Región
del Tequendama (Cundinamarca)
PALABRAS DEL PRESIDENTE EN EL CONSEJO COMUNAL 125
La Mesa (Cundinamarca), 11 feb. (SNE).- El
siguiente es el discurso del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez,
al inicio del Consejo Comunal de Gobierno número 125, realizado
para la región del Tequendama del departamento de Cundinamarca:
“Querida comunidad:
Siempre es muy grato venir a esta ladera cundinamarquesa, tiene
una particular belleza, un particular clima, una particular alegría
de sus gentes. Permítanme expresar a todos ustedes un saludo
lleno de cariño, de aprecio por ustedes, por La Mesa, por
esta ladera cundinamarquesa y por todo el departamento.
Estos Consejos Comunitarios han sido unas instancias de diálogo
bien importantes para la Patria. En un momento, para prepara el
Plan de Desarrollo, en otros momentos para integrar los esfuerzos
de los gobiernos locales, departamentales y nacionales entre ellos
y de todos ellos con la comunidad. Siempre, para estimular el dialogo
con la comunidad, que produce varios efectos: compromete más
a los funcionarios en el cumplimiento del deber e informa más
a la comunidad sobre las limitaciones de los gobiernos.
Lo que hemos buscado a lo largo de cuatro años es que este
sea un dialogo sincero, sin promesas, pero con crecientes compromisos,
con el compromiso de gestionar, de no quedarnos tranquilos porque
apareció una solución, de buscar la otra con el compromiso
de trabajar con más ahínco.
Así vamos a adelantar este dialogo en una etapa donde ya
estamos evaluando qué ha podido hacer el Gobierno, señalando
fallas, mirando dificultades y de todas maneras, proyectando Patria,
lo que hay que hacer todos los días en una bella coyuntura
en la cual el país empieza a discutir su visión del
año 2019.
El 7 de agosto del año pasado Planeación Nacional
entregó a los colombianos el primero borrador de lo que
llamamos: ‘Colombia, Visión del Segundo Centenario’,
la Patria que queremos para el 7 de agosto del 2019, cuando cumpliremos
200 años de vida independiente. Con metas parciales exigentes
como aquellas que deberán evaluarse el 20 de julio de 2010
cuando la Patria cumpla 200 años del Grito de Independencia.
Sobre esto, quiero invitar a Cundinamarca –como a todos
los departamentos colombianos- a que preparen su anexo, a que ustedes,
con el liderazgo de su Gobernador (Pablo Ardila), construyan la
visión de Cundinamarca del 2019.
Necesitamos que esa ‘Visión Colombia’ tenga
un anexo por departamento y aquí dos anotaciones: es tan
importante la visión de largo plazo como el trabajo de todos
los días. Si hay trabajo todos los días, esfuerzo
todos los días, pero no hay visión de largo plazo,
la gente se pregunta con incertidumbre: ‘¿y para dónde
vamos?’
Si hay visión de largo plazo y no se trabaja todos los
días, la gente se pregunta con desmayo: ‘¿y
cómo vamos a llegar allá si no trabajamos?’ y
lo que es una ilusión inicial, que la produce una meta de
largo plazo, se torna en una frustración porque no se trabaja
para conseguirla.
Pero además en un país democrático, que casi
vive en elecciones, después de octubre de 2003, cuando el
país vivió el Referendo, vivió la elección
de alcaldes, gobernadores, diputados y concejales, hemos realizado
en Colombia entre elecciones departamentales y municipales, más
de 400 y ahora nos aprestamos a las elecciones del Congreso y a
las elecciones presidenciales.
En un país democrático, vibrante en su democracia,
lo único que garantiza una visión de largo plazo
es construirla a través del debate comunitario. Quien pretenda
imponerla está equivocado, por eso el Gobierno lo que ha
propuesto es un borrador para que se debata comunitariamente y
se vaya adoptando a medida que se vayan construyendo altos niveles
de consenso.
Esa invitación quiero formularla a Cundinamarca desde La
Mesa, por el conducto muy respetable de su Gobernador, del Alcalde
de La Mesa (Rogelio Correa Rueda), de los alcaldes que hoy nos
acompañan, de parte de sus congresistas, de los diputados,
de los concejales.
Esta semana ha sido una semana de un intenso trabajo de nuestras
Fuerzas Militares y de Policía en orden público.
A propósito, cuando entraba algunas personas me decían
que querían mencionarle algunos temitas a los altos mandos
del Ejército. Yo creo que los generales Carlos Arturo Suárez
Bustamante, comandante de la V División y Gustavo Matamoros,
comandante de la Brigada y los generales Héctor García,
comandante de la Región de Policía Número
Uno y el Coronel Wilson Laverde Florez, comandante de la policía
de Cundinamarca pueden reunirse en privado con las personas que
quieran hacer unos comentarios de orden público. Ellos se
situarán por aquí, el Padre Rector (Gustavo Padilla
Villamil) del colegio, nos prestará una oficinita, para
que con toda confianza la comunidad que tenga dificultades, se
las exprese.
Empezamos la semana en Puerto Asís (Putumayo), en la frontera
con el Ecuador, donde nuestros soldados y policías están
haciendo un enorme esfuerzo para enfrentar el terrorismo. Se tuvieron
que tomar medidas drásticas porque el terrorismo estaba
anunciando nuevamente un paro armado en el departamento del Putumayo
y confío que con el esfuerzo de nuestros soldados y policías,
la cooperación de la ciudadanía y –también-
renovados esfuerzos binacionales para proteger la frontera, podamos
ir recuperando la situación en el Putumayo.
Ayer tuvimos un largo consejo de seguridad en Barrancabermeja,
donde confluyeron muchos municipios de Santander, algunos del Cesar
y los municipios bolivarenses del sur de la Serranía de
San Lucas y Yondó (Antioquia).
SEGURIDAD DEMOCRÁTICA
Quiero compartir algo con los colombianos: en el Catatumbo, en
Urabá, ayer en Barrancabermeja, en muchas partes, los ciudadanos
se levantan y dicen –tranquilamente y no lo dicen en secreto,
sino abiertamente-: ‘¿oiga Presidente y ahora que
se desmovilizaron los paramilitares quién nos va a cuidar?’,
ayer dijo una señora allá en Barrancabermeja: ‘yo
soy de Rionegro (Santander), ¿cómo nos van a cuidar
ahora?, porque allá patrullaban eran los paramilitares y
eran los que evitaban los secuestros’. Que tema tan difícil.
En efecto, en este Gobierno ya llevamos casi 30 mil desmovilizaciones,
por eso creo que el debate hay que pasarlo de la especulación
retórica a los resultados.
Casi 30 mil desmovilizados, llegando a 7 mil de la guerrilla y
el resto de los paramilitares. Eso no ha sido fácil ni ha
sido por pura liberalidad de quienes quieren desmovilizarse, el
esfuerzo de los soldados y policías de la Patria ha sido
enorme, más de 1.500 paramilitares dados de baja.
Este Gobierno prefirió la acción que la retórica,
en lugar de quedarse en los cócteles de las capitales, haciéndole
críticas filosóficas al paramilitarismo, este Gobierno
salió a combatirlo.
Mientras se hacían críticas filosóficas al
paramilitarismo y no se actuaba, el paramilitarismo crecía,
como crecía la guerrilla.
Este Gobierno salió a combatirlo, más de 1.500 paramilitares
dados de baja, eso ha demostrado que los procesos de paz, para
que sean serios, tienen que nacer del ejercicio de autoridad y
de una acción gubernamental firme.
La tarea de apaciguamiento simplemente produce burla por parte
de los delincuentes y no es camino de paz. Y es muy importante
aprender esta lección para el presente y el futuro de la
Patria.
Nosotros hemos dicho que la política de Seguridad Democrática
es un camino a la paz, por muchas razones: porque, en la medida
que la política de Seguridad Democrática proteja
por igual a los amigos del Gobierno que a los voceros de la oposición,
por dura que sea la oposición frente al Gobierno, finalmente
tiene que reconocer en su interior que hay condiciones para el
debate y cuando hay condiciones para el debate, es posible, se
hace factible, que las posiciones de los contrarios no se vuelvan
tan antagónicas que los antagonismos sean insuperables.
Cuando a partir de una Seguridad Democrática hay condiciones
para el debate que evita el antagonismo insuperable y se crean
otras condiciones, las condiciones para que a partir de los contrarios
se den acuerdos.
Confío que si este proceso electoral está caracterizado
por la Seguridad Democrática, como es nuestro afán,
todos los sectores de la política colombiana van a entender
que en este país hay condiciones para el ejercicio fraterno
de la democracia pluralista y eso tiene que ayudar al dialogo entre
las vertientes ideológicas del pueblo colombiano.
Y he dicho –también- que la política de Seguridad
Democrática es un camino a la paz, porque la práctica
ha demostrado que es una acción eficaz contra los que persisten
en la violencia y garantista frente a quienes entran en la reinserción.
Cuando estamos llegando a 30 mil desmovilizados, desde La Mesa
quiero hacer llegar un mensaje a los paramilitares que aún
no se han desmovilizado y a la guerrilla: la política
de Seguridad Democrática es para combatirlos mientras
persistan en la violencia y para darles todas las garantías
en el momento que quieran negociar y desmovilizarse, por eso
es un camino para la paz.
A través de la autoridad, obliga la negociación
y da la seguridad de que es seria y a través de la autoridad,
da todas las garantías a quienes se desmovilicen, a quienes
entren en procesos de paz.
¡Qué bueno que Colombia pueda decir, dentro de poco,
que se ha desmontado el movimiento paramilitar del país,
el que encontramos, porque esto no es de discursos, esto es de
resultados!
Este Gobierno está desmontando, a partir del ejercicio
de autoridad, el movimiento paramilitar que encontró. Las
desmovilizaciones de esta semana indican que estamos cercanos a
que el país pueda decir que se ha desmontado la estructura
paramilitar.
La FARC, en sus múltiples engaños al país,
en una oportunidad dijo que no hacía la paz porque en Colombia
no había elección de alcaldes. Cuando se introdujo
la elección de alcaldes, la FARC se convirtió en
uno de los sicarios de los alcaldes.
En el primer día de este Gobierno, el 8 de agosto de 2002,
cuando en horas de la tarde fui a Florencia (Caquetá), después
de haber llegado a las 5:30 de la mañana a Valledupar, a
iniciar el proceso de recuperar la seguridad en las carreteras
del Cesar, me transporté a Florencia y encontré que
los alcaldes del Caquetá estaban todos en la capital, exiliados
por las amenazas del terrorismo.
Los que reclamaban la elección de alcaldes, como condición
de paz, se convirtieron en los sicarios, verdugos y asesinos de
los alcaldes elegidos.
Pero hay mejorado la política de seguridad, de casi 400
alcaldes exiliados en ese momento, hoy están todos actuando
en sus municipios, protegidos por los soldados y policías
de la Patria y por la voluntad firme del pueblo colombiano y del
Gobierno de garantizar una seguridad con vocación democrática.
Otro engaño de la FARC: la FARC solía decir que
no negociaba porque aquí mataban a la oposición.
En efecto, el país ha vivido tragedias como la tragedia
de la Unión Patriótica, allí confluyeron muchos
errores que no se pueden repetir, por un lado la subversión
creyó que podía mezclar la lucha política
con la lucha armada, eso no admite mezclas. Las únicas armas
validas en el ejercicio de la política son las arguméntales,
ideológicas, programáticas, tratar de impulsar un
partido político, apoyado por fusiles, no es apostarle a
la democracia sino a la destrucción de la democracia a través
de provocar el asesinato de los actores de la democracia.
Y el Estado cometió otro error, porque se hacían
muchas manifestaciones de solidaridad con la UP (Unión Patriótica)
que se quedaron en la teoría.
GARANTÍAS PARA TODOS
Lo nuestro marca un contraste. Yo veo una oposición en
Colombia dura y crítica, pero protegida eficazmente.
El Presidente de Colombia que quizás más ha dialogado
en público y en privado, con los soldados y policías,
con sus comandantes, soy yo y he procurado en medio de mis flaquezas
humanas, de mis defectos, de las limitaciones, de mi ser, transmitirles
en privado el mismo discurso que les digo en público a mis
compatriotas: una política de Seguridad Democrática,
imparcial, sustentada en la voluntad política del Gobierno
y del pueblo, con iniciativa agresiva de la Fuerza Pública,
con transparencia, total acatamiento a los derechos humanos y con
acompañamiento integral de la política social.
Y hoy vemos que estamos cumpliendo aquello que dijimos, que había
que proteger por igual al más fervoroso seguidor de las
tesis de Gobierno o al más duro opositor del Gobierno.
Y lo está cumpliendo la Fuerza Pública, es la voluntad,
es el estado de ánimo del Gobierno, es lo que anida en el
corazón, en el alma, en la convicción de los soldados,
de los policías, de los generales, del Presidente de la
República.
Yo no conocía, en otra historia de Colombia, que la oposición
pura, legítima, real, pudiera tener las garantías
efectivas que hoy ha tenido, las que tuvo en el 2003 para oponerse
al Referendo, para decretar la abstención, para llegar a
alcaldías tan importantes, a gobernaciones tan importantes
y –lo que ha pasado de allá para acá- para
buscar entendimientos entre los gobiernos Nacional, distritales,
departamentales, municipales, con patriotismo, prescindiendo del
origen político de las elecciones.
PREGUNTA A LAS FARC
Pues bien, la FARC debe saber que aquello que sacó como
disculpa para no hacer la paz, de que en Colombia asesinaban la
oposición, hoy no ocurre, gracias a la política de
Seguridad Democrática.
¡Si son consecuentes, que se apresten a hacer la paz! Todo
lo que han venido reclamando históricamente, para tratar
de explicar su acción terrorista, ha venido desapareciendo
de los hechos como razón.
También decían que no hacían la paz mientras
no se desmontara el paramilitarismo. Lo decían en la asunción
de que el paramilitarismo era promovido por el Estado y auspiciado
por los gobiernos, lo decían a partir de ese engaño.
¡El paramilitarismo nace de falta de Estado y de gobiernos,
no de intención de Estado o de gobiernos!
Cuando uno visita a algunas partes del noroccidente de Cundinamarca
o del Cesar o Córdoba, los ciudadanos me lo decían
ayer, en el Magdalena Medio: ‘es que nos dejaron 30 años
en poder de la guerrilla, los gobiernos no nos protegieron, en
el desespero y en la angustia y con el narcotráfico, surgió y
creció el paramilitarismo y llegamos a una solución
tan perversa como la enfermedad que estábamos padeciendo’.
Cuando se haga el juicio histórico habrá que preguntarse: ¿qué pasó en
la acción de los gobiernos, en esos 25 ó 30 años
de guerrilla, que antecedieron al paramilitarismo en muchas regiones
de Colombia?
Lo claro es, que este Gobierno ha combatido el paramilitarismo
como a la guerrilla, que ahí hay unos resultados efectivos
y que estamos en la víspera de que la estructura paramilitar
de Colombia desaparezca.
Ya quedan muy pocos de esos líderes, de los que encontramos,
la acción del Ejército, de la Policía, la
acción del Alto Comisionado, ha logrado un proceso de desmovilización
sin antecedentes.
Desde La Mesa pregunto a la FARC si ¿desmontada la estructura
paramilitar de Colombia, están listos para hacer un proceso
de paz serio, con las instituciones gubernamentales y con el pueblo?
Y no lo preguntamos soterradamente, lo preguntamos abiertamente,
lo preguntamos al oído de todos nuestros compatriotas, porque
este Gobierno ha estado tan listo y firme para combatir a los terroristas,
como dispuesto a hacer la paz.
¡Hay que estar listos para cualquier cosa compatriotas!, ¡hay
que tener toda la diligencia, toda la energía, toda la determinación,
toda la disposición, para enfrentar bandidos y toda la disposición
para hacer la paz!
A este Gobierno, gracias a Dios, no se le ha acabado ni el ha
faltado energía ni para uno ni para otro. Estamos dispuestos
a ambas cosas.
Y entonces –regresando a Barranca ayer-, le decía
a esa señora: señora, el único camino que
tiene el Magdalena Medio, el sur de Bolívar, es la protección
del Estado.
Vamos a hacer el esfuerzo para que al retirarse los paramilitares
de allí, no ocurra lo que sucedió en los 25 años
de guerrilla que antecedieron la aparición paramilitar,
que a ustedes los abandonaron, los dejaron con los fusiles de la
guerrilla en el cuello, no aparecieron los gobiernos a protegerlos
y miren a lo que llegamos.
Con la Fuerza Pública, con nuestros soldados y policías
estamos haciendo un enorme esfuerzo para que la ciudadanía
del Catatumbo se sienta protegida sin paramilitares, para que la
ciudadanía del Rionegro se sienta protegida sin paramilitares,
para que las ciudadanías de Urabá, de Córdoba,
del Cesar, del Magdalena, del sur de Bolívar, de la Serranía
de San Lucas, de los alrededores de Barranca, se sientan protegidas
sin paramilitares.
La única protección que reconcilia es la del Estado.
La única protección válida en la democracia
es la de las instituciones legítimas de la democracia.
Aplaudo el esfuerzo enorme de los soldados y de los policías,
en medio de tantas restricciones presupuestales, de falta de equipos
de transporte aéreo, de equipos de transporte terrestre,
aplaudo ese enorme esfuerzo para dar seguridad en esas regiones ¡y
lo vamos a lograr!
Todos los días hay dificultades, pero de las dificultades,
como dijera bellamente El Libertador, hay que sacar trincheras
de de lucha y de victoria.
¡Sin desmayar, lo vamos a lograr!, ¡vamos a lograr
la desmovilización total de los paramilitares y la protección
efectiva a través de la Fuerza Pública de los ciudadanos
que viven en esas zonas y que temen las reapariciones de la guerrilla!
Y vamos a seguir con nuestra política de Seguridad Democrática
como un camino a la paz, para que quienes quedan en el paramilitarismo
y para los guerrilleros que instan, entiendan que aquí hay
una voluntad tan firme para derrotarlos como abierta, para recibirlos
en procesos serios de negociación.
Esta política de Seguridad Democrática, ejercida
a lo largo de estos 4 años, para bien de la libertad de
prensa, de la protección de los periodistas, para bien de
la protección de los líderes sindicales, para bien
de la protección de los alcaldes, de los luchadores políticos,
esta política debemos entenderla no solamente como una política
que se estanca en el rescate de la seguridad, sino un gran camino
de reconciliación.
Mañana, con la ayuda de Dios, vamos a volver al parque
de La Macarena, donde esta semana nos asesinaron 7 policías,
vamos a volver al parque de La Macarena para que los erradicadores
de droga, la Fuerza Pública allí presente, sientan
que no están solos, que tenemos por ellos el afecto, la
gratitud y toda la solidaridad y que en medio de revesas y de sacrificios,
hay el propósito de derrotar la droga, que es el combustible
del terrorismo.
¡Una Patria sin terrorismo, una Patria sin paramilitares,
una Patria sin guerrilla, una Patria sin corrupción, tiene
que ser una Patria sin coca y sin amapola!
Por eso, en medio del luto de los familiares de nuestros policías,
en medio de dudas de sectores de opinión sobre la posibilidad
de que cumplamos la meta de erradicar totalmente el área
de coca sembrada en el parque nacional de La Macarena, persistiremos
hasta cumplirla y por eso mañana iremos nuevamente allí,
a compenetrarnos con nuestros policías, con nuestros soldados,
con los colombianos trabajadores que están allí en
la noble, abnegada, arriesgada y heroica tarea de erradicar manualmente
la droga.
Un país sin droga es el sueño que tenemos que convertir
en realidad para bien de las nuevas generaciones.
Generales: les ruego transmitir a los 78 mil soldados profesionales
de Colombia, que el Gobierno Nacional ha firmado el decreto que
introduce la prima de orden público, haciendo un enorme
esfuerzo.
Eso produce como resultado que a la remuneración, de cada
uno de los 78 mil soldados profesionales de la Patria, se les sumen
en este primer año, 27 mil pesos al mes, para un costo de
más de 100 mil millones para el Ejecutivo. Y crecerá,
en los próximos 5 años –como lo dispone el
decreto-, para que en 5 años el pago adicional sea de 100
mil pesos al mes, a cada uno de los soldados profesionales de la
Patria.
Eso se suma a otros esfuerzos, al esfuerzo que –con la ayuda
del Congreso de la República- pudimos cristalizar para mejorar
las condiciones de acceso a la pensión de sobrevivencia
de los familiares de nuestros soldados y policías, al esfuerzo –que
con la ayuda del Congreso de la República pudimos cristalizar-
para mejorar las condiciones de acceso de nuestros soldados y policías
a la pensión por incapacidad.
Ahora me decía el General Suárez Bustamante, que
en este momento estamos en combate en el páramo de Las Hermosas.
Quién lo creyera, antes de la Convención de Rionegro
de 1863, en ese bello paraje de la cordillera central, se encontraron
quienes se constituirían en esa Convención en grandes
líderes de la vida nacional. Allí se encontraron
Mosquera y Murillo Toro, allí avanzaron sobre la necesidad
de tener un país federado, allí se tomó la
decisión de que el Tolima se constituyera en un Estado Federal.
Qué iban a pensar ellos, que las nobles ideas por las que
se debatían en aquella época de la Patria, décadas
después estarían sustituidas por la presencia del
terrorismos alimentado por la droga.
A esta hora, el Ejército de la Patria avanza para derrotar
y desplazar el terrorismo del páramo de Las Hermosas y vamos
a seguir en esa tarea hasta lograrlo.
Y me decía el General Suárez Bustamante que ayer,
en otra acción necesaria, riesgosa, que es la derrota de
la columna Teófilo Forero, que manda terroristas a Bogotá y
tiene su epicentro entre el Huila y el Caquetá, un Teniente
del Ejército perdió su pierna porque al entrar a
uno de los campamentos de la Teófilo Forero estalló una
mina antipersona.
Le agradezco al Congreso de la República, que en buena
hora, nos aprobó la Ley para mejorar las condiciones de
acceso a nuestros policías y soldados para pensión
por incapacidad. Es una mínima solidaridad por el riesgo,
con la exposición al riesgo y al sacrificio de nuestros
soldados y policías, pero lo vamos a lograr.
Quién lo creyera, en agosto y septiembre de 2002 esta alegre
ladera cundinamarquesa, en las goteras de Bogotá, que casi
forma conurbación con Bogotá, estaba invadida por
el terrorismo. Ya se veía afectar el turismo, se habían
congelado las construcciones rurales que tanto empleo generan y
la gente estaba en total desazón.
No hemos ganado todavía, pero estamos ganando y esta Patria
merece la victoria definitiva sobre el terrorismo y ningún
lugar mejor para decirlo que la ladera cundinamarquesa, donde el
Gobierno ha encontrado un resuelto y solidario apoyo del pueblo
al propósito de recuperar la libertad de los colombianos,
que empieza con la derrota del terrorismo.
Pero eso si, se necesita que cada ciudadano civil sea un cooperante
de la Fuerza Pública.
Ayer se los decía en el Magdalena Medio: que nadie les
pague extorsiones a la guerrilla, que a nadie se le ocurra apoyar
a paramilitares. Aquí lo que tiene que haber es cooperación
por parte de la ciudadanía y en la Fuerza Pública
disposición de integración con la ciudadanía.
Eso, en el marco de la Constitución, es el bello camino
de la libertad a partir de ese valor democrático que es
la seguridad.
TRATADO DE LIBRE COMERCIO
En las vísperas de acudir con los Ministros y los negociadores
a los Estados Unidos, a buscar si es posible negociar definitivamente
el tratado de comercio con ese país, quiero decir a los
compatriotas desde La Mesa que un tratado ideal es imposible, que
estamos buscando un tratado equitativo, que estamos buscando que
el 31 de diciembre de este año, cuando se termina el ATPDEA
las exportaciones colombianas a los Estados Unidos no se frenen,
que crezcan, que estamos buscando inversión que es camino
para la generación de empleo.
Para nosotros, el tratado de comercio no tiene sino un interés
político, el interés político de generar empleo
y condiciones de bienestar para el pueblo colombiano. De lo contrario
no habría razón para estar en su búsqueda.
Cuando empezaba el Gobierno me decían: ‘¿Presidente,
por qué en lugar de un tratado con los Estados Unidos no
lo hacen con Suramérica?’ Ya lo hicimos con Suramérica,
Colombia no tenía eso en el horizonte de sus relaciones
internacionales próximas.
Hoy está suscrito el tratado con Suramérica entre
la Comunidad Andina y MERCOSUR y avanzamos en la integración
con Centroamérica donde Colombia ya es miembro observador
del Plan Panamá – Puebla y aspiramos que sea miembro
del pleno derecho en los próximos meses.
Pero necesitamos el mercado de los Estados Unidos.
¿Qué tal que ustedes que en Cundinamarca tienen sentido
común
y pragmático en abundancia, qué tal que nosotros
nos quedemos desde aquí viendo que las confecciones chinas,
los textiles chinos entran al mercado norteamericano y los nuestros
no?
¿Qué tal que nosotros nos quedemos desde aquí viendo
que los cítricos, los mangos, otras frutas entran al mercado
de los Estados Unidos desde México, desde Centroamérica
y que lo nuestro no entra?
¿Qué tal que allí en la sabana nos tengan
que decir que van a suspender la industria de las flores porque
se acabó el mercado de los Estados Unido y que tienen que
licenciar 100 mil trabajadores y nosotros ver que entonces Estados
Unidos ya no se abastezca con flores de desde la sabana sino desde
otros países donde crece la industria de flores?
¿Qué tal que los inversionistas nos digan que se
llevaron el dinero para China o que hicieron acuerdos de inversión
con el propio gobierno cubano, porque Colombia no fue capaz de
crear condiciones de inversión a través de estos
tratado? Ese me parecería alto riesgo para Colombia.
Por eso el Gobierno, para generar inversión empleo, calidad
de vida, está buscando ese tratado. Por su puesto, al no
ser ideal tiene que ser equitativo.
Esta ladera cundinamarquesa, históricamente caracterizada
por su producción de café, en ese tratado tiene una
gran oportunidad como toda la caficultura colombiana, porque allí hemos
protegido la marca colombiana, el origen colombiano. Estamos avanzando
en estos tratados para que en el futuro se conozca Café Juan
Valdez de Colombia, no café Starbucks, como parecería
ser la tendencia de hoy.
Esta ladera cundinamarquesa, con un clima y unas condiciones excepcionales,
para producción de frutales, en el Tratado tiene una gran
oportunidad. Hay dificultades con la caña de azúcar
y aquí son paneleros, pero confío que en la caña
de azúcar estemos encontrando alternativas. Bogotá ya
sintió el alivio de nuestra política de combustibles,
durante 4 años por el aumento del precio del petróleo
y la declinación de la producción nacional, hemos
tenido que aumentar periódicamente el precio de la gasolina.
Por primera vez en Bogotá, ya hubo un alivio gracias a que
empezó a entrar la mezcla de alcohol carburante.
Le agradezco al Congreso, que confió en el Gobierno y nos
creyó y nos aprobó los estímulos tributarios
al alcohol carburante y al biodiesel.
El país está empezando a producir, ya con las plantas
instaladas, un millón 300 mil litros diarios de alcohol
carburante. A eso se le va a sumar, este año, la producción
de la primera planta de biodiesel y el Gobierno quiere hacer todos
los esfuerzos para que la industria panelera sienta un gran alivio
en la medida en que instalemos la planta de alcohol carburante
en la hoya del río Suárez entre Boyacá y Santander,
que tendrá que producir efectos inmediatos sobre la industria
panelera de la ladera cundinamarquesa.
La caña de azúcar, que ha atravesado momentos tan
difíciles, tiene en los alcoholes carburantes un gran futuro.
Y en la medida en que abramos un espacio a la exportación
de panela, podemos mitigar las dificultades que tenemos con el
azúcar.
Y tenemos dificultades con el arroz, pero no vienen solamente
de los Estados Unidos, las hemos tenido históricamente.
El Ecuador produce excedentes de arroz y Venezuela por épocas
y el Perú produce arroz y Bolivia produce arroz y cada vez
que el Ecuador tiene excedentes de arroz los manda al mercado colombiano
y se deprimen los precios y la Comunidad Andina autoriza que cualquier
país andino mande sus productos al otro con cero arancel.
Ayer el ministro Arias (de Agricultura, Andrés Felipe)
se reunió con los arroceros del Tolima, hemos hablando ampliamente
con todos los representantes de los diferentes departamentos productores
de arroz y hemos reconocido que tenemos dificultades pero estamos
buscando normas de equidad.
Y tenemos dificultades con la industria avícola. Esta ladera
cundinamarquesa ha visto un gran crecimiento de la avicultura y
el temor de los avicultores es que los americanos nos inunden con
cuartos traseros de pollo, porque allá hay avidez en el
consumo de pechuga y subestiman el cuarto trasero. Estamos buscando
cómo protegemos nuestra industria avícola, ahí tenemos
dificultades.
Y tenemos dificultades en propiedad intelectual, pero hay que
entender que esas dificultades de propiedad intelectual se dan
con o sin Tratado. La sola presencia de laboratorios colombianos
que quieran exportar a MERCOSUR, le genera al país dificultades
que en alguna manera logramos superar en el tratado Comunidad Andina – MERCOSUR.
Y la sola apertura del país a la inversión internacional,
con o sin tratado con los Estados Unidos, nos genera dificultades
en propiedad intelectual. Pero estamos buscando cómo las
allanamos, cómo incluimos las cláusulas de equidad.
OBJETIVIDAD EN EL TLC
Yo les rogaría a los colombianos que tengamos absoluta
claridad sobre las conveniencias y la necesidad del Tratado y también
sobre sus riesgos.
Las conveniencias y la necesidad del Tratado son infinitas, imaginen
ustedes lo que les dije, que las flores no lleguen desde la sabana
de Bogota a los Estados Unidos sino desde Centroamérica
o desde Holanda, ¿dónde está la fuente sustitutiva
de empleo para 100 mil compatriotas que directamente viven de las
flores?
Imaginen ustedes en las ciudades textileras, en las ciudades productoras
de confecciones que se cierren todas esas plantas porque las nuestras
no puedan entrar a Estados Unidos y que allí se abastezcan
de China, del Asia, de Centroamérica.
Imaginen ustedes que la promisoria industria frutícola
no prospere porque no haya posibilidades de exportar a Estados
Unidos. No puede primar el discurso negativo, es muy peligroso,
más ahora que nos encontramos en época electoral.
El Gobierno tampoco quiere pintar un camino de rosas, un Estado
paradisíaco, lo que pedimos es objetividad en la reflexión,
objetividad en el discurso.
¿Por qué se ha demorado este Tratado? Nosotros lo
habíamos podido firmar hace muchos meses, habríamos
podido evitar que este Tratado llegara en su fase de negociación
hasta las vísperas de las elecciones.
¿Por qué se ha demorado?: porque ha sido muy difícil
negociar punto por punto.
A nosotros nos habría bastado incurrir en una negligencia
frente al arroz, frente a los medicamentos, frente al azúcar,
frente a la industria avícola y ya habríamos firmado
el Tratado y habría sectores de la producción muy
contentos.
Se ha demorado el Tratado porque el Gobierno ha puesto el buen
juicio, no solamente de impulsar lo que será conveniente,
sino de defender aquello que puede tener dificultades, como la
industria avícola y el arroz.
Necesitamos el Tratado, estamos buscando que sea equitativo, no
podrá ser ideal.
Los colombianos debemos tener conciencia de que correríamos
muchos riesgos de llegar al 31 de diciembre de este año,
cuanto termina la posibilidad de enviar productos allí sin
arancel, por una generosa decisión de los Estados Unidos
unilateral y no tuviéramos Tratado.
Y mis compatriotas deben tener la certeza que el Gobierno hará todos
los esfuerzos para buscar las cláusulas de equidad en aquellos
productos donde tenemos dificultades.
Esta mañana terminamos la última reunión
con el ministro de Agricultura y el embajador Hernando José Gómez,
que es nuestro director del equipo de negociaciones. El equipo
de negociaciones está viajando hoy y mañana, con
la ayuda de Dios, voy a estar el martes allá, para procurar
explicar y explicar las razones por las cuales nosotros requerimos
esas cláusulas de equidad.
Confío que si cerramos ese Tratado, no perfecto pero sí con
cláusulas de equidad, la inversión va a crecer mucho
más en este país y las posibilidades de empleo.
Recuerden que este país estuvo con unos desempleos bordeando
el 20 por ciento, estaba muy alto. ¿Quién puede sentirse
contento con un desempleo en el 10.4 (por ciento)?, pero íbamos
para el 25 (por ciento).
Al principio de este Gobierno nadie pensaba que, como estaba la
situación de empelo e inversión, en enero de 2006
pudiéramos estar en el 10.4 (por ciento).
Cuando empezó este Gobierno, la inversión extranjera
que llega a Colombia era de 500 millones de dólares, estamos
esperando los resultados finales del Banco de la República,
todo indica que el pasado estuvo alrededor de 5 mil.
A mí me asombra ver en esta ladera cundinamarquesa la recuperación
de la construcción que es empleo. Toda casa de finca que
le construyen a usted alcalde, genera empleo en el proceso de construcción
y una vez la terminan usted la incorpora al catastro y le mejora
los ingresos para que el municipio pueda hacer inversión
social.
El Gobierno no quiere correr el riesgo de que el proceso de construcción
de confianza y de generación de empleo en Colombia se suspenda,
porque todos los colombianos desempleados están esperando
oportunidades.
Habrá que hacer un gran esfuerzo pedagógico sobre
el Tratado y por eso he querido tomar estos extensos minutos del
Consejo Comunitario hoy, para hablar sobre estos temas.
Muchas gracias a todos. |