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11 de agosto

CLAUSURA DE LA CONVENCIÓN BANCARIA 2006
Agosto 11 de 2006 (Cartagena de Indias – Bolívar)

Compatriotas:

Quiero felicitar a la Asociación Bancaria en estos 70 años. Como lo mostró el video que pudimos apreciar al inicio de esta sesión de clausura, son 70 años de grandes luchas en la Patria, con momentos luminosos y con muchas dificultades.

Quiero felicitar a todos aquellos quienes han tenido oportunidad de dirigirla y a su actual presidenta, Patricia Cárdenas Santamaría.

Para el país es muy importante tener un sector financiero sano, sólido, de cara al porvenir. Cuánto mejor tenerlo hoy sólido para poderle pedir, que tenerlo quebrado como estaba hace seis años.

Pienso que en lugar de quejarnos porque esté sólido, debemos aplaudir. ¿Hace seis años qué podíamos demandar del sector financiero distinto a que sobreviviera?, hoy podemos demandar generalizar en Colombia en todos los sitios de la geografía esta experiencia de Chipatá (Santander).

Y quiero agradecerles esfuerzos grandes, creo que hay algo importante: el Gobierno, de acuerdo con la tradición democrática de Colombia, ha querido hacer política social más por concertación que por imposiciones que creen desconfianza.

Por eso, acudimos en muchas ocasiones en el cuatrienio que terminó, a buscar los acuerdos con la Asociación Bancaria. El primero con el Ministro Botero (Jorge Humberto, de Comercio, Industria y Turismo) y ustedes, en el cual se comprometieron a otorgar, entre agosto de 2002 y el mismo periodo de 2003, 350 mil millones (de pesos) de microcrédito, se rebasó en la ejecución.

El segundo, para colocar 570 mil millones (de pesos) en crédito de vivienda social.

El tercero, para colocar un billón (de pesos) en crédito de vivienda social entre el primero de julio del año pasado y el 30 de julio de este año. En todos los eventos hubo cumplimiento concreto. Quiero agradecerles inmensamente ese aporte a la Nación.

Y quiero agradecer los nuevos anuncios. Muchas gracias en nombre de Lina y de todo el equipo que con ella trabaja en la Consejería Social de la Presidencia, por la vinculación de ustedes al Plan Padrino que empieza, justamente, con este nuevo colegio aquí en San Juan Nepomuceno.

Permítanme referir a dos temas, de los muchos e importantes que ha tratado Patricia Cárdenas Santamaría en su muy concreta exposición: el tema de la reforma tributaria y el tema de la banca de oportunidades.

REFORMA TRIBUTARIA

Como todas las reformas en que está empeñado el Gobierno, busca un objetivo: fortalecer la confianza en Colombia. En eso no nos podemos equivocar y tendremos que, hallar la consistencia entre ese objetivo que buscamos y los textos que finalmente se aprueben.

Deseamos que tenga las siguientes características: que impulse el crecimiento de la economía.

Colombia le ha temido a que las normas tributarias impulsen el crecimiento de la economía. Patricia Cárdenas daba ahora unas cifras muy importantes de la formación de capital en nuestro país. Sería interesante mirar la contribución de la deducción tributaria del 30 por ciento a las nuevas inversiones generadoras de renta, que aprobamos en diciembre de 2003, a ese crecimiento de la formación de capital en nuestra Patria.

La evidencia de los últimos años desvirtúa la idea, a mi juicio equivocada, de negar el instrumento tributario como herramienta fundamental para impulsar el crecimiento de la economía.

Queremos que esa reforma tributaria nos ayude a financiar las metas sociales, nos ayude a construir un país más equitativo.

Es bien importante que por lo menos, un sector de la academia económica, reciba esa reforma tributaria como estructural, no pretenderíamos que toda la academia económica, porque hay muchas definiciones de reformas estructurales. Uno le pregunta a unos economistas de una orientación política qué entienden por reforma estructural y le dan un significado diferente al que le da el economista de otra orientación política. Es bien necesario que por lo menos un sector sólido de la academia económica nos reciba esa reforma como una reforma estructural.

Necesitamos que esa reforma, en compañía de las otras de la agenda económica, contribuya a que el país recupere el grado de inversión.

En los últimos años no hemos sentido mayores angustias por la falta de grado de inversión, porque la economía ha tenido buen desempeño, porque hemos podido acceder en mejores condiciones al crédito, crédito de más largo plazo, de menores tasas de interés.

Ayer o antes de ayer, por ejemplo, el Ministerio de Hacienda colocó nuevamente en el mercado externo, bonos del tesoro colombiano, denominados en pesos con los cuales captó dólares. Se reabrió el mercado en el Japón, esa cooperación de antes de ayer de 300 millones, tuvo demandas superiores a los 3.000 millones. Eso demuestra que hemos atravesado un camino relativamente favorable para el país, pero sería un absurdo confiarnos.

Para poder soportar dificultades en el mercado financiero internacional, tenemos que estar preparados con la recuperación del grado de inversión.

Esa reforma tiene que ser una reforma que simplifique el conjunto tributario normativo.

Algunos han asociado esa reforma con las reformas de la época del Presidente (Ronald) Reagan que se aprobaron en Estados Unidos y en Inglaterra y con aquella que aquí se aprobó en 1986, cuando se iniciaba la administración del Presidente (Virgilio) Barco.

Llegaba al Senado de la República y recuerdo la enorme discusión que se dio alrededor de esa reforma tributaria. Esa reforma tributaria bajó para todo el mundo la tasa de renta, la primera diferencia con la que nosotros estamos impulsando, es que esta no le da el mismo tratamiento a los que crecen del tratamiento que se le da a los que no crecen. Aquella dio el mismo tratamiento a todos.

Desmontó el impuesto al patrimonio. Este Gobierno lo ha revivido, queremos manejarlo prudentemente, sin mover la tasa para que haya credibilidad y con un instrumento que viene diseñando el Ministro para que no se convierta en un factor que afecte el capital de trabajo, en los años en que no haya rentabilidad de esos patrimonios.

Aquellas reformas eliminaron la doble tributación, al eliminar el impuesto a los dividendos. Decisión que se ha mantenido en las reformas de los últimos años.

Diría que la principal diferencia entre la visión que tenemos de la tributación –incorporada en el texto propuesto por el Ministro- y aquellas reformas de la economía de la era del Presidente Reagan, es que aquellos reformadores pensaban que la sola reducción de la tasa contributiva era suficiente para generar permanentemente crecientes inversiones y por ende aumentar el recaudo.

Nosotros creemos que no es suficiente, nosotros creemos que hay que darle un tratamiento diferente a aquellos que hacen el esfuerzo de crecer, del tratamiento que se le da a aquellos que no crecen.

Cuando simplemente se rebajan las tasas, la respuesta es que se presentan mayores recaudos fiscales durante algunos años subsiguientes a la decisión, pero no se garantiza –como en efecto se demostró después del 86- que haya un proceso permanente de crecimiento de inversiones que a su vez se convierta en la causa determinante para que en el mediano y largo plazo se sostenga un aumento del recaudo.

Cuando esas reformas no estimulan la inversión en un horizonte de largo plazo, el incremento del recaudo es una respuesta –como lo muestra la evidencia histórica de corto plazo, pero no es una realidad que se sostiene en el largo plazo, porque le falta ese soporte que es el estímulo a la inversión.

Característica que quiere tener la reforma propuesta: es un estimulo permanente a la inversión

Sueño que si las cosas resultan bien, si logramos con el honorable Congreso de la República aprobar este conjunto normativo, si podemos avanzar más en la reforma administrativa del Estado –donde están los temas Seguro Social, Ecopetrol, etcétera-, si podemos incursionar en los grandes mercados –como lo estamos buscando a través del TLC con los Estados Unidos, el acuerdo de comercio con tres países centroamericanos, como una parte inicial allí, el acuerdo con Chile, con Europa-, podemos poner esta economía colombiana a crecer establemente mínimo al 6 por ciento.

Por supuesto, cuando se piensa en todo el conjunto poblacional, entonces la reforma tributaria propone un gran apoyo a la inversión.

Aparece el tema de los sectores populares y de los sectores medios. Pienso que debemos apostarle, atrevernos, audazmente, a ensayar en Colombia el tema de la devolución del IVA a los sectores populares. Hay que perderle temor a reformar.

Creo que en el momento que en nuestra Patria, 6 millones de familias pobres empiecen a recibir esa devolución, les llegue a través del sistema financiero, de los corresponsales no bancarios –como el de Chipatá- y eso se convierta no solamente en un medio de bancarización, sino en un principio de ahorro para acceder al crédito, este país puede empezar a asistir una muy importante transformación social.

Indudablemente tenemos preocupaciones con los sectores de ingreso medio de la población colombiana. Y ahí, entre todos tenemos que pensar unos ajustes para no maltratar los sectores de ingreso medio de nuestra población.

Desde el punto de vista estructural, la reforma –si interpreto bien al Ministro de Hacienda (Alberto Carrasquilla)- sustituye los estímulos selectivos para el crecimiento también selectivo de la economía, por un estímulo general.

Y cuando veía, por ejemplo al ministro Jaime Alberto Cabal, presidente de Cotelco, intercambiábamos dos palabras sobre la hotelería, encontramos lo siguiente: los estímulos tributarios a la hotelería no hay que aprobarlos por capricho, los imponen las condiciones internacionales. Basta mirar los estímulos que hay en Costa Rica, en República Dominicana, en Cuba.

Entonces, queramos o no, si nosotros queremos hotelería y queremos turismo, tenemos que competir también con estímulos tributarios. Hay preocupación porque se quitaría un estímulo selectivo y se compensaría con el estímulo general. Pienso que lo importante es ahora, tranquilamente, en la discusión en el Congreso, mirar las cifras, comparar el valor presente a tantos años, traídas las cifras por todo el período que ha tenido consagrado el estímulo a la fecha y entrar a comparar eso con la propuesta general del Ministro.

Indudablemente que aquí hay que tener un concepto de derecho adquirido, que ha sido además tradicional en Colombia para generar confianza. Quienes ya tienen aprobados o acometieron sus proyectos, estimulados por el incentivo, se les debe respetar la estabilidad del incentivo, como quiera que fue causa determinante para la toma de decisión de acometer esa iniciativa de inversión.

Tengo confianza que esto vaya quedando absolutamente claro en el proceso de discusión en el Congreso de la República, pero lo que sí pido es que utilicemos el instrumento tributario como factor para impulsar el crecimiento. Creo que los hechos nos han desvirtuado la tesis de que la tributación es neutra frente a las decisiones de inversión. No es lo único, pero es de gran importancia.

Me voy a referir específicamente a los puntos que los preocupan a ustedes. Esta semana pensaba con preocupación, ¿será prudente que yo vaya a la Convención Bancaria cuando está la discusión sobre esta reforma tributaria y apenas empieza? Y tuve la oportunidad de reunirme en la Presidencia de la República con Patricia Cárdenas y con algunos de los directivos de ustedes, e intercambiar ideas que he tenido la prudencia de consultarla con el Ministro de Hacienda, aunque no me ha dicho todavía que sí. Simplemente, con el ánimo de aportar a la discusión.

  • El 4 x 1000

No voy a entrar a cuestionar los muy juiciosos argumentos que trajo Patricia Cárdenas en su intervención. Me preocupa lo siguiente: controlar la evasión, crear sentido de pertenencia, de responsabilidad por el fisco colombiano, que son presupuestos fundamentales para que cada colombiano se sienta comprometido con la Nación entera, implica avanzar a ampliar la base de IVA. Eso es necesario, inevitable.

Me preocupa que por un lado ampliemos la base de IVA, por otro lado estimulemos la inversión a través de la disminución de la tarifa de renta, de la eliminación del timbre, de la posibilidad de deducir la inversión en el primer año en un ciento por ciento y aquello que no se alcanzaré a deducirlo, convertirlo en un crédito fiscal, para que se deduzca posteriormente y también eliminarle a todo el mundo el cuatro por mil. Me preocupa ese escenario.

Mi sugerencia es que pensemos en lo siguiente: primero, allí se puede encontrar una posibilidad de incentivo de apoyo, de alivio a los sectores de ingreso medio.

Ya tenemos el camino abierto a la mitad, acabémoslo de abrir. Hoy están exentos del cuatro por mil los movimientos financieros a través de cuentas de ahorro creo que hasta 4 millones 200 (mil pesos), con la condición de que estén vinculadas a crédito de vivienda. Mi sugerencia es: quitemos la condición de vinculación a crédito de vivienda, que se de el incentivo sin sujeción a esa condición, de manera general y que se ponga como tope, una cuantía suficiente, que alcance para la totalidad de los movimientos que deba hacer una familia de ingreso medio de la sociedad colombiana.

Hablo no solamente de los 7 primeros salarios mínimos, sino de una familia de estrato tres o una familia de estrato cuatro. Cuantificar cuánto necesita esa familia, mover financieramente para el giro ordinario de su vida en un mes y entonces, que esos movimientos los haga en una cuenta de ahorros y que los movimientos en esa cuenta de ahorros, sin condición del destino de la cuenta de ahorros hasta el tope que se fije, sean movimientos exentos del cuatro por mil.

Creo que eso produciría dos efectos muy importantes: un alivio a los sectores de ingreso medio y un gran estímulo a la bancarización.

El segundo punto: rebajar el cuatro por mil. A mí me parece sano que para construir confianza en el país frenemos la trampa que le hacemos al contribuyente. Hace tres años me decían los críticos de nuestro proyecto de reforma, cuando nos propusimos restablecer el impuesto al patrimonio: ‘sí Presidente, pero es que ustedes lo introducen ahora con el 0.3 (por ciento) y entonces va a pasar lo del cuatro por mil, lo introdujeron con el dos y el tres y ya va en el cuatro, ¿quién sabe hasta dónde van a subir la tarifa de patrimonio?’

Por eso he insistido –y el Ministro creo que ese punto me lo ha aceptado- que por credibilidad, por confianza en los contribuyentes, no vamos a incurrir en la tentación de elevar la tasa de patrimonio.

En ese orden de ideas, el Gobierno para honrar el compromiso que insertamos en la ley de 2003, debería estimular la reducción del cuatro por mil al tres por mil. Cuando pasamos del tres al cuatro dijimos: será transitoria. Si rebajamos al tres por mil se honra el compromiso de la transitoriedad y se crea confianza en Colombia y en el manejo de las disposiciones tributarias.

Hay otra alternativa: nosotros necesariamente, para que este eslabón tan importante que nos acaban de mostrar del primer corresponsal no financiero en Chipatá, no sea un caso aislado sino el principio de esa gran concepción de banca de oportunidades, vamos a necesitar unos subsidios a los esfuerzos que ustedes hagan.

Entonces, lo que podríamos hacer –y en una discusión que teníamos antes de entrar a este salón me lo sugería al senador Julio Mansur-, es que el Gobierno se comprometa a que un punto del cuatro por mil lo llevemos a subsidiar la universalización del acceso al crédito para los sectores más populares, a través del esquema de banca de oportunidades.

Y para no seguir amarrando rentas, para no seguir creciendo las rentas de destinación específica, con un instrumento de flexibilización. Que terminado el respectivo período fiscal, al hacer la liquidación del presupuesto ejecutado, aquella parte de esa suma que no se hubiera comprometido, inmediatamente quede liberada de la destinación específica e ingrese al presupuesto nacional sin compromisos de destino específico.

El tema del IVA a las tarjetas de crédito y débito no lo he discutido con el Ministro, lo trajo Patricia Cárdenas.

DEDUCCIÓN DE INTERESES

Espero que hayan podido discutirlo esta tarde con el Ministro, él ha tenido la idea de que al exceptuar los ingresos laborales en los primeros siete salarios mínimos del impuesto de renta, si eso se complementara con una tarifa menor en ingresos superiores, menor a la propuesta en el proyecto del Gobierno, se podría compensar esa deducción de intereses y entonces iríamos allí consiguiendo un objetivo de la reforma, cual es, que algunos de los que hablan de reforma estructural dicen que eso ayuda a que califique como estructural, ir sustituyendo incentivos selectivos por incentivos generales.

El tema de las AFC. Yo las he defendido, me parece que las introdujeron en un momento muy oportuno. Una economía muy deprimida, el desempleo creciendo –en aquellos años el desempleo pasó del 7 casi al 20, la pobreza pasó del 45 al 60, el desempleo de jefes de hogar pasó del 4 al 10 por ciento-, creo que la introducción de las AFC fue muy oportuna.

Y también las he defendido con este argumento porque se dice: ‘eso no produce resultados sociales’, pero si uno ve los materiales de construcción que se utilizan para ese tipo de edificaciones, esos pagan IVA. Las empresas de ingeniería y arquitectura que intervienen en esas construcciones tienen una nómina formal por la cual tienen que pagar contribuciones de la seguridad social.

Una vez se terminan esas edificaciones, inmediatamente empiezan a tributarle al predial de la respectiva ciudad. Se convierten en base de la renta presuntiva y también entran a formar parte de las cuantías patrimoniales que, a partir de cierto nivel hacia arriba, se convierten en cuantías gravables.

El Ministro dice, con muy buenas razones, que la época es totalmente diferente y que se ha presentado también una distorsión porque muchas de estas cuentas corresponden a estratos altos y para edificaciones suntuarias. El Ministro cree que el conjunto de la reforma las compensa.

Yo creo que ahí hay que darle varias reflexiones a una tesis del Ministro, que me parece muy importante: en la medida que la reforma estimule la inversión de manera general, eso tiene que ser un gran jalonador del ahorro, de la expansión económica, del empleo. Y en un medio con ese dinamismo, se le facilita a todo el mundo adquirir vivienda.

Desde el punto de vista del Ministro, uno diría: tiene razón. Finalmente es mejor, para la misma vivienda, una economía creciendo vigorosamente y de manera integral, que una economía anémica con un sector de vivienda fuerte. Creo que en eso tenemos que reflexionar. Sin embargo, debemos pedir al Ministro discutir con él algunas alternativas para permitir AFC’s con un tope y que el criterio sea: que le ayuden a la clase media, a los sectores de ingresos medios. Que esas distorsiones de AFC’s para construcciones suntuarias se acaben. Discutamos eso con el Ministro y con el Congreso, a ver si se encuentra una alternativa.

El tema del IVA a los materiales de construcción de vivienda social: no veo allí mayores diferencias de fondo con lo que hay hoy por hoy. Tanto en lo que está vigente como en lo que se propone, el informal que no declara y no deduce no tiene manera de recuperarlo. En cambio, el que está formalizado, que declara y deduce, sí lo puede recuperar. De esa manera elemental entiendo la propuesta del Ministro en el IVA de los materiales de construcción y por eso no quiero profundizar sobre ella.

El tema de los ingresos financieros de los bancos, causados por créditos a vivienda social: hoy son ingresos exentos. ¿Qué ha propuesto el Ministro?: que se conviertan en ingresos gravables, pero compensarles a los bancos ese esfuerzo con cinco puntos de tasa de interés, que entregaría el presupuesto nacional.

La primera reacción es: ¿para qué le van a hacer dar esa vuelta?, ¿para qué van a someter eso a un procedimiento engorroso? Creo que hay una cosa muy importante en la propuesta del Ministro: que se explicita un subsidio.

Por ejemplo, hoy, los beneficiarios de esos créditos ignoran que esos créditos tienen un subsidio del Gobierno que consiste en que el interés que ellos le pagan al banco prestamista se convierte para ese banco en un ingreso exento. A mí me parece muy importante, desde el punto de vista político – social, explicitar esos subsidios.

Ahora: ¿que no cumple el Gobierno? Imposible que sea tan irresponsable este Gobierno u otro, porque si no cumple con esas devoluciones, inmediatamente frena el crédito para vivienda social. Si por algo hemos luchado en los últimos años, es ser cumplidos con las devoluciones. Ustedes habrán sentido que el Gobierno ha hecho un gran esfuerzo de cumplimiento con la devolución de esos puntos del IVA para aquellas compras que se hacen con dinero plástico.

El tema de las titularizaciones. Le he entendido al Ministro lo siguiente: en efecto, no se mantendría esa exención general a los ingresos en cabeza del nuevo titular de los documentos cambiarios o de los títulos valores titularizados. El Ministro dice claramente que la exención general como esta hoy, se elimina, pero que se le daría el mismo tratamiento de devolución de cinco puntos de interés al crédito VIS, independientemente de que esté el titulo valor en cabeza de quien lo emitió o que se haya transado en el mercado y llegue a estar en poder de alguien, quien es el nuevo propietario.

El Ministro dice: si la decisión de la reforma tributaria es darle esos cinco puntos de tasa de interés a un crédito de vivienda social, durante cinco años y los dos primeros años –hablo ejemplificativamente- ese titulo permanece en poder del banco prestamista y en ese momento lo titulariza y ese titulo se desplaza al dominio de un tercero que lo compra, pues entonces a ese tercero se le respeta hasta que complete los cinco años, durante los cuales la reforma ofrece el beneficio.

Creo que discutiendo montos, etcétera, la propuesta del Ministro es lógica y simplifica. Lo que le he pedido al Ministro y a sus compañeros, es que estemos seguros que lo que se vaya aprobar no vaya mañana o pasado mañana a provocar un colapso en vivienda, de esto tenemos que estar seguros.

Ahora, si la vivienda crece como consecuencia de un crecimiento integral de la economía, es mucho mejor que pretender que la vivienda crezca en un medio económico débil. Por eso repito la idea de los estímulos generales del Ministro tiene toda la lógica.

LA BANCA DE OPORTUNIDADES

Necesitamos que el corresponsal bancario de Chipatá se replique en todo el país. En el gobierno que concluyó, la cartera total del sistema financiero, fundaciones, redescuento de FINAGRO, redescuento de BANCOLDEX, Ong’s, Banco de la Mujer, etcétera, de microempresarios pasó de 756 mil millones (de pesos) a algo más de tres billones. Un gran crecimiento. Fueron favorecidos casi millón 6 mil microempresarios.

Yo vengo a proponerles a ustedes que en estos cuatro años que empiezan, hagamos todos un esfuerzo, para que otorguemos cinco millones de microcréditos.

Tendríamos que pasar de millón y medio, que se otorgaron en los últimos cuatro, a cinco millones que se otorgarían en el nuevo cuatrienio. Un compromiso muy ambicioso pero si todos nos proponemos lo logramos.

Vemos avances en muchas partes del país, pero también desequilibrios. Los mismos desequilibrios que traía Patricia ahora, nos contaba como está en eso Medellín, Bogotá, en cambio qué pasa en ciudades como Sincelejo, Montería, etcétera.

Lo mismo vemos en microcréditos. La ciudad de Calí tiene una gran cobertura, la ciudad de Medellín tiene una gran cobertura, pero en esos dos departamentos también hay unos municipios con muy baja cobertura. Y en la Costa Caribe colombiana tenemos muy poca cobertura del tema de microcréditos.

Para lograr esos cinco millones de microcréditos hay que hacer una tarea muy rápida, muy diligente, de cobertura en toda la geografía de la Patria y a eso contribuye el decreto de los corresponsales no bancarios.

Nosotros tenemos un reto: llegarle con microcrédito al sector más pobre, el que tiene que financiarse con el gota a gota. Aquí lo tenemos a pocas cuadras de este Centro de Convenciones. Yo sé que eso cuesta, administrar esos microcréditos es difícil. Hay que ir a buscar al potencial usuario, visitarlo, acompañarlo, etcétera, pero creo que en la situación colombiana la solución no es eliminar el concepto de tasa de usura.

Quiero proponerles una alternativa: que el Gobierno Nacional, con los recursos del fondo de oportunidades que se está creando, subsidie un crecimiento de la cuota de administración de los microcréditos, para los sectores más pobres y en aquellas cuantías pequeñas, que son las que más costo de administración tienen.

Por ejemplo, hoy por hoy en el microcrédito, la cuota de administración es de siete puntos. Estudiando con los consultores del ministerio de Hacienda, lo que seria administrar un microcrédito de 400, 500 mil pesos, habría que aumentar muchísimo esa cuota de administración.

El Gobierno Nacional estaría dispuesto a subsidiar ese incremento de la cuota de administración para aquellos usuarios de crédito de primera ocasión, que es cuando más cuidado se requiere y cuando más alto es el costo en que se incurre.

Ahora, ¿cómo pienso, de manera elemental, que puede funcionar eso? Ustedes tienen, para llegar allá, que hacer un esfuerzo grande. Diría que hay que eliminar papeleo y sustituirlo por contacto personal.

Si nosotros le vamos ha ofrecer a la gente más pobre de Colombia, oportunidades crediticias con todo el papeleo, vamos a fracasar y a ellos los vamos a frustrar. Si los acompañamos con el contacto personal, lo logramos y eso cuesta.

Hay que tener unas brigadas de promotores sociales que vayan allá al mercado, identifiquen cada uno de esos potenciales usuarios de créditos, les conozcan la familia, la casita, vean en que están trabajando, qué programa, qué proyecto productivo quieren impulsar, los traigan al banco, les presten la platica y los acompañen.

E introducir nuevas modalidades. Si les van a cobrar cada mes, cada dos meses, de pronto ellos en una furia se gastan esa plata, en cambio si ustedes le dan esa posibilidad de que paguen todos los días o cada semana, se garantiza mejor nivel de cumplimiento. Hay que tener allí atrevidos mecanismos de mercadeo. Entiendo que eso cuesta.

Y eso es lo que el Gobierno Nacional quiere retribuirles a ustedes, para que lo hagan, a través de un incremento de la comisión de administración que hoy está en 7 puntos. Pero para que ese incremento no se convierta en sobrecosto para el usuario de crédito, el Gobierno se los pagaría a ustedes. Vamos a empezar con 120 mil millones (de pesos) que tiene que alcanzar para muchas cosas de la Banca de Oportunidades, parte seria para eso.

Pero vengo a proponerles lo siguiente: para estos esfuerzos y todos los que hayan que hacer para esta universalización del crédito, podríamos dedicar un punto del cuatro por mil. Entonces, ustedes hacen el trabajo y el Gobierno se los retribuye en los mayores costos, contra ese punto del cuatro por mil.

Nosotros hacíamos cuentas y creo que en el primer año no son capaces de gastar la totalidad de esos recursos, pero como demostración de que queremos hacerlo, el gobierno se comprometería a ello.

Ahora, ahí hay temas muy delicados. Creo que nosotros nos vamos a tener que atrever a darle crédito a la mujer cabeza de familia de Colombia de los estratos 1 y 2, a través del contacto personal, sin exigirle el fiador. Contacto personal y firma. Y eso va a implicar que se juegue mas el Fondo de Garantías y por su puesto hay que aumentarle los recursos al Fondo de Garantías.

¿Y cual sería la fuente para aumentarle esos recursos al Fondo de Garantías?: los mismos recursos que surjan de destinar al concepto de banca de oportunidades un punto del cuatro por mil.

Esto se los digo porque creo que la mejor manera de unir este país, es hacer que todo el mundo comparta bonanzas.

Hoy hay la idea generalizada en Colombia que el sector financiero esta en bonanza, a mi gusta una clase de populismo, no del populismo que maltrata a los ricos, sino el populismo que se hace con los ricos para que los pobres compartan bonanza. Jalémosle a esto, hagamos este esfuerzo.

A algunos de ustedes les he visto unas brigadas magníficas de promotores sociales buscando colocar créditos sociales. Eso lo pueden hacer todos y como eso cuesta, el Gobierno Nacional, a través de un punto de cuatro por mil, se los retribuye en la comisión de administración. ¿Qué dicen?

Yo tengo la idea de que los promotores de la banca de oportunidades se me adelanten una semana antes de que hagamos en cada sitio de la Patria un Consejo Comunitario, para llegar allí y que uno de los puntos que no se puede olvidar en ese Consejo Comunitario, sea mirar en qué va la colocación de crédito popular, cuánto estamos avanzando, qué dificultades tenemos y vincular el SENA al tema y las universidades.

Una de las ideas ahora es que el SENA no solamente siga creciendo en cobertura, con énfasis a la titulada, sino que empiece un gran trabajo de conectar el egresado y el acceso al crédito.

No sé, algunos comentarios de ustedes sobre estos temas, me imagino que han tenido oportunidad de discutir ayer y hoy bastante con el Ministro de Hacienda y claro que el Ministro (de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial) Juan Lozano les ayuda a ustedes en esa discusión por su preocupación por la vivienda. Escucho comentarios.

Muchas gracias.

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