PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE EN LANZAMIENTO DEL LIBRO DE CARLOS GUSTAVO CANO
Bogotá, 9 ago (SNE). Las siguientes son las palabras del
presidente Álvaro Uribe Vélez durante el foro internacional “Cultivar
y exportar el trópico: la experiencia de Tailandia aplicable
a Colombia”, y lanzamiento del libro “Después
del TLC, ¿qué?”, de Carlos Gustavo Cano Sanz,
ex ministro de Agricultura y codirector del Banco de la República.
“Quiero felicitar al doctor Carlos
Gustavo Cano por este nuevo y gran esfuerzo en favor del agro
colombiano, que nos trae
tantas reflexiones sobre lo que tiene que ser un futuro para agregar
valor y ganar competitividad, y aprovechar las condiciones de Colombia,
de sus ciudadanos.
Quiero felicitar a la Corporación
Colombia Internacional (CCI), a la doctora Adriana Senior Mojica
(Presidenta de CCI),
por la tarea que viene realizando y por su constante esfuerzo para
orientar bien el agro colombiano.
Celebro también la realización
de este evento, que los ha congregado para conocer la extraordinaria
experiencia de
Tailandia, y para el lanzamiento del libro del doctor Carlos Gustavo
Cano.
Me parece que a lo que ha dicho la doctora
Adriana y a lo que ha dicho el doctor Carlos Gustavo Cano, nada
hay que agregarle.
Son bien elocuentes las comparaciones que ella ha traído
del volumen de exportaciones agrícolas de Tailandia, del
nuestro, no obstante que aquí tenemos en semejantes condiciones
tropicales mucho más territorio y por ende más posibilidades.
Son bien elocuentes sus palabras sobre
lo que hay que hacer en materia de agregar valor. Por ejemplo,
los casos que nos trajo
para poner en los mercados internacionales una agricultura hortícola
mucho más atractiva a los consumidores.
Cuando la escuchaba me parecía que nosotros estamos más
cerca de eso de lo que creemos. Por ejemplo, toda la experiencia
en flores de la Sabana de Bogotá, del oriente antioqueño,
alguna del Cauca, de Nariño, otra de Risaralda, nos hace
pensar que allí tienen una masa crítica, que allí ya
tienen una sinergia que les permite pasar de los productos que,
con ese gran avance tecnológico, han estado exportando,
como las flores, a exportar otros con esos agregados de valor como
son las hortalizas, tal como lo propone la Corporación,
hoy por conducto de su Presidenta, la doctora Adriana.
De gran importancia los temas tratados
por el doctor Carlos Gustavo Cano. El tema de la biotecnología, el tema de los transgénicos,
el tema de los biocombustibles, donde tenemos nosotros más
posibilidades de las que todavía advertimos.
Más aún, yo creo que esa revolución de los
combustibles biológicos no va a necesitar tratados de comercio.
Yo animaría a los colombianos a producir combustibles biológicos
en presencia o en ausencia de tratados de comercio.
En alguna ocasión le dije amistosamente al presidente (Hugo)
Chávez (de Venezuela): ustedes con petróleo, no tienen
afán de tratados de comercio. Nosotros que tenemos una economía
con una industria mediana y con unos productos agrícolas
sumamente competidos, sí requerimos tratados de comercio
para acceder a los mercados. A ustedes les arrebatan el petróleo,
nosotros tenemos que derrumbar muchas barreras para entrar con
nuestros productos a los mercados.
Pues bien, es tan rápida la evolución que empieza
a tener el mundo a raíz de estos precios del petróleo,
que no muestran signos de reversa, y es tan rápida la evolución
en favor de los combustibles biológicos, que el mundo los
va a arrebatar sin necesidad de tratados de comercio. Por eso hay
que hacer el esfuerzo de producirlos rápidamente y sin temor.
Hace pocos días a la asamblea de palmicultores en Villavicencio
les decía: cuando empezamos el Gobierno en el 2002 tenían
175 mil hectáreas de palma. Hoy tienen alrededor de 300
mil. Parece un gran salto en un cuatrienio, pero es chiquitico.
Un país que puede sembrar seis millones de hectáreas
sin tumbar un milímetro cuadrado de bosque, para sembrar
materias primas de biocombustibles, no puede conformarse con tener
300 mil hectáreas de palma.
Les dije: para que cumplamos les voy a
proponer un reto. En el Gobierno que empieza sembremos 400 mil,
pero no se vayan asustar,
que es muy poquito. Nos deberíamos asustar es por ver que
el número es muy pequeño.
Ojalá podamos cristalizar todos los proyectos que están
en marcha. La idea del Gobierno es crear condiciones para que allí donde
haya empresarismo, éste se desarrolle plenamente con este
tipo de proyectos. Y allí donde no haya empresarismo, que
el Gobierno haga presencia empresarial transitoria con recursos
de capital de riesgo.
Por ejemplo, le decía al Ministro de Agricultura: una cosa
es el Valle del Cauca. Allí hay un gran empresarismo. Sabíamos
que creando el Gobierno las condiciones tributarias, la regla técnica,
la regulación de precios, se producía el alcohol
carburante. Y, en efecto, se dio.
Otra cosa son departamentos muy pobres
del país, que no
tienen esa masa crítica empresarial, pero que tienen todo
el potencial para ser grandes productores de biocombustibles. Resolver
problemas sociales del campo con la producción de biocombustibles,
allí vamos a tener que hacer presencia.
El país no puede perder de vista esfuerzos históricos
muy importantes. Todo ese estímulo que el presidente (Carlos)
Lleras Restrepo le dio al IFI, no obstante que después se
cometieron errores, es un estímulo que no se puede ignorar.
Había muchísimas, positivas razones en el pensamiento
del presidente Lleras Restrepo para fomentar ese Estado promotor.
Nosotros no podemos dejarnos alejar del concepto de Estado promotor.
La vida es un proceso de aprendizaje permanente, pero hay unos
puntos fundamentales que no se pueden abandonar.
Por supuesto, una cosa es que el Estado
promueva actividades necesarias, y otra cosa es que lo fuerce
a invertir sus recursos para sacar
a algunos empresarios de las quiebras. Cometer estos segundos errores
no se puede. Pero realizar la función de jalonar proyectos
empresariales en algunas regiones de la Patria es un imperativo.
Confío que con las decisiones que está tomando el
Ministerio de Agricultura sobre el Fondo de Capital de Riego, que
en el Gobierno que terminó tuvo una magnífica experiencia
con la siembra de maderables en los departamentos del Magdalena
y del Cesar, confío que al trasladar esa experiencia ahora,
con mayores recursos, a promover, a jalonar proyectos de biocombustibles
en algunas regiones de la Patria, sea muy útil.
¿Con qué visión llega allí el Estado?
Con la visión de sacar adelante un potencial, de convertirlo
en realidad, de jalonar unos proyectos, y detrás de ese
jalonamiento vincular la empresa privada. Y una vez esos proyectos
hayan tomado fuerza, ya el Estado podrá salir.
Por ejemplo, tenemos previsto que en esas
10 mil hectáreas
de madera en el Magdalena y en el Cesar, una vez el vuelo forestal
esté de cierto tamaño, el Estado proceda a venderlo,
a titularizarlo, recupere esos dineros y traslade esos recursos
del Fondo de Capital de Riesgo al embrión de otros proyectos,
igualmente importantes para el país. Vamos, pues, a jugar
un papel importante en algunos departamentos en esta tarea.
Si ustedes me preguntarán: ¿cuál es la alternativa
de la coca en el Pacífico? Yo no veo más alternativa
a la coca en el Pacífico que lo que se pueda hacer con camarones,
lo que se pueda hacer con caucho y lo que se pueda hacer con biocombustibles.
Les he dicho a los palmicultores: hay unas
regiones de la Patria que tienen en los biocombustibles, en el
biodiesel, la alternativa
inmediata, casi la única que estamos viendo, por sus condiciones
de suelo, por sus condiciones de altura sobre el nivel del mar,
por sus condiciones de lluvias, etcétera.
Y el doctor Carlos Gustavo se ha referido
al tema de cómo
el país tiene que avanzar más rápidamente
en la biotecnología. Ojalá podamos. Es que los gobiernos
pasan muy rápido y los procesos son muy lentos.
Yo he venido hablando en estos días
del cambio de velocidades, del sentido de urgencia. Y hay que
estrujarlo todo para cambiar
velocidades, para poder trabajar con resultados, con sentido de
urgencia.
Ojalá podamos avanzar mucho más rápidamente
en eso, porque siempre da tristeza gastarse un cuatrienio, para
que apenas se incorpore una variedad de semilla transgénica
en el algodón y que haya que esperar tanto para poder incorporar
la otra, y para traer la del maíz.
Entonces cuando creemos aquí que fue muy importante lo
que hicimos, resulta que esa transgénica ya es de una generación
vieja, que no es repelente de algunas plagas, y que los países
con los que tenemos que competir van mucho más adelante,
que ya están utilizando otras transgénicas que les
ahorran muchísimo más en costos de lo que la semilla
de la anterior generación le ahorra a la producción
colombiana.
Ojalá en todo esto podamos ir mucho más rápidamente.
Yo sé que hay una preocupación
por el tema de la reforma tributaria.
Quiero repetir ante ustedes, apreciados
empresarios del sector agropecuario, que la decisión del Gobierno Nacional es trabajar
con el Congreso para que la reforma tributaria cumpla con estas
características: impulse el crecimiento de la economía;
nos ayude en temas sociales, metas muy importantes como las del
milenio que debemos cumplir, y en temas de equidad; sea recibida
por un sector de la doctrina y de la academia económica,
como reforma estructural.
No pretendemos que tenga un unánime recibo como reforma
estructural, porque se escuchan muy diversas acepciones de lo que
es una reforma estructural. Pero por lo menos que un importante
sector de la academia económica la reciba como estructural.
Que sea un paso que, conjuntamente con
los otros esfuerzos de manejo económico y con las otras normas de manejo económico,
nos permita que le regresen a Colombia el grado de inversión.
Y además que sea un estatuto que
simplifique, que los colombianos puedan decir: tenemos una normatividad
tributaria verdaderamente
simple.
Uno de los temores que a mí me han asaltado cada vez que
proponemos el tema tributario, es la tradición colombiana
de rechazar las normas tributarias como factor de crecimiento de
la economía.
Nosotros tenemos que superar ese complejo,
tenemos que confiar en la bondad de las normas tributarias, para
estimular el crecimiento
de la economía.
Yo he venido sosteniendo que un crecimiento de largo plazo y un
recaudo de largo plazo, no se garantizan simplemente con una rebaja
general de tarifas, que hay que darles un tratamiento diferente
a aquellos que arriesgan y crecen, del tratamiento que se les da
a aquellos que no crecen.
En el Gobierno que terminó incluimos unos incentivos muy
importantes. Hoy empieza a verse la importancia. En su momento
fueron muy controvertidos por sectores de la academia económica,
pero hoy se empieza a ver la importancia.
¿Qué tal que no hubiéramos introducido los
incentivos a la madera, a los biocombustibles, a los cultivos de
tardío rendimiento?
Entonces me preguntan los empresarios: ¿y qué va
a pasar con esos incentivos? La respuesta que me ha dado el señor
Ministro de Hacienda es: los proyectos que ya están en desarrollo
adquirieron un derecho que se les respeta. Y se está haciendo
la siguiente cuenta: el Ministerio de Hacienda sostiene que el
conjunto de estímulos al crecimiento, que se incorpore en
la reforma, compensa esos estímulos y los hace generales.
Por ejemplo, voy a citar dos casos, tres
casos: uno, se reduce la tarifa de renta; otro, se da la posibilidad
de deducir el ciento
por ciento de la inversión en el primer año, y se
elimina el impuesto de timbre.
Le he preguntado al Ministerio de Hacienda: ¿qué puede
pasar con la madera o con un cultivo de tardío rendimiento,
que en los primeros años simplemente tienen costos, no generan
ingresos? Entonces, ¿qué puede pasar frente a la
posibilidad de depreciar el total de la inversión en el
primer año? La respuesta que me ha dado el Ministerio: eso
se va a manejar como un crédito fiscal. Esa deducción
se puede hacer a medida que el proyecto empiece a retornar.
Por eso le he pedido al Ministro de Agricultura
que con los gremios examinen muy cuidadosamente las cifras, y
verifiquemos la propuesta
del Ministerio de Hacienda. Si llegare a haber dificultades, buscamos
los correctivos que se necesiten, pero lo que requerimos es una
reforma tributaria que no le dé miedo estimular el crecimiento
de la economía.
Quería aprovechar la magnífica
audiencia que ustedes integran, para repetir este compromiso.
El tema de los tratados de comercio. La
verdad es que ha habido una transición política muy importante en el país.
El temor a la apertura se había constituido en temor a los
tratados de comercio, pero yo mismo estoy gratamente sorprendido
de la velocidad con que se ha venido dando esa transición.
En diciembre, en el contacto masivo y permanente
del Gobierno con el pueblo colombiano, nosotros encontrábamos más
resistencia a los tratados, que apoyo. Hoy ocurre todo lo contrario.
Hoy lo que encontramos es pedido de más tratados por parte
de nuestros compatriotas. Esa transición es muy importante.
El principio de negociaciones con Europa
va bien. Confío
que con los tres países centroamericanos con los cuales
hemos abierto negociaciones, rápidamente podamos culminarlas.
Estamos esperando que se despeje definitivamente
el proceso post-electoral de México, y que haya claridad sobre el nuevo gobierno mexicano,
para reemprender con ellos el examen de unas revisiones al G3,
porque productos agropecuarios que nosotros necesitamos colocar
en el mercado mexicano, que no están en el G3, todavía
tropiezan con barreras arancelarias. Por ejemplo, en el caso de
los lácteos, cuando superamos las barreras sanitarias.
La señora Presidente de Chile, con la diligencia que la
caracteriza, ha expresado el deseo de hacer el tratado bilateral
de comercio con Colombia en términos de semanas. Esa ya
cambió de velocidades, ahora nos toca a nosotros. Vamos
a hacer ese acuerdo con Chile muy rápidamente.
Yo tengo una gran esperanza con Chile.
En mi concepto, Colombia es hoy uno de los países que más interés despierta
a la inversión chilena. Y Chile hoy es más importante
como inversionista que como mercado. Un país que le sobran
50 mil millones de dólares, que quiere a Colombia, que ve
en la democracia y en la empresa privada colombiana una gran posibilidad,
es un país que puede ser el gran aliado nuestro para invertir
acá recursos, y ayudarnos a sacar esta economía adelante.
Voy expresar una preocupación sobre
los Estados Unidos.
Nosotros no tuvimos cálculos electorales para negociar
el Tratado de Libre Comercio. Incluso se cerró pocos días
antes de la elección parlamentaria. En diciembre las encuestas
de opinión aconsejaban que el Gobierno no adelantara el
tratado de comercio con los Estados Unidos antes de elecciones,
porque era mayor la desaprobación de los colombianos a ese
tratado, que la aprobación.
Nosotros dijimos: el bien público no puede someterse a
encuestas, hay que trabajar de buena fe, con celeridad y con argumentos.
Defendimos el tratado en los términos en que lo ha dicho
el doctor Carlos Gustavo Cano. Un tratado en el cual hemos buscado
equidad, que no es la panacea, no es el tratado ideal, pero creemos
que es un paso muy importante.
¿Qué me preocupa? Me preocupan estas dilaciones,
me preocupa que estemos hoy a 9 de agosto y que todavía
no haya notificación al Congreso de Estados Unidos, y me
preocupa que allí haya válidos temores sobre la cantidad
de votos que se requieren en el Congreso norteamericano para aprobar.
Yo, amistosamente, quiero hacer llegar
un mensaje al Gobierno de Estados Unidos, después de que
en la noche del 7 de agosto nos reunimos de nuevo durante dos
horas, con los ministros, con
el Secretario del Tesoro y con el Secretario de Comercio de los
Estados Unidos.
Quiero hacer un llamado amistoso al Gobierno
y al Congreso de los Estados Unidos, para que aceleremos los
pasos muchos que todavía
faltan para firmar el tratado y para el ulterior proceso de perfeccionamiento.
Me preocupa mucho que el tema de las elecciones
de noviembre en Estados Unidos, dilate indefinidamente la firma
del TLC. Nos angustia
muchísimo que llegue el 31 de diciembre, culmine la vigencia
de las preferencias unilaterales, no tengamos en tránsito
o aprobado en el Congreso norteamericano el TLC, y tampoco tengamos
una extensión transitoria de las preferencias para poder
mantener el ritmo creciente de exportaciones, mientras se perfecciona
el TLC.
Quiero hacer llegar un mensaje, que llevaré personalmente
en las próximas semanas al Congreso, al Pueblo y al Gobierno
de los Estados Unidos.
Las relaciones con Colombia, con la región, son unas relaciones
que países como Colombia aprecian y valoran, que muchos
no entienden y que Estados Unidos debería estimular, agilizando
estas decisiones sobre la base de mantener frente a nuestros países
lo que se ha llamado allá la política bipartidista.
Vamos a insistir en estos temas, pero de
no expresar estas preocupaciones esta noche, ante la audiencia
que ustedes integran, mejor habría
sido no venir. Seguramente el Ministro Botero me va a decir ahora: ¿para
que dijo eso? Yo le voy a decir: ¿para qué me invitaron?
Son preocupaciones inocultables, son incógnitas inocultables,
que tenemos que procurar superar con toda prudencia, sí,
pero con toda franqueza y con toda diligencia.
Ya que por aquí vi al doctor Lafourie entre los distinguidos
dirigentes gremiales que han venido hoy acompañar al doctor
Carlos Gustavo Cano en el lanzamiento del libro, le reconfirmo
la noticia de que en el proyecto de reforma tributaria y en la
voluntad política del Gobierno, está la idea de que
por lo menos el equivalente a un punto de la tarifa de renta, los
contribuyentes colombianos puedan tener la opción de invertir
ese equivalente en sociedades anónimas, cuyo objeto sea
el campo colombiano y que estén debidamente inscritas en
la Bolsa, y que se activen, que se pongan activas en el mercado
bursátil. Pienso que eso puede ayudar mucho.
Cálculos iniciales nos dicen que eso tendría un
potencial de recursos frescos del orden de 600 - 700 mil millones
por año en cada uno de los primeros años. Y creo
que eso sería un gran aporte.
Felicito, pues, a la Corporación Colombia Internacional.
Deberíamos salir de aquí, doctora Adriana, a empacar
esas hortalizas como usted dice, esas hierbitas como usted dice,
y a colocarlas en esos mercados.
Y qué bueno que Colombia tenga voces,
claridad de pensamiento, como el pensamiento del doctor Carlos
Gustavo Cano, para animar
el campo colombiano y para que en este libro nos traiga temas tan
importantes, como el futuro, que ya no es futuro sino que es presente,
de los biocombustibles.
Háganos animar, doctor Carlos Gustavo, porque el Brasil
ya va a tener cuatro millones de hectáreas de higuerilla.
Aquí la hemos conocido toda la vida y apenas la estamos
experimentando.
Y allá empiezan a tener hoy otras fuentes de biodiesel,
que no tienen problemas de glicerina, que los científicos
le advierten a la higuerilla. O sea que muy oportuno su libro y
muy oportuna esta convocatoria de la Corporación Colombia
Internacional.
Tenemos preocupaciones por el TLC, vamos
a ver cómo se
pueden despejar, y tengan la certeza ustedes, apreciados compatriotas
del agro, de todo nuestro compromiso con el agro colombiano.
Muchas gracias”.
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