Puerto Asís (Putumayo), 07 oct. (SNE).- El
siguiente es el discurso del presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, durante el VIII Consejo Comunal de Gobierno
(del segundo mandato) realizado en Putumayo:
“Un saludo lleno de afecto. Este Consejo Comunitario tiene
hoy la grata compañía de Dan Storper, quien ha
hecho una de las más notables contribuciones al Putumayo
y a Colombia. Estuvo aquí muy joven, en el departamento
y tiene una de las compañías de promoción
de la música, más importante del mundo. Su nombre
es: Putumayo World Music. Esa compañía le ha hecho
un gran homenaje, una gran difusión al Putumayo en el
mundo entero y acaba de entregar al mercado un nuevo CD –que
lo va a ofrecer hoy acá- y con ese producto se propone
ayudar a las víctimas de las minas antipersona de los
grupos terroristas de Colombia.
A Dan Storper, una gratitud infinita y un aplauso, que le brindamos
desde el corazón, por su solidaridad con Colombia y especialmente
con el Putumayo. Su viaje a Colombia ha tenido un gran estímulo
por parte de Gabriela Febres Cordero, quien ha servido a Colombia
con toda la generosidad y con toda la eficacia.
Cuando Luis Alberto Moreno se desempeñaba como embajador
de Colombia en Washington, Gabriela Febres Cordero inició una
gran tarea para conseguir apoyo del sector privado norteamericano,
a fin de poder atender a los soldados y policías que han
sido afectados severamente en su fisonomía, en su integridad
personal, por las acciones terroristas. Lo que ha hecho es milagroso,
le debemos toda la gratitud. Le ha puesto todo el entusiasmo
para que Dan Storper siga apoyando a Putumayo y a Colombia y
tenía todo el interés en que Dan hiciera esta nueva
visita.
Muchas gracias a Gabriela Febres Cordero por su generosidad
con Colombia y por su generosidad con el Putumayo.
Solamente hay que hablar con los soldados y policías
atendidos en las clínicas de los Estados Unidos, en proceso
de recuperación de esas desfiguraciones a las cuales han
sido sometidos por los actos terroristas. Solamente hay que ver
ese progreso, esa atención que se ha conseguido, para
ponderar la tarea infinita, en bien de nuestro país, de
Gabriela.
Vamos a mirar hoy los temas que tiene que ver con los asuntos
más acuciantes del Putumayo, es esta fase, cuando los
Consejos Comunitarios están preparando lo que tiene que
ser el nuevo Plan de Desarrollo.
Nosotros aspiramos que en los años que vienen, Colombia
pueda reducir la pobreza al 35 por ciento. Hace cuatro años
estaba en el 60 (por ciento), en septiembre del año pasado
en el 51 (por ciento), en marzo de éste año en
el 47 (por ciento). Planeación Nacional advierte que es
posible llevarla al 39 (por ciento) dentro de cuatro años,
nosotros tenemos que hacer el esfuerzo para que no se sitúe
por encima del 35 (por ciento).
Un esfuerzo sumamente grande, que exige que Colombia sea exitosa
en la política social y para financiarla, necesitamos
un crecimiento de la economía que se consolide alrededor
de 5 por ciento y que llegue al 6 por ciento.
Por supuesto, la política social la vamos a ver hoy aquí en
una de sus más importantes expresiones, como son los temas
de capital social que tienen que ver con educación, con
salud, con vivienda, con saneamiento básico. Como es el
tema de capital físico, que tiene que ver especialmente
con las vías. Como son temas de gran importancia para
el departamento, tal el caso de la erradicación de cultivos,
de los cultivos alternativos, de las Familias Guardabosques,
etcétera.
Hoy, por ejemplo, en el tema de vías vamos a escuchar
al Instituto Nacional de Vías (INVÍAS) para que
nos cuente cómo avanzan dos contratos de pavimentación
en el Putumayo: la pavimentación de la carretera desde
acá, en Puerto Asís, hasta Puerto Caicedo y la
pavimentación de los kilómetros que faltan en el
tramo entre Mocoa y Villa Garzón. Para que nos cuente
cómo esta la financiación para pavimentar los kilómetros
que quedan faltando entre Puerto Caicedo y Villa Garzón.
También el Instituto Nacional de Vías nos hablará del
avance de una de las vías más importantes para
la competitividad de Colombia: la vía Pasto – Mocoa.
Ya se han definido los recursos para pavimentar un trayecto de
gran importancia en esa vía, que es el trayecto del Encano
a Santiago. Confío que rápidamente se surta el
proceso de licitación, se perfeccione el contrato y empiece
la obra.
Lo que es la consultoría de última fase para definir
los detalles de ingeniería para la variante de San Francisco
a Mocoa, también habrán de contratarse esos estudios
en los próximos meses.
Creo que aquí, paso tras paso, hemos venido avanzando
en infraestructura vial en el departamento del Putumayo.
Hemos seguido rigurosamente el tema de orden público,
que no acostumbramos traerlo a los Consejos Comunitarios de Gobierno.
El dialogo con los habitantes del Putumayo, con sus autoridades
nos indica que en términos generales ha venido mejorando
el orden público. Lo hablo con la Iglesia, lo hablo con
el comercio, lo hablo con los transportadores y la acción
de las Fuerzas Militares y de Policía, en todo momento
ha mostrado más eficacia.
LUCHA CONTRA LOS CULTIVOS ILÍCITOS
Tenemos un gran lunar, el tema de los cultivos ilícitos
en los 10 kilómetros de zona de frontera con el Ecuador.
Nosotros, va a ser un año, por consideraciones de fraternidad,
de solidaridad, de hermandad con la Nación ecuatoriana
y con su Gobierno, aceptamos suspender las fumigaciones en una
zona de 10 kilómetros a partir de la línea de frontera,
hacia el territorio de Colombia. El resultado es muy preocupante.
Y tengo que expresar esta preocupación ante mis compatriotas
hoy, y me propondré transmitirla al buen amigo Alfredo
Palacio, Presidente de la hermana república ecuatoriana.
El terrorismo ha abusado de esta decisión y ha fortalecido
la siembra en esos 10 kilómetros. Hoy hay más de
8 mil hectáreas de coca en la zona de los 10 kilómetros
de frontera con el Ecuador. Avanza sin medida, sin freno. Es
un desafío al mundo democrático. La están
cultivando con toda la tecnología, con fertilizantes,
parecería ser que allí lo que haya sea una zona
de impunidad. La cultivan, como que se tratara de cultivos de
alta competitividad en el sector legal de la economía
agrícola.
¿Que pasa con esa coca?: alimenta el terrorismo. ¿Por
qué alimenta el terrorismo?: porque las acciones violentas
que se producen contra una democracia, son terrorismo.
Una cosa es la acción de movimientos insurgentes contra
una dictadura que ha sido calificada benignamente en el mundo,
como acción insurgente, que en alguna forma legitima esa
acción de lucha contra la dictadura. Otra, muy diferente,
es la acción violenta contra una democracia, contra una
democracia pluralista y garantista como la nuestra.
Cuando la acción violenta se da contra una democracia,
el mundo civilizado la señala como terrorismo.
Pregunto a los ingleses, a los alemanes, a los españoles
a los representantes de las naciones de Europa Occidental, ¿por
qué su legislación es tan severa para calificar
como terrorista toda acción violenta o simplemente, la
amenaza de uso de violencia por razones ideológicas, políticas?
y me contestan: ‘porque en Europa tenemos un profundo respeto
por la democracia pluralista y ese respeto por la democracia
pluralista nos obliga a ser totalmente severos contra lo que
son los atentados de la violencia, que ponen a riesgo esa democracia’.
Allá llaman terrorismo la violencia o la simple amenaza
de violencia por hacer respetar su democracia. Nosotros tenemos
una democracia igualmente respetable y estamos en la obligación
de hacerla respetar con toda la determinación.
Si Colombia fuera una dictadura, bien podría el mundo
decirle a nuestros grupos violentos, simplemente insurgentes.
Pero cuando aquí hay una democracia probada, respetable,
histórica, que todos los días se profundiza, esas
acciones violentas, el único calificativo que pueden recibir
es, el de acciones terroristas.
Y nuestra preocupación se da porque la coca, cuyos sembradíos
crecen en estos 10 kilómetros de frontera, lo que hace
es alimentar las finanzas de los grupos que cometen acciones
terroristas.
No puedo ocultar hoy en el Putumayo, después de constatarlo
con sus autoridades y con la Fuerza Pública, la preocupación
del gobierno colombiano por la circunstancia de que, al haber
dejado de fumigar en los 10 kilómetros contiguos a la
frontera, se ha presentado este abuso del terrorismo que ya ha
sembrado más de 8 mil hectáreas de coca en esa
franja de frontera.
Me propongo transmitirlo al Presidente del Ecuador. Y nos proponemos
estudiar, cuidadosamente, cómo proceder para eliminar
totalmente la coca en esa zona de frontera. Coca que esta alimentando
el terrorismo.
Y tengo que decir lo siguiente: la coca no tiene fronteras,
el terrorismo tampoco.
La coca no tiene fronteras, cuando empezó el narcotráfico
en Colombia, aquí se decía que el país jamás
iría a ser productor, que simplemente había un
negocio de tráfico y ese negocio de tráfico le
traía divisas al país. A los pocos años,
para sorpresa de quienes afirmaban que el país nunca sería
productor, ya teníamos 5 mil hectáreas y a eso
no se le presto suficiente atención y llegamos a tener
250 mil hectáreas.
Y en ese discurrir se afirmó una y otra vez, que no habría
mayor problema porque en Colombia no existía consumo.
Hoy tenemos más de un millón de consumidores, con
el dañino impacto a la unidad de las familias, a la nueva
generación, al capital social, a la integridad y a la
integración de toda la ciudadanía.
Esa coca no tiene fronteras, puede invadir cualquiera de nuestros
países hermanos. El terrorismo que la siembra, el terrorismo
que se financia con ella, es estratégico, políticamente
habilidoso. Da la sensación que no la siembran en el otro
país, para engañar a ese país, a fin de
que ese país presione para que el terrorismo sí la
pueda sembrar en Colombia, pero en el momento que lo requieran,
ya no respetarán al país vecino y empezarán
a inundarlo de coca.
Esto se lo comentare al Presidente Palacio, para que lo examinen
las autoridades ecuatorianas, porque Colombia, generosamente,
por un gesto de hermandad con el Ecuador, para contribuir al
diálogo constructivo con el Presidente Palacio y con su
gobierno, aceptó abstenerse de fumigar en los 10 kilómetros
de la franja de frontera.
Y el resultado es totalmente negativo: más de 8 mil hectáreas
de coca, cultivadas con las técnicas de la más
productiva agricultura comercial. Un desafió a la Constitución
y a la Ley, a las buenas costumbres de los ciudadanos, la financiación
del terrorismo en Colombia y una amenaza al hermano pueblo ecuatoriano.
En la medida que Colombia derrote la coca en esta zona de frontera,
se evita el riesgo de que la coca se atreva –impulsada
por el terrorismo- a inundar los pueblos hermanos.
La coca no tiene fronteras, es destructora de la ecología,
es financiadora del terrorismo, es destructora de la ética,
es el gran impulso a que se pierda el respeto a la Constitución,
a las instituciones.
El terrorismo no tiene fronteras, el terrorismo maltrata a Colombia
pero también, en el momento que les toca secuestrar en
cualquiera de los países hermanos, lo hace.
El terrorismo es cínico, arrogante. El terrorismo por
esa mezcla de dinero y de capacidad militar y de capacidad de
derramar sangre, es totalmente irrespetuoso de las normas de
los pueblos, de las fronteras de los pueblos.
Si el terrorismo se sigue fortaleciendo con el cultivo de coca,
aquí en la frontera con Ecuador, para con ese fortalecimiento
maltratar a Colombia, todos los días será más
cerca la posibilidad de que ese terrorismo maltrate al Ecuador,
como en tantas ocasiones lo ha hecho, secuestrando por parte
de grupos terroristas de Colombia, a ciudadanos ecuatorianos.
Encuentro mucha preocupación en mis compatriotas nariñenses
y del Putumayo. Me dicen: ‘Presidente, haga algo, esto
es muy grave, se va a completar un año desde que el Gobierno
accedió a suspender las fumigaciones en esos 10 kilómetros
y lo que hoy padecemos es un crecimiento de la coca en esa frontera
y un enseñoramiento del terrorismo, financiado por la
coca’.
Hoy me permito hacer esta denuncia, de un problema que nos mortifica,
porque es un problema que se ha representado en derramamiento
de sangre, en atentados permanentes contra el pueblo colombiano.
Es un problema que hoy golpea a Colombia y que mañana
o pasado mañana, puede golpear a la hermana nación
ecuatoriana.
Me propongo pues, después de haber hecho esta corroboración,
de visitar personalmente el Putumayo, de saber sobre el terreno
que se ha presentado esta resiembra de coca, aprovechando el
terrorismo la decisión nuestra de no fumigar en los 10
kilómetros de frontera, me propongo hablar con el Presidente
Palacio, examinar con nuestras Fuerzas Militares y de Policía
qué debemos hacer y buscar tomar las mejores y más
eficaces decisiones para liberar definitivamente esta área
del flagelo de la coca, que es la fuente alimentaria del terrorismo.
MENSAJE A LOS PAÍSES VECINOS
Y quiero hacer llegar un mensaje a mis compatriotas y a todos
los ciudadanos de los países vecinos: nosotros tenemos
riquísimas cuencas hidrográficas, la región
nuestra es una de las más ricas en biodiversidad en el
mundo entero, tenemos la responsabilidad en un alto porcentaje
en la cuenca amazónica, la coca es la gran enemiga de
los nacimientos de agua, la coca es la gran destructora de la
biodiversidad, la coca es la gran devastadora de nuestra selva,
la coca es el gran enemigo de la ecología.
Recuerdo mis conversaciones con campesinos y pescadores que
han vivido en las riveras del río Putumayo, algunos que
llevan 40, 50 años allí, me han dicho que, cuando
llegaron, el río era riquísimo en especies de pescado,
que esas especies se han venido acabando, que no se acabaron
por la fumigación, que se acabaron por los precursores
químicos que se utilizaron durante varios lustros para
procesar la coca y que fueron arrojados a los afluentes y finalmente,
al río Putumayo.
No es la fumigación la que maltrata la biodiversidad,
es la coca, los precursores químicos para procesarla,
el procesamiento de la coca lo que primero, para producirla,
destruye la selva y para procesarla, contamina totalmente las
corrientes de agua dulce.
Ese daño no lo podemos permitir. Si hay algún
elemento ambiental, algún valor ecológico que hay
que preservar, justamente es el de evitar los cultivos de coca
que tumban la selva y al mismo tiempo, acaban con la pureza de
las corrientes de agua.
Ese daño se hace en Colombia y también perjudica
a los países hermanos, porque estor ríos son limítrofes.
El campesino colombiano que puede pescar menos en el Putumayo,
vive el mismo problema que vive el campesino ecuatoriano que
también puede pescar menos en el Putumayo o el campesino
peruano que también ve afectadas sus posibilidades de
pesca en el río Putumayo. Porque la coca, los precursores
químicos, primero han mermado los caudales, los han sedimentado
y finalmente los han contaminado.
Hago un llamado a mis compatriotas del Putumayo y a nuestros
hermanos de las naciones vecinas, para que adquiramos plena conciencia
sobre los riesgos ecológicos que se derivan de la plaga
de la coca, alimentaria del terrorismo.
Colombia está dispuesta a la paz. Hemos dicho que la
política de Seguridad Democrática es un camino
hacia la paz, lo hemos probado con hechos: tenemos 40 mil desmovilizados –más
de 30 mil paramilitares y más de 7 mil guerrilleros-.
Si solamente comparamos el número de guerrilleros desmovilizados
con los guerrilleros que se desmovilizaron en el pasado, vemos
que ahora se ha desmovilizado un número casi el doble
del total de guerrilleros que se desmovilizaron en el pasado.
Si en el pasado sumamos el M – 19: 280 armas entregadas,
900 personas desmovilizadas; el EPL: 2 mil desmovilizados; un
pequeño grupo de la Corriente Renovación Socialista,
del Quintín Name, eso escasamente llega a la mitad de
lo que hemos desmovilizado en guerrilla en el gobierno nuestro.
La Seguridad Democrática es camino paz.
El Gobierno ha hecho todos los esfuerzos por avanzar en el diálogo
con el ELN. En los próximos días se llevara a cabo
la nueva ronda de ese prediálogo, de esa fase exploratoria
en La Habana, Cuba.
El Gobierno ha mostrado toda la voluntad para el acuerdo humanitario
y para reiniciar un proceso de paz con las FARC. Lo que no puede
el Gobierno es descuidar la Seguridad Democrática.
Lo que no puede el Gobierno es, que mientras el Gobierno y amplios
sectores ciudadanos reclaman la paz, en la línea de frontera
con el Ecuador haya ya 8 mil hectáreas de coca alimentando
el terrorismo. ¡Eso es lo que no podemos permitir!
Y, nosotros que hemos defendido y seguiremos defendiendo, con
todo el énfasis la política de Seguridad Democrática,
queremos la paz. Es la razón de la política de
Seguridad Democrática, pero no queremos el engaño.
No puede ser que mientras se hacen declaraciones de paz, al mismo
tiempo se esté inundando la franja de frontera con el
Ecuador, de coca para el terrorismo.
Nosotros respetamos la democracia de todos los países
vecinos, pero también pedimos a los países vecinos
una reciprocidad con nuestra democracia. La gran amenaza a nuestra
democracia es el terrorismo financiado por la coca. Cuando nosotros
le declaramos a los países vecinos total respeto a su
autonomía, al principio de su autodeterminación,
al principio de su capacidad para decidir sus asuntos internos,
apelando a la regla democrática, también reclamamos
de los países vecinos comprensión para entender
que la gran amenaza a la democracia colombiana es la coca y el
terrorismo, para comprender que el Gobierno de Colombia, así como
todo Gobierno, tiene que defender su democracia y la manera de
defenderla es enfrentando con todo rigor la amenaza contra esa
democracia, que es el terrorismo financiado por la coca.
¡Tenemos la autoridad moral para pedirlo! Miren qué ha
sido el gobierno de la Seguridad Democrática: ha sido
un Gobierno de libertades, un Gobierno de respeto al pluralismo.
No nos refiramos a lo que fueron los eventos electorales de
2003, cuando se probó la seguridad como instrumento de
defensa de la democracia. Recordemos lo reciente: la elección
el Congreso este año, la elección del Presidente
de la República. ¡Elecciones amenazadas por el terrorismo
y elecciones garantizadas por la Seguridad Democrática!
Pudieron ser las más violentas y gracias a la Seguridad
Democrática, fueron las más pacíficas en
décadas en Colombia.
¡Nadie de la oposición puede levantar la mano para
decir que no fue rodeado de plenas garantías! Opositores
y amigos del Gobierno recorrieron el país, hicieron su
campaña, gozaron plenamente de sus libertades, eso honra
y legitima la Seguridad Democrática y eso nos da autoridad
moral para decirle al mundo que comprenda que nosotros tenemos
que defender nuestra democracia.
¡Una democracia respetable obliga al Gobierno a defenderla! ¡Una
democracia respetable obliga a los países vecinos a legitimarla,
no solamente con el reconocimiento formal, sino con el rechazo
del terrorismo y de la coca que destruye a esa democracia!
¡Nosotros le pedimos respetuosamente a los países
vecinos, que no basta con el respeto formal a nuestra democracia,
se requiere también el respeto material, se requiere el
respeto en la práctica, se requiere el respeto en los
hechos!
¡Por eso, para que ese respeto se de, los países
vecinos tiene que dimensionar, entender que lo que hay en Colombia,
no es una insurgencia con una causa noble, sino un terrorismo
financiado por la coca, contra una causa noble que es nuestra
democracia!
Ha habido un peligro para el mundo: la dictadura. Y una manera
de enfrentarlo: la noble insurgencia. En Colombia hay una causa
noble, la democracia. Y un peligro: el terrorismo y la coca,
por eso, el Gobierno no se puede quedar tranquilo. Cuando los
altos mandos, el Ministro del Interior, varios integrantes del
gabinete ministerial corroboran que en el Putumayo, las FARC
han sembrado en los 10 kilómetros de frontera con el Ecuador,
8 mil hectáreas de coca para financiar el terrorismo.
Aspiro que haya una gran reflexión en nuestra opinión
pública sobre este tema. Aspiro que haya una gran reflexión
en el hermano pueblo ecuatoriano. Una gran reflexión en
sus autoridades, encabezadas por nuestro buen amigo, el Presidente
Palacio, para que en los próximos días podamos
tomar las decisiones firmes que se requieren para liberar definitivamente,
al Putumayo, del flagelo de la coca, de la amenaza del terrorismo.
Amenaza que hoy golpea a Colombia y que mantiene sus ojos con
maliciosa coquetería sobre el territorio y sobre el pueblo
del Ecuador.
Es menos difícil enfrentar una amenaza de terrorismo
cuando no se ha enseñoreado en el territorio propio, que
cuando ya ha echado raíces en el territorio propio, por
eso lo que Colombia haga hoy, para superar el terrorismo, es
una defensa para que mañana el terrorismo no maltrate
al Ecuador, no maltrate a nuestros vecinos.
Compatriotas del Putumayo: muchas gracias y el Gobierno hoy,
como siempre, mañana, estará a todo momento con
los intereses de ustedes, que son los intereses más nobles
y más sentidos del pueblo colombiano.
Muchas gracias”.