PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN HOMENAJE A CÚPULA MILITAR SALIENTE
Bogotá, 23 ago (SNE). Las
siguientes son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez durante la ceremonia
de retiro del servicio de la cúpula militar saliente.
“Acudimos de nuevo a este campo de paradas de la Escuela
Militar José María Córdova a un acto emocionante,
a un acto que nos congrega para expresar el testimonio de gratitud
de la Nación entera a tres soldados de la Patria.
Tres soldados de la Patria que prestaron
el servicio durante décadas
en las Fuerzas, que sirvieron bien a la Nación. Tres soldados
de la Patria que pasan al retiro por la puerta grande, a pedido
propio, en medio del reconocimiento de todos sus compatriotas,
con la gratitud del Gobierno, con la admiración de todos
sus compañeros de armas. Con la admiración, la gratitud,
el reconocimiento, que no tengo palabras para expresar, personal,
mío, quien durante estos años, con el inmenso honor
de ser Presidente de la República, he podido trabajar hombro
a hombro con ellos, percibir sus servicios a la Nación,
y hoy quisiera tener las palabras afortunadas para expresarles
la dimensión de nuestra gratitud.
En unión del Ministro de la Defensa, de los oficiales,
suboficiales, de los soldados, alféreces, policías
de la Patria y de la ciudadanía, expresamos nuestra gratitud
a ustedes, señores Generales y señor Almirante.
Han procedido ustedes con agresividad,
han procedido ustedes con vocación de dar resultados, han procedido ustedes con transparencia,
elementos fundamentales para la credibilidad de nuestra política
de Seguridad Democrática.
Conocí al general Carlos Alberto Ospina Ovalle cuando,
recién ascendido a General de la República, empezaba
a desempeñarse como Comandante de la IV Brigada de Medellín.
Desde ese día he tenido la oportunidad de trabajar con él,
de seguir muy de cerca sus ejecutorias, de llenarme de motivos
para profesarle profunda admiración y para expresarle permanente
gratitud.
Un soldado ejemplar de la República. Muchas virtudes tenemos
que destacar en el general Ospina. Permítanme hoy referir
a una de ellas: tiene una virtud escasa en el liderazgo, apenas
común en los liderazgos más sobresalientes, la virtud
de dar ejemplo antes que dar órdenes. En lugar de estar
dando órdenes a los soldados de la Patria, él está en
todos los sitios donde se adelantan las operaciones dando ejemplo,
fundamental en el liderazgo.
Al categorizar las tareas del liderazgo,
que son muchas, es muy importante pensar en cómo las ha jerarquizado el general
Ospina. Estas dos: antes que dar órdenes, ha dado ejemplo.
Muchas gracias, General.
Al señor general Édgar Lesmez Abad lo conocí cuando
era un mayor de la Fuerza Aérea Colombiana, aún muy
joven. Me desempeñaba yo como Director de la Aeronáutica
Civil, y él era allí el Jefe de Operaciones Aéreas.
He seguido durante 26 años su trayectoria en la Fuerza Aérea,
con transparencia, serenidad, eficiencia. El general Lesmez Abad
ha ejercido el liderazgo con eficiencia y serenidad.
Quiero destacar de él hoy la manera como ha optimizado el
uso de los recursos de la Fuerza Aérea. En varias ocasiones
he dicho que la actividad de la Fuerza Aérea ha sido más
eficaz en sus logros, que en proporción a lo que debería
ser, dada la obsolescencia de su parque de aeronaves.
Y con transparencia, el general Lesmez
Abad condujo el proceso de adquisición de aeronaves para modernizar la Fuerza, que
empezarán a llegar al país en el mes de noviembre.
El señor almirante Mauricio Alfonso Soto Gómez,
un liderazgo caracterizado por prudencia y eficacia gerencial.
Cómo, sin alardes oratorios, con parquedad en las declaraciones
de prensa, sus ejecutoriashan brillado. Cómo se ha transformado
la Armada. Cómo pasó del brillo de uniformes en el
Club Naval de Cartagena a la presencia heroica de los infantes,
llámese en los Montes de María, en el Guaviare, en
las Bocas del Inírida, en el Amazonas, en el Putumayo, en
nuestros océanos.
De esa gerencia eficaz sin alardes, lideró el proceso de
transformación del Astillero de la Armada, que nos trae
hoy tantas ilusiones.
Ustedes, como dice el decreto, señores Generales y señor
Almirante, pasan al retiro por voluntad propia. Lo hacen saliendo
por un corredor de aplausos de sus compatriotas y de gratitud.
Y también, como lo dice el decreto, pasan de manera temporal.
La Nación requiere su apoyo durante todos los años,
que esperamos sean muchos, Dios los conserve. Ustedes pasan al
retiro, pero formalmente, materialmente, son pieza fundamental
en nuestra organización institucional armada.
Quiero agradecer inmensamente a sus familias
por la compañía
que han dado a ustedes en estos años, en estas décadas
de servicio.
Quiero agradecer inmensamente a doña Marta Lucía,
a sus hijos, por la compañía al general Ospina.
Quiero agradecer de todo corazón a Nora, a sus hijos, por
la compañía al señor general Lesmez.
Quero agradecer de todo corazón a Carmencita, a toda la
familia, por la compañía al señor almirante
Soto.
La compañía familiar a estos tres soldados de la
República ha sido una garantía para que ellos hubieran
procedido con la eficiencia y la transparencia con que lo han hecho
en bien de toda la Nación.
Hoy vemos una Nación desplazándose por sus carreteras
con más confianza y con alborozo. Vemos una Nación
invirtiendo para generar empleo con más entusiasmo y con
más confianza. Vemos una Nación en la cual los jóvenes
quieren vivir todas sus expectativas en la Patria. Ya no están
impulsados por ese miedo y ese desapego que había creado
en ellos la confianza de migrar para siempre.
Una Nación que ha mejorado gracias a ustedes, señores
Generales y señor Almirante, una Nación que por lo
mismo está agradecida.
Dejan ustedes unas Fuerzas más unidas. La prueba de la
unidad de la armonía. La armonía sin la cual la Fuerza
no es eficaz, es la manera como se ha hecho este tránsito.
Es la manera como ustedes pidieron su retiro, como se ha dado,
y la manera como ustedes mismos, percibiendo, captando la unanimidad
de todas las Fuerzas, ayudaron a definir sus sucesores.
Una fuerza en armonía es un presupuesto para la conquista
definitiva de la Seguridad Democrática.
Legan ustedes esta tarea para que sea continuada
por el señor
general Freddy Padilla de León. Esta tarea para que sea
continuada por quienes estaban ayudándonos en la Armada,
en la Fuerza Aérea.
Tenemos mucha confianza en lo que ellos
habrán de hacer.
Pero estamos muy exigidos, señores generales que están
al mando.
Hace cuatro años, un atraco en una carretera, no era noticia,
porque no había cupo para contabilizar en los medios las
decenas de atracos al día. Hoy un atraco es noticia y es
motivo de angustia.
Hace algunos años, un secuestro no era noticia, porque
eran 3 mil los secuestrados al año. Hoy un secuestro es
motivo de alarma. Si no se enfrenta a tiempo, crea desconfianza,
cunde desazón.
Hace cuatro años, un carro bomba más era un episodio
más, una lotería negra que podía afectar al
uno o al otro, con la indiferencia de una sociedad que había
perdido la capacidad de inmutarse. Hoy causa desazón, hoy
causa inmensa preocupación.
Por eso, señores Generales y señor Almirante, estamos
obligados a hacer totalmente eficaces. Sabemos el camino que nos
queda por recorrer. Ustedes, el señor Ministro y yo lo tenemos
bien identificado. No podemos fallar.
La Naciónnos da más confianza, pero también
nos exige más. Hay una relación directamente proporcional
entre la mayor confianza de la opinión y la mayor exigencia
para responderle bien a la opinión. No podemos fallar.
La ciudadanía está esperando la eficacia definitiva,
que es la causa para poder hacer el tránsito de la seguridad
a la paz
¡Qué compromiso tan grande
el que tenemos enfrente de nosotros!
Sé que ustedes llegan no con el criterio de acumular un
honor, ni de tener una pasantía en los cargos superiores,
sino con el compromiso de producir los resultados definitivos.
Es lo que espera la Nación entera. Es nuestro compromiso
para dejarle un país tranquilo, que les permita vivir feliz
a las nuevas generaciones de colombianos.
No podemos fallar en eficacia. No podemos fallar en las metas de
los resultados superiores. No podemos fallar en transparencia.
Hace algunos años, la incertidumbre generada entre la violencia,
acusaciones, hacía que muchas veces una falla no se notara.
Hoy la más elemental falla, causa revuelo.
Una Fuerza Pública que ha venido ascendiendo en la escala
de la confianza nacional, esté retada a no cometer la más
mínima falla, porque a mayor confianza, mayor la reacción
negativa cuando se tiene la mínima falla.
No podemos dejar que se caiga la esperanza.
Estamos obligados a comprometer a todos,
a cada uno de los integrantes de las Fuerzas, en esos dos valores:
eficacia y transparencia.
Que ninguno de nosotros falle, que la Nación no pueda sentirse
defraudada, porque respondimos a su confianza fallando en transparencia.
Y tenemos el reto, señores Generales y señor Almirante,
de comunicar, de crear una sensibilización en aras de la
transparencia, a lo largo de toda la institución.
Transparencia desde el Presidente, el Ministro,
los Altos Mandos, hasta el más joven, el más recientemente vinculado
de los policías, cadetes, soldados de la Patria.
¡Transparencia y eficacia, credibilidad
y resultados superiores!
Nos entregan esta antorcha hoy unos soldados de la Patria que
cumplieron bien, que salen en medio del aplauso, y esta antorcha
la tenemos que recibir nosotros para cumplir bien, para los resultados
superiores.
Hace muchos años la Nación no asistía al
desfile de hoy. La Fuerza Pública de la Patria, en el patio
mayor, desfilando en testimonio de gratitud a quienes cumplieron
bien.
Señores Generales y señor Almirante. Señor
general Ospina, señor general Lesmez, señor almirante
Mauricio Alfonso Soto, ustedes han cumplido bien, la Nación
entera está agradecida.
Yo tengo personalmente una gratitud que
llevaré conmigo
frente a ustedes, durante los años que Dios me prolongue
la vida, pero la Nación no quiere y no permite que ustedes
declaren cumplido su deber, la Nación espera mucho más
de ustedes. Sigan acompañándonos.
Muchas, muchas gracias. Solamente el aplauso
de los colombianos es la reciprocidad a la cual podemos apelar.
El aplauso del corazón
de los colombianos, a la abnegada labor que ustedes cumplieron.
Muchas, muchas gracias”. |