PALABRAS
DEL PRESIDENTE EN LA CLAUSURA DEL CURSO DE ALTOS ESTUDIOS MILITARES
Bogotá, 30 nov. (SNE).- Las
siguientes son las palabras del presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, durante la clausura de los cursos de, Altos
Estudios Militares, Integral de Defensa Nacional y Estado Mayor:
“Nos reunimos nuevamente, a final de
este año que ya entra, en los últimos días,
para asistir al reconocimiento de estos esfuerzos académicos,
para certificarlos, para entregar sus diplomas, para felicitar
a quienes los han realizado y para estimularlos a que contribuyan
más y más en esta tarea por una Patria segura,
por una Patria sin guerrilla, sin paramilitares, sin narcotráfico,
sin corrupción.
Quiero felicitarlos de todo corazón.
El esfuerzo de todos ustedes es cuanto más valioso porque
tiene que combinar el cumplimiento de pesadas cargas laborales
con esta tarea académica, tienen que ejercer pesadas cargas
laborales, en una época en que la tarea pública
es mucho más exigente, tanto en seguridad como en aquellos
temas que refieren al servicio de las actividades propias de
los ciudadanos civiles.
Quiero felicitarlos por la disposición
de seguir sirviéndole a la Patria en esta difícil
y tan importante actividad. Agradezco la vinculación de
tantas personas que, no estando vinculadas a las Fuerzas Militares
y de Policía, se vinculan a estos grandes esfuerzos y
a quien hemos entregado también hoy el diploma de su graduación.
Muchas gracias por esa tarea patriótica, voluntaria, de
intervenir en estos temas acuciantes para la Nación.
Y lo hacemos en un momento de reflexión,
en un momento en el cual la Patria, gracias al sacrificio de
las Fuerzas Militares y de Policía avanza en la derrota
del terrorismo. En un momento en el cual se sigue avanzando en
el resultado, no obstante, que se agita la controversia.
Hemos avanzado en rescate de instituciones.
Hace cuatro años veíamos la situación que
el país estaba viviendo y que gradualmente había
aumentado por años, mediante la cual desaparecía
el poder eficaz del Estado en muchas regiones de Colombia y era
remplazado por usurpadores de diferente naturaleza terrorista.
Eso no se dio de la noche a la mañana,
se incubó durante años. Se incubó por el
descuido en seguridad de quienes tenemos la obligación
de la comandancia constitucional sobre las Fuerzas Armadas de
la República. Porque muchos prefirieron coquetear con
el terrorismo que enfrentarlo. Porque prefirieron coquetear con
el terrorismo, ser indiferentes con las Fuerzas Armadas y no
apoyarlas.
La memoria histórica no se puede perder.
Nosotros vamos para adelante pero tenemos que saber de donde
venimos. En la Segunda Guerra Mundial, después, cuando
se evaluaba, se propuso a los estudiantes de derecho un problema
de introducción al estudio del derecho de la teoría
general del Estado. Alemania había invadido a Francia,
sin embargo los franceses reclamaban que ese era el Estado francés,
después de muchas discusiones se llego a la conclusión
que allí no quedaba del Estado francés sino las
formalidades aparentes, que quien ejercía al poder de
hecho, tenía la capacidad de tomar decisiones y hacerlas
cumplir coactivamente o coercitivamente con el uso potencial
de la fuerza, era el Estado alemán invasor.
Eso había pasado en muchas zonas de
Colombia, se mantenían los emblemas de la Nación,
las formalidades, pero las fuerzas invasoras del terrorismo ejercían
el poder real, que todos los días se escapaba más
de las competencias del Estado legítimas.
Ustedes han trabajado intensamente por desalojar
a los invasores, han contado con todo nuestro apoyo, pero falta
un recorrido y lo vamos a lograr. Reitero ante ustedes, representantes
genuinos de lo mejor de nuestra Fuerza Publica, de nuestra Fuerza
constitucional, la vocación del Gobierno de apoyar a la
justicia para que todo se esclarezca, para que se conozcan todas
las relaciones de todos los estamentos con los mal llamados paramilitares,
con las guerrillas, con los grupos delincuenciales. Serán
los jueces de la Republica quienes, en su sabiduría, dirán
quienes tuvieron relaciones coaccionados, quienes tuvieron que
acudir a citas con un fusil en la nuca, quienes fueron a citas
o a reuniones por razones humanitarias y quienes acudieron con
el propósito de conformar grupos delincuenciales.
Eso ocurrió durante mucho tiempo en
Colombia, era normal oír decir que ‘tales políticos
habían sido citados por tal grupo guerrillero y después
por tal grupo paramilitar’, que ‘tales alcaldes en
tal región del país’, tenían que rendir
periódicamente cuentas a la guerrilla y después
a los paramilitares.
Lo que sale ahora a flote, en la administración
de justicia, en esta época de Seguridad Democrática
es, lo que se oía decir en muchas partes del país.
Muchos colombianos que vivieron eso, no se extrañan de
lo que hoy aparece. ¿Por qué se daba?: porque no
había voluntad de derrotar al terrorismo. Y, ¿por
qué ahora aflora?: porque hay voluntad de derrotar al
terrorismo.
En todo escenario donde me corresponda hoy,
dirigir unas palabras a mis compatriotas, propondré esta
reflexión: esto se ha dado porque la Seguridad Democrática,
el heroísmo de los soldados y policías de la Patria,
ha venido desmontando el poder criminal de la guerrilla y el
paramilitarismo. Si esos aparatos criminales no estuvieran en
franca debilidad, habría seguido ese estado de connivencia,
forzada por la coacción y la amenaza en muchos casos;
en otras, buscadas para llenar vacíos de presencia estatal
y en otros casos, con claros propósitos de delinquir.
Los colombianos deben hacer la reflexión
que, gracias al avance de la Seguridad Democrática, se
están desmontando esos poderes. Al desmontarse esos poderes,
regresa la prevalencia de las instituciones del Estado, se quita
la interferencia a la justicia, los colombianos pierden el temor
y se van independizando de los poderes del crimen. Eso es lo
que está sucediendo.
Vengo hoy a decirle a la justicia, de nuevo,
que nuestro deber constitucional de apoyarla, lo cumplimos con
agrado.
Vengo a decirle a las Fuerzas Militares y
de Policía, de nuevo, que hoy sí que hay que apretar
el acelerador para que avance la Seguridad Democrática.
Vengo a decirle a la democracia de mi Patria,
de nuevo, que en nuestras manos, las instituciones que hemos
venido rescatando, terminará el proceso de rescate y no
permitiremos que se debiliten.
Congresista que sea llamado por la justicia,
no tiene porqué afectar la institución legislativa,
que lo reemplace quien sigue en la lista.
Esto no tiene porque afectar la política
de Seguridad Democrática, es la consecuencia bondadosa
de que gracias a la política de Seguridad Democrática,
se están desmontando los poderes del crimen que antes
no se enfrentaron en debida forma.
Y esto no tiene que afectar la confianza en
Colombia, contrariamente, debe profundizarla, porque el observador
juicioso debe darse cuenta de que Colombia está avanzando
seriamente para el desmonte de las organizaciones criminales.
Al felicitarlos a todos y hacer estos planteamientos,
generales, permítanme hacer unos comentarios específicos.
El desafío del crimen en las últimas
semanas en la ciudad de Cali, nos llevó a tomar medidas
excepcionales, esas medidas vienen recuperando la confianza ciudadana,
todos los días aparecen nuevas denuncias, porque la ciudadanía
tiene confianza, viene y los denuncia.
Ruego al General (Fredy) Padilla de León,
comandante general de las Fuerzas y ministro encargado de la
Defensa y al General Arango, subcomandante de la Policía –quien
en esta oportunidad representa al General (Jorge Daniel) Castro
Castro, quien ha estado a cargo de la situación excepcional
de Cali-, tomar nota de las denuncias que he recibido en las últimas
horas.
Muchos ciudadanos se han acercado a mi, a
decirme que estos actos terroristas fueron determinados por unos
bandidos de las Farc, uno a quien se conoce con el alias de ‘JJ’,
quien actúa entre Cali y Buenaventura; otro, a quien se
conoce con el alias de ‘Santiago’. Las operaciones
vienen avanzando bien pero hay que derrotarlos. Y una vez el
Comando Nacional de la Policía se reintegre a Bogotá,
tenemos que mantener esas operaciones en el más alto nivel.
No puede ser que nos descuidemos, que crezca el terrorismo debajo
de la corriente y que nos demos cuenta apenas se hace sentir
con sus explosivos terroristas.
También he recibido la queja de que
hay un individuo que ejerce la política, a quien conocen
con el alias de ‘Pucho’, que es el jefe criminal
con bandas del narcotráfico en Yumbo. Hoy, como en tantas
ocasiones lo he hecho, hago esta denuncia. Le ruego al General
Padilla, de nuevo a mi General Arango, tramitarla hoy ante la
Fiscalía General de la Nación.
Esta mañana varios ciudadanos me llamaron
a decirme que bandas del mal llamado paramilitarismo, siguen
imponiendo cuotas en las plazas de mercado de Pereira y de Cartago
y de Desquebradas y también en Buenaventura. Le ruego,
General Padilla de León y General Arango, tomar nota de
esto para verificarlo, contribuir a judicializarlo, ponerlos
en la cárcel y desmontar definitivamente esas organizaciones.
En la tarde de ayer, cuando visitaba a Medellín,
con motivo de la premiación de los microempresarios del
año, fui informado de lo siguiente: del departamento de
Caldas hay consenso por operaciones contra bandas no desmovilizadas
de paramilitares, que han dado resultados de muchas capturas
en los últimos días, pero hay preocupación
porque el jefe de esa organización paramilitar, en el
norte de Caldas, sigue actuando con un grupo de bandidos. Como
también hay preocupación por Iván Ríos,
jefe de las Farc, bandido que, al parecer, está en el
oriente de Caldas, en compañía de la bandolera
a quien se conoce con el nombre de Karina.
En Medellín fui recibido ayer con asombro,
porque a unas muertes selectivas, de los últimos meses,
una de las cuales tuvo como víctima a un señor
que aparecía como líder del equipo de fútbol
de Envigado, se han sucedido otras muertes, otros asesinatos
que continúan en la impunidad.
Me voy a referir a dos. Al de un señor,
que al decir de la oficina del Alto Comisionado (para la Paz),
era el segundo o un hombre muy importante en la estructura criminal
de ‘Jorge 40’. Ese señor fue asesinado en
Medellín, hace pocos días. También, de otro
señor a quien se le conoce como ‘Daniel’,
que dirigía las oficinas de cobro de Envigado, que yo,
como Presidente de la República denuncié en varias
ocasiones. Me voy a referir a los dos casos.
Pregunté por el asesinato del segundo
de ‘Jorge 40’ y he recibido dos hipótesis –que
les pido, a ustedes Comandante General y Subcomandante de la
Policía, se dediquen a esclarecerlas con la Fiscalía-.
Una hipótesis sobre el asesinado del segundo de ‘Jorge
40’: que lo asesinaron narcotraficantes ajenos a los cabecillas
que están recluidos en La Ceja, por cuentas de cobro.
Una segunda hipótesis: que el asesinato fue ordenado por
algunos de los recluidos en La Ceja, para evitar que la persona
les delatara delitos.
Nosotros tenemos que esclarecerlo, no puede
ser que si lo mató la mafia –como tantas veces ha
ocurrido-, así contra él hubiera cualquier clase
de cargos, el crimen queda en la impunidad. Ese cuento de que
preguntamos por qué lo mataron y quién, antes de
rechazar el crimen, no puede seguir en Colombia. Esclarezcamos
ese crimen, pero con toda la diligencia.
Y esclarezcamos lo que parece ser, haber sido
el crimen de Daniel. Después de que se ordenó por
mi parte, hace más de dos años, públicamente –repitiendo
en público lo que le había pedido a las Fuerzas,
en privado-, que destruyéramos las oficinas de cobro del
narcotráfico en Envigado, meses después ‘Daniel’ se
sometió a la justicia en el proceso de paz con los mal
llamados paramilitares. Tristemente, salió de La Ceja
hace dos o tres semanas o algo más, hubo que dejarlo salir
porque no había proceso judicial contra él. Para
que no quedara la menor duda, pedí a la oficina de Prensa
de la Presidencia que lo comunicara a la opinión y ahora
todo indica que lo asesinaron.
Si lo asesinó mafia desvinculada a
quienes están recluidos en La Ceja, hay que meterlos a
la cárcel. No puede ser que esos carteles se mantengan.
Y, si lo asesinaron personas que están
en el proceso de paz, esas personas deben perder los beneficios
de la ley, ser sometidos a la ley ordinaria.
Y si llegare a ver un imputado por estos crímenes,
que tengan hoy en su favor una suspensión de extradición,
inmediatamente levantaré esa suspensión para que
sea extraditado.
Yo asumo la responsabilidad –como siempre-
de transmitir esas denuncias y pido a ustedes, con el liderazgo
suyo, General Padilla de León, de la Policía –hoy
representada por el General Arango-, que con la Fiscalía
y los jueces se esclarezcan estos crímenes, de inmediato.
Si hay razones de imputar a alguien de los
que están en el proceso de paz, yo asumiré la responsabilidad
de enviar una carta a la justicia, diciendo que esa persona ha
perdido su condición de elegible en el proceso de paz.
Si además, algún imputado llegare
a ser beneficiario de la suspensión de extradición,
yo asumiré la responsabilidad de levantar la suspensión
de extradición.
Apliquémonos a esos temas, porque nosotros
necesitamos, con toda la fortaleza, producir hechos todos los
días, en el propósito de una Patria sin guerrillas,
sin paramilitares, sin narcotráfico, sin corrupción.
El sábado en la mañana, no tendremos
Consejo Comunitario porque a las dos de la tarde debo estar en
el Cañón del Chicamocha, en Santander. Vamos a
aprovechar la mañana para el consejo de seguridad que
nos habíamos comprometido en Villavicencio para el pasado
viernes. Llevemos una repuesta sobre quien hoy se habla como
uno de los mayores responsables del narcotráfico, que
le compra droga a la Farc y a todos esos grupos, corruptor de
funcionarios de instituciones públicas, a quien señalan
allí como el ‘Gordo Barrera’. Hay que judicializarlo,
capturarlo.
Eso no lo plantearon en el anterior consejo
de seguridad en Villavicencio y tenemos la responsabilidad de
dar una respuesta el próximo sábado a nuestros
compatriotas del Llano.
Hagamos seguimiento a estos elementos, apreciados
generales, que la Patria agradecerá la diligencia con
que ustedes procedan para que mañana, cuando ustedes terminen
su carrera militar o policiva y yo termine mi ejercicio presidencial,
podamos mirar a los ojos de los compatriotas, con la conciencia
tranquila, de no haber sido inferiores ante ninguna expresión
del crimen. Con la conciencia tranquila por haber enfrentado,
con toda determinación, todas las expresiones el crimen.
Apreciados oficiales, graduandos: muchas gracias
por su esfuerzo, nos esperan mayores responsabilidades.
Fe enorme hay en la Nación, de que
las cumplirán bien. De que ustedes, en poco tiempo, nos
ayudarán a entregar una Colombia libre de todas estas
plagas de bandidos.
Apreciados ciudadanos de la sociedad civil,
no integrantes de la Fuerza Pública, que han participado
en estas actividades y hoy hacen parte del grupo de graduandos:
muchas gracias, la clave del éxito está en una
alianza universal entre la Fuerza Pública, la sociedad
colombiana toda, al amparo de la Constitución y de la
Ley.
A todos, muchas felicitaciones”.
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