PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE AL
INAUGURAR VÍA PERIMETRAL
Cartagena, 6 oct (SNE). Las
siguientes son las palabras del presidente Álvaro
Uribe Vélez, durante el acto de inauguración de
la Vía Perimetral Ciénaga de la Virgen.
“El señor Alcalde (de Cartagena, Nicolás Curi) y
la doctora Elvira Forero (gerente saliente de Fonade), han expresado
unas palabras que significan el alcance de esta obra. Hace cuatro
años, cuando empezaba nuestro primer Gobierno y se hablaba
de esta obra por parte del entonces alcalde Cartagena, Carlos
Díaz Redondo, que aquí nos acompaña, en
esta zona teníamos una lucha inhumana: los ciudadanos
procurando invadir la Ciénaga para buscar albergue, y
en las lluvias y en los inviernos la Ciénaga inundándolos
para deshacerse de ellos.
Qué bueno haber logrado esta obra, que es el principio
de lo que hay que hacer en Cartagena y en muchas partes del país.
Una obra para proteger el ciudadano y para proteger la Ciénaga.
Para crear armonía entre el asentamiento ciudadano y el
recurso natural.
Una obra para que los ciudadanos puedan ver aquí, en el
esparcimiento, en el espacio público, una dimensión
diferente de la dimensión de la vida que solamente les
ha dado el tugurio y la contaminación.
Cuando el ciudadano se queda encerrado entre el tugurio y la
contaminación, el ciudadano no atisba un horizonte de
desarrollo espiritual, de desarrollo social. Cuando el ciudadano
tiene el espejo de estas obras, cambia su espíritu,
se acaba el estancamiento del alma, y el ciudadano emprende
un camino de gran superación personal y de gran contribución
a la superación colectiva.
Qué bueno que los niños que aquí viven encuentren
esta obra para su recreación. Qué bueno que cuando,
con toda la planeación, con todo el rigor, sin densificación,
en esta área libre de la mitad se instalen servicios como
bibliotecas y otros, se vaya contribuyendo mucho más al
mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.
Hace algunos meses vine acá con el maestro Gabriel García
Márquez y con Elvira Forero y Alicia Arango, y él
miró desde la obra hacia las casitas y me dijo: ‘¿y
qué va a pasar con esas casitas?’. Le dije: ‘pues
hay que mejorarlas, maestro, porque en el país generalmente
se han hecho obras que enriquecen a los ricos, pero no se han
hecho obras que reivindiquen a los pobres. Esta yo creo que no
los va a enriquecer, pero por lo menos sí los va a reivindicar
espiritualmente a todos los del vecindario.
¿Qué sigue ahora? Hablemos de la obra. Hay que planificar,
creo yo, muy rigurosamente, qué se va a construir en estos
espacios de la mitad. Hay que sostener muy bien sostenido lo
que existe. Creo que el mejor camino es lograr una organización
de la comunidad con la cual se contrate por parte de la Alcaldía,
de los gremios, de las organizaciones cívicas, el mantenimiento
de la obra.
¿Qué sigue? Sigue el mejoramiento de todas estas viviendas,
la conversión de estas viviendas tuguriales en vivienda
digna, un reto que tenemos la Alcaldía de Cartagena y
el Gobierno Nacional. Fonade ya ha hecho el ensayo de mejoramiento
en las primeras 107 viviendas, pero necesitamos mejorarlas todas,
lograr que esta zona sea una zona sin vivienda tugurial, una
zona con vivienda digna.
¿Qué sigue? El señor Ministro de Obras, que aquí nos
acompaña, tiene la gran responsabilidad de buscar, en
las concesiones que están en marcha, cómo conectar
la obra debidamente con la carretera que sale hacia Barranquilla.
Ojalá no por Crespo, porque si fuera por Crespo, esa conexión
está y poco habría que hacerle. Ojalá por
una vía de muy buenas especificaciones entre el aeropuerto
y la Ciénaga, una vía que conserve en lo posible
estas especificaciones.
Y con la misma o con otra concesión, buscar conectarla
aquí, a nuestra espalda, hacia el sur, con La Cordialidad.
Pienso que esa es una conexión más difícil,
más costosa, pero hay que contratarla, para que quede
la decisión tomada, la decisión formalizada, y
que la ciudad de Cartagena sepa que vamos para adelante con esta
obra, así su ejecución no se pueda hacer con la
velocidad con que quisiéramos. Las obras hay que empezarlas,
honradamente, eficientemente, así tomen tiempo, por razones
presupuestales, en poderse concretar.
Pero hay obras muy grandes que iniciarlas equivale a sembrar
una selva. Mientras uno más se demore para sembrarla,
más se van a demorar las nuevas generaciones para gozar
de su sombra.
Esta obra hay que contratarla ahora y procurar empezarla rápidamente,
para que Cartagena vea que no nos vamos a quedar estancados por
haber hecho estos tres kilómetros y medio, sino que tenemos
todo el entusiasmo para seguir trabajando todos los días,
con toda la energía, a fin de ir produciendo uno a uno,
entre poquitos resultados, grandes resultados.
La vida pública es eso. La vida pública no produce
milagros. La vida pública no produce transformaciones
de medianoche para el día. La vida pública es una
acumulación ininterrumpida de esfuerzos para ir produciendo
pequeños resultados. Lo importante es que, tras un pequeño
resultado, aparezca otro pequeño resultado. Y la suma
de ellos, en algún momento va produciendo las transformaciones
anheladas por la ciudadanía, que llegan tranquilamente
a partir de ese camino que se construye entre un pequeño
resultado y el otro pequeño resultado.
¿Qué sigue? Sigue la administración de la unidad
deportiva. El día que la inaugurábamos, inaugurando
los Juegos (Centroamericanos y del Caribe), venía a mi
mente una reflexión: quedamos en Cartagena con una unidad
deportiva de país rico. Ahora lo que nos toca es preservarla
muy bien.
Le he pedido a la doctor Alicia Arango, embajadora de ustedes
en la Presidencia de la República, que, con el señor
Alcalde, con los gremios, con Coldeportes, mire la mejor manera
de entregar la administración de esta unidad Ddeportiva,
de encomendarla a entidades responsables, con todas las reglas,
con todas las formalidades, con la garantía de que se
va a administrar muy bien, y que se va a garantizar el uso
masivo por parte de los cartageneros.
Creo que ahora hay un ejemplo, que es ese acuerdo inicial del
señor Alcalde y la Sociedad Portuaria, para que la Sociedad
Portuaria, al expresar ya la voluntad de hacerse cargo de uno
de esos escenarios, empiece a abrirnos el camino.
Sería muy bueno ver estos escenarios administrados por
manos eficientes y pulcras que garanticen su sostenibilidad.
Quiero dar mis agradecimientos a todos. Trabajamos con tres alcaldes
de Cartagena en este proceso: con Carlos Díaz, con Alberto
Barbosa Senior y con el doctor Nicolás Curi. Nuestra
gratitud. Todo este período inicial fue con un período
donde el alcalde Carlos Díaz, insistentemente, hizo
ver al Gobierno Nacional necesidad de esta obra. Recibimos
la cooperación de parte del alcalde Alberto Barbosa.
Y después llegó ese gran entusiasmo, ese gran
compromiso popular de Nicolás Curi, a trabajar con nosotros
hasta convertirlo en realidad.
A todas las autoridades de Cartagena mi gratitud. Que esta obra
sirva de ejemplo de lo que es el esfuerzo mancomunado y la
contratación pulcra. Cuánto mejor ver esta obra,
que tener que hacer denuncias por corrupción, que embolatan
los recursos del Estado. Esta obra le indica al país
qué es mejor: las obras hechas eficientemente, honradamente,
o los recursos del Estado perdidos en las alcantarillas de
la corrupción.
Esa obra, sus costos, el proceso de contratación, la manera
como se ejecutó, se constituye en un gran ejemplo a la
transparencia. Es una prueba de un Gobierno que ha afrontado
con toda responsabilidad el desafío de derrotar la corrupción
bajo el lema: cero tolerancia a la corrupción”.
Y quiero agradecer a mis compañeros del Gobierno Nacional.
Alicia Arango, quien la concibió, con los consejos del
ex alcalde Enrique Peñalosa. Fue una concepción
muy importante en su momento. Porque habíamos pensado
de pronto tener aquí una obra humilde. Y cuando ellos
la vieron dijeron: ‘no, esto no podemos construir una obra
anémica, ahí se necesita una obra fuerte, robusta’.
Y por eso se decidió de estas especificaciones, que hoy
tenemos enfrente de nuestros ojos.
Muchas gracias, Alicia, porque nos salimos de ese complejo de
pobreza, de hacer las cosas a medias y de esa equivocación
de construirles obras pobres a los pobres. Los pobres, para
que salgan adelante, necesitan obras ambiciosas. Y yo creo
que esta obra es un punto de quiebre muy importante para que
el país piense que las mejores obras hay que construirlas
en las zonas donde viven los compatriotas de menores recursos.
Y gracias a Fonade, a usted, Elvira, a todo su equipo por su
dinamismo, por su transparencia, por su consagración
para sacar esta obra adelante.
Y muchas gracias a todos los contratistas, a los supervisores,
a los interventores, a los trabajadores.
Muchas gracias a los funcionarios de Cartagena. A usted, Enrique
Chartuni. A sus compañeros de Infraestructura de la
ciudad, ahora que usted tiene la responsabilidad del sistema
de transporte masivo de la ciudad. A los gremios de Cartagena.
A la Cámara de Comercio por su interés permanente,
por su puya permanente para estimularnos a sacar estas obras
adelante. Al Ministerio (de Transporte). Al ministro Andrés
Uriel (Gallego). Al viceministro (de Transporte) Daniel García
Arizabaleta, que, como gerente de Coldeportes, tuvo tanta responsabilidad
para que se llevara a feliz término todo lo que se planeó para
los Juegos Centroamericanos y del Caribe en la ciudad de Cartagena.
A la Policía Nacional, a la Armada, que nos ayudaron con
su vigilancia en las horas de mayor angustia para que se pudiera
trabajar en turnos extensos, en horas de la noche.
Mi gratitud a la ciudadanía de Cartagena por su acompañamiento
permanente del proceso de la obra, que ha sido un gran estímulo.
Alicia, pongo en tus manos lo siguiente: con el Ministro, definan
cómo se van a incorporar en las dos concesiones, en
la de la Vía a Barranquilla y en la de La Cordialidad,
las dos conexiones. No le vamos a fallar a Cartagena en eso,
que es de gran importancia, porque nada ganaríamos con
dejar esto estancado.
Elvira: al entregarle ahora Fonade a tu sucesor, díle
que hay aquí un gran compromiso, que es el trabajo de
Fonade, con el señor Alcalde y con el Ministerio de Ambiente
y Vivienda, para que todas estas casitas tuguriales sean convertidas
en viviendas dignas para los cartageneros. Ese es el gran compromiso.
Bueno, ahora es más importante pensar en lo que vamos
a hacer, que en la obra que ha quedado al servicio de todos.
Siempre para adelante, con gran entusiasmo, sin adormecernos
un momento, sin un minuto de pereza, sin un segundo en el que
se nos baje, en el que se nos detenga el amor por Colombia.
Vamos para adelante con las obras que requerimos para complementar
este gran principio.
A todos muchas gracias”.