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26 de agosto

Es el tercero, temático, de su segundo mandato

PALABRAS DEL PRESIDENTE EN EL CONSEJO COMUNAL SOBRE AGUA POTABLE

Barichara (Santander), 26 ago. (SNE).- El siguiente es el discurso del Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, durante el tercer Consejo Comunal de Gobierno Temático, realizado en esta ciudad santanderanea, cuyo tema central es agua potable y saneamiento básico:

“Quiero ofrecer excusas especiales por empezar tarde este Consejo. Generalmente uno tiene disculpas: que estaba cerrado el aeropuerto, que se varó el avión, pero tengo que confesarles a ustedes que la disculpa de hoy es diferente, es una disculpa por razones del corazón, por brisas del alma.

Uno llega a esta tierra santandereana y siente que le llegan al corazón unas brisas con unos aires que tienen la capacidad de rehacer todas las ilusiones.

Hemos llegado tarde a este Consejo por disfrutar, guiados por el ex presidente Belisario Betancourt, las calles de Barichara, su templo, su comunidad y porque Dalita, su señora, a algunos privilegiados nos ofreció un chocolote venezolano exquisito.

Por estos placeres del alma, que son la causa de esta tardaza hoy, ofrezco excusas a todos ustedes.

La verdad es que, cuando uno sale un sábado en busca de una región de la Patria, se encuentra con el cielo y la llegada a esta tierra santandereana siempre causa superiores emociones.

Le voy a pedir al ex presidente Betancourt, quien ama entrañablemente esta tierra –antes de que escuchemos al Alcalde (Guillermo Bautista Silva) y al Gobernador (coronel (r) Hugo Heliodoro Aguilar Naranjo)- que le cuente a los colombianos y a quienes estamos aquí presentes y a quienes siguen estos consejos por la televisión, algo de este Barichara tan bello, de su historia, de su arquitectura, de esas lajas de piedra, de sus calles, de las columnas del templo, de esas montañas que lo circundan, que parecen esculpidas como Machupichu.

Entonces escuchemos al Presidente Betancourt para que los colombianos que no han tenido la oportunidad de venir a Barichara, en algún momento vengan a visitar este lugar de la Patria, tan bello.

Belisario Betancourt, ex presidente de la República: No se si decirle ‘muchas gracias señor Presidente’ o decirle ‘señor Presidente, ¡por favor, no me haga esta!’. Y tampoco se si me está pagando un desayuno en mi casa elaborado por Dalita o cobrándomelo.

Bueno, la cosa es que hace por ahí 15 años, mis hijas llegaron a Barichara y se enamoraron de Barichara y mi primera esposa, Rosa Helena y yo, nos vinimos detrás de las hijas, conocíamos a Barichara pero de paso y a penas llegamos a Barichara, echamos raíces.

Después murió mi primera esposa y me caso con Dalita y ella, como agregada cultural de la Embajada de Venezuela durante cuatro años, pasaba por San Gil hacia Venezuela y desviaba, en ocasiones, a Barichara y vino a dar a Barichara y se enamoró también de Barichara.

Nos casamos y un día me dice: ‘quiero tener una casa en Barichara’, yo le expresé que no estaba en condiciones económicas de hacerlo, entonces ella me preguntó, señor Presidente, si podría traer algún dinerito de Venezuela, unos bolos –que es como ellos dicen-, unos bolívares. Y le dije: por su puesto, sí. –Es lo que llamaría el Ministro de Hacienda (Alberto Carrasquilla) una ‘importación de capital’-.

Y entonces, se compró una casita en Santa Bárbara, después esa casita la vendimos y construimos, sobre la base de planos de dos nietos míos, uno arquitecto de la Javeriana y otra arquitecta de la universidad de los Andes, la casa que el señor Presidente honró, ahora, con su visita, con algunos importantes funcionarios.

Y esa casa, señor Presidente y queridos amigos, la hicimos fundamentalmente con los elementos arquitectónicos de la región, sin absolutamente apoyo externo de ninguna clase, con la piedra de las canteras de las calles de Barichara que son grandes bloques, de 50 centímetros, 45, por 30 de ancho y uno 10, 12, 15 de espesor y con barro, tierra pisada y agua y a veces un poquito de cagajón para que consolide, aglutine y con las maderas excelentes de la región y los excelentes carpinteros y ebanistas que existen en Barichara.

De manera que hicimos esa casa para quedarnos. Hoy por hoy –tengo que trabajar, por su puesto- entonces cada dos semanas y nos quedamos unos cinco días. La aspiración es que en algún momento podamos quedarnos dos semanas e ir a Bogotá por ahí cinco días. Es decir, cambiar por completo el ritmo de vida, porque como el señor Presidente dijo en nuestra casa –y corrigiendo una expresión mía, yo digo que es la puerta del paraíso, no, es el paraíso, no es la puerta, es el paraíso. Entonces, si uno accede al paraíso pues sería un tonto de irse, de evadirse del paraíso.

La fundamentación, señor Presidente, queridos amigos, queridas amigas de Barichara es la gente. Antes que nada, la gente, sin la menor duda.

Como no me estoy postulando ni para senador, diputado ni alcalde, puedo hacer, desde los dos del alma, como diría don Miguel de Unamuno: el elogio de la gente, de la calidad misma de la gente. No solo por su origen, nada menos que de los juanes, que fueron esforzados indígenas, el gran Cacique de Guanentá, en el momento en que los españoles ya lo acosaban, prefirió lanzarse por una roca, de lo cual hay testimonio en el museo de Guane.

Y los testimonios de las gentes mismas de esta tierra, fundada a comienzos del Siglo XVIII por un capitán español de apellido Pradilla, apellido que se proyectaría en la historia colombiana de los empresarios y de los políticos, empezó a avanzar por este planalto y se convirtió en un verdadero éxtasis estético.

El paraíso, señor Presidente, como usted dijo, con una calidad muy cierta de la gente, luchadora y abnegada y al mismo tiempo con un sentido estético que le sale de muy adentro y que esplende en las calles, las casas de una arquitectura modesta pero sobria y muy hermosa.

Los antiguos funcionarios virreinales escogían a Cartagena o a Mompós o a Popayán o a Villa de Leyva para descansar, la alta burocracia. La baja burocracia, Barichara, por eso las construcciones son modestas y la arquitectura es modesta pero muy sobria.

Y aquí, esta ciudad, tiene el privilegio de ser cuna del único ex presidente santanderano, don Aquileo Parra. Por cierto que le recomiendo el periódico del instituto técnico Aquileo Parra, el nombre del periódico es –como es obvio-: ‘Aquí Leo’.

Esta gente, señor Presidente, estaba esperándolo hacia tiempos. Usted no los ha defraudado y no los va a defraudar. Sea bienvenido donde los ‘patiamarillo’ y los ‘juanes’. Muchas gracias.

Presidente de la República: Muchas gracias Presidente.

Estamos celebrando los 100 años del nacimiento del ex presidente Alberto Lleras Camargo y una de las prosas sobresalientes, como todas las que escribió, es un discurso que pronunció al conmemorarse los 100 años de haber llegado a la Presidencia de la República, don Aquileo Parra. Voy a leerles dos o tres parrafitos de ese discurso:

“Qué país tan pobre el de hace un siglo, tan insignificante, tan descuidado por la mano torpe de los pocos habitantes, con sus ciudades que eran poco más que aldeas y sus aldeas que eran, sin embargo, el nudo vital más importante después de las familias campesinas, el punto de contacto y de comercio con la escasísima civilización.

En el aislamiento, esas tribus montañesas, bravías y hospitalarias, fundaban, sin quererlo, villas como esta de Barichara, en los sitios más amenos y suaves del paisaje endemoniado. Las haciendas circunstantes se conducían a mano fuerte por los herederos de los soldados españoles que el paso, hacia la capital del Reino, iban dejando regados como al capricho.

Al principio, estas aldeas eran apenas un cruce de camino y luego, cacerios dispersos que solo los arrieros unían con sus mulas indómitas, en un tejido burdo y sin aparente propósito”.

Tan bello que es este Barichara. Compara a Lincoln y a don Aquileo. En otro párrafo dice: “en el bellísimo libro del poeta Carl Sandburg sobre Lincoln, describe al gigantesco labrador del medio oeste salvaje, en circunstancias muy similares, cuando iba aprendiendo en el menguado tiempo que le dejaba su trabajo de mesero en plena pedrera, los rudimentos del lenguaje y las primeras reglas de la legislación para convertirse, como se podía entonces, en abogado y litigante.

Como Lincoln, Aquileo Parra debió aprender los rudimentos de la navegación en los grandes ríos, el sentido de las corrientes, los sitios para vadearlas, la pericia del remero de oficio y toda la infinita ciencia de adivinar los pensamientos de ese pueblo silencioso de campesinos letárgicos y desconfiados que no dejaban asomar al rostro y menos llegar a la lengua la complejidad de sus pensamientos cautelosas.

Buena escuela fue para Lincoln ese trabajo en contacto inmediato con la naturaleza y con los más bravíos ejemplares de la especie humana. A Aquileo Parra debió también educarlo, sobre todo porque muy pronto, este ciudadano pacífico y pacifista que creía que la paz era la única posibilidad de alcanzar la civilización, se vio ante la primera grande amanzana para el liberalismo, a penas, a pocos años de haber triunfado con López y para cuando muchos de sus copartidarios, la gloria llegaba tardía pero merecida sobra la cabeza del hosto”.

Y más adelante dice: “pero un siglo después de que lo coronó el Olimpo radical, a nombre del pueblo con la presidencia de los Estados Unidos de Colombia, los liberales de hoy, los de siempre y no solo ellos, sino los conservadores y en general, los demócratas, tributan su admiración con salvedades o sin ellas, a la gran figura patriarcal que recorrió la Nación buscando fortuna, pero sobre todo, en la guerra y en la paz, un destino mejor para la República y propósito nacional para la empresa colectiva de sus compatriotas.

El viejo de la barba florida fue, sin embargo, hombre práctico. Perseguía sus ilusiones con la tenacidad del cazador como le ocurrió con su camino del carare, en donde detrás de sus paisajes creció otra vez la selva impenetrable”.

Y cuando lo introduce dice, un dato histórico importante, yo no conocía esta coincidencia: “la Academia Colombiana de Historia me ha comisionado –decía el ex Presidente Lleras Camargo- honrándome para estar presente en esta fecha y en este sitio, en los cuales conmemoramos el primer centenario del primero de abril de 1876, en que tomó posesión de la presidencia de los Estados Unidos de Colombia, Aquileo Parra, quien nació en la villa de Barichara en 1825. El mismo año –como él lo anota en sus memorias- en que vinieron al mundo Rafael Nuñez, Miguel Samper y Juan de Dios Restrepo”.

Honremos la memoria de un gran colombiano nacido en esta tierra, ex presidente santandereano Aquileo Parra.

Nos reunimos hoy en el tercer Consejo Comunal Temático, para preparar en la difusión comunitaria las bases del Plan de Desarrollo.

Hace dos semanas en Puerto Berrío (Antioquia) examinamos esfuerzos que debe hacer la administración que empieza, en el río Magdalena. Hace una semana en San Vicente del Caguán (Caquetá) dimos inicio a los consejos comunitarios sobre el área social. Ese día miramos allí el tema de Acción Social que le corresponde: Familias en Acción, cooperación internacional, desplazados, Familias Guardabosques. En las próximas semanas completaremos los capítulos sociales.

Y hoy, en Barichara, vamos a examinar con ustedes las primeras ideas sobre el tema del agua y del saneamiento en la nueva administración.

Agradezco muchísimo la presencia de todos, especialmente de los gobernadores y alcaldes que han venido a presentarnos sus ideas, desde otras regiones de la Patria y que no les fue fácil desplazarse hasta acá.

Antes de hacer dos o tres apuntaciones sobre el agua, permítanme referirme a dos o tres temas, uno de organización del consejo y otros temas importantes de la semana en el país.

Organización del Consejo: seguramente el Gobernador y el Alcalde nos van a presentar temas diversos y como siempre se los atendemos y vamos a pedir al resto de los compatriotas que nos acompañan que nos concentremos hoy en el tema del agua. Estos consejos de temas especializados nos ayudan mucho a preparar el Plan de Desarrollo.

Y, seguramente el Ministro de Protección (Diego Palacio) hará una mesa separada, en un saloncito que aquí nos presten, para mirar temas como el tema de los hospitales de Santander.

-Me dijeron que había una delegación de Barrancabermeja, que venían algunos del hospital de Barranca. ¿No entraron aquí? Que los dejen entrar, por favor, que entren todos los que quepan, esto todavía tiene unos espacios aquí. Déjenlos entrar a todos porque, un Gobierno democrático no puede evadir los problemas sociales del país, sino que tiene que crear una atmósfera de diálogo para buscarle solución. Vamos a buscarle una solución, para eso ha venido el Ministro Diego y se que ahora, con el Secretario de Salud de Santander se va a juntar, en eso-.

TEMA DE LA SALUD

El Gobierno que terminó hizo un gran esfuerzo, se invirtieron alrededor de 700 mil millones (de pesos) en rescate de hospitales públicos.

En Santander el Gobierno Nacional ha invertido 67 mil millones (de pesos). Se convierte en el segundo departamento, después de Boyacá en inversión nacional en rescate de hospitales públicos, pero todavía falta. El Gobernador está muy preocupado por lo que es la tercera fase, el Ministro está preocupado porque los recursos presupuestales que tiene no le alcanzan, pero ahí le tiene una solución, no de la magnitud que le han pedido el Gobernador y los distinguidos parlamentarios, pero una solución para empezar a resolver este problema del hospital de Barranca.

Pienso que lo avanzado en Santander es muy útil. Muestra unos hospitales que estaban al borde del cierre, reestructurados, con sostenibilidad, se han mantenido como hospitales públicos. Una de las personas que más me llamaba hace cuatro años es el ex ministro Virgilio Vargas Ramírez por el tema del Hospital González Valencia de Bucaramanga y creo que los pasos que se dieron son muy afortunados y hoy es un hospital modelo.

“SALVAR LO PÚBLICO”

El criterio nuestro es: salvar lo público.

Hace pocos días en el Perú, en la posesión del presidente Alan García, me decían unos congresistas peruanos que ellos admiran lo que ha hecho Colombia en los últimos tiempos. ¿Por qué? Porque se diferencia de los extremos que se estaban sucediendo en América Latina.

¿Qué extremos estaban sucediéndose? El extremo que quería desmantelar todo el Estado y el extremo que quería mantenerlo todo estatal, burocrático e ineficiente. Ambos se encontraban en un sitio común: convergían a la ruina.

Cuando se desmantela es Estado y todo se deja a merced de las fuerzas del mercado, se llega a la ruina de lo social. Y cuando no se reforma el Estado y todo se deja a merced de los poderes burocráticos y clientelistas, eso conduce a la ruina de lo estatal y por ende a la ruina de lo social.

Me decían en esa conversación los interlocutores peruanos, que ellos admiran, por ejemplo, lo que ha hecho Colombia con Telecom y con tantas empresas. Las ha reestructurado a fondo, ha salvado el valor del patrimonio público, se mantienen como patrimonio público y al mismo tiempo, se ha abierto espacio al sector privado.

Si ustedes hacen estas cuentas, las cuentas sobre Telecom, encontrarán lo siguiente: hoy el Estado no tiene sino el 50 por ciento menos una acción, eso vale y va a valer mucha plata. Hace cuatro años tenía el ciento por ciento y eso no valía, tenía valor negativo. O sea que, para la Nación, para el patrimonio estatal, para el servicio de telecomunicaciones, es mucho mejor lo de hoy, vale más el patrimonio estatal, es promisorio ese valor. Hay unos socios y unos recursos con los cuales hacer las inversiones que requiere Colombia, por ejemplo, en banda ancha, en Internet, etcétera.

Pienso que la vía colombiana de reformar estas empresas del Estado es buena y vamos a persistir, pues en los hospitales. Vamos a ver, Gobernador, cuando nos encontramos en Puerto Berrío hace dos semanas, usted volvió a llevar el clamor del hospital de Barranca y recuerdo allá, entre los que intervinieron a Iván Díaz Mateus y a Oscar Reyes (congresistas).

Vamos a ver hasta donde podemos atenderlo, vamos a seguir con el mismo criterio del Estado sostenible.

No podemos tener un Estado cuyos costos lo hagan inviable. No podemos tener un Estado que, en lugar de servirle a la comunidad, le sirva a las burocracias. Necesitamos un Estado al servicio de la comunidad, con ese criterio se han reformado hospitales de Santander en todo el país y vamos a ver cómo entramos ahora en la reforma del hospital de Barranca.

Quiero recordar lo siguiente: los recursos de la Nación siguen siendo muy limitados, vamos a seguir haciendo aportes, con el visto bueno del Congreso, para reestructurar hospitales en el país.

Pero quiero recordar a los alcaldes y a los gobernadores que, justamente aquí en el Socorro, en nuestro Consejo Comunitario, definimos una línea de crédito subsidiada para reestructuración de hospitales. Esa línea está empezando a operar en FINDETER. Son unos créditos a 15 años de plazo y con una tasa al DTF, la diferencia la paga el presupuesto nacional.

El Congreso nos aprobó para este año 15 mil millones (de pesos) para subsidiar esa tasa de interés. Vamos a colocar más o menos 250 mil millones, la mitad para reestructuración de hospitales y la mitad para el tema de acueductos y alcantarillados. Una tasa subsidiada por el presupuesto nacional.

Algunos municipios y algunas gobernaciones me han dicho: ‘no podemos acceder a esos recursos porque estamos en ley 550’. Miguel Peñaloza (asesor para las Regiones) me da, esta semana, la idea de hacerlo a través de terceras entidades públicas. Busquemos, a ver cómo lo podemos lograr.

Uno de los casos importantes que hoy debemos conocer es lo que con estos recursos ha hecho el Gobernador del Atlántico (Carlos Rodado Noriega). Yo creo que nos contará más tarde el caso del Atlántico, que ilustra cómo, esos recursos apoyan mucho en la parte de de acueductos y alcantarillados.

Entonces, vamos a abrir la sala paralela, Gobernador, con el Ministro Diego, el secretario de Salud del departamento y el alcalde de Barranca, sobre el tema del Hospital de Barranca.

TEMA SEGURO SOCIAL

Nos comprometimos con el país a continuar la reforma administrativa y nos toca hacerlo en el Seguro.

Quiero decirles lo siguiente y desde Barichara a todos los compatriotas: necesitamos entidades públicas de aseguramiento en salud, en pensiones y en riesgos profesionales. No podemos dejarlo todo en manos de los privados, pero las entidades públicas tienen que ser eficientes.

Uno de los mayores reclamos que escucho en el país es por el Seguro Social. Nada ganamos con sostener el capricho de lo público, si lo público no le sirve a su razón de ser, que es el interés comunitario.

Dimos unos pasos, creo que hay algún mal entendido en sectores de opinión nacional. Hemos avanzado en la reforma del Seguro, lo que pasa es falta el segundo paso.

Miren: los primeros pasos los dimos. ¿Qué pasos hemos dado?: separamos las clínicas de la entidad central. Sin eso, no podríamos abocar hoy la segunda etapa de la reforma.

Y eso ha producido un gran resultado, ¿por qué? Si no hubiéramos hecho esa separación, el subsidio de la Nación este año a las clínicas del Seguro Social debería valer un billón (de pesos). Nos va a valer más o menos 400, 450 mil millones, o sea que hemos reducido a la mitad ese subsidio, gracias a esa reforma: haber separado las clínicas de la parte central del Instituto de los Seguros Sociales.

Porque me cuentan los amigos de los medios de comunicación que “hay preocupación, que fracasó la reforma del Seguro porque todavía hay que seguir subsidiando”. No. No ha fracasado, fue un paso necesario, pero como lo dijimos en su momento: insuficiente.

La prueba de que no ha fracasado es que, lo que nos estaría costando hoy un billón, nos cuesta 400, 450 mil millones. Y sin haber hecho esa separación de las clínicas, en relación con la parte central de Seguro, sería imposible hacer la segunda reforma que nos proponemos.

¿Qué nos proponemos?: primero, tener entidad pública de aseguramiento en salud, pensiones y riesgos profesionales, eficiente, sostenible, con buenos resultados para la comunidad.

¿Qué caminos tenemos que recorrer?: el actual Seguro Social lo vamos a liquidar, equitativamente, como se ha procedido con las diferentes entidades del Estado.

Pensionados, próximos a pensionarse, trabajadores, todo el mundo, debe estar tranquilo que se procederá con equidad.

En el Gobierno anterior nosotros reformamos 280 entidades del Estado. Inicialmente había mucho temor y eso resultó bien. Que tal que no lo hubiéramos hecho, miren como se han empezado a recuperar esos patrimonios de la comunidad, esos patrimonios públicos.

Surgen muchas dudas. Primer duda: ‘¿no va a haber servicio público?’ La disipo. Fundamental: tiene que haber servicio público.

‘¿Qué entidad reemplazará al Seguro Social?’ Lo está definiendo el Ministro de Protección con su equipo.

Nos han dicho: ‘los pensionados’. Desde Barichara quiero decirle a los pensionados de Colombia: tranquilos, créanle a los hechos. Nos tocó a nosotros, en la administración que terminó el 7 de agosto, sufría el agotamiento de las reservas del Seguro Social, que durante muchos años se había anticipado y no le quedamos mal a los pensionados.

El Congreso nos aprobó cuantiosísimos recursos presupuestales para transferirlos del presupuesto nacional al seguro social. Este año valen 5 billones (de pesos) esas transferencias. ¿Ustedes se imaginan qué serían 5 billones en carreteras? ¿Ustedes se imaginan qué serían 5 billones en vivienda? Este año, si mucho, nos gastamos 200 mil millones, 250 mil millones en vivienda social y le tenemos que transferir al Seguro Social 5 billones.

Y cuando empezó el Gobierno, al segundo año, tuvimos que transferir unos 700 (mil millones de pesos), después 3 billones 900 mil. Después, 4.5 (billones). Este año 5, 5.5 billones. Una transferencia creciente pero hemos quedado bien.

Yo le he dicho a muchos compatriotas: si, hemos sacrificado muchas otras inversiones pero le hemos cumplido a los pensionados. Eso nos da autoridad moral para decirle a los pensionados: tengan confianza, sus derechos están totalmente a salvo y no es cuestión de un discurso, sino de la credibilidad que deben generar unos hechos. Como llevamos cumpliéndoles, rigurosamente, al pie de la letra las obligaciones, desde hace 3 ó 4 años, cuando se agotaron las reservas. Eso es lo segundo que quiero disipar.

Y la reforma la vamos a hacer bien hecha y quedará una entidad pública, el Ministro tiene muy buenas ideas, novedosas, sobre cómo poner a funcionar la nueva entidad pública.

LAS CLÍNICAS

Por ejemplo, las de la Costa Caribe. Sí, es cierto, cerramos unas en Barranquilla. Pero en Barranquilla, con el liderazgo del Gobernador y del Ministro, se hizo una gran transformación de la red pública hospitalaria. Ese hospital universitario de Barranquilla hoy es motivo de orgullo nacional, como lo es el Ramón González Valencia, de Bucaramanga.

Y entonces, allí el Seguro Social ¿cómo va a prestar sus servicios a la nueva entidad pública?: contratando con la red pública, con la red privada.

La clínica de Riohacha: hemos contratado su manejo con el hospital de Maicao que tiene un manejo excelencia.

Las clínicas de Santa Marta y Cartagena: hoy las estamos manejando a través de Caprecom y la de Cartagena la vamos a entregar a una comunidad religiosa para que la administre en asocio con los trabajadores. Un modelo social de administración de clínicas del Estado, de Clínicas del Seguro Social.

La de Santa Marta: estamos buscando el esquema para encontrar una entidad social que la administre en asocio con los trabajadores. Y así sucesivamente seguiremos buscando la reforma de las clínicas del Seguro social.

Meta: un Seguro Social eficiente en lo central y eficiente en las clínicas. Un Seguro Social eficiente en pensiones, en aseguramiento, en riesgos profesionales y eficiente en las clínicas.

Lo público se justifica en la medida que le sirva bien a la comunidad. Lo público, para tener altísimos costos de nóminas, poderes sindicales y burocráticos, hace mucho daño. Lo público hay que ponerlo es, al servicio de la comunidad.

Yo asumo esos compromisos ante los colombianos desde aquí, de esta tierra del honor y de la palabra, que es Santander.

Tengamos confianza que con la ayuda de Dios, esta reforma nos sale bien.

Y quiero referirme a tres hechos económicos de la semana, de gran trascendencia, que indican confianza en la economía colombiana.

LICITACIÓN DE ELDORADO

Después de mucha discusión, de meses de discusión, salió muy bien la licitación de adjudicación de la concesión del aeropuerto Eldorado. Allí, colombianos y suizos van a invertir 650 millones de dólares para transformar ese aeropuerto. Esa es una gran inversión.

Y se hizo con toda transparencia. La condujeron el Ministro (de Transporte, Andrés Uriel Gallego), con el apoyo del Vicepresidente (Francisco Santos), el Director de Aeronáutica (Fernando Sanclemente). Y como lo ha hecho este Gobierno, en toda su contratación, se adjudicó en audiencia pública.

¡Y qué bueno haberla televisado! Así debería ser todo, para que en lugar de que salga un rumor por allí, un chisme por allí, todo lo que se tenga que decir se diga de cara al país.

En una audiencia generosa en el tiempo, de 13 horas, todos lo que tenían objeciones fueron allá y las dijeron y eso se aclaró de cara al país y se le adjudicó al que cumplió los requisitos técnicos y jurídicos y ganó en la fórmula matemática. Ahí no hay capricho. Quedó más contento el que recibió la adjudicación que aquellos que no la recibieron, pero todos quedaron tranquilos por la transparencia del proceso.

650 millones de dólares de inversión allí, es muy importante.

REFINERÍA DE CARTAGENA

Hace cuatro años el país me fustigaba que había que hacer la Refinería de Cartagena. No teníamos dinero. Y ayer, Glencor, una compañía suiza, ganó la licitación para ser la socia de ECOPETROL en esa refinería. Eso va a costar 800 millones de dólares. Sumemos 650 y 800. Queda despejado el camino de la Refinería de Cartagena.

Esta semana me reuní con el Sindicato de ECOPETROL, en un diálogo amable. Les dije: muchachos, el problema es que voy a tener que mandarles decir lo que les digo a través de un amigo mío, me voy a buscar por ejemplo al Presidente Lula o al Presidente Chavez para que les de los mismos argumentos míos, a ver si a ellos les oyen mejor.

Y les expliqué cómo, nosotros no teníamos el dinero para hacer la Refinería. Me dijeron: ‘Presidente saque plata del FAEP’, les dije: mire, el FAEP tiene 1.300 millones de dólares, es prudente guardar esa plata que esta destinada para las vacas flacas, la maneja el Banco de la República con toda transparencia.

Me decían: ‘lo que pasa es que rinde poquito’. Sí, pero eso ayuda a que haya confianza en el país porque esas reservas ayudan a que a Colombia le den tasas de interés bajas –que las estamos consiguiendo- y periodos largos en los créditos.

Me dijeron: ‘que endeude ECOPETROL’. Yo les dije: nosotros no podemos pensar solo en la Refinería sino también en los nuevos ensanches y va a haber que hacerlo con deuda pero también el capital.

Esto es para conseguir el capital a lo cual se sumará la deuda. Pretender hacerlo todo endeudamiento, es poner el patrimonio público a correr muy peligrosos riesgos.

Me dijeron: ‘que los departamentos que tienen regalías la capitalicen’. Les dije: con ellos no es fácil. Ahí estoy bregando a aprobar una ley de la República para que guarden para la época de las vacas flacas, un 20 por ciento de las regalías y creen un fondo de desarrollo regional, cada departamento que tenga regalías.

Les hice esta reflexión, amistosa y me voy a seguir reuniendo con ellos, ojalá cada mes, porque vamos a resolver unos problemas sociales allí de temporales. La idea mía es que, todo temporal que haya en ECOPETROL o en cualquier empresa del Estado, cuyo trabajo corresponda a un oficio de naturaleza permanente, lo vinculemos como trabajador permanente, para poder tener autoridad moral y exigirle al sector privado que haga lo propio.

Hay unos problemas que los vamos a resolver en ECOPETROL, no quepa la menor duda.

Y vamos a seguir reuniéndonos con ellos, en un diálogo franco, un diálogo fraterno pero franco y además reconozco que tienen unas divergencias frente a la manera como pienso que se deben administrar estos patrimonios público, pero reconozco que es un sindicato que ha madurado mucho y que le contribuye bien al país. Vamos a seguir esa discusión.

Le decía: miren, piensen esto, la Refinería de Cartagena, como va, va a valer para chatarra. Como la vamos a recuperar, va a ser de nuevo un patrimonio muy valioso. Para el Estado es mucho mejor ser dueño del 40 por ciento de esa Refinería, pero una refinería valiosa, que ser dueño del ciento por ciento de una refinería en vía de ser chatarra. Esa es una reflexión.

CAPITALIZACIÓN DE ECOPETROL

Discutimos la capitalización de ECOPETROL, les dije: nosotros no vamos a vender.

Como esta es la tierra que más siente el tema petrolero y siente a ECOPETROL, debo decirlo aquí: lo que vamos a hacer es crecer a ECOPETROL en un 20 por ciento. Aquí está ECOPETROL.

La Nación mantendrá esta propiedad. Si fuéramos a vender, la Nación tendría que rebajar. Aquí la Nación no rebaja porque no va a vender, la Nación se mantiene aquí. Entonces vamos a agregarle un 20 por ciento, por aumento de capital. Allí es donde entrarán los que participen en esa subasta, en ese concurso.

¿Qué efecto produce?: produce el efecto de que ese aumento de capital lo hacen terceros, en un 20 por ciento.

¿En qué nos vamos a gastar el dinero?: el dinero no se va a gastar en gastos del Estado, se va a gastar todo, en inversiones de ECOPETROL.

ECOPETROL logra invertir este año 1.200, 1.300 millones de dólares, el año entrante otro tanto, pero necesita duplicar esas inversiones por año.

Si ECOPETROL no acelera inversiones, no aumenta las reservas y por más que mejoremos la refinería, si no es dueño de reservas, pierde valor.

Entonces dos seguridades: primero, no es vender sino capitalizar.

Segundo, ese dinero no entra al gasto público sino que va a las inversiones de ECOPETROL.

Efectos: creo que va a valer mucho más el patrimonio público, representado en el 80 por ciento de una ECOPETROL capitalizada y renovada, que el patrimonio público representado en el ciento por ciento de una ECOPETROL que se seque en reservas. Quiero dejarles esa reflexión porque sé que ese tema va a tener una amplia discusión en el Congreso de la República. Y mientras más rápido emprendamos el proceso de capitalización de ECOPETROL, cuánto mejor para salvar su valor.

Incluso, uno de los pasos que se propone dar ECOPETROL en los próximos días, es emprender proyectos de biocombustibles.

Una compañía de energéticos que quiera tener futuro, no se puede quedar en los combustibles fósiles, tiene que emigrar, tiene que agregarle a su portafolio de inversiones lo que sea el desarrollo de biocombustibles. Para allá también va a ECOPETROL.

Me decían: ‘bueno –en la discusión- está bien, aceptamos que puede llegar a valer más como patrimonio público el 80 por ciento de una ECOPETROL renovada que el ciento por ciento de una ECOPETROL que se seque de reservas. ¿Y las utilidades para la Nación?’ Yo creo que ese 80 por ciento, en una ECOPETROL más promisoria, le debe dar más utilidades a la Nación, que lo que daría de mantener el ciento por ciento con las mismas tendencias de la empresa. Tengo confianza en que esa reforma es muy positiva para el país.

TEMA AGUA Y ALCANTARILLADO

Tema que nos congrega: el país está gastando, más o menos, 900 mil millones (de pesos) al año en saneamiento básico. Eso es lo que entrega el presupuesto nacional, en transferencias, a las regiones, pero tenemos muy serias dificultades.

Hoy por ejemplo celebramos aquí en Barichara un nuevo acueducto regional, con aportes de los municipios, aportes del Gobernador, aportes extras del Gobierno Nacional –aprobados por los parlamentarios y dirigidos por la viceministra del Agua, Leyla Rojas- y todo esto es insuficiente.

En el año 2002, en materia de acueductos y alcantarillados, además de las transferencias, la Nación aportó 64 mil millones (de pesos). 51 mil (millones de pesos) en el 2003. 136 mil (millones de pesos) en el 2004. 119 mil (millones de pesos) en el 2005. Este año estamos en 236 mil (millones de pesos) y hay proyectados 339 mil (millones de pesos) para el año entrante.

¿Qué le quiero pedir a los Parlamentarios?, una reflexión: que el ciento por ciento del billón de pesos de audiencia pública, lo dediquemos a agua potable y saneamiento básico.

Por donde quiera que uno mira en el país, los problemas en esa materia son infinitos.

Hablo con Honorio Galvis, alcalde de Bucaramanga y me dice: ‘Bucaramanga está muy bien pero para hoy, no tiene acueducto al futuro y ahí tiene que entrar la Nación a hacer unos aportes en recursos no reembolsables, otros en crédito subsidiado, de pronto en un aval en un crédito internacional, el municipio hace grandes esfuerzos’.

Una ciudad que uno la supone muy bien servida, ¡qué diremos de las que no están bien servidas!

Hace pocos días en las zonas cafeteras me decían: ‘Presidente, pero aquí casi todos los municipios tienen agua potable y alcantarillado ¿para qué nos va a hacer gastar la plata de audiencia pública en eso?’ Les dije: cuidado, por ejemplo el Quindío, que recibe gran cantidad de turistas, tiene hoy una gran limitación de agua. Y donde mejor estamos en agua y alcantarillado, no tenemos planta de limpieza de aguas residuales.

Entonces ¿cuál es la propuesta? Si, que tal municipio ya tiene el acueducto y el alcantarillado, constrúyanle la planta de limpieza de aguas residuales.

Vamos a hacer ese trabajo, con mucha prudencia con el Congreso de la República, a ver cómo el Congreso acepta que llevemos el ciento por ciento de los recursos de audiencias al tema de agua potable.

Veo Cúcuta –aquí está su Gobernador (Luis Miguel Morelli Navia) y algunos de los alcaldes del área metropolitana-, a futuro necesita la represa múltiple del SÍNERA, proyecto binacional, eso va a necesitar unos aportes muy grandes.

Ahora, hay experiencias formidables. ¿Por qué están aquí los gobernadores de La Guajira y del Cesar y la gerente de la nueva empresa de acueducto del Magdalena?: porque ya se ha dado un paso muy bueno en regalías.

Estos tres departamentos son afortunados en regalías de carbón, ¿qué aceptaron?: aceptaron pignorar esas regalías a futuro, hacerse a un crédito internacional gestionado y avalado por el Gobierno Nacional e invertir la totalidad de esos recursos en agua potable. -Quiero que más adelante escuchemos a cada uno de los Gobernadores sobre esas experiencias-. Eso empieza a corregir el problema de las regalías, empieza a sembrarlas en las inversiones que requiere el país.

Aquí está el Gobernador del Atlántico, nos va contar un caso magnifico. Él no tiene regalías, pero un gran esfuerzo del presupuesto departamental, de municipios y unos aportes del presupuesto nacional y está dotando de agua potable a los municipios costaneros del Atlántico.

Allí entra a jugar otro aspecto muy importante: el crédito subsidiado del Gobierno, porque el crédito subsidiado del Gobierno se convierte en un gran camino para avanzar en agua potable. Es un crédito que le cuesta a los Alcaldes y a los Gobernadores, a la DTF –que creo que está en las condiciones históricas más bajas- y tiene 15 años de plazo. El diferencial de tasa de interés lo paga el Gobierno Nacional.

Y hay otro elemento que está empezando a utilizar el Gobernador del Atlántico: el Congreso en el 2002 nos aprobó una norma tributaria que dice “que las empresas de servicios públicos que hagan inversiones regionales tiene un descuento de los impuestos que le tiene que trasladar a la Nación”. El Gobernador ha comprometido la Triple A de Barranquilla para que, con cargo a esos estímulos tributarios de la Nación, le ayude a hacer unas inversiones en el Atlántico. Ese es un caso bien, bien importante.

Entonces le pido al Ministro de Transporte que, con las autoridades competentes, hagan una mesa aparte sobre el tema vial y para mirar todo lo de contratistas, cómo va el Plan 2.500 en Santander, los temas que siguen sobre la materia. Y al Ministro Diego el tema de hospitales.

Gobernador, no le traemos la solución ideal, pero un poquito, ahí vamos haciendo esfuerzos entre todos. Además lo felicito: motivo de la varada de esta mañana es que no dejó venir el helicóptero en vuelo directo sino que nos hizo un sobre vuelo sobre el parque de Los Comuneros, muy bello. Yo me sentí allá en un Machupichu, pero en la calidez de mi Patria, una belleza eso.

Y le dije una cosa, que de pronto la tenemos los hombres ilusos, qué tal que uno no tuviera ilusiones Presidente Betancourt. Le dije: este tipo de obras son muy criticadas cuando se proponen, pero cuando la comunidad empieza a disfrutarlas, la comunidad las agradece.

Yo, como he sentido crítica en Santander sobre esa materia, tengo que ser sincero, a riesgo de estar equivocado y lo digo con patriotismo, a mí me parece que eso le va a salir muy bien. Porque en el momento que esté terminado ese parque, que tengan el teleférico para bajar de ese parque al Chicamocha y para subir a la Mesa de los Santos, eso preparen hoteles y camping, que eso no va a haber dónde albergar los turistas, que les llegan bastantes y me separan unos cupitos a mí, haber si soy capaz de venir a hacer turismo allá.

Entonces armemos esas dos mesas aparte, lo escuchamos Gobernador y Alcalde, sé que ustedes se ahorran el derecho de hablar de temas diferentes, recuerden: hoy es agua potable, saneamiento básico y en seguida nos concentramos definitivamente en el tema.

Le ofrecemos la palabra al Gobernador. Muchas gracias

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