PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE A CAFETEROS DE LA
COSTA
Valledupar, 26 abr (SNE). Las
siguientes son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez, al intervenir en el
segundo encuentro “La Costa también es café”,
que se realizó en la capital del Cesar.
“Celebro mucho este encuentro y este gran interés
de la Federación por la caficultura del Caribe colombiano,
la caficultura del Perijá y la caficultura de la Sierra
Nevada de Santa Marta.
Este Gobierno empezó el miércoles 7 de agosto del
2002 y en la madrugada de ese jueves 8 de agosto abordamos un avión
en Bogotá. Recuerdo que cuando abordé el avión,
ya estaban en él distinguidos congresistas del Cesar, el
señor Procurador, hijo de esta tierra, y aterrizamos en
el aeropuerto de Valledupar antes de las 6:00 de la mañana,
para cumplir la palabra empeñada de empezar de inmediato
a recuperar el orden público, a recuperar las carreteras.
Contrasta aquel día con hoy. No estamos en el paraíso,
pero hemos avanzado. Se veía desolación, angustia,
las carreteras solas, la economía postrada, la ciudadanía
secuestrada, las Fuerzas Armadas algo atónitas ante la amenaza
del terrorismo.
Hicimos el primer Consejo Comunitario prácticamente aquella
madrugada en las calles de Valledupar y empezamos a recuperar el
orden público. Nos falta, pero hemos avanzado. No hemos
ganado todavía, pero vamos ganando. Ayer me preguntaba un
periodista del Brasil que la oposición colombiana me criticaba
de que el país estaba militarizado. La diferencia es que
hace cuatro años estaba militarizado por el terrorismo.
Hoy empieza a estar militarizado por las armas legítimas
de la Constitución.
Y empiezo a ver la relación entre lo que es la Seguridad
Democrática y la recuperación de las actividades
productivas, que es fundamental para obtener los recursos de inversión
social.
Si hay algún departamento donde se observe esa relación,
es el departamento del Cesar. Creo que ustedes viven este proceso
de cambio en que nos hemos empeñado, lo sienten. La Sierra
Nevada era territorio de guerrilla y paramilitares. El Perijá en
la parte baja de paramilitares, y en la parte alta de guerrilla.
Cuánto hemos avanzado.
Por ejemplo, en el tema del paramilitarismo,
a pesar de todas las críticas, creo que el avance no era anticipable hace
cuatro años. Hoy los hechos demuestran que estamos en la
víspera del desmonte del paramilitarismo. Alrededor de 30
mil paramilitares desmovilizados, alrededor de 7 mil guerrilleros
desmovilizados.
Una cosa es hablar del paramilitarismo
y otra cosa es actuar contra él.
Este Gobierno aplicó sin vacilación la política
de Seguridad Democrática, y eso condujo a ese proceso de
paz. Hoy falta por desmovilizarse un grupo en el norte del Chocó,
que comanda un señor a quien apodan El Alemán, proceso
de desmovilización en marcha. Y un grupo de los Llanos Orientales
comandado por un señor a quien se conoce como Martín
Llanos, renuente al proceso, el Gobierno ha procedido con todo
el ejercicio de la autoridad, con toda la fortaleza de las Fuerzas
Armadas, y ya ha anunciado el propósito también de
desmovilizarse.
Algunos critican, dicen que ha habido reincidencias.
Por supuesto. En un proceso donde hay alrededor de 35 ó 37 mil desmovilizados,
hay reincidencias. Donde ha habido reincidencias, el Gobierno ha
procedido, y la instrucción en privado y en público
de las Fuerzas Armadas es proceder con toda la determinación.
Quien reincide se convierte nuevamente
en objeto de la acción
militar de las instituciones y pierde los beneficios de la Ley
de Justicia y Paz. Donde nos han anunciado una reincidencia, el
Gobierno no se ha puesto a la defensiva, a negar la realidad, sino
que ha auscultado, ha investigado y ha procedido con toda fortaleza,
como lo demuestran acciones en el Cesar, acciones en el Catatumbo,
acciones en el sur de Córdoba, acciones recientes en Nariño.
Algunos dicen que, se quejan mucho de la
desmovilización,
lo ven como un problema. En realidad, administrar una población
de 37 mil reinsertados, que todo indica va a crecer muchísimo
más, porque todos los días se están desmovilizando
alrededor de 7–15 guerrilleros, no es fácil.
Imaginen ustedes un municipio grande del
Cesar con 35–37
mil personas, y supongan que todos ellos son desmovilizados, son
reinsertados. Es un gran reto y cuesta atenderlos con educación,
pagarles el estipendio, ayudarles con formación en el Sena,
entrar a ayudarles en crédito, en proyectos de emprendimiento
Pero cuánto mejor tener el reto de reinsertar a los desmovilizados
que el otro escenario: unos grupos terroristas creciendo, sin ideas
de desmovilización, en la ilusión de mantener su
negocio criminal, sin respeto por unas instituciones cuando no
los confrontan.
Yo creo que es un gran reto el que tiene
el país, una gran
oportunidad de reinsertar bien estos 37 mil desmovilizados. Y si
hay algún departamento que siente estos beneficios, es el
departamento del Cesar.
Déjenme decir que mirando la historia de las últimas
décadas de esta bella tierra, aquí venían
los gobiernos en el Festival Vallenato a tomar whisky y regresaban
a Bogotá. Y la gente cesarense seguía con la guerrilla
en la nuca y no se enfrentaba ese problema. La reacción
fue un remedio más dañino o igualmente dañino
que la enfermedad.
Ese descuido estatal para combatir el terrorismo,
mantuvo a los cesarenses durante décadas como esclavos de la guerrilla.
Ese descuido estatal para combatir el terrorismo, llevó a
que la gente, en medio del desespero, cayera presa de otro problema,
del problema del paramilitarismo, y que en ambos, en la guerrilla
y el paramilitarismo, cundiera la financiación a través
de la droga, con su impacto perverso en la Sierra Nevada de Santa
Marta, y su impacto perverso en el Perijá.
No estamos en el paraíso, pero la situación ha mejorado
enormemente. Serían muchos los episodios que tendría
para narrar. ¿Cuánto se ha recuperado la confianza
entre las fuerzas institucionales y las comunidades indígenas?
Recuerde, señor Gobernador, cuando estuvimos en Nabusimake
(recién entrábamos con las fuerzas institucionales
a esa bella región cesarense y la Sierra Nevada), la queja
de las comunidades indígenas: total desconfianza en las
fuerzas institucionales. Expresaban que estaban confusos, que no
sabían quién estaba llegando, si guerrilla, si paramilitares
o fuerzas institucionales.
Creamos unos mecanismos en el Ejército, en la Policía,
con responsabilidades asignadas individualmente para reconstruir
esa confianza, y hoy hay un gran porcentaje de esa confianza que
ha sido reconstruido entre las comunidades indígenas y las
fuerzas institucionales de la Patria. Hay que continuar por esa
tarea.
Cuánto ha mejorado la situación en las carreteras,
en los campos, en la Sierra Nevada, en el Perijá. Hicimos
un gran esfuerzo e instalamos el Batallón de Alta Montaña
en la Sierra Nevada. Hicimos un segundo gran esfuerzo, y lo que
era el Batallón La Popa se convirtió en una nueva
Brigada. Estamos haciendo un tercer gran esfuerzo con la instalación
del Batallón de Alta Montaña en el Perijá.
Qué distinto poder hablar hoy de caficultura con tranquilidad,
mirar los problemas que ustedes tienen en el campo, pero ya sin
la angustia de unos grupos terroristas que querían acabar
con la tranquilidad, que querían acabar con las instituciones.
Por eso, apreciados compatriotas, todas
estas discusiones, especialmente en regiones como ésta, hay que enmarcarlas en el proceso
de la Seguridad Democrática. Que lo digo sin ninguna ilusión
electoral. Es fundamental para esta Patria en su futuro.
Mi generación no ha vivido un día completo de paz.
Encontramos muy pocos momentos en que las decisiones gubernamentales
eran firmes para enfrentar el terrorismo. Lo que deseamos y lo
que necesitamos es una decisión permanente, una decisión
permanente para lograr un objetivo: una Patria sin terrorismo.
Sé que falta mucho, pero mientras sobre voluntad política,
el país lo irá logrando y esta tierra lo obtendrá.
Entra las preocupaciones de ustedes aparece
la educación.
Yo confío que el esfuerzo que se está haciendo en
materia de cobertura, calidad, el Sena, pertenencia educativa,
va a empezar a mostrarnos unos indicadores distintos en el Caribe
colombiano.
En agosto, cuando termine este Gobierno,
tengo la esperanza que hayamos cumplido con las metas en alfabetización, en creación
de cupos escolares, y que el país esté listo para
que emprenda otra meta: la plena cobertura escolar en los próximos
tres años.
Creo que, propuestas todas las instituciones
colombianas en ese horizonte, lo vamos a lograr. No era fácil comprometerse
hace cuatro años para crear millón y medio de cupos
escolares, y lo estamos logrando. Tengo, tengo la ilusión
que en agosto se pueda certificar esa cifra.
El régimen subsidiado. Hace cuatro años Colombia
tenía 10 millones y medio de ciudadanos afiliados al régimen
subsidiado de salud. Hoy tiene 18 millones 600 mil.
Hace cuatro años Colombia tenía, entre régimen
subsidiado y régimen contributivo, 23 millones y medio de
ciudadanos asegurados. Hoy tiene 34 millones 100 mil.
Sin dinero, un Gobierno que le ha tocado
trabajar con una chequera delgadita, con una chequera anémica, sin dinero hemos logrado
aumentar en 10 millones y medio el número de colombianos
asegurados.
Tengo confianza que Colombia pueda lograr
la meta en tres años,
cualquiera sea el próximo gobierno, de tener plena cobertura
en salud.
Ya lo estamos logrando, gracias a los acuerdos
con los departamentos del Cesar y La Guajira, con los departamentos
de Huila y Antioquia,
y con los departamentos de Arauca y Casanare. Son los seis primeros
departamentos que tienen plena cobertura en régimen subsidiado
de salud.
Abrigo la confianza que el país la tenga en no más
de tres años.
Por supuesto, eso no es todo. Todavía queda mucho qué hacer
en calidad, en materia de atención a los afiliados.
Y como este proceso de inversión social es un proceso inagotable
en un país con tantas necesidades, desde ya hay que agregar
a las metas de cobertura plena y de mejoramiento de la calidad,
otra, que deberá cumplir la Nación en un futuro no
muy lejano, que es nivelar el plan obligatorio del régimen
subsidiado con el plan obligatorio del régimen contributivo,
para saldar esa diferencia.
Otro aspecto bien importante es que hoy
encontramos una red hospitalaria del Cesar en mucha mejor situación. Si uno mira la red hospitalaria
del Cesar, del Atlántico, del Magdalena; la red hospitalaria
de Santander, con un hospital tan importante a la cabeza, como
el (Ramón) González Valencia; la red hospitalaria
de Boyacá, la red hospitalaria del Huila, suma que hay 126
hospitales públicos reestructurados. Eso nos ha costado
alrededor de 650 mil millones (de pesos).
Es mucho más importante salvar esos hospitales reestructurándolos,
que dejar que se mueran por no reestructurarlos, pero reconozco
que falta mucho.
Sin embargo, con el vigor que hoy muestra
la red hospitalaria del Cesar, y con la llegada a la plena cobertura
en salud para
los estratos uno, dos y tres, el panorama es más promisorio.
El programa de seguridad alimentaria, al
cual se han referido tanto el señor Gobernador, como el doctor Gabriel Silva
(gerente de la Federación Nacional de Cafeteros), es un
programa bien importante que ha beneficiado ya a cerca de millón
y medio de colombianos, es un programa para buscar seguridad alimentaria
en las comunidades campesinas, para producir en la parcela.
La decisión del Gobierno, hasta el último día
de la administración, es continuar con los gobernadores,
con los alcaldes, haciendo esa tarea que se cofinancia, y con instituciones
tan importantes que han sido nuestros aliados en zonas específicas,
como la Federación Nacional de Cafeteros, el Fondo del Café.
También es bien importante el programa Familias en Acción.
Ese programa lo inició mi ilustre antecesor, el presidente
(Andrés) Pastrana, nosotros lo hemos impulsado con todo
entusiasmo. Hoy el país tiene alrededor de 520 mil Familias
en Acción, estamos llegando a 600 mil, el presupuesto nacional
permite llegar este año a 650 mil, y el país queda
listo para que el próximo gobierno, cualquiera que sea,
pueda llegar a un millón de Familias en Acción.
Es un programa que subsidia, en cabeza
de la mamá de la
casa, a las familias más pobres, para garantizar la nutrición
y la educación de los hijitos. Empezó en municipios
pequeños, ya está llegando a unos 850 municipios
y empieza a asomarse a las grandes ciudades.
A Valledupar no había llegado, ya lo tenemos en Valledupar,
para atender las familias desplazadas, y el informe del señor
Alcalde es que está beneficiando ya a 18 mil personas en
la ciudad de Valledupar.
Tengo mucha fe que el crecimiento, la sostenibilidad
de este programa, va a ser de gran ayuda en las áreas
urbanas y rurales.
El tema del agua. Este departamento es
un departamento con todo el futuro. Yo diría que gracias a las regalías de
carbón de La Guajira y el Cesar, estos dos departamentos
están en condiciones de ponerse a la cabeza del país
en calidad de vida.
Y hemos dado pasos recientes que van a
ayudar muchísimo
más. Por eso hay que mencionarlos para que todos nos preocupemos
por hacer el mejor uso de esos recursos.
Un paso reciente: este Gobierno introdujo
el sistema de regalías
escalonadas para el departamento del Magdalena. No las tenía.
Ellos se quejaban de que por allí veían pasar el
carbón, simplemente les dejaba mugre en la zona turística
y no les dejaba recursos.
Ya el departamento del Magdalena empieza
a recibir regalías.
Hace pocos días el señor Ministro de Transporte culminó un
proceso que lideró, llegó a buen puerto, con éxito,
para superar la crisis, el pleito con el Ferrocarril del Atlántico.
Los socios de la concesión salieron, entraron nuevos socios,
las condiciones para el Estado colombiano mejoraron enormemente,
y hay dos compromisos: los nuevos concesionarios se obligan a que,
en breve plazo, ese ferrocarril va a pasar de transportar 22 millones
y medio de toneladas de carbón a transportar 40. La segunda
obligación es que el año 2008 y el año 2010,
ese ferrocarril debe transportar 66 millones y medio de toneladas
de carbón.
Yo quiero que ustedes dimensionen eso en
sus mentes, en lo que signifiquen regalías para el Cesar, en lo que signifiquen
regalías para el Magdalena. Y no estamos hablando de los
carbones de La Guajira, estamos hablando de los carbones del Cesar,
que son los beneficiarios de ese ferrocarril, y estamos hablando
del beneficio para el departamento del Magdalena, por la institución
de las regalías de escalonamiento.
El buen manejo de esas regalías, es la clave para resolver
toda la problemática social de esta tierra. Es un prodigio,
es una gran suerte contar con ese recurso aquí tan cerca
del mar.
Hemos tomado acciones con los gobernadores
para garantizar la mejor aplicación de esas regalías. Con La Guajira,
el Magdalena y el Cesar, está acordado que el Gobierno Nacional
les tramita unos créditos internacionales y se los avala,
para que ellos los inviertan en agua potable, y dan como contra-garantía
regalías de carbón.
Ya la Corporación Andina de Fomento nos aprobó el
primer crédito de 43 millones de dólares para el
departamento del Cesar, está terminándose el convenio
entre el departamento y el Ministerio de Hacienda.
El señor Gobernador me confirmaba
esta noche que eso va a garantizar que los 25 municipios de este
departamento, tengan
plena cobertura de agua potable.
El paso que sigue es el de saneamiento
en aguas residuales. Aquí hay
con qué, lo importante es mantener un norte político,
el mejor uso de esas regalías.
Y a eso se suma el propósito nacional de contribuir con
el señor Alcalde, de concurrir con recursos de la Nación,
estamos seguros que nos va acompañar la Gobernación,
para sacar adelante el proyecto multipropósito de Besotes,
aquí en la Sierra, a espaldas de la ciudad de Valledupar.
Un proyecto bien, bien importante para resolver en el largo plazo
el problema de agua en la ciudad y para irrigar unas 12 mil hectáreas.
Y además ese proyecto obliga a que se mejore lo que es
la protección de la cuenca del Guatapurí, que en
este Gobierno hemos avanzado en la adquisición de un buen
hectariaje para recuperar los nacimientos del agua que confluyen
al río Guatapurí.
La verdad es que en el tema de medio ambiente,
esta caficultora, como aquí se le maneja, juega un gran
papel.
Esta caficultura de sombra, con la cultura
de manejo, histórica,
en el Perijá y en la Sierra Nevada, es una garantía
ambiental.
Yo creo que debemos convocar a las corporaciones
del medio ambiente y al Ministerio del Medio Ambiente, a que
concurran con el Ministerio
de Agricultura, con el Ministerio de Hacienda, a las diferentes
tareas que hay que continuar en la Sierra Nevada y en el Perijá,
porque la fe con sombrío, como aquí se le maneja,
es el mejor bosque protector de los nacimientos de agua.
Y le veo un gran futuro también a lo que es el turismo
ecológico y a la vinculación de las fincas cafeteras,
en una primera etapa en la Sierra Nevada, a todos los programas
de turismo ecológico.
Estamos estudiando el tema de la reserva
ambiental del Perijá.
Lo importante es avanzar en ese proceso sin que nadie se sienta
afectado. En un diálogo con las comunidades indígenas,
con las comunidades campesinas que allí residen, para que
todo el mundo se comprometa a sacar adelante esa reserva ambiental,
sin que puedan levantar la mano los indígenas para decir:
nos afectaron.
Aquí hay toda la decisión política
de sacar adelante esa reserva ambiental, seamos muy cuidadosos
en esos pasos,
para que nadie se pueda sentir atropellado.
Doctor Gabriel, el Gobierno ha tomado tres
decisiones con respecto a madera en estos departamentos. Una
primera decisión para
todo el país, que fue declarar los ingresos productos de
la madera comercial, del bosque sembrado con propósitos
comerciales, como ingresos exentos.
Una segunda decisión el Estatuto
Forestal que acaba de aprobarse.
Y una tercera decisión: creamos un pequeño fondo
de capital de riesgo en el Incoder. Ese fondo está completando
ya 10 mil hectáreas de bosque sembrado en asociación
con particulares, en los departamentos del Cesar y el Magdalena.
Yo creo que es un buen principio para empezar a explotar otra gran
ventaja potencial que tenemos, que es la de la madera.
Explotada bien la madera comercial, se
crean condiciones para proteger mejor el bosque de la Sierra
y del Perijá, en los
nacimientos del agua.
Y hay otros temas que yo considero de mucha
importancia. Por ejemplo, el tema de Bienestar Familiar. Un Gobierno
que termina tiene que
estar permanentemente dando cuentas, y en eso hay que procurar
tener toda la imparcialidad. Dar unas cifras que sean inobjetables,
destacar avances y reconocer dónde no se ha podido avanzar.
Cuando este Gobierno empezó, Bienestar Familiar tenía
seis millones cien mil usuarios, hoy tiene nueve millones 800 mil. ¿Saben
por qué lo destaco? En el Cesar, cuando este Gobierno empezó,
había 152 mil usuarios de Bienestar Familiar, 152 mil, hoy
hay 502 mil. Es un avance de 350 mil, y en eso ha ayudado muchísimo
la concurrencia de la Gobernación y de las alcaldías.
Entonces pienso que unos indicadores sociales,
críticos
como los que ha tenido el Caribe colombiano, lo que exigen es enfrentarlos,
y en esa tarea estamos.
Si ustedes revisan el programa de seguridad
alimentaria, el programa de Familias en Acción, el programa del régimen subsidiado
de salud, el programa de Bienestar Familiar, el programa del Sena,
verán un gran avance en estos departamentos, insuficiente,
insuficiente frente a todas las necesidades.
En tema de vivienda. Aquí nos hemos focalizado mucho a
ayudar a la Alcaldía con subsidios para poder reubicar las
personas que viven en la zona de riesgo del río Guatapurí.
El señor Alcalde nos confirmaba al señor Procurador,
al señor Gobernador y a mí, que se va a completar
ese proceso.
Ahora, no hemos tenido suficientes recursos
para vivienda rural, que ustedes reclaman, pero ya hay en el
Congreso de la República
un proyecto de ley para pasar el presupuesto mínimo de vivienda
social de 150 mil a 350 mil millones, y darle mucho énfasis
a los bancos de materiales.
Este Gobierno experimentó el banco de materiales en Providencia,
y lo que fue la isla tan bella destruida por el huracán
del año pasado, se reconstruyó en 150 días.
Y hoy tenemos bancos de materiales en ocho
departamentos del Caribe, recuperando viviendas averiadas por
el invierno del año
pasado.
Yo tengo mucho optimismo que con el aumento
de los recursos presupuestales, con el programa de bancos de
materiales, vinculando las cajas de
compensación, haciendo convenios en los comités de
cafeteros, podría Colombia en el futuro inmediato acelerar
el proceso de mejoramiento de la vivienda rural.
En el tema de carreteras. La preocupación de ustedes es
válida. Hoy estamos pavimentando en el país 3.250
kilómetros, el Plan 2.500. Aquí hay unas obras muy
importantes. De memoria cito algunas: el Gobierno Nacional financió el
80 por ciento, el Gobernador cofinanció dos carreteras,
muy, muy importantes en el Cesar, hoy en plena construcción:
la de Patillal a San Juan del Cesar, y la de Cuatro Vientos a El
Banco, Magdalena.
La de Cuatro Vientos a El Banco, Magdalena,
es una carretera estratégica
de la Nación, porque entramos de la carretera que viene
de Bucaramanga–Bosconia–Santa Marta–Albán,
más o menos 80 kilómetros, y empezamos a llegar por
una carretera excelente, pavimentada, como va a quedar, a la Depresión
Momposina.
En El Banco, Magdalena, cuando la carretera
desemboca al río
tiene dos opciones. Una hacia el sur. Allí estamos construyendo
el puente sobre el río Cesar. Está hoy en plena construcción.
No hay recursos para continuar de ahí hacia el sur a Tamalameque
y a salir al Burro, pero ese es un imperativo para las próximas
administraciones.
Regresándonos a El Banco, al llegar a El Banco se gira
hacia el norte. Allí estamos pavimentando, hoy en plena
ejecución, la carretera que va por la orilla del río
Magdalena de El Banco a un pueblito del Magdalena que se llama
Guamal. En Guamal estamos terminando la construcción de
un puente sobre el río Magdalena, no esta empezando, ni
es discurso. Estamos terminando la construcción de un puente
sobre el río Magdalena, que conecta el departamento del
Magdalena con la isla de Mompós. Ese puente se llama el
puente de Botón de Leyva. Se llega a la isla de Mompós,
y entre el sitio donde está el estribo del puente sobre
la margen izquierda y la municipalidad de Mompós, está en
plena ejecución otro contrato de pavimentación de
40 kilómetros hasta la ciudad de Mompós.
Vienen otras necesidades en las cuales
el país tiene que
pensar, como es cruzar en Tamalameque a los pueblos del Caño
de la Loba, seguir por allí en dirección al occidente
buscando Guaranda, cruzar el río Cauca, el río San
Jorge, y empatar con otra obra fundamental que hoy estamos haciendo,
que es la pavimentación por el departamento de Sucre de
más de 100 kilómetros para empezar a desembotellar
La Mojana.
Yo tengo mucha fe que estas obras le van
a contribuir enormemente al desarrollo agropecuario de Caribe
de la Patria. Son muy grandes
y muy pequeñas, apreciados compatriotas. Son inmensamente
grandes para el presupuesto, inmensamente pequeñas para
las necesidades del país.
Las vías departamentales que quedan por arreglar son muchísimas.
El Gobierno le ha dicho, con solidaridad pero con franqueza a los
gobernadores, que dadas las condiciones del presupuesto y la necesidad
de concentrarse en vías de competitividad, creemos que el
próximo Gobierno, cualquiera que sea, no podrá seguir
en un dinámico plan de pavimentación de vías
departamentales. Tendrá que concentrarse a las vías
de competitividad.
¿Qué venimos estructurando? Un crédito internacional
de mil millones de dólares, gestionado por la Nación,
avalado por la Nación, para que lo ejecuten los departamentos
en el mejoramiento de pavimentación de vías departamentales,
a un plazo no inferior a 20 años, con una tasa de interés
mínima. Yo creo que eso va a ser una gran solución,
con un compromiso: con el compromiso de que a medida de que se
hagan amortizaciones de ese crédito, la Nación obtenga
un nuevo crédito para mantener esa cuantía como un
fondo financiero rotatorio de pavimentación de vías
departamentales.
Y en cuanto a las vías terciarias, empiezo por reconocer
el mal estado de las vías cafeteras de las dos regiones:
del Perijá y de la Sierra Nevada. Y empiezo por reconocer
que es insuficiente nuestro presupuesto: 135 mil millones para
este año.
¿Qué vamos a hacer, a ver como potenciamos el resultado
con el mismo dinero? Entre la fecha en la cual terminen las restricciones
de la Ley de Garantías y el 7 de agosto, nos proponemos
realizar convenios con los alcaldes para que ellos ejecuten el
presupuesto de vías terciarias. Pero viene un pero. No serán
convenios con municipios individualmente, sino con municipios asociados
en uniones temporales.
Que un alcalde va a ir al Ministerio de
Obras, al Invías,
a buscar los recursos, entonces que vaya asociado con los municipios
del vecindario. Tenemos fe que eso disipe dudas sobre transparencia.
Tenemos fe que eso entusiasme a que todos aporten más recursos,
el uno tiene un cargador, el otro una motoniveladora, el otro puede
adquirir un buldózer, el otro tiene unas volquetas. Tenemos
fe que eso nos ayude a que tengan más éxito en la
gestión ante el sistema financiero, ante los departamentos.
Y queda allí un tema por resolver, que es la contratación
entre el Gobierno y los comités de cafeteros. Yo soy totalmente
amigo de esa contratación, la viví en Antioquia.
Antioquia, que tiene alrededor de 16 mil kilómetros de carreteras
destapadas de montaña, durante muchos años tuvo en
las vías cafeteras unas vías humildes, destapadas,
pero en condiciones muy aceptables. Y eso se logró gracias
al Comité de Cafeteros.
Mi preocupación es la duda jurídica. El año
pasado, por ejemplo, no pudimos en el departamento de Caldas, por
observaciones jurídicas, hacer la parte que le corresponde
a Caldas del Plan 2.500, a través de un contrato con el
Comité.
Entonces el Gobernador, a quien le delegamos
esa obra, tuvo que abrir las respectivas licitaciones. Si se
aclarara la parte jurídica,
y para eso es muy importante el concepto del señor Procurador
General de la Nación, que esta noche nos acompaña,
yo no tendría inconveniente, entre la fecha en que se levantan
las restricciones de la Ley de Garantías y el 7 de agosto
que termina el Gobierno, en hacer los convenios que fueren necesarios
con los comités departamentales de cafeteros o con el comité nacional.
Pero ayúdenme con la parte jurídica. Porque entonces
yo llamo a acosar al Director de Invías y me gano una investigación.
Y ahí mismo empiezan a pensar en el Procurador y en los
procuradores delegados. Y entonces unos funcionarios que se mantienen
bien acosados por mí, si a eso le sumamos que se mantengan
bien nerviosos por la Procuraduría, nada hacemos. Por eso
primero que todo, hay que despejar esa duda jurídica.
El tema del TLC. Yo hoy parece que no tuviera
más tema
que hablar del TLC . Ayer fui al Brasil a hablar con el presidente
Lula siete horas del TLC, a dejarle unos recados al presidente
Chávez del TLC.
Ahora estaba lloviendo, veníamos, además cómo
se ve de hermoso este valle lloviendo, y encontré allí en
la esquina a unas personas con unas pancartas, y dije: ahí hay
una protesta contra el TLC. Y dije: Procurador, permiso. Me bajé del
carro y dije: voy a ir a explicarles. No era por el TLC, era otro
problemita. Pero no veo más camino que, con toda paciencia,
en toda esquina de la Patria, como dijera Ospina Pérez,
con el mismo entusiasmo, sean dos o 200 mil los ciudadanos que
estén allí reunidos, hablar del TLC.
Apreciados cafeteros, el TLC es muy bueno
para la caficultora. El TLC nos protege marcas, el TLC nos protege
contra mezclas indeseables,
el TLC nos da la garantía de poder entrar indefinidamente
al mercado de Estados Unidos con café verde, con café con
cualquier agregado industrial, con cero arancel. Tengo mucha fe
en eso.
Y cuando miro este departamento el TLC
es bueno para todo lo de este departamento. No hablemos del carbón, que el carbón
no necesita TLC, como no necesita TLC el petróleo, ni el
gas.
Yo le decía al presidente Chávez: hombre, Presidente,
es que tú vendes petróleo, en cambio nosotros tenemos
que vender unos productos agrícolas muy competidos o manufacturados,
que es muy difícil venderlos y que necesitan TLC. No hablemos
del carbón en este departamento, hablemos del ganado de
carne y leche. Eso tiene gran futuro en el TLC. Nosotros en carne
y leche somos ampliamente competitivos en precios en Estados Unidos. ¿Qué tenemos
que resolver? El problema de aftosa.
En cacao este departamento ha crecido mucho
en este Gobierno. Aquí hay un gran líder que es el doctor Rodolfo Campo
Soto. ¿Cuántas hectáreas hemos crecido de
cacao, Rodolfo? (unas 3.500 hectáreas).
El TLC ampliamente nos favorece. Sigamos
con el tema de maderas. El TLC nos da grandes posibilidades.
Sigamos con el tema de algodón,
nos ayuda enormemente, porque este país en la medida que
siga creciendo sus exportaciones de textiles y de confecciones,
tiene que tener una base de producción algodonera para sustentar
esa producción, y lo más indicado es en estos departamentos.
Hay que hacer unos cambios. Por ejemplo,
yo no soy partidario que este año que nosotros subsidiemos el algodón
aquí, en unas zonas donde no hay productividad. Los propios
senadores, y aquí miro a los senadores Araújo y Pimiento,
me han dicho: en lugar de gastarse esa plata en subsidios, es mejor
ayudar a montar unos distritos de riego, mejorar la infraestructura.
Pero hay que seguir buscando esos caminos.
Todos los productos que uno ve en el Cesar tienen un gran futuro,
como la yuca, el
alcohol carburante. Este departamento ya empieza a producir alcohol
carburante. ¿Debe tener hoy ya 3.500 hectáreas de
yuca, Gobernador? 2.500. ¿Llegar este año a cuántas?
Ellos han hablado incluso de llegar a nueve mil.
GOBERNADOR DEL CESAR, HERNANDO MOLINA: en total serían
alrededor de unas 10 mil.
PRESIDENTE URIBE: Si ustedes me preguntarán qué hacer
en el sector agrícola para generar empleo, fuera de todos
los esfuerzos que se están haciendo con la caficultura,
yo les diría: combustibles biológicos, alcohol carburante
de caña, de yuca, biodiesel de palma africana.
En eso tiene enormes necesidades y posibilidades
el mercado interno, y todas las posibilidades de exportación
al mercado de Estados Unidos y al mundo entero. Yo los insto
a que pensemos muy seriamente
en esos desarrollos para resolver problemas de empleo.
Tengamos confianza en el TLC. Hace dos
noches, en mi ciudad de Medellín, un periodista popular, con esa audacia de mis
coterráneos, se levantó en el auditorio con mucha
malicia y me leyó una nota de un crítico, y decía: ¿usted
qué contesta a esto? Que el TLC sacrifica los principios
de El Libertador Bolívar, que los traiciona.
Entonces le dije: hombre, ¿y usted por qué no se
identificó? Me dijo: fulano de tal, director del periódico
La Tuerca, de la comunidad de Naranjales de Medellín. Y
le dije: pues como estoy tan caído con Semana, le voy a
dar a usted unas explicaciones amplias para que me las publique
en La Tuerca.
Y le dije: mire, a mí me daría vergüenza con
El Libertador si nosotros en el TLC hubiéramos sacrificado
los medicamentos genéricos. Se salvan. El TLC no los afecta.
Me daría vergüenza con la memoria de El Libertador
si nosotros hubiéramos afectado la salud pública.
Nada le pasa.
Por ejemplo, si hay un nuevo medicamento
que esté en un
período de protección y aparece la necesidad de optimizarlo
para enfrentar un problema de salud pública, el Gobierno
soberanamente puede suspender ese período de protección,
comprárselo a un tercero, promover que alguien lo produzca.
Hubiéramos traicionado la memoria de El Libertador si no
hubiéramos atendido la cultura, quedó bien definida
en el TLC. En algún momento les dije yo a los negociadores:
pongan cuidado, que el TLC de pronto no se hunde por la política,
pero sí por las telenovelas. Y esa expresión cultural
quedó totalmente a salvo, como todas las expresiones culturales.
Yo pensaba esta noche: si este vallenato
ha tenido tanta convocatoria nacional e internacional, esa capacidad
de convocatoria universal
de los colombianos, en la medida que este país crezca, en
la medida en que este país sea más confiable para
la inversión, cuánta más oportunidad van a
tener nuestros artistas vallenatos en Colombia y en el mundo entero.
Miren, el TLC protege ampliamente los recursos
ambientales, la universidad pública. En alguna parte me decían: es
que nos tenemos que oponer al TLC, porque ustedes están
vendiendo el agua de la Sierra Nevada. Al contrario, es la primera
vez que los Estados Unidos aceptan negociar con un país
temas ambientales. Nada de nuestros recursos naturales se afecta,
inclusive no nos obligamos a patentar nuevas plantas.
Y miramos el tema de la universidad pública. Hace algunos
días me dijo una persona de acá que si era verdad
que íbamos a cerrar la Universidad Popular del Cesar, y
que entonces los muchachos de Valledupar se iban a tener que ir
estudiar a la Universidad de Harvard, pagando 35 mil dólares
al año. En nada se afecta a la universidad pública.
Primero, no se afecta el principio constitucional
de autonomía
universitaria, no se afecta la ley que desarrolla el principio
de autonomía universitaria, no se afecta el principio colombiano
de exigir que la universidad sea entidad sin ánimo de lucro.
En nada se limita la decisión del Estado colombiano, plasmada
en la Constitución, de financiar con una regla constitucional
la universidad pública. Ese financiamiento este año
nos cuesta alrededor de dos billones, y hay que mantenerlo en términos
constantes.
Yo confío que el tema con la hermana República Bolivariana
de Venezuela se vaya superando. Yo le dije ayer al presidente Lula:
mire, Presidente, déjele saber a mi buen amigo, el presidente
Chávez, que aquí hemos sido cuidadosos de los principios
de El Libertador. Y le hice todo el listado: la universidad pública,
la pequeña empresa, los recursos del medio ambiente, la
cultura, los medicamentos.
El tratado no es ideal, pero Colombia defiende
bien todo eso en el tratado. Le dije: hemos avanzado mucho en
la integración. ¿Por
qué la vamos a afectar ahora?
Hace cuatro años en Brasil no había propósito
de hacer un acuerdo con la Comunidad Andina, ni en Colombia hacerlo
con Mercosur. Hoy lo tenemos hecho. Ustedes en el Congreso lo han
ratificado.
Hace cuatro años no había veniales de la Unión
Suramericana, hoy está creada. Además Colombia es
hoy miembro observador del Plan Panamá-Puebla, para vincularnos
a Centroamérica, a la visión de Mesoamérica,
para ser el gran articulador de Suramérica con Centroamérica.
Y el TLC nada se excluye con eso.
Bolivia alega que puede tener unos perjuicios
porque le vamos a comprar soya a Estados Unidos. Nosotros creemos
que no. Bolivia
tiene un gran margen para reducir precios en Colombia. Ustedes
compran allí en Venezuela la soya boliviana mucho más
barata de lo que vale en Colombia. Porque Venezuela para bajar
el precio de la que viene de Bolivia, abrió la importaciones
de Paraguay. Nosotros por respeto a la Comunidad Andina no lo hemos
hecho.
Le hemos explicado mucho al presidente
Evo Morales, pero para resolver problemas, para no quedarnos
en el atolladero del pantano,
para salirnos de esa discusión, yo les dije ayer en Brasilia:
mire, Colombia cree que no se le va a causar ningún problema
a Bolivia. Si llegare a haberlo, Colombia está dispuesta
a compensar a Bolivia. No vamos a pelear con una nación
hermana. Por plata no pueden pelear los hermanos. Y quedó en
firme esa propuesta.
Le dije a la hermana República de Venezuela: cuando se
hizo el G-3 con México, en la Comunidad Andina se dijo:
ahora va a haber una desviación de comercio hacia México.
Al principio pudo haberla, pero todo eso ha sido benéfico,
porque la mayor posibilidad de exportar a México ha jalonado
aquí más producción y más demanda.
Y eso ha ayudado a aumentar las compras a Venezuela.
Hay un anticipo para asegurar que el TLC
por Colombia le conviene a Venezuela. En estos años, cuando hemos podido exportar
más a los Estados Unidos a través del Atpdea, oígase
bien, prácticamente hemos duplicado nuestras compras a Venezuela.
Yo me pregunto: cuántos son los hechos que explican que
Colombia en cuatro años haya duplicado lo que le compra
a Venezuela. Me rectificarán muy ilustres economistas que
hay aquí, como el ex ministro Juan Camilo Restrepo Salazar.
Nosotros hemos pasado más o menos de comprarle 500 millones
de dólares al año a Venezuela, a comprarle el año
pasado 1.100 millones de dólares.
Una de las variables que han incidido en
forma determinante en ese crecimiento de nuestras compras a Venezuela,
es nuestro crecimiento
de las exportaciones a Estados Unidos. Ese crecimiento de las exportaciones
a Estados Unidos, nos ha obligado a comprarle más a Venezuela,
y ha ayudado, por ejemplo, a reactivar aquí sectores de
la economía que necesitan de Venezuela.
Yo creo que Venezuela tiene que reconsiderar
eso para el futuro. Le hemos cumplido a la hermana República Bolivariana de
Venezuela, honramos la palabra y Venezuela hoy es dueña
de Monómeros. Este Gobierno le vendió Monómeros
a Venezuela. Honramos la palabra y se hizo el pacto con Venezuela
para que ellos construyan el gasoducto de La Guajira a Maracaibo,
como parte de la integración energética suramericana.
No les hemos fallado en nada.
Yo he querido manejar esto, yo tengo la
responsabilidad, como Presidente, de ser firme en el propósito
de que Colombia pueda llegar al mercado de Estados Unidos.
Hombre, quiere llegar allá China, vive desesperada. Yo
que me formé en la universidad pública dándome
codo con los marxistas, con los maoístas de la época,
veo hoy con asombro, ya no con asombro, que los más ortodoxos
de la época son los que más quieren llegar al mercado
de los Estados Unidos: China, Vietnam, los países de la
antigua Unión Soviética. Ay que le quitaran a Cuba
las restricciones de la Ley Burton-Helms. El presidente Castro
dice que el día que le levanten el embargo, el bloqueo a
Cuba, el embargo a Cuba, ese día ya no va a llegar un millón
de turistas americanos a la isla, sino que van a llegar cinco millones.
Todo el mundo quiere ese mercado y esa
capacidad adquisitiva. ¿Nos
vamos a privar nosotros aquí? Eso sería un error,
un enorme error. Por eso hay que echar para adelante y por eso
voy a pedir la paciencia de los compatriotas en estos días,
necesarios para explicar este tema del TLC.
Yo tengo la responsabilidad de echar esto
para adelante. Y hemos tenido una responsabilidad política, que es poner las cartas
sobre la mesa antes de elecciones, para que los compatriotas lleguen
a elecciones sabiendo qué es lo que ha pasado. Pero también
tengo la responsabilidad política de manejar esto muy prudente
y muy cuidadosamente con hermanas repúblicas, como la hermana
República Bolivariana de Venezuela y con Bolivia.
A mí me preocupa la mala relación política
entre Venezuela y Estados Unidos. Qué bueno que eso se superara,
porque tienen una magnifica relación comercial, y eso contrasta
con la mala relación política. La relación
comercial es tan buena, que Venezuela la vende el 80 por ciento
del petróleo que produce a Estados Unidos. Pero la relación
política es tan mala, que nosotros hacemos un acuerdo de
libre comercio con Estados Unidos y eso nos genera unas reacciones
adversas en la Comunidad Andina, como la que hemos tenido de la
hermana República Bolivariana de Venezuela.
¿Qué deseamos? Y lo decimos con independencia y
con solidaridad: que se resuelva ese problema del enfrentamiento
político entre Venezuela y Estados Unidos, porque eso nos
va a ayudar mucho a resolver problemas comerciales.
Ahora, cualquier reclamo puntual que tenga
Venezuela por la industria petroquímica, por el hierro, por el acero, nosotros estamos
dispuestos a buscar soluciones, como podrían ser alianzas
estratégicas para exportar al mercado de Estados Unidos.
Colombia tiene una decisión: los hermanos no pueden pelear
y menos por plata. Esto tiene que ser para ayudarnos a todos, y
ojalá los comunicadores me ayuden a transmitirle este mensaje
que es del corazón y de la convicción a la hermana
República Bolivariana de Venezuela.
Ahora viniendo hacia Valledupar llamé al Ministro de Comercio
y le dije: miren bien qué es lo que puede pasar en petroquímica,
yo creo que no va a haber daño para Venezuela, al contrario
Colombia le va atener que comprar más para atender sus demandas
de exportación a Estados Unidos. Y vayan pensando: si hubiera
un gran problema para estimular una alianza estratégica
entre la petroquímica de Venezuela y la nuestra, la de allá es
mucho más grande, para que nadie se pueda llamar como víctima
o maltratado de este acuerdo.
Y le dejé un amable recado al presidente Chávez
con el presidente Lula y público, con cariño y con
respeto. Es que esto ha sido duro. Yo siempre estoy dolido por
Colombia de que a un mes de elecciones presidenciales se diga por
medios serios, sin las verificaciones respectivas, que aquí estábamos
concibiendo un atentado contra el Gobierno de Venezuela. Por Dios,
eso a mí me hace daño en lo personal, pero dejen
eso a un lado, uno es un accidente. Eso le hace daño es
a la Patria. Ahora, interés fundamental de la Patria, un
interés superior, que son las relaciones internacionales.
Aquí ha habido toda la transparencia en las relaciones
con todos los países del mundo, nosotros tenemos muy buenas
relaciones con los Estados Unidos y con Cuba, con Chile y con Brasil,
con todos.
Entonces yo confío que el paso del tiempo vaya disipando
esas dudas que desde aquí infortunadamente se han ayudado
a cimentar en Venezuela, confío que la buena fe al final
se impone. Y le dejé un recado que le voy a repetir personalmente
al presidente Chávez en una reunión que aspiro tengamos
en breve: Presidente, usted el presidente de la Comunidad Andina
hoy, díganos qué reformas hay que hacerle, para que
sea una reforma que se la parezca más a su modelo ideal
bolivariano, que sea una Comunidad Andina social, bolivariana.
Pensemos, por ejemplo, en un capítulo social, que nos obligue
a cumplir metas sociales de erradicación de la pobreza en
un tiempo corto, sin posibilidades de extenderlo. Vamos a hacer
todo el esfuerzo para que la región entienda que la economía
colombiana, dado lo que produce, necesita el mercado de Estados
Unidos. Y para que la región nos ayude también a
comprendernos que en ningún momento queremos afectar la
Comunidad Andina sino fortalecerla.
Ese es el mensaje sobre esa materia, porque
hay mucha distorsión,
entonces hay que hacer un gran esfuerzo pedagógico para
recogerlo.
Ahora, yo sí veo a la caficultura mejor hoy, doctor Gabriel,
y tengo que resaltar en toda parte la Ley de diciembre de 2002,
que ha permitido que al cafetero le llegue el 94 por ciento del
precio externo. Lo que usted mencionaba, esos esfuerzos, por ejemplo,
conjuntos, para que en las áreas de soqueo se siembre maíz,
se siembre fríjol, y eso ayude a los ingresos de los caficultores.
Yo creo que lo que viene de la masificación de las tiendas
Juan Valdez, ojalá con todos estos caficultores de socios,
con todos estos caficultores de socios, en el mundo entero, en
el mundo entero va a ser un gran aporte para que en cualquier país
del mundo la gente pueda ir a una tienda de café, Juan Valdez
café de Colombia, a comprar el mejor café de la Sierra
Nevada o el mejor café del Perijá. Yo abrigo con
mucha ilusión que todo eso se vaya convirtiendo en realidad.
El doctor Ricardo Obregón, que está comisionado
por la Federación para armar esa capitalización, ¿ya
le vendió acciones a los cafeteros del Cesar, doctor Ricardo? ¿Cuándo
se las va a ofrecer? Se las va a ofrecer mañana. ¿Quiénes
de los aquí presentes son productores de café? Bueno,
preparen una plática chiquita para que todos sean socios
de ese proyecto de las tiendas Juan Valdez.
¿Cuánta es la cuantía mínima que necesita
uno de estos compatriotas para ser socio? ¿Cuánto?
20 mil. ¿A cómo está el aguardiente en el
Festival Vallenato? ¿A cómo vale el aguardiente en
el Festival Vallenato Hernando, la gotica? ¿Cuántos
aguardientes hay que ahorrarse para comprarse una acción
de 20 mil pesos?
Doctor Ricardo, no deje, no deje uno solo
de estos cafeteros sin que sean socios, que ese es un paso importantísimo que tiene
que dar Colombia. Miren, ¿saben por qué el afán
de este Gobierno al principio para llegar a este acuerdo con la
Federación? Porque a uno le daba mucha tristeza ver que
en el mundo crecen las tiendas Starbucks, las tiendas con otro
nombre, y que se puede desvanecer la marca Café de Colombia
Juan Valdez, y que se corre el riesgo que la nueva generación
no reconozca el café por el país que lo produce,
sino por la firma que lo comercializa. ¿El temor cuál
es? Que la nueva generación en el futuro ya no pregunte
por Café de Colombia, sino por café Starbucks o por
el café de otras comercializadoras.
Les agradezco mucho, y qué buena coincidencia esta del
café de la Sierra Nevada, del Perijá y el Festival
de la Leyenda Vallenata. Muchas gracias”.