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9 de junio
PALABRAS DEL PRESIDENTE EN CEREMONIA DE ASCENSO DEL DIRECTOR OPERATIVO DE LA POLICÍA NACIONAL

Bogotá, 9 jun. (SNE). Las siguientes son las palabras del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, durante la ceremonia de ascenso de Brigadier General a Mayor General, del director operativo de la Policía Nacional, general Alberto Ruíz García:

“Nos reunimos nuevamente en este campo de paradas de la Escuela General Santander después de una semana, para protocolizar hoy el ascenso al grado de Mayor General al Brigadier General Alberto Ruíz García, director operativo de la Policía.

Quiero, saludar con todo afecto y admiración la carrera de Policía del ya Mayor General, Alberto Ruíz García. Su desempeño, honorable, persistente, eficaz en la Policía Nacional. Este ascenso, Mayor General, compromete más sus energías y sus desvelos con la Patria. Una Patria que tiene que ser una Patria que le garantice a las nuevas generaciones en el derecho de vivir en paz, tranquilas, felices.

Al saludarlo a usted, en nombre de todos los colombianos, debo extender nuestra gratitud a su señora, doña Doris Cecilia, Andrés Alberto y Estefanía, sus hijos; a sus padres, don Carlos Arturo y doña Mélida. Las familias de los policías y de los soldados de la Patria, hacen grandes sacrificios, se someten a muchas privaciones por apoyar a quienes tiene que prestar este noble servicio de portar las armas de la República para garantizarnos a todos tranquilidad.

Su familia lo ha rodeado a lo largo de tantos años de servir a la Policía, su familia, le ha dado calidez y apoyo, su familia ha sufrido mucho por todos sus riesgos, por las tareas a usted encomendadas. A esa querida familia, General Ruíz García, nuestra gratitud y la expresión de nuestro afecto. Aplaudamos desde el fondo del corazón al General Ruíz y a su familia.

Nos reunimos nuevamente este viernes para entregar la medalla de servicios distinguidos, en la categoría de comendador, por primera vez y por tercera vez a oficiales generales de la Policía y de las Fuerzas Militares que han servido bien a la Patria y que merecidamente reciben esta condecoración.

El honor militar, el honor policivo, se resume en una vida llena de sacrificios, que tiene pequeños momentos de alegría, cuando las instituciones –en nombre de todos los ciudadanos- entregan estos reconocimientos. Una vida llena de sacrificios, de estos distinguidos oficiales generales de la República, tiene pequeñas compensaciones, aquellas compensaciones que protocolizan el reconocimiento del país a su honor como militares y policías.

Una pequeña compensación es la entrega de la medalla de Servicios Distinguidos. Lo hacemos con toda solidaridad, con afecto y con convicción, entregándola por primera vez al contralmirante Álvaro Echandía Durán, al brigadier general Hipólito Herrera Carrillo, al brigadier general Rubén Carrillo Vanegas, al brigadier general Daniel Ernesto Castiblanco, al brigadier general Jairo Antonio Erazo, al brigadier general Oscar Adolfo Naranjo Trujillo, al brigadier general Guillermo Chávez Ocaña y la entregamos por tercera vez al brigadier general Flavio Enrique Ulloa Echeverri, quien tiene hoy una de las misiones más delicadas del país en el Oriente de la Patria.

Generales que reciben la Medalla del Comendador: nuestra gratitud y nuestra voz de aliento. Nuestra gratitud con ustedes y con sus familias, que tanto los han acompañado, que hoy comparte con ustedes 5 minutos de alegría, en medio de unas vidas de abnegación. A esas familias la expresión de nuestro cariño y de nuestra solidaridad. A ustedes nuestra felicitación, nuestro reconocimiento y nuestra voz de aliento para que cumplamos con las expectativas de los colombianos.

Hace una semana, hicimos aquí algunas reflexiones sobre los pasos que deberíamos dar para avanzar en el bienestar de la Fuerza Pública. Hicimos un recuento de las decisiones tomadas en los últimos 4 años en materia de seguridad social y de las decisiones que se deben tomar en las próximas semanas en materia de fortalecimiento de los programas de vivienda militar y policiva, en materia de estímulo a oficiales destacados para que las comisiones al extranjero sean comisiones de estudio y también, para empezar a abrir la posibilidad de que no solamente vengan a la escuela de Policía, no solamente vayan a la Universidad Militar, sino de que puedan ir, así empecemos en pequeños grupos, a otras universidades.

Hablamos hace una semana del caso de Jamundí. Recordamos cómo la Fuerza Pública tiene que tomar la iniciativa para hacer claridad cuando se presenten circunstancias como ésta. Recordamos cómo puede haber reveses militares o policivos, pero no puede haber delitos militares o policivos porque si bien, en la guerra contra el terrorismo, en la lucha contra el narcotráfico, se pierden batallas, en aquello donde no se puede perder una sola batalla es, en la lucha diaria para avanzar en la confianza de los colombianos.

Explicamos porqué las decisiones que tomó el Gobierno frente a Jamundí, que crean una doctrina política de mucha credibilidad para Colombia y para su fuerza y que debemos buscar, que a partir de ese caso particular, esa conveniente doctrina se instale en nuestra legislación.

Hablamos también de la necesidad de mejorar la seguridad urbana. Una de nuestras reflexiones hace una semana fue el reconocimiento a todos los avances pero también el señalamiento de lo que falta. Permítanme hacer hoy otras reflexiones.

Una de mis profesoras de liderazgo suele decir que los gobiernos y las instituciones no pueden pensar que van a producir milagros ni grandes revoluciones, que en la vida pública todo es muy difícil, que se deben adelantar mil esfuerzos para cosechar un pequeño resultado, pero que hay que mantener una actividad sin declive, de todos los días, sin vacilación, para ir acumulando pequeños positivos resultados.

Y agrega ella, que los gobiernos y las instituciones tienen que resaltar lo bueno y frente a lo malo no ponerse a la defensiva sino reconocerlo y emprender correctivos, emprender iniciativas.

Nosotros en el Gobierno, en la institución policiva o militar, no podemos dejar de resaltar lo bueno y tampoco podemos desconocer lo negativo. Frente a lo negativo, el mayor error es ocultar. Frente a lo negativo, el mayor error es ignorar.

Frente a lo negativo, el mayor acierto es reconocerlo y emprender correctivos.

ALTA CONSEJERÍA PARA LA REINSERCIÓN

En esa dirección, permítanme hacer algunas reflexiones hoy.

Pero en primer lugar frente al tema de la reinserción: ese es un tema trascendente de la vida nacional, un universo de casi 40 mil desmovilizados no lo conocía Colombia. Creo que no hay país en el mundo que tenga, en los años actuales, una responsabilidad tan grande como la nuestra.

Cuando se desmovilizó el M – 19 eran menos de 1.000, entregaron menos de 300 armas. Se desmovilizó el EPL, alrededor de 2.000. Se desmovilizó la Corriente de Renovación Socialista, un puñado de compatriotas. Creo que todos sumados, no superaban 4.000. En este Gobierno llevamos más de 7.000 guerrilleros desmovilizados y más de 30 mil paramilitares desmovilizados.

Hasta ahí un éxito y a partir de ese éxito empieza el reto, la reinserción.

Es muy difícil el tránsito de la acción en armas, de tipificación cotidiana de delitos agravados de terrorismo, a la desmovilización que implica la dejación de las armas. Y es muy difícil el tránsito de la desmovilización a la reinserción.

El Gobierno ha tomado las siguientes decisiones: primero, la creación de una Alta Consejería Presidencial para la Reinserción, donde se van a reunir todas las competencias que ejercen alrededor de la reinserción. Se actuará en total coordinación con la Oficina del Alto Comisionado (para la Paz) y con el Ministerio del Interior y de Justicia, que tendrá que ser constructora de políticas y ejecutora. Esto es, un órgano pensante y un órgano operativo.

Confiamos que al frente de esa Consejería para la Reinserción, esté un colombiano de las mayores calificaciones, con ganas de servir a la Patria, con ganas de producir resultados, con unos bríos que no le permitan el cansancio ni el desmayo. Vamos a ver cómo acertamos en ello, que proceda con mucha agilidad para atender el pequeño problema del desmovilizado en la región y con mucha agilidad para buscar recursos internacionales o para ayudar a que el sector privado abra las puertas de empleo para los desmovilizados o a buscar diferentes alternativas de emprendimiento.

En segundo lugar, hemos tomado otra decisión: la desmovilización tiene que ir acompañada del monitoreo o seguimiento a los desmovilizados y a la desmovilización se tiene que suceder la integración de las salas especiales de tribunales –a lo cual se refiere la Ley de Justicia y Paz-, el proceso de juzgamiento y el proceso de reparación a las víctimas.

Déjenme hablar del monitoreo. Hemos recibido denuncias de que hay fallas en el monitoreo. El monitoreo lo dividimos en dos grandes capítulos: una cosa es el monitoreo para hacer el seguimiento de ubicación de las personas y que acudan a recibir el estipendio, de que estén acudiendo al SENA a su proceso de formación, que estén cumpliendo este tipo de obligaciones y otra cosa es, el necesario monitoreo para tener la certeza de que esas personas no reinciden en conductas delictivas.

Sobre este segundo, hay dudas de la eficacia. Como el Gobierno no puede ponerse a la defensiva ni negar dificultades, sino reconocer hechos y mejorar, hemos tomado la decisión de que ese monitoreo, para hacer el seguimiento a los desmovilizados, a fin de tener la certeza de que no reinciden en el delito, lo haga la Policía Nacional.

Desde ayer, asignamos a la Policía Nacional la competencia para que en todas las regiones, en los comandos departamentales metropolitanos, en los municipales, se organice la labor de monitoreo o seguimiento a los desmovilizados, a fin de que sea la Policía, la que le de informes periódicos al país sobre cómo es la conducta de los desmovilizados.

La Policía tendrá la responsabilidad de decirnos a los colombianos con frecuencia, ojalá General Castro (Jorge Daniel, director de la Policía Nacional) cada mes, si los desmovilizados están cumpliendo con la Ley, si están ajustando su conducta al ordenamiento jurídico o si hay desmovilizando que están incurriendo nuevamente en el delito y en la reincidencia.

Aspiramos Ministro (de Defensa, Camilo Ospina) y General Castro Castro, que esa labor en coordinación con la Consejería para la Reinserción y también con la oficina del Alto Comisionado, la Policía sobre esa labor le informe a los colombianos, durante los cinco primeros días de cada mes. El primer informe deberá llegar entre el 1 y el 5 de julio.

Permítanme hacer otra reflexión. En el seguimiento de los procesos de desmovilización, hemos encontrado quejas de diversa naturaleza.

En algunas regiones dicen que los espacios de paramilitares desmovilizados los ha copado la guerrilla. Ustedes recordarán la pedagogía que hemos hecho para que la Fuerza Pública esté allí, los esfuerzos realizados para poder llevar Fuerza Pública allí, seguimos en la tarea de copar con Fuerza Pública esos espacios.

La explicación que hemos repetido a los colombianos permanentemente de que el único camino es el camino institucional, que la única protección a la cual se puede aspirar es aquella que deriva de la fuerza legítima del Estado. Vamos a seguir en esa tarea.

Y también hemos escuchado la queja de que algunos paramilitares desmovilizados, se rearman, violan los compromisos, intervienen en negocios de narcotráfico. La instrucción que tiene el Ministro, el General Ospina (Carlos Alberto, comandante de las Fuerzas Militares), los comandantes de cada Fuerza, es perseguirlos, implacablemente, con toda la decisión de autoridad.

Una cosa es la generosidad de un país para la paz y otra cosa es el ánimo tramposo de los beneficiarios de esa generosidad, con la ciudadanía. Generosos con aquellos que cumplan, con total firmeza para enfrentar a aquellos que incumplan. No debe haber allí deliberación, no debe haber allí análisis. Allí lo que debe haber es decisión de autoridad. Donde haya un desmovilizado delinquiendo, debe llegar la Fuerza Pública a arrestarlo. Y por supuesto, automáticamente pierde los beneficios de la Ley.

Para fortalecer el cumplimiento de los deberes de la Policía, se ha tomado la decisión de crear la Dirección de Carabineros para Policía Rural y también, la de avanzar con cobertura policiva en áreas de desmovilización.

Hasta el momento hemos llegado a 84 puestos y en el segundo semestre de 2006 llegaremos a otros 50. Es muy importante convocar en todos estos sitios del país la necesidad de la cooperación ciudadana con la Fuerza Pública.

Tenemos que repetir, sin cansarnos de hacerlo, que una Patria con la extensión de Colombia, con los accidentes de la geografía, por más Fuerza Pública que llegare a tener, sin cooperación ciudadana, no logrará la eficacia y la transparencia que requiere la labor de la Fuerza Pública.

El Gobierno hará el esfuerzo de proveer con Policía estos 50 puestos adicionales, como ya ha instalado Policía en 84, pero ese esfuerzo tiene que ir acompañado de nuestra tarea, General Castro, de que todos los ciudadanos de esas regiones cooperen con la Fuerza Pública.

En estos días se han tenido noticia de que en algunas partes del país donde ha habido desmovilizados, han reaparecido bandas criminales. La decisión del Gobierno es, perseguirlas con toda la determinación de autoridad.

No vamos a incurrir en el engaño de que aparezcan tratando de legitimar una acción política para después buscar beneficios legales, el tema hay que encararlo de manera simple y con firmeza. Que hay una banda de criminales recientemente constituida en Tumaco: a enfrentarla, a desmantelarla. Que hay una banda de criminales en tal o tal sitio del país: a enfrentarla con toda claridad.

Contra estas bandas se ha creado un equipo interinstitucional integrado por la Policía, la Fiscalía, el DAS y las Fuerzas Militares, vamos a identificarlas, a judicializarlas, a combatirlas y a desarticularlas. El Gobierno no se puede poner allí ni a negar el hecho ni entrar en un debate teórico. El deber del Gobierno y el deber de la Fuerza Pública es perseguirlas implacablemente y desarticularlas.

Generales: la credibilidad de nosotros depende todos los días de la eficacia y de la transparencia. Necesitamos que en las próximas semanas el país vea resultados eficaces, frente a estas nuevas bandas de criminales que están al servicio del narcotráfico, con la advertencia de que aquel desmovilizado que intervenga en una de estas bandas, será perseguido de manera implacable por la Fuerza Pública y automáticamente le quedan cancelados los beneficios de la Ley de Justicia y Paz.

Por supuesto que hemos avanzado pero falta mucho. Los informes de inteligencia dicen que jefes del narcotráfico están armando esas bandas.

Ministro y Generales: el pueblo colombiano ha tenido la bondad de aprobar una reelección, nuestra reciprocidad es la eficacia. Requerimos, con la acción eficaz de la Fuerza Pública, desmantelar las organizaciones de narcotráfico que continúan en el país. Yo les ruego que, conocidos los nombres, que un señor Varela, que un señor Diego Montoya, no haya una sola duda y que podamos entregarlos a la justicia, capturados por la Fuerza Pública, cuanto antes mejor. Pero el país demanda de nosotros eficacia.

Es muy grave que estos señores sigan delinquiendo, que no podamos mostrar resultados contundentes en la disminución del narcotráfico, de las áreas de droga y que se vaya a tornar la confianza del país en desilusión. Es urgente que el país vea acciones más eficaces para desmantelar esas bandas. Se que la Policía Nacional y todas las Fuerzas lo van a lograr.

Que sea ésta, la oportunidad del ascenso a Mayor General, de un oficial combativo y eficaz, el General Alberto Ruíz, la oportunidad para hacerle llegar esta voz a todos los compatriotas, voz de compromiso por confianza, en que la Policía Nacional y la Fuerza Pública lo van a lograr.

General Alberto Ruíz, Comandante Operativo de la Policía: siga usted sirviendo a una Patria que lo aprecia, que lo quiere y que hoy lo recibe como Mayor General.

Contralmirante, Brigadieres Generales que han recibido hoy la medalla al Comendador: sigan en ese servicio a la Patria.

Ahora, cuando tenía el honor de poner sobre el pecho de cada uno de ustedes esa medalla, pasaban por mi mente los servicios por ustedes prestados en años recientes.

Servicio del contralmirante Álvaro Echandía, en el Pacífico, en la inteligencia. Del general Hipólito Herrera, en Santander. ¡Claro, General Hipólito!, cuántas veces lo he llamado a urgirlo, como compañero de lucha, para desmantelar esas bandas de secuestradores que han maltratado a Santander y usted ha respondido. Hay que acabar de desarticularlas.

El general Rubén Carrillo Vanegas, en mi comarca, comandante de esa región de Policía. Ahora, le ponía la medalla y le decía: General, que no nos vayan a reabrir oficinas del narcotráfico en Envigado. General, desmantele ese grupo de secuestradores que queda en Betulia.

Me veía hoy de nuevo, para entregarle la medalla de Comendador con el general Daniel Ernesto Castiblanco –lo vi antes de anoche en Villavicencio-, tiene una enorme responsabilidad con la erradicación de la droga. Mientras le imponía la medalla me decía que ya tenemos reactivados 100 grupos para avanzar en la erradicación de la droga.

Tiene una tarea muy importante en el sur del Meta, no solamente en La Macarena sino en Vista Hermosa. El país tendrá que darle al mundo, en no mucho tiempo, el parte de que ha sido erradicada manualmente la totalidad de la droga sembrada en el Parque Nacional de La Macarena.

Y al condecorar al brigadier Jairo Antonio Erazo Marzola, le decía: General, que no vuelvan bandidos a maltratar a los turistas en el parque de Los Nevados. Le recordaba sobre un caso de secuestro que nos ha dolido mucho y que confiamos los colombianos puedan tener una buena noticia.

Al condecorar al brigadier general Oscar Naranjo Trujillo, director de la Central de la Policía Judicial, le decía: General Naranjo, los cabecillas del narcotráfico. El que, general Naranjo que ha llevado a cabo tareas tan importantes como el esclarecimiento de hechos luctuosos de los últimos días, tiene ahora que entregarle al país el positivo de capturar estos cabecillas que siguen delinquiendo.

Y al condecorar al general Guillermo Chávez Ocaña le preguntaba por unos y temas de inteligencia de la mayor trascendencia para el país.

A tiempo que los felicitaba les preguntaba por esos temas y les decía que la medalla del Comendador que les entrega la Patria, sea una medalla de gratitud y una medalla de aliento para toda esa tarea futura.

Y al condecorar por tercera vez al general Flavio Enrique Ulloa Echeverri, le preguntaba nuevamente por los operativos de la Fuerza Aérea en el oriente de la Patria, que pudimos revisar ayer, de cuya eficacia depende en alto grado la posibilidad de la paz.

Que todos tengan, Generales, los éxitos que la Patria demanda. Nuestra gratitud y nuestra voz de aliento.

Muchas gracias”.

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