PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE EN LA CLAUSURA DE LA ASAMBLEA DE LA ANDI
Bogotá, 25 ago. (SNE). Las siguientes son las palabras
del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez,
durante el acto de clausura de la Asamblea de la ANDI, en Cartagena.
“Es muy grato, asistir de nuevo a la Asamblea de la Asociación
Nacional de Empresarios.
El Gobierno que presido, tiene fe, la confesa,
no lo hace de manera vergonzante, en la actividad de la empresa
privada colombiana.
Tantos años de dificultades, deberían hacernos pensar
a los colombianos que en la empresa privada tenemos un gran valor,
que lo quisieran muchos otros países.
La verdad es que, cada día que transito más por
mi Patria, llego a la conclusión y la reafirmo, que aquello
que falta en lo social no es por la empresa privada sino porque
nos falta expandir más la empresa privada. Cuanto más
la podamos crecer y fortalecer, más rápidamente podremos
superar los problemas sociales que afectan a la Patria.
Se que los temas que los inquietan son
muchos. Quizás,
en el conversatorio de hoy no pueda aclarar todas sus inquietudes,
traer puntos definitivos, cuando empieza apenas a tramitarse una
agenda en el Congreso de la República. Pero permítanme
repetir que el Gobierno trabaja en procura de una Nación
en la cual la iniciativa privada es un camino del cumplimiento
de los fines sociales de la Constitución.
Una Nación sin exclusión, una Nación sin
odios de clases. Una Nación de una economía privada,
guiada por profundos principios cristianos.
Creemos en el pluralismo, en el debate permanente, en el debate
que construye opciones, no en el debate que se estanque en los
antagonismos insuperables. Guiados por esos principios, aspiramos
sacar a delante la agenda legislativa.
Tengo confianza, apreciados empresarios,
en el avance de la seguridad –tema
que hay que estar ajustando todos los días, como lo veíamos
hace pocas horas en un consejo de seguridad en la ciudad de Barranquilla-.
Tengo confianza que el entusiasmo que se
denota en la comunidad nacional e internacional por Colombia,
que las inversiones del
sector privado nacional e internacional en nuestro país,
que la menos limitada capacidad de inversión que empieza
a tener el Estado, lo que ha ocurrido en el tema de inflación –tasas
de interés-, que tenemos que preservar lo ganado con mucha
solidez y con mucha prudencia, las decisiones recientes –ayer
un compromiso de inversión de 650 millones de dólares
en Eldorado, hoy un compromiso de inversión de Glencore
de más de 630 millones de dólares en la Refinería
de Cartagena, el avance del TLC, donde no nos vamos a quedar, porque
tenemos una agenda muy ambiciosa para abrirle mercados a la economía
colombiana en cuantos países del mundo podamos hacerlo-;
tengo confianza que si a todo esto le sumamos una agenda legislativa
que aprobemos rápidamente con toda responsabilidad, con
articulados juiciosos en todos los temas, podremos ver un país
creciendo establemente, mínimo al 6 por ciento. En los años
anteriores nos propusimos llegar al 5 por ciento, con la lucha
de todos lo logramos, hay que sostenerlo y nos toca ahora, dar
el paso, para que esta economía crezca establemente al 6
por ciento.
Para nosotros el crecimiento no es un fin,
es un medio. Es un medio de superación de la pobreza, es un medio de construcción
de equidad.
Por ejemplo en el tema tributario se que
hay muchos aspectos que ustedes quieren plantear –voy a escucharlos con el mayor
respeto-, una reforma que apenas empieza a debatirse en el Congreso
de la República, en un momento en el cual se obliga al Presidente
a escuchar, a ser prudente, a alimentar la discusión con
el Ministro (de Hacienda, Alberto Carrasquilla), con los congresistas
y a procurar sacar la reforma en sus rasgos estructurales.
Será el Congreso, que con el aporte de todos y con su tradición
de responsabilidad fiscal, nos entregue el texto final de la reforma
tributaria.
¿Qué pretende el Gobierno con es reforma? Cinco
elementos: que contribuya al crecimiento de la economía.
Algo que le critico a la historia económica de nuestro país,
es que no ha reconocido la capacidad determinante en el crecimiento
de la economía, que puede tener el aspecto tributario. Se
le ha demeritado.
Lo ocurrido en los últimos tres años, con unos estímulos
bien seleccionados, a destinos en los cuales el país puede
ser ampliamente competitivo; lo sucedido con el estímulo
a las inversiones a partir de la deducción del 30 por ciento
a las nuevas actividades generadoras de renta, son pruebas fehacientes
que la tributación tiene una incidencia importante, un mérito
que no podemos desconocer en el crecimiento de la inversión.
A diferencia de las reformas de los años 80, la idea nuestra
no es simplemente reducir las tasas, sino crear diferenciales.
No podemos tratar de manera igual a aquel que crece, que a aquel
que no crece. Creo que es el error de los años 80, en las
reformas tributarias de la época, del presidente Reagan
y de Margaret Teacher en Inglaterra. Nosotros creemos que hay que
darle un tratamiento preferencial a aquel que hace esfuerzos para
ahorrar y para invertir.
El segundo punto: esa reforma tiene que
ayudarnos en lo social. No desconocemos que lo social implica
poner mucho cuidado en el
origen de los tributos, pero de ahí no depende la solución
definitiva. El mundo moderno ha venido demostrando que es más
importante la destinación de los recursos que el mismo origen
tributario.
El tercer punto que buscamos con esa reforma:
es que nos ayude a recuperar el grado de inversión.
En los últimos años, nuestra economía no
ha manifestado muchas preocupaciones por la necesidad de recuperar
el grado de inversión debido a que hemos gozado de abundancia
en la oferta de crédito internacional y nacional, de tasas
de interés a la baja, pero temeríamos mucho que en
el evento que llegare a presentarse una situación internacional
menos favorable, los países que no tengan grado de inversión,
pueden pagar altísimos costos. Por eso, para nosotros la
reforma tributaria y la agenda económica en general, deben
ayudarnos a que el país recupere el grado de inversión.
Otro punto fundamental allí, relacionado con este: que
la reforma sea reconocida como una reforma estructural, al menos
por un importante sector de la academia económica. ¿Por
qué digo al menos por un importante sector de la academia
económica?: porque el concepto ‘reforma estructural’ tiene
muchas acepciones. Para unos, de acuerdo con su posición
ideológica, significa una cosa y para otros, toda la contraria.
Entonces aspiramos que podamos, una vez
la apruebe el Congreso de la República, tener el reconocimiento de un sector de
la academia económica, en el sentido que es una reforma
estructural.
Y finalmente, poder entregarle un estatuto
tributario simple. El Ministro y su equipo están haciendo el esfuerzo, para
que el estatuto actual de aproximadamente 1.150 artículos,
sea reducido a un estatuto de 250, 280 artículos. No es
fácil en una sociedad con inequidad.
En los últimos años hemos visto reformas que han
simplificado mucho, como en los países de la antigua Cortina
de Hierro, pero por ejemplo, cuando allí han cambiado toda
la tributación compleja, por un impuesto de tarifa plana
al ingreso, han estado ayudados por la circunstancia de que son
economías que alcanzaron muy aceptable equidad en la distribución
del ingreso, diferentes de la nuestra. Esa circunstancia permitió allá,
facilitó allá, simplificar la tributación
y por supuesto, aquí complican la simplificación.
A pesar de ello, el propósito del Gobierno es entregar
un estatuto tan simplificado como la ambición en materia
de reducción del articulado.
Esos son los parámetros que rigen nuestra reforma tributaria
y que también muchos de ellos sirven para enmarcar el conjunto
de la agenda económica. Nuestra proposición es que
esa agenda contribuya a cimentar la confianza inversionista en
Colombia.
Antes de poder contestar las inquietudes
que ustedes tengan a bien formular, como lo ha anunciado Luis
Carlos Villegas (Presidente
de la ANDI), permítanme cumplir con una tarea honrosa: los
miembros de las juntas seccionales de la ANDI (Asociación
Nacional de Industriales) de Risaralda, Caldas y Quindío,
proponen a la Asamblea General Ordinaria de Afiliados de la ANDI –reunida
hoy en Cartagena de Indias-, “exaltar los 10 años
de labor ininterrumpida, de Luis Carlos Villegas como presidente
de la Asociación. Durante este tiempo, el doctor Villegas
se ha destacado por su ejemplar trabajo en pro del sector empresarial
colombiano y en especial de los más sentidos intereses del
país”.
Han pedido que en esta sesión de Clausura, yo cumpla con
la honrosa tarea de leer ante ustedes esta proposición,
que el Gobierno Nacional con el más profundo sentimiento
patriótico y con la más elevada fe en Colombia, adhiere.
Queda a consideración de ustedes.
Estábamos ahora en un consejo de seguridad
mirando unos aspectos y pidió la palabra el General Montoya
(Mario, comandante del Ejército Nacional) y le dijo a unos
compatriotas de Barranquilla –donde tenemos unos problemas
de un sicariato- que hay que desmontar, una inseguridad urbana,
en fin, que bueno,
pero hemos mejorado mucho en tales y tales y tales cosas.
Entre quienes me acompañaban allá está el
ex ministro Arturo Sarabia Better, quien ya está con nosotros
aquí. Yo le dije, General: no hablemos de lo bueno, hablemos
de lo que falta. Mao Tse Tung decía: “detrás
de cada contradicción viene otra”. Ahora nos toca
es resolver los problemas que tenemos en frente.
Lo bueno todo el mundo lo conoce. Doctor
Luis Carlos, oriente este conversatorio hacia las dificultades
que tenemos, a ver cómo
vamos mejorando la plana.
Muchas gracias.
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