PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN CONGRESO DE
SERVICIOS PÚBLICOS
Cartagena, 30 jun (SNE). Las
siguientes son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez, al intervenir
en el octavo congreso de la Asociación Nacional de
Empresas de Servicios Públicos Domiciliarios (Andesco).
“Quiero saludarlos muy afectuosamente. Creo que la
circunstancia de haber mantenido, a lo largo de estos años,
un diálogo concreto sobre los problemas del sector,
sus necesidades, la visión de largo plazo, el trabajo
cotidiano, ha sido útil. Pienso que les ha traído
más claridad a ustedes sobre las posibilidades y limitaciones
del Gobierno, y por supuesto le ha dado a este Gobierno más
claridad para cumplir con mayor eficiencia sus deberes.
Y a eso ha contribuido que no han sido unas reuniones de
ceremonial sino unas reuniones de trabajo, a las cuales se
les ha hecho permanente seguimiento.
Quiero dar, en presencia de ustedes, gratitud inmensa a
mis compañeros de Gobierno que han liderado la tarea
en estos años: al doctor Santiago Montenegro, director
de Planeación, quien hoy está en la ciudad
de Pasto; al ministro de Minas y Energía, Luis Ernesto
Mejía Castro; a la señora ministra de Comunicaciones,
a la doctora Martha Pinto de De Hart; a la doctora Sandra
Suárez Pérez, ministra de Ambiente y de Vivienda,
y a la doctora Evamaría Uribe Tobón, nuestra
superintendente de Servicios Públicos.
Ellos y todos sus compañeros han hecho una tarea en
uno de los temas más difíciles de la Patria,
una tarea con patriotismo, con eficacia, con transparencia,
y yo soy el primero en deplorar que algunos de ellos nos
abandonen. Santiago Montenegro porque se va al BID. Luis
Ernesto porque nos mantenemos su padre y yo en una competencia
a ver si su padre se lo lleva o yo lo retengo. A Evamaría
la tenemos que mantener amarrada porque lo problemas que
aún faltan son inmensos. Sandra porque empieza el
martes de la semana entrante en la Universidad de Harvard.
Creo que su juventud y la tarea de servicio al país
que le espera por delante, a todo eso le es muy importante
esa experiencia académica que va a tener. Y con el
doctor César De Hart he tenido una rivalidad porque él
se quiere llevar a Martha para Bucaramanga. Nosotros logramos
tenerla cuatro años en Bogotá. Entonces el
compromiso con ella y con César es que, bueno, está bien
que regrese a su casa de Bucaramanga, pero no se puede retirar
de la vida del servicio público. Ha hecho unas reformas
la verdad muy impresionantes. Hacer unas reformas que tantas
veces habían fracasado, tan difíciles, y haberlas
sacado adelante.
A todos estos compañeros yo les quiero expresar toda
la gratitud y pidamos a Dios que estos años que vienen
nos permitan seguir resolviendo problemas y avanzar más
en esta tarea tan importante de los servicios públicos.
Y quiero felicitarlos a ustedes. Todos los días veo
más madura la Asociación, más focalizada
en los temas prioritarios. Yo creo que este diálogo
permanente nos ha ayudado muchísimo. Y la verdad es
que en medio de las dificultades, pienso que hay cosas buenas
en Colombia. Han mejorado las empresas y en términos
generales han mejorado las relaciones con los usuarios.
No estamos en el paraíso pero hay mejorías
evidentes. Por ejemplo, cuando uno ve el balance de Luis
Ernesto compara en qué estaban las electrificadoras
hace unos años y ahora. No obstante que quedan pasos
tan importantes como la solución de esas disparidades
de mercado entre Bogotá y Cundinamarca, Antioquia
y Valle de Aburrá, la creación del pool de
electrificadoras, su democratización, pero pienso
que hay un gran avance.
En el tema, por ejemplo, de la Superintendencia, hemos salido
adelante con muchas empresas, faltan otras, hay que consolidar
todo el proceso de recuperación de Emcali, y allí apenas
empieza lo de Emsirva, temas muy difíciles. Entonces
la tarea que queda es muy grande.
Quiero felicitarlos no sólo por los logros de la
asociación sino por los logros de cada empresa en
particular. ¿Vinieron los vocales este año
o no? Bueno. Porque eso es muy importante. Es un símbolo
de algo que tiene que profundizarse, que es esa construcción
de una buena relación entre la comunidad de usuarios
y los prestadores.
Hace cuatro años aquí en la Costa Caribe encontramos
un incendio, porque las empresas prestadoras del servicio
de energía querían irse del país y los
usuarios estaban enardecidos. Todavía nos quedan problemas.
Yo diría que en algunas partes ha mejorado mucho.
Hay zonas de la Costa Caribe todavía con problemas
serios, como esa área de Mompós, toda la Depresión
Momposina, pero ya hay otras partes donde se ha mejorado
mucho. Y hemos recibido la buena noticia, me la dio el señor
Ministro hace dos días, de la decisión de Electrocosta
y Electricaribe de hacer una capitalización grande
de los recursos que sus empresas matrices tenían allí como
créditos. Eso es un muy buen aporte.
Pienso que tenemos que seguir trabajando todo ese tema de
la integración de las empresas con los usuarios.
Diría yo que un punto muy importante que está bien
concebido pero se ha desarrollado poco, es el de todos esos
esquemas innovativos para llegarles a mercados pobres. Creo
que el ejemplo de las microempresas de distribución
hay que generalizarlo, expandirlo por todo el país.
Y pienso que unos mecanismos de mercado, como ventas por
tarjeta, sistemas de prepago, etcétera, ojalá en
los años que vienen eso lo pudiéramos generalizar.
Y encontrar todos los días mejor entendimiento entre
las empresas y los usuarios. Entre otras cosas para evitarle
al sector las contradicciones agudas que se dan cuando hay
cargas ideológicas.
A uno le da mucho temor cuando hay una contradicción
aguda entre quienes quieren que todo sea privado y quienes
quieren que todo sea estatal. O cuando hay una contradicción
antagónica entre una empresa y los usuarios. Por eso
esos acuerdos y esos puntos de equidad, esos nuevos mecanismos
de mercado, esas formas de participación ciudadana,
ayudan mucho a evitar esas contradicciones.
Yo tengo mucha fe de que el fondo de solidaridad de Emcali
produzca muy buenos resultados. Todavía hay sectores
que lo siguen discutiendo. Pero pienso que es un gran camino.
Porque hace cuatro años en Cali amplios sectores de
la población pedían que se privatizara la empresa.
Y la organización sindical y la clase política
se oponían radicalmente a la privatización
de la empresa. Y era una contradicción muy aguda.
Que si la empresa no sale adelante, esa contradicción
puede volver a reaparecer en toda su fuerza.
El fondo de solidaridad en alguna forma nos ayuda a tener
un mecanismo de participación de todos los ciudadanos,
que vigile la administración de la empresa, que garantice
que la empresa sea eficiente como empresa estatal, desclientelizada,
y al mismo tiempo nos ayuda a apalancarla financieramente
y nos ayuda a que los ciudadanos se sientan partícipes
de la empresa. Porque una cosa que me sorprendía en
Cali es que la gente veía a su empresa con mucha rabia.
Decía: pero si es estatal. Entonces ya la ciudadanía
no veía que fuera estatal o privada, sino que le tenía
malquerencia por su ineficiencia y por su desgreño.
Y esas malquerencias hay que superarlas.
Yo creo que esos fondos de solidaridad ayudan mucho, y esos
mecanismos como la participación de microempresas,
etcétera, para que se garantice estabilidad en largo
plazo. Cuando hay contradicciones antagónicas de por
medio, se corre el riesgo de que haya bandazos, se corre
el riesgo de que no haya estabilidad en el largo plazo. Por
eso superar esas contradicciones, una buena relación
permanente entre las empresas y los usuarios, los gerentes
de las empresas y los vocales de las empresas, etcétera,
creación de mecanismos como los fondos de solidaridad,
empresas comunitarias que participen en la cadena, todo puede
ayudar a resolver todas estas contradicciones y a garantizar
estabilidad.
Un mensaje que yo quisiera dejar hoy para que lo trabajemos
en los próximos años, es: garanticemos estabilidad.
Y esa garantía de estabilidad necesita crear una sensación
de tranquilidad en la opinión ciudadana. Si no hay
esa percepción que le dé tranquilidad a la
opinión ciudadana, es muy difícil garantizar
la estabilidad.
El tema de la tributación. Me voy a referir a algunos
de los que trató el doctor Gustavo (Galvis, presidente
de Andesco).
El Gobierno está preparando la reforma tributaria.
Esperamos que la agenda legislativa del Gobierno se radique
en el Congreso el 20 de julio, y que esté previamente
consultada con las bancadas. Incluso me parece de la mayor
importancia para el país, para Gobiernos de opinión,
que la discusión no sea la discusión burocrática
sino la discusión de la agenda.
Si queremos Gobiernos de opinión, hay que sepultar
la discusión burocrática y hay que sentarse
a la discusión de la agenda. Por eso el Gobierno va
a procurar en los próximos 15 días tener listo
el conjunto de proyectos de ley y tenerlos consultados con
las bancadas antes del 20 de julio. Yo llamo la atención
al Gobierno y a los compañeros elegidos para el Congreso,
sobre la necesidad de que olvidemos discusiones burocráticas
y nos focalicemos en la discusión de la agenda. Es
el gran reclamo de la opinión pública. Y a
la opinión pública, en los Estados de opinión,
menos que se le puede defraudar.
Entonces la reforma tributaria: aspiramos que tenga características
que llenen cinco parámetros.
Que estimule el crecimiento.
Que sea redistributiva, más que por el origen de
los recursos, por la posibilidad de financiar las soluciones
sociales que mejoren la distribución.
Que sectores analistas la entiendan como estructural. Un
tema muy difícil, porque cuando uno habla con un tributarista
le da un concepto de reforma tributaria estructural muy diferente
al que le da el otro. Casi cada uno de los tributaristas
tiene su propio concepto de reforma tributaria estructural.
Que sea un paso definitivo para que al país le regrese
el grado de inversión. Nos hemos olvidado en los últimos
años, por la reducción de las tasas de interés,
que el país perdió hace algunos años
el grado de inversión y todavía no se ha recuperado.
Es muy importante que la reforma tributaria que vayamos a
hacer, sea un paso definitivo para regresarle al país
el grado de inversión.
Y que nos ayude a formalizar la economía.
Esas serían las cinco características de esta
reforma tributaria.
En cuanto a la primera, ahí respondo a la inquietud
del doctor Gustavo. Para combinar la primera con la segunda,
o sea que estimule el crecimiento y al mismo tiempo estimule
la redistribución, más que en el origen de
los recursos, en la focalización de los recursos al
tema social, yo diría lo siguiente: me parece que
el país necesita estimular las inversiones productivas
y gravar más la mera propiedad. Creo que eso estimula
la necesidad de fomentar el crecimiento y al mismo tiempo
avanzar hacia una mejor redistribución. En ese sentido
estamos trabajando.
En cuanto al primer punto. Estimular las inversiones productivas,
yo soy partidario no solamente de la reducción de
la tarifa de renta, sino de la preservación de estímulos
generales a la reinversión de utilidades.
Creo que lo que ha pasado en los dos últimos años
en Colombia, habla muy bien de ese esquema. Recuerdo discusiones
con sectores del Congreso de la República, con mis
propios compañeros del Gobierno: había mucho
temor a introducir esos estímulos. Los resultados
han sido muy buenos.
El más pesimista frente a esos resultados reconoce
que por lo menos se anticiparon en el corto plazo inversiones
que las empresas tenían programadas para períodos
de largo plazo. Que los estímulos obligaron a que
esas inversiones se anticiparan. Y todos los temores que
había en el sentido de que esos estímulos afectarían
el recaudo, los resultados se encargaron de disipar. Y se
comprobó lo que muchos empresarios le dicen a uno:
mire, no hay mejor inversión para el Gobierno, que
saber introducir los estímulos adecuados. Eso tiene
una tasa de retorno para el fisco muy elevada, como se ha
comprobado en estos últimos dos años.
Entonces yo soy partidario de la reducción de la
tarifa general de renta y complementar eso con estímulos,
porque no se le puede dar el mismo tratamiento al que crece
que al que no crece. Más aún, hay un sector
de tributaristas que dice que la sola reducción de
la tarifa aumenta el recaudo. Yo particularmente, mirando
muchas experiencias, acepto que sí. Pero si eso no
está adicionado por estímulos a la inversión,
ese aumento del recaudo se estanca.
Hay unos años iniciales de aumento del recaudo, pero
por falta de esos estímulos adicionales para la inversión,
se estanca. Entonces lo que necesitamos es proyectar un aumento
del recaudo en el largo plazo, no solamente de dos o tres
años. Nada nos ganaríamos con tener unos aumentos
de recaudo por disminución de la tasa de renta dos
o tres años, y que después se estanque. Para
tenerlos en un horizonte de largo plazo, yo creo que no basta
con disminuir la tarifa de renta, sino que es necesario complementar
eso con estímulos, estímulos a la inversión.
Y esos estímulos a la inversión compensarlos
con gravámenes a la propiedad.
He pensado mucho en los libros de don Hernán Echavarría,
en estos días, cuando medito sobre esa reforma tributaria,
y creo que un país que necesita forzar inversión
productiva y hacer redistribución, iría por
buen camino al estimular la inversión y al gravar
más la mera propiedad. Al estimular la inversión
con disminución de la renta, y gravar más la
mera propiedad.
Y entonces ahí llegamos al sector de los servicios
públicos. Hablemos de dos estímulos. Del estímulo
general de la deducción del 30 por ciento a las nuevas
inversiones, que ha operado en los últimos dos años,
está en el tercer año. La reforma tributaria
debe contener un estímulo que mantenga esta filosofía
a largo plazo. Yo no sabría exactamente cuál,
pero sí uno que mantenga la filosofía. Quisiera
darles tranquilidad sobre eso.
Y el segundo estímulo, el específico, que
se introdujo para las inversiones regionales de empresas
de servicios públicos, que veo que lo aplica la Empresa
de Acueducto de Bogotá, que ya es socia de varios
acueductos regionales y ahora empieza a aplicarlo EPM con
el acueducto regional de Urabá.
Ese estímulo apenas lo introdujimos, y una de las
personas que más lo impulsó es la doctora Nancy
Patricia, por allí está. Eso se definió en
un Consejo Comunitario en Girardot.
Yo tengo mucha fe, no obstante que se aplicó en el
año 2003, que se aprobó en el año 2003,
apenas se empiece a aplicarse. Pero lo que pasa es que a
los procesos hay que darles tiempo de que maduren. A mí me
parecería un error, ahora que empezaron a conocerlo
y que empiecen a aplicarlo, que el Congreso y el Gobierno
fueran a retirarlo de la reforma tributaria.
Yo soy partidario de mantenerlo en la reforma tributaria
porque apenas ahora empieza a aplicarse. Uno de los errores
nuestros es esa visión cortoplacista, creer que un
estímulo de esta naturaleza, en un país con
tanta inestabilidad normativa, va a producir resultados de
la noche a la mañana. Hay que darle tiempo.
Entonces el Gobierno tiene el compromiso de mantener este
estímulo y de buscar que el estímulo general
se preserve en su filosofía.
Sería importante también escuchar de ustedes.
Y para esa alianza de la Empresas Públicas de Medellín
y la Empresa de Acueducto de Bogotá, ese estímulo
es importante.
Mi impresión, a riesgo de estar equivocado y salvo
mejor opinión de ustedes, es que ese estímulo
es importante. Pero quisiera oírles la evaluación
sobre ese estímulo.
Por supuesto, hay un tema muy exigente. El Gobierno que
comienza tiene que trabajar muy de la mano, obteniendo como
mira las metas que el país empieza a trazarse al 7
de agosto del 2019, la visión del Segundo Centenario.
Porque sería desastroso que no se avanzara hacia esas
metas en el próximo cuatrienio, que va a ser fundamental
para que el país las logre en el 2019.
Y hay unas metas muy exigentes. El doctor Gustavo acaba
de hablar de esa inversión de 107 billones, de los
cuales 75 por ciento tendrá que invertir el sector
privado. Metas muy exigentes. De ahí la importancia
de estos estímulos.
Y ahí viene otro tema. Los aportes extras del presupuesto
nacional. En el Gobierno que termina se eliminaron los auxilios
parlamentarios. Pienso y creo que eso fue un gran avance
para darle transparencia al ejercicio de la política.
Las elecciones que hace poco se sucedieron en Colombia para
elegir Congreso y Presidente de la República, tuvieron
dos características: primero, no hubo auxilios parlamentarios.
Y segundo, no hubo presupuesto adicional.
Sería muy importante que los politólogos conocieran
esto. Nosotros tuvimos este año elecciones de Congreso
y elecciones presidenciales sin que se hubiera aprobado presupuesto
adicional para la vigencia 2005. Que de haberlo aprobado,
se habría aprobado en diciembre y se habría
ejecutado en todo el período electoral. Eso no se
dio. Yo creo que ese es un gran paso de transparencia en
la política.
¿Qué pasó con los auxilios parlamentarios?
Se eliminaron y en su defecto se aprobaron en audiencias
públicas partidas adicionales del presupuesto para
las regiones del orden de un billón de pesos. Allí hubo
un componente de 360 mil millones para acueductos y alcantarillados.
Lo otro para otros destinos.
¿Cuál es mi sugerencia que me voy a permitir
respetuosamente hacerla al Congreso de la República
a través de Planeación Nacional y el Ministerio
de Hacienda? Que el dinero de audiencias públicas,
en el cuatrienio que viene, vaya todo a acueductos y alcantarillados,
que hagamos un gran esfuerzo en esa materia. ¿Cómo?
Lo he pensado en borrador, sobre todo al oído del
distinguido grupo de congresistas que nos acompaña.
Por ejemplo, hacer una asignación regional teniendo
en cuenta una matriz que combine necesidades específicas
insatisfechas en saneamiento básico, necesidades básicas
generales insatisfechas y los esfuerzos fiscales del respectivo
ente.
Hoy, a raíz de escuchar al doctor Gustavo, aparecería
otro elemento, que le rogaría a la doctora Carolina
tenerlo en cuenta para la reglamentación de Planeación:
es exigirle a las entidades territoriales que reciban ese
aporte del Gobierno Nacional, exigirles que estén
a paz y salvo con las empresas de servicios públicos.
Y yo le agregaría otra cosa: exigirles además
que, de acuerdo con los interventores de Planeación
Nacional, demuestren un buen uso de las transferencias para
acueducto y alcantarillado.
O sea que habría una matriz con los tres elementos,
más los otros que el sector técnico defina,
para distribuir ese dinero de audiencias públicas.
Está Leyla (Rojas, directora de Agua Potable). Está bien
que se vaya Sandra a estudiar a Harvard, pero a tí te
amarramos también.
Entonces el doctor Juan Lozano, que va a asumir esa cartera,
y la doctora Leyla, es bien importante que vayamos pensando
con Planeación la matriz para discutirla con los honorables
congresistas y los requisitos. Y ese requisito del paz y
salvo de buen manejo de las transferencias debe ser fundamental,
como el requisito de que estén al día con las
empresas de servicios públicos.
Alguien me decía estos días discutiendo el
tema: bueno, Presidente, cómo no van a gastarse eso
sino en servicios, en acueducto y alcantarillado, si hay
partes del país ya muy desarrolladas. Yo les decía:
miremos. Sí, la ciudad de Bogotá no tiene problemas,
aparentemente, pero tiene uno muy grande: el río Bogotá.
Entonces uno podría pensar: lo que en esa matriz
le corresponda a Bogotá, apórtelo por el presupuesto
nacional al saneamiento del río Bogotá. Entonces
me dicen: usted no puede comparar, Presidente, el Carmen
de Bolívar con Armenia. Armenia tiene muy buen servicio
de acueducto y el Carmen de Bolívar no lo tiene. Sí,
pero uno va a Armenia, y por el crecimiento del turismo necesitan
construir una represa en la Cordillera Central.
Bucaramanga, por ejemplo, que tiene hoy un muy buen servicio,
tiene que hacer unas ampliaciones muy grandes en los años
que vienen.
Pero imaginemos una ciudad: Medellín, que va bastante
adelante no solamente para atender las necesidades presentes
de acueducto y alcantarillado sino las futuras y que ha avanzado
bastante en la descontaminación del río Medellín
y que tiene los proyectos para el faltante. Entonces su participación
puede ser para contribuirle a Medellín a que culmine
el proceso de saneamiento de las aguas residuales que son
vertidas al río.
Pensemos los municipios que están bien atendidos
por corporaciones regionales, pequeños municipios
que ya tengan resuelto el problema del acueducto y el problema
de las redes de alcantarillado, casi ninguno tiene resuelto
el problema del tratamiento de las aguas residuales.
Entonces un municipio de la Sabana de Bogotá tiene
el acueducto y tiene las redes de alcantarillado. ¿A
dónde enviaríamos los dineros de audiencia?
A la inversión que se requiere para el tratamiento
de las aguas residuales.
De esa manera he pensado el esquema, y quería este
borrador inicial proponerlo hoy en esta reunión de
ustedes: que nos gastáramos todo el dinero de audiencias
en acueductos y alcantarillados.
Con esa matriz de esos tres elementos, más los otros
que ajuste el sector técnico. Con esos dos requisitos.
Y para salvar la discusión de que hay unos mucho más
adelantados que otros, pues se supone que al Carmen de Bolívar
hay que financiarle lo que le falta del acueducto básico.
Y a un municipio que está muy bien en el Quindío,
habrá que financiarle la planta de tratamiento de
aguas residuales que aún no tiene”.