALABRAS DEL PRESIDENTE EN LA ASAMBLEA DE ANIF

Bogotá, 26 abr. (SNE).- Las siguientes son las palabras del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, durante la asamblea de ANIF, realizada este miércoles en el Club el Nogal:

“Al final de este Gobierno acudo a la Asamblea de ANIF (Asociación Nacional de Instituciones Financieras) como ha sido la costumbre, para examinar con ustedes algunos temas de superior interés para la Patria.

En primer lugar, no encuentro palabras para agradecer, la presentación que acabamos de escuchar a Luis Carlos Sarmiento, que nos compromete mucho –a mis compañeros de Gobierno y a mí- a trabajar más y con mayor intensidad por esta Patria.

La verdad es que a mí también me toman con mucha sorpresa porque voy a los consejos comunitarios y la gente es muy amable, pero hacen lo que tienen que hacer, reclaman lo que no se les ha dado. Entonces llego a un Consejo Comunitario en Sogamoso y me dicen: ‘Presidente, sí está bien la carretera Sogamoso – Foravitoba – Iza pero falta tal carretera y falta tal otra’. Y voy a una reunión de microempresarios y me dicen: ‘bien, lo del microcrédito pero no nos ha llegado a fulano, a perano, a sutano’. El país siempre es deliberante en lo político entonces tengo que mantenerme en deliberación. Me sorprende mucho, doctor Luis Carlos, le agradezco de corazón tanta generosidad con lo que ha podido hacer este Gobierno, que mucho más nos compromete para Colombia.

Ustedes han convocado esta Asamblea con el especial interés de mirar lo que podría ser una agenda económica y social de mediano plazo en nuestra Patria. Me parece que es fundamental ubicarla alrededor de una palabra: confianza.

Esa agenda tiene que buscar que los colombianos tengamos confianza para vivir en Colombia, para invertir en Colombia. Que los colombianos tengamos confianza que en Colombia podemos estudiar, que en Colombia podemos adelantar una vida científica, que en Colombia podemos encontrar oportunidades de empleo digno, estable, bien remunerado. Que en Colombia podemos encontrar oportunidades de emprendimiento.

Confianza en Colombia, a mi juicio, debe ser la palabra que guíe la agenda económica y social de mediano y largo plazo. Para construir esa agenda alrededor de la generación de confianza, es muy importante definir el marco político y social para nuestra Patria. Creo que tenemos que interiorizar reflexiones. Colombia requiere trabajar por una democracia social incluyente, sin exclusiones pero sin odios.

Y entonces es muy importante, que ese marco político defina un modelo democrático fraterno, no un modelo de odios de clases. Al visitar recientemente muchas de las universidades públicas de la Patria –y soy hijo de la universidad pública-, me preocupa que todavía algunas tendencias políticas de la Nación quieren insistir en el modelo del odio de clases.

Cuando escucho el debate frente al TLC, me parece ver allí la prolongación del odio de clases que se le quiso inocular al país en los años 60 y 70 y que lo vimos por entonces en el movimiento estudiantil. Hoy lo veo en algunos niveles políticos, disimulado pero en los apoyos de esas estrategias políticas, con total pasión, expresado con ira, por supuesto, con menos doctrina que cuando existía ese proyecto marxista tan identificado doctrinariamente que el país conoció en los años 60 y en los años 70.

El modelo político nuestro, tiene que ser un modelo de permanente debate, un modelo pluralista sí, pero un modelo sin odios, un modelo fraterno. El debate con odios estanca el país. El debate con odios frena la inversión. El debate con odios crea toda clase de dudas, desconfianza. El debate con odios pone a la gente simplemente a defender posiciones con fundamentalismo, con dogmatismo y evita que la creatividad permita superar contradicciones.

Un debate democrático permanente para una sociedad incluyente pero fraterno, estimula un debate creativo, estimula el encuentro de opciones. Es bien importante pues, trabajar la visión del marco político de democracia pluralista en permanente debate fraterno y del marco social de la sociedad incluyente pero sin odios.

Y Colombia tiene que escoger si vamos a permitir que al país lo ubiquen en alguna de las posiciones en que quieren dividir a América Latina, en un país de izquierda o de derecha o si Colombia va a trabajar para sobresalir como una democracia moderna. La división que se pretende profundizar en América Latina entre izquierda y derecha, es una división obsoleta, impractica, polarizante.

Hace algunos meses, una periodista internacional me preguntaba que ¿cómo podía desempeñarse un Gobierno colombiano, regido por un Presidente que ella ubicaba en la derecha, en un medio latinoamericano de creciente afiliación a la izquierda? Y le dije: hágame un favor, déme una sola razón que le permita sustentar a usted que el Gobierno que preside el presidente Lula en el Brasil es un Gobierno de izquierda y el que yo presido en Colombia es un Gobierno de derecha. La periodista enmudeció.

Esa división es polarizante, así lo demuestra la última elección del Secretario General de la OEA. Esa división es obsoleta, tuvo alguna razón de ser cuando América Latina enfrentaba dictaduras de diversa naturaleza. Pero sometidos hoy a la regla democrática, esa división no encuentra fundamento en la realidad y es impráctica.

Le decía a mi casual interlocutora, aquella distinguida periodista internacional: ¿usted por qué insiste en acreditar unos gobiernos como gobiernos de izquierda y en demeritar otros gobiernos como gobiernos de derecha?, y finalmente me reconoció que era por sus propias inclinaciones, que ella es de izquierda.

Entonces le dije: sustentemos esto, déme finalmente una razón que explique porqué usted se autodefine de izquierda y porqué define al Presidente de Colombia de derecha. Y enmudeció de nuevo.

Creo que Colombia no puede hacerle juego a esto, que el marco político pluralista, fraterno, de la sociedad incluyente sin odios, que tenemos que construir para que nuestra Nación, a través de la confianza, supere los grandes retos, supere la pobreza, cumpla con las metas sociales del Milenio, cumpla con la Visión del país 2019 –que estamos construyendo con la Dirección de Planeación Nacional-, creo que ese marco político tiene que proponer en lugar de que Colombia se ubique en obsoletas formas de dividir la política, proponer consolidar una democracia moderna.

Esa democracia moderna, a mi juicio, tiene que estar regida por 5 parámetros: la seguridad con alcance democrático, el respeto a las libertades públicas, la construcción de cohesión social, la transparencia y el respeto a instituciones independientes. Creo que estos 5 parámetros concilian muchos temas que en algún momento del desarrollo histórico e ideológico parecieron excluyentes.

Bobbio mismo, a quien podríamos considerar el pensador reciente más evolucionista de la izquierda, nos demostró cómo valores que defendía la izquierda europea y valores que defendía la derecha, finalmente tendrían que convertirse en valores concurrentes de modelos políticos para consagrar y tipificar democracias modernas.

Las libertades individuales, que eran un patrimonio de la derecha y la cohesión social un patrimonio de la izquierda, tienen que ser convergentes. Un ciudadano, en una democracia moderna, para poder reivindicar sus libertades individuales, tiene que ser un gran contribuyente a la construcción de justicia social. Y aquellos que reclaman que se le ponga más énfasis a la erradicación de la pobreza, a la construcción de equidad, tienen que ser respetuosos de las libertades individuales de todos aquellos a quienes convocan para esa construcción de cohesión social.

La seguridad hoy no se excluye con las libertades públicas, al contrario, es una fuente de libertades públicas, es un valor democrático. Creo que si algo importante le ha ocurrido a Colombia es sustituir ese viejo concepto que asociaba la seguridad al militarismo, la descalificaba por antidemocrática, la ubicaba como un patrimonio intelectual de unos reducidos grupos de derecha. Colombia empieza a entender que la seguridad es un valor democrático, una fuente de recursos, que es un presupuesto fundamental para la garantía de las libertades individuales. Esa propuesta del marco político de democracia moderna que concilie la seguridad y la lleve de la mano con el respeto a las libertades individuales, muestra ahí su importancia.

Por ejemplo, cuando examino en todas las regiones de la libertad de prensa, encuentro que hoy hay un periodismo más libre que hace algunos años.

Hace algunos años, el periodismo se autocensuraba en todas las regiones por temor a la guerrilla o por temor a los paramilitares. Algo importante que ha logrado la Seguridad Democrática es que el periodismo le ha perdido el temor a esos grupos. Hoy en todas las regiones de la Patria el periodismo tiene absoluta confianza para denunciarlos. El periodismo ha superado la autocensura a que había tenido que someterse por presión de estos grupos.

Un periodismo más libre para denunciar, una oposición que se siente contenta en Colombia para criticar y presentar sus tesis, son demostraciones claras de que las libertades individuales encuentran en la Seguridad Democrática la mejor garantía.

Por eso, el concepto de seguridad no puede seguir, jamás puede volverse a considerar en Colombia como un concepto que se excluye con el respeto a las libertades individuales.

La libertad democrática ha demostrado en nuestro país ser un gran camino de reivindicación de las libertades individuales.

En ese marco, con esos 5 parámetros, para consolidar a nuestra Patria como una Nación que avanza todos los días por el camino de una democracia más moderna, aparecen una serie de reformas pendientes. En pueblos, como el nuestro con tantas dificultades, los gobiernos no pueden pensar sino dos minutos en cualquier éxito pasado, tienen que pensar el resto de los 58 minutos de la hora en lo que está pendiente, en lo que toca sen la siguiente hora, en los siguientes días, en los siguientes meses, en los siguientes años.

En esas reformas pendientes, aparecen reformas tan importantes como la tributación, la de transferencias, la administrativa, la de regalías.

Después de escuchar la juiciosa y minuciosa exposición de Luis Carlos Sarmiento, permítanme decir –sobre la reforma tributaria- que es fundamental que una nueva reforma tributaria en el país sea una reforma más orientada al crecimiento, orientada a la formalización, que simplifique.

Hay que insistir en reformas tributarias orientadas al crecimiento, porque la experiencia de estos 4 años me ha indicado que las escuelas económicas que prevalecen en nuestra Patria, por una u otra razón, no han sido amigas convencidas de los estímulos tributarios que estimulen el crecimiento. Con muchas dificultades pudimos tramitar en diciembre de 2003 aquel artículo de la reforma tributaria que introdujo una deducción del 30 por ciento a las inversiones generadoras de renta. Se anticipaban debacles.

En efecto, nos costo en el año 2004 alrededor de un billón de pesos y este año, cuando estamos recibiendo las declaraciones de rentas y el pago de impuestos correspondientes al año fiscal 2005, puede costar otro tanto, ¿pero cuánto contribuyó al crecimiento de la inversión y cuánto contribuyó al crecimiento del recaudo?

Quiero llamar la atención de nuestros compatriotas sobre la necesidad de cualquier reforma tributaria que vayamos a sacar adelante, ponga el buen cuidado en ser una reforma tributaria orientada hacía el crecimiento. Por supuesto, el tema de la formalización está asociado con la ampliación de las bases. Cuando el Gobierno, en la reforma tributaria de 2002 luchó y finalmente logramos sacar adelante aquel IVA del 2 por ciento sobre lo no grabado o excluido, que fue declarado inexequible por la Corte Constitucional, no estábamos pensando tanto en el recaudo derivado de ese IVA, como en dar un gran paso vía expansión de la tributación hacía la formalización de la economía.

Es más importante pensar en las responsabilidades de cada ciudadano con la tributación y en el fisco, así sea a través de tarifas simbólicas, que simplemente en una pretensión fiscalista que puede desatar contradicciones políticas y sociales que frenan estas reformas.

Por eso, hay algunos aspectos técnicos de tarifas altas, unificación de tarifas, etcétera, que es muy importante revisar incluso renunciar a ellos, en ocasiones, para darle paso a otras normas de mejor aceptación popular que pueden cumplir el objetivo de formalizar y hacer que cada ciudadano se sienta más comprometido con su Nación, más comprometido con los ingresos de su país, más comprometido con las fuentes de financiación de los programas sociales.

El sistema tributario nuestro no es fácil de simplificar. El Gobierno ha hecho un gran esfuerzo a través del programa MUISCA. Aspiramos que a medida que más colombianos puedan realizar sus diligencias ante la DIAN por vía electrónica, se vaya gozando de la simplificación del sistema.

Hace algunos meses le preguntaba al Ministro de Hacienda (Alberto Carrasquilla) y a un destacado grupo de economistas ¿cuál sería la mejor vía para simplificar el sistema tributario colombiano?, y algunos de ellos dijeron: el impuesto simple al ingreso, que en países como aquellos de la antigua Cortina de Hierro, están aplicando con éxito.

Les dije: no me atrevo, porque si bien muestra bondades, se maneja de manera muy simple, de todas maneras hay una diferencia, esos países venían de unas sociedades muy atrasadas en aspectos, pero también muy avanzadas en igualdad. Y es diferente aplicarle un impuesto simple al ingreso, a unas sociedades que tienen un alto grado de igualdad, que aplicarlo en unas sociedades como las nuestras con este alto grado de desigualdad.

Mi invitación es que pensemos, muy cuidadosamente, cómo podemos superar las dificultades que son retos, el sistema tributario nuestro, a ver cómo lo hacemos más simple, más manejable para la administración, más amigable para el ciudadano. Reto nada fácil.

REFORMA DE LAS TRANSFERENCIAS

Debemos reconocer que el incremento del recaudo de impuestos nacionales en este cuatrienio, incrementos del 12 por ciento en el 2003, del 22 por ciento en el 2004, del 15 por ciento en el 2005 y este año ha empezado en el primer trimestre con un buen desempeño, debemos reconocer que esos incrementos le dan la razón a la reforma constitucional sobre transferencias -a la que se refirió Luis Carlos Sarmiento- liderada por el entonces ministro de Hacienda, Juan Manuel Santos, en la administración del Presidente Pastrana. Pero una de las prioridades que tiene Colombia ahora, es definir el marco legal para sustituirla.

Es bien importante allí tener en cuenta lo siguiente: han mejorado más las regiones que la Nación. Las regiones han pasado de un déficit, en el 2000 del 1 por ciento del PIB, a un superavit en el 2005 del 0.8 por ciento del PIB.

No obstante que quedan algunos departamentos y bastantes municipios todavía en plan de desempeño, su situación de ingresos ha mejorado ostensiblemente. Y la aplicación rigurosa por parte de este Gobierno, de la Ley 617 de austeridad territorial, aprobada por la anterior administración presidencial, ha contribuido bastante al saneamiento de las finanzas territoriales.

A eso hay que sumarle que el buen desempeño de la economía ha causado mejores ingresos para los entes territoriales. Y también debemos que adicionar que durante este Gobierno se consagró una nueva sobretasa a la gasolina. El IVA a los licores extranjeros fue cedido a los departamentos y para mejorar el recaudo de licores, se introdujo el tratamiento de grados alcoholimétricos para los aperitivos.

Todo esto, una combinación de nuevos esfuerzos de descentralización, de mejor desempeño de la economía, de disciplina en el gasto, de buena administración territorial, cuesta unas finanzas territoriales más sanas.

La Nación, todavía –como acabamos de verlo en el informe de Luis Carlos Sarmiento- en el Gobierno Nacional central, no obstante todos los esfuerzos hechos, tiene un déficit del 4.9 por ciento. Es bien interesante que las regiones entiendan esta situación para el paso que tiene que dar el país en materia del nuevo marco de transferencias.

Nosotros creemos que se puede hacer un esfuerzo para aumentar transitoriamente las transferencias especialmente en educación y salud, siempre y cuando haya un compromiso de desempeño para que durante los próximos tres años el país logre dos metas fundamentales en lo social: plena cobertura en educación básica y plena cobertura en régimen subsidiado de salud.

Esos incrementos estarían atados al cumplimiento de estas metas. Metas posibles apreciados compatriotas.

Este Gobierno, tenemos la esperanza de que, al llegar al 7 de agosto, podamos decirle a la Nación entera que hemos cumplido la meta de crear millón y medio de cupos en educación básica. Eso anticipa la posibilidad de que la próxima administración en esa educación básica, llegue a plena cobertura y eso nos obliga a hacer unos esfuerzos adicionales en la transferencia específica de educación.

Por supuesto, cuando hoy tenemos alrededor de dos millones de niñitos menores de 5 años en los programas de nutrición de Bienestar Familiar, otro reto en educación –en esa agenda social de mediano plazo- es empezar a llevarle a esos niñitos –que son beneficiarios de los programas de nutrición- un pensum escolar especial. Eso también exigirá esfuerzos adicionales.

En cuanto a la salud el Gobierno considera que debe examinarse al tema de la transferencia de salud a favor de las entidades territoriales, también a condición de que en los próximos tres años, Colombia logre plena cobertura en régimen subsidiado, es posible.

Quiero compartir con ustedes estas cifras ni mucho menos para decir que estamos en el paraíso, pero sí para significar que estamos avanzando y que estas metas más exigentes es posible cumplirla si todos nos aplicamos. Hace 4 años nuestra Patria tenía 10.5 millones de afiliados al régimen subsidiado de salud. Hoy tiene 18 millones 600 mil.

Ya hemos logrado plena cobertura en seis departamentos: Huila y Antioquia, Casanare y Arauca, Cesar y La Guajira. Estamos próximos a lograrla en otro departamento. Todo indica que para estratos 1, 2 y 3, Colombia lo puede lograr en 3 años, haciendo un gran esfuerzo y por eso nos toca pensar en un esfuerzo también en el caso de las regalías de las transferencias para la salud.

En estos años que han sido de muchas dificultades en lo fiscal, hemos logrado esos avances, pero también hay que pensar en lo que viene. No solamente hay que lograr esa meta de cobertura, es necesario mejorar la calidad. No obstante que cuando visito tantas regiones de la Patria a diario, con el Ministro de Protección (Diego Palacio), los colombianos nos cuentan que ya han recibido su carné y que están afiliados, subsiste mucho reclamo de calidad.

Para legitimar la política social del Estado, no basta con que ampliemos las coberturas, esas coberturas tienen que ser eficaces a través de la calidad. Un reto en la agenda social de mediano plazo es la calidad en salud.

Y no podemos contentar con lograr plena cobertura en régimen subsidiado con buena calidad, en ese momento aparecerá otro reto en el cual tiene que pensar el país desde ya: todavía hay una profunda brecha entre el plan obligatorio de servicios de salud en el régimen contributivo y el plan obligatorio en el régimen subsidiado. Cerrar esa brecha implicará grandes esfuerzos para las entidades territoriales, para el Gobierno Nacional y para el sector privado.

Sin embargo es posible. A medida que esta economía crezca –y me llené de optimismo patriótico cuando escuché a Luis Carlos Sarmiento ahora en su exposición-, con criterio democrático, fraterno, sin odio de clases, con compromiso social de resultados, no demagógico, con compromiso social de resultados, no de discurso de odio de clases, puede resolver el problema de la salud.

Miren apreciados compatriotas: hace 4 años teníamos 13 millones 100 mil beneficiarios de régimen contributivo. Hoy hay 15 millones 600 mil beneficiarios del régimen contributivo.

El crecimiento del empleo empieza a aumentar sustancialmente la afiliación de los colombianos a la seguridad social. Eso muestra que es posible, en los próximos años, cumplir unas metas exigentes.

Si sumamos régimen contributivo y régimen subsidiado, en este Gobierno hemos pasado de 23 millones de beneficiarios a más de 34 millones.

En un país que probablemente tendrá 42 millones, 44 millones de habitantes, tener ya una cobertura de 34 millones 100 mil ciudadanos asegurados, indica que se han dado grandes pasos y que es posible la meta de la plena cobertura, tenemos que lograrlo.

Por eso es muy importante pensar las transferencias en función de dos realidades: están en mejores condiciones las regiones que la Nación, pero las regiones también necesitan un esfuerzo adicional de la Nación para cumplir coberturas tan importantes como las que ambicionamos en educación y salud. Esto, para no hablar del tema del agua potable y el saneamiento básico.

REFORMA DE LAS REGALÍAS

Comparto plenamente las preocupaciones de muchos colombianos por el tema de regalías.

El Gobierno Nacional lo que quiere –y ojala lo tengamos listo antes del 7 de agosto- es introducir en la vigilancia de las regalías, el tema de auditores visibles. Que los interventores que vigilan las regalías de las regiones, estén dando un informe permanente a la ciudadanía, pormenorizado, sobre cómo se invierten las regalías en las regiones.

La experiencia me ha enseñado, apreciados compatriotas, que es muy importante para derrotar la corrupción, trabajar el tema penal, impulsar investigaciones fiscales de la Contraloría, administrativas de la Procuraduría, penales de la Fiscalía, pero que lo más importante es estimular la participación de la opinión ciudadana.

La participación de la opinión ciudadana nos ha legitimado todos los acuerdos con los contenciosos que tenía el Estado cuando empezó el Gobierno. Hemos superado 19 contenciosos de Telecom. Están superados casi todos los contenciosos en las concesiones viales, salvo Commsa, que hoy tiene amigables componedores: un ministro español y al ex fiscal general de Colombia, Alfonso Gómez Méndez.

La participación de opinión ha dado más confianza en el proceso de licitación, participación de opinión que hemos estimulado a través de exigir el prepliego como una instancia obligatoria para publicar ese proyecto de pliegos antes de entregarlo a los eventuales proponentes.

Las audiencias públicas para discutir las propuestas en las licitaciones, para escuchar a todos los proponentes a toda la ciudadanía, a los organismos de control. Las audiencias públicas, como audiencias de debate para hacer las adjudicaciones de licitaciones, han dado más confianza en la contratación pública en Colombia.

Hay que fortalecer los esquemas de participación ciudadana para derrotar la corrupción.

Estamos adelantando en el país ahora una tarea importante, se llama Contratistas Visibles. Hoy nos encontramos en plena ejecución de lo que se llama el Plan 2.500, que pavimenta 3.200 kilómetros de carreteras. Pues bien, región tras región estamos haciendo el ejercicio de convocar la ciudadanía, las autoridades de la región y los contratistas y tanto los constructores de esas obras, como los interventores, deben comparecer a esas audiencias públicas a honrar el programa Contratistas Visibles, a responder ante la comunidad. Eso ayuda mucho a la eficiencia, contribuye totalmente a la transparencia.

Extender estas experiencias al control de regalías me parece una prioridad nacional. Qué bueno, Santiago Montenegro (director de Planeación Nacional), que antes del 7 de agosto, nuestra Patria vea en plena práctica el programa Auditores Visibles, para el control de las regalías.

REFORMA ADMINISTRATIVA

Déjenme decir esto: no creo que la contribución más importante de este Gobierno al saneamiento fiscal de la Nación sea la tributación, es importante. No creo que sea la disminución del gasto, es importante. No creo que sea la mayor confianza que se ha obtenido en los mercados internacionales, es importante. Creo que es la reforma administrativa.

Este Gobierno ha reformado más de 272 entidades del Estado, empezando por Telecom, culminando con Megabanco, el Banco Cafetero, 126 hospitales públicos. Hoy está reformada, reestructurada, vigorosa, la red hospitalaria de Boyacá, la del Huila, la del Atlántico, redes hospitalarias agónicas hace cuatro años.

Ustedes visitan Bucaramanga y encuentran que hace 4 años el hospital (Ramón) González Valencia era un centro de causación, de derroche de recursos fiscales y estaba próximo a desaparecer. Hoy es un vigoroso hospital público reestructurado como hospital universitario.

Pienso que la reforma administrativa empieza a dar sus resultados y le ha ahorrado mucho a Colombia. El ahorro supera un punto del PIB. ¿Qué habría pasado sin la reforma de Telecom?: me imagino ese escenario, perdiendo 400 mil millones (de pesos) al año, acudiendo el gerente de Telecom al Ministerio de Hacienda a pedirle el ministro de turno los recursos para pagarles a los pensionados y sin inversiones para modernizar las telecomunicaciones.

Algunos compatriotas han criticado en estos días la nueva reforma en Telecom. No bastaba con la primera, necesitábamos la segunda. La primera nos permitió pasar de un Telecom que perdía 400 mil millones, a un Telecom que en cada uno de los últimos dos años se ganó 900 mil millones. Pero las deficiencias del país en Internet, las deficiencias en banda ancha, los requerimientos ciudadanos para mejorar los servicios, la competencia de la telefonía móvil, de la telefonía privada con las posibilidades de proveer los servicios que Telecom reestructurada no alcanzaba a financiar, nos hacía prever un futuro negro para Colombia Telecomunicaciones.

Por eso dimos el segundo paso. Creo que ha sido un buen ejercicio para el país y repito y les pido a ustedes que me ayuden a transmitirlo ante los compatriotas, que ejerzan la tarea de pedagogos sobre el Estado, sobre la suerte de la democracia, repito, creo que ha sido un buen paso para el país.

Es preferible que el pueblo colombiano sea dueño del 50 por ciento menos una acción en Colombia Telecomunicaciones, que le puede pagar a los pensionados, que está pagando todo el pasivo acumulado de la antigua Telecom, que tiene unos recursos muy importantes para invertir en los próximos años, desatrasar el país en Internet, en banda ancha, presupuestos necesarios de la competitividad, es preferible eso, a que Colombia sea dueña del ciento por ciento de una empresa decadente.

Pero la reforma administrativa no está completa, creo que en las reformas sustanciales el país tiene que exigir que continúe la reforma administrativa.

En el Seguro Social logramos desprender las clínicas de la parte central del Seguro, un buen paso, pero todavía no hemos hecho la reforma de las clínicas, apenas estamos empezando.

Si bien todas las electrificadoras están mostrando hoy balances positivos, queda pendiente una gran reforma: unificar en un pool, que gané economía en economías de escala, las electrificadoras del Estado y entrar a hacer una democratización parcial, a semejanza de ISA (Interconexión Eléctrica S.A.). En Isagen corresponde esa democratización parcial.

Y no hemos reformado 126 hospitales públicos, quedan muchísimos por reformar. Quiero pedirle a los auditorios económicos, a los grupos de estudio en los temas de la economía, que le asignemos toda la importancia al tema de la reforma administrativa, pienso que es la mejor contribución al saneamiento fiscal de la Nación.

Cuando hablamos de la agenda social, habría muchos temas a los cuales referirnos, déjenme hablar de tres: el ICETEX, Familias en Acción y el Banco de las Oportunidades.

Comparto plenamente –y me preocupa mucho por Colombia y es un desafío- esa angustia al comparar cuántos chilenos pueden ir a graduarse al extranjero, pueden ir a complementar sus estudios al extranjero, cuántos malayos lo hacen y se compara eso con tan pocos colombianos que pueden hacer ese esfuerzo.

Tenemos que adicionar los aportes del sector privado y del sector público. El ICETEX ha pasado en este Gobierno de una cartera educativa que estaba en 500 mil millones (de pesos) hace 4 años y que hoy supera los 800 mil millones (de pesos), pero tiene que llegar rápidamente a un mínimo de 2 billones (de pesos).

Ya cuenta con un instrumento: el diciembre el Congreso de la República nos aprobó la ley que le da independencia al ICETEX, para que el ICETEX no siga permanentemente amarrado a los topes del presupuesto nacional. Con independencia, bien administrado, en la situación financiera del país y del entorno internacional, el ICETEX puede cumplir esa tarea.

Pero, el tema lo manejo con mucha delicadeza, porque cuando se habla de estudios en el extranjero ya aparecen unos cuestionamientos que me preocupan. Hace pocos días, una niña de la Universidad Industrial de Santander me dijo: ‘Presidente ¿es cierto que por el TLC van a cerrar las universidades públicas?, ¿qué ustedes lo que quieren es forzarnos a ir a estudiar al extranjero o a que aquí venga la Universidad de Harvard, acabe con la Universidad Industrial de Santander y cada uno de nosotros tenga que pagar 35 mil dólares al año?’ Historias de esta naturaleza hemos tenido que enfrentar en toda la Patria en esta pedagogía democrática incesante, para superar malos entendidos.

Y entonces cuando asumimos este compromiso de que crezca el ICETEX y le de un énfasis importante a los estudios de colombianos en el extranjero, tenemos que clarificar que el TLC es una oportunidad para nuestras universidades, nunca una amenaza. Ayúdenme a difundir esto ante los colombianos: el TLC no afecta la autonomía universitaria consagrada en la Constitución, en nada interviene con la Ley 30 que desarrolla esa autonomía universitaria. El TLC no mengua el principio constitucional y legal de que la universidad en Colombia tiene que ser una entidad sin ánimo de lucro. El TLC en nada deteriora la obligación que la Constitución les impuso a los gobiernos, de financiar en valores crecientes, año tras año, la universidad pública. La transferencia a la universidad pública le cuesta al Gobierno más de 2 billones de pesos este año. Entonces es importante hacer esa clarificación.

Familias en Acción, programa iniciado por el presidente Pastrana. Este Gobierno lo tomó sin vanidad, con patriotismo, con ganas, lo hemos sacado adelante, lo hemos financiado, lo hemos crecido. Colombia tiene ya 520 mil Familias en Acción. Cada familia recibe un subsidio para garantizar la educación y la nutrición de los hijos.

¿Por qué lo menciono? Porque si algo hay esencial en la democracia, es abrir los caminos de la movilidad social. Y esos caminos se cierran cuando los hijos de los pobres son condenados a ser pobres. Una revolución educativa permanente es la que quita esa condena, la que abre los caminos de la movilidad social.

El país está preparado para llegar este año a 650 mil Familias en Acción y en el próximo Gobierno a un millón de Familias en Acción. El programa está en 850 municipios. No se le conoce en las grandes ciudades, donde empieza apenas a llegar. Ojalá en los años que vienen Colombia pueda masificar el programa Familias en Acción en las grandes ciudades.

Y el Banco de las Oportunidades. Hace casi 4 años con ustedes hicimos un acuerdo: darle un gran impulso al microcrédito. Tengo que agradecerle al sector financiero colombiano que nos ha ayudado mucho en el tema del microcrédito, en el tema para recuperar el crédito de vivienda y en el tema de compra de bonos de Findeter para poder financiar vivienda a través de las cajas de compensación.

Eso ayuda muchísimo a legitimar las instituciones económicas de la Patria. Nada peor para una nación con necesidades de desarrollo, que un sector financiero que no sea querido por el pueblo. Nada mejor para impulsar el crecimiento que un sector financiero que sea querido por el pueblo.

A mí me preocupa mucho y permanentemente se lo digo con afecto, con fraternidad democrática a la doctora Patricia Cárdenas: mire, hagamos todo lo que haya que hacer para que el pueblo colombiano quiera a su sector financiero. Eso legitima mucho la vida económica de la Nación.

Por eso agradecemos lo que hemos podido crecer en microcrédito, pero falta mucho. Hace unos meses acudí con el ministro Jorge Humberto Botero (de Comercio) a una reunión de microempresarios, y estaban ofuscados. El uno decía: ¿cómo me dicen que inviertan si estoy reportado y no me prestan? El otro: no he encontrado apoyo del Fondo de Garantías. Y me dijo el ministro Botero: ¿pero por qué si esta cartera ha crecido tanto, por qué están tan bravos? Le dije: Ministro, por eso el Gobierno no se puede quedar en las oficinas, en el power point, tiene que venir a reunirse con el power people. Porque en el power point usted ve los que han recibido el crédito, en el power people usted oye las protestas de los que no han recibido el crédito.

Tenemos que hacer unos esfuerzos importantes en esta materia. Confío que antes del 7 de agosto esté creado el Banco de las Oportunidades, una entidad promotora de la masificación del crédito popular, así la entendemos. Que trabaje con todos los bancos públicos y privados, con las fundaciones, con las cooperativas, para masificar el crédito popular en Colombia.

Y tenemos que prepararnos a hacer esfuerzos adicionales. Miren: los profesionales jóvenes en Colombia necesitan que les estimulemos la confianza en nuestra Patria. Hay que crear el mecanismo para que con un apoyo del ciento por ciento del Fondo Nacional de Garantías, los profesionales jóvenes tengan diligente crédito de emprendimiento.

Las mujeres de los estratos 1 y 2 madres cabeza de familia, en la ocasión más reciente, en Ibagué, me decían: ‘sí, nosotros queremos responderle al país, queremos ser emprendedoras pero necesitamos crédito’. Porqué no hacen un esfuerzo promovido por ese Banco de las Oportunidades para que a esas compatriotas madres cabeza de familia, de estratos 1 y 2, se les preste sin fiador, con un apoyo más rasgado, más generoso, del Fondo Nacional de Garantías.

Miro con mucho optimismo esto. Algunas compatriotas dicen: ‘¿y por qué no se hizo en estos 4 años?’ Porque no teníamos los recursos, porque el Banco de las Oportunidades, por ejemplo, el Gobierno va a poder darle ese capital inicial gracias a lo que ha ocurrido con Bancafé, con Megabanco. Porque para vincular las cooperativas era fundamental el paso dado en Megabanco, que hace pocos días no se podía anticipar. Con Megabanco, con Coopdesarrollo, se recuperan 690 mil millones (de pesos) aproximadamente que se invirtieron para rescatar los ahorradores del sector cooperativo. Se recuperan los aportes que en Coopdesarrollo habían perdido 3.114 cooperativas. Y unos dineros remanentes el Gobierno los va a aplicar a fortalecer la participación del cooperativismo en el Banco de las Oportunidades.

Quiero invitarlos a ustedes a que tengamos toda la fe y toda la devoción para un propósito, que sea fundamental en la agenda de mediano plazo: la masificación del crédito popular en nuestra Patria. Nada mejor para el crecimiento, nada mejor para la democracia de empresa privada, nada mejor para el pluralismo fraterno, sin odio.

INFRAESTRUCTURA

Creo, apreciados compatriotas, que hay un círculo virtuoso entre el TLC y la agenda de infraestructura. El TLC nos fuerza a ejecutarla y nos da las oportunidades de financiarla. Los países para dar credibilidad en que son capaces de construir las agendas de competitividad, tienen que iniciar su construcción. Y cuando, adicionalmente incursionan en los mercados internacionales, les ayudan a financiar esas obras.

Hace poco me dijo el Ministro de Obras (Andrés Uriel Gallego) que esperaba una visita al país de los delegados del Banco del Japón, interesados en financiarnos lo que falta en el Túnel de la Línea. Le dije: Ministro, no los vayas a sentar en una oficina a mostrarles un power point, se te aburren. Mejor mándales un video al Japón. Si vienen, móntalos en un helicóptero y llévalos a La Línea. Así lo hizo el Ministro.

Allá hay 2.700 metros excavados del túnel básico. Y los japoneses se entusiasmaron, ese día sonrieron y nos dijeron: cuenten con la financiación en condiciones concesionales. Un crédito a no menos de 40 años, con una tasa muy excepcionalmente baja de interés. ¿Por qué? Porque vieron que el país empezó la obra y que gracias al TLC va a tener condiciones para pagarla.

Toda la obra de infraestructura que estamos proponiendo, que estamos debatiendo con los compatriotas –y aquí está uno de los más importantes propulsores, el ex ministro Juan Martín Caicedo- no es una obra para que la ejecute un gobierno, tiene que ser el compromiso de muchos presidentes, de muchos gobiernos, pero hay que empezarla. Y el TLC nos fuerza a hacerlo. De lo contrario las grandes obras de infraestructura seguirán siendo apenas objeto de menciones en campañas políticas. Con el TLC no hay disculpas, hay que empezarlas. Y el TLC nos ayuda a abrir las puertas de financiamiento. Tengo confianza en que lo podamos hacer. Y las noticias de los últimos días registradas por el doctor Sarmiento, por ejemplo sobre las dobles calzadas, van en esa dirección.

SEGURIDAD DEMOCRÁTICA

Persistamos. Vamos ganando, pero no hemos ganado todavía. Esta mañana un periodista de Radio Capital me decía: ‘nos asesinaron los del DAS en Norte de Santander, fracasó la Seguridad Democrática’. Le dije: mire, un revés en el sendero del triunfo. Los detectives del DAS, los soldados, ¿para dónde iban? Para las madrigueras de la guerrilla, donde nunca había entrado la Fuerza Pública. Hemos pagado un sacrificio muy alto, pero vamos a persistir. Vamos ganando, no hemos ganado todavía. Hemos avanzado mucho, pero la culebra está viva.

Les rogaría entender la Seguridad Democrática como un camino para la seguridad y un camino para la reconciliación. El proceso de paz con los paramilitares no ha sido un proceso de paz por liberalidad de ellos, por su generosidad. Ha sido un proceso de paz forzado por la Seguridad Democrática. Este Gobierno pasó de la palabra a la acción frente a los paramilitares. Más de 1.632 dados de baja. Eso los ha forzado a negociar.

Cuando la Seguridad Democrática se aplica imparcialmente, eficazmente, tarde que temprano va llegando la negociación. ¡Qué importante poderle decir a la Patria, al mundo entero, que Colombia está en la víspera de ser un país sin organizaciones paramilitares! Faltan por desmovilizarse dos grupos, por completarse la desmovilización de un grupo en el norte del Chocó, dirigido por un señor a quien apodan el ‘Alemán’ y se espera que se desmovilice un grupo en los llanos, de un señor ‘Martín Llanos’. Ese grupo ha estado renuente, pero en los últimos días ha dado señales de querer entrar a convenir con el Gobierno la desmovilización. El Gobierno le ha aplicado toda la fortaleza militar. Dados esos dos pasos, la Patria podrá decir: Colombia ha superado la pesadilla del paramilitarismo.

Ahora, hay casos de reincidencia, por ejemplo, las hemos encontrado en Tierradentro, Córdoba o en el Catatumbo o en Nariño. Esas reincidencias el Gobierno las reconoce y han sido perseguidas con toda la determinación de autoridad. Los beneficios de la ley son para aquellos que cumplan, los beneficios de la ley, de ellos se priva aquellos que incumplan.

No es fácil en un proceso que tiene alrededor de 30 mil desmovilizados de los paramilitares y 7 mil desmovilizados de la guerrilla, evitar reincidencias, lo importante es reconocerlas, enfrentarlas con toda determinación.

Cuando me dicen que mis críticos advierten el proceso con los paramilitares ha fracasado porque algunos reinciden, digo: el Gobierno no puede negar los hechos. Recuerdo una profesora de liderazgo que me decía: los gobiernos para ejercer liderazgo no pueden negar reveses, lo que tienen que hacer es buscar soluciones.

Me hacen una denuncia, de unos paramilitares que están sembrando coca en Tierradentro, el Gobierno no lo va a negar, lo que hace es ir, enfrentarlos, reducirlos militarmente y quitarles los beneficios de la ley de Justicia y Paz. El país puede tener absoluta confianza en ello.

La Seguridad Democrática es un camino hacia la reconciliación. Miremos el tema del ELN.

Creo ser el Presidente que más he perseguido la guerrilla y creo ser el Presidente más odiado por la guerrilla, pero es el mismo Presidente que le ha firmado los salvoconductos a los señores del ELN para que puedan disfrutar de paz y adelantar esas gestiones. Estamos hoy, empezando la tercera ronda de paz en Cuba. El Gobierno apoyará con prudencia el avance de ese proceso.

Repito mis votos, para que los señores del ELN contribuyan a que finalmente, se adelante, se llegue a final término este proceso de paz.

Hace algunos días me dijo un amigo y me dijo públicamente: ‘¿para qué les da salvoconducto?, ¿no ve que ahí dijeron que había que votar contra usted?’ Le dije: que bueno que lo digan, que prueben la democracia, que ensayen lo que es buscar votos a favor o en contra, eso es muy interesante. Lo que queremos es que estos salvoconductos les permitan percibir en carne propia las auroras amables de la libertad y que eso los lleve a cambiar las metralletas por los votos, a cambiar el terrorismo por el ejercicio cotidiano de la democracia.

La Farc. Le ha propuesto al país dos disculpas en los últimos años, yo le conozco muchas. Cuando era estudiante en la universidad pública, la Farc mandaba unos papelitos diciendo que no hacía la paz porque en Colombia no se podía elegir a las autoridades inmediatas, alcaldes y gobernadores.

Colombia introdujo esas reformas, después de 100 años de debate, el Gobierno del Presidente Betancourt, por iniciativa del entonces Senador Álvaro Gómez, introdujo la reforma constitucional para elegir los alcaldes. Y la Constituyente del Presidente Gaviria introdujo la reforma constitucional para elegir los gobernadores y para que Colombia tenga mecanismos de participación directa como el referendo y la consulta.

Estos señores que habían justificado sus acciones violentas en el pretexto de que no había democracia territorial, se convirtieron en sicarios de los actores de la democracia territorial. Todavía no hemos podido tener éxito para que cese el asesinato de los concejales del Huila.

Segunda disculpa. Dijeron que no hacían la paz, porque Colombia no protegía la oposición. ¿Qué van a decir después de que termine este proceso electoral? Le ruego a los compatriotas, cotejar esa excusa de la FARC, con lo que ha sido la realidad democrática de este Gobierno. En el referendo de 2003, la oposición tuvo efectivas garantías, lo mismo la abstención.

Al otro día Colombia eligió muchos alcaldes y gobernadores, provenientes de partidos alternativos a los tradicionales, de la real oposición, tuvieron todas las garantías y lo importante no es que las hayan tenido solamente en el proceso electoral, con ellos hemos construido gobernabilidad, con prudencia hemos construido unidad nacional dentro de la diversidad.

Colombia ha elegido muchísimos alcaldes y gobernadores en lo que se llama, elecciones atípicas, en un municipio un domingo, en un departamento el siguiente. En todas, ha habido plenas garantías.

Las elecciones del parlamento que acaba de darse en nuestro país, fueron otra muestra de garantías eficaces a la oposición.

Alguien me llamó y me dijo: ‘Presidente, la oposición fue a Tierralta, Valencia, allá hablaron mal del Gobierno, gritaron ¡abajo el paramilitarismo!, ¡qué preocupación¡’ Y le dije: qué bueno, que puedan visitar todos los sitios del país, que puedan gritar en Tierralta o en Valencia la consigna que no se habrían atrevido a lanzar hace 4 años.

Y esta elección presidencial está demostrando que la oposición goza de todas, de todas las oportunidades.

Colombia –y permítanme, hacer esta atrevida reflexión- ha pasado por la Seguridad Democrática, de ser un país de garantías retóricas, a ser un país de garantías efectivas. De ser un país de garantías declarativas, a ser un país de garantías materiales a la oposición.

Entonces, habrá que preguntarle a la Farc: está desmontado el paramilitarismo, ¿negocian o no? El país ha demostrado plenas garantías a la oposición, ¿negocian o no?

Y quiero desde aquí hacerles saber a la Farc lo siguiente: a mi no me perturba la circunstancia de que ellos digan que si eligen a Uribe habrá más sangre, lo que me preocuparía sería que dijeran lo contrario. A mi me preocuparía que la Farc saliera a decir ahora: ‘voten por Uribe que él es muy bueno, voten por Uribe que el es muy querido, voten por Uribe que con el nos entendemos’.

Mi respuesta a la Farc es: estamos en la víspera del desmonte del paramilitarismo, oposición con plenas garantías, hemos mostrado toda la buena fe para negociar, el Gobierno está listo a mejorar la Seguridad Democrática para enfrentar el terrorismo y dispuesto a adelantar con presteza y con diligencia cualquier negociación conducente a la paz. Repito, que tenemos disposición para los dos caminos.

TLC

Veámoslo dentro de un gran propósito de integración, que ha jalonado a Colombia en los últimos años. Ayer con el presidente Lula, hacíamos este repaso: hace 4 años, Brasil no quería, Colombia no quería el acuerdo Comunidad Andina - MERCOSUR, hoy es un hecho, ratificado por los congresos en plena vigencia. Creo que no nos va a dar muchos frutos económicos en los primeros años, después probablemente si, pero nos da gran legitimidad política para que cumplida esa tarea de integración con Suramérica, podamos buscar otros mercados.

Hace 4 años no teníamos la unidad suramericana. Hoy la tenemos. Hoy es Colombia integrante del plan Panamá – Puebla, como país observador, en las próximas semanas lo van a probar como miembro de pleno derecho. Eso nos permite integrarnos con infraestructura de transmisión de energía, con infraestructura de conducción de gas, al plan Panamá, Puebla, ojalá nos abra espacios para la carretera del Darién. Y nos permite integrarnos a algo más, la visión Centroamérica del Caribe – Mesoamerica, cumplir la tarea de ser el gran articulador entre América del Sur y América central.

Pues bien, en ese contexto llega el TLC, decir los porqués en esta reunión es inútil, ustedes lo conoce, la mayoría lo comparte. Lo interesante es hacerle ver a América Latina, a nuestros compatriotas, a nuestros países vecinos, hermanos como Venezuela y Bolivia, que el TLC es útil para todos.

Le explicaba ayer al Presidente Lula: cuando Colombia firmó el G-3 con México y Venezuela, hubo muchísimas dudas de que se produciría un fenómeno de desviación de comercio hacía México que afectaría el comercio andino. Todo lo contrario, el crecimiento de ese comercio hacía México lo que hizo fue jalonar el comercio intrandino.

Miren, la experiencia del APTDEA, tienen que mirar a Venezuela y Bolivia. Nosotros hemos casi duplicado nuestras compras a Venezuela en los últimos 4 años. ¿Qué ha incidido en eso? Hay una variable determinante, muy importante, nuestras mayores exportaciones a los Estados Unidos nos han dado una capacidad adquisitiva y una capacidad de demanda sobre reglones de la producción y de los servicios, que nos ha llevado a duplicar nuestras importaciones provenientes de Venezuela.

Estas experiencias demuestran como el TLC puede ser benéfico para todos los países andinos. Hay unos reclamos de soya de la hermana Bolivia. Creo que las respuestas nuestras son lógicas, pero no queremos estancarnos en la discusión, queremos buscar soluciones. Ayer propuse públicamente, que si el TLC con Estados Unidos llegare a causarle algún daño a Bolivia, Colombia está dispuesta a negociar una compensación y lo honramos y lo cumplimos, porque no se trata de quedarnos en un debate con la hermana Bolivia, se trata de buscar soluciones.

Y hace algunas semanas llamé al Presidente Chávez, la Cancillería está buscando una nueva reunión bilateral.

Quería hacerle una reflexión adicional: Colombia hace votos para que se mejoren las relaciones entre políticas entre los Estados Unidos y Venezuela.

Nosotros vemos que hay unas magníficas relaciones comerciales entre los Estados Unidos y Venezuela, ambos se benefician. Venezuela le vende el 80 por ciento de su producción de petróleo a Estados Unidos y Estados Unidos obtiene ese gran suministro de Venezuela. Pero no hay armonía entre esas magníficas relaciones comerciales y las alteradas relaciones políticas y eso afecta a países como Colombia.

Si se supera ese problema en lo político, entonces Colombia también va a poder ejercer el derecho de venderle sus productos a Estados Unidos, más difíciles de vender porque quien tenga petróleo, como tiene Venezuela o quien tenga gas como tiene Bolivia, que tiene 10 veces las reservas probadas de Colombia, no tiene hoy problemas para vender esos productos en el mercado internacional. Una economía de manufactura mediana como Colombia, de productos agrícolas muy competidos, si tiene esos problemas.

Qué bueno que superen las dificultades políticas Venezuela y Estados Unidos, que eso nos ayuda a crear una mayor comprensión para que las relaciones comerciales entre Colombia y Estados Unidos sean tan vigorosas, tan cuantiosas, como son las relaciones comerciales entre Venezuela y Estados Unidos. Insistiremos en el diálogo creativo, en la perseverancia del diálogo creativo y paciente, porque para nosotros es fundamental nuestra Comunidad Andina y es fundamental que Colombia pueda ingresar al mercado de los Estados Unidos.

Antes de ayer me preguntaban, en un foro de la Comunidad Andina, si sentíamos traicionado el ideal bolivariano, yo dije ¿por qué? Si nosotros hubiéramos sacrificado los medicamentos genéricos, tendríamos vergüenza, pena en lo personal frente a la memoria del Libertador. El TLC salva los medicamentos genéricos.

Si nosotros hubiéramos sacrificado la salud pública, habría motivos para avergonzarnos frente a la memoria del Libertador. El TLC salva la salud pública.

Si nosotros hubiéramos sacrificado los bienes de nuestra biodiversidad, no podríamos mencionar el nombre del Libertador.

La biodiversidad colombiana queda protegida, es el primer tratado que firma los Estados Unidos en el cual reconoce derechos ambientales. Colombia no contrajo la obligación de patentar nuevas plantas.

Si nosotros hubiéramos maltratado expresiones de la cultura tan importantes como las telenovelas, que expresan una idiosincrasia colombiana, una manera de entender nuestras costumbres, tendríamos que avergonzarnos ante la memoria del Libertador, pero la cultura queda totalmente protegida en el TLC.

Creo que son los temas que hay que repetir ahora ante nuestros compatriotas, porque definitivamente cuando el Gobierno no se guardó la negociación del TLC para después de las elecciones, sino que la anticipó por responsabilidades ante el cronograma, por la angustia de que este país vea finalizar las preferencias unilaterales del ATPDEA el 31 de diciembre y no tenga el TLC para seguir creciendo las exportaciones a Estados Unidos, para crear confianza en la democracia, sería inconsistente con el discurso de confianza si guardara las cartas del TLC para después de elecciones, por eso las pusimos sobre la mesa.

Por eso cuando me dicen qué opina de la propuesta de un referendo para el TLC, yo digo: no, lo mejor es que todos los candidatos digan si sí o si no, el gran referendo es el proceso electoral colombiano, por eso el Gobierno ha puesto las cartas sobre la mesa antes de las elecciones.

Pero pensemos esto en perspectiva: el TLC no es un dogma ideológico para negociar con Estados Unidos, es un paso de los muchos que necesita Colombia.

Necesitamos ingresar al mercado centroamericano ¿qué tal Centroamérica con el CAFTA, nosotros con el TLC y Centroamérica y la Comunidad Andina de espaldas?, ¿qué tal que se frenen nuestras exportaciones a Centroamérica? 10 años pasan en nada, se acaban las preferencias unilaterales que hemos obtenido de la Unión Europea, la Unión Europea nos está urgiendo a emprender con ellos la negociación.

Tenemos que llegar a otros bloques de Comercio. El tema de China es insostenible simplemente con salvaguardias o con normas antidumping, necesitamos rápidamente llegar a un acuerdo de inversión con China.

Este acceso a los mercados internacionales, esto de crear en Colombia una gran plataforma de inversión internacional es parte fundamental de la agenda social de mediano plazo de nuestra Patria.

Doctor Luis Carlos, muchas gracias por los generosos reconocimientos a la tarea cumplida en el frente económico por mis compañeros de Gobierno en este cuatrienio, no estamos en el paraíso pero con amor a Colombia la Patria la sacamos adelante.

Muchas gracias.

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