PALABRAS DEL DIRECTOR
DE PLANEACION NACIONAL EN EL SEMINARIO TRANSPARENCIA FISCAL
Bogotá, 13 feb. (SNE).- Las siguientes
son las palabras del director del departamento nacional de Planeación, Santiago
Montenegro, en la apertura del seminario internacional sobre “transparencia
fiscal”:
“Me complace, inicialmente, dar a los participantes internacionales
la más cordial bienvenida a Colombia. Para el gobierno y
para Planeación Nacional es muy oportuno y a la vez muy
grato realizar, conjuntamente, con el Fondo Monetario Internacional,
el Banco Mundial, el BID y el Banco de la República este
seminario sobre “Transparencia Fiscal” por varias razones.
En primer lugar, porque signos distintivos de esta administración
han sido, sin duda, el de la modernización del Estado, la
transparencia en el uso de los recursos públicos y, sobre
todo, el de la evaluación y la rendición permanente
de cuentas sobre los resultados obtenidos.
En segundo lugar, porque los pasos importantes que Colombia ha
dado en el proceso de modernización del presupuesto público
deben ser reforzados con algunas de las mejores prácticas
internacionales que serán presentadas por expertos en estas áreas
durante este seminario.
En tercer lugar, porque a pocos meses de concluir esta administración,
el tema que nos convoca es una oportunidad para realizar un balance
objetivo de los principales logros obtenidos con los recursos asignados
y, sobre todo, para plantear algunas consideraciones sobre la magnitud
de la tarea que queda por delante y de las herramientas gerenciales
que necesitará el Estado colombiano para lograrla.
Este último aspecto es importante además, porque
el país está construyendo una visión de largo
plazo a través de la concertación de las metas que
queremos alcanzar en el año 2019, cuando conmemoraremos
doscientos años de vida republicana. Esta visión
plantea, entre muchos otros retos, la consolidación de la
seguridad; la recuperación del crecimiento y la generación
de empleo; y, cerrar las brechas sociales para reducir la pobreza
y avanzar hacia una sociedad más igualitaria.
No es fortuito entonces que Planeación Nacional haya tomado
la iniciativa de llevar acabo este seminario, ni tampoco casualidad
que las entidades multilaterales de apoyo al desarrollo hayan decidido
respaldarla.
Hoy la transparencia fiscal es una obligación de los gobiernos
democráticos. Lograr los objetivos de desarrollo del milenio
exige incrementar la efectividad de las políticas públicas
para lo cual se requiere introducir reformas a los instrumentos
de gestión del gasto.
Las reformas de los noventas, centradas en la disciplina fiscal
y la estabilidad macroeconómica, no prestaron suficiente
atención a la necesidad de incrementar la efectividad del
gasto como un mecanismo para reducir la pobreza, y crear condiciones
adecuadas de gobernabilidad.
Dichas reformas promovieron la democracia y la inserción
de la economía al proceso de globalización económica,
pero poco se preocuparon por fortalecer las herramientas gerenciales
del Estado. De ahí la importancia de complementarlas con
reformas micro institucionales dirigidas a mejorar la gestión
y a resolver las denominadas “fallas del gobierno” producidas
por la ausencia de incentivos adecuados y los problemas de información.
Los nuevos instrumentos de gestión del gasto, que incluyen
entre otros los Marcos Fiscales y de Gasto de Mediano plazo, así como
los Presupuestos por Resultados y los Sistemas de Monitoreo y Evaluación,
generan información oportuna que mejora la asignación
de recursos, el diseño de políticas, la rendición
de cuentas y la participación de la ciudadanía. Adicionalmente,
algo que con frecuencia se olvida, es que con la transparencia
fiscal se fortalece la gobernabilidad, y se aumenta la confianza
de los ciudadanos en las instituciones del Estado.
Esta administración se ha comprometido de lleno con la
transparencia fiscal. Gracias a ello hoy es posible determinar
cuales han sido los resultados obtenidos en los objetivos del Plan
Nacional de Desarrollo con más de 44 billones de pesos ejecutados
en los Presupuestos de Inversión de la Nación 2003-2005.
Esto que parece obvio, no era posible antes de 2002 porque no se
contaba con una metodología de presupuestación por
resultados, ni con las herramientas gerenciales para generar la
información con la oportunidad y la calidad requeridas.
Aunque hay muchos resultados importantes, con satisfacción
pero sin triunfalismos, quiero resaltar algunos que, de lejos,
justifican los esfuerzos y desvelos realizados por esta administración.
Al finalizar 2005 Colombia tiene:
• La tasa de homicidios más baja en 20 años
•
El número de secuestros más bajo desde 1996
•
La tasa de pobreza más baja desde 1991
•
La tasa de indigencia más baja desde 1991
•
La tasa de desempleo más baja desde 1997
•
El déficit fiscal del sector público consolidado
más bajo desde 1995
•
El menor nivel de deuda neta desde 1999
•
Los spreads más bajos desde 1995
•
Las tasas de interés nominales más bajas en 34 años
•
Las tasa de inflación más baja en 42 años
•
La inversión más alta desde 1994 y
•
El crecimiento más alto desde 1995
Pero a parte de estos resultados, quiero señalar que la
Transparencia Fiscal guarda sobre todo una estrecha relación
con lo que para el gobierno ha sido uno de sus principales objetivos:
la Renovación de la Administración Pública.
A este propósito, sustentado en tres pilares: un Estado
gerencial, un Estado participativo y un Estado descentralizado,
deben atribuirse también, en buena medida, los resultados
alcanzados.
Son dos los componentes de la renovación de la administración
pública. Las reformas verticales, con las que hemos buscado
racionalizar las funciones y re-dimensionar el tamaño del
Estado; y las reformas transversales, orientadas a modernizar las
prácticas e instrumentos de la gerencia pública en
temas estructurales.
Con las reformas verticales se logró reducir el gasto de
funcionamiento (gastos generales mas gastos de personal, incluyendo
los de la Fuerza Pública) en casi medio punto del PIB, entre
2002 y 2005.
Cabe señalar que si se incluyen los gastos que tendríamos
hoy de no haberse hecho la reforma del Estado, el ahorro generado
es de 1.5 por ciento del PIB. Este resultado es producto del rediseño
de 161 entidades de 19 sectores de la burocracia estatal, que incluye
la liquidación de 35 y la creación de 9. Así mismo,
es fruto de la reestructuración de 174 instituciones prestadoras
de servicios de salud y de 35 empresas de servicios públicos
domiciliarios.
Con las reformas transversales se han adelantado acciones para
hacer más eficiente y transparente la gestión pública
en 12 temas entre los que se incluyen, el empleo público,
la defensa jurídica de la Nación, la gestión
de activos del Estado, la contratación, la información
pública y la gestión por resultados y el presupuesto
público.
Son muchos los resultados en estos campos pero quiero brevemente
resaltar los principales logros relacionados con la Transparencia
Fiscal en los últimos tres aspectos: la información
pública, la gestión por resultados y el presupuesto
público.
En cuanto a información pública, para responder
a los problemas de escasa producción, calidad deficiente,
periodicidad irregular, duplicidad y acceso limitado al ciudadano,
el Gobierno creó la Comisión intersectorial de políticas
y gestión de la información pública –COINFO-.
Con esta innovación institucional, sin burocracia, se ha
logrado definir y armonizar las tecnologías de información
y las políticas de información que requiere el Estado.
Lo que había sucedido en Colombia hasta su creación,
es que cada Ministerio o Departamento Administrativo tenía
sus propias políticas. Los sistemas no se hablaban, no compartían
estándares. Se llegó a extremos como el de una entidad
en la que existían 18 sistemas de información que
no se hablaban entre ellos. El COINFO, entonces, se creó para
ponerle orden a todo esto.
En paralelo a este esfuerzo, la reforma en sistemas de información
permitió llenar un vacío de conceptualización
a nivel del Estado. La verdad es que nunca antes los procesos de
modernización institucional se habían ocupado de
este tema como un problema de la gestión pública
y, sobre todo, como un requisito para lograr los objetivos de desarrollo
del país.
Propusimos, entonces, una cadena de agregación de valor
de la información que determinó el marco para la
intervención del Estado en cuatro aspectos:
i) la generación de una oferta adecuada. A partir de registros
administrativos, encuestas y censos.
ii) la difusión y acceso a los medios de intercambio. Como
sistemas de información y demás canales de diseminación
para facilitar el acceso de ésta a todos los ciudadanos.
iii) el uso de la información por parte del mismo Estado,
los ciudadanos, las empresas y las organizaciones. Y, por último,
iv) un marco regulatorio que fomente el funcionamiento, sin distorsiones,
de los mercados de la información, estableciendo incentivos
adecuados y estandares mínimos de calidad y oportunidad.
Dos importantes temas en este campo son el fortalecimiento de
los registros administrativos, y la información de la información
o “metadatos”. Los registros porque la política
social se había vuelto dependiente de encuestas y censos
de aplicación irregular, poca oportunidad y alto costo (Hogares,
ingresos y gastos etc..). El registro administrativo de calidad
debe ser la fuente principal de la política social porque
a menor costo, brinda una imagen permanente de los programas públicos
y sus resultados, y no solamente, una fotografía en un momento
del tiempo.
Los inventarios de la información o metadatos, por su parte,
son una herramienta indispensable para conocer las fortalezas y
debilidades de la cadena de información. A través
del COINFO se inició el levantamiento de estos mapas de
información en todos los sectores de la rama ejecutiva del
Estado.
Junto con lo anterior, para llenar vacíos de información
vital para la gestión estatal en áreas transversales,
desde 2002 se han implementado nueve sistemas de información
específicos, de los cuales quiero destacar tres: el Sistema
de Gestión y Seguimiento a Metas de Gobierno –SIGOB-;
el -Sistema Único de Información de Personal- SUIP-;
y el Sistema de información de Defensa jurídica de
la nación.
El SIGOB es una poderosa herramienta que el DNP, junto con la
Presidencia de la República, han puesto en operación
para hacer seguimiento y control permanente a los resultados del
Plan Nacional de Desarrollo y a los recursos de inversión
asignados. A través de este Sistema los ministerios y entidades
informan al gobierno y a la ciudadanía en general sobre
el avance en el cumplimiento de las metas anuales y cuatrienales
del gobierno. El señor Presidente se reúne periódicamente
con los ministros y directores de entidades para hacer control
de resultados de cada sector con base en la información
de este sistema, entre otras fuentes.
Por su parte, el Sistema Único de Información de
Personal (SUIP), compila información en línea sobre
la nómina estatal. Los cambios y las novedades de personal
desde la selección hasta el retiro de funcionarios son actualizados
en tiempo real por las entidades del Estado y los ciudadanos, además,
pueden conocer la hoja de vida de los funcionarios públicos.
Por último, el sistema de información jurídica
es un instrumento para conocer las demandas contra las entidades
públicas, clasificadas según las pretensiones por
modalidad y el estado de avance de los procesos. Esta información
es usada por el ministerio de Hacienda para proyectar el marco
fiscal de mediano plazo y permite adelantar acciones preventivas
y correctivas, así como identificar las principales causas
por las cuales esta siendo demandado el Estado. Así por
ejemplo, se encontró que la mayor causa de procesos contra
la nación corresponde a fallas administrativas y en respuesta
a ello, se diseño y puso en marcha un manual de buenas prácticas.
Pero la reforma transversal de mayor impacto sobre la Transparencia
Fiscal ha sido, desde luego, la de Gestión y Presupuesto
por Resultados. Esta reforma se propuso tres objetivos:
• Mejorar la eficacia y el impacto de las políticas
y programas públicos, haciendo del seguimiento y la evaluación
una práctica permanente del Estado.
• Incrementar la eficiencia y transparencia en la programación
y asignación de los recursos públicos a través
de la incorporación del Presupuesto por Resultados y
• Estimular el control ciudadano de la gestión pública
a través del fortalecimiento de la rendición de cuentas
y la producción y difusión permanente de información
sobre los resultados del gasto.
Los productos de esta reforma serán presentados en mayor
profundidad durante el seminario pero quisiera destacar que, a
parte del SIGOB, a ella corresponden los avances en presupuesto
por resultados, en mejoramiento de los mecanismos para la rendición
de cuentas ante la ciudadanía, el Congreso y los organismos
de control, y en evaluaciones de impacto de los principales programas
públicos.
Quiero resaltar este último aspecto como parte fundamental
de nuestro compromiso con la Transparencia Fiscal. Porque gracias
a esta reforma hemos puesto en marcha una amplia agenda de evaluaciones
de impacto que incluye entre otras intervenciones los programas
de familias en acción, hogares comunitarios de bienestar,
desayunos infantiles, vivienda de interés social, o jóvenes
en acción.
Nuestro interés es conocer la calidad del gasto en términos
de su contribución real al mejoramiento de las condiciones
de vida de las familias más pobres y tomar decisiones de
política basadas en evidencia respecto de su continuidad,
ampliación o mejoramiento. Algunos de estos programas llevaban
más de 30 años operando y nunca habían sido
evaluados.
Con esta agenda, que incluye más de 12 programas, durante
este gobierno la proporción del presupuesto de inversión
evaluado pasó de 4 por ciento en 2002 a 17.5 por ciento
en 2005.
Otro aspecto a destacar de esta reforma, es la replica de los
mecanismos de gestión y presupuesto por resultados en los
gobiernos locales, como una experiencia piloto. Hoy, los Municipios
de Medellín y Pasto se encuentran implementando herramientas
de gestión inspiradas en este proceso señalando un
camino para la modernización del presupuesto y la gestión
pública local. Los avances en estas dos experiencias también
serán discutidos durante el seminario.
Otro mecanismo exitoso para promover la buena gestión financiera
de municipios y gobernaciones es la evaluación del desempeño
fiscal de los entes territoriales. Junto con la estricta aplicación
de la Ley 617 de 2000, este mecanismo a contribuido a superar por
completo la crisis financiera territorial que vivió el país
durante los años 90’s. Las finanzas territoriales
pasaron de un déficit de -0.2 por ciento del PIB en 2002
a un superávit de 3.2 por ciento en 2005.
La evaluación fiscal territorial, que incluye un ranking
del desempeño municipal, en la práctica, se ha vuelto
uno de los principales factores disuasivos y preventivos de la
mala gestión financiera porque los alcaldes saben que son
evaluados y la ciudadanía controla. Además, el gobierno
estableció un incentivo monetario de una bolsa de recursos
del sistema de transferencias con la cual también se premia
el buen desempeño. Un buen ejemplo anecdótico del
impacto de este instrumento es el municipio de Mosquera en Cundinamarca,
cuyo primer lugar en el ranking movilizó a la ciudadanía
y llevó a la administración a declarar día
cívico.
Lo cierto es que en Colombia, y en buena parte de los países
en desarrollo, nos hemos acostumbrado a ver cuantos recursos se
dirigen a los sectores, pero no vemos el otro lado. ¿Cuál
es el producto de esos recursos en términos de coberturas,
calidad de la educación, etc.? Por eso la evaluación
y el presupuesto por resultados.
También nos acostumbramos a hablar de participación
ciudadana pero no ha practicarla o ha estimularla por temor o por
falta de información. Por eso, esta reforma generó la
información sobre los resultados de la gestión, para
que la ciudadanía tenga con que participar en la definición,
en la ejecución y en la vigilancia de las tareas públicas.
Por eso también esta administración ha estimulado
los Consejos Comunales de Gobierno, las Audiencias Públicas,
los Consejos de Ministros Televisados de rendición de cuentas,
los Informes de Resultados al Congreso y las Veedurías Ciudadanas.
Aún queda mucho por hacer.
Todos estos avances aunque importantes, son aún insuficientes.
No es un sueño pensar que Colombia, antes de 2019, habrá consolidado
la seguridad a lo largo y ancho del territorio. Este derecho a
tener un país en paz requerirá alcanzar una tasa
de homicidios inferior al promedio que hoy tiene América
Latina, 19 por cada 100 mil habitantes. Asimismo, el país
deberá crecer a tasas cercanas al 6 por ciento anual si
quiere disminuir el desempleo a niveles del 5 por ciento, y la
pobreza y la indigencia a niveles del 15 y 6 por ciento, respectivamente.
Por su puesto, esto último requerirá alcanzar coberturas
universales en educación, y ampliar el espectro de la protección
social focalizada en la población más vulnerable
por mencionar solo algunos retos.
Estas, al igual que todas las metas que hacen parte de la Visión
planteada para la conmemoración del segundo centenario,
dependen en buena medida de una sola meta. Colombia debe tener
un Estado funcionando completamente por resultados en el que todas
las instituciones formen parte de un nuevo modelo de gestión
pública, eficiente, transparente y de cara al ciudadano.
Para que esto sea posible, debemos acelerar el paso de las reformas
a la gestión del gasto público. Esto incluye el fortalecimiento
de los mecanismos para preservar la disciplina fiscal, mejorar
la asignación de los recursos de acuerdo a prioridades,
y garantizar la eficiencia en la provisión de los bienes
y servicios públicos.
Estas reformas son, desde luego, procesos que demandan tiempo
y esfuerzo para su consolidación pues, implican no solo
transformaciones institucionales sino cambios culturales en la
administración y en los servidores públicos, y, sobre
todo, en las formas en que se relaciona el Estado con la ciudadanía.
Esta administración se comprometió con el cambio
en la administración pública por que estamos convencidos
que un estado moderno, gerencial, transparente y participativo
conducirá a un proceso más dinámico y equitativo
de desarrollo de la economía y a un estandar de vida más
alto para todos los colombianos.
Hemos iniciado el recorrido y creo que difícilmente el
país puede dar marcha atrás. Uno no se detiene en
la mitad de la carrera o como lo dijo mejor un distinguido expresidente
liberal “en la mitad de un beso o de una revolución”.
Por eso los invito a sacar el mejor provecho de las presentaciones
y discusiones de estos dos días, y a que juntos sigamos
insistiendo en la reforma al presupuesto y a la gestión
del gasto público en Colombia.
Muchas gracias”.
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