DECLARACIÓN
DEL ALTO COMISIONADO PARA LA PAZ
Bogotá, 19 ene. (SNE).- “En mi condición de
Alto Comisionado para la Paz he venido adelantando contactos discretos
para buscar la liberación de las personas secuestradas por
las FARC.
Por el interés de proteger la vida e integridad de los
secuestrados y para preservar el canal de comunicación a
través del cual esperamos avanzar en el acuerdo humanitario,
es mi deber abstenerme de revelar en público los nombres
de las personas que han estado involucradas en dicha labor, tal
como lo establece y permite el marco legal consagrado en la ley
782 de 2002.
Adelantando las funciones que me competen,
supe el día
2 de enero de 2006, de una propuesta que habría sido enviada
por el senador Rafael Pardo a las FARC, la que, según información
recibida, iba consignada en un CD. En ese momento supe además,
que tal como lo había hecho público a finales del
año 2005, el Senador apoyaba el despeje militar de los municipios
de Pradera y Florida. Así mismo ofrecía liderar una
propuesta sobre el tema.
De este hecho tiene conocimiento y es testigo
directo un familiar de una de las personas secuestradas por las
FARC, cuyo nombre no
hago público, tanto por las razones ya aducidas, como por
no poner en riesgo la seguridad de la persona que se encuentra
retenida por dicho grupo.
El pasado lunes 16 de enero sostuve una
reunión con la
persona encargada de mantener el contacto con las FARC, quien venía
de encontrarse con un importante comandante guerrillero. Se trataron
temas múltiples, relacionados en gran parte con la necesidad
de acordar un mecanismo para lograr un encuentro directo entre
el Gobierno y la guerrilla, que nos permita avanzar en una fórmula
para la liberación de los secuestrados.
Fue en dicha reunión donde me enteré de otros detalles
de la propuesta que según la información recibida,
habría enviado el Senador Pardo. Uno de sus argumentos centrales
era alertarlos sobre las consecuencias que se derivarían
de un triunfo en las elecciones de marzo de las listas de los seguidores
del Presidente Uribe, pues en tal caso, y aquí reproduzco
las palabras que escuché, “habría Uribe para
mucho rato”, pues los congresistas electos modificarían
la Constitución para facilitar la reelección indefinida
del Presidente. Por tal motivo era urgente concertar una cita entre
el Senador y las FARC para analizar la posibilidad de alguna acción
conjunta. Como era mi deber, informé con detalle al Presidente
de lo acontecido. Esta es la información que tiene el Gobierno
y que he compartido con el señor Fiscal General de la Nación.
Cualquier profundización de estos hechos, que haga referencia
a la identidad de las personas que tuvieron conocimiento directo
de ellos, sólo la adelantaré ante el señor
Fiscal General de la Nación o ante una comisión internacional,
con la previa advertencia que mi condición de Alto Comisionado
para la Paz me obliga a solicitar la reserva y adopción
de medidas necesarias para proteger la integridad de las personas
que contribuyen a abrir caminos humanitarios.
No tiene sentido argumentar que desde la
Casa de Nariño
se pretende calumniar al Senador Pardo o interferir en la acción
política de candidatos opositores al Gobierno. No nos anima
otro interés que exponer ante el país con objetividad
lo sucedido.
Pongo estos hechos en conocimiento de la
opinión, para
que los valore en su justa medida, teniendo claro que la liberación
de los secuestrados y los esfuerzos por lograr un acuerdo humanitario
con las FARC no puede convertirse en tema a ser usado con propósito
electoral. Si así sucede, perdemos todos los colombianos.
Aquí solo cabe la unidad patriótica.
Bogotá, enero 19 de 2006” |