Buenaventura, 26 oct. (SNE).- No había pasado media hora
del consejo de seguridad, presidido por el Presidente de la República, Álvaro
Uribe Vélez, en Buenaventura, cuando el mandatario se
puso de pie, tomó el micrófono y dirigió su
mirada a uno de los asistentes.
“Este país ha sufrido muchísimo por la delincuencia,
por el narcotráfico, este país ha sufrido muchísimo
por el narcotráfico.
Señor Secretario de Gobierno: usted es indigno de ejercer
sus funciones de Secretario de Gobierno. Usted visitó hace
pocas noches a un alto oficial a pedirle que cambiaran una coca.
El Gobierno Nacional no puede dar esta batalla cuando una persona
de un cargo tan importante, como usted, le falta a la Patria”.
Esas palabras, en medio del silencio del auditorio, fueron dirigidas
al secretario de Interior y Seguridad Ciudadana, Adolfo Chipantisa,
quien estaba sentado, vestido de amarillo, en la segunda fila
del recinto.
Acto seguido, aún de pie y en tono enérgico, el
Presidente solicitó al comandante de la Brigada Fluvial
de Infantería de Marina Número Dos, capitán
de Navío, Héctor Pachón, que hiciera pública
la denuncia que había hecho, minutos antes y de manera
privada, al Jefe de Estado tan pronto aterrizó en las
instalaciones de la Brigada.
En posición de firmes y usando el camuflado propio de
las tropas que están en acción permanente, el Capitán
Pachón se acercó a uno de los micrófonos: “el
17 de octubre, recibí una llamada a las 12 de la noche
del señor Secretario del Interior, doctor Chipantisa (sic),
solicitando hablar conmigo urgente sobre una situación
que se le había presentado. Como estamos en este problema
de la red de cooperantes para obtener información, le
dije que por favor fuera a mi casa. Llegó aproximadamente
a los 00:14 minutos, entró a mi casa, de inmediato me
abordó, proponiéndome que hiciéramos el
cambio de una droga que habíamos acabado de incautar para
evitar que se presentaran unas muertes y algunas amenazas”.
Como si esas palabras no fueran suficientes, el Capitán
agregó: “de igual forma me propuso que aliviáramos
la presión a esta ofensiva que estamos haciendo del narcotráfico
y dejar algunas áreas descubiertas, seguramente para traficar
con droga. Como es una persona con la que me he reunido y hemos
hablado sobre la situación de Buenaventura, pues lógicamente
quedé estupefacto, porque es una persona muy allegada
a la Brigada y ante esa propuesta lo único que atiné fue
a retirarlo de mi casa”.
De la sorpresa, en la que estaba el auditorio, se pasó al
rechazo. En el recinto no sólo estaba el Jefe del Estado,
también el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos; el
comandante del Ejército, general Mario Montoya; el comandante
de la Armada Nacional, almirante Guillermo Barrera; el gobernador
del Valle, Angelino Garzón y el alcalde del municipio,
Saulo Quiñones, entre otras autoridades y los gremios
y empresarios de la región.
El asunto no quedó allí. El Presidente Uribe, aún
de pie, enérgico y cumpliendo con la obligación
constitucional que tiene todo ciudadano de denunciar presuntos
hechos delictivos, siguió hablando: “¿quién
representa aquí a la Fiscalía?, ¿hay alguien
de los jueces de la República?, ¿ustedes pueden
ayudar a la Fiscalía en un procedimiento, señor
director del DAS (Andrés Peñate)?
Como no hay representantes de los jueces de la República
voy a pedir lo siguiente: que el DAS, que tiene facultades de
Policía Judicial, con el apoyo de los funcionarios de
Fiscalía y de CTI, con la vigilancia de la Procuraduría
y con su testimonio, conduzcan al Secretario de Gobierno, ya,
a donde los jueces, para que los jueces dispongan lo que deben
disponer, que es capturarlo, porque nosotros tenemos que dar
una batalla efectiva y con lealtad con la Patria, una batalla
contra el narcotráfico.
Procedamos, hágalo por favor, usted señor Coronel,
jefe de seguridad de la Presidencia lo conduce, lo conduce allá y
nosotros seguimos con el Consejo”.
Chipantisa escuchó todas las palabras callado, sentado,
inmóvil. Tan pronto el Presidente solicitó llevarlo
ante la justicia, se levantó y ya en el pasillo era esperado
por miembros de la seguridad del Jefe de Estado quienes lo acompañaron
hasta las instalaciones de la Fiscalía, ubicadas a pocos
pasos del recinto, auditorio de la Brigada Móvil.
Allí los fiscales lo recibieron y comenzó el proceso
judicial correspondiente, junto al testimonio del Capitán
de Navío.
Mientras tanto, avanzó el consejo de seguridad. El Jefe
del Estado había recibido la denuncia pocos minutos antes
y decidió, que tan pronto comenzara la reunión,
había que hacerla conocer de la justicia, pues no podía
escuchar las quejas de la comunidad ni tomar determinaciones
para combatir la delincuencia y el narcotráfico con esa
información.
Ahora será la justicia la que decida si secretario de
Interior y Seguridad Ciudadana, Adolfo Chipantisa, permanecerá o
no detenido.