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20 de noviembre

PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN FORO INTERPARLAMENTARIO DE LAS AMÉRICAS

Bogotá, 20 nov (SNE). Las siguientes son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez, al intervenir en el V Foro Interparlamentario de las Américas.

“Honran ustedes a Colombia, a la ciudad de Bogotá y a nuestro parlamento, al realizar aquí en esta ciudad la V Asamblea Plenaria del Foro Interparlamentario.

En primer lugar, quiero felicitarlos porque el Foro Interparlamentario se ha convertido en un evento con constancia, en una lucha permanente, dejó de ser algo ocasional, y yo creo que con la perseverancia va a rendir buenos frutos para las democracias del continente. Y muchas gracias por haber seleccionado a Colombia.

Quiero agradecer inmensamente la disposición de cada uno de ustedes de venir a nuestro país, el interés operes de la señora senadora y Presidente del foro, la senadora Céline Hervieux-Payette, y el gran entusiasmo de la senadora Nancy Patricia Gutiérrez Castañeda, quien puso toda la energía para la feliz realización de esta asamblea aquí en Colombia.

La señora presidente Céline Hervieux-Payette se ha referido al tema del comercio, al tema de las inequidades en el continente, al tema de las finanzas para las microempresas y al tema de las drogas ilegales.

Permítanme dividir esta intervención en dos: primero para dar unas breves reacciones a la señora Presidente sobre estos temas, y después para recoger algunas inquietudes de ustedes, que son parlamentarios y, que como el nombre de su oficio lo indica, siempre les gusta más el diálogo activo que aquello de sólo escuchar discursos magistrales.

El comercio. Señora Presidente, muy distinguidos parlamentarios, Colombia ha estado los últimos años en una tarea intensa para buscar integrar la economía a la economía mundial. Hace cinco años, prácticamente no se veía la posibilidad del acuerdo entre la Comunidad Andina y Mercosur. Hemos realizado ese acuerdo, está en plena vigencia. Creo que fue un gran paso en el proceso de integración del continente.

Algunos países andinos, Perú y Colombia, hemos avanzado en negociaciones con los Estados Unidos. Perú firmó su tratado. Colombia está dispuesta a firmarlo en dos días, el 22 de noviembre. Ahora queda faltando el proceso de ratificación en los Congresos.

La Constitución colombiana adicionalmente exige una revisión de constitucionalidad del tratado por parte de la Corte Constitucional de Colombia, que es el máximo órgano encargado de la guarda de la Constitución.

Por lo pronto hemos venido luchando para que el Congreso de los Estados Unidos y su Ejecutivo aprueben la extensión de las preferencias a Bolivia, Ecuador, Perú y Colombia.

La semana anterior tuve la oportunidad de estar dos días en los Estados Unidos en esa tarea, pidiendo nuevamente al Ejecutivo y al Congreso, una extensión de esas preferencias que han sido bastante útiles para nuestros países.
Esas preferencias son muy útiles pensando, por ejemplo, en los 100 mil trabajadores de la ciudad del El Alto, en los alrededores del aeropuerto de La Paz, en Bolivia, cuyo producto todo va al mercado de los Estados Unidos, y que en buena parte es competitivo en ese mercado por las preferencias.

Esas preferencias son necesarias para muchas tareas exportadoras del Perú, para buena parte de las exportaciones agrícolas del Perú, para ese crecimiento en la producción de textiles, de confecciones del Perú. Esas preferencias son necesarias para la canasta exportadora del Ecuador, salvo del petróleo. Y esas preferencias son necesarias para cuatro mil productos de exportación de Colombia.

Le hemos dicho a Estados Unidos que la región requiere esas preferencias y que son justas, no solamente porque compensan unos grandes esfuerzos que la región hace contra el narcotráfico, sino también porque ayudan a acceder al mercado de los Estados Unidos y en algo a equilibrar las balanzas.

Algo que no es notorio a primera vista. Cuando se mira la balanza comercial entre Colombia y Estados Unidos, a primera mirada aparece que esa balanza fuera positiva para Colombia. En efecto, aparecen registradas exportaciones colombianas del orden de 9 mil millones de dólares e importaciones provenientes de los Estados Unidos de algo más de 6 mil. Pero cuando se resta el petróleo, que en el caso de Colombia es declinante, petróleos de Colombia con su declinante producción exporta a Estados Unidos, esa balanza se torna negativa. Y cuando restamos el carbón, se torna todavía mucho más negativa. O sea que cuando pedimos las transferencias y el TLC para acceder al mercado de los Estados Unidos, también lo hacemos en procura de tener oportunidades para hacer esa balanza más equitativa.

Quisiéramos que la hermana Republica Bolivariana de Venezuela pudiera participar con nosotros en todo este proceso de acceso al mercado de los Estados Unidos, del TLC, y pudiera participar también en el tema de la búsqueda de las preferencias. El tema siempre lo manejamos con la mayor hermandad y con la mayor prudencia.

Los hermanos países centroamericanos, con la excepción de Panamá aún, han suscrito y ratificado el tratado, falta por ratificarse Costa Rica, el tratado de comercio con los Estados Unidos. Nosotros tenemos la preocupación de que Centroamérica tenga este tratado con los Estados Unidos y los países andinos y del sur también, porque en algún momento lo tendrán los del sur, y que entre Centroamérica y en este caso la Comunidad Andina no haya esas mismas posibilidades de intercambio de productos, de acceso recíproco a los mercados.

Por eso hemos venido desde el mes de febrero avanzando en el tratado entre tres de los países centroamericanos y Colombia, que procuraríamos que fuera extendiéndose también a los hermanos países andinos. Los tres países centroamericanos con los cuales estamos en plena negociación son Honduras, El Salvador y Guatemala. El próximo lunes se firmará en Santiago de Chile el Tratado de Comercio entre Colombia y la Nación austral. Y se está también estudiando un acuerdo entre la Comunidad Andina y Chile. Creemos que es de gran importancia.

Nosotros estamos buscando el acuerdo con la hermana República Bolivariana de Venezuela, que sustituya las normas que en la Comunidad Andina regían las relaciones entre Colombia y Venezuela en el campo comercial.

Esta mañana me informaban lo siguiente, para mostrar que esto es positivo para todo el mundo: en Colombia hemos pasado de unos años en los cuales se producían 60 – 66 mil vehículos, a un año como éste en el cual estaremos produciendo cerca de 180 – 200 mil vehículos. Un salto enorme.

Y este año la Comunidad Andina es muy dinámica en la materia. Por ejemplo, la fábrica de Toyota instalada en Venezuela, que alimenta el mercado colombiano, ha agotado existencias este año, hasta el punto que para alimentar las necesidades del mercado colombiano empieza a presentarse el imperativo de importar vehículos Toyota desde Tailandia. Esto demuestra como, bien estimulado este comercio, le da mucha dinámica a nuestras economías.

¿Por qué no las preferencias unilaterales como camino permanente? Por dos razones: primero, esas preferencias unilaterales no incluyen todos los productos en los cuales hay potencial exportador en nuestras economías. Son restrictivas, excluyen muchos productos. Y segundo, los inversionistas no invierten cuando falta la certeza del acceso permanente a los mercados. Si ellos ven que hay unas preferencias concedidas unilateralmente para un período de cuatro años, que se extienden por un año, pues ven mucha incertidumbre en el acceso a los mercados y por eso frenan las decisiones de inversión. Para que haya decisiones de inversión se necesita el acceso permanente a los mercados.

De allí que estemos buscando por una extensión temporal de las preferencias en los Estados Unidos, pero estemos luchando por una solución permanente, que es el acceso al mercado norteamericano a través del acuerdo de comercio.

Y algo semejante con Europa. Hace dos años obtuvimos una renovación de las preferencias europeas por 10 años, pero 10 años pasan en nada, sobre todo para materias tan complejas. Perú, Ecuador, Bolivia y Colombia estamos en la fase exploratoria para buscar el primer acuerdo con Europa, que debe llevarnos a tener un acuerdo permanente con la Unión Europea. Quisiéramos que en algún momento pudiéramos estar en ese acuerdo en compañía de la hermana República Bolivariana de Venezuela.

Nosotros no miramos el tema del comercio, distinguidos parlamentarios del continente, como un tema ideológico. Nosotros lo miramos como un tema práctico, como un tema de acceso a mercados, que ayuda en muchísimos aspectos.

Primero, atrae inversión. China, que todo el mundo la premia, la señala como la campeona en recepción de inversión extranjera directa, Nación que durante 15 – 17 años ha venido recibiendo inversiones del orden del 54 – 57 – 67 mil millones de dólares al año, lo ha logrado porque ha tenido éxito en la incursión en casi todos los mercados del mundo. Ese es un aspecto bien importante a resaltar. Nosotros conectamos el acceso a los mercados con la posibilidad de adquirir inversión extranjera directa.

De hecho, la situación en Colombia ha mejorado en materia de inversión extranjera directa. El país empieza a ser un buen receptor. Ya el año pasado fueron alrededor de 5 mil 400 millones de inversión neta. Este año alrededor de 6 mil millones. Y bastantes distribuidores en varios sectores de la economía. Pero el acceso a mercados es una condición necesaria para que eso se dé.

Esa inversión se convierte en un factor necesario para la generación de empleo, de buena calidad, con afiliación a la seguridad social, y también para que haya un proceso sostenido de expansión de la economía, que le permita al Estado recaudar los recursos con los cuales hacer el desatraso social, con los cuales financiar superación de pobreza y financiar la construcción de equidad.

Esos tratados ayudan muchísimo a los consumidores. Al tiempo que ayudan a los inversionistas, a los exportadores, también ayudan a los consumidores, porque al ir abriendo estos mercados muchas veces se puede obtener productos que vienen de los países con los cuales se hace el acuerdo, productos de mejor calidad y mejor precio que aquellos que se ofrecen en el mercado local.

Esto finalmente beneficia a todos. Nosotros hemos visto una gran expansión de la economía andina, gracias al crecimiento de lo que se llama el comercio intrandino.

Y para nosotros el acceso a los mercados, la integración de los pueblos, no tiene limitaciones ideológicas. Nosotros estamos procediendo con un gran respeto a la diversidad del continente. Por eso hace pocos días culminamos nuestras negociaciones con la República de Cuba, y Colombia ya cuenta con un tratado de comercio con la Republica de Cuba.

Y confiamos poder avanzar con el Canadá, señora Presidente. Hace cuatro años, hace dos años, con los anteriores Primeros Ministros hablamos del tema, no se pudo avanzar, y con el actual Primer Ministro hemos hablado nuevamente el tema y ya hay una comisión mixta de Colombia-Canadá, mirando cómo podemos avanzar. Qué bueno poder tener rápidamente un acuerdo entre Canadá y los países andinos.

Para los trabajadores consideramos que los tratados son muy importantes, no sólo porque dan posibilidades de mejores empleos, de empleos con afiliación a la seguridad social, sino también porque en las cláusulas sociales que se consignan en los tratados, cada país exige de su contraparte el respeto total a las obligaciones laborales, y cuando se quiebran esas obligaciones laborales, entonces los otros países signatarios del tratado pueden ejercer el derecho de sancionar al país miembro del tratado que ha violentado, que ha quebrantado las disposiciones laborales.

A los trabajadores al interior de nuestros países los protegen las cartas constitucionales, los desarrollos legales, los jueces, los gobiernos, la contratación colectiva, pero las cláusulas sociales de los tratados también entran a proteger a nuestros trabajadores.

Nosotros vemos, pues, señora Presidente, el tema de la integración de nuestras economías como un tema de oportunidades sociales de gran importancia.

Ahora, hay sectores que corren riesgos. Cerca de la ciudad de Cartagena, en un municipio del departamento de Bolívar que se llama Arjona, tuvimos un consejo comunitario el sábado sobre el sector agropecuario, y hay subsectores del sector agropecuario que corren riesgos, esto no se puede desconocer.

En Colombia nos estamos preparando, con grandes esfuerzos del parlamento, que está en el proceso de aprobar una ley que se llama ‘Agro: Ingreso Seguro’, mediante la cual en Colombia se van a aumentar enormemente los recursos para estimular la competitividad del agro, para transformar sectores, para desarrollar nuevos sectores.

También es importante señalar que nos hemos forzado, nos hemos visto obligados a avanzar en muchos casos a través de soluciones bilaterales, porque las soluciones multilaterales no avanzan.

Nosotros queremos expresar nuestra preocupación por la falta de resultados en la Ronda de Doha. Estamos en mora que los países industrializados tomen la decisión no solamente de eliminar los subsidios a las exportaciones agrícolas, sino también de eliminar los subsidios a la producción de alimentos.

Si eso se resolviera en la Ronda de Doha, estarían resueltos muchos de los problemas que han venido frenando la integración multilateral. Y a falta de avances multilaterales, se hacen imperativos para muchos países los tratados bilaterales. Por ejemplo, ¿qué hace Colombia si no logra un tratado bilateral para acceder al mercado de los Estados Unidos y vive de preferencias en preferencias, que no generan confianza inversionista? El ideal sería tener ya unos tratados multilaterales, pero a falta de ellos, por razones de necesidad, nos vemos abocados a explorar y a buscar la vía bilateral.

Tiene razón, señora Presidente, al presentar su preocupación por los temas de inequidad, por los temas de pobreza, de inequidad en la distribución de ingreso en el continente.

Hace cuatros Colombia tenía niveles de pobreza del 60 por ciento. El año pasado estaban en el 31, confiamos en la nueva administración reducirlos al 35. El país tiene una visión de largo plazo al año 2019, que está fijando para ese año haber reducido la pobreza a no más del 15.

Y por primera vez el Coeficiente Gini, que mide la equidad distributiva, empieza a mostrar una leve tendencia de mejoramiento en Colombia.

En toda nuestra plataforma legislativa, bastante numerosa e importante, que avanza en este Congreso, hay una constante, que es ayudar que esta economía colombiana crezca al 6 por ciento, ayudar a superar las metas que nos hemos propuesto de disminución de la pobreza y ayudar en la construcción de equidad.

Tenemos metas muy exigentes. Tenemos la meta de lograr plena cobertura en educación básica en este cuatrienio, de avanzar muchísimo en educación preescolar, de lograr plena cobertura en salud, de avanzar muchísimo en el tema de agua potable y de saneamiento básico.

Nosotros creemos que hay que llevar de la mano el crecimiento, la superación de la pobreza y la construcción de equidad.

El continente vivió entre extremos: en los años sesenta era creciente la doctrina que decía que lo que importaba era estimular el crecimiento de la economía y que el mejoramiento de la distribución vendría espontáneamente. Eso fracasó.

Después, en décadas posteriores, se dijo que lo que era necesario era distribuir, se le dio la espalda al crecimiento, y finalmente donde se pudo distribuir se distribuyó pobreza.

Para nosotros hay que llevar de la mano, crecimiento, superación de pobreza y distribución.

Se ha referido la señora Presidente al tema del crédito al microempresario. Todo el continente tiene grandes potencialidades. Una de las maneras de superar la exclusión es a través de conectar los sectores microempresariales, tradicionalmente excluidos, a las corrientes del crédito.

En nuestra primera administración un millón 800 mil microempresarios colombianos lograron crédito, crecimos la cartera microempresarial, pasó de ser una cartera de 736 mil millones a una cartera de 3 billones.

Mañana, aquí en la ciudad de Bogotá, vamos a empezar lo que llamamos la segunda etapa de la revolución del microcrédito, un esquema que denominamos Banca de Oportunidades.

¿Cuál es el objetivo? Llegarles con crédito a sectores excluidos, a los sectores más vulnerables, a los sectores de dificultades en acceso al crédito, llegarles con crédito a aquellos sectores que han tenido que proveerse de recursos financieros a través del mercado negro del agiotismo y a través de llegarles con ese crédito, ayudarles a que tengan más posibilidades con menores tasas de interés, a que tengan más posibilidades de prosperidad económica, y a que no dependan del mercado negro del sistema financiero.

Mañana empezaremos con mil familias vulnerables, desplazadas, en la ciudad de Bogotá, que por primera vez reciben un crédito formal, y empezaremos con 300 egresados del Sistema Nacional de Aprendizaje.

Allí vamos a ver dos grupos: familias en extrema pobreza, que han estado siendo organizadas por el Gobierno en un proyecto que se llama Familias en Acción, de subsidios educativos, y que ahora entran a la segunda fase, a la fase de recepción de crédito para desarrollar proyectos productivos.

Y mañana le llegaremos a un sector cuya vulnerabilidad es distinta, es un sector de recién egresados en técnicas y tecnologías que, por su condición de ser muy jóvenes, de haber apenas concluido una fase de estudios, generalmente no tienen acceso a recursos de crédito.

Para ello estamos comprometiendo todo el sector financiero colombiano, el estatal y el privado, las cooperativas y las fundaciones, y una institución que ha crecido mucho en Colombia, de gran importancia, que es el Fondo de Garantías.

Aquí tenemos en el nivel nacional dos fondos de garantías: uno para el microempresario en general y otro para el sector agropecuario. Y en muchos de los departamentos colombianos ya hay fondos de garantías.

Entonces estamos llegando con ese crédito a sectores muy pobres, pero socialmente organizados. Es muy importante la organización social de los destinatarios del microcrédito. A sectores que no están en ese nivel de pobreza, pero que necesitan el crédito y, por su juventud, por su condición de reciente egreso de programas tecnológicos o universitarios, tienen dificultades de acceso al crédito.

Todas esas personas tienen una etapa de preparación y tienen quien los presente a ordenar el crédito y quien los acompañe.

Por ejemplo, cada una de las familias que van a recibir crédito mañana, ha tenido una etapa de preparación a través del Servicio Nacional de Empleo. Eso también lo podrá dar el sector privado, sus diferentes fundaciones.

La institución que ha preparado a la familia, la presenta al Banco que le va ha hacer el crédito, y esa institución se compromete a acompañar a la familia mientras sea deudora. Y el Fondo Nacional de Garantías concurre a otorgar la garantía, a otorgar el aval.

Hemos venido diseñando muy cuidadosamente toda esta institucionalidad de microfinanzas, y ahora tenemos todo el compromiso desde mañana de mostrar periódicos resultados para que podamos llegarles a los sectores más pobres de la población.

Hemos producido recientemente un decreto, que autoriza los corresponsales financieros no bancarios. Abrir una sucursal bancaria en sectores populares de nuestras grandes ciudades es prácticamente imposible, lo mismo en áreas rurales remotas.

Antes era muy difícil por la inseguridad, ahora menos difícil por esa razón. Pero sigue siendo muy costosa la forma tradicional. Abrir una oficina bancaria en una comunidad rural colombiana antes, además de los problemas de violencia tenía el riesgo del costo y la falta de la base tecnológica. Había que montar una oficina costosa, en edificación, etcétera.

¿Cuál es el concepto del corresponsal no bancario, que empezará a operar en Colombia en las próximas semanas? Es la posibilidad de llegar con una sucursal bancaria muy sencilla, pero con muy buen soporte tecnológico, a los barrios más pobres de las grandes ciudades y a las comunidades rurales.

Se hace un acuerdo con una parroquia, con una escuela, con una farmacia, con una pequeña tienda, con una Acción Comunal. Allí el respectivo banco que va a abrir su corresponsal no bancario, instala una casilla, ya no es la construcción pomposa de antaño, ahora es una casilla sencilla. Eso sí, antes no había base tecnológica, ahora la casilla tiene que estar dotada de una base tecnológica moderna, que permita la comunicación desde ese sitio con la central bancaria que debe atender a la persona.

Confiamos que todos estos mecanismos nos permitan presentar ante los colombianos y ante los hermanos del continente un avance muy significativo en financiación de crédito popular.

Comparto plenamente su inquietud, señora Presidente. Yo he abrazado la causa del crédito popular en Colombia con emoción, con gran amor. Es la única manera de sacarla adelante. Y aspiramos que todo el sector financiero de este país, pueda mostrarle a la Nación un balance social en materia de crédito popular.

No sé, doctora Nancy Patricia, honorable senadora, si algunos de los distinguidos congresistas visitantes quisieran acompañarnos mañana a El Tunal de Bogotá, donde entregaremos los primeros créditos del nuevo esquema de crédito popular Banca de Oportunidades

Le rogaría coordinar con ellos, le pediré ese favor a la doctora Alicia Arango, secretaria privada de la Presidencia, y sería honroso y grato que ustedes nos acompañaran en esa experiencia, que hemos venido diseñando y que vamos a lanzar mañana en un sector pobre de esta ciudad.

Y ha tocado usted en el último de los puntos, señora Presidente, la preocupación por las drogas ilícitas, y en un país que tanto ha sufrido.

Colombia está haciendo un gran esfuerzo en fumigación, erradicación manual, cultivos alternativos. Un gran esfuerzo en confiscación de la riqueza ilícita y un gran esfuerzo en extradiciones.

Este año se fumigan unas 160 mil hectáreas en Colombia, con gran ayuda de los Estados Unidos. Pero también con un enorme esfuerzo nacional, en dos días estaremos completando la erradicación de 40 mil hectáreas de droga, erradicación manual.

Por primera vez tuvimos un programa fuerte de erradicación manual el año anterior, erradicamos 31.200 hectáreas. Y este es el segundo año consecutivo. Este año estamos completando la erradicación de 40 mil. Nos proponemos para el año entrante erradicar 50 mil inicialmente. Este año 40 mil, el año entrante 50 mil.

Le hemos pedido a la Unión Europea que nos ayude en la erradicación. Estados Unidos está haciendo un gran esfuerzo para ayudarnos en la fumigación y necesitamos que la Unión Europea, ojalá Canadá, nos pudieran ayudar en la erradicación. El programa de erradicación manual no tiene las objeciones que en algunas partes tiene el programa de fumigación.

Pero hay casos bien interesantes. Hace un año tomamos la decisión de erradicar manualmente las hectáreas de droga de los Parques Nacionales. ¿Saben qué nos pasó?, en un gran parque que se conoce con el nombre de Parque Natural de la Macarena, fueron asesinados entre policías y erradicadores, por acciones del terrorismo, más de 20 personas.

Eso nos obligó, para proteger la vida de los erradicadores, a fumigar en aquel Parque. No queríamos hacerlo, queríamos liberar ese parque de la droga a través de la erradicación manual, pero la acción cruenta del terrorismo contra policías y contra erradicadores nos obligó a proceder a fumigar lo que allí quedaba de droga.

Hemos hecho un gran esfuerzo en cultivos alternativos, pero el mejor cultivo alternativo es el crecimiento general de la economía. Un crecimiento de la economía que fuera sostenido al 6 por ciento, se convertiría en el gran cultivo alternativo a los problemas de la droga en Colombia.

Este país, distinguidos congresistas, tiene un millón 164 mil kilómetros cuadrados: 578 mil están todavía en selva. Este es uno de los países más ricos del mundo en biodiversidad y en disponibilidad de agua dulce, en relación con la extensión territorial. La droga es el gran enemigo.

La selva colombiana es una alcancía de biodiversidad de la humanidad entera. La selva colombiana es una inserción a la selva amazónica. La droga ha destruido en Colombia 2 millones de hectáreas.

Hemos creado un programa que se llama Familias Guardabosques, hay 43 mil familias vinculadas a este programa. Esas familias se comprometen a mantener un área libre de droga, a proteger la recuperación del bosque. En zonas donde la tierra no sea erosionable, esas familias tienen actividades económicas lícitas y están recibiendo un apoyo del Estado, de más o menos, 1.500 – 2 mil dólares al año. Tenemos 43 mil familias, le hemos pedido a Europa, al mundo, que nos ayuden. Porque si pudiéramos llegar a 100 mil familias, podríamos superar más exitosamente, más rápidamente, el flagelo de la droga.

En muchos foros se discute el tema de la droga y se alega que la fumigación es la causa de mucho problema ambiental. La causa del problema ambiental no es la fumigación, es la droga. En el río Putumayo, fronterizo, primero con la hermana República del Ecuador y después con la hermana República del Perú, hemos encontrado que la disminución de la fauna acuática, se dio no por la erradicación y la destrucción de la droga, sino mucho antes por la siembra de la droga.

Lo primero que hacen para sembrar droga es derribar la selva, un gran daño ecológico, erosionan los suelos, la escorrentía de la lluvia amazónica lleva esa erosión a las aguas, sedimenta el cauce de los ríos, y en el proceso de la droga, la utilización de todos los precursores químicos, envenena la selva y envenena las corrientes de agua.

Permítanme alegar ante ustedes lo que suelo alegar ante las nuevas generaciones de mi país: el problema de la droga hay que empezar a mirarlo no simplemente con las aproximaciones tradicionales, sino con una nueva aproximación: la droga es un gran enemigo de la ecología.

Este país ha comprobado, con la destrucción de dos millones de hectáreas de selva tropical, con la afectación de la fauna acuática, con la afectación de la flora amazónica, cómo es de dañina la droga para el equilibrio ambiental de una Nación como Colombia, y del mundo en general.

Para no hablar hoy de la realidad que ustedes conocen: nuestra lucha contra el terrorismo, que va avanzando, que presenta hoy un país más seguro, más amable, pero que le falta mucho en su recorrido, esa lucha sería menos difícil si en Colombia pudiéramos erradicar totalmente la droga.

Por eso pedimos la solidaridad de todos los pueblos del mundo, de nuestras naciones hermanas.

El terrorismo no tiene amigos, ni tiene fronteras, ni tiene aliados, el terrorismo engaña, es farsante. El terrorismo, en un momento, cuando no puede secuestrar en un país, secuestra en el otro.

Cuando no puede extorsionar en un país, extorsiona en el otro.

Cuando no puede producir drogas en un país, produce en el otro.

La lucha que Colombia libra hoy, en la medida que sea exitosa, será una lucha que habrá de beneficiar a todos nuestros vecinos, al mundo entero.

Nosotros damos una batalla por la seguridad desde la democracia, y eso marca nuestra lucha por la seguridad, la pone diferente a lo que fue la lucha por la seguridad en dictaduras.

Otros países del continente agitaron las banderas de la seguridad para sustentar dictaduras. Aquí nuestra seguridad es democrática, porque a diferencia de la doctrina de la seguridad nacional, de ingrata recordación, que recordó el continente, violó derechos humanos, cercenó libertades públicas, afectó el disenso, cerró los derechos de la oposición, la seguridad nuestra es democrática.

Colombia vivió este año dos procesos electorales: el del Congreso y el de la Presidencia. Los más amenazados pero también internacionalmente reconocidos como los más pacíficos de la historia. Todos los voceros de la oposición, los amigos de las diferentes tendencias políticas, los amigos del Congreso, del Gobierno, recorrieron el país, agitaron sus campañas, rodeados de plenas garantías. Fue un bello proceso.

Todavía grupos guerrilleros, en algunas regiones del país, amenazaron a los votantes que se inclinaban a votar en favor de la reelección presidencial, pero confiamos que, en la medida que avance la Seguridad Democrática, aquí finalmente no haya ni paramilitares ni guerrilla que presionen a los electores.

Quisiera, si ustedes lo tienen a bien, porque comprendo su vocación parlamentaria en todas las horas, responder algunas inquietudes que deseen formular. Les agradezco inmensamente su presencia en Colombia, el honor que le hacen a nuestra Patria de haberla escogido para esta V Asamblea del Foro Interparlamentario de las Américas.

Muchas gracias y bienvenidos los comentarios, preocupaciones, preguntas de ustedes”.

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