PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE ANTE EMPRESARIOS CHILENOS
Santiago de Chile, 28 nov (SNE). Las
siguientes son las palabras del presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, al
intervenir en el Encuentro Nacional de Empresarios (Enade) de Chile,
acto en el cual respondió interrogantes de sus anfitriones.
“Tenemos un acuerdo con el Gobierno de la señora
Presidenta Michelle Bachelet para una acción conjunta permanente
de nuestras Fuerzas Públicas, de nuestras administraciones
de justicia, a fin de combatir la droga.
La historia de Colombia en la materia es
triste. Cuando empezó la
droga en Colombia empezó simplemente con tráfico
y no se le asignó mucha importancia. Se dijo: bueno, aquí nunca
vamos a producir. Simplemente están utilizando al país
como un corredor de comercio, que le deja mucho dinero al país.
Primera equivocación.
Después, a los años, el país empezó a
producir. Ya no era solamente un corredor de comercio sino un país
que empezaba a producir. Empezó con 5 mil hectáreas
en la selva. Cuando el Plan Colombia empezó (por eso hay
que preservarlo con los Estados Unidos y ojalá vincular
al Plan Colombia a muchos países), ya Colombia tenía
200 mil hectáreas de coca. Y para sembrar coca habían
destruido dos millones de hectáreas de selva tropical en
un país de inserción amazónica como es Colombia.
Confiamos este año terminar con menos de 80 mil.
Hemos hecho un gran esfuerzo en materia
de fumigación y
por segundo año consecutivo se hace un gran esfuerzo en
erradicación manual. El año anterior erradicamos
32 mil hectáreas manualmente, este año ya hemos erradicado
40 mil hectáreas. Y para el año 2007 aspiramos a
erradicar manualmente 50 mil hectáreas de droga.
En algún momento se dijo: bueno, sí aquí hay
producción pero no hay consumo. Mentira. Colombia tiene
un grave problema de consumo. Hay un millón de consumidores.
Una sentencia de nuestra Corte Constitucional
definió que
la dosis personal de droga hace parte del libre desarrollo de la
personalidad, y eliminó la posibilidad de la sanción
al consumo.
Yo abiertamente he defendido la sanción al consumo. He
dicho: miren, no puede ser que nosotros estemos combatiendo el
tráfico, fumigando los cultivos, erradicando la droga manualmente
con un costo muy alto. Este año en un proceso de erradicación
de droga en el oriente del país, en un parque natural, fueron
asesinadas 23 personas por explosivos sembrados en el campo de
droga entre policías y erradicadores. He dicho: no puede
ser que paguemos esos costos.
Este Gobierno ha extraditado 500 personas,
la mayoría a
los Estados Unidos, personas reclamadas por la justicia internacional
por participar en el tráfico de drogas.
No puede ser que tengamos estos esfuerzos
en extradición
y que al mismo tiempo se permita el libre consumo, so pretexto
de no poder sancionar la dosis personal.
Una reforma constitucional pendiente, y
voy a presentarla nuevamente el 16 de marzo al Congreso de Colombia,
es la reforma constitucional
para permitir la sanción al consumo.
Y allí hay un gran debate internacional. Porque aquellos
que se oponen al sanción al consumo dicen que la manera
de enfrentar el consumo es con educación y prevención.
Mi experiencia en la Gobernación de Antioquia, departamento
cuya capital es Medellín, hoy ciudad en gran recuperación,
en una extraordinaria recuperación, me mostró, trabajando
con científicos de rehabilitación, que cuando la
tarea de rehabilitación y de prevención no está acompañada
de la sanción del consumo, esa tarea es menos buena en resultados
que cuando se adelantan los planes de prevención y rehabilitación
acompañados de la sanción al consumo.
Uno conoce la dimensión del daño de la droga. La
droga sustenta a organizaciones terroristas que nacieron en el
polo contrario de la droga y también crea sus propias organizaciones
terroristas. Porque la droga va creando un estado anímico
de criminalidad que es cínico frente al Estado, frente a
las instituciones.
Cuando se ha padecido las dimensiones de
este problema, no debe haber ninguna vacilación en castigar el consumo. Yo no tengo
reserva alguna para pedir en todos los escenarios internacionales
que hay que castigar la droga en todas las fases. Y hay que castigarla
severamente también en esa fase del consumo.
En una discusión que dimos en Colombia, el Gobierno aceptó que
la sanción al consumo debe ser diferente a la pena privativa
de la libertad, pero que tiene que haber sanción. Es mi
recomendación.
PREGUNTA: Presidente,
permítame hacerle una pregunta personal.
Yo he tenido la oportunidad de participar en negocios en Colombia
desde aproximadamente el año 94, como director de empresas
de allá. Y hace unos 10 años atrás cuando
uno conversaba con los colombianos, uno sentía la sensación
de que habían perdido la esperanza. Porque el terrorismo,
la situación social, la falta de gobernabilidad, los había
llevado a mucho, en primer lugar a abandonar el país y vivir
afuera. Y la sensación, si pudiera resumirla, era que era
cosa solamente era de tiempo para que la guerrilla fuera superior
al Ejército y controlar el país.
La verdad es que no se veía ninguna luz en ninguna parte.
Si los colombianos no tenían esa confianza, menos aún
la gente de afuera. Le estoy dando la impresión que yo,
como extranjero, veía y creo que de muchos.
Sin embargo, usted pudo producir un cambio
muy notable en muy pocos años, que yo quisiera resumir en que ha vuelto la
esperanza. Hemos tenido la oportunidad en estos días de
tener a muchos empresarios colombianos. Uno conversa con los colombianos
y hay muchos que están aquí hoy día y todos
piensan que el país va para mejor y que este problema de
la violencia, de la guerrilla, es un problema de tiempo para que
se vaya terminando.
Yo quería preguntarle, en primer lugar, ¿cómo
logro ese cambio? Pero más allá de eso: ¿de
dónde proviene su fuerza interior? ¿Cuál es
la historia familiar o las cosas que lo marcaron para tener la
fuerza de hacer un cambio y ver esa esperanza y llevarla adelante?
PRESIDENTE DE COLOMBIA: Muchos periodistas
internacionales me dicen: Presidente, usted combate a la guerrilla
porque la guerrilla
asesinó a su padre. Es verdad. Mi padre fue asesinado en
un intento de secuestro doloroso, pero no podemos olvidar que el
50 por ciento de las familias colombianas ha pagado un alto costo
por esta violencia. Colombia ha expulsado al extranjero por esta
violencia a no menos de dos millones de ciudadanos. El 40 por ciento
de las familias colombianas tienen una persona cercana o conocida
que ha sido desplazada por el tema de la violencia.
La hemos sufrido todos. La verdad es que
mi generación
no ha tenido un día completo paz. La aproximación
al servicio público no puede tener factores de rencor personal.
Tiene que tener solamente un sentimiento: el noble sentimiento
de amor a la Patria.
Todo padre de familia aspira dejarles a
sus hijos educación
y una semilla patrimonial. Yo me preguntaba: ¿para qué ese
esfuerzo en una Nación con esta incertidumbre generada por
el terrorismo?
Entonces una generación que ha sufrido tanto como la mía,
bien vale la pena que haga todos los esfuerzos, que se gaste todas
sus energía vitales, para procurar dejar una Nación
diferente, donde las nuevas generaciones puedan vivir felices,
puedan vivir tranquilas.
En mi primera campaña yo les preguntaba a los auditorios
universitarios: ¿quiénes de ustedes han pensado irse
del país sin tiquete de regreso, definitivamente? Y las
grandes mayorías levantaron la mano. Hoy quieren ir pero
a una pasantía académica, a un posgrado. Las grandes
mayorías están hoy nuevamente emocionadas, ilusionadas
con el país.
Yo creo que pensar en la nueva generación de colombianos,
después de que el país ha sufrido tanto, durante
cuatro o cinco décadas, es el gran incentivo espiritual.
Las batallas de la vida hay que darlas
con amor. Es la única
manera de ganarlas. Y la fuente de la energía justamente
deriva de allí, de hacer las cosas con amor. Y las cosas
más difíciles con más amor. No hay más
camino.
PREGUNTA: Presidente, quisiera llevarlo
ahora al tema económico.
En Chile tenemos una difusión en el último tiempo
de cómo lograr que el país crezca más. De
hecho, el tema central de esta Enade de este año es el crecimiento,
y cómo va a aumentar ese crecimiento.
Y naturalmente miramos a países como Finlandia, Islandia,
Nueva Zelanda, que son pequeños, pero que han tenido extraordinarios
resultados y por períodos bastante prolongados. Y en general
vemos un elemento común en todos estos países, que
no me parece que sea una casualidad. En general en esas sociedades
se ha logrado una suerte de gran consenso entre el sector público
y el sector privado, una especie de entendimiento nacional, que
ha permitido impulsar modernizaciones de las instituciones que
han influido en la productividad, la innovación, el emprendimiento,
y convertirlos verdaderamente en valores sociales.
Me gustaría saber: ¿cómo ve usted esta situación
en los países latinoamericanos? ¿Cómo cree
usted que se puede promover un nivel de cooperación entre
las distintas partes de la sociedad y encontrar el liderazgo político
que facilite este cambio social para venir a poner las instituciones
de nuestros países al día?
PRESIDENTE DE COLOMBIA: América Latina tuvo varias etapas
de las cuales hay que aprender. En algún momento se dijo
que lo importante era el crecimiento económico, y no se
el asignaba importancia a los social. Se creía que lo social
iba a venir por generación espontánea. Era la época
del desarrollismo, que se fracasó. Y llegó al extremo
opuesto, a la creencia de que lo importante era la distribución,
la equidad, lo social, y se ignoró el crecimiento. Y muchos
países emprendieron la tarea de distribuir sin ocuparse
del crecimiento, y finalmente no pudieron distribuir sino pobreza.
Pienso que hay que adquirir, hay que asimilar
esas lecciones. Nosotros creemos en la necesidad de crecimiento
acompañado
de superación de pobreza y de construcción de equidad.
Y tiene que ser un proceso de diálogo permanente. El Gobierno
nuestro dialoga permanentemente con sectores empresariales, sociales,
y eso es lo que va permitiendo abrir caminos.
Si hay algún país que tiene que enseñarle
a toda la región sobre cómo garantizar crecimiento
sostenido de largo plazo, es Chile. Esta pregunta yo debería
devolverla: nosotros lo que estamos haciendo aquí es aprendiendo,
para que tomemos muchas lecciones de Chile que nos permitan un
crecimiento sostenido a tasas elevadas.
Yo vine aquí a principios de los años 90, a aprender
de los fondos de pensiones de Chile. Y recuerdo que me reunió con
dirigentes de los trabajadores, de las organizaciones sindicales
de Chile, y les pregunté: bueno, ustedes que han criticado
tanto el modelo de capitalización, ¿lo cambiarían?
Y primero se sonrojaron, y después me dijeron: no, no lo
cambiamos.
Yo creo que allí hay una contribución muy importante
al crecimiento sostenido en el largo plazo, que es hacer esa construcción
de ahorro interno. Ustedes la tienen, inicialmente muy criticada
por la izquierda.
Ustedes saben que yo no participo de la
idea de polarizar a América
Latina entre izquierda y derecha. Ayer lo expliqué aquí:
que creo que hay que calificar las democracias en función
de cinco parámetros: la seguridad, las libertades, la cohesión
social, la transparencia y el respeto a la institucionalidad.
Pero sectores que se autocalificaban de
izquierda en el continente criticaban mucho la introducción del sistema de capitalización
para la provisión pensional en Chile. Cuál mi sorpresa
cuando en diciembre del 97 se reúnen una serie de intelectuales
de América Latina. Ayer vi aquí al ex canciller Castañeda,
de México. Él fue uno de los más importantes
asistentes a esa reunión. Y se concluyó que había
que aceptar esas formas de construcción de capital interno,
de capital doméstico. Porque los países que lograban
tener esos niveles de ahorro interno, eran los únicos países
que se ponían a salvo frente a las crisis financieras internacionales.
Me parece que América Latina necesita en todas partes tener
unas elevadas tasas de ahorro, ustedes las han tenido, para que
América Latina elimine vulnerabilidades frente a las crisis
internacionales.
Segundo ejemplo de ustedes es el de la
inserción en la
economía mundial, dejando atrás la discusión
ideológica, entrando con pragmatismo.
El tercer ejemplo de ustedes es la manera
como se han aliado para transformar sectores productivos. A mí me sorprende y lo
voy a citar como ejemplo: en lugar de temerle a la leche que se
produce en Nueva Zelanda, están invitando a los habitantes
de Nueva Zelanda a que vengan a Chile a hacer alianzas estratégicas
con los chilenos.
Y todo eso ayuda a tener el stock de los
nuevos proyectos. Porque uno de los problemas que puede presentarse
es que haya más
ahorro que proyectos. Pero con ese sistema de hacer alianzas con
la comunidad internacional, como esa que nunca se me olvidará con
los productores de leche de Nueva Zelanda, tienen que ir apareciendo
los nuevos proyectos que se puedan financiar con los ahorros que
por fortuna ya han construido.
Yo creo que ahí hay elementos muy importantes para garantizar
tasas elevadas de crecimiento económico.
Algunos de nuestros países están con riesgos derivados
de la falta de energéticos. Yo creo que nos tenemos que
aplicar a buscar energías alternativas y a interconectarnos.
Allí sí veo yo un riesgo muy peligroso para países
como Colombia y Chile.
Por eso, a partir de este tratado, debemos
hacer el esfuerzo de avanzar en la interconexión. Nosotros ya hacemos parte del
Plan Panamá – Puebla. En dos años estará construida
la línea de interconexión Colombia – Panamá.
Debe ser Colombia – México. Además estamos
interconectados con Venezuela en energía eléctrica.
Ahora se está construyendo el primer gasoducto. Estamos
construyendo la tercera línea de interconexión con
Ecuador. Ecuador está interconectado con Perú. Perú con
Chile. Pero entre Chile, Perú y Colombia, porque ya lo tenemos
con Ecuador, falta la regulación común.
Y lo otro buscar conjuntamente las fuentes
alternativas. Qué bueno
que los capitales colombianos y chilenos que invierten en el otro
país, se integraran para ser desarrollos de fuentes alternativas
de energía, de etanol, de diferentes fuentes agrícolas.
Ahí veo yo una vulnerabilidad, un grave riesgo, la escasez
de energéticos.
PREGUNTA: Para seguir un minuto en este
mismo tema, ¿cuáles
son los sectores en los cuales usted cree que Chile y Colombia
pueden cooperar? ¿Cuáles son los sectores que usted
cree que las empresas chilenas podrían hacer un aporte en
la economía colombiana y viceversa?
PRESIDENTE DE COLOMBIA: Muchos, muchos.
Lo que están haciendo
en las tiendas y en la financiación de la economía
popular es muy importante para Colombia. Y eso nos ha llevado a
tomar recientes decisiones para facilitar la financiación
de la economía popular en Colombia. Eso es muy importante.
La participación de Chile para desarrollar la minería
colombiana, muy importante. Yo me pregunto diariamente: ¿por
qué nosotros en la misma cordillera andina tenemos una minería
tan reducida? Tiene que ser por falta de exploración.
Y mientras no exploremos para desvirtuar
o confirmar la tesis, pues sigue ese gran enigma. Un país que apenas tenía
el 13 por ciento de su territorio explorado, y que está en
la misma cordillera andina, debería tener un gran potencial.
Ese es un segundo elemento de gran importancia.
La parte forestal. A mí me sorprende gratamente ver Chile
cómo logró tener dos millones 800 mil hectáreas
de bosque comercial. Eso es fabuloso. Colombia tiene todas las
posibilidades de un gran desarrollo forestal, por sus condiciones
de clima, de sol, de lluvia y de suelos.
Los estudios muestran como en Colombia
hay una gran productividad de volumen de madera por hectárea–año. Pero
una gran productividad. Además situada en el Caribe y en
el extremo norte de América del Sur, muy cerca de países
que necesitan muchísima madera, como México, los
países del Caribe, muy buena parte de los Estados Unidos.
Tenemos 40 millones de hectáreas en sabanas, todas aptas
para sembrar madera.
Hemos creado incentivos tributarios muy
importantes. La industria forestal en Colombia hoy está exenta de impuestos. Y hay
una gran deducción a los inversionistas de otros sectores
que inviertan en la industria forestal. Y además, replicando
el modelo chileno, además de la exención en impuestos,
hemos creado incentivos que se pagan con cargo al presupuesto nacional.
Todavía no de suficiente cuantía, pero que están
avanzando. La participación chilena para el desarrollo forestal
en Colombia es muy importante.
Cada vez que oigo una noticia sobre Chile
me sorprende. Es lo que están haciendo ustedes en piscicultura. Y lo que están
haciendo no solamente en la pesca, en ese gran mar patrimonial
chileno, sino lo que están haciendo en el desarrollo de
piscicultura en estancos, de piscicultura en confinamiento. En
eso tenemos que aprender muchísimo en Colombia. Ustedes
van muy adelante. En fin, tantos sectores que qué buena
esa integración.
Todo eso es empleo, todo eso es seguridad social, todo eso es
calidad de vida.
PREGUNTA: En este éxito
que ha tenido el Gobierno suyo en casi todos los frentes, existe
una inquietud respecto de que
usted ha sido reelegido con enorme votación. ¿Pero
qué viene después del presidente Uribe? Porque para
poder sacar adelante a un país hay que tener continuidad. ¿Cómo
está enfrentando este tema? ¿Usted cree que ha creado
una corriente de ideas suficientemente en Colombia, como para proyectar
en el tiempo los cambios que se han estado haciendo durante su
Gobierno?
PRESIDENTE DE COLOMBIA: Dios quiera que
la creemos. En esa tarea estamos. Es una responsabilidad con
el futuro. Y ahora sí que
nos tocará trabajar duro porque esto siempre tiene opositores
y críticos.
Me sorprendió: antes llegaba yo a Santiago y enfrente del
hotel, por ahí en las reuniones, en la Plaza de la Constitución,
salían algunas personas con unos carteles: ‘Uribe
Criminal, Presidente Asesino’. Ya no los vi.
Cuando llegaba a Madrid salían 200 – 300 y gritaban
mucho. La última vez salieron ocho. Y ya los noté muy
cansados. Pero en Colombia siempre quedan muchos y todos los días
tratan de desacreditar esto. Una guerra política tremenda
para desacreditar esto.
Nos va tocar trabajar muy duro en estos
días para ganarle
a esa guerra política. Es una batalla democrática,
enfrentando una expresión de guerra sucia, que es la guerra
política. Pero tenemos toda la disponibilidad anímica
y espiritual para enfrentarla y aspiramos ganarla.
Y que compatriotas, con estas ideas mejoradas,
con estas ideas rectificadas en lo que haya que rectificar, complementadas
en lo
que haya que complementar, ganen el favor de los colombianos para
ser los futuros gobernantes y no permitir, nunca más podemos
permitir, que el país sea nuevo estancado por el terrorismo
y por las ideas que en alguna forma contribuyen a que ese terrorismo,
o contribuyeron a que ese terrorismo se hubiera enseñoreado.
Vemos muchos colombianos en esta batalla,
batalla dura, para enfrentar esa expresión de la guerra sucia, que es la guerra política,
pero mantenemos la disponibilidad de ganarla. Eso explica por qué no
nos podemos cansar. Yo de pronto estoy sintiendo un cansancio,
y vemos una dificultad y la necesidad de enfrentar esa dificultad
me quita el cansancio.
PREGUNTA: Señor Presidente, quiero reiterarle nuestro reconocimiento
por haber participado en Enade, y también en nuestro seminario
latinoamericano de ayer. Creo que represento plenamente el sentimiento
de todos los presentes, al decirle que vemos en usted un líder
latinoamericano moderno, de ideas claras, de gran capacidad de
acción, y que está haciendo y ha hecho mucho por
su país. Gracias, es un honor haberlo tenido con nosotros.
PRESIDENTE DE COLOMBIA: Inmensamente
agradecido con todos ustedes, inmensamente reconocido con el Gobierno
de
Chile, con la presidente
Bachelet, de haber tramitado este acuerdo comercial tan rápidamente,
que es un acuerdo de compenetración de dos Patrias: la Patria
de O’higgins, de Carrera, la Patria de Bolívar y de
Santander. Esta reunión no elude el tintico con cada uno
de ustedes en la Casa de Nariño. Muchas gracias, apreciados
compatriotas chilenos”.
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