PALABRAS DEL PRESIDENTE DURANTE
LOS 45 AÑOS DE PROPAL
Yumbo (Valle del Cauca), 12 oct. (SNE).- Las
siguientes son las palabras del presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, durante la conmemoración de los
45 años de la empresa Productora de Papeles (PROPAL):
“Acudo con mucho amor de Patria, a entregar
la Orden del Mérito
a Propal en estos 45 años. Un gran esfuerzo en un periodo
lleno de dificultades en la historia de la Patria. Un esfuerzo
sostenido, desafiando vicisitudes y obstáculos.
Quiero felicitar a los fundadores, evocar aquel día en
el cual uno de los más grandes colombianos de todas las épocas,
de quien celebramos en este 2006 el centenario de su nacimiento,
el presidente Alberto Lleras Camargo, acudió a presenciar
la inauguración del primer molino.
Quiero felicitar a quienes han hecho posible la permanencia,
el avance de la empresa, a sus accionistas, a sus directivos,
a sus funcionarios en el nivel ejecutivo, a sus trabajadores.
A todos, una felicitación de todo corazón que
sentimos todos los colombianos.
Y quiero felicitarlos por todas esas actividades extraempresariales
que contribuyen significativamente a construir capital social.
Por la Fundación, por el apoyo a la cultura, en esta
ocasión por la magnifica idea del calendario 2007 que
nos permitirá a los colombianos admirar y reflexionar
12 de las obras del maestro Omar Rayo. ¡Qué bueno,
para mirar el calendario con más esperanza!
Quisiera haber acudido esta tarde a Propal, solamente a expresar
a ustedes las felicitaciones por esta gran tarea empresarial,
por esta gran tarea social. Pero voy a pedir la venia de todos
ustedes para hacer, ante tan representativa audiencia de mis
compatriotas vallecaucanos, algunos comentarios sobre la marcha
de la Nación, sobre temas de coyuntura, sobre desafíos,
sobre lo que estamos procurando que Colombia vaya logrando
en los años que vienen. Sobre aspiraciones de esta gran
tierra vallecaucana.
VISION 2019
Hemos venido trabajando en la construcción de la Visión
2019. Una visión construida en el permanente debate democrático,
que va acompañada de todos los retos de competitividad,
de su agenda, que tiene que estar en armonía con el nuevo
Plan de Desarrollo. Visión que tiene que retarnos a cumplir
unas metas sociales, económicas, de reconciliación,
muy exigentes para ese año, cuando la Patria estará cumpliendo
200 años de la Batalla de Boyacá.
Todos los esfuerzos se tienen que dirigir a una Nación
sin exclusiones y sin odio de clases, a una Nación en
permanente debate democrático, pero debate creativo, no
de polarizaciones que se constituyan en antagonismos insuperables,
pluralismo con fraternidad.
Los esfuerzos de competitividad no pueden ser un fin en si mismo,
tienen que ser un medio para construir una Nación que
vaya superando la pobreza y construyendo equidad.
Hace cuatro años la pobreza estaba cercana al 60 por ciento,
en septiembre del año pasado en el 51 por ciento, en marzo
de este año en el 47 (por ciento), estamos esperando la
nueva medición. Aspiramos que el 20 de julio de 2010,
en los 200 años del Grito de Independencia, en las vísperas
del final de este Gobierno, podamos mostrarle al país
una reducción de pobreza que la sitúe, no por encima
del 35 por ciento –no obstante que Planeación me
dice que es difícil situarla para ese momento por debajo
del 39 por ciento-. Haremos todos los esfuerzos en este cuatrienio
para lograr esa meta.
Pido a mis compatriotas mirar todo lo que son los esfuerzos de
competitividad en función de la reducción de
la pobreza y de la construcción de equidad. Esfuerzos
de competitividad que tienen que orientarse al capital social,
al capital físico, que tienen que orientarse a la consolidación
de la seguridad, a la integración de la economía
colombiana a la economía mundial, a fin de poder tener
mejores oportunidades de empleo y de ingreso. Esfuerzos de
competitividad que tienen que sustentarse en un cuidadoso manejo
de la economía.
CAPITAL SOCIAL
Permítanme compartir con ustedes apreciados compatriotas
vallecaucanos algunas metas.
El Banco Mundial reconoce que en servicios públicos Colombia
va bien, no obstante lo que falta, pero que tenemos grandes retrasos
en las vías de competitividad relacionadas con el comercio
exterior. Allí hay un gran reto.
Hemos avanzado en la solución de los pleitos. Un país
que tiene todas las concesiones en pleitos, es un país
que no tiene futuro. No voy a enumerar las resueltas, la última
COMMSA –la salida de Bogotá al río Magdalena-.
Nos queda una, la del ferrocarril del Pacífico.
Esa concesión fue otorgada en el pasado, cuando empezaba
nuestro Gobierno nos propusimos respetar todas las obras iniciadas
y honramos las obligaciones gubernamentales con esa concesión.
Hemos pagado 148 millones de dólares, está bastante
rehabilitada la vía y no funciona el servicio. En los
próximos dos meses confiamos lograr un acuerdo con quienes
fueron adjudicatarios de la concesión, han rehabilitado
la obra y han recibido cumplidamente el pago del Gobierno. Distinta
sería la situación de transporte de carga a Buenaventura,
si después de que el Gobierno ha pagado 148 millones de
dólares, esa concesión estuviera operando.
En vías. Nos proponemos concluir el Plan 2.500, conseguir
para los departamentos un crédito que está ya en
plena gestión con los bancos multilaterales, del mil millones
de dólares, para que ellos avancen en vías departamentales.
Seguir contratando, con alcaldes, en grupos de municipios el
mantenimiento de las vías terciarias y dedicar los nuevos
esfuerzos de la Nación, a las grandes vías de competitividad
para el comercio exterior.
Confieso que cada vez que miro a través de la ventanilla
de un avión al Valle del Cauca, se me alborotan fibras
de amor.
Y reitero ante ustedes el compromiso que mis colaboradores y
en mi condición del Presidente de la República,
no dejaré de trabajar un día de este cuatrienio
para avanzar en la doble calzada de Buga a Buenaventura. Tengan
esa certeza.
He dicho al Ministerio de Hacienda que hay unos imperativos nacionales
cuyas reglas contables tienen que ser iguales a las de don
Pepe Sierra, quien solía decir que hay temas para los
cuales la única regla contable válida es: ‘tiene
que haber’. Para la doble calzada a Buenaventura, tiene
que haber, apreciados compatriotas vallecaucanos.
Reitero toda la voluntad de extender el periodo de la concesión
a la Sociedad Portuaria. Hetrasladado el tema a la oficina de
la Alta Consejería Presidencial y quiero, sí, rogar
que todos hagamos mayores esfuerzos.
La Sociedad Portuaria tiene que prepararse para hacer unos esfuerzos
muy grandes de inversión. O sola o haciéndose
acompañar de un buen socio. Y tiene que prepararse para
hacer unas revisiones en la parte de administración,
de inmuebles, de espacio físico y en las relaciones
con los propios socios. Si todos hacemos esa reflexión,
constructivamente sacamos adelante el puerto de Buenaventura.
Sobre todos los temas de Buenaventura, participaremos en un foro
convocado por el periódico El País, el próximo
26 de octubre. Por fortuna, ya está operando la vía
alterna – interna, que demandó una inversión
de 180 mil millones de pesos. Y queremos cumplir con todas
las tareas que se requieren en Buenaventura.
Permítanme expresar que todos estos esfuerzos necesitan
cimentar confianza en Colombia. Esta mañana, cuando me
reunía –durante muchas horas- con la Comisión
Primera del Senado para buscar un acuerdo sobre las transferencias,
les decía: el país viene ganando confianza, pero
hay que consolidarla. Hace cuatro años, los bonos del
Estado colombiano tenían una tasa de interés diferencial,
superior con la de los Estados Unidos, de más de 700 puntos.
Ayer, era de 180. Me pareció algo milagroso, ayer estaba
más alta la tasa para los bonos de Chile –que estaba
en 182- que la tasa diferencial para los bonos colombianos que
estaba en 180.
Ha mejorado mucho la confianza en el país. Hace tres semanas
nos prestaron mil millones de dólares a 31 años
de plazo y a una tasa de interés del 7.44 (por ciento).
Uno creía que no estaba recibiendo una noticia sobre un
hecho cierto, sino una fantasía.
Esta mañana, en una subasta, transparente, como transparente
ha sido todo el proceso de contratación del Gobierno,
el grupo Davivienda se convirtió en adjudicatario del
Banco del Café. Valió 2 billones 211 mil millones
(de pesos), el 80 por ciento de ese dinero a menos endeudamiento
de la Nación. El 20 por ciento, a fortalecer las reservas
de FOGAFÍN, que ya superan –después de la
crisis financiera del país- los 5.5 billones (de pesos).
Ha evolucionado la confianza inversionista de Colombia. Esta
mañana el Banco Cafetero valió 2 billones 211
mil millones, hace dos años habría sido necesario
encimarle una plata a alguien para que se hiciera cargo de él,
para que se lo llevara.
Y le decía a los congresistas: esto hay que cuidarlo,
por eso la representación política no puede ser
clientelismo. Por eso hay que honrar con la aprobación
de la agenda legislativa, los compromisos contraídos ante
la opinión.
Por eso tenemos que sacar normas tan importantes como la ley
de Salud, para la cual tenemos toda la confianza depositada
en la presidente del Congreso (Dilian Francisca Toro), distinguida
vallecaucana, especializada en el tema.
TRANSFERENCIAS Y REFORMA TRIBUTARIA
Vengo de una región que, conjuntamente con el Valle del
Cauca, lideran el espíritu regional de Colombia. Quiero
dar a ustedes la certeza que hemos buscado en transferencias
un equilibrio, de no frenar la descentralización, no arruinar
a la Nación. Estimular la descentralización, permitir
el saneamiento fiscal de la Nación.
Confío que la opinión, los alcaldes, los gobernadores,
las regiones, nos acompañen en la búsqueda de ese
equilibrio.
Esta tarde se está debatiendo el tema en la Comisión
I del Senado de la República y tengo la esperanza que
el acuerdo que hicimos esta mañana se honre allí,
con la votación mayoritaria. Reforma estructural necesaria
para cimentar confianza en Colombia.
Se que hay algunas preocupaciones sobre la reforma tributaria.
Me voy a referir a algunas de ellas.
Primero, ¿qué buscamos en la tributación?:
cinco objetivos. Que ayuden al crecimiento, que nos ayude a financiar
las metas sociales, que por lo menos un sector de la academia
económica reciba la nueva reforma tributaria como estructural,
que le ayude a Colombia a recuperar grado de inversión
y que simplifique, pasando de un estatuto tributario de más
de 1.100 artículos de hoy, a uno que no exceda los 280.
Que ayude al crecimiento. Nuestro país ha sido muy incrédulo
en el impacto de los incentivos tributarios en el crecimiento.
Me ha gustado muchísimo escuchar al Presidente de Propal,
Alfonso Ocampo, decir que gracias a los incentivos fiscales que
introdujimos hace dos años y medio, se ha presentado un
gran crecimiento en Propal. Este año la inversión
está creciendo en Colombia en el 32 por ciento.
La gran diferencia entre nuestra reforma tributaria y aquella
de los años 80’s, es que los en los años
80’s en Colombia, el Gobierno Reagan en los Estados Unidos,
el Gobierno Thatcher en Gran Bretaña, bajaron tarifas
para todo el mundo, eso mejoró el recaudo pero no estimuló la
inversión el largo plazo.
Nosotros decimos: hay que bajar tarifas pero de manera diferenciada.
Hay que darle un tratamiento privilegiado a quien invierta,
que lo diferencie del tratamiento que se le da a quien no invierta.
Por eso, hemos propuesto que las inversiones puedan depreciarse
totalmente en el primer año, lo que le da a los inversionistas
un gran estímulo para invertir. Y aquello que no alcance
a depreciarse en el primer año, se convierta en un crédito
fiscal, que los inversionistas puedan usar sin límite
de tiempo en los años subsiguientes.
Me decía el doctor Ocampo –cuando le pregunté por
los proyectos para reanudar velozmente en nuestro país
la reforestación- que tenía miedo que se perdiera
un incentivo. En los primeros años de Gobierno introdujimos
la exención tributaria a la reforestación y además
mejoramos el incentivo para que un inversionista ajeno al tema
forestal, que invierta en un proyecto forestal, tenga una deducción
tributaria.
Le rogaría, doctor Ocampo, mirar lo siguiente y dejármelo
saber: el Ministro de Hacienda (Alberto Carrasquilla) dice que,
con la posibilidad de la depreciación acelerada se compensa
plenamente. Le he dicho: ¿pero qué pasa si un cultivo
de árboles solamente empieza a dar una entresaca a los
7, 12 años? y me dice: ‘durante ese periodo improductivo
no va a tener renta presuntiva, como tampoco va a tener ingreso
no va a tener manera de depreciar, pero lo que vaya a depreciar
durante todos esos años se le ajusta y empieza a depreciar
en el momento que se inicie al percepción de ingresos’.
Y le he dicho: ¿qué pasa con el otro incentivo,
la deducción que se le da a la persona que están
en otro sector de la economía e invierte en el forestal?
Y me dice: ‘esas personas, al tener en su empresa el incentivo
de la depreciación acelerada, es suficiente para estas
inversiones, como las que se proponen en el sector forestal’.
Estudiémoslo. Si es equivalente, bien. Si no, buscamos
una alternativa.
He venido buscando en todo el país una discusión
sobre la reforma tributaria. A mi me parece bien. Algunos, en
la prensa de Bogotá se incomodan, pero es mucho mejor
una discusión sobre el tema tributario en todo el país,
a que simplemente el lobby de dos o tres aventajados o de dos
o tres sabios, sorprenda al país con el texto final de
reforma tributaria. La discusión es difícil pero
es muy creadora.
¡Qué bueno que este incentivo lo examine Propal y nos diga
si es suficiente para los proyectos forestales que requerimos
en el Valle del Cauca y en todo el país!
Hay preocupaciones por muchos temas, pero confío que se
resuelvan. Por ejemplo, en el tema de la cultura, maestro Omar
Rayo, las fundaciones, la ley del Cine, la ley del Libro. Le
he dicho al Ministro de Hacienda: Ministro logra un acuerdo con
el Congreso sobre las fundaciones. No creo que sea sano darle
esa vuelta al dinero a través del presupuesto ni gravarlas.
Me han dicho: ‘es que hay 4 mil fundaciones, con un costo
fiscal de 400 mil millones (de pesos)’. Busquen una manera
de certificarlas, que no implique trámites hostiles, para
evitar piratería en fundaciones, pero no las afectemos.
Creo que con el Congreso encontramos una respuesta a esa preocupación
del país. Le quiero decir a la Cultura que el Gobierno
es sensible a ese reclamo y va a buscar con el Congreso una salida.
La ley del Cine, recientemente aprobada. Necesitamos verificar
si el incentivo que propone la reforma es equiparable al específico
de la ley del Cine, pero no vamos a maltratar este prospecto
que tiene Colombia.
La ley del Libro –tema sobre el cual he hablado con Alfredo
Carvajal-. Vence en el año 2011, le he expresado al Ministro
y al Congreso: no cambiemos las reglas de juego, permitamos que
agote el ciclo, que vaya hasta el año que se definió en
su texto inicial y a partir de ese momento, que se aplique la
nueva legislación.
Confío que todos estos temas los podamos resolver en las
discusiones que se están llevando a cabo.
El tema de las AFC de Vivienda. Hay 39, 41 mil colombianos con
cuentas de vivienda, creo que hay que tener una especie de
consideración de derecho adquirido. Si una persona contrajo
un crédito hace cuatro años, valiéndose
de esa posibilidad fiscal de abrir una cuenta, lo contrajo
a 15 años, todavía debe 11 años. No se
le pueden cambiar las reglas de juego, porque esa persona se
programó para pagar, con cargo a ese incentivo, un crédito
durante 15 años.
Tengo fe que saquemos una buena reforma y que la discusión
nos de luces para darle respuestas satisfactorias a estas preocupaciones
del pueblo colombiano.
SEGURIDAD DEMOCRÁTICA
Permítanme, de la manera más prudente –ojalá-,
hacer unas consideraciones en esta tierra, tan afectada por la
inseguridad y tan afectada por el dolor de los ciudadanos vallecaucanos
que permanecen como secuestrados en el cautiverio.
Pensemos en la Seguridad Democrática: le falta mucho en
resultados, pero hemos avanzado y hay dos resultados muy importantes.
Hace 4 ó 5 años, las grandes mayorías colombianas
subestimaban el concepto de seguridad, los colombianos de muchas
generaciones nos habían formado equivocadamente, nos habían
hecho pensar que la seguridad no podía ser objeto del
compromiso político, que hablar de la seguridad era asumir
una posición militarista, fascista, extremista.
Nos habían presentado la seguridad como una postura antidemocrática,
ha habido una gran ganancia: hoy los colombianos perciben la
seguridad como un valor democrático sin el cual no se
pueden dar los otros valores democráticos. Eso hay que
cuidarlo, el Gobierno es conciente de que hay que cuidarlo, en
cualquier decisión hacia delante.
Las Fuerzas Armadas de Colombia han sido respetuosas del orden
constitucional, no golpistas, sin embargo han vivido periodos
de desencanto, de desmotivación. Hoy, a pesar de todo
lo que falta, tienen una alta motivación. Eso hay que
cuidarlo.
La Seguridad Democráticano es un fin en sí mismo,
la Seguridad Democrática es un medio para que el país
disfrute todos los valores democráticos, es una fuente
de recursos. Los recursos no afluyen si no hay un ambiente de
seguridad, de determinación oficial para garantizarla,
de respaldo de opinión al concepto de seguridad.
La Seguridad Democráticaes un medio hacia la reconciliación,
hacia el sostenimiento futuro de la reconciliación. Después
de que los sectores de oposición, críticos de mi
Gobierno y de mis tesis, han percibido en su propio ser las virtudes
de la Seguridad Democrática –como ha ocurrido en
estos procesos electorales, en los cuales la Seguridad Democrática
ha demostrado que sirve por igual para proteger a los voceros
de la oposición, que a los voceros del Gobierno-, siento
que mis críticos tienen que empezar a valorar lo que es
la Seguridad Democrática. Que es algo que trasciende,
diferencias de concepciones económicas o sociales y que
como dijera Álvaro Gómez: ‘debe estar en
el vértice de los acuerdos mínimos, para que se
den los otros desacuerdos’.
Y la Seguridad Democrática, por esa condición,
tiene que ayudar a legitimar la reconciliación.
Justamente por ser democrática autoriza moralmente a señalar
como terrorista cualquier actividad que atente contra ella. Y
por ser democrática es una garantía para los desmovilizados.
Uno de los argumentos que ha tenido la guerrilla para no avanzar
en los procesos de paz, es que los guerrilleros reinsertados
del pasado, muchos fueron asesinados. Una Seguridad Democrática
eficaz, es la garantía de que las personas que se reinserten
van a tener protección también eficaz, a partir
de la reinserción que la genera la Seguridad Democrática.
Por eso el acuerdo humanitario no puede poner a riesgo la Seguridad
Democrática.
Hace 4 años dije a mis compatriotas que el Gobierno no
estimularía un acuerdo humanitario si no se daba la reiniciación
de un acuerdo de paz a partir de un cese de hostilidades. Flexibilicé esa
postura después de conversar con los familiares de los
secuestrados, con la Iglesia Católica, con el Presidente
(Jacques) Chirac, con el Secretario General de las Naciones Unidas
(Kofi Annan).
Para no llevarlos a ustedes en el recorrido exhaustivo de lo
que ha sido la búsqueda del acuerdo humanitario, permítanme –en
grandes saltos- recordar otros dos pasos: en un momento liberamos
27 personas de la FARC, como una muestra de voluntad del Gobierno
para el acuerdo humanitario.
Hace unos meses aceptamos una propuesta de tres países
europeos –España, Francia, Suiza- para demarcar
una zona de encuentro en la cordillera central vallecaucana de
180, 220 kilómetros, con la propuesta europea de que allí no
habría soldados de la República, tampoco personas
de la guerrilla en armas. En su lugar, observadores internacionales.
La guerrilla no aceptó esa propuesta.
El día de la reelección, el 28 de mayo, tomé la
decisión de asumir un lenguaje totalmente prudente en
materia de seguridad, para aclimatar en el país las posibilidades
de la paz.
El Gobierno ha demostrado su voluntad de paz: 40 mil desmovilizados
se constituyen en un hecho más elocuente que cualquier
discurso de paz. De ellos, más de 7 mil de la guerrilla.
La Seguridad Democrática ha producido más paz
frente a la guerrilla, que los procesos anteriores.
Cuando se desmovilizó el M – 19, se desmovilizaron
900, no entregaron más de 280 armas. Se desmovilizó el
EPL, se desmovilizaron 2 mil. Más unos pocos de la Corriente
de Renovación Socialista, otros pocos del Quintín
Lame. En este Gobierno, bajo la regencia de la Seguridad Democrática,
más de 7 mil guerrilleros desmovilizados.
Hemos creado prudentemente todas las condiciones para que avance
un proceso de paz con el ELN. Hacemos votos para que la nueva
ronda de la Habana (Cuba) sea fructífera, con toda prudencia.
Sin afanes comunicativos, en las últimas semanas el
Alto Comisionado (Luis Carlos Restrepo) ha trabajado con el
ELN en la preparación de la nueva ronde de Cuba.
He expresado que tenemos la misma firmeza para mantener la Seguridad
Democrática y mejorarla, hasta que Colombia supere la
amarga ola del terrorismo y la misma determinación para
abrir los caminos de la paz.
Hemos expresado la voluntad de tener una zona de encuentro que
facilite el acuerdo humanitario y la eficacia de iniciación
de un proceso de paz. He autorizado a Luis Carlos Restrepo,
Alto Comisionado, para que se reúna con la guerrilla,
a fin de ultimar detalles.
He dicho a mis interlocutores que se requieren unas condiciones
como una muestra de buena fe, antes que una zona de encuentro.
Que hay diferencias entre una zona de encuentro u otra y que
una determinada característica no exigiría el
cese de hostilidades, otra sí.
Y que en aquella en el cual se exige cese de hostilidades, ese
cese de hostilidades debe permitir, a través de ubicaciones
de la guerrilla en lugares definidos, la verificación
internacional de ese cese de hostilidades.
Y he expuesto al país lo que hoy quiero repetir ante ustedes –porque
no puedo pasar por esta gran tierra vallecaucana eludiendo el
tema-: una zona de encuentro no puede ser una zona en la cual
estén ausentes las armas de la República y presentes
las armas de la guerrilla. Alegan que se necesitarían
las armas de la guerrilla para apoyar a los guerrilleros y pregunto: ¿y
en ausencia de las armas de la República, quién
cuida a los ciudadanos?
Por eso hemos dicho: si por la sugerencia internacional allí no
debe haber Soldados de la República con armas, que tampoco
haya guerrilleros con armas. Que haya, para garantías
de seguridad, una delegación internacional.
Y he expresado que para preservar la Seguridad Democrática,
un acuerdo humanitario no puede permitir que los guerrilleros
que llegaren a salir de la cárcel vuelvan a delinquir.
En el pasado eso fue grave y desmotivante, salieron guerrilleros
de las cárceles, se reintegraron a la guerrilla, se desmotivó la
Fuerza Pública y días después los colombianos
los vieron en las imágenes de televisión, de nuevo
en uniforme guerrillero agitando armas.
¿Ustedes se imaginan qué siente un soldado de la República,
en un pabellón de sanidad de un hospital militar preparándose
para una prótesis porque perdió una pierna por
una mina antipersonal y ve que de la cárcel salen los
guerrilleros para volver a delinquir?
Creo que la condición, no de ahora sino desde principio
de Gobierno, de que aquellos que llegaren a salir de la cárcel
no vuelvan a delinquir, es razonable. Nadie puede, finalmente,
negar que un acuerdo humanitario tiene que ser un escalón
hacia la paz. Y no puede entenderse un escalón hacia la
paz, con guerrilleros que salgan de la cárcel, para volver
a actividades delictivas.
He querido hacer estos extensos comentarios ante ustedes porque
la circunstancia de los secuestrados vallecaucanos y de las
aspiraciones de la guerrilla sobre una zona de encuentro en
esta tierra, obligan al Gobierno Nacional a asumir el tema,
con la más cuidadosa responsabilidad.
Las puertas están abiertas, pero no al riesgo de la Seguridad
Democrática.
Muchas felicitaciones a Alfonso Campos, a Alfredo Carvajal, apreciados
compatriotas vallecaucanos, Maestro Omar Rayo.
Que el calendario Propal 2007, cuando los colombianos podamos
identificarnos con el mensaje de su obra, nos lleve a pensar
en aquello que dijo Miguel de Cervantes, “todas las borrascas
que nos suceden son signos de que ha de serenar el tiempo y
habrán de sucedernos bien todas las cosas”. Que
sea un calendario de felicidad para el Valle del Cauca y para
Colombia.
A todos, muchas gracias.