PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE ANTE EMPRESARIOS LATINOAMERICANOS
Cartagena, 7 sep. (SNE).- Las siguientes
son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez, al intervenir en la
asamblea anual del Consejo Empresario de América Latina
(Ceal).
“Quiero dar a todos ustedes un saludo muy respetuoso. Nos
honra mucho a los colombianos que esta reunión tan importante
tenga lugar en Cartagena. Y nos honra muchísimo y nos llena
de entusiasmo que regresen a Colombia después de tantos
años de no haber reunido en esta Patria colombiana. Bienvenidos.
Jorge Alberto Uribe Echavarría, su presiente del Capítulo
Colombia, fue durante largos y difíciles meses Ministro
de Defensa del Gobierno que he tenido el honor de presidir. Hizo
un paréntesis en su exitosa vida empresarial para entrar
por un tiempo al servicio público y lo hizo bien, con transparencia,
con espíritu democrático, con firmeza y con buenos
resultados.
Un ejemplo de una característica muy importante de la vida
colombiana: la conexión entre los empresarios y el servicio
público, teniendo como norte los supremos intereses del
país.
Nosotros hemos venido trabajando por configurar
en Colombia una democracia moderna. Y lo hemos venido haciendo
alrededor de cinco
parámetros: la seguridad con alcance democrático,
el respeto a las libertades públicas, la construcción
de cohesión social, la transparencia y el respeto a la institucionalidad
independiente.
Nuestro concepto de seguridad es democrático por razones
históricas del continente y particulares del país.
En el continente es ingrata la recordación de la doctrina
de la seguridad nacional, que se invocó como una acción
estratégica contra el terrorismo y que, en su nombre, se
cercenaron libertades, se eliminó el pluralismo, se sustentaron
dictaduras.
La seguridad nuestra representa todo lo
contrario. Por eso es democrática. La seguridad nuestra es una seguridad entendida
como valor democrático y como fuente de recursos. Una seguridad
para defender la eficacia del pluralismo. Para proteger frente
al terrorismo a todos los ciudadanos, independientemente de que
sus ideas coincidan con las del Gobierno o estén en las
trincheras de la crítica o de la oposición.
Hemos practicado a lo largo de estos cuatro
años que han
transcurrido y del nuevo período que empieza, un concepto
democrático de seguridad, garantista.
Falta mucho pero hemos avanzado. Diría yo que el avance
más importante es que se advierte más confianza en
Colombia tanto de la comunidad internacional como de la comunidad
nacional. Confianza para invertir en Colombia, confianza para vivir
en Colombia.
Y además de las cifras que pueden
mostrarse en mejoramiento de seguridad, reconociendo todo lo
que falta, hay un intangible
muy apreciable: los colombianos empiezan a valorar la seguridad.
Aquí formaron varias generaciones en la idea de que la
seguridad era un concepto oligárquico, de derecha, de negación
de la democracia, militarista, de burla de la Constitución.
Y que lo democrático y civilista era buscar el diálogo
y buscar el entendimiento con el terrorismo.
Creo que el gran aporte de estos años es que los colombianos
hoy tienen un alto aprecio por la seguridad. Y más importante,
los colombianos hoy empiezan a borrar las fronteras políticas
alrededor del tema de la seguridad.
Confío que en la medida que continuemos progresando por
esta senda, vamos a encontrar rápidamente un país
totalmente unido alrededor de la seguridad, cuyas divergencias
se den en otras materias.
Y esa seguridad ha sido un gran factor
para recuperar el respeto eficaz a las libertades públicas. Los gobiernos de Colombia,
las instituciones del Estado en Colombia, han tenido una larga
trayectoria de respeto a las libertades públicas. ¿Por
qué se estaban perdiendo? Por el avance del terrorismo.
Nuestro primer gobierno empezó el 7 de agosto de 2002.
Dos días antes, el 5 de agosto, aquí, a unos pocos
metros, una bomba terrorista causó grandes estragos en la
Gobernación del departamento. Llevamos ya varios años
sin un solo atentado terrorista en la ciudad de Cartagena.
Colombia en el año 2002 tenía 68 asesinatos por
cada 100 mil habitantes. El año pasado 39. Confiamos que
este año no superemos 34 – 35. Y la meta es que el
país llegue rápidamente al promedio latinoamericano
y alcance en el año 2019 los mejores promedios del mundo.
Tenemos zonas del país ya con unos índices de homicidio
tan bajos como aquellos de los países industrializados.
Y eso es un gran avance.
Colombia contabilizó en años anteriores 3 mil secuestros.
Confío que este año no pasemos de 400. Hay zonas
del país en las cuales ya no se presenta un solo secuestro.
La ciudad de Bogotá lleva dos años y medio sin un
solo secuestro extorsivo. Y esta ciudad de Cartagena ya lleva varios
semestres sin un solo secuestro extorsivo.
Por supuesto, 400 todavía es una cifra muy grande. El Gobierno
no puede estar conforme. La tendencia es buena. Pero falta todavía
mucho en resultados definitivos.
Hemos hecho un gran esfuerzo para mostrar el mejoramiento de unos
indicadores sensibles a la democracia.
Colombia tiene 1.098 municipalidades. Cada
una elige si alcalde. En el año 2002, 400 alcaldes no podían ejercer sus
funciones. Estaban desterrados de sus municipios por obra del terrorismo.
Hoy todos ejercen sus funciones en el territorio de sus municipios
y todos están protegidos eficazmente por el Estado, por
la Fuerza Pública que comanda el Gobierno, independientemente
del origen político de su elección.
En nuestro país asesinaban 15 periodistas por año.
Todavía este año nos han asesinado un periodista.
Pero estamos luchando para que en algún momento Colombia
le pueda decir al mundo que no hay un solo periodista asesinado,
ni un solo periodista amenazado.
Hubo años en los cuales asesinaron 168 líderes sindicales.
De una población de un millón de afiliados a las
organizaciones sindicales, el año pasado todavía
nos asesinaron 12. Estamos trabajando para que en algún
momento Colombia le pueda decir al mundo que aquí no hay
asesinatos de líderes de las organizaciones de los trabajadores.
Llegan ustedes a un país, señores presidente Aznar
y distinguidos empresarios de América Latina, que está luchando
por recuperar plenamente la seguridad.
Creemos que a la paz podemos llegar a partir
de la seguridad. En efecto, hace cuatro años teníamos alrededor de
60 mil terroristas. Ya hay 40 mil desmovilizados. Uno de los grandes
retos que tiene Colombia es avanzar en ese costosísimo y
difícil proceso de reinserción.
Hemos desmantelado un altísimo porcentaje de las organizaciones
paramilitares. Se les debilitó en lo militar. Eso facilitó el
diálogo y ya el 90 por ciento de sus cabecillas están
recluidos a órdenes de los fiscales de la Nación.
Claro que son procesos difíciles, que hay que estar ajustando
y administrando todos los días. Y hablar de 40 mil reinsertados,
es hablar de cifras mayores.
Un altísimo porcentaje de ellos no ha conocido oficio diferente
en su vida que el oficio de delinquir. 600 de ellos han reincidido.
Porcentualmente es un número muy bajo, y eso habla bien
por el proceso. Pero todavía tener 600 en bandas delincuenciales
es muy grave.
Hemos ofrecido, sin declinar la fortaleza
de nuestra política
de seguridad, los caminos del diálogo a los grupos guerrilleros
que persisten. Tenemos tanta disposición para derrotar el
terrorismo por la vía militar, como voluntad para negociar
cuando haya buena fe y muestras sinceras de querer la paz.
Estamos empeñados en construir cohesión social.
Hace cuatro años el país había llegado a un índice
de pobreza del 60 por ciento. En septiembre del año pasado
marcó el 49. Estamos pendientes de una nueva medición.
Y el objetivo es que en el año 2010, cuando esté terminando
nuestro Gobierno, la pobreza no esté por encima del 35.
Para que el país en el Segundo Centenario, el 7 de agosto
del 2019, pueda mostrar una cifra que empiece a darle respetabilidad
en esta materia ante la comunidad internacional.
Hemos dicho que no compartimos el extremo
latinoamericano del desarrollismo de los años 60, que nos hizo creer que había
que crecer y que la equidad sobrevenía por efecto de las
fuerzas del mercado.
También hemos dicho que no compartimos la demagogia social,
burocrática, de América Latina, de querer simplemente
distribuir pobreza.
Nosotros trabajamos sobre dos elementos
fundamentales en esta materia, inseparables: acelerado crecimiento
y mejor distribución.
Cuando nos proponemos metas sociales muy
exigentes, como la de llegar en este cuatrienio a la plena cobertura
en educación
básica, a la plena cobertura en salud, a la financiación
de millón y medio de familias educadoras, eso está sustentado
en lograr consolidar un crecimiento, estable en el largo plazo,
no inferior al 6 por ciento.
Colombia en los 20 años anteriores a 1999 creció entre
el 2 y el 2,5. En el 99 tuvo un decrecimiento del 4 – 4,5.
Los años 2000, 2001 y 2002 fueron
de cero crecimiento y del 1,9 en el 2002.
En el 2003 logramos el 3,75. En el 2004 el 4,25. En el 2005 el
5,25.
Y estamos trabajando para que ese crecimiento del 5 por ciento
sea estable y lograr un crecimiento no inferior al 6 por ciento.
Para eso es muy importante construir confianza,
confianza inversionista. Para esa confianza estamos buscando
que el país pueda tener
un conjunto normativo de reglas de juego estables, transparentes.
El Congreso de la República nos aprobó una
ley que nos permite celebrar pactos de estabilidad con los inversionistas,
que ya se empieza a aplicar.
Tenemos ahora una agenda legislativa muy importante, una reforma
tributaria, una reforma financiera, una reforma a las transferencias
a las regiones.
Esa agenda legislativa busca estimular
el crecimiento, la meta del 6 por ciento. Esa agenda legislativa
busca poder financiar
las ambiciosas metas sociales a que me he referido. Esa agenda
legislativa busca que nuestro sistema tributario se reconozca,
al menos por un sector de la doctrina económica, como un
sistema tributario estructural, que es el que garantiza estabilidad
en la normatividad tributaria. Esa agenda busca que al país
se le regrese el grado de inversión. Y busca simplificar
trámites.
En los años 99 y 2000, Colombia perdió el grado
de inversión. Lo perdió por el tema de seguridad
que venimos recuperando. Lo perdió por el tema del déficit
pensional que, gracias a una reforma constitucional, a dos reformas
legales y a una reforma de la administración pública
que ya ha incluido 280 entidades del Estado (y que ahora empezará,
con nuestro segundo Gobierno, la segunda fase para reformar aquellas
entidades que todavía no se han reestructurado), ese déficit
pensional se ha disminuido de un 214 por ciento del PIB a un 140.
Hoy es manejable.
Habíamos perdido el grado de inversión por el crecimiento
del déficit y del endeudamiento. Teníamos un déficit
consolidado del 4,2. Hemos estado fluctuando alrededor del 1,5.
Pero mantenemos un problema delicado en el Gobierno Nacional central,
donde todavía el déficit está alrededor del
4,9. Que aspiramos seguir reduciendo.
Y estamos en la tarea de simplificar. Hemos
aprobado una ley antitrámites
profunda, pero falta mucho, especialmente en la parte tributaria.
La propuesta tributaria a consideración del Congreso, busca
disminuir el conjunto normativo de 1.100 artículos, a no
más de 260 – 280. Creemos que si damos ese paso, será muy
importante para la simplificación de los procesos de inversión
en nuestro país.
Hace cuatro años Colombia recibió 500 millones de
dólares de inversión extranjera. El año pasado
la inversión extranjera bruta en nuestro país fue
de 10.348 millones de dólares. Y la meta superó los
5 mil.
Nuestra economía no es petrolera. Tenemos un problema grave
de declinación de reservas, pero hay buena inversión
para buscar nuevas reservas. Hemos tenido un crecimiento importante
en carbón.
Nuestra economía, en su oferta exportable, no tiene mucho
que ofrecer a la gran expansión económica de China,
lo que podría constituirse en una desventaja. Sin embargo,
una economía limitada por falta de reservas petroleras y
por falta de oferta exportable a la expansión de China,
es una economía que ha logrado hacer de esas dificultades
una ventaja.
La inversión en nuestra economía es una inversión
que se irriga hoy en muchos sectores.
En el agropecuario, para empezar a producir
combustibles biológicos.
Hace cuatro años no los producíamos. Ya estamos produciendo
un millón aproximadamente de litros de etanol al día.
Y confiamos, al final del nuevo cuatrienio, haber duplicado esa
cantidad.
Tenemos muy buenas inversiones en el sector industrial, en el
sector de los servicios, en telecomunicaciones, en concesiones
de infraestructura.
En las últimas tres semanas hemos recibido una inversión
internacional muy importante: 650 millones de dólares para
una concesión cuyo objetivo es modernizar y duplicar la
capacidad del aeropuerto Eldorado de Bogotá.
650 millones de dólares de inversionistas privados, liderados
por un grupo suizo, para asociarse con la empresa nacional de petróleos
y modernizar la Refinería de acá de Cartagena. Y
alrededor de 450 millones de dólares para invertir en una
empresa de telefonía celular, que era de propiedad de dos
empresas estatales del orden municipal de Colombia.
Vemos con optimismo el interés de
la comunidad internacional de invertir en Colombia.
Manejamos los patrimonios públicos con el criterio que
se sustenta en tres puntos: primero, no pueden ser obstáculo
a la inversión privada. Segundo, no se pueden desmantelar,
como sucedió en muchos países de América Latina.
Tercero, hay que reformarlos, para que no les ocurra lo que en
otras partes se padeció: por negarse a reformarlos los llevaron
a la ruina.
Por eso hemos reformado 280 empresas del
Estado. Y pacientemente, salvando toda clase de obstáculos,
nos proponemos reformar todo lo que falta del Estado.
Hemos venido construyendo gobernabilidad
con alcaldes y gobernadores de todas las tendencias políticas.
Hemos dicho que Colombia tiene que ser una democracia pluralista,
sin exclusiones y sin
odio de clases.
Estamos abiertos a buscar la integración comercial con
el mundo. Queremos fortalecer la Comunidad Andina. Hacer rápidamente
el acuerdo de comercio con Chile. Confiamos tenerlo para firma
en el mes de diciembre.
Sustituir el acuerdo multilateral andino
con la hermana República
de Venezuela, por un acuerdo bilateral. Hicimos la negociación
entre la Comunidad Andina y Mercosur. Ya culminamos la negociación
con los Estados Unidos. El acuerdo ya ha sido enviado por el Gobierno
de Estados Unidos a la primera observación del Congreso.
Confiamos firmarlo a finales de noviembre y empezar el trámite
en el Congreso de los Estados Unidos y en el Congreso de acá.
Estamos negociando un acuerdo de comercio
con tres países
centroamericanos. Y hemos empezado la negociación con Europa,
para sustituir las preferencias unilaterales de Europa por un acuerdo
definitivo.
Todavía nuestro comercio exterior es bajo. Pero las perspectivas
son importantes. Y tenemos una oferta exportadora bastante diversificada
y vemos un gran auge en el país, para concentrarse en cinco
centenas de productos, en los cuales Colombia tiene gran potencial
competitivo.
Estamos haciendo grandes esfuerzos para
mejorar la competitividad. En capital humano, en capital físico.
Hemos, en el Gobierno anterior, crecido
el microcrédito
en un 296 por ciento. Estamos creando ahora un sistema que se llamará Banca
de Oportunidades: un compromiso de todo el sector financiero privado
o público, con apoyo de las regulaciones de gobierno, de
un fondo gubernamental de garantías, para llegarles en estos
cuatro años con crédito a cinco millones de familias
de los estratos más pobres de la Nación.
Creemos en la necesidad de acelerar la
incorporación de
los sectores excluidos a las corrientes dinámicas del capitalismo.
Es la manera de construir un capitalismo de relaciones cristianas,
sobre la base de eliminar las exclusiones, que es el único
camino para negar la lucha de clases.
Nos falta mucho, apreciados empresarios,
pero encuentran ustedes una Nación con una gran capacidad gerencial, como lo prueban
en sus colegas colombianos de dirigencia empresarial. Con una fuerza
laboral muy inteligente, intuitiva, que mejora en su preparación.
Con atrasos en infraestructura, dificultades de inversión,
etcétera.
Y ahora estamos impulsando un plan para
que el país se
concentre en los años que vienen a construir la infraestructura
que abarate costos para nuestro comercio internacional.
Nos agrada mucho la visita de ustedes a
nuestra Patria. Que esta reunión tan importante para el
continente se celebre en Cartagena.
Y me haría el reclamo el doctor Jorge Alberto Uribe Echavarría
si cerrara este saludo a ustedes sin ofrecer dar respuesta a algún
comentario, alguna inquietud, alguna preocupación que ustedes
quisieran proponerme.
Bienvenidos y les ofrezco la palabra”.
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