LA ÚNICA
DIVISIÓN ADMITIDA ENTRE MUJERES ES: BONITAS Y MUY BONITAS
Bogotá, 08 mar. (SNE).- Pasadas las 11 de la mañana
el frío de Bogotá calaba los huesos. Lo cual no fue
impedimento para que cientos de mujeres, que desde las 7 de la
mañana o antes llegaron al parque Sauzalito para hacer diariamente
ejercicio, se quedaran para asistir al lanzamiento del programa “Mujer, únete
al deporte”.
El salón Bogotá del parque estaba a reventar. Eso,
para estas mujeres que a esa hora ya habían cumplido con
sus deberes de madre desde muy temprano, tampoco fue obstáculo
para participar en el acto en el que participó el presidente Álvaro
Uribe Vélez.
El ambiente no podía ser el mejor. Aunque el frío
y la amenaza de lluvia era latente, las mujeres estaban allí,
inmóviles esperando el comienzo de la jornada, que a la
postre se convirtió en un gran homenaje a ellas, precisamente
por su tenacidad y su disposición de todas las horas para
el trabajo y la familia.
Fue el propio Presidente Uribe quien se encargó del reconocimiento.
“A las mujeres de la Patria, una felicitación muy
sentida. Les voy a decir una cosa desde el fondo del alma: las
mujeres más bellas del mundo son las colombianas. Las más
inteligentes del mundo son las colombianas. Las más competentes
del mundo son las colombianas. Las más laboriosas del mundo
son las mujeres colombianas. Se los digo desde el corazón”.
En una mesa principal, rodeado de mujeres, el Jefe del Estado
no pudo ocultar que le encanta trabajar con mujeres por el empeño
que le ponen a cada reto que enfrentan y especialmente en el sector
público porque “lo que se le encomienda a la mujer
se realiza con transparencia”.
Uribe, defensor constante de los recursos públicos, en
un país en donde el dinero escasea y se hace necesario aprovecharlos
hasta el último centavo, aseguró que “poner
uno los recursos del Estado en manos de las mujeres, es ponerlos
en manos puras y transparentes”.
El Presidente recordó que nombró a mujeres en prácticamente
la mitad de su gabinete.
“Y si tuviera otro canchecito, creo que lo aumentaría”,
dijo el Presidente quien tiene hoy cinco mujeres ministras, de
las 13 carteras existentes (Cultura, Comunicaciones, Educación,
Vivienda, Relaciones Exteriores).
Pero el Presidente no se detuvo allí. Destacó valores
de las mujeres como su cumplimiento y responsabilidad.
“No conozco que las mujeres lleguen tarde a la oficina ni
conozco que las mujeres estén por ahí cerrando la
puerta de la oficina para pasar un guayabo ni conozco que les dé pereza
trasnochar”.
Trasnochar… sacrificio enorme teniendo en cuenta que millones
de mujeres en Colombia lo hacen para poder cumplir con sus deberes
de madres y esposas, pero sin descuidar ni un segundo sus obligaciones
laborales o académicas.
“Les admiro mucho su valor, porque como lo acompañan
a uno a trabajar sábados y domingos, a pesar de tener niños
pequeños. Todo eso me ha hecho a mí ganar creciente
admiración por las mujeres de la Patria”.
Ya con tantos elogios el Presidente se despojó de la formalidad
del acto y dijo que “siempre soy piropero con las mujeres” y
le ofreció a todas las asistentes una hermosa rosa roja
como gesto de agradecimiento por esa entrega hacia los demás.
La ocasión sirvió incluso para recordar anécdotas
familiares, como aquella vez en la que hace unos años Jerómino,
uno de los hijos del Presidente, preguntado por su papá sobre
cómo le había ido en una fiesta de 15, el muchacho
le contestó que “regular porque me tocó bailar
con la más fea”.
“Le dije: no me vuelva a decir eso. Las mujeres no caben
en esa materia, sino en una división: las muy bonitas y
las bonitas”, contó el Presidente.
Mientras las mujeres expresaban su agradecimiento por las palabras,
el Presidente se decidió a entregar personalmente algunas
de las rosas y preguntó por una mujer de ojos negros a la
que le dedicó un poema de un autor antioqueño: “allá en
la noche sombría tus ojos negros brillaron y hasta los gallos
cantaron creyendo que amanecía”, dijo, mientras extendía
la rosa a la señora que estiró su brazo para recibirla
y el auditorio suspiraba.
“Una mujer de ojos azules, también le va con dedicatoria”,
indagó Uribe entre las cientos de mujeres. Miro a un lado
y otro del auditorio hasta que la elegida apareció: “tus
ojos, azules y sublimes cuál los Andes, siempre serán
admirados, aunque parecen prestados porque te quedaron grandes”,
exclamó Uribe en medio del júbilo del público
femenino y se despidió.
Pero segundos después, vio a otra mujer vestida de azul. “Vestida
de azul saliste a competir con el cielo, que también hay
en el suelo cielos que de azul se visten”, le dijo el Presidente
al entregarle la rosa.
La emoción era total, tanto que otra de las asistentes
le pidió al Presidente un verso para las mujeres de ojos
verdes. “Me lo voy a conseguir, todavía no lo tengo”,
se lamentó Uribe mientras se despedía de las mujeres
que a esa hora saldrían a seguir con su hermosa labor. |