PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE AL INAUGURAR
FERIA INDUSTRIAL DE BOGOTÁ
Bogotá, 2 oct (SNE). Las siguientes
son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez, durante la inauguración
de la XXVI Feria Internacional de Bogotá –Exposición
Industrial, que se realiza en las instalaciones de Corferias.
“Quiero celebrar la nueva realización de la Feria,
de gran importancia para el momento que vive el país y que
vive Bogotá.
Colombia ha venido construyendo una visión de largo plazo,
al 7 de agosto del 2019, cuando nuestra Patria habrá de
completar 200 años de vida independiente. Esa visión
se ha venido ajustando, en el diálogo permanente con todos
los sectores de la vida nacional.
El Gobierno, que empezó el 7 de agosto, se propone hacer
todos los esfuerzos para que los avances que el país registre
el 20 de julio de 2010, en las vísperas de terminar el Gobierno,
sean unos avances significativos que puedan considerar unas metas
parciales bien importantes para esa visión del país
del 2019.
Por ejemplo, en materia de pobreza venimos de una línea
de base de casi el 60 por ciento en el 2002, la medición
del año pasado dio el 49 por ciento, estamos a la espera
de la medición de este año.
El país debe llegar, haciendo un gran esfuerzo, al 15 por
ciento en el año 2019. Para ello tendríamos que pasar
en este cuatrienio del 49 por ciento al 35.
Planeación Nacional me ha dicho que en el mejor de los
casos podremos llegar al 39, pero estamos ajustando todas las previsiones
a ver cómo podemos entregarle al país una cifra de
pobreza no superior al 35 por ciento en julio del año 2010.
Nosotros no creemos ni en la tesis brasilera de los 60, ni en
la tesis que algunos sectores de la social-burocracia latinoamericana
le vendieron al continente.
Nos parecen graves ambos extremos.
El primero, le hizo creer al continente que lo que se necesitaba
era crecimiento de la economía, que la superación
de la pobreza y el mejoramiento de la equidad sobrevendrían
naturalmente.
Y los segundos despreciaron el crecimiento de la economía
y nos condujeron a un debate en el que finalmente quedamos enredados
alrededor del tema de distribuir pobreza.
Nuestra propuesta es crecimiento con equidad.
Por eso estamos haciendo todos los esfuerzos. Primero, para que
el país estabilice un crecimiento no inferior al 5 por ciento.
Segundo, para cumplir con las metas de reducción de la pobreza.
Y tercero, para que el coeficiente Gini, que indica la distribución,
mejore en nuestro país. Ya ha empezado a dar los primeros
asomos de querer mejorar.
Eso nos implica crear un sistema más competitivo en lo
económico y con mayor equidad en lo social. Entonces nos
proponemos trabajar el capital social, el capital físico,
los soportes macroeconómicos, el comercio internacional.
En el capital social, permítanme compartir con ustedes
algunas metas del Plan de Desarrollo que se está preparando.
Por ejemplo, en educación. En el Gobierno que concluyó creamos
un millón 419 mil cupos escolares. En el nuevo Gobierno
debemos llegar a plena cobertura en educación básica.
Eso nos implica crear otro millón y medio de cupos escolares
y empezar a avanzar hacia mejores cobertura en preescolar.
Bienestar Familiar tiene un poco más de dos millones de
niñitos, menores de cinco años, en los programas
de nutrición. El esfuerzo del Gobierno apunta a iniciar
la escolarización gradual de esos niñitos con pénsum
especiales.
Aspiramos que los esfuerzos que se están haciendo en calidad,
vayan mejorando los resultados de los estudiantes colombianos y
el grado de capacitación de los profesores.
Confiamos en el 2010 no estar por debajo del promedio latinoamericano
de cobertura universitaria. Estamos trabajando por igual con las
universidades públicas y las universidades privadas, exigiéndoles
a ambas todos los estándares de calidad.
Tenemos la convicción de que vamos a lograr, en breve,
la certificación del ciento por ciento de los programas
universitarios y la certificación de excelencia del 50 por
ciento de los programas universitarios.
Y esto va acompañado de un gran esfuerzo en la administración
pública, que debe empezar por la certificación de
calidad en el Gobierno Nacional de todas las entidades del orden
nacional.
El Icetex, para apoyar las universidades, en el Gobierno que concluyó pasó de
500 mil millones de cartera a 800 mil. El Plan de Desarrollo en
preparación, nos pone en la necesidad de llegar a una cartera
no menor de 2 billones.
Se está haciendo todos los esfuerzos para que el viejo
Icetex burocrático de las recomendaciones políticas,
se acabe. Que los estudiantes puedan acceder virtualmente, a través
del apoyo de sus universidades, a los créditos del Icetex.
Y el Sena, tan importante en esta feria (que nos ha cumplido ya
metas parciales bien significativas, como la de pasar de un millón
de estudiantes a cuatro millones, de cinco millones de horas de
enseñanza a 16 millones de horas de enseñanza), tiene
ahora varios retos en el nuevo Gobierno.
Un reto: certificar los programas técnicos y tecnológicos
para que los muchachos que se gradúan en el Sena, con esos
programas debidamente certificados, puedan ingresar a las universidades,
las universidades los reciban, les aprueben los créditos
cursados en el Sena y puedan acceder al título de educación
superior.
Un segundo reto en el Sena: acompañar a los egresados,
en proceso gradual, para acceder a recursos de crédito.
Y un tercer reto en el Sena: entrar, como entidad del acompañamiento,
en todo el tema del crédito popular, a través del
sistema Banca de Oportunidades.
En capital humano, tenemos otras metas muy exigentes en salud,
muy exigentes en vivienda, metas muy exigentes en crédito
popular.
Para no extenderme demasiado, en salud voy a compartir con ustedes
solamente una: aspiramos en el 2010 poderles decir a los colombianos
que hemos logrado plena cobertura en régimen subsidiado
de salud.
En vivienda, en el Gobierno que terminó, pudimos realizar
unas 360 mil soluciones de vivienda social. En el nuevo Gobierno,
con los incrementos presupuestales, las nuevas normas, aspiramos
llegar a 800 mil soluciones, que sean la suma de soluciones nuevas,
de mejoramiento a través del banco de materiales y de legalización
de títulos.
En crédito popular, en el día 100 del Gobierno que
empieza, iniciaremos el nuevo programa de revolución de
microcrédito, con el sistema Banca de Oportunidades. No
será un nuevo banco. Será un sistema, que ojalá comprometa
a todo el sector financiero, a todos los niveles de Gobierno, a
las cámaras de Comercio, a las fundaciones, a las Ong, a
las cooperativas, para avanzar profundamente en el crédito
popular de nuestra Patria.
En el Gobierno anterior pasamos de 750 mil millones de cartera
microempresarial, a tres billones de pesos. Confiamos ir mucho
más allá en el nuevo Gobierno.
Tuvimos un millón 800 mil microcréditos. Y he propuesto
una meta, que todavía no me la han aceptado las entidades
de Gobierno ni el sector privado, de llegar a cinco millones de
microcréditos en el Gobierno que empieza.
Confío que la economía y la vida social se tonifiquen
muchísimo, en la medida que avance vigorosamente el sistema
de Banca de Oportunidades.
En capital físico, en infraestructura, el reciente reporte
del Banco Mundial dice que Colombia está bien en la infraestructura
social de servicios públicos, y muy retrasada en la infraestructura
de competitividad.
No obstante los avances en servicios públicos, entre el
año 2006 y el 2019, para poder cumplir las metas, el país
debe invertir 29 billones en mejoramiento de servicios públicos.
Esa tarea es inmensa. Por eso el Gobierno que empieza pondrá todo
el énfasis, y uno de los nuevos instrumentos es la propuesta
al Congreso para que la totalidad de los recursos de audiencias
públicas se lleve al mejoramiento de agua potable y de saneamiento
básico.
En infraestructura de competitividad registramos atrasos. Vamos
a acelerar todo el proceso de licitaciones para las grandes vías
del comercio exterior.
Por lo pronto hemos cumplido una tarea de saneamiento de una serie
de litigios, que tenían estancando el proceso constructivo
en el país. El último el de Commsa, la comunicación
de Bogotá al río Magdalena por el noroccidente de
la ciudad, un litigio que duró más de 10 años.
Hemos gastado estos años, buena parte de ellos, en la solución
de esos litigios, y con excepción del ferrocarril del Pacífico,
todos los litigios que encontramos están resueltos. Lo mismo
en el campo de las telecomunicaciones.
Hoy el país está pavimentando 3.300 kilómetros
de vías. Ese pavimento se encuentra en plena ejecución.
Hemos abierto un conjunto de licitaciones de gran importancia para
las nuevas concesiones. Hemos adjudicado con total transparencia
concesiones tan importantes como la doble calzada Bogotá – Girardot,
la concesión del Aeropuerto de Bogotá, que permitirá en
el curso de unos años duplicarlo en número de pasajeros,
duplicarlo en capacidad de carga, y queremos trabajar, como se
ha hablado con la administración de Bogotá y con
el alcalde Luis Eduardo Garzón, en todo lo que es la adecuación
del entorno del aeropuerto, para que haya una gran armonía
entre la ciudad, las aproximaciones y los desarrollos de la concesión
del aeropuerto.
Tenemos obstáculos grandes, como el obstáculo de
Buenaventura. En los últimos cuatro años invertimos
148 millones de dólares en la rehabilitación de la
vía férrea, honrando una concesión que habíamos
encontrado. Y ahora después de esa inversión del
Gobierno, los concesionarios no han cumplido con los equipos, alegando
que no han encontrado disponibilidad de esos equipos y que las
tarifas no son competitivas en el ferrocarril de montaña.
Confiamos, después de que el Gobierno honró una
concesión que encontró, que se pueda resolver este
problema con los concesionarios, el que nos queda de los litigios
que encontramos en las grandes obras públicas.
Pero ya están abiertas licitaciones para parte de los trayectos
a fin de construir esa doble calzada de Buga a Buenaventura, trayecto
tan importante del corredor Bogotá – Buenaventura.
Y tenemos toda la disposición de ampliar los plazos de
las concesiones portuarias. En el caso de Buenaventura existe una
gran diferencia con los requisitos de inversión previstos
por el Gobierno y la oferta de inversión de los actuales
concesionarios.
Tenemos la esperanza de que ellos recapaciten en los próximos
días, podamos cerrar esa diferencia, y que se comprometan
a hacer una inversión del tamaño que necesita Buenaventura,
que es el puerto por donde se mueve el 60 por ciento del comercio
del país.
Tenemos dificultades, pero las metas son ambiciosas y las ganas
de cumplirlas son infinitas. Todo esto exige tramitar una agenda
legislativa, que está en curso y que tiene proyectos tan
importantes como el proyecto de reforma tributaria y el proyecto
de las transferencias.
Cada vez que un gobierno en cualquier parte del mundo presenta
una reforma tributaria, se genera mucha discusión. Y a mí me
parece bien que se dé la discusión. Por eso, personalmente,
he asistido a todos los foros, el último de los cuales fue
Fenalco, a escuchar críticas de mis compatriotas, a buscar
con ellos opciones.
Lo grave es que los gobiernos se encierren, eliminen ese diálogo
con los compatriotas y el lobby clandestino -muchas veces turbio
y corrupto-, sea el que determine los contenidos finales de las
reformas tributarias.
Cuánto mejor un examen abierto, espontáneo, de cara
al sol, para lograr el mejor texto posible.
No entro en detalles. Simplemente, para que ustedes tengan seguridad
en sus inversiones, quiero decirles qué busca la reforma
tributaria: primero, estimular el crecimiento. Colombia ha sido
un país que, en su historia tributaria, no le ha asignado
importancia a los estímulos como factores remolcadores de
inversión.
Hace tres años, con muchas dificultades logramos aprobar
en el Congreso de la República una deducción del
30 por ciento a las nuevas inversiones generadoras de renta, y
el resultado ha sido formidable.
Yo soy de la tesis de que las tarifas no puede dar el mismo estímulo
al que crece que al que no crece. Creo que fue un error en el mundo
ese concepto de las reformas de los años 80, aquí en
Colombia, en Estados Unidos, bajo el Gobierno del presidente Reagan
y en Inglaterra bajo el Gobierno de la señora Thacher.
Simplemente se rebajaron las tarifas, dándoles el mismo
tratamiento a los que crecían y a los que no crecían.
Por supuesto se aumentó el recaudo en los años subsiguientes,
pero la tributación dejó de estimular la inversión.
Nosotros, con la experiencia de los últimos tres años,
queremos insistir a factores diferenciales que premien a quienes
crezcan.
Por eso una propuesta fundamental del nuevo estatuto tributario
es la depreciación acelerada: que los inversionistas puedan
depreciar el ciento por ciento de las inversiones en el primer
año, y que aquello que no alcancen a depreciar se convierta
en un crédito fiscal. Y que ese crédito fiscal lo
puedan utilizar en el futuro durante los años que requieran.
Las cuentas que estamos haciendo muestran que eso puede ayudar
muchísimo a la inversión en nuestro país.
Segundo, que esa reforma nos ayude a financiar las metas sociales,
a algunas de las cuales me he referido.
Tercero, que esa reforma sea un paso para que el país recupere
el grado de inversión.
Cuarto, que por lo menos un sector de la academia económica
la reciba como estructural.
Y quinto, que esa reforma simplifique. El estatuto tributario
colombiano tiene alrededor de 1.100 artículos. La propuesta
es que tengamos un estatuto tributario de no más de 250 – 280
- 290 artículos.
Y estamos en la tarea de sacar la reforma de transferencias. La
reforma de transferencias, que nos debe llegar a un equilibrio.
Nosotros, en aras de la descentralización, no podemos quebrar
a la Nación. Y en aras de la Nación, no podemos frenar
la descentralización.
La reforma a las transferencias que estamos tramitando en el Congreso,
está buscando el equilibrio. Que el país continúe
con el proceso de descentralización, pero que se tenga mucho
cuidado con las dificultades, con los riesgos de la Nación.
Tenemos muchas dificultades: un país todavía con
un 12,6 de desempleo, a pesar de lo que ha reducido en las 13 áreas
metropolitanas, es un país con mucho problema. Un país
que todavía en septiembre del año pasado tenía
un 49 por ciento en la línea de pobreza, es un país
con muchas dificultades.
Pero hemos mejorado. Y los colombianos pueden tener la certeza
de que, con la ayuda de Dios, nada nos hará debilitar la
determinación en materia de recuperar la seguridad, que
tanta confianza le ha dado al país.
Por eso yo celebro mucho que podamos tener un trabajo integrado
con el alcalde Luis Eduardo Garzón, para garantizarle a
Bogotá, guía del país, los mejores niveles
de seguridad.
Y en medio de las dificultades hay buenas noticias. Permítanme
compartir algunas con ustedes.
Por ejemplo, la semana pasada en el congreso de Fenalco, divulgaba
las siguientes: en julio de 2006 las ventas reales de alimentos
y bebidas presentaron un incremento del 7,88.
Esto es muy importante en términos reales. Y es muy importante
por lo siguiente: porque eso demuestra que los sectores populares
más vulnerables de la Patria vienen aumentando, mejorando
paulatinamente su capacidad adquisitiva.
Y a eso se le suman aspectos en sueldos y salarios: en julio de
2006 los sueldos y salarios reales per cápita del comercio
minorista, aumentaron 5,94 por ciento.
Entonces si esto se coteja con lo que han sido los incrementos
de afiliación de los colombianos a las cajas de compensación,
a la sumatoria pensional entre fondos de pensiones y Seguro Social,
cuentas activas, los colombianos que están ingresando a
las empresas promotoras de salud, gracias a que se viene mejorando
el empleo, esos son indicadores que nos deben decir a los colombianos
que vamos ganando unas metas parciales, unas bases sólidas
para que nuestro país avance económica y socialmente
más velozmente.
Este año el consumo de energía no regulada, el que
mide la energía de los sectores productivos, ha venido creciendo
por encima del 7 por ciento.
Yo creo que es algo muy importante. El recaudo ha venido creciendo
por encima del 17 por ciento.
En fin, hay una serie de elementos para que, reconociendo los
problemas que tiene nuestra Patria, nos sintamos comprometidos,
estimulados, a sacar esta Patria adelante.
Por eso celebro que aquí es más importante la concentración
de los colombianos en su empeño de sacar el país
adelante, que dejarse desviar la atención por circunstancias
que ocurren, que no podemos subestimar, pero que podemos superar,
como estas alarmas de los últimos días, que aspiramos
todos los días el avance de la seguridad pueda darle más
tranquilidad a nuestros compatriotas.
Todos los éxitos en esta feria. Le ruego a cada expositor,
le ruego a cada comprador: cuando usted esté en un diálogo
pensar: hay que hacer el aportico para que Colombia crezca el 6
por ciento y reduzca en este cuatrienio la pobreza del 49 al 35.
A todos, muchas gracias”.