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Cátedra

LAS RELACIONES INTERNACIONALES DE COLOMBIA

Bogotá, 08 feb. (SNE).- El siguiente es el discurso del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, en la universidad Jorge Tadeo Lozando, durante la cátedra de Relaciones Internacionales:

“Me complace mucho llegar esta mañana a examinar este tema con ustedes en la universidad Jorge Tadeo Lozano, porque las universidades, en alguna forma, le van transmitiendo al país los objetos científicos de su mayor interés.

No hay duda que en la conciencia de los colombianos empieza a quedar clara la idea en el sentido de que si hay una universidad pionera en el tema de las relaciones internacionales, es la universidad Jorge Tadeo Lozano.

Bien lo ha dicho su Rector (Jaime Pinzón López), cómo la universidad ha mostrado un interés incomparable en el manejo de las relaciones exteriores del país, a lo largo de muchos gobiernos.

Ha iluminado gobiernos, ha criticado gobiernos, ha obligado a reflexiones y a rectificaciones. Siempre le ha agregado muchísimo a la política internacional.

Creo que, fundamental en una democracia, es una universidad científica, crítica, democrática y masiva.

Una universidad no puede ser crítica si no es científica. Hacer la crítica desde la cátedra, sin rigor científico, desvirtúa lo que es la universidad. La crítica desde la cátedra no puede ser una crítica de discurso, no puede hacer una crítica simplemente en el terreno de lo emotivo, no puede ser una crítica simplemente con cargas pasionales, tiene que ser una crítica fundamentada en el estudio rigurosamente científico de los temas y en aquellos, donde no es posible la total objetividad porque hay un componente valorativo para definirlo, la universidad crítica tiene que reposar en el análisis científico de la menor subjetividad.

Y la universidad crítica y científica, en una sociedad democrática, tiene que ser de masas e integrada a las masas.

De ahí el reconocimiento que debo hacer a la tarea de la universidad Jorge Tadeo Lozano, de hacer de la política internacional una política de masas en Colombia. Creo que no hay una institución académica que más haya contribuido a que los colombianos, en su conjunto, se preocupen más por la política internacional, que la universidad Jorge Tadeo Lozano.

Voy a tomar la agenda del Decano (Jorge Uribe Roldán) y yo se que nos darán unos minutos para las discrepancias de ustedes, los comentarios, las preguntas.

Seguramente en esta primera parte no voy a tocar muchos de los temas que despiertan el interés de ustedes ni tampoco voy a ahondar en ellos a la manera como ustedes quisieran, pero por eso en la segunda parte, el Rector y el Decano nos coordinarán las preguntas y comentarios de ustedes.

El Decano plantea que la política internacional de Colombia tiene lugar hoy en un complejo escenario: de terrorismo, de choque de civilizaciones, de pobreza.

PLAN COLOMBIA

Es bien importante anotar esto: la Constitución de 1991 le ordenó al Estado Colombiano un especial énfasis en la integración con los países hermanos de Suramérica y los procesos políticos y de relaciones internacionales, llevaron a que en el año 2000 se firmara el Plan Colombia.

El Plan Colombia, guste o no guste, produce un efecto objetivo que trasciende el tema de las drogas y es el perfeccionamiento de lo que yo llamaría una nueva etapa de la alianza de Colombia con los Estados Unidos.

El Gobierno que presido encuentra el Plan Colombia –que se había suscrito en el 2002- y lo entiende, también, como un nuevo escalón en la etapa de la alianza con los Estados Unidos.

Debo advertir que como candidato presidencial apoyé el Plan Colombia. La opinión pública conoce mis discrepancias con la política histórica de seguridad en nuestro país, con temas como el Caguán, pero mal haría en tratar de olvidar o de ignorar que apoyé abiertamente el Plan Colombia.

Y el Plan Colombia también nos suscitó muchas reacciones con los vecinos. Particularmente encontré mucha oposición en el vecindario suramericano y complacencia, apoyo o silencio en el escenario centroamericano.

Entonces partimos de dos hechos: el mandato constitucional de fortalecer las relaciones con nuestros hermanos de América del Sur y el Plan Colombia, ese nuevo paso en la alianza con los Estados Unidos.

El Gobierno Nacional ha procurado proceder como un aliado leal con los Estados Unidos y un hermano solidario de Suramérica. Y eso lo hemos adelantado en una política internacional que ha buscado caracterizarse por la prudencia en el discurso, la eficacia en los resultados, el apoyo a la democracia, el compromiso con la cohesión social y la apertura hacia todo el universo democrático del mundo.

TERRORISMO

Nosotros hemos sido muy cuidadosos en manejar allí dos aspectos: una cosa es la lucha contra el terrorismo y otra cosa es el respeto a la democracia y a la autodeterminación de los pueblos.

La lucha contra el terrorismo no se puede invocar para afectar la democracia. La lucha contra el terrorismo no se puede invocar para irrespetar la regla democrática de otro país. La lucha contra el terrorismo no se puede invocar para afectar en lo interior las libertades públicas o para afectar en lo exterior el principio de la autodeterminación de los pueblos.

Por supuesto, si fuéramos a comparar las relaciones internacionales de hoy, de lo que percibía en la cátedra mi generación –cuando éramos estudiantes de pregrado- en este punto resaltaría la siguiente evolución: en aquella época el principio fundamental era el respeto a la autodeterminación, el respeto al principio de la no intervención. Hoy, eso tiene un matiz nuevo: la exigencia de que todos respeten la regla democrática.

Diría que un país, para exigir que se respete su autodeterminación, para exigir que frente a él se cumpla el principio de la no intervención, tiene que tener un factor legitimante: su respeto interno a la regla democrática. Eso no se consideraba claramente a principios de los años 70’s y hoy empieza a reconocerse como un principio universal.

Una cosa es la lucha contra el terrorismo asiladamente y otra cosa es la lucha contra el terrorismo de la mano del respeto a la democracia. Eso tiene implicaciones en lo interno y en lo internacional.

Por eso en lo interno, nuestra política la hemos denominado de Seguridad Democrática, porque es una política de lucha contra el terrorismo y contra todos los factores de violencia, para profundizar la democracia.

Mientras en otros países del mundo, en nombre de la lucha contra el terrorismo se cercenaron las libertades públicas, aquí se han profundizado. No porque las negara el Estado, sino porque hoy son más eficaces, gracias al avance del Gobierno en contra del terrorismo.

Mientras en otros países del mundo la lucha contra el terrorismo se invocaba como un pretexto para afectar los derechos humanos, creo que Colombia ha logrado hoy un gran avance en materia de derechos humanos.

Si ustedes preguntan en la Procuraduría General de la Nación, si preguntan en la Defensoría del Pueblo, si conversan con las comunidades colombianas, verán que todos los días hay más reconocimiento de la Fuerza Pública, menos quejas en materia de derechos humanos y eso nos legitima en lo interno y en lo internacional.

Esa política de Seguridad Democrática, como legitimante interno y como legitimante internacional, requiere que esa política sea en beneficio de todos los colombianos, independientemente de su afecto o de su desafecto por el Gobierno, independientemente de que sean líderes trabajadores o líderes empresariales.

Y esto tiene una gran importancia en la política internacional.

CHOQUE DE CIVILIZACIONES

El libro del Choque de Civilizaciones, que quizás tendría en su mente el señor Decano cuando enunció el tema como una de las características complejas de la política internacional de hoy, nos obliga a todos a oponernos al choque de civilizaciones, con la actitud de respeto a civilizaciones.

Fundamental en la política internacional de Colombia, estimular el principio de respeto a las civilizaciones, eso hace parte de nuestra trayectoria constitucional, de nuestra trayectoria política. La alianza nuestra, leal con los Estados Unidos, no se opone a que nosotros –con los hermanos suramericanos- busquemos el entendimiento con la Comunidad Árabe.

Hay que procurar, en la teoría y en la práctica, que el choque de civilizaciones lo confrontemos con el respeto a las civilizaciones. Eso lo requiere el mundo.

El tema de la pobreza es fundamental, nosotros no podemos tener hoy unas relaciones internacionales retóricas, todo paso económico en las relaciones internacionales tiene que tener un objetivo: la eliminación de la pobreza, la cohesión social.

Y estamos en la Unión Suramericana, en el Grupo de Río, fortaleciendo la Comunidad Andina, etcétera, todo tiene que tener entre sus objetivos esenciales aquel de la construcción de la cohesión social.

A medida hemos fortalecido esa alianza con los Estados Unidos, que tuvo ese paso en el año 2000 con el Plan Colombia, hemos procurado –también- fortalecer nuestra hermandad con Suramérica, con la Comunidad Andina y construir hermandades reales que eran retóricas o episódicas con los países centroamericanos y profundizar aquella hermandad con los países del Caribe.

En Colombia se quiso, por parte de algunos, presentar como excluyente una política de acercamiento con los Estados Unidos, con una política de acercamiento con Suramérica. Eso no es excluyente, es complementario y necesario, más aún, si incurriéramos en el error de tratar esas políticas como excluyentes, quedaríamos retrasados.

Hace poco me hacía reflexionar mucho sobre el tema, la decisión del Presidente de Uruguay, Tabaré Vásquez, de pedirle a los Estados Unidos –independientemente de MERCOSUR, sistema de comercio del cual Uruguay es parte esencial- un Tratado de Libre Comercio bilateral con Uruguay.

Cuando leí esta propuesta del Presidente Tabaré dije: una razón de más para que Colombia no caiga en la tentación de las polarizaciones, una razón de más para que Colombia no caiga en el equivoco de pensar que la alianza con los Estados Unidos es excluyente con la hermandad suramericana.

Por ejemplo, cuando nosotros –al principio del Gobierno- empezamos a plantear el Tratado de Comercio que hoy se negocia con los Estados Unidos, muchas voces dijeron: ‘¿cómo van a hacer eso?, se necesita es la Unión Suramericana’ y estábamos dando dos pasos: el primero, el Tratado de Comercio entre Comunidad Andina y MERCOSUR. Y el segundo, la construcción de la Unidad Suramericana.

Hoy, ese Tratado de Comercio de Comunidad Andina y MERCOSUR está firmado y está ratificado. El honorable Congreso de la República, en el último período, produjo la ley ratificatoria del Tratado. Hace cuatro años ese Tratado no estaba en el horizonte de las relaciones internacionales de Colombia.

Yo visité como Presidente Electo al Presidente Cardozo (Fernando Enrique), teníamos con el Brasil unas relaciones de cortesía, teníamos premeditadas distancias en la actitud y totalmente alejada la posibilidad de avanzar hacia nuestra integración económica. Creo que logramos dar el paso de cambiar esa trayectoria y el resultado esta a la vista, el Tratado de Comercio entre Comunidad Andina y MERCOSUR, hoy es una realidad.

Pero no nos quedamos allí, hemos venido fortaleciendo nuestras relaciones políticas con Suramérica, hacemos parte hoy, de la Unión Suramericana.

Lo que hemos pedido es que no la burocraticemos, que avancemos hacia metas prácticas de esa Unidad, pero que las competencias para las tareas ejecutivas o para las decisiones que deban tomarse en órganos diferentes a la reunión de Presidentes, las asignemos a un grupo coordinador de Comunidad Andina – MERCOSUR.

Estamos ante el hecho de que hay dos resultados que muestran el fortalecimiento de esas relaciones: Comunidad Andina – MERCOSUR y la Unión Suramericana.

RELACIONES CON EL VECINDARIO

Pero no nos quedamos allí. Entremos un poquito al terreno andino, nuestros hermanos.

- Panamá

¿Qué encontramos en el vecindario?: una situación muy difícil con Panamá por las permanentes incursiones de los grupos terroristas de Colombia a Panamá y por los desplazamientos de nuestros compatriotas del Chocó y del Urabá antioqueño, expulsados por los grupos terroristas hacia Panamá.

Eso se ha superado enormemente, verán ustedes que en los últimos dos años y medio no ha habido incidentes con Panamá, de esa naturaleza, que se repetían de manera permanente. Infortunadamente hace un mes, un ciudadano panameño fue secuestrado en el Pacífico panameño, cerca de la frontera con Colombia. Estamos ayudándole al gobierno de Panamá para ver como eso se esclarece.

Hicimos todos los esfuerzos para regresar desplazados, para proteger Juradó, para proteger el área de Capurganá, para proteger esa área de frontera y vemos una situación más tranquila con Panamá –ahora volveré sobre Panamá mirándola en un mapa más grande el Plan Panamá Puebla-.

- Ecuador

Recuerdo mi primera reunión con el Presidente Gustavo Novoa. Además de una prensa muy irritada en el Ecuador por el Plan Colombia, una opinión pública muy desorientada en el Ecuador por el Plan Colombia, aparecían unos factores comerciales de mucha discrepancia.

¿Qué hemos hecho? Frente al Plan Colombia hemos asumido una posición clara en el Ecuador.

Cuando visito Ecuador, los periodistas ecuatorianos vienen a decirme que cuándo vamos a desmontar el Plan Colombia y en lugar de estar el Presidente, acomplejado, por ahí metido contra una esquina, agachando la cabeza para que se queden ellos tranquilos, les digo: muchachos, lo vamos a desmontar cuando terminemos la droga, porque si no terminamos la droga en Colombia, a nosotros nos va a destruir y a ustedes también.

Hemos hecho de manera pedagógica y también de manera sencilla y franca, una defensa del Plan Colombia ante la opinión de nuestros países vecinos, porque lo peor sería actuar allí con complejos, morirse de la vergüenza del Plan Colombia, darle la razón a los desorientadores.

Y entonces aparece el tema de las FARC, tan sensible en el Ecuador.

El Presidente de la República, en terreno ecuatoriano, con toda franqueza ¿qué ha dicho?: dejen de contemplar a esos bandidos, dejen de contemplar a esos terroristas. Ni más faltaba que por ponerse uno de cuidadoso, en una falsa cortesía internacional, dejará de llamar las cosas por su nombre.

Al contrario, unas relaciones internacionales de falsa cortesía, son unas relaciones de apaciguamiento que no resuelven problemas, sino que aplazan soluciones y profundizan problemas.

Hay una realidad frente al Ecuador, que es transmitir una firmeza en el sentido de que Colombia va a acabar el terrorismo y va a acabar la droga.

En el aspecto comercial hay dificultades todos los días, diría que con tendencia a disminuir.

No faltan las dificultades con el arroz. Ahora que esta la discusión del TLC (tratado de libre comercio) con los Estados Unidos y que el arroz es uno de los temas hipersensibles –apreciados compatriotas-, debo recordar que es un tema de dificultad con la Comunidad Andina y con el Ecuador, de todos los días.

El Ecuador es autosuficiente y excedentario en arroz, Venezuela tiene años en que además de ser autosuficiente es excedentario, además llegan importaciones a Venezuela y Venezuela importa muy barato a terceros países. Entonces el Ecuador quiere colocar sus excedentes en nuestro mercado y por la frontera de la hermana Venezuela, se nos filtra todos los días arroz hacia Colombia.

No ha sido fácil manejar los legítimos intereses de nuestros arroceros y al mismo tiempo, la aspiración ecuatoriana, valida y legítima, a la luz de la legislación andina, de colocarnos aquí los excedentes de arroz sin arancel.

Le hemos dado a eso un manejo diario y creo que hoy hay mejor entendimiento con ellos en esa materia.

Nos preocupaba mucho también la ampliación de la brecha comercial en la balanza bilateral. Hicimos un esfuerzo de ofrecerle al Ecuador unos recursos de nuestro Bancoldex para financiarles exportaciones a Colombia, de tal manera que al estimular las compras colombianas en el Ecuador, se vaya cerrando esa brecha que tanto nos preocupa.

Con Ecuador y Venezuela hemos buscado, que una agenda de incidentes de rifirrafes periódicos –que tanto gustan en los medios de comunicación- se vaya tornando en una agenda práctica.

Por ejemplo, con el Gobierno ecuatoriano –permanentemente- estamos examinando el tema de cómo nos vamos a defender en los tratados internacionales en materia de propiedad intelectual. Y con el gobierno de Venezuela tenemos una agenda práctica que venimos desarrollando.

Aspiramos que esas agendas prácticas superen las agendas de incidentes y de episodios, que al calor de la problemática diaria de unas fronteras vivas, tanto aprovechan los medios de comunicación para crear susceptibilidades en las relaciones entre pueblos hermanos.

Ahora, hay dificultades. El gobierno de Ecuador, generosamente, nos ha ayudado y allí se han capturado unos bandidos de la FARC y han venido a Colombia. Pero estos terroristas incursionan esa frontera, la violan y desde allá preparan el asesinato de 22 soldados colombianos en Teteyé o lo que pasó el domingo en La Victoria (Nariño).

Estos terroristas incursionan en el Ecuador, se esconden allí, contra la voluntad del Gobierno ecuatoriano –el Presidente (Alfredo) Palacio ha sido totalmente colaborador con las instituciones colombianas- y desde allí vienen, nos matan a los soldados en Teteyé o los policías de Chiles o a los policías de La Victoria.

El domingo, nuestra policía en La Victoria, fue a requisar unas personas –en toda la frontera, como se utiliza en esos puestos de frontera-, resultaron ser unos terroristas de la FARC con unas metralletas debajo de la ruana y nos mataron tres policías.

Nosotros confiamos que un manejo franco de la situación, al cual se acompaña el reconocimiento al esfuerzo del Presidente Palacio, nos va a llevar a que nuestros países vecinos entiendan que ese terrorismo no es solamente enemigo de las instituciones colombianas, sino enemigo de sus instituciones y de sus pueblos.

- Venezuela

Con la hermana República de Venezuela planteamos, desde 2002, una agenda también práctica en la idea de que las relaciones no se manejen en un curso de incidentes, sino en una agenda práctica permanente.

Acudimos a esa primera reunión de Santa Marta con el Presidente Chávez (Hugo) a proponer al gasoducto de Ballenas, en La Guajira, a Maracaibo.

Miren compatriotas, Colombia no tiene sino 7 teras cúbicas de gas probadas, Bolivia 70, Venezuela 170. Ahí ven ustedes la diferencia en las reservas de gas probadas en uno y otro país, pero Venezuela no tiene todavía gas en el occidente, sus grandes yacimientos están del centro al oriente y necesita gas en el occidente.

Para estimular nosotros la apertura, la explotación de otros pozos en La Guajira, nos parecía muy importante –también- ofrecerle la posibilidad a Venezuela que ellos tengan gas colombiano en el occidente, mientras conectan al occidente con el oriente del país.

Nos hemos demorado todos estos años de Gobierno para sacarlo adelante, ya parecer que es un hecho. Ha habido muchas discusiones, finalmente hubo que resolverlas con una decisión política.

Venezuela decía: ‘hagámosla los dos países’, nosotros no teníamos el presupuesto. Propusimos que lo hiciera un tercero, privado, Venezuela no estuvo de acuerdo. Finalmente tomamos la decisión política que lo haga el estado venezolano a través de la empresa que quiera, parece que lo va a construir PDVSA (Petróleos de Venezuela S.A.) en un gesto de confianza con la hermana República de Venezuela.

Ellos lo van a construir y lo van a operar y nosotros les venderemos gas para sus ciudades de occidente. Y en el futuro, cuando ellos tengan conectado su occidente, el compromiso es que le venden gas a Colombia, que a pesar de que esté en una tarea exploratoria bien importante, no tiene sino 7 teras cúbicas de reservas probadas de gas.

En esa agenda práctica ha entrado también el fortalecimiento de la interconexión eléctrica. Hicimos lo del Puerto Carreño –que lo había iniciado mí antecesor, el Presidente Pastrana (Andrés)- y ahora estamos buscando conectar algunas poblaciones fronterizas como: San Fernando de Atabapo, en Venezuela, con Puerto Inírida. Seguimos en esa tarea.

Esta la oferta de Venezuela de que ellos construyan a través del territorio colombiano un gasoducto o un poliducto, para poder sacar sus combustibles al Pacífico. Ellos están buscado un socio en China para hacer esa inversión, tienen toda la disponibilidad de Colombia.

Ustedes saben que las posibilidades de exportación de carbón de Norte de Santander son inmensas, hemos estado buscando mejorar la salida de Norte de Santander a los puertos venezolanos, lo que implica hacer unos puentes –ya instalamos un puente militar- y lo que implica mejorar unas vías en parte del territorio venezolano.

En esa tarea vamos: una agenda práctica común, bien importante.

- Centroamérica

Panamá: no sé qué paso con las relaciones de la hermana Panamá en el último siglo, es muy importante un estudio muy profundo de parte de ustedes, porque hay muy buenas publicaciones, sobre todo de aquello que antecedió a la separación de Panamá, pero todavía no se conoce –para analizar- qué paso en el último siglo con Panamá. A ratos me parece que fueron calidas, a ratos me parece que fueron de indiferencia, a ratos me perece que no les importábamos y que no nos importaban.

Nosotros empezamos a asignarle toda la importancia a esas relaciones, allá hay un gran reconocimiento a la tarea del Gobierno del presidente López Michelsen (Alfonso), por el apoyo al Tratado de Torrijos – Carter, pero nos falta un estudio completo porque ese primer siglo, después de la independencia de Panamá, la conclusión es que deberíamos estar mucho más integrados.

Acudimos a la celebración de ese Centenario (en noviembre de 2003), en ese acto habló la Presidente de Panamá (Mireya Moscoso) y hablé yo, en nombre de los colombianos. Encabecé unas palabras que dirigí allá, citando el acta de independencia de Panamá, donde saludan a Colombia como su hermana mayor y ellos declaran que han llegado a la mayoría de edad y que necesitan disponer solos, a partir de este momento.

Y hemos estado trabajando con la hermana República de Panamá para la integración de Colombia al Plan Panamá –Puebla.

La integración de Colombia al Plan Panamá – Puebla es fundamental por muchas razones y también por otras. Colombia tiene que cumplir el papel de articulador de la Unión Suramericana y la Comunidad Andina, por un lado y Centroamérica por el otro. Y el camino tiene que ser un camino práctico, me parece que la agenda del Plan Panamá – Puebla es una agenda práctica bien importante.

A mí me sorprende gratamente el avance en madurez democrática de Centroamérica, me sorprende gratamente el manejo gerencial y no retórico de la unión entre los países centroamericanos, me sorprende gratamente cómo les preocupa más avanzar en resultados, que en el lanzamiento del discurso.

Les confieso que como Presidente de los colombianos tengo la más grata impresión de cómo ha venido evolucionando la unión entre los países centroamericanos, alrededor del respeto a la regla democrática y alrededor del propósito de que Centroamérica salga adelante en materia de productividad, competitividad, erradicación de la pobreza, construcción de cohesión social.

Ya ingresamos al Plan Panamá - Puebla como miembro observador y los Presidentes de Salvador (Elías Antonio Saca), Guatemala (Oscar Berger)y el nuevo Presidente de Honduras (Manuel Zelaya), se han comprometido a liderar la presentación de la proposición de Colombia para ser miembro de pleno derecho.

El Plan Panamá – Puebla es un plan muy ambicioso, para no hablar sino de un campo, el de la infraestructura.

¿Qué estamos buscando en el Plan Panamá – Puebla?: que tengamos la interconexión eléctrica para el año 2008, si Panamá toma unas decisiones en los próximos días, podremos cumplir con eso en el 2008, si no se nos aplaza, es fundamental.

Estamos buscando la integración del gas, donde Colombia, con sus pocas reservas, no puede ofrecerse como el gran proveedor de Centroamérica, pero si como el paso, para que reservas tan importantes como las de Venezuela y más a delante las de Bolivia, encuentren en el mercado centroamericano un gran destino de ese gas.

Confiamos en dos etapas: primero, un envío de gas en barcazas, gas licuado, en contenedores especiales. Y segundo, la construcción del gaseoducto.

El tema de la carretera quedó en leyes y en el olvido. Mi percepción es que la oposición no está dada por el gobierno de Panamá sino por su opinión pública. Hemos buscado que los medios de comunicación de Colombia hagan un gran esfuerzo con los medios de comunicación de Panamá, para orientar a la opinión pública sobre el imperativo de esa carretera.

Les decía en Panamá: ‘¿por qué nos van a castigar a las generaciones presentes a tener que ver esa carretera desde el cielo?, déjenla hacer’. Además, con la educación ecológica de los pueblos, la gente quiere tener hoy la posibilidad de ir a los santuarios ecológicos, no a destruirlos, sino a ayudar a preservarlos.

Un santuario ecológico a distancia, aislado, con presencia de terroristas, donde no pueden ir los universitarios, donde no hay manera para que vaya turismo científico, el día que el mundo lo descubra, lo va encontrar destruido.

Mucho más importante para cuidarlo, que allá haya paz, que no haya terroristas y que haya una vía de comunicación. Yo diría que uno de los objetivos de la política internacional de Colombia tiene que ser una tarea persuasiva de la opinión pública panameña sobre esa carretera y no la puede hacer el Gobierno, el gran actor colombiano deben ser nuestros medios de comunicación.

Creo que es un gran reto a los medios de comunicación, porque a los medios de comunicación –muchas veces- les gusta, en materia de relaciones internacionales, es incitar a peleas, en lugar de vivir incitando a peleas, que ayuden a estas integraciones. Sería formidable que los medios de comunicación de nuestra Patria ayudaran –en alianza con los medios de comunicación de Panamá- a crear conciencia en la opinión pública panameña sobre la necesidad y conveniencia de esa carretera.

Ahí hay un tema bien delicado, que es el tema energético.

Venezuela le está vendiendo petróleo, en condiciones generosas de financiación, a varios países: a Cuba, a República Dominicana, ha hecho trueque –recientemente- con Argentina, también con Uruguay y, la posición colombiana es: a nosotros nos corresponde oponernos a eso, sino buscar que los países que no tienen esas soluciones, las puedan tener.

Lo que he dicho es: ¡qué bueno!, que Venezuela le pueda ayudar a Cuba y a Republica Dominicana, pero busquemos también cómo se le ayuda a los países centroamericanos que no tienen petróleo y que no tienen gas.

Entonces hemos venido estimulando y apoyando la iniciativa Mexicana para resolverle problema de suministro energético a Centroamérica.

La tesis nuestra es: en lugar de ponernos a criticar la política de Venezuela, busquemos cómo se le ayuda a aquellos que no han recibido ayuda, como son los centroamericanos. Nos parece pertinente la iniciativa de México.

Y ahora queremos que esa iniciativa se sumen Estados Unidos, España y Francia y los bancos multilaterales. ¿Cuál es el peligro?: que los países centroamericanos, por pagar la canasta energética, vean sucumbir sus democracias y vean posponerse las Metas del Milenio.

Nuestro temor es que ese problema energético cree en Centroamérica un caos social, de tal magnitud, que ponga en riesgo la estabilidad democrática. Y que nuestros hermanos centroamericanos, por tener que pagar la canasta energética, no pueda pagar cumplir con los presupuestos para financiar las Metas Sociales del Milenio.

Por eso hay que buscar cómo trabajamos allí, sin que nosotros estemos en el paraíso, porque nuestras reservas de gas son pocas y a pesar del gran aumento en la búsqueda de petróleo, en este Gobierno todavía no hay hallazgos significativos y subsiste el riesgo de que siga declinando la producción en Colombia, que perdamos los excedentes exportables y que lleguemos, en algún momento, a perder la autosuficiencia.

Pero vemos otra perspectiva enormemente importante con Centroamérica, que es la búsqueda común de alternativas energéticas. Algunos de los países centroamericanos ya tienen magníficas experiencias en energía geotérmica y habrá que buscar cómo trasladamos esas experiencias acá.

Y lo que nosotros estamos haciendo, este país ya esta empezando a producir – ya no es una promesa, es una realidad, el Gobierno dio todos los pasos, faltaba que estaban en pruebas en dos de las plantas de las cinco que estimuló el Gobierno con nuestra ley general de estímulos a la producción de alcoholes carburantes. En pocos días –me ha dicho el Ministro de Minas (Luis Ernesto Mejía)- ya vamos a tener la producción de un millón 300 mil litros de alcohol carburante. Ya Bogotá empezó a sentir ese alivio porque la producción empezó a llegar a Bogotá, la mezcla ayuda ambientalmente y también redujo el precio y confió que este año Colombia tenga la primera planta de producción de biodisel.

Si ustedes me preguntaran un renglón económico en el que Colombia tenga futuro, sin vacilación les diría: la producción de combustibles biológicos y en eso tenemos que trabajar con Centroamérica para traernos desde allá toda la experiencia en geotérmica y para llevar desde aquí, la experiencia que empezamos a tener en alcohol carburante y lo que estamos haciendo para tener en pocos días el tema del biodisel.

- Países del Caribe

La agenda con el Caribe es de trascendental importancia. La verdad es que el apoyo del Caribe a la elección de Luis Alberto Moreno como presidente del BID (Banco Interamericano de Desarrollo), es muy significativo, un gesto de confianza en Colombia.

Y fue un gesto de confianza de lo que Colombia hace, discretamente en el discurso pero eficaz en los resultados, para no polarizar y para ayudar a todo el Continente.

Es bien importante que los analistas de la política internacional de este Gobierno, se pregunten en algún momento cómo se ganó la elección de Luis Alberto Moreno, porque eso no es un hecho fortuito ese es el resultado de toda una política internacional, de construcción de confianza. Esa es una respuesta muy importante para indagar a los interrogantes sobre nuestra política internacional.

- Países del Pacífico

Hemos pedido que en la reunión de 2007, cuando los países de la Cuenca del Pacífico van nuevamente a considerar solicitudes de nuevos socios, que están hasta este momento congeladas, se considere la inclusión de Colombia que en alguna forma fue rechazada, anteriormente.

Tenemos todo el interés de que ese viejo sueño colombiano, esa necesidad más que un sueño, de incursionar en la Cuenca del Pacífico, se convierta en realidad.

RELACIONES CON EUROPA

Los apoyos a nuestros procesos de paz en Dinamarca, Noruega, Holanda, Suecia, son gestos muy significativos de Europa.

Mis críticos esperaban que un Gobierno presidido por mí, signado de paramilitar, de derechista, fuera en Europa pasado por la hoguera. ¡Por supuesto, no fue fácil aquella intervención en el Parlamento Europeo hace dos años!, pero Europa ha venido ganando confianza en nuestra vocación democrática, ven que nosotros manejamos las cartas sobre la mesa.

Europa ha venido ganando confianza en que nuestra política de seguridad conlleva dos mensajes: un mensaje de amenaza y autoridad a los que persistan en el terrorismo y un mensaje de confianza a quienes hagan la paz.

Señores, la política de seguridad que los combate, mientras persistan en la violencia, es la misma que habrá de protegerlos en los momentos que hagan la paz.

Los temas con Europa, algunos han tratado de ponerlos muy difíciles, pero diría que las grandes contradicciones que han podido hacer este Gobierno se han superado y favorablemente.

- Ley de Justicia y Paz

Lo que iban a decir sus opositores (a la ley) a Washington y a Europa, nos creaba muchas dificultades. Europa empieza a ver que en el mundo no hay una legislación comparable, en materia de paz, justicia y de reparación a las víctimas. No es un texto jurídico perfecto, pero es el texto jurídico que más ha avanzado en ese equilibrio.

Y la pregunta que he formulado a la comunidad internacional es: empecemos a pensar, no tanto en las críticas a esta Ley, como en la legislación que se va a necesitar frente al ELN y frente a la FARC. Porque, a la comunidad internacional le han dicho mis críticos: ‘la Ley de Justicia y Paz es una ley de impunidad frente a los paramilitares’ y cuando a muchos de mis críticos les preguntan: ¿y qué se va a hacer con la del ELN y la FARC?, contestan: ‘ah, eso es otra cosa’.

En resumen, quienes han dicho ante la comunidad internacional que es una ley muy suave frente a los paras, han dicho que es muy dura frente a la guerrilla. Y eso tiene que ser igualito.

Yo no veo, en las circunstancias nacionales e internacionales de hoy, manera de establecer diferencias entre las atrocidades de unos y las atrocidades de otros. El país se tiene que preparar.

El ELN ha dicho –continuamente- que ellos necesitarían amnistía e indulto para todos los delitos.

La FARC dice que no reconocen el Estado colombiano, que por ende no reconoce que sus conductas tipifiquen delitos a la luz de la legislación colombiana.

¿Qué pasará en el futuro en procesos de paz con el ELN y con la FARC?

Yo creo que el país tiene que empezar a pensar en esos escenarios y a comunicarlos a la comunidad internacional.

Pienso que nuestra política de seguridad, con todos los errores, es una política de buena fe democrática, tiene resultados muy importantes a pesar de los que faltan: desmovilizadas más de 25 mil personas, todo ese grueso del paramilitarismo que encontró este Gobierno en plan de desmovilizarse, tendría hoy la esperanza –con lo sucedido en las últimas semanas- que estemos en la víspera del desmote de la estructura paramilitar que encontró este Gobierno.

Además se han desmovilizado alrededor de 6 mil guerrilleros.

En estos días hablaba con mi buena amiga, la senadora Piedad Córdoba –yo habló con ella, el debate colombiano tiene que ser un debate menos agrio en lo personal y más amable, franco y fraterno- y le decía: bueno, Piedad, yo no hice sino tratarte bien en la gobernación de Antioquia, te he respetado profundamente siempre, ¿por qué esa actitud tan dura? Y me dice: ‘es que tengo diferencias contigo’, le dije: ‘¿en qué?’ y se puso a pensar: ‘en Seguridad Democrática’ y le dije: ‘pero qué raro, antes llegabas al país, ahí mismo te amenazaban y tenías que pasar meses en Canadá o en otra parte. Yo te veo ahora feliz en Colombia, haciéndole oposición al Gobierno que presido, todo el mundo te protege, ¿entonces cuál es la diferencia?, ¿cuál es la crítica a esta política de Seguridad Democrática?’ Quedamos de continuar el diálogo –y le pido a los amigos de comunicación aquí presentes, que esta notica me la presente amablemente porque yo no dejaré de hacer esfuerzos persuasivos-.

Esta política de Seguridad Democrática ha tenido buenos resultados, todo lo que falta y todos los días hay dolores de cabeza. Mientras estábamos en Puerto Asís (Putumayo), el lunes, en un consejo de seguridad, mirando toda esa arremetida contra nuestro Ejército y contra el Putumayo, encabezada por Raúl Reyes, los incidentes de la zona de frontera, llegó la noticia de los policías que nos habían asesinado en ese gran proyecto de erradicación que es La Macarena.

A esto todavía le falta, pero hoy tenemos un reto que es reinsertar más de 25 mil desmovilizados. Culminar el desmote de esa estructura paramilitar que encontramos, y creo que eso es muy importante, porque el mundo nos debe juzgar más por los hechos y por los resultados, que por los discursos de nuestros contradictores.

La FARC decía que una de las razones por las cuales no hacía la paz en Colombia era por la existencia de los paramilitares, ¿qué va a decir apenas se culmine el desmonte de esta estructura paramilitar?

Ahora, esto no ha sido liberalidad a los paramilitares, yo tengo mi balance frente a ellos: más de 1.500 paramilitares dados de baja.

Yo, que creo ser el Presidente de Colombia que más ha conversado en privado y en público con la Fuerza Pública, yo no me pongo el camuflado por respeto a los policías y soldados, pero ellos saben que debajo de este everfit, hay una carne y unos huesos de policía y soldado y en mis permanentes conversaciones con ellos he sido muy cuidado para que cuando salga de la Presidencia, puedan decir: ‘Uribe, ni en público ni en privado nos dio mal ejemplo. Las instrucciones del Presidente que más ha ejercido como comandante de las Fuerzas Militares han sido agresividad y transparencia, por igual a guerrilla y a paramilitares’.

Una cosa es hablar de los paramilitares en cócteles, otra cosa es asumir el gobierno y poder decir hoy que le hemos dado de baja a más de 1.500 y que se ha venido desmontado esa estructura, como el país lo ha registrado y que estamos en la víspera de que se acabe esa estructura.

Es un gran reto, cómo vamos a reinsertar y ahí nos tiene que ayudar la comunidad internacional. Es un punto fundamental de nuestra política internacional ahora, que la comunidad internacional nos ayude en la reinserción.

Hoy, de 19 mil paramilitares, más los que desmovilicen en las próximas semanas, 6 mil guerrilleros y eso crece todos los días, mañana de los otros grupos. Eso cuesta mucho y es muy difícil.

Alguien me decía: ‘cuidado Presidente, no vayan a fracasar en esa reinserción porque entonces todos esos tipos, desarticulados, cada uno va a delinquir por su lado, van a pasar de una criminalidad organizada a una criminalidad lumpenizada. ¡Que tema tan difícil! Por eso estamos haciendo enormes esfuerzos en materia de reinserción.

Ayer definíamos con la gerente de Empleo y Reinserción, Julia Gutiérrez de Piñeres (del SENA), vincular 15 a 20 mil muchachos de estos como auxiliares cívicos que dependan de la Policía Nacional, no armados, para ayudarnos con el cuidado de carreteras, de parques, de estadios, de teatros, parques naturales, sitios de ecoturismo, zonas de desastres.

¿Ustedes saben cuánto cuesta este año la atención a desplazados?, ¿la atención a reinsertados y las Familias Guardabosques?: Billón y medio de pesos. La atención a desplazados cuesta este año 880 mil millones (de pesos), el año pasado costó 449 mil (millones de pesos). En pesos de hoy, antes costaba 80 mil millones (de peso) por año, o sea que este año queda multiplicada en 10 veces. Y todo eso requiere un gran apoyo de la comunidad internacional.

Nosotros necesitamos que la comunidad internacional se vuelque a ayudarnos en este proceso y tengo que agradecer porque ya muchos países, que pudieron tener mucha resistencia frente al Gobierno que presido, han empezado a mostrar su confianza en esta política y nos quieren ayudar en todo lo de la reinserción.

 
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