PALABRAS DEL PRESIDENTE
URIBE EN BANQUETE DEL MILLÓN
Nueva York, 20 sep. (SNE).- Las
siguientes son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez, al asistir a la
celebración del Banquete del Millón.
“Quiero dar un saludo lleno de afecto a todos
ustedes. En primer lugar, exteriorizar nuestros agradecimientos
a los Estados Unidos,
que con generosa hospitalidad nos ha albergado, los ha recibido
a ustedes con los brazos abiertos, a muchos nos ha dado una gran
oportunidad, y que nos alberga generosamente para estos eventos
tan útiles para nuestra Patria.
Al pueblo de los Estados Unidos, a los
alcaldes, asambleístas
aquí presentes, la gratitud en nombre de todos los colombianos.
Reciban ustedes un aplauso, que los hacemos sentir desde el fondo
del corazón. Nuestra gratitud a todos ustedes.
Vamos a tener que mirar cómo el Secretario General de las
Naciones Unidas ajusta la agenda, porque aunque muchos de ustedes
trabajan los sábados y yo tengo Consejos Comunitarios los
sábados, siempre quedaría mejor realizar este Banquete
un viernes.
O sea que le voy a pedir al padre Diego,
que no ha encontrado barreras, que me ajuste para el año entrante no sólo con
Dios Nuestro Señor para que nos permita estar aquí,
sino con el Secretario de las Naciones Unidas para que quede
bien ubicada la fecha.
Yo pensaba ahora, saludando a dos o tres
de ustedes, y aspiro poder saludar a algunos que, miren, mis
compatriotas cómo trabajan
y cómo son de abnegados. Es miércoles, antes han
tenido una intensa jornada de trabajo, muchos han venido de sitios
muy lejanos, y los que no tienen que trabajar esta noche tienen
que madrugar mañana.
Muchas gracias, la verdad es que uno no
alcanza a emular con el esfuerzo y el sacrificio de los colombianos.
Y lo más
importante es que los colombianos son tan alegres, tan espontáneos,
que cuando hacen sacrificios les parece que no lo hacen. Rara
vez escucha uno a un colombiano diciendo: voy a hacer tal sacrificio.
No, la gente en Colombia, y ustedes aquí como colombianos
hacen las cosas difíciles sin adquirir conciencia de que
son difíciles. Hacen muchas cosas que demandan sacrificio,
sin actitud de sacrificio. Lo hacen alegremente, espontáneamente,
lo hacen jubilosamente.
Muchas gracias a ustedes por atender este
llamado, por acompañar.
Y la gratitud, que no hay palabras para
dimensionar, al Minuto de Dios por esa gran obra. Emocionante
el video, emocionantes
las palabras concretas, sencillas, elocuentes, por la descripción
de los hechos, del padre Diego. Emocionante el legado del padre
Rafael García-Herreros.
A ratos me pregunto: Bueno sí, nos faltan muchas cosas en
Colombia, ¿pero qué hiciéramos sin otras? ¿Qué hiciéramos
si Colombia no hubiera tenido en estos 50 años la presencia
del Minuto de Dios? Nuestro Señor ha sido muy generoso con
Colombia, al permitirnos durante 50 años contar con la bella
obra del Minuto de Dios. No hay palabras para ponderarla. Nuestra
inmensa, infinita gratitud, padre Diego.
Compatriotas, cuando el Minuto de Dios
empieza una construcción,
sabe para dónde va. Cuando empieza una ampliación
de la Universidad, sabe para dónde va. Cuando inicia un
programa de capacitación, sabe para dónde va. Nosotros
todos tenemos que saber para dónde vamos. A construir una
Colombia en armonía, con rectitud, próspera. Una
Colombia segura, con libertades, con cohesión social, una
Colombia con transparencia. En medio de las dificultades, pero
como decían los mayores, la constancia vence lo que la dicha
no alcanza. Vamos a lograrlo.
Ustedes se enteran de las malas noticias,
yo les voy a contar algunas buenas. En los últimos días adjudicamos la concesión
para ampliar el aeropuerto Eldorado. Va a pasar de una capacidad
siete millones de pasajeros al año, a una capacidad de
17 millones de pasajeros al año. Y el crecimiento en carga
es mucho mayor: los inversionistas se comprometen a invertir
650 millones de dólares.
Y algo muy importante, ese proceso fue
muy disputado y totalmente transparente. Desde cuando yo era
Gobernador de Antioquia, en
aras de la transparencia, tomé una decisión que
he replicado en la Presidencia de la República: adjudicar
todos estos contratos en audiencia pública. Y ahora le
sumé la televisora.
Ese contrato de la concesión de Eldorado, muy disputado,
se adjudicó en audiencia pública. Todas las controversias
se desarrollaron en vivo, a través de la pantalla, enfrente
de los colombianos. Y eso estableció gran credibilidad en
la capacidad colombiana de contratar sin corrupción.
Y a los pocos días, también en audiencia pública,
con la misma transparencia, escogimos el socio colombiano para
la ampliación de la Refinería de Cartagena. La Refinería
está bastante deteriorada, hay que hacer una inversión
muy grande y expandirla, ponerla al día y agrandarla. La
licitación se la ganó una empresa suiza, y va a invertir
también alrededor de 600 - 650 millones de dólares.
Será socia de Ecopetrol. Qué bueno.
Y hace pocos días, gracias a la confianza que se ha recuperado
en Colombia, una empresa internacional de telecomunicaciones salvó a
la Empresa de Teléfonos de Bogotá y a Empresas Públicas
de Medellín. Ambas habían iniciado hace años
una empresa de telefonía, Ola, y casi las quiebra.
Pues ahora encontraron un socio internacional,
gracias a la confianza que hoy se siente por Colombia, que invierte
una gran cantidad
de dinero, salva a Ola y evita los riesgos que estaban corriendo
los patrimonios de Empresas Públicas de Medellín
y de la Empresa de Teléfonos de Bogotá.
Uno sale del país con mucha angustia, y la verdad es que
cuando el avión ya sale de la costa de La Guajira, yo empiezo
a mirar para atrás y no veo la hora de regresar al país,
porque uno vive acosado por las dificultades.
Y hoy, en medio de una agenda muy estrecha
aquí en Nueva
York, recibimos una buena noticia: en el último trimestre
la economía colombiana creció al 5.9 (por ciento),
casi al 6 (por ciento).
¿Cuál es el mérito? La economía colombiana
no está creciendo porque nos hayamos ganado una lotería,
ni porque el país tenga mucho petróleo, tiene un
poquito. Ni está creciendo porque China le esté comprando
grandes cantidades de soya o de carne, que no tenemos. O de níquel,
que tenemos muy poquito. O de cobre, que tenemos muy poquito. La
economía colombiana está creciendo por la pujanza
de los colombianos y por la confianza de los inversionistas para
invertir en todos los sectores de la vida colombiana. Qué bueno.
Pero el crecimiento de la economía no es un fin, el crecimiento
de la economía es un medio. El fin es la creación
de empleo estable, que dignifique la existencia del ser humano,
bien remunerado, con afiliación a la seguridad social. El
fin es la construcción de una sociedad sin miseria, el cumplimiento
de las metas de reducción de la pobreza, la construcción
de una sociedad que, a través de la solidaridad, llegue
a la equidad. Eso es lo que buscamos.
Entonces hemos propuesto unas metas muy
ambiciosas para los años
que vienen. Hace cuatro años la pobreza estaba en el 60
por ciento, el año pasado en el 49, estamos esperando una
nueva medición que debe salir ahora. La meta es en el 2010,
cuando estemos cumpliendo 200 años del Grito de Independencia,
haberla reducido del 49 al 35. Para dejar bases sólidas,
a fin de que los gobiernos venideros la puedan reducir al 15 por
ciento para el año 2019, cuando completaremos el segundo
centenario de vida independiente: la celebración de la segunda
centuria de la Batalla de Boyacá.
Para lograr eso hay un conjunto de estrategias,
con muchos planes y proyectos. Por ejemplo, en el lado del capital
humano, en los
años que vienen necesitamos plena cobertura en educación
básica. En el Gobierno que acabamos de concluir, creamos
un millón 414 mil cupos escolares. En el nuevo, para llegar
a plena cobertura, tenemos que crear un millón y medio.
Y hacer un esfuerzo muy grande en construcción de aulas
escolares, en capacitación de nuevos profesores, etcétera.
Hace cuatro años el Sena capacitaba un millón de
colombianos por año, este año capacita cuatro millones.
En el nuevo Gobierno tiene que crecer enormemente el número
de colombianos en el nivel técnico y tecnológico.
Y tiene que certificar esos programas, como lo está haciendo
la Universidad del Minuto de Dios, obtener el certificado de calidad
de los programas. Tiene que acompañar a los egresados, gradualmente,
para que adquieran crédito. Y los egresados de técnicas
y de tecnologías del Sena van a tener la oportunidad de
llegar a las universidades, como la Universidad del Minuto de Dios,
completar los estudios y acceder al grado de educación superior.
En todo eso necesitamos la sociedad con el Minuto de Dios y con
las universidades colombianas.
El Instituto Colombiano de Crédito Educativo, el Icetex,
hace cuatro años tenía una cartera de 500 mil millones
de pesos. Terminamos el Gobierno con 800 mil. La nueva meta es
llegar a más de 2 billones, con plazos más amplios
y tasas de interés más bajas para los sectores más
populares de la Nación.
Hace pocos años conocí la Universidad del Minuto
de Dios, tenía 2.300 estudiantes, hoy tiene más de
13 mil. Me entusiasma, me llena de orgullo de ser colombiano registrar
estas experiencias de nuestra Patria. Queremos que al final de
estos cuatro años, la cobertura de educación universitaria
de Colombia esté en el nivel más alto de América
Latina. Tenemos que hacer un esfuerzo enorme.
Muchas familias pobres de nuestro país no alcanzan a mandar
los hijitos al colegio porque no tienen recursos para la alimentación.
Mi antecesor, el presidente Pastrana, introdujo el programa Familias
en Acción, se vincularon las primeras 250 mil, hoy son 600
mil y vamos a llegar, con la ayuda de Dios, a millón y medio.
Familias pobres que reciben un subsidio para alimentar a sus hijitos
y garantizar la asistencia escolar. Ese es un medio necesario para
lograr la total cobertura en educación.
En el Gobierno que pasó creamos 8 millones de cupos en el
régimen subsidiado de salud, en el nuevo estamos luchando
para crear otros 8 millones y llegar a plena cobertura. Si Colombia
puede decir en 4 años que ha logrado plenas coberturas en
educación y en salud, es un país que estará empezando
una gran transformación del tejido social.
Las grandes mayorías pobres de Colombia no han tenido acceso
al sistema financiero formal, han tenido que apelar al crédito
de usura.
En el Gobierno anterior se beneficiaron
con microcrédito
un millón 800 mil familias colombianas, la meta para el
nuevo es beneficiar 5 millones de familias colombianas con microcrédito.
El esquema para eso es el Banco de las
Oportunidades, que no es un nuevo banco, es una red de colocadores
de crédito,
con el Gobierno como regulador, como promotor, como banco de
segundo piso, también con el apoyo del Fondo de Garantías.
Vamos a empezar dentro de poco con mil familias desplazadas de
Bogotá, que están ya en el programa Familias en
Acción recibiendo un subsidio, y las vamos a entrar en
el Banco de las Oportunidades. Son las primeras mil de 5 millones.
Entonces esas familias las selecciona
nuestro programa de Acción
Social, el Sena las capacita, pero no se pueden quedar en la capacitación,
las tiene que acompañar mientras sean deudoras, el crédito
lo entrega el Banco Agrario, el Fondo Nacional de Garantías
las respalda con una garantía entre el 50 y el 80 por ciento,
y el Banco Agrario les cobra, por encima de la tasa de interés,
una comisión para pagarle al Sena el acompañamiento.
Y vamos a tener, de la misma comunidad
de familias, supervisores que estén visitando a las familias amigas, vecinas: cómo
van en su negocio, están pagando cumplidamente, etcétera.
Y a facilitarles, por ejemplo, que paguen cada ocho días
o diariamente, porque a uno le dicen los sectores más
pobres de la Nación: no me pongan a pagar cada mes, ni
cada dos meses. Porque si la víspera del pago tengo una
necesidad, me gasto la plata, y les quedo mal por uno, dos meses.
Déjenme pagar cada semana. Que si la víspera del
pago me gasto por una necesidad el dinero ahorrado, pues ya no
les quedo mal sino una semana. Y si me permiten pagar todos los
días, el día que me atrase no me voy a atrasar
un mes, ni una semana, sino un día.
Flexibilidades para facilitar la formalización económica
y las oportunidades a los sectores más pobres de la Nación”. |