PALABRAS
DEL PRESIDENTE DURANTE LA CONMEMORACIÓN DE LOS 70 AÑOS
DE LA UPB
Medellín, 8 sep. (SNE).- Las
siguientes son las palabras del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez,
durante la conmemoración de los 70 años de la Universidad
Pontificia Bolivariana (UPB):
“En compañía de Lina María, mi señora
y de muchos de mi colaboradores en el Gobierno, acudo a entregar
la medalla ‘Francisco de Paula Santander’, en estos
70 años de la Universidad Pontificia Bolivariana.
La solemnidad de este acto, matizada por
las espontáneas
expresiones de familiaridad, también me obliga a dejar a
un lado alguna inhibición por las circunstancias del acto,
para narrarles algo personal.
Una de las fechas gratas de mi vida familiar
fue cuando mis dos hijos –aún muy pequeños- y yo, acompañamos
a Lina María a la universidad a recibir su grado en Filosofía.
Y eso tuvo un antecedente: cuando, ante mi insistencia aceptó casarse
conmigo, me puso la condición de que si íbamos a
tener niños rápidamente, ella suspendería
los estudios, pero que tendría que regresar a la Universidad
Pontificia Bolivariana hasta obtener el grado de Filosofía.
Su condición la hice mía y llegamos aquí a
acompañarla en ese grado con mucho orgullo familiar.
Saludo con afecto a toda la comunidad académica de la Universidad
Pontificia Bolivariana; a sus rectores, a los que nos acompañan
desde el cielo y a quienes están presentes hoy, a todos
ellos, monseñores Manuel José Sierra, Félix
Henao Botero, Luis Alfonso Londoño Bernal, Eugenio Restrepo
Uribe, Darío Múnera Vélez, Gonzalo Restrepo
Restrepo y Luis Fernando Rodríguez Velásquez. A los
fundadores, al cuerpo administrativo, a los profesores, a los alumnos,
a los egresados y a los padres de familia, que concurren a esta
efeméride.
La Universidad Pontificia Bolivariana (UPB),
esta gran escuela de humanismo integral, es hija de un gran momento
de nuestra Patria.
En 1936, el Arzobispo Monseñor Tiberio de Jesús Salazar
y Herrera, dio vía libre a la idea de los intelectuales
católicos antioqueños, deseosos de integrarse en
una comunidad académica, militante de principios universales
de la doctrina cristiana, madre de la civilización occidental.
Los ilustres prelados, monseñores Manuel José Sierra
y Félix Henao Botero, reunieron en torno a sí a
una pléyade de profesores y alumnos comprometidos con
el respeto por el ser humano y la no discriminación; con
la búsqueda de la verdad y de la ciencia; con la solidaridad,
la justicia y la transparencia. Movía también a
los fundadores el ansia creativa y de innovación. Tal
como lo expresaron, querían una sociedad más civilizada,
más culta, más justa, inspirada en los valores
del evangelio.
Antioquia tiene una inmensa deuda de gratitud con los monseñores
Sierra y Henao Botero, los rectores fundadores y constructores
de esta magna institución. Su celo apostólico,
su empeño en la formación de líderes con
valores, su creatividad pedagógica, su apoyo a la educación
popular, son un legado que se resume en la principal consigna
de la universidad: la defensa del espíritu bolivariano.
La Ministra de Educación (Cecilia María Vélez),
que los visitó hace poco, no me acompaña hoy porque
a esta hora, en nombre del Ministerio y en el Gobierno, todo,
preside los actos de la celebración del Día Mundial
de la Alfabetización. Reiterando el compromiso de que
nos proponemos alfabetizar, en el cuatrienio que empieza, un
millón de colombianos. Habíamos propuesto la meta
de alfabetizar 400 mil, en el cuatrienio anterior logramos 392
mil y ya hemos logrado los recursos presupuestales a fin de cumplir
con esa meta.
Con ella, queremos rendir un homenaje a la Universidad Pontificia
Bolivariana, justamente reiterando nuestro compromiso con la
revolución educativa, de la cual esta universidad es parte
fundamental.
La revolución educativa, que para nosotros significa el
eje transversal de toda la política social, el camino de
los logros menos perceptibles en el plazo corto, pero de los logros
más sólidos en el mediano y largo plazo para poder
superar la pobreza y para construir una sociedad con equidad. Esto
es, una sociedad con igualdad de oportunidades.
La revolución educativa que tiene cinco elementos: la cobertura,
la calidad, la pertinencia, la formación técnica
y el avance en ciencia y en tecnología.
Estamos logrando niveles ya alrededor de
30 por ciento en materia de cobertura universitaria, pero todavía nos encontramos
por debajo de los países más avanzados de América
Latina. El esfuerzo que tenemos que hacer, tiene que llevarnos
a estar, dentro de cuatro años, en el nivel de esos países.
La cobertura, el Gobierno Nacional quiere
impulsarla a través
de los ciclos propedéuticos. Al interior de las propias
instituciones o a través de acuerdos entre instituciones,
de la educación por fases, que no solamente tenga que referirse
a la fase de la educación superior en pregrado, a la maestría,
a los doctorados, a los cursos de extensión, sino que puede
empezar también en los niveles inferiores de formación
técnica y de formación tecnológica.
Mañana realizaremos el Consejo Comunitario temático
sobre el papel del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), en
Medellín e insistiremos en el tema de los ciclos propedéuticos.
El SENA, por ejemplo, ya tiene acuerdos
con 100 universidades, que permitirán que los egresados de esta institución
en técnicas y tecnologías puedan acceder, posteriormente,
a cualquiera de estas 100 universidades, completar allí los
estudios de educación superior y acceder a ese grado. Esa
educación por fases nos puede ayudar a que más tempranamente
los estudiantes se incorporen a las corrientes activas de la economía
y a que haya más pertinencia entre la educación y
la vida social y económica de la Nación.
Quiero destacar a la Universidad Pontificia
Bolivariana en la lucha por la calidad. Nosotros nos proponemos
que dentro de poco,
el ciento por ciento de los programas universitarios de Colombia,
tenga la certificación básica. En eso la Universidad
Pontificia Bolivariana es un ejemplo. Aquellos programas que todavía
no han recibido la certificación básica, ya la universidad
le está entregando la documentación al Ministerio
para lograrla.
Nosotros nos proponemos dentro de la revolución educativa,
que en el 2010 el 50 por ciento de los programas universitarios
de Colombia, tengan la certificación de calidad. Ya la Universidad
Pontificia Bolivariana cuenta con la certificación de calidad
en 10 programas y sabemos que por la diligencia de la Universidad,
por su celo en materia de calidad, en el 2010 no tendrá el
50 por ciento de sus programas con la certificación de calidad,
sino el ciento por ciento.
Quiero invitar a toda la comunidad universitaria
a que trabajemos otros programas de gran importancia para la
calidad y para la pertinencia.
Me refiero a las pruebas ECAES y me refiero también al Observatorio
Laboral de egresados universitarios.
Nosotros hemos venido generalizando las
pruebas de calidad en todos los niveles de educación. Las pruebas básicas,
las pruebas Saber para educación básica, las pruebas
del ICETEX de vieja data en nuestro país y la recientemente
introducida, como las pruebas ECAES. Eso nos permite medir el desempeño
de los egresados universitarios, le estaba haciendo falta a Colombia
e invito a toda la comunidad estudiantil de la Universidad Pontificia
Bolivariana, a ser campeones en esas pruebas ECAES. Van a ayudarle
mucho a Colombia, a subir nacional e internacionalmente la calidad
de la formación universitaria.
Dentro de poco, nuestros estudiantes universitarios
tendrán
que participar de nuevo en pruebas internacionales de matemáticas
y en pruebas internacionales de ciencias. Nosotros tenemos fe de
que el desempeño va a ser mejor, para el buen nombre de
Colombia, gracias al énfasis de toda la comunidad universitaria
y del Ministerio, en las pruebas ECAES.
Una de las grandes críticas al proceso educativo colombiano,
ha sido la falta de pertinencia o la desconexión entre los
programas ofrecidos y las demandas de la vida social y económica
de la Nación, por eso estamos trabajando la pertinencia.
Y uno de los elementos más importantes de ese programa de
pertinencia, es el observatorio de la suerte laboral de los egresados
universitarios.
Este año, el observatorio entregará el tercer informe
que le cuenta a la comunidad en general, a los padres de familia
y a los estudiantes en particular, qué pasa en materia de
suerte para la integración a la vida activa de la economía
y social de la Nación, de los egresados de los diferentes
programas y de las diferentes instituciones. Eso nos va a dar señales
para mejorar esa pertinencia o esa relación entre la comunidad
académica y la vida social de la Nación, sin que
la comunidad académica tenga que renunciar al papel que
le corresponde, cual es el de ser el laboratorio que reciba la
problemática nacional, la procese y proceda a entregarle
una réplica a la sociedad, a través de sus luces,
de sus directrices, para que la sociedad mejore.
Queremos un trabajo muy integrado entre todas las universidades
y el ICETEX. La Universidad Pontificia Bolivariana hoy es un modelo.
Hace cuatro años, la cartera del ICETEX valía 500
mil millones (de pesos), en agosto valía 800 mil. Confiamos
que en julio de 2010 esa cartera supere los dos billones (de pesos).
Pero estamos construyendo un ICETEX no burocrático, lo queremos
sin oficinas regionales. Un ICETEX que solamente trabaje con las
universidades, que los estudiantes no tengan que buscar una recomendación
política ni una oficina aperezada del Estado para encontrar
ese crédito. Que a través de su propia universidad,
virtualmente, ingresando al ICETEX mediante un computador y una
comunicación de internet, puedan ir facilitando el acceso
al crédito.
Y he tomado atenta nota de la preocupación de nuestro ilustre
Rector (monseñor Luis Fernando Rodríguez Velázquez),
por el tema del crédito a los egresados.
Hemos avanzado muchísimo en microcrédito pero no
es suficiente. Hace 4 años la cartera microempresarial de
Colombia valía 735 mil millones (de pesos). En mayo de este
año ya superaba los tres billones (de pesos), pero queremos
ahora la segunda revolución del microcrédito y que
ello incluya los egresados universitarios.
Nosotros estamos con mucho entusiasmo laborando
en las decisiones finales para que opere la Banca de Oportunidades.
Será una
red de asignación de crédito popular en toda la Patria,
la segunda fase del programa de microcrédito.
Buscamos comprometer todas las instituciones
financieras públicas
y privadas, las cooperativas y las fundaciones, los fondos de bienestar
y de crédito de las universidades. El Estado, el Gobierno,
concurrirán con recursos de redescuento, con regulaciones
adecuadas y también con el Fondo Nacional de Garantías.
Que bueno Rector, que así como vamos a empezar la Banca
de Oportunidades en Bogotá, con mil señoras del programa
Familias en Acción, que recibirán los primeros créditos
del sistema, también podamos inaugurar con la Universidad
Pontificia Bolivariana el sistema de Banca de Oportunidades para
egresados universitarios. Cuando escuché su intervención
dije: voy a comprometer el entusiasmo del Rector y lo voy a invitar
a que aquí empiece la banca de oportunidades para egresados
universitarios, ¿me acepta?
Entonces, Alicia (Arango, secretaria Privada
de la Presidencia de la República) apunta y no vamos a venir a echar un discurso,
sino a entregar los créditos.
Los colombianos acompañamos con entusiasmo a la comunidad
académica de la Universidad Pontificia Bolivariana en esta
solemne conmemoración de sus primeros 70 años.
La universidad es pionera en muchos frentes,
es forjadora de líderes.
Aquí nacieron la ingeniería mecánica y eléctrica
en nuestro medio y se desarrollaron los altos estudios de filosofía
y letras, sociología y trabajo social. Su facultad de derecho
y ciencias políticas es paradigmática dentro de la
comunidad nacional de juristas.
Su emisora, la Radio Bolivariana, es de
nivel superior en difusión
de la cultura, del buen gusto, de la popularización del
conocimiento, del pensamiento y de la ciencia.
La facultad de Arquitectura fue, desde
su nacimiento, impulsadora de la revolución urbanística del occidente, de la
otra banda de Medellín. Su bachillerato ha sido semillero
de profesionales y ciudadanos de bien, que han expandido la presencia
en los sectores de ingresos medios, cultos, bien dotados intelectualmente,
que tanto ha contribuido al progreso de Antioquia y de Colombia.
Alegra ver la muestra de la Expo UPB, la
elevación de sus
jornadas académicas, la innovación en los proyectos
de los estudiantes, la sorpresa de los egresados, ingenieros, publicistas,
empresarios, religiosos, profesores, médicos, académicos
y administradores cuando ven los prototipos desarrollados con tecnología
criolla, con tecnología bolivariana. Las máquinas
desgranadoras de arvejas, los dispositivos para tomar las medidas
de gasolina y de kilometraje a los vehículos, para pasarlas
de análogas a digitales y obtener lecturas de cuánto
combustible queda y cuánto se puede recorrer, más
los grandes avances técnicos en las unidades hospitalarias.
Exalto ante mis compatriotas, el ejemplo
de esta universidad meritoria, sus invaluables aportes al desarrollo
cultural, social, político
y científico de nuestra comarca y la Nación entera.
Que la Providencia permita a Antioquia y a Colombia, seguir contando,
infinitamente, sin límites en el tiempo, con una fortaleza
intelectual, científica y moral como esta, que alimenta
nuestra esperanza con su pensamiento crítico, con sus avances
científicos y con grandes aportes a la tecnología.
Me honra mucho compartir hoy dos hechos
trascendentales en la vida de la Universidad: la entrega del
grado Honoris Causa en derecho
y ciencias políticas a un colombiano ejemplar hijo de esta
Universidad, a Otto Morales Benítez. Investigador de todos
los momentos, con una línea transversal en sus investigaciones
y en sus ensayos, el humanista. Una visión social muy exigente
desde lo cristiano. Otto Morales Benítez, consecuente, coherente,
cuando ha podido, ha practicado todo lo que ha escrito. ¡Qué bueno
que la Universidad, con ese Honoris Causa, lo presente ante las
nuevas generaciones como una referencia del gran egresado!
Y honra mucho al Gobierno Nacional asistir
hoy a la protocolización
de la donación de la biblioteca del ex presidente Belisario
Betancur a la Universidad: más de 20 mil volúmenes
adquiridos por él, minuciosamente. Adquisición producto
de una cuidadosa selección, leídos, asimilados, analizados
y explicados y difundidos. Es una biblioteca que, más que
haber reposado en la estantería privada del Presidente Betancur,
ha discurrido por su muy brillante mente durante todos los años
de su existencia y que ahora lega a la Universidad Pontifica Bolivariana.
Muchas gracias, Presidente Betancur, por
este gran aporte a la Universidad, por este gran aporte a Antioquia
y por este gran aporte
a Colombia. Su constante lucha humanística es un ejemplo
para el discurrir de esta Nación que, como estamos debatiéndolo
con nuestros compatriotas, en el año 2019, cuando conmemore
los 200 años de la Batalla de Boyacá, quiere ser
una Nación en paz, una Nación que a partir de la
solidaridad haya avanzado sustancialmente en la equidad. Una Nación
con pluralismo democrático, en permanente debate, pero una
Nación sin exclusiones, sin odio de clases. Una Nación
con la fraternidad que surge del humanismo cristiano de esta Universidad.
Vamos a trabajar todos con la Universidad,
con el Presidente Betancur, con Otto Morales Benítez, para que cuando celebremos los
200 años del Grito de Independencia, el 20 de julio de 2010,
esa celebración coincida con muchos de los sueños
de la Universidad Pontificia Bolivariana, de sus fundadores, de
sus profesores, de sus egresados.
A todos, muchas felicitaciones. |