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29 de noviembre

PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN CONGRESO CAFETERO

Bogotá, 29 nov (SNE). Las siguientes son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez, al intervenir en el Congreso Nacional de Cafeteros.

“Me complace muchísimo venir a esta nueva realización del Congreso Nacional Cafetero, que siempre nos llena de ilusiones. Estrechar la mano de los cafeteros, examinar el presente, el porvenir de la caficultura, nos llena de ilusión a todos los colombianos. Es siempre una gratísima oportunidad.

Quiero empezar esta intervención rindiendo un homenaje muy sentido a Arturo Gómez Jaramillo, paradigma del servidor de la comunidad, toda una vida dedicada a servir a esta noble actividad democrática, democratizante de la Patria.

Quiero agradecer las palabras del doctor Virgilio Clavijo, presidente de este Congreso, y felicitar al doctor Gabriel Silva (gerente de la Federación de Cafeteros), por el novedoso y completo informe.

Es muy importante el informe minucioso, para que el país entero se dé cuenta que se ha hecho en materia cafetera y para dónde va.

Yo voy a referirme a tres temas: primero, unas respuestas puntuales a las inquietudes del doctor Silva y de don Virgilio Clavijo. Segundo, cómo las vamos a insertar en la visión general de este Gobierno que empezó el 7 de agosto. Y tercero, cómo tenemos que trabajar en la agenda del país y enfrentar la crisis política para superarla.

Hay que, a Dios rogando y con el mazo dando. Hay que repicar y andar en la procesión. No se puede eludir un problema, ni tampoco se puede eludir la responsabilidad de avanzar con la agenda del país.

Voy a dejar para la última parte el primero de los tres puntos, el tema tan importante de la renovación cafetera.

Saneamiento ambiental. Me parece de la mayor importancia revisar dónde nos ha funcionado bien y dónde no. Una decisión que tomamos hace casi tres años en Neiva para darle incentivo de capitalización rural a la construcción de los beneficios ecológicos. Creo que es fundamental.

Ha avanzado bien en algunos departamentos cafeteros, no así en otros. Este es un paso necesario.

Nosotros estamos haciendo un gran esfuerzo por el saneamiento básico del país. El proyecto de transferencias, que fortalece la descentralización sin arruinar a la Nación, tiene metas muy importantes en educación, en salud, en saneamiento básico, para avanzar sustancialmente en este cuatrienio.

Y tiene instrumentos, como el instrumento constitucional que obliga a que esos recursos se manejen en una cuenta independiente, que facilite su vigilancia, a fin de que no haya desviación.

Como ustedes saben, el Gobierno que presido eliminó los auxilios parlamentarios, creamos una figura de participación comunitaria y del Congreso en el presupuesto nacional, que se llaman las audiencias públicas.

Hemos propuesto al Congreso de la República que al aprobar el Plan de Desarrollo el año entrante, el recurso de audiencia pública se lleve en su totalidad a saneamiento básico.

Allí puede haber un gran instrumento para acordar en las zonas cafeteras ejecución a través de los comités, así como en tantos puntos de este prolijo e importante informe, acaba de ponerse en evidencia como hemos trabajado mano a mano, totalmente unidos, la Federación Nacional de Cafeteros, los comités y el Gobierno Nacional.

Yo me voy a referir poco a lo pasado, el informe del doctor Silva es muy completo, déjenme utilizar estos minutos para hablar del futuro. Eso en cuanto a saneamiento ambiental.

Vivienda social. El Censo acaba de mostrar que el gran problema porcentual en calidad de vivienda está en el campo colombiano, no obstante lo que se observa en las ciudades. Y lo que registran los cafeteros a consecuencia de las crisis de deterioro de la vivienda rural en la zona cafetera, coincide con el tema.

El Gobierno Nacional está tramitando en el Congreso la nueva Ley de Vivienda, y el presupuesto nacional aumenta sustancialmente los recursos para vivienda social el año entrante.

El presupuesto de vivienda social para el año entrante es de 410 mil millones. Y ese presupuesto se va a utilizar a través del sistema tradicional de subsidios, y a través también de los bancos de materiales: acuerdos con instituciones para bancos de materiales.

¿Bancos de materiales para qué? Para construir casas en lotes con servicios, para transformar el tugurio urbano en una casa digna, para mejorar la casa campesina.

Hemos tenido mucho éxito en bancos de materiales para reconstruir a Providencia, y para atender problemas de inundaciones, de desastres de la naturaleza, en muchos departamentos de Colombia.

Queremos fortalecer en este Gobierno muchísimo el concepto de banco de materiales.

Hemos pensado a través de quién canalizar el programa. Primero, a través de las cajas de compensación. ¿Por qué? Hace cuatro años, cuando emprendimos nuestra reforma administrativa, que hasta ahora ha transformado 300 entidades del Estado, una de las decisiones que se tomó fue eliminar a Inurbe y asignar los recursos de vivienda social, por intermedio de las cajas de compensación. Nos ha resultado bien, no hay quejas de corrupción, que las había y muchas contra el Inurbe.

Aprovechando esa grata experiencia, hemos extendido el acuerdo de las cajas de compensación para que ellas puedan administrar bancos de materiales. El Gobierno Nacional entrega el valor, se compran esos materiales en unas subastas virtuales, con todas las posibilidades para que la ciudadanía vigile, para que haya total transparencia. Ellos van suministrando esos materiales a los beneficiarios, a quienes reúnan todos los méritos, y van supervisando.

Mi propuesta: que con la ayuda de Arturo Galindo, nuestro delegado permanente, el doctor Luis Alfonso Hoyos, de Acción Social, y la doctora Alicia Arango, secretaria privada de la Presidencia, se haga un acuerdo entre la Federación y el Ministerio de Vivienda y Medio Ambiente, para que, de la misma manera como hemos convenido con las cajas de compensación, que ellas sean delegatarias del Gobierno Nacional para administrar los bancos de materiales, los comités lo sean en las zonas cafeteras, para el mejoramiento de la vivienda campesina de las zonas cafeteras. Sería la segunda propuesta hoy.

En Acción Social. Pienso que el tema de Resa va muy bien, de seguridad alimentaria. Hemos encontrado en la institucionalidad cafetera un gran asociado, como históricamente el país ha encontrado en la institucionalidad cafetera un gran asociado para todo lo que hay que hacer en la zona cafetera.

Y lo mismo el programa de Guardabosques. Yo les pediría que busquemos conjuntamente cómo vamos a irrigar, cómo vamos a conseguir más recursos para la sostenibilidad del programa Guardabosques. En la zona cafetera hay más o menos siete mil familias, en la totalidad del país hay 50 mil.

Es un programa bien importante. ¿Por qué? Porque se ha convertido en una gran alternativa al campesinado para que, en lugar de destruir el bosque para sembrar coca o para sembrar amapola, cuide el bosque, perciba unos recursos.

Hace cuatro años no lo entendía ni la comunidad internacional, ahora es muy taquillero, y le quieren ayudar.

Yo pienso que si trabajamos conjuntamente para obtener los recursos al programa de Guardabosques, los vamos a obtener. Más aun, hice esta comparación, le dije a alguien en una reunión de la comunidad internacional: a ustedes no les gusta que tumben la selva brasilera para sembrar soya. Dijo: claro, ¿cómo nos va a gustar que sigan destruyendo la selva amazónica del Brasil para sembrar soya o pasto. Le dije: pues bien, hay que pagarle a ese campesinado para que no busque ingresos a través de la soya o el pasto, sino que perciba un ingreso por cuidar ese bosque. Ese es un pulmón que necesita toda la humanidad, cuidémoslo. Y para cuidarlo hay que pagarle a la gente.

Si no queremos que en Colombia la gente tumbe el bosque, la selva nuestra, la inserción amazónica, para sembrar coca, pues ayúdennos a pagarle a la gente.

Hoy empieza el programa a ser muy comprendido, pero lo tenemos muy desfinanciado, yo pediría también un acuerdo sobre ese punto para que busquemos los recursos.

Creo que este programa de Familias Guardabosques y el de la erradicación manual de drogas, son de muy buen recibo en Europa. En Europa no les gusta la fumigación, o si les gusta no se atreven a decirlo, pero apoyan la erradicación manual.

Y por segundo año consecutivo hemos avanzando bastante en erradicación manual. El año pasado erradicamos 31 mil 200 hectáreas, este año ya cumplimos la meta de 40 mil. Ahora nuestra Policía tendrá que descansar unos diítas, para empezar a cuidar carreteras, pero en enero, por ahí el 20, empezamos de nuevo, Luis Alfonso (Hoyos, Alto Consejero Presidencial para la Acción Social), y la meta el año entrante es erradicar manualmente 50 mil hectáreas de droga.

Eso con las Familias Guardabosques ayuda mucho. Qué bueno poder hacer ese acuerdo en ese punto con la institucionalidad cafetera.

Yo celebro el acuerdo de ustedes con el Banco de Bogotá para los corresponsales no bancarios.

En nuestro primer Gobierno dimos un gran avance en microcrédito. Pasamos –increíble, presidente Betancur- pasamos de una cartera de 736 mil millones (de pesos) en microcrédito, a una cartera que en julio – agosto estaba en tres billones (de pesos). Se benefició a 1 millón 800 mil colombianos con microcrédito.

Ahora queremos hacer una segunda revolución de microcrédito. Por eso hemos diseñado el sistema de Banca de Oportunidades. No es un nuevo banco, porque es inútil, un nuevo banco alcanza con mucho esfuerzo 300 – 400 oficinas, el país es muy grande.

Entonces, en lugar de un nuevo banco, lo que estamos sacando adelante es una red de colocación de crédito popular, una red de colocación de crédito popular que involucre a todos los bancos públicos y privados, al Fondo Nacional de Garantías y a los fondos departamentales, a todas las cooperativas, que haga presencia en todo el país.

Ya empezamos a trabajar, se han hecho los primeros esfuerzos, faltan otros. Ya empezamos entregando los primeros créditos en el sur de Bogotá la semana pasada.

Poblaciones objetivo: sectores más vulnerables por su pobreza y sectores que por sus condiciones, la edad, su circunstancia de no haber tenido experiencia financiera, tienen barreras casi infranqueables para acceder al crédito.

Empezamos en el sur de Bogota con Familias en Acción, vamos a continuar rápidamente en Medellín con egresados universitarios, en Barranquilla con tenderos.

Y eso tiene muchos actores. Por ejemplo, hay que trabajar en redes sociales. Cuando una persona está vinculada a una red social, esa persona, la sola vinculación a esa red social le estimula a esa persona mucho sentido de responsabilidad. Redes sociales, y en el país hay muchas.

Segundo, hay que capacitarlas. La capacitación la está dando el Sena, pero es uno de los tantos capacitadores, y aquí es donde veo que pueden entrar ustedes para hacer el acuerdo de Banca de Oportunidades con los comités de cafeteros, con la institucionalidad cafetera. Esa tarea de capacitación la pueden realizar ustedes, también la de selección.

Viene otra tarea: presentar a los capacitados ante el respectivo banco. Cuando una persona llega a solicitar un crédito a un banco, y va acompañado del Sena, o del Minuto de Dios, o de una entidad de esta naturaleza, le abren las puertas. Acompañamiento sin necesidad de que se sea fiador.

Entonces quisiéramos que en el acuerdo para Banca de Oportunidades con ustedes, la institucionalidad cafetera nos ayude en selección de usuarios de crédito, nos ayude en capacitación de usuarios de crédito, nos ayude en acompañamiento para presentarlos a la institución financiera, y en acompañarlos mientras deban.

Alguien que vaya a una institución de crédito y diga: ‘Mire, es que a mí me va a acompañar, mientras deba, el Comité de Cafeteros de tal departamento’. Eso le ayuda a abrir las puertas para ese crédito.

Los invito a esto, porque el paso que ustedes han dado es fundamental en Banca de Oportunidades.

Hemos tomado varias decisiones: la primera, la primera, la que ustedes aprovechan hoy. Nuestro primer decreto de Banca de Oportunidades autorizó en Colombia la figura de los corresponsales no bancarios, que la consideramos totalmente necesaria para el cubrimiento de toda la geografía nacional, para estar en los municipios donde no hay sedes bancarias, para estar en municipios donde faltan sedes bancarias, en comunidades rurales y en los grandes sectores populares de las grandes ciudades.

El Banco Agrario, por ejemplo, se ha comprometido que para el 24 de diciembre nos tiene ya 27 corresponsales no bancarios, y el año entrante nos va a tener 600. Hoy celebro este acuerdo entre ustedes y el Banco de Bogotá, porque va a ayudar muchísimo.

¿Cómo entendemos el corresponsal no bancario? Antes una oficina bancaria exigía una gran inversión en el edificio, en los tapetes, en los escritorios, en la ornamentación de las paredes, etcétera, pero era muy pobre en teléfonos.

Uno veía en un municipio colombiano una oficina bancaria elegantísima, pero ay que se pudiera comunicar con ella.

Ahora el concepto es totalmente diferente. Ahora es una casetica, pero con una base tecnológica que dé mucho soporte. Una casetica casi humilde, casi elemental, con una base tecnológica que soporte muy bien.

¡Y qué bueno ver a todos los comités de cafeteros convertidos en sucursales no bancarias del sector financiero! Porque eso ayudará mucho en el esquema de facilitarle a la gente las oportunidades de servicios financieros, y las oportunidades de acceso al crédito.

Y estamos ayudando con otra cosa, para que eso se dé. El país va a experimentar una gran revolución en banda ancha y en Internet, que la tenemos financiada.

Hace cuatro años el país tenía 4 millones 200 mil teléfonos celulares, hoy tiene alrededor de 29 millones. Pero hoy tenemos un gran atraso en banda ancha y en Internet, que se requiere para que en toda la geografía funcionen bien, con las menores limitaciones, los corresponsales no bancarios.

Pues bien, ¿por qué estoy yo tan optimista? Porque ese programa lo tenemos financiado, por la confianza de los inversionistas privados en Colombia y por la transformación de Telecom.

La transformación de Telecom ha producido los siguientes resultados: no había con qué pagarles a los pensionados. Eso hace parte de lo que yo llamo la reforma administrativa que el Gobierno ha hecho y cuyos resultados no se han cuantificado, pero muy importantes para el país.

Uno no ha cuantificado cuánto le ha ahorrado la reforma de Telecom al país. ¿Ustedes se imaginan qué le hubiera pasado al país si no la hubiéramos reformado? El Gerente de Telecom llegando cada año a pedirle 500 – 600 mil millones al Ministro de Hacienda para pagar pensionados. Eso se evitó con la reforma.

La reforma garantiza el pago de los pensionados, da tranquilidad laboral, ha permitido pagar todas las otras acreencias de la vieja Telecom en liquidación. Y la empresa tiene 650 millones de dólares en caja, para invertir en estos servicios en los años que vienen.

Eso es un gran camino para esta revolución de las comunicaciones, que hoy cuando uno ve estos servicios bancarios para los sectores medios y populares de la Nación, cuando ve la necesidad de conectar hospitales con usuarios, de conectar bibliotecas, de conectar todo el sector agropecuario, para que todos los productores agropecuarios sepan, a través de Internet, qué dice el satélite sobre las condiciones de lluvia, las condiciones de sequía, sobre precios de insumos, sobre precios de producto final, qué dicen sus gremios, etcétera, yo creo que ahí uno le empieza a ver la gran y profunda faceta social a las comunicaciones para la competitividad social del país.

Eso va a ayudar mucho en Banca de Oportunidades. Entonces mi invitación es a que ustedes participen totalmente en Banca de Oportunidades, a través de Arturo, Luis Alfonso y Alicia, yo le pediría al doctor Carlos Moya que buscáramos hacer el convenio de Banca de Oportunidades total con la institucionalidad cafetera.

El tema de vías terciarias. Es muy importante pensar en dos temas allí: cómo a pesar de lo que el país descentralice, siempre la Nación tiene que acudir. Y cómo la Nación debe hacerlo de la mejor manera.

Cuando se hizo la reforma del 91 se dijo: ‘ya el Gobierno Nacional no tiene que volver a financiar vías terciarias, eso queda incluido en la descentralización’. Pues no, hay que financiarlas.

Nosotros eliminamos Caminos Vecinales, en nuestra reforma administrativa, pero nos ha tocado empezar a financiar vías terciarias. Este año que termina nos hemos gastado 80 – 100 mil millones. De ellos 46 mil millones con la institucionalidad cafetera. Generalmente en los Consejos Comunitarios cuando se habla de vías, afloran las quejas. Y la verdad es que en vías terciarias hay quejas por lo que no se ha hecho, pero no hay quejas por lo que se hace con la institucionalidad cafetera, que generalmente todo resulta bien.

Para el año entrante el presupuesto de vías terciarias lo hemos pasado de 80 – 100 mil millones a 300 mil. La idea es: hizo un aporte la Nación, que se debe manejar descentralizadamente. Manejarlo a través de contratación con grupos de municipios, municipios agrupados para que no haya corrupción, con departamentos y con instituciones como la institucionalidad cafetera.

El convenio de este año, por 46 mil millones, queremos suscribirlo con ustedes para el año entrante, y yo pediría que Invías lo haga rápidamente y que Presupuesto del Ministerio de Hacienda nos ayude a entregar esa vigencia presupuestal, a ver si se aprovechan los mese de verano para mejorar vías.

Y eso ya no queda circunscrito solamente a vías terciarias, sino a cualquier vía municipal. También les advierto, apreciados cafeteros, es un salto muy grande de 100 mil a 300 mil millones, pero no es suficiente, dada la necesidad que el país tiene en esa materia.

Maíz y fríjol. El feliz acuerdo de ustedes hace cuatro años, cuando empezábamos el Gobierno, con el entonces ministro de Agricultura, Carlos Gustavo Cano, ha dado todos los beneficios.

¿Cuántas hectáreas de maíz se van a sembrar este año finalmente? 52. ¿El año pasado cuántas se sembraron? 48. Y en eso hay que crecer, y sin miedo.

La agricultura generadora de energéticos ha dado un gran vuelco en expectativas en el mundo en los últimos meses. Nosotros teníamos mucho miedo por el precio de la caña, la panela, por el precio del maíz. El azúcar ha mejorado mucho de precio. Hace cuatro años uno condenaba el azúcar a que teníamos que reducir áreas, etcétera. ¿Por qué? Porque el mundo viene orientando mucha materia prima para producir azúcar, a producir etanol para mezclarle a la gasolina.

Llegó la era de los combustibles biológicos. Eso le va a permitir al país avanzar mucho. Es una de las grandes posibilidades que tenemos en agricultura. Agricultura para producir energía. Está ayudando a la panela, tan importante en la zona cafetera.

Y necesitamos fortalecer la producción de maíz. Miren, cuando estábamos en la firma del TLC, había mucha preocupación en el sector del maíz.

¿Qué ha pasado en los últimos meses? Cuando el maíz estaba a 120 dólares la tonelada en Estados Unidos y en Argentina, hoy está a 180 o más. Porque han venido reorientando mucho maíz a producir etanol, y van a necesitar seguir haciéndolo en mayor cantidad.

Yo creo que la producción nuestra de maíz, a pesar de los acuerdos de comercio, y aun sin el buen apoyo de la ley Agro: Ingreso Seguro (AIS), que es un gran paso revolucionario para favorecer el campo, yo creo que la producción nuestra de maíz hay que incrementarla, con alta productividad, como lo saben hacer los cafeteros, y va a ser rentable. Confiémosle a eso. Hagamos en este nuevo cuatrienio esfuerzos crecidos, aumentados en materia de maíz y en materia de fríjol.

Silvicultura. Ustedes saben lo que nos pasa a nosotros en madera. Este país no tiene sino 220 mil hectáreas de bosque comercial. Chile tiene 2 millones y medio. Mientras una hectárea en Chile produce 12 metros cúbicos de madera al año, aquí produce 25. Aquí los árboles crecen, uno los ve crecer, como exageran allá en mi comarca.

Tenemos todas las posibilidades. El marco tributario es muy bueno, porque el Congreso ha ratificado que nuestro incentivo de exención a la reforestación se mantenga. Exención de renta presuntiva durante el periodo improductivo. Y exención a sus ingresos durante el periodo productivo. Y también exención a la primera parte industrial, a la del aserrío.

Además se da una deducción tributaria importante a aquellos contribuyentes, cuyo objeto principal no es la madera, pero que inviertan en madera. Esto es bien importante.

Y además esta la ley que autoriza al Gobierno a firmar pactos de estabilidad con inversionistas. Y empiezan a llegar inversionistas. Un grupo chileno muy importante –es que ese país recibe por exportaciones de madera y derivados alrededor de 3 mil millones de dólares al año, y tiene menores, infinitamente menores condiciones para producir que nosotros y está lejos de todos los mercados-, grupos de inversionistas chilenos han llegado a Colombia, hay uno que ya compró en Antioquia 10 mil hectáreas para reforestar, va a completar 40 mil. Nosotros en este viaje a Santiago, para firmar el Acuerdo de Libre Comercio nos reunimos con ellos, hay mucho interés.

El esfuerzo que ustedes están haciendo con Alemania, yo sugeriría, si lo tienen a bien, que el Gobierno Nacional les haga el puente para hacerlo con los chilenos, para hacerlo con unos y con otros.

Allí tenemos una gran posibilidad, y hay confianza en el país. Por eso es que la situación política la tenemos que enfrentar para que no nos deteriore esa confianza.

Mientras el Japón en el año 2003 recibió 6 mil millones de inversión extranjera directa, es lo que nosotros recibimos este año. Y ahora hablamos de otros de esos aspectos, porque en medio de dificultades hay cosas muy buenas en la economía colombiana apuntando al mejoramiento social de la Nación. Yo sugeriría ese gran esfuerzo en materia de arborización.

¿Los chilenos por qué quieren invertir en Colombia? Primero, porque les sobra mucha plata. Ese país tiene 30 mil millones de dólares desocupados. Es un país que tiene 16 millones de habitantes, pero le vende a un conjunto de países que suman 3 mil 500 millones de consumidores.

Por eso nosotros, en lugar de quedarnos en la disputa ideológica, tenemos es que buscar aceleradamente mercados. Cuando a nosotros se nos daña un mercado no dormimos. A ellos se les daña un mercado y no los desvela. Porque han abierto más de 50 mercados. Y todos les piden madera.

Ahora se les ha afectado algo la madera y sus derivados en el mercado de Estados Unidos porque se ha disminuido la construcción, pero no dan abasto para enviarle a China.

¿Qué ven ellos? Ellos necesitan madera en Colombia para abastecer muchos mercados que no están alcanzando a abastecer. Ven que México, con un problema de inmensos desiertos, necesita mucha madera, el Caribe, parte de Estados Unidos. Avancemos hacia allá con ellos.

Además los recursos del CIF, que es el certificado de incentivo forestal, continúan siendo bajos, pero hemos pasado de 4 mil millones a 20 mil.

Y además hay la posibilidad de utilizar o CIF o ICR. El ICR aprobado presupuestalmente para el año entrante es de 60 mil millones.

Yo sugeriría que le hagamos todo el esfuerzo a la madera. Yo dedico buena parte de la agenda en la Casa de Nariño a recibir inversionistas internacionales. Si hay alguna cosa que me deleite es convencerlos de que inviertan en Colombia, y si hay alguna cosa grata, es cuando alguno de ellos “pica” el anzuelo y dice: ‘vamos a invertir en Colombia’, porque es lo que necesitamos. En lugar de estar nosotros en debates ideológicos, asistiendo al empobrecimiento del país, lo que hay es que conseguir que Colombia gane confianza y que vengan más y más inversionistas y nos ayuden a que esta Patria nuestra salga de la pobreza y genere equidad.

El otro tema en el cual tenemos que trabajar mucho en la zona cafetera se llama piscicultura. Yo hoy siento más entusiasmados a los huilenses con la exportación a Estados Unidos de filetes de tilapia, que con productos agropecuarios diferentes al café, en materia de generación de empleo.

Hagamos un gran esfuerzo, tenemos abiertos los mercados. Entiendo que el Huila este año exporta unas 18 mil toneladas de filetes de tilapia al mercado de Estados Unidos. Ahora, no podemos, los climas nuestros no nos permiten unas grandes producciones de salmón, de merluza, como lo está haciendo Chile. Pero aquí empiezan a aparecer otras variedades muy promisorias como el tema de la tilapia.

Para la seguridad alimentaria en la zona cafetera y en todo el país un estanquito al frente de la casa del dueño del fundo cafetero con pescados, es de gran importancia. Ojalá podamos ayudar a Arturo en el nuevo acuerdo con la Federación, con la institucionalidad cafetera en el tema piscícola.

Todo esto debe hacer parte de lo que la señora Directora de Planeación ha articulado como el ‘Plan de reducción de pobreza absoluta’.

Hace cuatro años el país tenía la pobreza casi en el 60, el año pasado en el 51. Vamos a ver qué nos da la nueva medición, que ojalá la tengamos rápidamente. Y la meta es reducirla al 35 para el año 2010, a fin de que los gobiernos que nos sucedan puedan llevarla a no más del 15 para el año 2019, donde tenemos las metas grandes del plan Colombia: Visión Segundo Centenario.

Entonces hace cuatro años hicimos un acuerdo donde nacieron las tiendas, renovación, etcétera. Yo sugeriría que estos puntos y otros que tengan ustedes, los articulemos en el nuevo acuerdo, que esté en armonía con la estrategia de eliminación de pobreza.

El tema de la renovación cafetera. Pero antes del tema de la renovación cafetera, en todo lo que es las grandes metas en educación, salud, etcétera, lo que podamos hacer con ustedes.

Tema de renovación cafetera. Yo comparto plenamente lo que ha dicho el doctor Gabriel Silva. Propongámonos la meta de una renovación de 60 mil hectáreas por año para que en cinco años el país haya renovado las 300 mil hectáreas que hoy están envejecidas.

El presidente Ospina Pérez animaba al país a tener las bodegas de café derramando sobrantes, en lugar de dejarse amilanar y vaciarlas. Yo soy de esa tesis. Yo soy de esa tesis. Lo que hay que hacer es producir café, y sin miedo, apreciados compatriotas.

Y la evolución del mercado mundial finalmente ha dado la razón. Cuando estábamos en 80 millones, ni un saco más, esto se estancó, la gente no va a volver a tomar café. Y eso han inventado la Coca Cola, la contra Coca Cola, todo, y la gente sigue consumiendo café. Y hoy esta el mercado mundial en 125 millones de sacos. Y países productores haciendo enormes esfuerzos para aumentar el consumo interno, que todavía es muy bajo en Colombia.

Entonces hay que perderle el miedo a crecer. No hay que crecer áreas. Renovemos. Yo vengo a decirles a ustedes que el compromiso del Gobierno es acompañarlos para que renovemos 300 mil hectáreas de café. Para que pasemos de una producción de 11 – 12 millones de sacos a una producción de 16 – 17 millones en las mismas áreas.

Para que el país se prepare a fin de tener una porción importante en ese crecimiento que se espera del mercado mundial de café, que deberá pasar de 120 – 125 millones de sacos de hoy en 10 años a 150 millones de sacos. Eso hay que visionarlo ya.

No faltaba más que cuando empiezan a crecer las tiendas Juan Valdez, cuando se ha desarrollado ese mecanismo democrático tan importante de que los propios cafeteros sean los socios más importantes de esa empresa, cuando se ha concebido un mecanismo para hacerle publicidad al café vendiéndolo, ahora nos vamos a morir de pánico y no vamos a crecer la producción. Hay que crecerla.

Si algo hace presentable a la caficultura colombiana, además de la calidad de nuestro café, es su estructura democrática. La falta de las posibilidades de renovación, saca de la producción al pequeño propietario.

El que no pueda renovar sus dos hectáreas, las vende y las vende por 15 – 20 millones de pesos las dos, vive un año en una ciudad y al segundo o tercer año ya esta en un cinturón tugurial. Se queda el campo cafetero sin familia cafetera, sin mano de obra cafetera y se crecen los cinturones tuguriales de las grandes ciudades.

Un campesino cree que se salva vendiendo sus dos hectáreas por 20 millones y una persona de la ciudad saca muy fácil 20 millones para comprárselas. Ese daño no podemos permitir que se dé.

Además cuando a uno le dicen: mire, Colombia tiene que preservar el café recogido a mano, porque es el de calidad. Si perdemos esa posibilidad, de pronto el país en el futuro producirá café con maquinaria en los llanos industriales, manera del cerrado brasilero, pero no es de la misma calidad.

Si uno logra enraizar más, apegar más al campesino cafetero a su tierra, ayudándole con el programa de renovación, él va a permanecer allí. Su permanencia garantiza, es esa misma familia dueña, la mano de obra de su pequeño fundo. Y es esa familia la que ayuda como trabajadora en las empresas medianas y grandes de café.

La renovación es necesaria para preservar la calidad, la estructura democrática y para garantizar la mano de obra en el campo.

Le he pedido al Ministro de Agricultura, al Ministro de Hacienda, Arturo, pongámonos en eso, lograr un acuerdo con ustedes para ayudarles a financiar la renovación de esas 300 mil hectáreas. Hagamos 60 mil por año.

Y mientras crecen y vuelven a producir, en todas maíz con fríjol. Estábamos buscando fuentes de financiamiento. Yo creo que se puede sacar algo del ICR. De pronto crédito con una tasa de interés a no más de la DTF, con algún subsidio a tasa de interés.

Entre las cosas por las cuales hay que felicitar a la Federación están dos, entre las muchas que ha hecho: cómo ha doblado el patrimonio del Fondo del Café y ha reducido el endeudamiento. Hoy ese patrimonio está más fuerte, más sólido. Las condiciones de financiación al país son buenas. Por eso no podemos permitir que las dañen.

Y nosotros estamos dispuestos, si fuere necesario, a ayudar con Planeación Nacional, el Ministerio de Hacienda, a un crédito con los organismos multilaterales a 25 años y una tasa de interés de no más del 5 ó 6 por ciento, si se requiriere aval de la Nación la Nación lo daría, para dedicar esos recursos exclusivamente a renovación cafetera, apoyando al campesino con la renovación hasta una y media, dos hectáreas, para que esa sea una renovación que en la parte subsidiada tenga un contenido, una orientación social inobjetable.

Necesitamos crecer al 6 por ciento. Las metas en el Plan de Desarrollo son menores. Pero nuestra meta política, emocional, apreciados compatriotas cafeteros, es que esta economía crezca al 6 por ciento, y es posible.

Para nosotros el crecimiento no es una meta en sí. Es un camino para reducir pobreza, para construir equidad.

Y veo cosas buenas en la economía colombiana. Hemos pasado años cuando aquí no llegaba inversión extranjera directa sino de 700 millones de dólares, o llegaba más pero para solo sector.

El año pasado hubo una inversión extranjera neta de 5.400 millones de dólares. Este año de 6.000. Le pregunto al Ministro de Minas: ¿cuánto en el sector de hidrocarburos? 1.800 – 2.000. Lo otro en varios sectores de la economía, lo que es muy bueno, distribuida en varios sectores.

Los chinos reciben este año 54 mil millones de inversión extranjera directa, nosotros seis mil. Per cápita es mayor aquí.

Me sorprendo cuando leo las cifras internacionales y veo que el Japón recibió en el año 2003 seis mil millones, los mismos que nosotros recibimos este año. En per cápita estamos recibiendo más que Brasil.

Hay bonanza y confianza en Colombia. La gente le cree a Colombia. Este país vendía 60 – 70 mil vehículos. Este año vende 200 mil. Esta Patria nuestra no hace mucho vendía 60 mil motos, este año vende 400 mil motos.

Mis críticos decían en un largo período de Gobierno: ‘sí, pero es que está creciendo es el consumo suntuario, no hay consumo de alimentos’. El consumo de alimentos está creciendo ahora el 7 por ciento, es un indicador muy importante.

Y eso no se debe a que los riquitos coman más, ellos viven a dieta. Ellos no le echan una yuca más al sancocho, ni un pedazo de ñame más. Eso es aumento de consumo de los sectores populares de la Nación.

Hay una serie de cosas buenas. Las metas son muy exigentes, y vamos a trabajar para cumplirlas, con la ayuda de ustedes.

Ustedes han sido gran socio de todos los gobiernos de Colombia. Han ayudado muchísimo. Por eso yo aspiro firmar estos nuevos convenios con ustedes, sobre todo estos puntos, en los próximos días.

Y tenemos que repicar y andar en la procesión. Hay que hacer todo esto, no dejar de trabajar un solo momento en la agenda del país, sacar la agenda legislativa y enfrentar este problema político.

Hay que estudiarle las causas a este problema político. Hace cuatro años muchas regiones del país tenían derrotado al Estado. Si no que me lo diga usted, padre Víctor, por allá en algunas regiones nuestras. O los amigos del Cesar. Por donde quiera que miremos el país, o donde Floresmiro, allá en el Huila. Eso lo que no estaba lleno de paramilitares, estaba lleno de guerrillas. En el oriente, donde todavía no lo hemos acabado de sacar, pero le acabamos de dar un golpe muy importante a lo que quedaba de unos paramilitares allá en el norte de Aguadas la semana pasada.

Yo fui a un Consejo Comunitario con el sector agropecuario en Arjona (Bolívar). Se me arrimó un hombre y me dijo: ‘cuidado, Presidente, que hay un grupito de paramilitares que no se han desmovilizado en tal y tal parte’.

Me puse con toda febrilidad con la Fuerza Pública. Antes de ayer me dieron la buena noticia que los capturaron a todos, con el cabecilla.

Todas esas plagas hay que acabarlas. Y eso tiene que tener toda la determinación, toda la voluntad. Yo creo que hemos recuperado bastante institucionalidad en Colombia.

¿Por qué digo yo que el Estado colombiano había desaparecido en esas zonas? Quedaba de nombre.

Cuando los alemanes invadieron a Francia, se le preguntaba a los profesores de derecho: el Estado francés de ustedes está invadido por el Estado alemán. ¿Cuál es el Estado que prevalece allí? Y algunos decían: el francés. Alguien muy, muy agudo, dijo: no, señor. El francés ya no es el que puede tomar decisiones allí, ya no es el que puede que se cumpla con el potencial uso de la fuerza. Es el Estado alemán el que está dominando esos territorios. Así aparezcan históricamente, nominalmente, como territorios del Estado francés.

Aquí nos estaba pasando algo semejante. Mucho territorio de la Patria estaba dominando por estos bandidos. Y todavía quedan algunos territorios donde nos causan mucho problema. Y el Estado colombiano no tenía allí el poder real. Lo habían usurpado y se lo habían tomado estos grupos de terroristas.

Eso ha cambiado bastante, y para bien. Yo pienso que todo lo que se está dando es el resultado de que hay una justicia menos interferida. La gente le ha perdido el temor a dar testimonio. Los periodistas del temor a la denuncia. En Barrancabermeja el periodismo estuvo 25 años coaccionado por el ELN y cinco años por los paramilitares. Hoy se sienten libres.

Esta Seguridad Democrática ha sido más importante por la conciencia que ha creado en los colombianos, que por sus mismos resultados efectivos. La gente tiene hoy una conciencia de decirles no a la guerrilla, no a los paramilitares, no al narcotráfico. Una conciencia de denunciar. Los colombianos les han perdido el miedo. Por eso en todas partes se denuncia. Yo creo que eso es una gran ganancia, que podemos dejar echar para atrás.

Nosotros hasta hace pocos días habíamos dado de baja a 1.500 paramilitares. Antes se hablaba de ellos por ahí en los cócteles. Pero los asimilaban a las brujas, ¿porque de las brujas qué se dicen? ellas existen pero no hay que creer en ellas. De los paramilitares decían: existen, pero no hay que ir a perseguirlos.

Este Gobierno tomó la idea de perseguirlos. Más de 1.500 dados de baja. Han sido aprehendidos físicamente, por las Fuerzas Militares, 12 mil. Puestos a órdenes de las Fiscalía y de los jueces. Y hoy hay 30 mil desmovilizados. De esos 30 mil, hay 600 reincidentes. Es un porcentaje bajo, pero número muy alto.

El problema de IRA en Inglaterra tuvo docenas de guerrilleros. Nosotros encontramos aquí 60 mil terroristas en armas hace cuatro años aproximadamente. ETA en España tenía unas pocas docenas. Nosotros 60 mil. 600 reincidentes es un número muy alto. Con guerrilla, narcotráfico, han creado bandas emergentes. Que no quepa la menor duda, la decisión del Gobierno es perseguirlos, con toda la determinación militar.

De los 67 – 68 líderes reconocidos del paramilitarismo, 65 están en La Ceja, en una instalación que se ha venido habilitando como cárcel, abierta a todo el mundo. La orden que yo he dado es: el que quiera ir a revisar esa cárcel, que vaya.

Le he pedido al Comisionado que lleve la prensa internacional y la nacional. Que no nos vayan a resultar allá con sorpresitas como La Catedral. Aquí se eliminaron las Catedrales y se eliminaron esos hoteles de lujo, en que tenían algunos presos privilegiados hace cuatro años.

Ustedes ven qué paso a los 15 días de haber empezado este Gobierno hace cuatro años. Todos los que estaban en esos hoteles de lujo, a La Picota. Y los que hay que llevar hoy a la cárcel, van a las cárceles ordinarias.

Ese poder del paramilitarismo, ese poder militar, está bastante desarticulado, gracias a la acción de la Seguridad Democrática. Y yo creo que eso ha facilitado todos estos procesos. El Gobierno cree que este es un proceso conveniente de recuperación institucional.

Entonces ahora me pregunta mucha gente: ¿está el país listo para afrontar la verdad? Hay que afrontarla. Hemos vivido una crisis muy honda. Pero la verdad completa.

Quienes tuvieron amistades, reuniones con los paramilitares, lo digan. Con todos los grupos delincuenciales, con la guerrilla, todos los amigos del M-19, los amigos del ELN, amigos de las Farc.

Y los jueces de la República, en su sabiduría, sabrán distinguir quién fue allá por temor o en una gestión humanitaria, y quién fue con un propósito, con una premeditación delictiva, a constituir un concierto para delinquir.

Dejemos que los jueces de la República sean los que definan eso, en lugar de pensar en leyes de punto final. Y no dejemos que nos afecten las instituciones.

Congresista que por orden de la Corte Suprema de Justicia, tenga que ir a la cárcel, que vaya a la cárcel. Y que llamen al Congreso al siguiente en la lista. Porque aquí lo que no vamos a dejar es cerrar al Congreso, ni poner ahora al país en la aventura de una revocatoria del Congreso. Ni mucho menos. El rescate de la institucionalidad.

Este debate que se armó esta mañana en el país, me da la oportunidad aquí, ante los cafeteros, de reiterar que la decisión del Gobierno es: apoyo a la justicia y rescate de la institucionalidad, repito.

Además hay muchas razones. Hay unas razones que muestran que estos hechos, muchos, se dieron antes de la iniciación de este Gobierno. Este Gobierno tiene todos los elementos de sus acciones contra todos estos grupos delincuenciales. El país lo ha vivido.

Y tercero: en estas elecciones que a mí me tocó presidir, oiga presidente Betancourt, se lo digo con el aprecio, la confianza y el consejo que muchas veces le he pedido: queja que me llegó a mí, inmediatamente la tramité pública y privadamente. Públicamente ante la opinión pública, y privadamente ante la Fiscalía.

Yo no me guardé las quejas para sacarlas después de elecciones. Como no me las guardé, eso da autoridad moral para decir: en lugar de pensar en revocar el Congreso, hay que fortalecerlo. Congresista que se fue para la cárcel, que el que siga en la lista venga al Congreso. Este es un aspecto bien importante.

Yo recuerdo que cuando fueron Germán Vargas Lleras y Juan Manuel Santos, por allá en enero, a decirme: ‘Presidente, tenemos informe de que algunos aspirantes al Congreso, que están en las listas de la coalición de Gobierno, que lo van a acompañar a usted en la reelección, participaron en una reunión con paramilitares’.

Dije: ‘señores, ¿informes serios?’. Y dijo: ‘sí’. Dije: ‘Yo no les voy a discutir, sáquelos de las listas’.

Pero yo me puse a pensar, ni préstenme un papelito que yo lo tramito después de elecciones. Nos dimos el palo, y de inmediato. Y se sacaron de las listas, y eso se le dijo al Fiscal. Yo no me puse con cálculos electorales.

Ocho días o diez días antes de elecciones ocurrió la tragedia Jamundí. Dije: ‘uy, por Dios, qué dificultad, esta tragedia de Jamundí, a semana y media de elecciones’.

¿Que hicimos? Sin cálculo, inmediatamente dijimos: no interviene la justicia penal militar, eso lo conocen los jueces ordinarios, los fiscales de la jurisdicción ordinaria.

Separamos la justicia penal militar. Allá hay más de ocho en la cárcel por esa tragedia de Jamundí.

Yo he procurado una cosa, apreciados compatriotas cafeteros: cuidar la aspiración de poder mirar a mis compatriotas a los ojos cuando culmine la Presidencia de la República. Y por eso me he propuesto enfrentar todas las expresiones del crimen, que no me vaya a quedar a mí el arrepentimiento de que me hablaron de unos criminales y que no emprendí la tarea de enfrentarlos. Me he propuesto enfrentar todas las expresiones del crimen, sin cálculo político. Eso sí, lo que tenemos que hacer es salvar la agenda legislativa.

Esta mañana me decía un periodista: ‘y es que sacaron a tal senador que aspiraba en las listas, pero él después apoyo al Gobierno’. Le dije: ‘mire, nosotros lo sacamos antes de elecciones, no hizo parte de la coalición de Gobierno que acudió a las elecciones, el pueblo lo eligió a pesar de que nosotros lo sacamos de las listas, es congresista’.

Y mientras estén en el Congreso, abiertamente les he pedido que nos voten la agenda legislativa. Yo no hago acuerdos con auxilios parlamentarios, ni sobornándolos con puestos. Me reúno 15 horas a la semana con ellos, y he vinculado algunos de estos sectores que fueron elegidos y que no apoyaban al Gobierno, ni el Gobierno los apoyo a ellos, para que nos apoyen la agenda legislativa. Porque la trampita que no voy a permitir es que so pretexto de problemas políticos, no se apruebe la agenda legislativa. Es que la agenda legislativa no es para mi conveniencia, sino para el país.

Todos esos incentivos que están incorporados en la reforma tributaria, y me referí a alguno de ellos, como los incentivos para la reforestación, no hemos mencionado hoy los de cultivos de tardío rendimiento, los de hoteles, etcétera, están en esa reforma. Porque eran transitorios, y esa reforma la necesitamos aprobar ahora para que esos incentivos se conviertan en incentivos permanentes.

Necesitamos aprobar las transferencias. Nosotros estamos con una fórmula de transferencias que estimula la descentralización, pero no arruina a la Nación.

La reforma del 91 es impracticable. Este país llegó a una crisis financiera y fiscal, no de un momento a otro. Eso se fue creando hasta que estalló. Y el exceso de transferencias fue una de las causas. Yo no digo, como dicen algunos de mis críticos, que el Gobierno le asigna la fuente de todos los males a las transferencias, ni mucho menos, y la fuente de todos los bienes a reformar eso, ni mucho menos. Pero sí hay que entender que el país se comprometió con unas transferencias que eran impagables.

Para qué me comprometo yo a ustedes a pagarles 10, si a la hora de la verdad no puedo pagarles sino 5.

Yo prefiero dar esta lucha ahora que ganarme un aplauso populista, que contribuir a quebrar a la Nación por una decisión desequilibrada en materia de transferencias.

Si nos equivocamos en transferencias, al otro día nos suben 10 puntos la tasa de interés, y eso afecta a los cafeteros y a todo el sector privado, a la Nación. Afecta a los municipios y a los departamentos. La fórmula que estamos aprobando es generosa. Ayúdenme a defenderla en las regiones. Es generosa, es equilibrada.

Mire lo descentralizado de este país: esta es la cuenta que no se ha hecho. Y le voy a pedir al doctor Juan Camilo Restrepo, que es muy asiduo analista de las finanzas públicas, que la mire. Miremos el Estado colombiano en su conjunto.

¿Cuánto recauda el Estado colombiano y cómo se distribuye el recaudo, la apropiación y la administración de esos recursos?

Todo lo que recauda el Estado colombiano, entre departamentos y municipios recaudan el 19 por ciento. Están recibiendo a título de transferencias de la Nación 33,8 de los ingresos corrientes de la Nación. Ahí va un 52 – 53 por ciento. A eso hay que sumarle otras transferencias permanentes, como la de esta empresa de juegos que se llama Etesa, cuyos ingresos van todos a las regiones. Y a eso hay que sumarle lo que la Nación colombiana, año tras año, les trasfiere a las universidades.

La señora Directorade Planeación y el Ministro de Hacienda me han dicho que de todo lo que recauda el Estado, más o menos el 54 – 56 por ciento finalmente lo administran las regiones.

Ese grado de descentralización no hay en América Latina. Esa es la cuenta que no se ha hecho. Por eso nosotros necesitamos ahora que el Congreso apruebe transferencias. No podemos dejar que la crisis política sea un pretexto para los que quieren sabotear la agenda legislativa.

Les voy a pedir a todos los congresistas que nos han apoyado que mientras no estén en la cárcel, a votar las transferencias, a votar la capitalización de Ecopetrol, a votar la reforma tributaria.

Esa trampita de que yo no les puedo pedir el voto porque es inmoral, pero eso sí que la oposición nos deje sin aprobar esta agenda legislativa, de ninguna manera, de combate somos, apreciados cafeteros. Eso de las transferencias sí que es delicado, y la reforma tributaria y la capitalización de Ecopetrol.

Ecopetrol hace cuatro años invertía 500 millones de dólares, este año invierte 1.400, ahí hay 900 millones de dólares de más. Pero la producción es declinante. Ha mejorado el precio y nos ha ayudado mucho, pero la producción es declinante.

Un Gobierno irresponsable no habría aumentado esa inversión, se lleva la plata en gasto público. A pesar de que la hemos aumentado, no es suficiente. Y hemos pasado de explorar 10 pozos de petróleo por año a explorar este año 47 – 50 pozos, de hacer sísmica en 1.200 – 1.600 kilómetros. Este año puede hacerse sísmica en 20 mil, 22 mil kilómetros. Estamos buscando petróleo y gas intensamente, pero la empresa tiene que fortalecerse para atender todas esas exigencias.

¿Nosotros qué proponemos? La empresa esta aquí Crezcámosla en un 20 por ciento. No es vender un 20 por ciento de lo que hay hoy, sino crecerla en un 20 por ciento, y que la capitalicen terceros.

Me dicen a mí los críticos: hagan eso con las reservas del Banco de la República, hagan eso con el Faep, que es el fondo de reservas petroleras. No podemos ni con lo uno, ni con lo otro.

Las reservas del Banco de la República, a pesar de que están grandecitas, sólo alcanzarían para siete u ocho meses de importaciones del país. Están en su punto para darle una garantía de, diría yo en términos simulados o analógicos, una garantía a todos los acreedores del país. Y el 70 por ciento de nuestros acreedores son los colombianos. La deuda pública colombiana hoy no está con Nueva York sino en un 30 por ciento y con el extranjero, el 70 por ciento está con el país.

Nosotros no nos podemos gastar las reservas. Además las maneja el Banco de la República, por orden de la Constitución y es autónomo.

Los recursos de las reservas petroleras tienen que estar allí, para atender momentos de dificultades.

Ahora, en eso debería pensar un país que no tuviera otras alternativas, pero nosotros tenemos alternativas y buenos ejemplos. El buen ejemplo de Telecom, el buen ejemplo de ISA.

Y alternativas: deberíamos estar tristes si la gente no tuviera confianza para invertir en Colombia y en Ecopetrol. Lo grave es nosotros teniendo la confianza, renunciar a eso.

Y yo creo que va a valer más una Ecopetrol fuerte, explorando, produciendo, que una Ecopetrol que se le sequen las reservas. Que para el Estado colombiano va a ser mejor en el largo plazo ser dueño de una Ecopetrol fuerte en un 80 por ciento, que de una Ecopetrol escasa de reservas, declinante en un ciento por ciento.

Entonces vamos a enfrentar esta dificultad política con toda la decisión, pero el Gobierno no se puede llenar de nervios por las dificultades y abandonar la tarea. No. Aquí, entonces, si para seguir trabajando al mismo ritmo y mejor y atender la crisis política ya no hay que trabajar 16 horas sino 22, eso nos tocará hacer.

Espero que cumplamos esas metas. Una entre todas: cuenten con nuestra devoción para acompañar a los cafeteros de la Patria en el propósito de renovar 300 mil hectáreas en cuatro años de este Gobierno y otro del Gobierno de quien me suceda en la Presidencia.

Y ojalá nos toque, doctor Gabriel, rápidamente, ver llegar la producción cafetera de Colombia a 16 – 17 millones de sacos, con un gran crecimiento del café orgánico, que es lo que de manera preferencial quieren buscar las nuevas generaciones de consumidores. Muchas gracias y muchos éxitos”.

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