PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE ANTE TRANSPORTADORES
DE CARGA POR CARRETERA
Santa Marta, 11 may (SNE). Las siguientes
son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez,
al intervenir en el VI Congreso Nacional de Transporte de Carga
por Carretera,
que se realiza en la capital del Magdalena.
“Quiero saludarlos muy respetuosamente, agradecer la circunstancia
de que nos podamos reunir esta tarde y agradecer las generosísimas
palabras, que me abruman muchísimo, del señor Gobernador
(del Magdalena, Trino Luna), del señor Alcalde (de Santa
Marta, José Francisco Zúñiga), y del presidente
ejecutivo de Asecarga (Asociación Nacional de Empresas
Transportadoras de Carga por Carretera), el doctor Jairo Herrera
Murillo.
Yo les decía en estos días a unos interlocutores
universitarios, tal vez ayer en Cali, en la Universidad San Buenaventura,
que la vida pública tiene una característica: hay
que hacer un gran esfuerzo para conseguir un poquito de resultados.
Y les recordaba a ellos una insistencia de una de mis profesoras
de administración y de liderazgo. Su consejo es: no esperen
grandes revoluciones, ni mucho menos las esperen por milagro.
La vida del liderazgo tiene que ser un proceso ininterrumpido
para ganar metas graduales y pequeñas, todos los días
una pequeña meta, y eso finalmente, de manera imperceptible,
va produciendo fenómenos de transformación con
los cuales no se contaba.
Las necesidades de la vida colombiana son inmensas. Lo que se
ha podido hacer en este cuatrienio, que ya va concluyendo, apreciados
transportadores, es una demostración de que las cosas
son muy difíciles pero que, con amor a Colombia, ahí se
van poniendo las bases. Si a mí me pusieran hoy a hacer
un resumen de lo que ha hecho el Gobierno, diría, con
mucho afecto: apenas alcanzamos a construir un poquito de cimientos
para una Nación segura y emprendedora.
Ustedes han sido artífices fundamentales. Mañana
sentiré mucha emoción porque voy a recorrer un
tramo de la carretera donde hace cuatro años empezamos
la reconquista de la libertad. Voy a recorrer el tramo de Fundación,
Aracataca y Ciénaga.
El 8 de agosto de 2002, antes de las 6:00 de la mañana,
al día siguiente de inaugurado el Gobierno, llegamos a
Valledupar. Y en las calles de Valledupar, con sus autoridades,
su comunidad, los transportadores y la Fuerza Pública,
empezamos la tarea de recuperar estas carreteras. Falta mucho.
Ustedes no saben cuánto se perturba uno cuando le dicen:
quemaron otros dos buses en la carretera de La Mansa a Quibdó o
en la carretera de Pueblo Rico a Quibdó. O todavía
se sufre más cuando llega la noticia de que un grupo terrorista
incineró un camión cerca de Pueblo Rico, Caquetá,
que en la cabina de ese camión estaba el señor
Urueña, nuestro compatriota, y fue asesinado, incinerado,
en esa cabina.
Pero con el heroísmo de la Fuerza Pública y con
la cooperación de todos los colombianos, yo creo que este
proceso se va convirtiendo en un activo nacional, que despierta
pertinencia y que los ciudadanos no van a dejar que se pierda.
Es muy importante, diría yo, que el activo más
importante que podemos cosechar, es que ahí empieza a
haber un sentido de pertenencia de las grandes mayorías
colombianas por lo que representa la Seguridad Democrática.
Haber ganado ese altísimo nivel de conciencia, es un gran
progreso.
Yo no voy a entrar en detalles del TLC. Ustedes los conocen
todos. Fue un proceso de negociación que duro 22 meses,
donde el sector privado colombiano estuvo, hombro a hombro, con
el Gobierno, se ubicó en lo que se llama la Puerta del
Lado. Mientras en una oficina discurrían las negociaciones,
en la otra discurrían las deliberaciones con nuestro sector
privado, con nuestro Congreso, con los grupos sociales.
Ustedes saben que no es una panacea el TLC, pero es una oportunidad
para el progreso del país. En un bellísimo discurso,
el pasado lunes, al asumir por segunda vez la Presidencia de
Costa Rica, el Premio Nobel Óscar Arias decía que él
había dado la batalla en su país por su TLC, que
allá llaman el Cafta, porque no quería dejar a
los jóvenes costarricenses aislados de los progresos de
la economía mundial.
Deberíamos simplemente hacer, podríamos calcar,
hacer una fotocopia de aquella frase. Es una de las cosas que
nos ha motivado a adelantar este proceso. No el único.
Casualmente estaba demorando de nuevo la entrada acá porque
me encontraba conversando con la señora Canciller, el
señor Vicepresidente y el Presidente del Perú,
quienes en este momento, en la cumbre con Europa, en la ciudad
de Viena, están discutiendo cuándo vamos a lanzar
oficialmente las negociaciones con la Unión Europea.
Porque con la Unión Europea tenemos lo mismo que hemos
tenido con los Estados Unidos: un sistema unilateral de preferencias,
que no es suficiente, porque los plazos son cortos, no hay certeza
sobre la continuidad, no se incluyen todos los productos.
Cuando los analistas miran qué ha pasado en Colombia
en el Atpdea dicen: ¿por qué no se ha aprovechado
suficientemente? Y la respuesta es: porque no se ha dado toda
la inversión requerida. Y no se ha dado toda la inversión
requerida porque los inversionistas dicen: bueno, los Estados
Unidos nos dieron el Atpdea, pero eso no dura sino hasta el 31
de diciembre del 2006. ¿Y de ahí para adelante
qué? Entonces se mueren de temor y no hacen inversiones.
Por eso ya un acceso permanente al mercado de Estados Unidos
como el TLC, da garantías para que haya un nivel más
importante de inversión, que es generación de empleo.
De inversión que es empleo con afiliación a la
seguridad social. De inversión que es camino para superar
la pobreza.
Tenemos ahora que hacerlo con Europa. Y ya estamos empezando
las preliminares de las negociaciones con algunos países
centroamericanos. Vemos ya unas negociaciones muy en el camino
con Costa Rica, con Guatemala, con Honduras y con El Salvador.
Qué bueno.
Es importante llamar la atención de todos los compatriotas
sobre esa necesidad. A mí me angustiaría mucho
que después de que esos países centroamericanos
han hecho el acuerdo con Estados Unidos –ya ellos lo tienen
ratificado, nosotros hemos concluido la fase inicial de negociaciones,
estamos ahora en homologación de textos, viene la aprobación
de los congresos, en nuestro país se requiere el visto
bueno de constitucionalidad de la honorable Corte Constitucional–,
una vez se perfeccione, me preocuparía mucho saber que
los centroamericanos tienen acuerdo con los Estados Unidos, nosotros
también, y que entre Centroamérica y nosotros nos
damos la espalda.
Y desde el punto de vista práctico, eso sería
un frenón a exportaciones de Colombia a esos mercados
centroamericanos, porque sin tratado las nuestras seguirían
con arancel. En cambio podrían comprar de otros países
con los cuales ya tienen tratado, como Estados Unidos, sin arancel.
Por eso, para aprovechar ese mercado, crecer en Centroamérica,
intercambiar con ellos, es que también necesitamos ese
acuerdo.
Cosa distinta con China. China es un referente muy importante
para demostrar que nosotros no tenemos intereses ideológicos
de comercio, sino que vemos el comercio como un camino para expandir
la económica y reducir la pobreza.
China es un referente importante que nos demuestra que así como
con otros países debemos hacer acuerdos de comercio, con
China deberíamos buscar acuerdos de inversión.
Y es un referente importante también que nos da luces
para que entendamos todos por qué las diferencias entre
las economías de la región, llevan a unos como
Colombia a reclamar más rápidamente el acceso al
mercado de Estados Unidos, que a otros.
Cuando uno ve el Brasil y lo compara con Colombia, el Brasil
no le exporta a Estados Unidos si no el 19 por ciento de sus
exportaciones, nosotros más del 40. El mercado para nosotros
de mayor crecimiento en el largo plazo es Estados Unidos, no
necesariamente para el Brasil.
Nosotros le vendemos escasamente 200 millones de dólares
al año a China. Brasil el año pasado le vendió 6
mil millones de dólares, representados en grandes cantidades
de muchos productos, con liderazgo de la soya, de la carne de
ganado vacuno.
Mientras el Brasil tiene 150 millones de cabezas de ganado vacuno,
nosotros tenemos 23 millones.Mientras Brasil es el primer productor
mundial de soya, nosotros producimos soya marginalmente. Mientras
ellos tienen tanto que venderle a China, nosotros muy poco. Chile
tiene grandes cantidades de cobre, de otros minerales para venderle
a China, de níquel. Nosotros no.
Entonces ya ahí vamos mostrando cómo hay que darle
tratamiento diferente a cada economía. Yo se lo decía
hace dos años y medio al Gobierno de Estados Unidos. Les
decía: no insistan en el Alca, que eso polariza mucho
el continente. Algún día se llegará allá.
Acepten negociar con los países que, como Colombia, requieren
velozmente entrar a los mercados de Estados Unidos. Entiendan
que hay diferencias entre esas economías.
Venezuela produce 3 millones 200 mil barriles de petróleo
al día. Nosotros hoy estamos en 530 mil. Allá pueden
llegar a elevar la producción a 5 millones de barriles
al día. La nuestra ha estado amenazando con decaer. Allá tienen
reservas infinitas. Aquí unas pocas reservas, que no les
hemos podido incorporar todavía mayores hallazgos.
Venezuela tiene 170 teras de gas como reservas probadas. Nosotros
tenemos un poquito menos de ocho.
Bolivia misma tiene 70. Bolivia con 7 millones 600 mil habitantes
tiene 70 teras probadas de reservas de gas. Nosotros un poquito
menos de ocho.
Salir a vender petróleo en el mercado internacional no
requiere acuerdos de comercio. Venezuela le vende, sin acuerdo
de comercio, el 80 por ciento de su petróleo a los Estados
Unidos.
Nosotros tenemos que vender manufactura mediana, sumamente competida.
Unos productos agrícolas muy competidos en el mundo. Eso
exige acuerdos de comercio.
Y hemos venido haciendo una pedagogía, que es muy importante
que ustedes me ayuden a transmitirla, apreciados transportadores.
Lo que es bueno para Colombia en el TLC, es bueno para los países
andinos como Venezuela. Ustedes que, por razón de su oficio,
tienen tanta relación con la Comunidad Andina, ayúdennos
a multiplicar esto.
Miren: cuando se hizo el G-3, Colombia-Venezuela-México,
al interior de la Comunidad Andina hubo un gran debate por temor
a que ocurriría un fenómeno de desviación
de comercio de la Comunidad Andina hacia México.
Los estudiosos del comercio internacional hablan de desviación
de comercio y de creación de comercio. En el pronóstico
negaban que ese G-3 fuera a crear comercio. Simplemente lo identificaban
como un factor de desviación de comercio. ¿Qué pasó finalmente?
Crecimos con México en nuestro comercio, y eso jalonó más
crecimiento al interior de la Comunidad Andina. En lugar de darse
el riesgo al cual se le temía de que el comercio andino
se desviara hacia México, lo que hicimos con esa integración
con México, a la que todavía le falta, fue jalonar
más el comercio intra-andino.
Si ustedes miran las cifras con Venezuela, son sorprendentes.
Hace pocos años, por ahí cuando empezaba este Gobierno,
nosotros apenas le comprábamos a Venezuela 500 millones
de dólares. El año pasado le compramos 1.100. Y
es posible que este año le compremos 1.600 millones.
¿Qué es importante? Relacionar eso con lo que
ha pasado en nuestro comercio con Estados Unidos. Ha sido justamente
en estos últimos años, en los cuales, en parte
gracias al Atpdea, más hemos crecido nuestras ventas a
Estados Unidos, cuando más hemos crecido nuestras compras
a Venezuela. En estos últimos años a tiempo que
le hemos vendido más a Estados Unidos, hemos duplicado
lo que le compramos a Venezuela.
No se puede entonces negar los hechos de evidencia que la mayor
capacidad adquisitiva de los colombianos por las ventas a los
Estados Unidos, las mayores necesidades de los colombianos para
venderle a Estados Unidos, han incentivado las compras de Colombia
a Venezuela. Y eso tiene que haber ayudado en la generación
de empleo en Venezuela. Eso también le tiene que ayudar
a la hermana Nación venezolana a generar recursos para
superar la pobreza.
Por eso tenemos que seguir un diálogo muy paciente, de
argumentos, para demostrar que la Comunidad Andina no se excluye
con fenómenos como el TLC.
Venezuela dice que le teme a la competencia que va a tener en
Colombia con petroquímica de los Estados Unidos. Todo
está estudiado que no. Que no hay razón para temerle.
Primero, la desgravación que le concedemos a Estados Unidos
en el tratado es gradual. Y segundo, Venezuela es hoy, puede
ser uno de los países más competitivos del mundo
en petroquímica, porque ellos tienen el recurso del petróleo.
Entonces insistiremos en todas partes sobre la bondad de este
tratado no sólo para Colombia sino para nuestros socios
andinos.
Dice Venezuela que teme a la triangulación. Esto es,
que productos que Colombia le compre a Estados Unidos, se desvíen
hacia Venezuela y entren de Colombia a Venezuela ilegalmente,
siendo productos norteamericanos.
Nosotros también tendríamos que temerle a la triangulación
que se derive de la participación de Venezuela como miembro
de Mercosur: productos del Brasil que entren a Venezuela en virtud
de ese acuerdo y que lleguen a Colombia irregularmente.
Pero para eso tenemos las reglas de origen, que protegerán
a Venezuela de la entrada por triangulación de productos
norteamericanos, y a nosotros de la entrada por triangulación
de productos del Brasil.
Tengo confianza que un diálogo paciente, argumentado
con toda la prudencia y con toda la persistencia, nos debe llevar
a superar estos impases.
El TLC, apreciados transportadores, empresarios de la carga,
crea a mi juicio un círculo virtuoso con la infraestructura. ¿Por
qué? Porque nos fuerza a adelantar una agenda de infraestructura
de competitividad, y al mismo tiempo nos da posibilidades para
financiarla
Enfrentados al TLC, la empresa de grandes obras de infraestructura
ya no puede ser objeto de un simple discurso electoral. Tiene
que comenzarse a ejecutar. Pero la misma perspectiva del TLC
de generarle más ingresos a Colombia, contribuye a crear
un clima de confianza en la comunidad financiera internacional
para financiarnos esas obras.
Ese conjunto de obras no se van a hacer de la noche a la mañana,
ni las puede hacer un presidente, ni un gobierno. Requerirán
muchos presidentes, muchos gobiernos. Pero el TLC obliga a empezarlas
y a hacer todos los esfuerzos para avanzar con ellas a buen ritmo.
Las obras de infraestructura a las cuales se acaban de referir
nuestro Presidente Ejecutivo y el señor Gobernador del
Magdalena, ya empiezan a ser hoy un reclamo de todos los colombianos.
Qué bueno.
Hace cuatro años a mí en esta tierra no me reclamaban
las dobles calzadas del Caribe. En el Valle del Cauca había
una angustia muy grande por la quiebra de Emcali. La necesidad
de tener un transporte masivo para Cali. Pero no había
un reclamo por la doble calzada de Buenaventura.
El país se había acostumbrado a que el Túnel
de la Línea fuera un fracaso. Había alguna protesta
en Boyacá porque el contrato de la vía de Briceño
a Sogamoso era un contrato de un tercer carril, pero no tenia
eco en el resto del país.
Casi que estábamos anestesiados para ver que pasara el
tiempo sin resolver el pleito de Comsa, y mantener condenado
a Bogotá a no tener una doble calzada para llegar al río
Magdalena por la autopista Medellín-Bogotá .
Qué distinto hoy es el país. Los compromisos frente
a esas obras hoy no son especulaciones de cátedra en facultades
de ingeniería, ni pueden ser tampoco discursos de campaña.
Son imperativos nacionales. Y el TLC ha encendido la llama de
la conciencia nacional sobre todas estas obras, apreciados compatriotas.
Y creo yo mucho en ese círculo virtuoso. Cito como ejemplo
la Línea, túnel que ojalá lo llamáramos
el Túnel del Segundo centenario, ese segundo centenario
que la Patria, con la visión de largo plazo, espera el
7 de agosto de 2019, que tiene que ser todo este período
hasta el 2019 de reflexión sobre lo que ha sido nuestra
historia, sobre nuestras dificultades, posibilidades y sobre
nuestros deberes con las nuevas generaciones de colombianos.
Hace cuatro años, cuando empezaba el Gobierno, con el
señor Ministro de Transporte, hablábamos de la
necesidad de ese túnel, y le dije: empecémoslo
de alguna manera, no esperemos a tener toda la plata junta, que
si se espera a tener toda la plata junta nunca va a estar y no
se arranca la obra, empecemos por la parte básica. Conseguimos
ahí unos pesos del presupuesto nacional, peleados con
todas las agencias del Estado, y ya yo creo que hoy supera los
3.300 metros, ¿Mauricio? Pues llegue rapidito a 3 mil,
porque me está haciendo quedar mal.
Hace tres meses se anunció una visita de los banqueros
del Banco del Japón. Me dijo el Ministro: vienen los del
Banco del Japón, del túnel de La Línea.
Le dije: Ministro, no los vaya a sentar en su oficina a mostrarles
un power point, se aburren los tipos, bostezan, para esa gracia
que no vengan, mándeles un video.
Si van a venir, móntelos en un helicóptero y llévelos
a La Línea. Y en efecto, los japoneses, que son bien fríos,
sonrieron, se emocionaron allá. Y estamos ya en las vísperas
de perfeccionar ese empréstito, un empréstito a
40 años de plazo, con una tasa de interés muy baja,
que si uno trae eso a valor presente y lo compara con un crédito
en condiciones ordinarias, este vale la tercera parte de lo que
vale un crédito de concesiones ordinarias.
Por eso los bancos internacionales lo califican como crédito
concesional. Y dijeron los japoneses: ahora sí vemos que
Colombia tiene voluntad de hacer estas obras. Esas obras empezadas,
el país con licitaciones, el país haciendo esfuerzos
para empezar todas estas obras, muestra voluntad de que las va
a hacer. Y el TLC fuerza esa voluntad.
Y dijeron los japoneses: y vemos que la economía colombiana
está creciendo, que van acceder al mercado de Estados
Unidos, eso les mejora los ingresos y las posibilidades de pagar
estos empréstitos. Entonces ahí se crea el círculo
virtuoso: el TLC obliga a hacer esas obras. Esas obras son un
imperativo para que el TLC tenga éxito. Pero el TLC a
su vez crea condiciones de confianza en nuestra economía,
que ayuda a que las financie. Mauricio.
Mauricio Ramírez, Director de INVIAS: En este momento
tenemos la tercera visita de los japoneses, tenemos en este momento
ocho, y esta visita tiene un mes y medio de duración,
ya lleva una semana, ya fueron al Túnel de la Línea,
los estamos llevando a los túneles de Buenavista y al
túnel Fernando Gómez Martínez, vamos muy
bien en el proceso.
Presidente Uribe: Ya están viendo túneles y no
power point.
Mauricio Ramírez, Director de INVIAS: Están metidos
en el túnel, sí, señor Presidente.
Presidente Uribe: Quería hablarles brevemente de combustibles.
Ahí tenemos nuestro dolor de cabeza, porque si bien no
ha declinado la producción de petróleo como se
había estimado, de todas maneras los 530 mil barriles
que hoy producimos son muy inferiores a los 800 mil que el país
llegó a producir.
Y no obstante que ha aumentado muchísimo la inversión
en búsqueda de petróleo en Colombia, que han confluido
tres factores: la necesidad mundial de petróleo, la confianza
en la economía colombiana y las medidas específicas
que ha tomado el Gobierno para estimular la inversión,
una de las cuales es lo que yo llamaría la operación
avispa en la búsqueda de petróleo, esto es, no
solamente buscar los grandes yacimientos, el interés que
hubo por encontrar el Caño Limón, a Cusiana y a
Cupiagua, sino una gran inversión en busca de grandes
y de pequeños yacimientos, que ha incorporado, a través
de mucho pozo pequeño, pequeñas cantidades de reservas
que sumadas son significativas.
No obstante todos esos esfuerzos, todavía no hay hallazgos
grandes, y las pequeñas porciones encontradas todavía
no suman grandes cantidades.
Lo que a mí me genera confianza es el volcamiento de
la inversión internacional a buscar petróleo y
a buscar gas en Colombia.
Aquí, por ejemplo, en frente de Santa Marta tenemos cuatro
millones de hectáreas, a una concesión integrada
por Petrobras, ¿cuál es la entidad internacional,
la que está aquí? La Exxon-Mobil y Ecopetrol.
En el Caribe sur de la Patria ya tenemos también otro
prospecto de concesión muy grande, estamos buscando, ya
se están dando los primeros pasos para concesionar nuestro
mar que circunda el archipiélago de San Andrés
y Providencia, y para empezar a buscar en el Pacífico.
Los informes que hemos recibido de esta concesión Tayrona
en frente de Santa Marta, son preliminares pero a halagüeños,
ojalá, ojalá.
Ese volcamiento de la inversión internacional a buscar
combustibles en Colombia, nos genera optimismo.
En carbón hemos crecido mucho y hay grandes posibilidades.
Ya lo decía el señor Gobernador, seguramente ustedes
lo han hablado con el Ministro. Las decisiones tomadas en ferrocarril,
en puertos, etcétera, van a permitir que el país
pase de exportar 52 - 55 millones de toneladas, a exportar 110
millones de toneladas. Eso es grande, yo creo que se convierte
en un factor muy estimulante del transporte de carga.
Se requieren carreteras. Por ejemplo, los carboneros de la Sabana
cundiboyacense, donde el país tiene esos mantos de carbón
coquizable tan importante.
Acaban de venderle un millón de toneladas al Brasil,
pero el Brasil consume 36 millones al año. Y la Sabana
cundiboyacense se les pudiera proveer si tuviéramos infraestructura.
Ahí se pone de presente la necesidad de terminar de pavimentar
la carretera del Carare, de avanzar en esa carretera de Chiquinquirá,
abajo a Puerto Boyacá, de tener más puertos en
el río Magdalena, más oferta de carga fluvial,
y los puertos de intercambio con el transporte marítimo.
En los combustibles alternativos el país tiene muchas
posibilidades. Gracias a una exención tributaria, en este
Gobierno se instalaron ya los primeros 20 mil kilovatios de energía
eólica en La Guajira. La sola Guajira en brisa, podría
producir, calculan, entre 4 y 5 millones de kilovatios de energía,
en un país que hoy genera 13 millones.
Y mi gran fe está en los combustibles biológicos.
Hace cuatro años me decían los empresarios del
Valle del Cauca que no iba a ver quién produjera alcohol
carburante en Colombia. Hoy estamos produciendo, gracias al marco
tributario que creamos, millón 50 mil litros.
Ya vamos a tener los primeros experimentos, ya estamos en ellos,
para producir alcohol carburante de yuca en los Llanos Orientales
y allí en el Cesar.
En Boyacá hay entusiasmo con la producción de
alcohol carburante a partir de remolacha. Y rápidamente
el país va a tener la primera planta de producción
de biodiesel a partir de aceita de palma.
La producción de combustibles biológicos es una
necesidad mundial y una gran posibilidad colombiana. Y el país
tiene importantísimas posibilidades en ello, para atender
el mercado interno, para sustituir combustibles fósiles
y para exportar.
Si hoy tuviéramos excedentes exportables, los Estados
Unidos nos estarías comprando lo que fuéramos capaces
de enviar allá.
Ahí veo yo un gran futuro para el medio ambiente, para
tener alternativas para el empleo, para el transporte de carga
y para las exportaciones.
Quería anunciarles a ustedes que antes del 7 de agosto,
cuando termina este Gobierno, el país tenga definida la
nueva política de motores de vehículos. Creo que
el paso del Brasil es ejemplar: tener esos vehículos que
pueden trabajar o con alcohol o con gasolina. Los fluel oil que
llaman allá.
Me parece que esa política nuestra, entre todos los elementos
que defina, debe decirnos a partir de qué fecha los motores
que entren a Colombia deben ser motores que trabajen con una
fuente o con la otra. Y debe decirnos también qué adaptación
deben tener los motores viejos para poderse adecuar a esas nuevas
mezclas de combustibles. Eso lo vería yo muy promisorio
para el país.
Finalmente me parece de gran importancia trabajar con ustedes
y con todos los eslabones del transporte de carga, sobre el tema
de reposición y mejoramiento de equipos, y sobre este
tema que les acabo de mencionar: sobre la nueva era de motores
en Colombia.
Yo quiero agradecer inmensamente el esfuerzo que ustedes hacen
todos los días por esta Patria.
Antes de entrar a esta reunión me daban dos buenas noticias:
el estimativo que ha hecho Planeación Nacional del crecimiento
económico en el primer trimestre de la economía,
en el primer trimestre del año, es del 5,33. Y hoy salió la
nueva clasificación de competitividad internacional: Colombia
pasó del puesto 47 al puesto 40. En el último año
ganamos siete puestos en la escala internacional de competitividad.
No estamos en el paraíso pero esta Nación tiene
grandes posibilidades. Creo que hay muy poquitos países
que puedan mostrar una asamblea de transportadores de carga tan
comprometida con la Nación entera, como la asamblea que
ustedes constituyen con este auditorio.
Quiero responderles algunas preguntas, algunos comentarios,
antes de reunirme con los alcaldes del Magdalena, de La Guajira
y del Cesar. E invitarlos a que sigan trabajando con ese entusiasmo
para que hagamos de Colombia una Nación segura y emprendedora.
Con el mayor gusto los escucho”.